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ECONOMIA MUNDIAL DESPUES DE 1950

ESTADO DE BIENESTAR
El papel del Estado en la administración económica de los países fue secundario hasta el momento de la gran depresión de 1929 y solo
se limitaba a funciones de defensa, justicia, gastos, y obras publicas.

A partir de que la producción y consumo aumento


el papel del Estado se volvió mas relevante, vio la necesidad de acuerdos multilaterales.
ECONOMIA EN EL SISTEMA SOCIALISTA
Este sistema busca que los trabajadores (proletariado) sean los dueños de los medios de producción.

El sistema económico que desarrolla la política socialista es conocido como economía planificada.
EL PAPEL DEL ESTADO EN LA ECONOMIA CAPITALISTA DE LA POSGUERRA
En la posguerra, y luego de lo sufrido en 1929, el Estado ve la necesidad de intervenir en la economía, de modo que surgen las ideas
de John Keynes quien asume un papel de "estado bombero"
ESTADO BOMBERO
Se basa en aumentar o restringuir los impuestos y/o el gasto público
El gasto publico son las inversiones del Estado
en campo militar , armas, equipos, y por el campo social en infraestructura.
PRODUCCION EN MASA Y CONSUMO
La producción en masa (fordismo) y el consumo en masa (sociedad de consumo) son la base del capitalismo.
CARACTERISTICAS DE LA PRODUCCION EN MASA
Crecimiento en la producción y uso de recursos energéticos.
Crecimiento de la fuerza de trabajo cualificada.
Desarrollo de avances tecnológicos.
CARACTERISTICAS DE LA SOCIEDAD DE CONSUMO
Aumenta el numero de consumidores
Disminuye el tiempo entre la producción y el consumo.
Publicidad como medio de difusión.
Se expande el comercio internacional.
El Estado de bienestar es un sistema aun vigente en democracias occidentales .
Se refiere a la responsabilidad del Estado en la protección de la sociedad y el bienestar de los ciudadanos.
Para ello :
El Estado
Es necesario realizar un gasto publico que garantice servicios públicos como:

Educación, asistencia médica, pensiones, empleo y vivienda.

1970-1989: recesión económica


En estos años "El estado de bienestar" se comienza a poner en duda y es criticada.
Nacen nuevos grupos ambientalistas, pacifistas, feministas.

El ESTADO DE BIENESTAR ENTRA EN CRISIS


Aumento desempleo
Exigencia de nuevas tecnologías requiere mayor inversión económica
Aumento de la inflación, y el déficit público.
LA ECONOMIA PLANIFICADA
SE CARACTERIZA POR :
Socialización de la propiedad de factores de producción.
El proceso de industrialización y modernización no crece con la misma rapidez que sistemas capitalistas.
Estimula la producción por medio del aprovechamiento de los recursos naturales, humanos, financieros y aumento de empleo.
CRISIS EN LA ECONOMIA PLANIFICADA
Las economías socialistas tienen un gran crecimiento entre 1950 y 1970 pero en los 80 sufren una crisis.
Se dio por la disminución de los recursos naturales explotables y a la centralización de las decisiones
INTERDEPENDENCIA ECONOMICA
El desarrollo de economías capitalistas y socialistas genera relaciones de interdependencia económica entre dos o mas países de
acuerdo con su nivel de producción.

TERCER MUNDO
Son el grupo de países que tienen bajo índice de industrialización y desarrollo, altos índices de pobreza, desempleo, analfabetismo,
insatisfacción de las necesidades básicas.
Son monoprocesadores, lo que limita su economía
DEPENDENCIA COMERCIAL Y FINANCIERA DE LOS PAISES INDUSTRIALIZADOS
LA INTEGRACION
EUROPEA
Europa busco una forma de unir a sus países en materia política y económica.
Buscaban impedir nuevos conflictos, reconstruir todo después de la Segunda Guerra Mundial.
GLOBALIZACION
Busca crear interdependencia a nivel económica, tecnológica, social y cultural en el mundo.
AMBITO ECONOMICO
Integración economías locales en la dinámica de la economía mundial.
El dinero circula por todo el mundo.
Desarrollo y rápida expansión de empresas multinacionales
AMBITO TECNOLOGICO Y COMUNICACIONES
Comunicación cada vez mas rápida y efectiva.
AMBITO CULTURAL
Posibilidad de que las culturas locales se mantengan permeadas por otras influencias culturales en medio del proceso global
NEOCORPORATIVISMO
Es un sistema en el que las empresas y sindicatos tienen representación y participación en la vida política, y pueden tomar algunas
decisiones

La economía mundial ha experimentado desde 1950 un crecimiento económico más rápido que en
cualquier otro periodo anterior, excepto quizás la clásica era de oro (1870-1913), señala Rodrik, y esto se
debe enteramente a que la economía mundial se tornó un ámbito mucho más propicio para el crecimiento
con posterioridad a la década del cincuenta. Además, el impulso que recibió la economía mundial entre
1950 y 1973 fue mayor que en el periodo de loco entusiasmo globalizador posterior a 1990 o que en el de
transición entre 1973 y 1990.

Los países a los que les fue mejor en cada uno de esos periodos (Japón, Corea del Sur y China) difícilmente
eran modelos de mercado abierto y economía del laissez-faire. Esos países combinaron la ortodoxia,
principalmente en las políticas macroeconómicas, con una gran cuota de heterodoxia en otros frentes, en
especial en las políticas microeconómicas. Cada uno de esos países actuó con reglas muy distintas de las
enunciadas por los guardianes de la globalización ortodoxa: instituciones multilaterales como el Banco
Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y academias occidentales.

La premisa del documento de Rodrik es que la globalización, cuando reviste cierta forma adecuada, es un
motor importante del crecimiento económico. Sin embargo, varios de sus rasgos paradójicos, que afectan a
países tanto ricos como pobres, hacen necesario reconsiderar sus normas.

Edad de oro del capitalismo


Se denomina Edad de oro del capitalismo o años dorados —también conocido en francés como Trente
Glorieuses o Treinta Gloriosos y en alemán como Nachkriegsboom o boom de la posguerra— al período socioeconómico
transcurrido desde el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 hasta la crisis del petróleo de 1973.1 El mismo estuvo
caracterizado por dos procesos: el crecimiento económico nunca antes alcanzado y el enfrentamiento entre las dos grandes
potencias, los Estados Unidos y la Unión Soviética, en el marco de la Guerra Fría. Esta fue una de las razones por las que la
expansión del capitalismo fue acompañada de una fuerte presencia del Estado, otorgando importancia a cuestiones sociales.
En la posguerra se acentuó la tendencia intervencionista del Estado que había comenzado a desarrollarse en la década de
1930 y que dio forma al Estado de Bienestar. El Estado, en los países occidentales, asumió tareas activas en relación con las
posibilidades de incidir directamente sobre la actividad económica, en cuestiones como el nivel de empleo, de demanda y
de inversión, para asegurar las condiciones de reproducción del sistema capitalista.2
Uno de los nuevos y más destacados rasgos de la economía fue la producción a bajo costo de una enorme y diversificada
cantidad de bienes, a raíz del desarrollo de nuevas tecnologías y la introducción de métodos de producción más eficientes. La
consecuencia fue la necesidad de dar salida a estos excedentes de producción, para cual el desarrollo de la publicidad condujo
a la consolidación de la llamada sociedad de consumo.3
En este período, Estados Unidos se consolidó como la principal potencia mundial y a su vez, países como los de Europa
Occidental y Japón registraron altísimas tasas de crecimiento. Por otro lado, la concentración de los beneficios del desarrollo
industrial de estos países, condujo a un incremento de las desigualdades con los subdesarrollados del hemisferio sur. A pesar
de que iniciaron el proceso de industrialización no pudieron desprenderse de la dependencia de las exportaciones de materias
primas y alimentos.

La recuperación de posguerra[editar]
.La Segunda Guerra Mundial dejó un saldo de aproximadamente 60 millones de muertes de las cuales 45 millones se
produjeron en territorio europeo.7 Las muertes civiles sobrepasaron ampliamente a las militares.8 Las pérdidas materiales
fueron mucho más graves que en la primera guerra mundial y no solo Europa se vio afectada, sino también el norte de
África y Asia oriental. Se destruyó gran cantidad de viviendas y los sistemas de transporte quedaron casi paralizados. En
la industria, el impacto afectó en mayor medida a los sectores básicos como el carbón, el acero y la energía; pero fue
compensado por el aumento en la capacidad productiva. La situación en la agricultura fue mucho más difícil: la producción
cayó en todas partes, especialmente en Europa Oriental debido a la falta de mano de obra, pérdida de ganado y la carencia
de fertilizantes.9

A diferencia de lo ocurrido en 1918, los vencedores no firmaron pactos inviables, sino que buscaron llegar a acuerdos
razonables y duraderos. Se concretó una división en esferas de influencia occidental y soviética, punto de partida para la
división de Europa en dos bloques. Mientras Estados Unidos, al no verse afectado por la devastación de su territorio, defendía
la posición de no exigir a los vencidos pagos que afectasen su recuperación, Stalin exigía que las enormes pérdidas sufridas
por la Unión Soviética fueran reparadas.10
En Europa Occidental, la situación era muy difícil: había escasez de alimentos, materias primas y bienes de consumo, y no
había recursos necesarios para financiar las importaciones imprescindibles para relanzar la actividad económica. Además, el
proceso de reconstrucción se vio afectado por la inflación producida por la aparición de una cantidad enorme de dinero y una
limitada oferta de bienes de consumo. Otro problema que ponía en peligro la recuperación era la escasez de dólares, la cual no
podía ser compensada con exportaciones debido a la inferioridad tecnológica de Europa con respecto a Estados Unidos. Ante
la necesidad de reponer lo destruido y de reemplazar los equipos obsoletos, este último quedó como el único país capaz de
suministrar bienes de capital.9
Estados Unidos decidió salir de la habitual política aislacionista, y en 1947 el ministro de asuntos exteriores, George Marshall,
anunció el plan que luego tomó su nombre. Este estaba influenciado por la doctrina Truman que implicaba apoyar a los pueblos
libres a través de ayudas financieras frente a la amenaza del comunismo.11 Esto les permitió a los países beneficiarios, los de
Europa Occidental y Japón, disponer de materias primas, alimentos, combustibles y algunos productos manufacturados.
Europa pudo reducir su déficit en la balanza comercial, recuperar su nivel de reservas y relanzar su actividad industrial.
Asimismo, el Plan Marshall favoreció la implantación de las empresas americanas en Europa. Desde otra perspectiva,
contribuyó al aislamiento entre las partes occidental y oriental del continente europeo. Su creación fue respondida por el bloque
soviético con la constitución del COMECOM en 1949.10

La dinámica del crecimiento occidental[editar]


