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El trastorno por déficit de atención con hiperactividad es frecuente y se caracteriza por

síntomas de inadaptación, impulsividad e hiperactividad que conlleva grandes consecuencias


a nivel personal, social y económico negativas a medio y largo plazo. Afecta alrededor de 5
por 100 de la población infantil y adolescente y persiste en más del 50 por 100 de los casos en
la etapa adulta.

Características del trastorno según la edad

Primera infancia (0-3) Etapa preescolar (3-5)


o Menor desarrollo neuropsicológico. o Conducta hiperactiva.
o Nivel de actividad anormal. o Falta de equilibrio y coordinación.
o Respuesta exagerada ante la o Primeros síntomas de falta de inhibición
estimulación. conductual.
o Falta de regulación emocional. o Menor capacidad de memoria de
o Menor funcionamiento cognitivo. trabajo y vigilancia.
o Irritabilidad. o Posibles problemas del habla.
o Problemas para establecer y mantener
relaciones sociales.
Etapa infantil (6-12) Adolescencia (13-17)
o Persistencia de la conducta hiperactiva y o Perdida de intensidad de conducta
la falta de inhibición. hiperactiva.
o Dificultades en lenguaje expresivo, o Alteraciones en atención, organización,
comprensivo y pragmático. inhibición de respuesta.
o Menor rendimiento académico. o Interiorización de la experiencia de
o Persistencia de déficits motores. fracaso académico.
o Conducta social negativa. o Autoconcepto distorsionado.
o Problemas emocionales. o Conducta antisocial.

Modelos explicativos y etiología

Incluye un modelo transaccional con contribuciones genéticas, neurobiológicas y


ambientales, ya que un ambiente de pobreza, malnutrición, exclusión social, malos cuidados
pre y postnatales, problemática familiar, incluido consumo de alcohol y drogas durante el
embarazo y violencia en el hogar son detonantes en la aparición de los síntomas y contribuyen
a su desarrollo y perpetuación.

Evaluación y diagnostico

Para realizar la identificación y el diagnóstico de TDAH adecuadamente es necesario partir de


un enfoque interdisciplinar y comprensivo, que debe centrarse especialmente en la
información que aportan las personas significativas del niño e incluir valoraciones
neuropsicológicas. La evaluación deberá proporcionar información útil sobre la sintomatología
básica, pasada y presente.

Las áreas a evaluar incluyen una evaluación de las manifestaciones conductuales del TDAH.
La información aportada por las personas más próximas al niño sobre la historia clínica del
trastorno es fundamental para comprender las dificultades del niño, de igual forma, es
imprescindible mantener entrevistas con los profesores para obtener un cuadro lo más
descriptivo posible del desarrollo del niño/a en la escuela. El proceso de evaluación debería
incluir información sobre el desempeño académico, desde datos sobre el aprendizaje
curricular como también, la aplicación de pruebas estandarizadas para la detección de
dificultades especificas de aprendizaje y/o lenguaje. En el contexto escolar, se debe realizar
un análisis profundo de los participantes, la metodología, las adaptaciones realizadas, ya que
esta información permitirá crear el mejor ambiente de aprendizaje en el aula y en el hogar, y
planificar estrategias de formación y asesoramiento para padres, profesores y otras personas
cercanas al niño.

Diagnostico diferencial

Un primer paso en el diagnostico diferencial de un TDAH consistirá en comprobar si existe una


condición medica que puede estar provocando la sintomatología típica del trastorno. Otra
cuestión esencial para asignar un diagnostico correcto consiste en excluir en el proceso de
evaluación otras psicopatologías que puedan estar mimetizando los síntomas, lo cual no es
nada sencillo, ya que suele tener otros trastornos, entre los cuales están:

TDAH y trastorno de espectro autista (TEA): no muestran coincidencias, las manifestaciones de


TDAH incluyen falta de atención, impulsividad e hiperactividad, mientras que las dificultades
en la interacción social, en la comunicación, la conducta estereotipada y la restricción de
interés son propios del TEA.

TDAH y trastorno oposicionistas-desafiante (TOD): el TOD presenta conductas perturbadoras,


manifestaciones de desafío, negativismo, hostilidad y desobediencia y en TDAH son menos
frecuentes y generalmente no son intencionados.

TDAH y trastorno de conducta (TC): los niños con un trastorno de conducta violan los derechos
básicos o normas y reglas sociales que implican conductas de agresividad hacia las personas,
peleas, mentira, robo o ausencia escolar. Algunos procesos del funcionamiento ejecutivo
relacionados con la recompensa parecen estar asociados con el TOD, pero no con los síntomas
de TDAH.

TDAH y depresión mayor (DM): el síntoma central de la DM es la afectación del ánimo, el humor
depresivo y la anhedonia, pueden presentar síntomas transitorios de escasa atención y
concentración, fallo de memoria, impulsividad e inquietud, mientras que los problemas
atencionales de TDAH son persistentes.

TDAH y ansiedad: en la ansiedad los signos de hiperactividad, si están presentes, tienen un


comienzo agudo y suelen empezar después de los siete años.

