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Periodo entreguerras

Se conoce como período de entreguerras o interbellum al periodo histórico


del siglo XX que va de 1918 a 1939. Cronológicamente, se puede establecer desde el
final de la Primera Guerra Mundial el 11 de noviembre de 1918 y el inicio de
la Segunda Guerra Mundialel 1 de septiembre de 1939.

El período que media entre la finalización de la Primera Guerra Mundial y el crac de la


bolsa de Nueva York estuvo cargado de contradicciones.
Por un lado, el fin de la guerra no puso término a las penurias de los europeos,
enfrascados en la reconstrucción de sus economías. Por otro, los Estados Unidos de
Norteamérica iniciaron un ciclo expansivo que se tradujo en una prosperidad sin
precedentes. Sin embargo esa aparente bonanza no estuvo exenta de ambigüedades.
El ciclo expansivo americano se quebró bruscamente en las postrimerías de la
década, dando lugar a una crisis cuyas repercusiones conmovieron a todo el mundo
capitalista.

Políticamente, este periodo se vio caracterizado por la crisis de las democracias


liberales, el ascenso de los fascismos y los regímenes autoritarios, así como el auge de
los movimientos obreros de inspiración socialista o comunista que se inspiraban en el
triunfo bolchevique de la Revolución rusa. Económicamente, vio la recuperación de
la Gran Guerra y una etapa de euforia económica durante los años 20 que se vería
truncada por el Crack del 29 y una profunda crisis que marcó los años 30.
Tradicionalmente, la historiografía ha señalado esta época como el preludio que
acabaría desembocando en la Segunda Guerra Mundial. Por ello años más tarde
entraron de nuevo en guerra.

El período que media entre la finalización de la Primera Guerra Mundial y el crac de la


bolsa de Nueva York estuvo cargado de contradicciones.
Por un lado, el fin de la guerra no puso término a las penurias de los europeos,
enfrascados en la reconstrucción de sus economías. Por otro, los Estados Unidos de
Norteamérica iniciaron un ciclo expansivo que se tradujo en una prosperidad sin
precedentes. Sin embargo esa aparente bonanza no estuvo exenta de ambigüedades.
El ciclo expansivo americano se quebró bruscamente en las postrimerías de la
década, dando lugar a una crisis cuyas repercusiones conmovieron a todo el mundo
capitalista.

El nacimiento de la Sociedad de Naciones

La Sociedad de Naciones, el sueño del presidente norteamericano,Woodrow Wilson,


nació en la Conferencia de París. Por primera vez en la historia se concretaba algo que
muchos pensadores anteriores habían anhelado: una suerte de gran instancia
internacional en la que se discutieran los grandes problemas y se solventaran
pacíficamente los conflictos. Por fin, los principales países del planeta se habían puesto
de acuerdo para crear una Sociedad que tuviera como fin resolver los contenciosos
entre los estados.

El artículo 10 era la clave de todo el edificio:

"Los miembros de la Sociedad se comprometen a respetar y mantener contra toda


agresión exterior la integridad territorial y la independencia política presente en todos
los miembros de la Sociedad. En caso de agresión de amenaza o de peligro de agresión, el
Consejo determinará los medios para asegurar el cumplimiento de esta obligación."

El período de Entreguerras es el tiempo que transcurre entre el fin de la I Guerra


Mundial (1918) y el inicio de la II Guerra Mundial (1939).
Durante este período se vivieron acontecimientos tan importantes como la Revolución
rusa, la Gran Depresión de 1929 y el ascenso de los totalitarismos.
A la vez, se produjo una revolución científica y cultural, que cambió la percepción del
mundo y puso las bases de innovaciones técnicas que llegan hasta hoy.
Antes y durante la guerra, Alemania había sido dominada por los burgueses y los
terratenientes. Cansados por la guerra, se realizó una revolución en Alemania en
noviembre del 18, y con esta revolución se cayó el emperador. Después de esto seguían
teniendo el poder por los burgueses y los terratenientes, y partido socialdemócrata
alemán (SPD) protestó porque querían una república democrática. Debido a estas
protestas del SPD se hizo la constitución de Weimar, y se proclamó la República de
Weimar, aunque esta seguía siendo dominada por los mismos que antes. Además, las
organizaciones obreras, que se crearon después de la guerra, hicieron huelgas desde
1919 hasta 1921, y el gobierno hizo unas pequeñas mejoras sociales para calmar estas
huelgas. Después de la guerra hubo una pobreza muy grande en Alemania, y la inflación
subía al transcurrir de los años. Pero también había un gran nacionalismo en el pueblo,
por la humillación que hubo después de la guerra.

En 1929, al bajar la inversión americana por la Depresión, la economía alemana se cayó.


Habían 6 millones de desempleados, y esto hizo que la república de Weimar se cayera
por la crisis económica. Surge el NSDAP (partido obrero alemán nacional socialista),
más conocido como partido NAZI. El partido Nazi era liderado por Adolf Hitler. Hitler
era austríaco, y después de pelear en la Primera guerra Mundial intentó dar un golpe
de estado en 1923, pero fracasó, y termino en la cárcel. Al salir de allí intento tomarse
el poder otra vez, pero esta vez por las vías legales. Hitler era un político con gran poder
de convencimiento. El partido Nazi empezó a tomar adeptos, y en 1933 Hitler fue
elegido canciller e Alemania. Lo primero que hizo fue disolver el parlamento. Esta fue
la primera muestra de su autoritarismo. Hitler hizo mucho por Alemania en la década
de los 30. Para ganarse a la izquierda y las clases bajas hizo muchas mejoras sociales
como vacaciones pagas, seguro social, recreación, carreteras, viviendas, y un ejemplo
muy claro: el Volkswagen escarabajo, el carro para el pueblo. Todo el mundo podía
comprarlo. Y para ganarse a la derecha alemana cambió su política de nacionalsocialista
a fascista, y ese Fascismo reunía a todas las derechas tradicionales. Hitler era
autoritario, militarista, y perseguía a los comunistas, sindicalistas, las razas no arias (la
raza alemana era aria), y a los partidos políticos. El único partido permitido era el Nazi.
Hitler volvió a Alemania potencia otra vez, implantó un nacionalismo brutal, y la gente
tenía simpatía por su líder. Hitler se declaró a si mismo el “Führer”, y declaró el tercer
Reich de Alemania.
El nacionalismo alemán, el resentimiento producido por de la Primera guerra Mundial,
y el racismo Nazi fueron de las causas más importantes para en inicio de la Segunda
guerra Mundial.