La economía mixta[editar]
Uno de los rasgos más novedosos del escenario de la posguerra fue la emergencia de la economía mixta, la cual se basaba en
una relación entre el sector privado, el Estado y los sindicatos.13 Después de la gran depresión de la década de 1930, quedó
clara la necesidad de una intervención creciente del Estado por la incapacidad de la economía de mercado para resolver los
problemas generados por la crisis. A partir de la posguerra, este concepto evolucionó hacia posiciones más ambiciosas: el
Estado también debía asegurar el crecimiento a largo plazo y que el mismo fuera de la forma más equitativa posible.14
La economía mixta se fortaleció mediante la búsqueda del consenso social y político, que se plasmó en la conformación de
gobiernos de coalición en los que tomaron un rol activo los partidos de izquierda y los sindicatos. Se adoptaron medidas de
reforma como la nacionalización de las industrias básicas, la creación de organismos planificadores y la participación obrera en
las ganancias y en la dirección de las empresas.15 16 Los rasgos principales de esta nueva realidad fueron los derivados de la
convergencia entre el mundo capitalista y el comunista: producción en gran escala, planificación en sustitución del mercado,
regulación de la demanda por parte del Estado a través del control de precios y salarios, y el papel preponderante de este en la
provisión de fuerza de trabajo educada y entrenada.
La empresa, el trabajo y capital[editar]
El crecimiento experimentado por la economía occidental se vincula con una modificación de los factores de
producción de trabajo y capital. Los avances tecnológicos, la implementación de economías de escala y las mejoras en la
organización empresarial, aumentaron la productividad.17 El aumento de la oferta de trabajo se debió al crecimiento natural de
la población y a los cambios en la tasa de la población activa fruto de la incorporación masiva del trabajo femenino, por los
movimientos internacionales de población y por la atracción de trabajadores procedentes del agro.18 19 No solo se observaron
aumentos cuantitativos de la oferta de trabajo, sino también cualitativos de debido a la mejora del sistema educativo.
Por otro lado, el progreso técnico vivido en esta época estuvo vinculado a: la multiplicación de las materias primas gracias la
fabricación de fibras sintéticas y a las aleaciones de metales, el espectacular desarrollo de nuevas maquinarias e instrumentos,
los avances en la extracción de recursos naturales y las mejoras en los transportes y comunicaciones. Esta revolución
tecnológica fue fundamental para la producción en masa, la automatización y la industrialización de la ciencia. La introducción
de mecanismos automáticos y semiautomáticos, potenciados por la irrupción de las computadoras, facilitó la expansión de
sectores como los del automóvil, los electrodomésticos, la industria química, etc. Las posibilidades de transferencia de
tecnología aumentaron mucho más en estos años, a favor de los esfuerzos de Estados Unidos desde el plan Marshall en
adelante. La introducción y la difusión de los procesos automáticos contribuyeron a la generalización de la
organización fordista del trabajo simplificando y fraccionando las tareas
El factor demanda[editar]
El crecimiento económico de posguerra está asociado a la expansión de la demanda y al despliegue de la sociedad de
consumo que había nacido en Estados Unidos en los años 20. En Europa Occidental y en Japón, el proceso se afirmó a partir
del 1945, asociado a los incrementos de la productividad del trabajo y al papel del Estado como redistribuidor de los ingresos
en beneficio de los sectores de menos ganancias; y en el caso de Japón, a la actitud paternalista de las grandes empresas las
cuales aseguraban beneficios extras a los trabajadores a través de premios y estímulos.
La base de la sociedad de consumo fue la elevación de los salarios. A su vez, la expansión de la demanda repercutió sobre la
actitud de los empresarios que multiplicaron las inversiones. Estas se orientaron a la producción de bienes de consumo, a
la construcción y a actividades recreativas. El Estado también cumplió un papel destacado al invertir en infraestructura y ayudar
a las empresas mediante subsidios y créditos en condiciones favorables. La dinámica de la sociedad de consumo condujo a la
conformación de una estructura empresarial dual: por una parte, una profundización de la concentración oligopólica de
empresas que respondían a la demanda generada por el consumo masivo en crecimiento; por otra, el desarrollo de empresas
pequeñas orientadas hacia los servicios y hacia bienes que satisfacían los gustos pautados por la moda.
También, en este período aumentaron notoriamente las exportaciones, lo cual estuvo vinculado a decisiones políticas. Las
enseñanzas del período de entreguerras, en las que el incremento de los aranceles y restricciones del comercio tuvieron
efectos negativos, fueron aprendidas. En los acuerdos de Bretton Woods, se recomendó liberar el comercio, lo que finalmente
se hizo mediante la baja sustancial de las barreras aduaneras y al desarrollo de formas de cooperación económica. Además,
los progresos técnicos en el área de los transportes y el bajo precio del petróleo, condujeron a una disminución de los fletes
facilitando el intercambio.
La integración económica internacional[editar]
A partir de la puesta en marcha del Plan Marshall por parte de los Estados Unidos, quedó claro que había una intencionalidad
diferente por parte de la primera potencia respecto al funcionamiento de la economía mundial. El Acuerdo General sobre
Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) fue la primera manifestación de ese nuevo espíritu. La idea,
surgida en Bretton Woods, tenía como principios fundamentales, la igualdad de trato y el multilateralismo, promoviendo la
defensa del libre cambio con algunas excepciones justificadas por la necesidad de garantizar el pleno empleo o por pautas
impuestas por el desarrollo.
El logro más significativo con respecto al proceso de cooperación económica fue la creación del Mercado Común Europeo. La
idea de integración estaba en mente cuando finalizaba la Segunda Guerra Mundial, y así fue que en 1944 los gobiernos
de Bélgica, Holanda y Luxemburgo acordaron la creación, a partir de 1948, de un mercado común denominado Benelux. La
integración económica era fuertemente alentada por Estados Unidos ya que crearía una barrera fuerte y prospera contra la
propagación del comunismo. Otro ejemplo de cooperación fue el establecimiento de la Comunidad Europea del Carbón y del
Acero (CECA) que logró mejorar las relaciones entre Francia y Alemania. Este cuardo fue el antecedente de la conformación
de una unión aduanera conocida como Comunidad Económica Europea, la cual permitió el libre movimiento de mano de obra,
de capitales y servicios en región; la expansión de cada uno de los países integrantes y el crecimiento del nivel de vida de la
población. La constitución de la CEE dio las condiciones necesarias para que los países que quedaban fuera de la misma
establecieran su propio bloque, la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés). Los
acontecimientos posteriores condujeron a un acercamiento de Gran Bretaña y los países del EFTA a la Comunidad Europea
los cuales entraron a la misma en 1972.Las transacciones entre los países participantes se cuadriplicaron en diez años y se
incrementaron las inversiones extranjeras, especialmente las estadounidenses.
Por otro lado, la creación del Fondo Monetario Internacional, tras las negociaciones realizadas en Bretton Woods, implicó el
establecimiento de pautas para la puesta en vigencia de un sistema monetario basado en paridades fijas y en el respaldo de
monedas fuertes. Su funcionamiento dependía de la situación dominante de los Estados Unidos, el país acreedor del mundo
occidental. Al dólar se le dio un valor fijo en oro pero asumió un papel contradictorio: en el interior de Estados Unidos no era
convertible y los gobiernos podían contraer o ampliar la oferta monetaria. En el exterior en cambio, el dólar era convertible en
oro y funcionaba como respaldo de las demás divisas. Este sistema comenzó a tener problemas a medida que la economía
europea y japonesa despegaron, mejorando su competitividad internacional, lo que afectó a la moneda norteamericana.

La evolución económica por país[editar]


