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Presentado por
Deyber Alfonso Navas Rueda – cód. 91531402
Presentado a:
Suelos:
Los mejores suelos para este cultivo son los de textura franca,
permeables, profundos, con buen contenido de materia orgánica, que no
sean muy arcillosos ni muy arenosos. Son preferiblemente suelos
ligeramente ácidos, con un pH de 5.5 a 6.5. En zonas muy lluviosas se
prefieren terrenos inclinados, para favorecer el drenaje y en zonas menos
lluviosas y escasas de agua se prefieren los suelos planos (Bonnet &
Cárdenas, 20 12).
2 Control de arvenses:
Las arvenses pueden hospedar enfermedades y plagas. Estas afectan
directamente el desarrollo normal de la planta, generando diminución del
volumen de producción y causando efectos negativos en la calidad de la
fruta, además de competir por nutrientes, agua y luz con el cultivo. Por esta
razón, después del trasplante se deben eliminar las malezas en la zona de la
corona de planta realizando plateo manual, cuidando de no afectar las raíces
(Reina, Guzmán, &Tovar Chaparro 1998).
Durante el primer año, la probabilidad de ataque de malezas es mayor, por
lo cual es necesario mantener el plato alrededor de la planta con material
seco y realizar limpieza en las entrelineas. El control de malezas realizado
cerca de la zona radicular de la planta se debe hacer con mucho cuidado, sin
utilizar implementos como el azadón, que puede llegar a dañar las raíces,
limitando la absorción de nutrientes por parte de la planta (Bonnet &
Cárdenas,2012).
Fertilización:
La fertilización del tomate de árbol se debe realizar de acuerdo a sus
requerimientos nutricionales y teniendo en cuenta el análisis de laboratorio
del suelo en donde se establecerá el cultivo, de manera que se aporte la
cantidad necesaria de fertilizantes. En un cultivo con un rendimiento
promedio de 20 ton/ha, se requiere aproximadamente 312 kg/ha/año de
Sostenimiento Nitrógeno, 40 kg/ha/año de Potasio, 385 kg/ha/año de K, 188 kg/ha/año de
Calcio, 60 kg/ha/año de Magnesio y 0,36 kg/ha/año de Zinc (Acosta
Quezada, 2011).
Control de plagas:
Nematodos.
Se recomienda solarizar el suelo, la materia orgánica y el sustrato que se va
a utilizar en la plantación; si la población es alta se debe realizar una
aplicación de extracto de ruda ( Mahgoob, AA. El tayeb, Ts 2010).
Áfidos.
Se recomienda la aplicación de insecticidas químicos en la zonas jóvenes de
la planta; existen hongos que afectan estos áfidos como: Beauveria
bassiana. Paecelomyces fumosuros eus, extractos de plantas del desierto a
base de té, neem, aceites minerales que obstruyen sus espiráculos, entre
otras prácticas pueden controlar poblaciones de áfidos.
Mosca de la fruta.
Se debe cosechar oportunamente, instalar trampas McPhail preparadas
con 8 centímetros cúbicos de proteína hidrolizada, 1 litro de agua, 1 gramo
de boro y dos centímetros cúbicos de un insecticida. De acuerdo con los
muestreos y con la ubicación de las trampas que tengan mayores capturas,
se puede aplicar de manera localizada, algún insecticida.
Podas y tutorado:
Una práctica fundamental en el cultivo de tomate de árbol es la poda
ya que con esta vamos a obtener plantas de menor altura, fuertes y
con buena estructura.
La poda en el tomate de árbol consiste en cortar ramas, hojas y
retirar frutos afectados. Esto nos permite orientar la producción y
prevenir la explosión de enfermedades y plagas.
Se presentan varios tipos de podas en este cultivo de tomate de árbol:
Poda de formación.
Consiste en hacer un despunte o corte de la parte terminal
del tallo para quitarle la dominancia apical; este corte se realiza
cuando la planta tiene entre 15-20 cm de altura, haciendo un corte
transversal. Luego se debe aplicar una pasta de Caldo Bordelés
(ANTRASIN), para evitar la entrada de patógenos.
Poda sanitaria y de mantenimiento.
Estas se realizan con el fin de eliminar las ramas viejas, enfermas, las
que se han roto, las secas y las improductivas. Buscando la
estimulación de nuevos brotes fructífero. La primera poda de
mantenimiento se realiza cuando emergen los brotes después del
despunte, pues solo dejamos dos brotes, los más fuertes, para con
ellos formar la copa productiva.
Poda de renovación.
Consiste en cortar los tallos principales del árbol a una altura entre
30-50 cm. (como el soqueo), con la finalidad de promover el brote de
nuevas ramas que darán origen a una nueva copa productiva (García
Muñoz 2008).
Tutorado y amarre:
Debe ser de madera jecho, bien seca y de una longitud aproximada
de 3,20 mt con el fin de que en una pendiente el tutor no queda
muy corto. En lo posible se deben utilizar maderas extraídas de
cultivos con fines de explotación y no de maderas nativas.
El amarre se realiza dándole una vuelta al árbol, por las ramas de
la periferia con una tira elástica. Esta práctica se debe comenzar a los
8 meses para no permitir que se desgajen los árboles con el peso
de los frutos del tomate. La sombrilla o amarre, consiste en unir la
punta del tutor a unas 8 tiras elásticas que a su vez van amarradas
al anillo
4 producciones proyectadas:
Se inicia recolección al año de sembrado y se espera que en ese año se
recojan 15 toneladas por hectárea
Costos y El precio a la venta en el municipio está a $ 1.500 el kg por lo que los ingresos
Producción para el primer año de producción sería de $ 22.500.000.
esperada Los egresos serian de $4.015.000 por lo tanto la utilidad al primer año sería
de $18.485.000.
Se anexa cuadro en Excel con tabla de costos.