El final de la Primera Guerra Mundial acabó con las naciones que habían participado
en los combates agotadas, toda una generación de jóvenes muertos en el campo de
batalla y las condiciones políticas completamente modificadas, muy diferentes de las
de antes de la guerra.

Las monarquías de Alemania, Austria y Rusia habían sido apeadas del poder y en su
lugar ahora tenían gobiernos democráticos o revolucionarios. Muchos grupos étnicos
europeos que estaban sujetos a estas tres naciones buscaban una oportunidad para
obtener su independencia. Contra esta situación las potencias vencedoras trataron de
obtener la paz permanente en Europa.

Los vencedores de la guerra rápidamente culparon a Alemania del estallido de la


guerra y decidieron castigarla, y eso es exactamente lo que hicieron con el Tratado de
Versalles en 1919. El Tratado fue tan difícil para Alemania porque Francia e Italia la
responsabilizaban de toda la situación.

Por ejemplo, una obra tan radical como The Unanswered Question de Charles Ives, fue
escrita en 1906. El castillo de Barba Azul, de Béla Bartók, en 1911. El tango El choclo, de
Villoldo, al igual que Madame Butterfly, de Puccini, en 1903.

Vemos así como, lejos del epicentro europeo, la escisión de prácticas y tendencias cada
vez más divergentes se vuelve aún más evidente en la música del norteamericano
Charles Ives (1874 - 1954). Su obra nos brinda un temprano anticipo de un devenir
impensable en el siglo xix: la posibilidad de la coexistencia de temporalidades y estilos
musicales divergentes en una misma composición. Semejante heterofonía rompe tan
drásticamente con la noción de unidad entre forma y contenido propia de los estilos
precedentes que, a pesar de ser un punto de referencia relativo para los innovadores
norteamericanos de mediados de 1920, solo después de 1950 comenzarán a valorarse
sus dimensiones y alcances.
Al mismo tiempo, y en estrecha vinculación con una incipiente industria discográfica,
músicas populares y folclóricas siguen sus propios caminos, desligándose de las
estéticas “cultas” a las cuales suelen proveer de material y de las cuales –a veces–
adoptan recursos y procedimientos compositivos. La frontera es siempre problemática,
pero lo que es indudable es que con los inicios del siglo xx comienzan estas
producciones un tránsito desconocido: ya no solo musicalizarán bailes, bodas, desfiles
y prostíbulos, sino que devendrán objeto de contemplación estética, a la par de las así
llamadas músicas “cultas” o “académicas”. Pero se trata de un tránsito paulatino, que de
ninguna manera puede limitarse a esta, su etapa de origen.

Paradójicamente, después del quiebre del paradigma tonal, los representantes de las
vanguardias procurarán resignificar sus experiencias, ordenar sus innovaciones y
restaurar algunas tradiciones perdidas, repentinamente añoradas. Mientras las
corrientes periféricas siguen un camino de constante innovación,
el mainstream europeo se acerca cada vez más al neoclasicismo...

Muy pronto, sin embargo, se vino abajo el sueño. La Sociedad de Naciones tomó
pronto el aspecto de una sociedad de vencedores: a la negativa a aceptar el ingreso de
Alemania y la Rusia soviética, se le unió la renuncia norteamericana a participar en el
gran proyecto que había diseñado su presidente. Sólo Gran Bretaña y Francia se
mantuvieron en una asociación que se reveló como inoperante. La ausencia de
potencias clave en el concierto mundial y la carencia de medios militares y económicos
para hacer aplicar sus resoluciones nos explican la escasa incidencia de la labor de
la Sociedad de Nacionesen las relaciones internacionales.

Concluida la Guerra del Chaco, el Paraguay se encontró a las puertas de un cambio


político que marcó fuertemente la historia nacional: el inicio de los gobiernos
nacionalistas. El nacionalismo, como ideología política, viene de larga data; sin
embargo, el periodo conocido como «entreguerras» fortaleció los cimientos del
surgimiento de ideologías en el que el nacionalismo se llevó al extremo con terribles
consecuencias.

El totalitarismo no fue solo una forma de gobierno, sino que comprendió toda una
forma de estado, de tipo no democrática y que se caracterizó —al igual que el
autoritarismo— por la falta de reconocimiento de la libertad y los derechos del
hombre. Sin embargo, se diferenció en que en el totalitarismo existió una negación de
la libertad, los derechos individuales y la dignidad de la persona. Representó un
proyecto de dominio sin límites siempre con las fuerzas militares como brazo armado
del Estado.

Las graves crisis económicas devenidas como consecuencias de la guerra debilitaron


las democracias europeas, lo que generó un campo propicio para el desarrollo de los
gobiernos totalitarios del siglo XX. Tanto Alemania, Italia y Rusia pasaron por
gravísimas crisis políticas, económicas y sociales luego de concluida la Primera Guerra
Mundial, en los que se logró la máxima representación de los totalitarismos del s. XX.

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