Estados Unidos
Los Estados Unidos, no solo salieron políticamente victoriosos de la guerra, sino que su preeminencia económica se manifestó
de manera clara. Terminado el conflicto, este país concentraba la mayor parte de la capacidad manufacturera mundial, así
como también los mayores esfuerzos en investigación y desarrollo. De las 100 principales innovaciones introducidas en este
período, 60 provenían de compañías estadounidenses. Una de las razones que explican esta transición es la rápida
reconversión de la industria bélica hacia la producción de bienes de consumo alentada por la reducción de impuestos y al
elevado nivel de gastos por parte del gobierno. Mayor importancia aún tuvo el incremento de la demanda en una población que
llevaba varios años sacrificándose por la guerra. Pero el problema principal a que se debió enfrentar a finales de los años
cuarenta fue la inflación, que llevó a un aumento en el costo de vida. En estos años se produjo una recesión que pudo ser
resuelta por factores endógenos como la aplicación del plan Marshall y la Guerra de Corea. La ayuda brindada a Europa
Occidental y a Japón ayudó a aumentar las exportaciones y la inversión en empresas del Viejo Continente por parte de las
compañías estadounidenses.
A partir del 1953, bajo el gobierno republicano de Eisenhower, hubo una aceptación del papel del gobierno federal en las
cuestiones sociales y una aceptación de las posibilidades que brindaba el déficit presupuestario como factor dinamizador de la
actividad económica; pero no se implantó una política fiscal y monetaria destinada a actuar sobre la demanda. Con el regreso
de los demócratas con Kennedy en 1961, se aplicaron medidas keynesianas, como una política fiscal activa y la utilización
sistemática del déficit presupuestario. Estas políticas económicas fueron llamadas New Economics y arrojaron resultados
positivos, como manifiesta el promedio de 8% anual de crecimiento del PBI entre 1961 y 1969. Sin embargo, el efecto
expansivo de la intervención en Vietnam produjo un proceso inflacionario que debió ser afrontado por Nixon después de su
investidura en 1969. La ortodoxia del equipo conservador que lo rodeaba condujo a los clásicos ajustes monetarios y
presupuestarios, pero el alza de precios no se detuvo. El gobierno estableció estrictos controles para atacar la inflación y las
consecuencias fueron recesión y desempleo, sin lograr que los precios se estabilicen. Por lo tanto, cuando en 1973 estalló la
crisis del petróleo, la economía norteamericana ya estaba en serios problemas.
Gran Bretaña[editar]
Al finalizar la segunda guerra mundial, el gobierno británico, bajo la conducción del laborista Clement Attlee, se orientó hacia la
implementación de políticas keynesianas. Sus componentes principales fueron la constitución de un Estado benefactor, el
objetivo del pleno empleo y la nacionalización de un sector significativo de la estructura industrial. Se buscaba un equilibrio
entre la libertad y seguridad, restringiendo algunos principios de la economía de mercado, reemplazados por un activo papel
del Estado en el terreno social y en la búsqueda de políticas que terminaran con la desocupación. Así, el Estado asumió de
manera plena una función distributiva que, a partir de sustanciales aumentos en las contribuciones patronales, concretó un
conjunto de beneficios sociales que protegía a los ciudadanos. A su vez, se nacionalizó el Banco de Inglaterra, la minería
del carbón, el gas, la electricidad, los ferrocarriles y una parte de la industria metalúrgica. Sin embargo, la falta de una política
de planificación impidió que el Estado hiciera uso efectivo de su poder económico. La recuperación de la economía británica se
basó en el incremento de las exportaciones. Además, los controles instaurados en la guerra se conservaron por lo que se
mantuvo bajo el nivel de importaciones, asegurando una balanza comercial favorable. La devaluación del 1949 potenció la
posición exportadora del país pero generó inflación.
Esta coyuntura negativa permitió a los conservadores volver al poder de la mano de Winston Churchill. Desde 1964, los
laboristas y conservadores se alternarían en el poder y en este período no se produjeron modificaciones significativas en la
estructura económica conformada después de la guerra. Con el marco de inconsecuencia de las políticas económicas, debido
a la alternación entre gobiernos conservadores y laboristas, se produjo la aceleración del proceso de concentración industrial
iniciado en el período de entreguerras. Su rasgo diferenciador fue la diversificación de la producción. Los progresos de la
industria se enfrentaron a una dura actitud de los sindicatos los cuales habían tomado fuerza después de la guerra. La
estrategia adoptada fue de luchas por incrementos salariales y en la conservación de un poder monopólico, que afectó en
muchas veces la introducción de mejoras técnicas. El modesto comportamiento de la economía británica a lo largo del período
marcó la desaparición definitiva de su sistema de hegemonía. Luego del impacto de la crisis del petróleo, retornarían las
políticas liberales con Margaret Thatcher a la cabeza.
Francia[editar]
El ejemplo francés fue uno de los casos más concretos de implementación de una economía mixta. El líder de la Francia
liberada, Charles De Gaulle, compartía con la izquierda la concepción de que el papel del Estado debía ser mucho más activo.
Las nacionalizaciones fueron muchas, continuando una tendencia que se había iniciado con la gran depresión en la cual se
habían nacionalizado los ferrocarriles, la industria aeronáutica y la de armamentos. En la posguerra fueron la industria
automovilística, el transporte aéreo, la minería de carbón, el gas, la electricidad , el Banco de Francia y otros bancos
comerciales, las que pasaron en manos del Estado. Así, el Estado se convirtió en el principal productor y empleador del país,
pero las nacionalizaciones no implicaron una modificación de la estructura fabril y la mayoría de las empresas conservó su
autonomía.
El pilar básico de la economía francesa fue la planificación estatal siendo su impulsor Jean Monnet. La misma apuntó a guiar la
producción antes que a controlarla. El crecimiento se basó en el desarrollo de seis industrias
estratégicas: carbón, acero, cemento, electricidad, transportes y maquinaria agrícola; más tarde se les sumaron el petróleo y
los fertilizantes. Los sucesivos planes cuatrienales se plantearon objetivos diversos, desde la expansión de la industria
pesada hasta la consolidación de beneficios sociales para jubilados y asalariados de bajos ingresos, pasando por el desarrollo
científico y tecnológico. El plan Marshall creó las condiciones para la puesta en marcha del primer plan, pudiéndose financiar
las importaciones esenciales para el despegue y lo dotaron de capitales para impulsar la industria pesada.
El principal factor en la restructuración y el despegue de la industria francesa lo constituyó el ingreso en la Comunidad
Económica Europea. La obligación de competir condujo a una transformación tanto de la agricultura como de la industria. El
campo completó su reconversión basado en una disminución de la población activa y el aumento de la producción gracias a las
mejoras técnicas y de la racionalización de los procesos productivos. También, se abandonaron las zonas menos productivas y
aumentaron las exportaciones agrarias. Con respecto a la industria, bajo la tutela del estado, esta se renovó de manera total,
aumentado su competitividad en el escenario internacional. Como resultado, entre 1949 y 1969 las exportaciones industriales
aumentaron en un 5,5%, para la década del 70, Francia era una potencia industrial de primer orden.
Alemania[editar]
Los Gobiernos de la República Federal Alemana se orientaron hacia políticas de corte neoliberal, si bien con algunos
componentes intervencionistas. A pesar de los proyectos iniciales de los aliados, que planteaban la necesidad de debilitar
económicamente a Alemania para impedir al retorno de las situaciones que provocaron las dos guerras, las realidades de
la Guerra Fría y la necesidad de frenar el avance del comunismo, obligaron a revisar estas ideas reemplazándolas por la
concepción de que una Europa ordenada y próspera requería una Alemania estable y productiva. El triunfo de las ideas
neoliberales se produjo en un marco donde en la sociedad alemana existía un consenso mayoritario a favor de una economía
planificada. El gobierno aceptó gran parte del ideario neoliberal pero incorporó la cogestión obrero-empresaria y una activa
política contra los procesos de concentración, que sin embargo, siguieron siendo característicos de la economía alemana.
En Alemania se produjo un despegue acelerado debido a la adecuada provisión de capital, mano de obra y mercados, y la
instrumentación de políticas económicas que contribuyeron al crecimiento. Los niveles de inversión bruta en esos años
alcanzaron valores que iban desde el 20 al 24%, proporción superior al resto de los países occidentales.
La autofinanciación empresarial fue el instrumento principal, y la importante reserva de maquinaria existente permitió la rápida
reconstrucción del tejido industrial. La abundancia de mano de obra, ampliada por los emigrantes y refugiados del bloque
oriental, permitió la existencia de moderadas demandas salariales, sumada a una comprensión de los sectores sindicales de la
necesidad de no profundizar los enfrentamientos con el empresariado. La tradicional capacidad alemana en la industria pesada
le permitió aprovechar su reingreso en el mercado mundial, favorecido por la liberación del comercio y el establecimiento
del Mercado Común Europeo.
Con respecto a la política económica, los gabinetes liberales, que gobernaron el país hasta 1966, mantuvieron una orientación
que privilegiaba el control de precios y de la balanza de pagos en detrimento de los gastos sociales. Con la llegada de
los socialdemócratas al poder en 1966, comenzaron a aplicarse algunos instrumentos de las políticas keynesianas como la
financiación deficitaria del presupuesto, la implementación de medidas fiscales y monetarias y algunos elementos de
planificación a mediano y largo plazo. Alemania se alejó así de la corriente neoliberal para insertarse en el movimiento
generalizado en Occidente de la economía mixta.
Japón[editar]

Japón se trata de un país pobre en recursos naturales, superpoblado y con una escasa superficie cultivable por habitante. Es el
primer caso de una economía no occidental que despega hasta en punto de convertirse en la segunda potencia del planeta.
Para Japón, el enfrentamiento del 1939-1945 terminó en un desastre en el terreno militar y económico. No solo perdió todas
sus colonias y su influencia en Asia, sino que también les fueron arrebatadas sus inversiones en Manchuria y China. La idea
original de los vencedores era acabar con la hegemonía japonesa en el extremo oriente limitando su crecimiento. Sin embargo,
la evolución de la coyuntura internacional, marcada por la guerra fría y al triunfo de Mao Tse Tung en China, obligó a la
reconstrucción del Japón como bastión contra los países socialistas. La Guerra de Corea (1950-1956) terminó de definir la
situación: la demanda de armamentos y repuestos militares por parte del ejército estadounidense se volcó hacia la economía
japonesa, por lo que fue preciso modificar los planeamientos originales, proponiéndose el desarrollo de Japón como potencia
hegemónica en el sudeste asiático.
El crecimiento explosivo experimentado por Japón, desde principios de los años 50 hasta la crisis del petróleo, fue claramente
superior al de cualquier otro país. Esto se debe a una multiplicidad de causas. En primer lugar, el clima internacional de la
posguerra, asentado en la hegemonía de Estados Unidos y la expansión del comercio mundial impulsada por el GATT, creo las
condiciones necesarias pera la colocación de exportaciones japonesas en el mercado mundial, fundamental para pagar las
importaciones de materias primas como petróleo y recursos tecnológicos. Otro factor, fue el importante suministro de mano de
obra barata para la industria proveniente del sector agrícola, permitió una gran elasticidad en la oferta, por lo que fue viable que
los salarios crecieran menos que la productividad facilitando el descenso de los costos. Por otro lado, el elevado nivel
de ahorro de la población, asentado sobre una baja propensión al consumo, permitió que el país tuviera el mayor índice
de inversión dentro de los países desarrollados.
Por otro lado, el papel del Estado partió del rechazo de una estrategia de crecimiento a largo plazo basada en la teoría de
ventajas comparativas, por lo que actuó como mecanismo de compensador de las deficiencias del mercado. Además, coordinó
de manera amplia el conjunto de la actividad productiva, involucrando organismos públicos y sectores de la actividad privada.
Asimismo, desde el estado se estructuró un sistema educativo de alta calidad, dirigido a impulsar el desarrollo económico y a
servir a las grandes empresas. Muchos alumnos solo estudiaban para obtener empleo en una de las principales compañías. El
proceso de modernización industrial se realizó inicialmente a partir de la utilización de recursos tecnológicos provenientes
de Estados Unidos. Este impulso inicial fue acompañado por un considerable esfuerzo del Estado para impulsar el cambio
tecnológico, incrementando los gastos en la investigación básica y aplicada. Por último, el predominio del Confucianismo en la
sociedad japonesa implicó el asentamiento de una visión del mundo que justificaba el orden social existente y el
encolumnamiento detrás de la autoridad. La organización fabril japonesa, con todas sus peculiaridades, fue entonces aceptada
mayoritariamente como parte de ese status quo incuestionable, y las clases trabajadoras apuntalaron con su esfuerzo la
estrategia de expansión económica acelerada.
España[editar]
En 1945 España era un país principalmente agrícola y atrasado. A pesar de no haber participado en la Segunda Guerra
Mundial, la guerra civil de 1936-1939 planteó obstáculos en la recuperación económica; agravados por la política franquista de
alianza con las potencias del eje, las pretensiones autárquicas y el intervencionismo económico. Sin embargo, cuando las
relaciones entre Estados Unidos y la URSS, aliados en la guerra, se deterioraron; se produjo un acercamiento entre España y
Estados Unidos basado en el enemigo común que significaba el comunismo. Este proceso culminó en los Acuerdos de Madrid
de 1953.
Desde un punto de vista económico, la década del 40 presenta un balance muy negativo. Solo gracias a la ayuda
de Argentina y Estados Unidos el país se salvó de una catástrofe alimenticia. En pocos años, el régimen franquista había
acabado con los excedentes de producción de trigo de la Segunda República Española al desabastecimiento de los bienes de
consumo más básicos. Pero a partir del 1951 se comenzaron a aplicar políticas de apertura hacia el exterior y de liberalización
económica interior, que junto con la ayuda norteamericana y la restauración de las relaciones económicas con una Europa en
recuperación, permitieron empezar un proceso industrializador. Este proceso culminó con el Plan Estabilizador de 1959 que
reducía la intervención estatal en la economía, saneaba las cuentas públicas, abría la economía al exterior y fijaba un tipo de
cambio realista para la peseta.
A pesar de no formar parte de los acuerdos de integración económica de Europa, la economía española se benefició del
espectacular crecimiento europeo de los años 60. En primer lugar, la demanda europea provocó un gran crecimiento de las
exportaciones españolas lo que permitió importar los productos necesarios para el desarrollo industrial. Por otro lado, se
produjo un proceso de emigración de población española hacia países más industrializados lo que ayudó a resolver la falta de
puestos de trabajo en el país. A su vez, el turismo creció como actividad económica ya que muchos europeos comenzaron a
elegir a España como destino de sus vacaciones. Por último, tuvo lugar una amplia apertura a las inversiones de capitales
extranjeros. Los efectos de este proceso fueron notorios: el crecimiento económico español fue superior a la media europea
siendo la industria del automóvil una de las locomotoras más potentes del crecimiento (de 1958 a 1972 creció a una tasa
compuesta anual del 21,7 %.) A su vez, el sector agrario vivió un acelerado proceso de modernización paralelo al éxodo rural
hacia zonas urbanas y al extranjero.
Sin embargo, el desarrollo industrial sufrió varias limitaciones debido a la persistencia de las prácticas intervencionistas y
proteccionistas del franquismo y sus prejuicios sobre sectores que requerían atención preferente. Además, la propia naturaleza
del régimen era un obstáculo para el progreso de la educación, la investigación y para el desarrollo del capital humano. La
ausencia de una refoma tributaria y la no implementación de políticas keynesianas impidió que el gobierno español gastase
más en educación, sanidad e infraestructuras de transporte y comunicaciones. Durante la década del 60, España se convirtió
en un país industrial gracias a la favorable coyuntura internacional. Sin embargo, en muchos aspectos, la sociedad española
permanecía alejada de muchos patrones europeos, debido al programa franquista que impulsaba el inmovilismo político y
social.