Dificultades especificas de aprendizaje (DEA) y TDAH: comparten manifestaciones y a menudo


presentan síntomas bastante similares. Los niños con problemas de aprendizaje pueden
experimentar problemas para mantener la atención debido a un conocimiento escaso de los
procedimientos para realizar las tareas, pero estos serán secundarios a su problema primario.
En cambio, los niños con TDAH pueden tener dificultades para lograr un rendimiento adecuada
por la incompetencia de seguir instrucciones y prestar atención en clase.
Criterios del DSM-5

Incluye el TDAH en la nueva categoría de trastornos de neurodesarrollo y hace un cambio sobre


los criterios de edad. Se distingue 3 especificadores, que sustituyen a los subtipos del anterior
DSM: TDAH con presentación predominante de falta de atención, con presentación
predominante hiperactiva/impulsiva y con presentación combinada.

Tratamiento farmacológico

Se recomienda como parte de un enfoque de tratamiento multimodal para los niños en edad
escolar con niveles de deterioro que oscilan entre moderado y grave. El psicoestimulante
metilfenidato es el fármaco más comúnmente prescrito para el TDAH en edad infantil. Este
tratamiento conlleva efectos secundarios adversos, tales como perdida de apetito y
problemas para dormir. A pesar de que la medicación puede mejorar la productividad
académica y el comportamiento disruptivo, es importante ofrecer una visión realista a padres
sobre la capacidad para normalizar el funcionamiento deficiente.

Intervención psicosocial

Tienen como objetivo mejorar los problemas conductuales y escolares de los niños con TDAH e
incluyen estrategias en modificación de conductas basadas fundamentalmente en técnicas
operantes y técnicas cognitivo-conductuales, y el más utilizado es el asesoramiento a padres
y profesores en la utilización de técnicas de modificación del comportamiento.

Técnicas de modificación de conducta

Es recomendable la comunicación entre padres, profesores y el diseño de estrategias de


intervención coordinadas. Una técnica de las técnicas utilizadas es el principio de Premack, el
cual consiste en usar aquellas conductas que son mas frecuentes como reforzadores de las
conductas menos frecuentes, y de igual forma, para reducir o eliminar conductas destacaría
el coste de respuestas, el tiempo y la extinción.

Estrategias de autocontrol

o Autoinstrucciones

Dicho programa de entrenamiento se compone de dos tipos de modelado, manifiesto y


encubierto, e incluye la utilización de autoinstrucciones, que pretenden detener la secuencia
de pensamientos erróneos que el niño impulsivo tiene, a partir de la enseñanza de una
secuencia de pensamiento útiles para la solución de problemas.

o Autoevaluación con refuerzo

Técnicas más completas utilizada en el contexto escolar. El objetivo es ajustar las


autoevaluaciones de los estudiantes con TDAH sobre su comportamiento en relación a las
normas de la clase o la realización de las tareas.
o Técnicas de control de la ira

Controlar la agresividad mediante la identificación de los sentimientos de ira y control de la


misma a través de una palabra clave como “stop”, seguida de la aplicación de la secuencia
de autoinstrucciones, para finalmente conseguir reducir esos sentimientos disfuncionales
mediante técnicas de relajación.

o Programas

Los programas conductuales contemplan todas las etapas y los principales contextos de
desarrollo. Se basan en las teorías del aprendizaje social y en la utilización de técnicas
conductuales para el abordaje de la sintomatología nuclear del TDAH y de los problemas
asociados. En el ámbito escolar los programas conductuales para profesores les permite
ampliar sus conocimientos sobre el trastorno y mejorar la conducta de sus estudiantes en el
aula.

o Programas de entrenamiento a padres

Utilizan técnicas conductuales y se basan en la de Barkley, el cual consta de 8 pasos, con los
que se pretende mejorar la conducta del niño hiperactivo, las relaciones sociales y la
adaptación general en casa mediante la aplicación de determinados principios. El objetivo es
informar a los padres sobre el TDAH y enseñarles a utilizar técnicas conductuales para mejorar
las interacciones con sus hijos, aumentar los sentimientos de competencia parental y mejorar
la relación entre padres e hijos a través de la comunicación y atención al desarrollo del niño.

Estos programas están estructurados en un numero especifico de sesiones, entre 8 a 10, las
cuales se realizan en grupo, aumentando los beneficios percibidos, como el apoyo emocional.
Todos los programas utilizan el juego como principal medio para potenciar la autorregulación
de la conducta y el control inhibitorio.

o Programas aplicados en el contexto escolar

Algunos programas desarrollados en la escuela radican en el manejo por parte del profesor de
consecuencias de la conducta, y también suelen introducir a los compañeros como figuras
clave en la intervención.

Estos programas se basan en la enseñanza y práctica, a través del role playing, de un amplio
rango de habilidades de conversación, amistad, resolver situaciones difíciles y/o realizar o
aceptar críticas.

o Intervenciones multidimensionales en TDAH

Los niños con TDAH muestran dificultades en el funcionamiento adaptativo en todas las áreas
del desarrollo, destacando especialmente las repercusiones negativas en las áreas académica
y social. Los tratamientos psicosociales, junto con las intervenciones contextualizadas que
incluyen el entrenamiento a padres y profesores en técnicas conductuales y el entrenamiento
a los niños en estrategias de autocontrol, demuestran ser una alternativa al tratamiento
farmacológico. Por ello, es importante seguir desarrollando programas de intervención
coordinados con padres y profesores que aborden los diferentes ámbitos de desarrollo del niño.

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