Las explicaciones del crecimiento[editar]


La expansión económica de posguerra ha sido objeto de múltiples explicaciones que buscan identificar sus causas.
La fundamentación neoclásica
Explica el crecimiento partiendo de cada factor de producción. De los tres factores principales (recursos naturales, capital y
trabajo) se despegan una significativa cantidad de variables específicas como la duración del año de trabajo, los niveles
educativos de la mano de obra, la infraestructura, etc. Incluye también al factor residual como los conocimientos técnicos y los
avances en la organización. La teoría neoclásica estudia al crecimiento del lado de la oferta apuntando a sus causas
inmediatas.
Argumentos keynesianos
Se enfatiza la importancia de la existencia de una elevada demanda agregada como condición necesaria para el crecimiento.
El mismo se alcanza mediante una activa política fiscal y monetaria y un alto nivel de inversiones. El papel del Estado es
crucial para evitar la irrupción de coyunturas depresivas que afecten la inversión privada. A su vez, el gobierno debe facilitar el
comercio internacional y asegurar ingresos para desocupados, enfermos y jubilados para consolidar una demanda estable. El
error de esta teoría es dar por sentado la utilización de políticas keynesianas en países que no lo hicieron o lo hicieron por muy
poco tiempo.
Modelos del cambio estructural
El estructuralismo afirma que el crecimiento es un proceso desequilibrado en el que el progreso técnico no se distribuye de
forma uniforme entre los sectores. La estructura de la demanda conduce a modificaciones en la estructura productiva: algunos
sectores crecen, otros declinan. Se parte del modelo de Lewis que supone la existencia de dos sectores, uno atrasado y otro
avanzado con salarios y productividad más elevados. El crecimiento es el proceso de transferencia de trabajo y recursos y
aumento de productividad del sector atrasado hasta desaparecer.
La escuela del catching up
Indica que si el nivel de producción de un país es inferior a otros, los países atrasados pueden acortar las distancias que los
separan de los países líderes mediante el deseo de imitación, la flexibilidad para el cambio y la capacidad para organizarlo. Un
ejemplo es el crecimiento rápido de la Europa Occidental y el Japón a partir de la imitación de los Estados Unidos mediante la
capacidad para organizar el cambio, la libertad de la libre empresa, la organización del sistema educativo y el control
institucional de los conflictos. El proceso de crecimiento pierde velocidad cuando ya no queda nada que imitar.
El enfoque marxista
Explica la historia del modo de producción capitalista desde 1945 de acuerdo con las leyes básicas del movimiento de capital
descriptas por Marx. Se hace un análisis cíclico del capitalismo indicando que la onda larga se inicia tras la segunda guerra
mundial. La misma se caracteriza por un incremento a largo plazo de la tasa ganancia y una expansión del mercado a través
de la innovación tecnológica y un aumento de la tasa de plusvalía acompañado de un aumento de los salarios reales. Esta
etapa del capitalismo tardío incluye tres nuevos rasgos: la reducción del tiempo de rotación del capital fijo, la aceleración de la
innovación tecnológica y el aumento del costo de los grandes proyectos de acumulación. Asimismo, la creciente propensión del
sistema a las explosivas crisis convierte al Estado en un administrador de crisis, el cual mediante políticas anticíclicas evita las
depresiones catastróficas. La consecuencia de este intervencionismo produce un proceso inflacionario el cual dificulta sostener
la demanda.
# Sociedad de consumo es un concepto socioeconómico con el cual se denomina a los Estados con desarrollo industrial o
productivo capitalista1 2 en los cuales existe un consumo masivo de bienes y servicios, como consecuencia de una también
masiva producción3 y de que la oferta es amplia, hasta incluso superar a la demanda.4 El consumismo suele ser una de sus
características principales, el cual es posible gracias a la disponibilidad de dinero efectivo o de otros medios de adquisición.

El consumo[editar]
El consumo es un proceso económico asociado a la satisfacción de las necesidades y deseos de los agentes económicos. El
consumo como tal se produce en todos los sistemas económicos. Por otra parte, el consumismo, propiamente dicho, es una
característica de determinados sistemas económicos, en los que las decisiones de producción están asociadas al supuesto de
que los agentes económicos trabajarán para obtener su renta, por encima de sus necesidades estrictas de consumo, y por
tanto tomarán decisiones para poder disponer de una renta disponible mayor y aumentar sus niveles de satisfacción personal a
través del consumo asociado a la satisfacción de deseos. En una sociedad de consumo una de las actividades
de ocio principales de la población es la adquisición de bienes materiales o servicios adicionales, con los que satisfacen sus
deseos de estatus social o satisfacción material.
En las llamadas sociedades de consumo, cierto número de individuos pueden desarrollar un trastorno de compra compulsiva.
Para los individuos que desarrollan este trastorno acto de adquirir productos y servicios que están al alcance de los
consumidores y usuarios, se convierte en un acto de abusar. En ocasiones, el consumismo se entiende como la adquisición o
compra desaforada, que asocia la compra con la obtención de la satisfacción personal e incluso de la felicidad personal. En las
sociedades de consumo, ciertos individuos están dispuestos a trabajar más horas y reducir el número total de horas de ocio, a
cambio de mayores salarios y rentas, que les permitan en un tiempo de ocio menor adquirir mayor cantidad de productos y
bienes.

Posicionamientos[editar]
Actitudes críticas[editar]
Si por un lado, hay quien afirma que la discusión sobre la bondad o maldad de la sociedad de consumo es más de
carácter ético o ideológico que estrictamente económico, en cuanto que la sociedad de consumo no sería sino un estadio
avanzado de las sociedades industrializadas con el objeto de cubrir las necesidades y deseos de los consumidores; por otro
hay quien señala que si la economía es la ciencia encargada de satisfacer las necesidades humanas con
los recursos disponibles, es un problema económico de primer orden plantear en qué medida la sociedad de consumo cubre
nuestras necesidades, o bien destina muchos recursos valiosos a satisfacer deseos fútiles, y a existencias de producto
invendibles, mientras deja sin cubrir necesidades fundamentales.
Una de las críticas más comunes sobre la sociedad de consumo es la que afirma que se trata de un tipo de sociedad que se ha
"rendido" frente a las fuerzas del sistema capitalista y que, por tanto, sus criterios y bases culturales están sometidos a las
creaciones puestas al alcance del consumidor. En este sentido, los consumidores finales perderían las características de ser
personas humanas e individuales para pasar a ser considerados como una masa de consumidores a quienes se puede influir a
través de técnicas de marketing, incluso llegando a la creación de falsas necesidades entre ellos.
Desde el campo ambientalista, la sociedad de consumo se ve como insostenible, puesto que implica un aumento constante de
la extracción de recursos naturales, y del vertido de residuos, hasta el punto de amenazar la capacidad de regeneración por la
naturaleza de esos mismos recursos imprescindibles para la supervivencia humana.
Desde el punto de vista de la desigualdad de riqueza internacional, se ha señalado también que el modelo consumista ha
conducido a que las economías de los países pobres se vuelquen en la satisfacción del enorme consumo de las sociedades
más industrializadas, mientras pueden dejar de satisfacer necesidades tan fundamentales como la alimentación de sus propias
poblaciones, pues el mercado hace que se destinen los recursos a satisfacer a quienes pagan más dinero.
Los dos enfoques anteriores se combinan a la hora de señalar que, si la mayoría de la población mundial alcanzara un nivel de
consumo similar al de los países industrializados, recursos de primer orden se agotarían en poco tiempo, lo que plantea serios
problemas económicos, éticos y políticos.
La sociedad de consumo no sólo se refiere al consumo de bienes sino también al de servicios, dado que cada vez tiene más
importancia en las sociedades desarrolladas el consumo de servicios; fruto, fundamentalmente, de la mayor disponibilidad de
renta y tiempo libre. En este sentido, la crítica a este tipo de sociedades viene dada por el efecto de sesgo de la información, al
objeto de "moldear" al consumidor para convertirlo en el "consumidor ideal" que pretenden las empresas que tienen el poder de
hacerlo.

Actitudes favorables[editar]
Para algunos de los defensores de la sociedad de consumo, como G. Katona y W. Rostow, el consumo de masas y la sociedad
de consumo es consecuencia del alto desarrollo al que han llegado determinadas sociedades y se manifiesta en el incremento
de la renta nacional. A su vez, posibilita que un número cada vez mayor de personas adquiera bienes cada vez más
diversificados. De esta forma, facilitando el acceso a una mayor cantidad y calidad de productos por una parte cada vez mayor
de la sociedad, se estaría produciendo una mayor igualdad social. Este análisis que se limita a ver el efecto de la satisfacción
de deseos materiales, deja a un lado el efecto sobre la cultura, el medio ambiente, el número de horas trabajadas, o el nivel de
endeudamiento de las familias.

Sociología del consumo[editar]


Desde el punto de vista de la sociología, el consumo se define como “el conjunto de procesos socioculturales en que se
realiza la apropiación y los usos de los productos o servicios”. Productos o servicios que pueden estar a disposición del
consumidor en cualquier parte y que pueden ser consumidos de distintas maneras. El simple hecho de la existencia de los
productos o servicios los transforma en potencialmente consumibles y da a todos los consumidores el derecho legítimo de
aspirar a tenerlos.
Es el nivel de renta el que permite el consumo, pero en términos relativos en muchas sociedades cada vez es necesario menos
proporción renta para el consumo innecesario, ya que la producción en masa, así como las imitaciones, han hecho posible que
personas que no pertenecen a las élites puedan tener acceso a productos o servicios similares. En ocasiones el consumismo
se basa en un aumento del número de horas de trabajo, como ha sucedido en las últimas décadas en Estados Unidos, y
también en el aumento general del endeudamiento de la población.
El consumo implica relaciones de posesión, de dominación, pero también de imitación, siendo el mimetismo cultural un móvil
importante para el consumo aún cuando el consumo es una elección consciente de cada persona y depende de su cultura. Y
aunque la persona no pueda comprar los bienes, la sola ilusión de que puede llegar a hacerlo, el simple consumo visual,
proporciona placer y hacen que la persona se sienta partícipe de este mundo.
En Occidente, los niveles de renta más alto han dado lugar a sociedades de consumo como resultado del proceso
de industrialización que acorta la vida de los productos, convirtiéndolos en obsoletos; el consecuente desarrollo de
la tecnología los sustituye por otros más avanzados o con más y mejores prestaciones. Sin embargo, el consumo no parece en
modo alguno una consecuencia necesaria de una avanzada industrialización, por lo que el desarrollo de las sociedades de
consumo podrían haberse visto favorecidas por factores sociopolíticos e ideológicos.
El modo de vida postindustrial y la adquisición progresiva de bienes de consumo, tal como existen en muchos países,
satisfacen el deseo de “confort“. Al mismo tiempo los productores de bienes han acelerado el ciclo de vida de los productos, lo
cual ha reforzado aún más el consumismo. Lo que antes era sinónimo de prestigio, el paradigma de tener objetos que duran
toda la vida, dio paso a un sistema donde los objetos son casi desechables. Esta transición donde los objetos se hacen
cicladores rápidos cuyo valor es el prestigio inmediato está sustentado en la creación de necesidades y deseos, que sostiene el
actual nivel de producción de bienes.
Para Jean Baudrillard sostiene que bajo la dimensión económica del consumo subyacen factores intrínsecos del individuo
combinados con imperativos sociales, por lo que el académico francés plantea que este es un fenómeno que depende cada
vez más del deseo que de la necesidad. El autor inglés Robert Bocock recalca que el consumo es una práctica social que
surge con la sociedad moderna y cuya función principal es proporcionar al individuo formas de distinguirse de otros grupos de
distinto nivel social. Estos planteamientos implican la existencia de una jerarquía social, de unos códigos no verbales y
materiales que expresan la posición de un individuo en esta escala y remarca la constante tensión por la promoción social. Así
mismo es destacable el nivel de subyacente que implica que el acto de comprar tiene una función identitaria y que se basa en
las operaciones de diferenciación del resto.5
Esta nueva situación es denominada por George Katona la sociedad de consumo de masas y tiene como principales
características la afluencia, el poder del consumidor y la psicología del individuo que compra. Este estudioso del fenómeno
recalca la importancia del consumidor en la economía y destaca que es este sistema las necesidades no son creadas
artificialmente de una forma aleatoria sino que son producto de un comportamiento aprendido y que esto es un proceso de
intercomunicación entre un sujeto y un estímulo. Katona habla de que distinguir necesidades básicas de necesidades
supuestamente creadas artificialmente no tiene sentido puesto que en nuestra cultura la socialización se produce en un
contexto que condiciona las elecciones de consumo posteriores. Así su planteamiento se puede resumir que todas las
necesidades, que trascienden a los imperativos biológicos, son sociales en su naturaleza.
Bocock denomina a esta situación el capitalismo de consumo y apunta que se trata de un fenómeno que determina al sistema
económico mediante valores culturales. Según este sociólogo inglés esta realidad es una ideología activa que otorga sentido a
la vida del individuo a través de la adquisición de productos y experiencias organizadas. Este catedrático de la Open
University afirma que esta ideología legitima el sistema vigente y el orden social, y organiza la vida de los consumidores.
Además el consumo articula un sistema orientado a que el individuo trabaje para que pueda comprar, y también sobre todo
para que pueda satisfacer las constantes fantasías impuestas socialmente, que impulsan a adquirir continuamente bienes y
experiencias prefabricadas y codificadas.5
El análisis de los factores de producción desde un punto de vista contable, con una matriz de contabilidad social, completa más
el estudio de la sociedad de consumo.

Impactos sociales derivados[editar]


Descomposición social como tal alude a la ausencia de eficacia de un determinado sector de la población, al hablar de este
problema derivado del consumismo, podemos precisar que en los últimos tiempos este ha ido en crecimiento desmedido a
causa de la tecnología que cada vez avanza más rápido, con lo cual se genera una gran invalidación directa a diferentes
capacidades que provocan el deseo de artículos que el hombre realmente no necesita para su sano desarrollo humano.
A partir de la puesta en práctica de las teorías de Milton Friedman, entre otros, sobre la liberalización de la economía y su
sujeción al comportamiento de los mercados, aunada a la transformación de los Estados Nación tradicionales que se
conformaron desde finales del siglo XIX en Estados privados y mercantiles, el consumismo parece instalarse como el principal
eje en la toma de decisiones tanto de los dueños de los medios de producción, como de los propios individuos.
Son los primeros quienes, a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, pero en especial durante los últimos 40 años, han
adquirido mayor poder de influencia en cuanto al diseño e imposición de políticas de estado, a la par de la reducción de los
aparatos de gobierno, cuyo papel los convierte en simples administradores sin capacidad rectora ni generadora de equilibrios.
La instalación del nuevo paradigma global, basado en la obsolescencia programada, la seducción subliminal y la manipulación
de la sociedad a través de los medios, entre otros factores, requiere de la sustitución de los valores humanos tradicionales, por
el dinero y su capacidad de otorgar poder a quien lo posee.
El dinero como fin único y, no como medio de adquirir bienestar real, individualiza las bases sociales humanas de solidaridad,
generosidad y respeto mutuo. El individuo actual es cada vez menos parte de una sociedad y más una pieza del sistema
económico; sus valores esenciales han mutado lentamente. El primitivo concepto de plusvalía ha evolucionado a tal grado que
el propio individuo es convencido subliminalmente de que el disponer cada vez más horas de trabajo en virtud de llenar los
requisitos de pertenencia a un sector social, determinado por la cantidad o calidad de bienes que posee, vale incluso el
sacrificio total de su tiempo, salud y entorno familiar.

Producción en cadena
«Línea de montaje» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Línea de ensamble.
La producción en cadena, producción en masa, producción en serie o fabricación en serie fue un proceso revolucionario
en la producción industrial cuya base es la cadena de montaje o línea de ensamblado o línea de producción; una forma de
organización de la producción que delega a cada trabajador una función específica y especializada en máquinas también más
desarrolladas.

Historia[editar]
Su idea teórica nace con el taylorismo y quien tuviera la idea de ponerla en práctica, fue Ransom Olds, quien inauguró su
cadena de montaje en 1901 construyendo su prototipo denominado Curved Dash.1Sin embargo, el sistema de cadena de
montaje tomó popularidad unos años después, gracias a Henry Ford, quien tomando la idea de Olds, desarrolló una cadena de
montaje con una capacidad de producción superior y de la cual su producto emblemático, fue el Ford T.2 Sin embargo, esta
evolución lograda a la cadena de montaje, provocaría que el público atribuya erróneamente su invención a Ford, en lugar de
Olds.3 A finales del siglo XX es superada por una nueva forma de organización industrial llamada toyotismo que se ha
profundizado en el siglo XXI.
La disciplina del trabajo y la búsqueda del control coetáneo, de los tiempos de producción del obrero tenían un límite objetivo
en el siglo XIX. Este era que el día tiene 24 horas y la forma en que el obrero trabajaba tenía una velocidad determinada aún
en gran parte por el tiempo dedicado a fabricar algún objeto. La división del trabajo no bastó para aumentar la velocidad en la
producción por lo que Frederick Taylor trabajó la idea de cronómetro con el objetivo de eliminar ese "tiempo inútil" o
malgastado en el proceso productivo.
La organización del trabajo taylorista redujo efectivamente los costos de las fábricas pero se desentendió del salario de los
obreros. Eso dio inicio a numerosas huelgas y descontento generalizado del proletariado con el modelo, cosa que Henry Ford
corrigió y con esto logró también una visible transformación social. El taylorismo ha recibido críticas y, también, ha sido bien
valorado. La evolución de este modelo productivo se continuaría en el toyotismo.

Un Proceso Productivo Flow Shop (conocido también como Producción en Masa) es similar a un proceso
continuo, no obstante, está orientado al producto en líneas de fabricación exclusivas. El Flow Shop es un
proceso de transformación en el cual continuas unidades de salida que fluyen en forma discreta siguen una
misma secuencia de operaciones, con baja variación en el producto y a muy alta velocidad, involucrando líneas
de producción. Una representación esquemática de un proceso de estas características se muestra a
continuación:
Algunos ejemplos típicos de procesos tipo Flow Shop es el ensamble de electrodomésticos (donde se
implementa el Plan de Requerimiento de Materiales o MRP), el envasado de vino y bebidas gaseosas, la
fabricación de tarros de conserva, etc.

Las características de un proceso Flow Shop o de producción en masa son las siguientes:

Alto volumen de producto: Debido a que es un proceso con baja variedad de producto esto contribuye a un
mayor volumen de producción. Esto es vital para que la empresa pueda alcanzar economías de escala.
Baja variedad de producto: Los productos suelen ser estándares y con baja variabilidad en sus
características de modo que la producción sea masiva.
Equipamiento de propósito específico: En concordancia con la baja variedad de producto. Adicionalmente
esta característica establece mayores barreras a la salida en caso de ser necesario vender los activos fijos.
Operadores menos capacitados: Al ser un proceso repetitivo el conocimiento de la función a desempeñar se
alcanza con mayor rapidez. Luego las instrucciones de trabajo son escasas.
Bajo valor de la materia prima comparado con el valor del producto: Como también un inventario de
producto en proceso (WIP) relativamente bajo en relación a la salida (output).
Make to Stock: Se fabrica para almacenar inventario de producto final y con estas unidades enfrentar la
demanda del mercado lo que permite una mayor rapidez de respuesta en comparación a un proceso Job Shop.
Para ello es vital realizar Pronósticos de Demanda que sean acertados.
Programación simple: Debido a la estandarización del proceso y el énfasis en el volumen de producción, se
debe fijar una tasa de salida ad-hoc a los pronósticos de ventas.

El fordismo es un sistema socioeconómico basado en la producción industrial en serie, establecido antes de la Primera Guerra
Mundial. El concepto recibe el nombre de Henry Ford, creador de la línea de ensamble, y es atribuido al teórico
marxista Antonio Gramsci, quien lo usó por primera vez en su ensayo Americanismo y fordismo (1934), perteneciente a
sus Cuadernos desde la cárcel.

Origen y desarrollo del fordismo[editar]


El fordismo apareció en el siglo XX promoviendo la especialización, la transformación del esquema industrial y la reducción de
costos. La diferencia que tiene con el taylorismo, es que esta innovación no se logró principalmente a costa del trabajador, sino
a través de una estrategia de expansión del mercado. La razón es que si hay mayor volumen de unidades de un producto
cualquiera (debido a la tecnología de ensamblaje) y su costo es reducido (por la razón tiempo/ejecución) habrá un excedente
de lo producido que superará numéricamente la capacidad de consumo de la élite, tradicional y única consumidora de
tecnologías con anterioridad.
Aparece un obrero especializado con un estatus mayor al proletariado de la industrialización y también surge la clase media del
modelo norteamericano que se transformará en la cara visible del arquetipo del american way. Pero el sistema excluye el
control de tiempo de producción por parte de la clase obrera, como solía ocurrir cuando el obrero además de poseer la fuerza
de trabajo, poseía los conocimientos necesarios para realizar su trabajo de forma autónoma, de esta manera el capitalista
quedaba fuera de los tiempos de producción.
El fordismo (con ayuda anterior del taylorismo) llega para romper con ese monopolio del trabajo, por un trabajo alienante con
características que llevan al obrero a perder ese "monopolio" y por ende perder el control de los tiempos de producción.
Además antes de esta nueva clase trabajadora, los obreros estaban sindicalizados, lo cual les brindaba un respaldo frente a la
opresión capitalista, esta forma de agrupamiento llegó a Estados Unidos a través de la primera oleada de inmigrantes
europeos, fuertemente ligados al trabajo de los artesanos y gremios de trabajadores.
La idea de sumar la producción en cadena a la producción de mercancías no sólo significó las transformaciones sociales y
culturales que podemos resumir en la idea de cultura de masas o masas media. Como prototipo se puede hablar de la creación
de automóviles en serie, de la expansión interclasista del consumo que deviene en nuevos estímulos y códigos culturales
mediados por el capital.
También hay que advertir que el modelo madura bajo el esquema económico del keynesianismo (que lleva al Estado de
bienestar) lo que promueve un protagonismo histórico de las clases subordinadas y el amarre del capital a consideraciones
sociales y de clase. Influido todo esto por el ascenso de los socialismos reales y el miedo a su expansión global por parte
del liberalismo capitalista.
En resumen, podemos contar como elementos centrales del modelo fordista:

 Aumento de la división del trabajo.


 Profundización del control de los tiempos productivos del obrero (vinculación tiempo/ejecución).
 Reducción de costos y aumento de la circulación de la mercancía (expansión interclasista de mercado) e interés en el
aumento del poder adquisitivo de los asalariados (clases subalternas a la élite).
 Políticas de acuerdo entre obreros organizados (sindicato) y el capitalista.
 Producción en serie.

Estado del bienestar


Para otro concepto similar pero diferenciado en su origen y uso en la bibliografía, véase Estado social.
Estado de bienestar, Estado benefactor, Estado providencia o sociedad del bienestar es un concepto de las ciencias
políticas y económicas con el que se designa a una propuesta política o modelo general del Estado y de la organización social,
según la cual el Estado provee servicios en cumplimiento de los derechos sociales a la totalidad de los habitantes de un país.1 2

Definiciones de Estado de Bienestar


En la ciencia política, el término Estado del bienestar (Wohlfahrtsstaat) tiene en parte usos o significados distintos y se considera que es
principalmente una categoría empírica para el análisis comparativo de las actividades de los Estados modernos. 3

Los estudios acerca del Estado del bienestar se pueden dividir entre los dedicados a su origen, características o función
general y los que se centran en la implementación específica por los estados de tales esquemas y en ambos casos tanto de
forma aislada como de forma comparativa.
La noción de «Estado benefactor» tiene su origen en el año 1946, como consecuencia de la experiencia traumática de la crisis
generalizada producto de la Gran Depresión, que, generalmente, se considera que culminó en la Segunda Guerra
Mundial. T.H. Marshall define Estado del bienestar como una combinación especial de la democracia, el bienestar social y
el capitalismo.
De acuerdo a Claus Offe, es uno de los dos factores ―junto a la existencia de partidos políticos masivos y en competencia―
que hace posible la existencia del capitalismo democrático o «Estado de economía mixta».4
David Anisi sugirió que es un tipo pacto social en el que se estableció un reparto más equitativo de los beneficios y de la
riqueza entre toda la población con objeto de evitar el malestar social que llevó a las sociedades europeas a la Segunda
Guerra Mundial. La expresión económica del Estado del bienestar fue el pacto keynesiano que durante la postguerra pretendía
un desarrollo económico equilibrado socialmente así como el pleno empleo.5 6 7
El Estado del bienestar, en relación a los Derechos económicos, sociales y culturales, considerados como Derechos humanos,
se define como:
El paso de una seguridad social solo para algunos, a una seguridad social para todos los ciudadanos marca la aparición del Estado de
bienestar. Los derechos de seguridad social, es decir, las pensiones, la sanidad, el desempleo, junto a los servicios sociales, el derecho a la
educación, la cultura y otros servicios públicos aplicados al conjunto de los ciudadanos y no solo a los trabajadores, definirán la política de
bienestar social como sello de identidad de las democracias europeas más avanzadas.1 2

Historia del Estado del Bienestar[editar]


Artículo principal: Historia del estado del bienestar

Orígenes y evolución del término[editar]


Las nociones actuales de «Estado del bienestar» corresponden al término inglés Welfare State (del que se traduce
literalmente), cuyo uso quedó acuñado a partir de 1945, en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, a partir de una
expresión original de William Temple, entonces Arzobispo de Canterbury, en la que contraponía las políticas keynesianas de
posguerra al Warfare State (‘Estado de guerra’) de la Alemania Nazi.
Sin embargo con anterioridad ya se venían utilizando otros términos que expresan aproximadamente las mismas aspiraciones.
En Inglaterra se hablaba de asistencia social o asistencia pública (social assistance o public assistance) organizada bajo las
«leyes de pobres» («poor laws»). En Francia, durante el Segundo Imperio (1852-1870), el término «Estado-
providencia» («État-Providence») fue acuñado por los republicanos que preconizaban un «Estado social» (État social) y
criticaban la filosofía individualista de ciertas leyes (como la Ley Le Chapelier, que prohibía los sindicatos). En
la Alemania del Segundo Reich (1871) los «socialistas de cátedra» (universitarios) introdujeron el término Wohlfahrtsstaat para
describir el sistema diseñado por las políticas bismarckianas en materia social. (ver Estado Social).
Desarrollo del Estado del Bienestar[editar]
A pesar que existen algunos antecedentes en sistemas políticos anteriores, se ha alegado que la percepción del mejoramiento
del bienestar material general de la población como una de las funciones centrales de la Sociedad o Estado realmente se inició
con los orígenes de la Ilustración.8 En ese período, a pesar que el poder de los monarcas llegó a ser absoluto, aparece el
concepto del déspota ilustrado, cuya función era, especialmente en Alemania, traer progreso y bienestar social y económico a
su pueblo9 ―ver Características y evolución del cameralismo―.
De acuerdo a Gertrude Himmelfarb ―historiadora neoconservadora―, esto culminó alrededor de comienzo del siglo XIX:
La tesis es que los 1800 marcó un quiebre intelectual, después del cual la pobreza llegó a ser crecientemente reconocida por los
conscientes y autodesignados portadores del «espíritu de la época» como un problema del sistema más que del trabajador. [...] Éxitos
futuros en resolver la pobreza requerirán reconocer tanto el aspecto material como moral del problema.
Gertrude Himmelfarb10

A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX en la mayor parte de los países de Europa Occidental, la llamada «cuestión social»
―expresada en la presión política de movimientos sociales, especialmente los movimientos obreros― impulsó a los Gobiernos
a adaptar la legislación sobre la condición social de la clase trabajadora y el trabajo, legislación que fue progresivamente
modificada. La mayor parte de estas medidas fueron puntuales y de alcance mínimo, con características que dependen tanto
de la historia como de las circunstancias político-sociales de cada país. Sin embargo, es posible notar un movimiento hacia
servicios incrementalmente más comprensivos.
Esta situación culmina en las crisis económica del Período de entreguerras y concomitantes crisis socio políticas (ver Gran
Depresión), dado que las dictaduras que surgieron demostraron ser capaces de resolver las crisis de forma más efectiva que
las democracias. Tanto la Unión Soviética con el Plan Quinquenal, como la Alemania Nazi de preguerra, la Italia
de Mussolini (quien fue elogiado por «hacer que los trenes corrieran a tiempo», es decir, por poner fin a las huelgas y caos
económico que había dominado a ese país) y el Japón imperial, países todos que impusieron fuertes controles estatales a la
economía, resolvieron la crisis a mediados de los años treinta. Esto llevó al auge de proyectos políticos totalitarios, y no solo
entre el ciudadano común y corriente. Por ejemplo, el 20 de enero de 1927, durante una visita a Roma, el entonces
conservador y autodeclarado «constitucionalista y antisocialista» Winston Churchill declaró que si él hubiera sido italiano se
habría unido a Mussolini:
Agregaré una palabra sobre el aspecto internacional del fascismo. Externamente su movimiento ha rendido un servicio al mundo entero. [...]
Italia ha demostrado que hay maneras de luchar contra las fuerzas subversivas, maneras que pueden llevar las masas populares,
propiamente dirigidas, a apreciar y defender el honor y la estabilidad de una sociedad civilizada. Ha previsto el antídoto necesario al veneno
ruso. De ahora en adelante, ninguna gran nación estará desprovista de un último medio de protección contra el crecimiento canceroso del
bolchevismo.
Winston Churchill, citado en «The menace of Fascism»

Alrededor de esas fechas, Churchill sugirió ametrallar a huelguistas como manera práctica de terminar la huelga. Aun tan tarde
como en 1938, en vísperas del inicio de la Segunda Guerra Mundial, Churchill declaró que si alguna vez Inglaterra llegara a
tener los mismos problemas que Alemania de postguerra, él esperaba que llegara a encontrar su «Sr. Hitler»11 amenazando las
concepciones del Estado liberal y la democracia, lo que a su vez amenazó la estabilidad mundial, culminando en la Segunda
Guerra Mundial (1939-1945).12
Es en ese sentido que Waligorsky dice que se propuso la intervención estatal «como un resguardo contra el poder del mercado
para socavar nuestras instituciones políticas y sociales más valuables. [...] Un mercado totalmente libre es definitivamente no el
mejor mercado para una democracia, un mercado sin regulaciones no garantiza ni justicia ni prosperidad.»13
Es generalmente considerado que el resumen que Claus Offe hace de ese desarrollo es correcto:
El Estado de bienestar ha sido el resultado combinado de diversos factores (…) El reformismo socialdemócrata, el socialismo
cristiano, élites políticas y económicas conservadoras ilustradas, y grandes sindicatos industriales fueron las fuerzas más importantes que
abogaron en su favor y otorgaron esquemas más y más amplios de seguro obligatorio, leyes sobre protección del trabajo, salario mínimo,
expansión de servicios sanitarios y educativos y alojamientos estatalmente subvencionados, así como el reconocimiento de los sindicatos
como representantes económicos y políticos legítimos del trabajo.
Claus Offe14

A fin de evitar errores, es necesario agregar específicamente la influencia de sectores liberales y demócrata-cristianos, con
personajes tales como David Lloyd George y Konrad Adenauer respectivamente.
A partir de lo anterior ―y comenzando en 1945― se implementaron en Europa Occidental las políticas socioeconómicas que
llegaron a ser conocida como «Estado del bienestar» moderno. Esa implementación dio origen a lo que Eric
Hobsbawm ―entre otros―15 ha llamado «la edad de oro del capitalismo»16 17 ya que ocasionó el período de crecimiento
económico sostenido más exitoso en el siglo XX.18
Algunas autoridades19 argumentan que tales desarrollos se condujo bajo la propuesta general del keynesianismo.
Otras20 aducen que fue bajo las propuestas generales del ordoliberalismo (ver Estado Social). Sin embargo la mayoría de los
estudiantes del área sugieren que hay una similaridad básica entre estas visiones y aun otras, tales como las
del dirigismo propuesto en Francia en ese período21 etc. (ver también: Economía del bienestar).
En 1956, Karl Popper describió los logros de esa propuesta en los siguientes términos:
En ningún otro momento, y en ninguna parte, han sido los hombres más respetados, como hombres, que en nuestra sociedad. Nunca antes
los Derechos Humanos y la dignidad humana, han sido tan respetados y nunca antes ha habido tantos dispuestos a hacer sacrificios por
otros, especialmente por aquellos menos afortunados que ellos. Esos son los hechos. [...] Quiero enfatizar que estoy al tanto de otros
hechos. El poder todavía corrompe, incluso en nuestro mundo. Empleados públicos todavía se comportan a veces como amos descorteses.
Todavía abundan dictadores de bolsillo. [...] Pero todo eso no se debe tanto a falta de buenas intenciones como a la falta de habilidad e
incompetencia.
Karl Popper22

Popper continúa:
Pero volvamos nuestra atención a asuntos más importantes. Nuestro mundo libre ha casi, si no completamente, eliminado los grandes males
que con anterioridad han asediado la vida social de los hombres. [...] Veamos lo que se ha logrado, no solo aquí en Gran Bretaña a través
del Estado del bienestar sino con algún método u otro en todas partes en el mundo libre.
Karl Popper (op. cit.

Y da la siguiente lista de lo que él considera ―desde el punto de vista liberal― los males que pueden ser resueltos o
remediados por la cooperación social:

 La pobreza
 Desempleo y formas similares de inseguridad social.
 Enfermedad y dolor.
 Crueldad penal.
 Esclavitud y otras formas de servidumbre.
 Discriminación racial y religiosa.
 Falta de oportunidades educacionales.
 Diferencias rígidas de clase.
 La guerra.
Desde un punto de vista conservador los beneficios del Estado del bienestar son dobles: por un lado, la generación
de consenso social de forma que el sistema funcione de forma armónica y eficiente.23 y, por el otro, siguiendo de lo anterior,
una función de creación y reforzamiento de valores éticos fundamentales a la existencia y estabilidad de relación sociales,
llevando así a una creciente integración social: «La provisión de los beneficios (del Estado del bienestar) es sobre la base de
ayudar a los menos privilegiados a adquirir la disciplina necesaria para adherir a los estándares morales (sociales o
comunes)»:24
La respuesta conservadora es que el debate acerca de si debería haber un Estado del bienestar ha terminado. El debate apropiado a estos
días debería ser acerca de las modalidades a través de los cuales las «ayudas recibidas por derecho» (entitlements) son entregadas. Las
modalidades importan, porque algunas promueve y otras no los atributos y actitudes ―mirar al futuro, independencia, responsabilidad por la
vida saludable― indispensables para una vida digna en una sociedad económicamente vibrante que un Estado del bienestar devorador de
ingresos en una época de población que se envejece necesita.
George Will25

Conviene recordar que la visión conservadora del Estado es que ese existe para satisfacer las necesidades humanas (desde el
punto de vista liberal es promover la libertad ciudadana) y como tal los conservadores aceptan el Estado del bienestar26 (ver
también Alfred Müller-Armack).
Las ventajas desde el punto de vista de la socialdemocracia son, generalmente, los de un avance reformista ―paulatino pero
seguro― hacia al socialismo, asegurando al mismo tiempo la protección y profundización de la democracia a través del
reconocimiento del derecho legitimo de los sindicatos y representantes de comunidades y minorías sociales marginadas en la
toma de decisiones gubernamentales, así como la creciente integración a esas decisiones de los principios de la justicia
social; dignidad humana y participación ciudadana.
Para comenzar, por lo menos en parte debido a esas diferencias de aproximación y como la cita de Popper sugiere- los
proyectos en diferentes países se veían como disímiles, posiblemente opuestos.27 Sin embargo, con el paso del tiempo se nota
que las políticas practicadas en los países europeos occidentales convergen28 29 }} en relación a dar un rol económico activo al
Estado con el fin de obtener ciertos objetivos sociales comunes (tales como el bienestar social y crecimiento económico) y se
hace evidente que el progreso y estabilidad de cada país europeo depende de la de sus vecinos. Así, se crea un consenso que
abarca desde los sectores más izquierdistas de los partidos social demócratas hasta los más derechistas o conservadores en
los demócrata cristianos. Ese consenso es lo que llegó a ser conocido como el modelo europeo de gobernanza, basado no
solo en la idea que la sociedad ―a través del Estado― tiene una responsabilidad por sus ciudadanos sino también que el bien
estar de cada uno, tanto para individuos como para países, depende del bienestar del vecino y que ese bien común, a pesar de
visiones e intereses diferentes, puede lograrse a través de la práctica de la política de los consensos (ver democracia
deliberativa) Se empieza a hablar entonces de "la construcciones de comunidades". Véase Tratados de Roma y Comunidades
Europeas. El resultado de todo lo anterior es lo que se conoce como el modelo del Estado del bienestar.
Posteriormente, y a partir de una crítica temprana al Estado del bienestar desde el punto de vista de la escuela
austriaca30 algunos políticos ―por ejemplo, Margaret Thatcher en el Reino Unido31 buscaron implementar lo que fue
generalmente percibido como una tentativa de «desmantelar el Estado del bienestar».32
Más allá de una discusión acerca de las posibles intenciones de Thatcher y otros,33 el hecho es que esos personajes
introdujeron modificaciones profundas al Estado del bienestar ―por lo menos tal y como se practicaba en Inglaterra―
motivados principalmente ―se ha sugerido― tanto por una malainterpretación de la posición de Hayek34como lo que algunos
consideran una falta de comprensión de las consecuencias socio económicas de tales tentativas35 y las dificultades envueltas
en las mismas.36 37
Consecuentemente los resultados del proyecto de la Sra. Thatcher no fueron, quizás, los esperados por los partidarios de la
«liberación de las fuerzas económicas». En los años que siguieron la implementación de tales medidas, la inflación en
Inglaterra alcanzó un 20 %. Tanto las tasas de interés como las de desempleo subieron excesivamente y la base industrial
británica fue diezmada.38
Mientras tanto, en Estados Unidos, Ronald Reagan sería elegido con una promesa de “reducir impuestos, aumentar el
presupuesto de defensa y equilibrar y reducir el gasto fiscal”.39 implementó políticas similares que, en su conjunto, llegaron a
ser conocidas como neoliberalismo. Durante esa presidencia comenzó el aumento desmesurado de la deuda tanto deuda
pública como privada en Estados Unidos. Contrario a lo esperado por sus partidarios, el déficit fiscal estadounidense creció
desde 0,9 billones de dólares a más de 3 billones, la tasa de inversiones industriales declinó precipitadamente ―siendo
reemplazada por grandes inversiones en instrumentos financieros en lo que ha sido llamado una orgía especulativa― el
desempleo llegó al 10 % de la fuerza de trabajo y la seguridad de trabajo y los ingresos reales del resto decayeron.38 El
continuado desarrollo de esas tendencias llevó eventualmente a la crisis de las hipotecas basura, que forzó al ahora
presidente George W. Bush (hijo del anterior) a la mayor intervención estatal en la historia de Estados Unidos: la inyección de
700 000 millones de dólares para sostener los bancos amenazados por la quiebra en ese país, duplicando en el proceso la
«deuda pública».40 En septiembre del 2007, esa deuda llegó a 8,9 billones de dólares (8,9 trillions, según el sistema
inglés).41 En noviembre del 2008, cuando Barack Obama asumió la presidencia, la deuda ascendía a 10,56 billones de
dólares.42
A nivel mundial, la imposición de tales políticas llevó a la decadencia del crecimiento económico mundial, de una tasa promedio
de casi 3 % anual en el periodo 1950-1973 a uno de menos de 1,5 % en el 1973-2000. Al mismo tiempo, el ingreso per cápita
del cuartil de mayores ingresos ha sido mucho más rápido que el de menores ingresos, lo que ha aumentado dramáticamente
la desigualdad social.43 Situación que ha continuado en la primera década del siglo XXI. En octubre de 2010 el Fondo
Monetario internacional publicó una tabla que muestra que el crecimiento económico mundial ha declinado (con la excepción
de Asia incluyendo China) incluso en relación a 1980.44
A pesar de lo anterior, los mecanismos, logros y objetivos del Estado del bienestar aún se mantienen, en Europa, no solo como
fundamento moral de cohesión social sino también como base realista y necesaria del bienestar socio económico común. Por
ejemplo, el Libro verde sobre los servicios de interés general, presentado por la Comisión Europea en mayo del 2002, define la
noción del interés general europeo como «la satisfacción de las necesidades básicas de los ciudadanos y la preservación de
bienes públicos, cuando el mercado falla».45
Aún más recientemente, como consecuencia de la Crisis económica de 2008-2009, la demócrata cristiana Angela
Merkel ―haciéndose eco del sentimiento keynesiano― proclamó: «Solo el Estado es capaz de restaurar la confianza
necesaria»,46 y tanto el socialista no marxista ―con influencia cristiana y fabiana― Gordon Brown como el conservador Nicolas
Sarkozy han opinado que «el laissez-faire tuvo su hora» e incluso el periódico The Economist ―bastión del pensamiento liberal
clásico moderno―, ha dicho:
Para los liberales, [...] la crisis ha puesto en relevancia defectos en la manera que ellos también implementan sus modelos. Lograr
regulaciones adecuadas es tan importante como liberar los mercados; puede que un sector público eficiente cuente tanto como un sector
privado eficiente, inversiones públicas en transporte, educación y salud, bien hechas, pueden pagar dividendos. [...] Pragmatismo y
eficiencia siempre son de importancia.

Interpretaciones y criterios de comparación de Estados del bienestar[editar]


Interpretaciones[editar]
Se entiende por Estado del bienestar, como concepto general, uno en el cual corresponde al Estado o a la Sociedad asumir
la responsabilidad del bienestar social y económico de sus miembros. Esta responsabilidad es entendida generalmente como
comprensiva y universal, porque «bienestar» es un concepto amplio que se aplica a todos.47Adicionalmente, para algunos, tal
bienestar es un derecho.48 A pesar que la propuesta original en ese sentido49 se basaba en el simple argumento que
administrar prestaciones como derechos ciudadanos o de los habitantes seria más simple y de menor costo que administrarlos
de alguna otra manera, el debate al respecto se extendió a examinar muchos otros aspectos y fundamentos de los derechos
sociales, con mucha influencia de la obra seminal de Beatrice Webb,50 51 debate que eventualmente dio origen, por parte del
sociólogo Thomas H. Marshall,52 al concepto de «ciudadanía social», que sugiere que el concepto de ciudadanía debe
entenderse como implicando derechos.53 54 En la actualidad, la mayoría de esos argumentos se basan en la
sugerencia rawlasiana de la Justicia como equidad.
Para otros, tal derecho no existe como tal, sino que más bien hay un deber55 56 ya sea del estado, la sociedad o sus miembros
―la llamada responsabilidad social―57 que puede o no concebirse como emanada o fundada ya sea en el concepto de bien
común.58 o en la responsabilidad moral59 o en el concepto legal de obligación conjunta derivada de un hipotético contrato
social.60 que, a su vez, puede o no ser explícito en una Constitución61 (ver también Interés público).
Sin embargo, para otros, el asunto no trata de principios, sino de objetivos: el propósito del estado no puede ser otro que
promover el Interés público o «social» o «común» de manera práctica.62 Además, siempre según Suárez, incluye la posibilidad
de lograr bienes terrenales para una existencia digna del hombre,63 mientras que John Locke aduce que: «El fin del gobierno
es el bien de la humanidad», en «Chapter XIX: “Of the Dissolution of Goverment”, en Second Treatise of Government; y James
Madison agrega: «El bien público, el verdadero bienestar de la gran masa del pueblo, es el objetivo a ser perseguido; y ninguna
forma de gobierno en absoluto tiene otro valor que el adecuarse al logro de ese objetivo».64 Así, se sugiere, si fuera el caso que
los gastos que el sistema implica son de beneficio a la sociedad en su conjunto, tales gastos serían ampliamente
justificados.65 Desde este punto de vista, los gastos de «bienestar» pueden ser considerados no solo gastos de «buen
funcionamiento» de la sociedad, sino también como inversión social,66 pudiendo ser vistos no solo como aumentando
la cohesión social sino también la productividad común.67 68 Adicionalmente se alega que tales gastos pueden implicar un
ahorro o disminución de costos, ya sea para obtener bienes y servicios de interés general69 o que los gastos sociales son más
efectivos y cuestan menos que otras medidas de reducción de problemas sociales, por ejemplo, criminalidad,70 71 etc. A
extremis, esta visión puede ser concebida como utilitaria, con una concepción de la sociedad como grupo de interés: sería, se
puede alegar, más efectivo y eficiente gastar en asuntos sociales que eliminar o controlar los problemas que de otra manera se
multiplicarían7273 (Ver también anomia). Sin embargo, y a pesar que tal percepción facilita y ordena el discurso político-social
en relación a gastos sociales, en la medida que centra la atención en ventajas comunes promoviendo al mismo tiempo el
desarrollo de técnicas y conceptos de utilidad social74 75 76 se ha alegado, en contra, que esta aproximación empobrece la
visión tanto académica como social.77
Lo anterior da origen a tres interpretaciones principales sobre la idea de Estado del bienestar:
 Estado del bienestar como concepto general, de acuerdo al cual los miembros de una sociedad tienen la expectativa
legítima de que la sociedad, el gobierno o el estado los apoye, ya sea en general o en momentos de necesidad, o la
expectativa real de que ellos se beneficiaran de los esfuerzos comunes y del progreso social. En esta visión general, tal
expectativa es considerada bien un derecho de los ciudadanos o bien una obligación u objetivo social.

 Estado del bienestar como el sistema en el cual el Estado como tal asume la responsabilidad por el bienestar de los
ciudadanos. Ciertos ejemplos de este modelo de estado del bienestar se basan en una «red o sistema de seguridad», con
provisiones claramente delimitadas.

 Estados del bienestar puede identificarse con sistemas generales de bienestar social. En muchos «Estados» del bienestar,
el bienestar no se proporciona actual o exclusivamente por el Estado, sino por una combinación de servicios
independientes, voluntarios, mutualistas y gubernamentales. En algunos casos de este tipo, el estado o gobierno actúa
como coordinador de las provisiones y al mismo tiempo como proveedor de último recurso. En otros, el estado puede
delegar la provisión de servicios a caridades, organizaciones sociales o privadas (apoyándolas financieramente); en este
último caso, algunos autores utilizan el término «sociedad del bienestar».
Criterios de comparación[editar]
Deborah Mitchell78 identifica cinco aproximaciones principales a esos estudios comparativos:

 Comparaciones de políticas: comparar los términos explícitos sobre los cuales se propone y toma acción. Briggs se centra
en el origen y evolución histórica del concepto del bienestar tanto en Europa como en los Estados Unidos.79
y Flora y Heindenheimer, a partir de tales desarrollos, proponen que a menudo tal desarrollo, a pesar de las diferencias
ideológicas, etc., tiene lugar a lo largo de líneas similares80

 Comparaciones de ingresos: tales ingresos son los recursos económicos dedicados a los sistemas de beneficencia.
Maynard81
sugiere dos sistemas básicos: pago a través de impuestos (pago obligatorio) y pago a través de sistemas de seguros (pago
voluntario). Wilensky muestra que el nivel de tales gastos depende principalmente de la estructura social (incluyendo edad) de
la población y de la duración de implementación del sistema como tal.82

 Comparaciones de productos: diferentes estados implementan reglas y mecanismos diferentes. Esping Andersen utiliza
tales diferencias para establecer un sistema de clasificación relacionado con la entrega de servicios específicos y
asunciones generales.83

 Comparaciones de servicios. A través de la consideración de la entrega de servicios y beneficios: qué hacen, cómo se
financian, quién los controla, etc. 84 85

 Comparaciones de resultados: se ha alegado -desde este punto de vista- que lo que importa acerca de estos sistemas no
es lo que se intenta o cuál es el proceso, sino si la población se beneficia o no en consecuencia. Esta es la base del trabajo
efectuado por el Luxembourg Income Study cuando analizó y comparó los servicios de asistencia social en diferentes
países.86

El Estado del bienestar en Europa[editar]


Es frecuente escuchar decir que existe un solo modelo social europeo, como contraposición al modelo social existente en los
Estados Unidos. Lo cierto es que la realidad es mucho más compleja. Existen en realidad distintos modelos sociales (es decir,
Estados del bienestar) en el seno de la UE. A pesar de que cada país tiene unas particularidades propias, se pueden distinguir
cuatro modelos distintos:87

 El modelo nórdico, de Dinamarca, Noruega, Islandia, Finlandia, Suecia y Países Bajos.


 El modelo continental, de Austria, Bélgica, Francia, Alemania y Luxemburgo.
 El modelo anglosajón, de Irlanda y Reino Unido.
 El modelo mediterráneo, de Grecia, Italia, Portugal y España.El modelo nórdico[editar]
Como se puede observar en el gráfico, presenta el nivel más alto de protección social y su característica principal es la
provisión universal basada en el principio de ciudadanía, es decir, que existe un acceso más generalizado, con menos
condiciones, a las prestaciones sociales.
En lo que se refiere al mercado de trabajo, estos países se caracterizan por importantes gastos (relativos) en políticas activas
con el objetivo de la reinserción rápida en el mercado de trabajo de los desempleados. Se caracterizan también por un elevado
número de empleos públicos. Los sindicatos tienen una elevada afiliación y un importante poder de decisión lo que provoca
una baja dispersión de los salarios (una distribución más equitativa de la renta).
El modelo nórdico se caracteriza también por una elevada cuña fiscal.
Características del modelo nórdico[editar]
Los países nórdicos son estados pequeños, relativamente homogéneos en términos de etnicidad y religión, de larga tradición
democrática, de respeto por los derechos humanos y de estado de derecho. Entre 1870 y 1918 tuvo lugar la abolición del
trabajo de menores, pensiones para personas adultas pobres, seguros de riesgos profesionales, fondos para seguro de
enfermedad. Entre 1919 y 1950 se produjo una importante extensión de los derechos sociales, el movimiento obrero tuvo un
papel fundamental consiguiendo la extensión de relaciones laborales autónomas, por medio de acuerdos entre patrones y
sindicatos, una tasa alta de organización de todos los asalariados, incluyendo mujeres. Una colaboración efectiva entre los
líderes de clases sociales y el nuevo grupo de «ingenieros sociales» que se unieron a los partidos socialdemócratas. El
universalismo es una de las principales características del modelo nórdico, junto con la financiación por impuestos, la provisión
pública de transferencias y servicios, énfasis en los servicios sociales personales, provisiones de alta calidad y tasas de
compensaciones altas e igualitarias.
El modelo continental[editar]
Es similar al nórdico pero con una mayor proporción de gastos orientados a las pensiones. Se basa en el principio de
«asistencia» (ayuda) y «sécurité sociale» (sistema de seguros), con en un sistema de subsidios parcialmente no condicionado
a la permeabilidad (por ejemplo en Francia, donde existen subsidios cuyo único requisito es tener más de 25 años. Sin
embargo, otros beneficios dependen de contribuciones voluntarias a sociedades ya sea estatales, mutualistas o privadas de
seguros).
En lo que se refiere al mercado de trabajo, las políticas activas son menos importantes y a pesar de que los sindicatos tienen
una afiliación muy baja, estos tienen un importante poder de decisión en las negociaciones colectivas.
Otro elemento importante del modelo continental son los subsidios por invalidez.
El modelo anglosajón[editar]
Este modelo está caracterizado por una previsión o medidas preventivas menores que otros modelos y por una asistencia
social de tipo último recurso más importante (los beneficios dependiendo en parte de ahorros, etc). Los subsidios se dirigen en
mayor medida hacia la población en edad de trabajar y los jóvenes (por ejemplo, cada familia recibe una asignación por hijo,
que se transforma en «ingreso mínimo» a los 16 años a quienes continúen estudiando), y en menor medida hacia las
pensiones. El acceso a los subsidios está condicionado en mayor medida a la empleabilidad (por ejemplo, se condicionan los
subsidios a que la persona haya trabajado anteriormente o esté buscando trabajo).
En lo que se refiere al mercado de trabajo, los gastos en políticas activas ―de promoción de empleos, educación y calificación
de trabajadores―son relativamente importantes. Sin embargo, medidas de Seguridad Industrial son menores que otros
modelos y los sindicatos tienen un menor poder de participación en decisiones ya sea gubernamentales o patronales. Esta es
una de las razones por las que estos países tienen una mayor dispersión de la renta y un mayor número de empleos con bajos
salarios.
Sin embargo, el modelo anglosajón es considerado uno de los más eficientes ―solo superado por el nórdico― en lo
relacionado con reducción de la pobreza y en promover incentivos para trabajar, lo que, de acuerdo a algunos, lo hace
preferible puesto que sus mejores resultados en materia de empleo lo hacen más sostenible financieramente a largo plazo.88
El modelo mediterráneo[editar]
Este modelo corresponde a los países que han desarrollado un Estado del bienestar más tardíamente (años setenta y
ochenta). Se trata del modelo social con menores gastos y está fuertemente basado en las pensiones y en unos gastos de
asistencia social muy bajos. Existe en estos países una mayor segmentación de los derechos y estatus de las personas que
reciben subsidios, que se refleja en un acceso muy condicionado a las prestaciones.
La característica principal del mercado del trabajo es una fuerte protección del empleo (no confundir con protección del
trabajador o subsidio de desempleo) y el recurso a la jubilación anticipada como forma de mejora del empleo. Los sindicatos
tienen una presencia importante asegurada por la extensión de los acuerdos alcanzados en negociaciones colectivas más allá
de la presencia real de los sindicatos. Nuevamente, esto tiene como resultado una menor dispersión en los salarios que en el
modelo anterior.
La reducción de la pobreza[editar]
El gráfico de la derecha muestra la reducción en las desigualdades después de tomar en consideración los impuestos y
las transferencias, es decir, en qué medida cada modelo social reduce la pobreza sin tener en cuenta la reducción de está
provocada por los impuestos y las transferencias. En general, la capacidad de reducción de la pobreza está en línea con la talla
del Estado del bienestar: a mayor proporción del PIB dedicado a los gastos sociales, mayor reducción de la pobreza. Sin
embargo, otro aspecto a tener en cuenta es ver si algunos modelos son más eficientes en la reducción de la pobreza que otros.
Por esto se entiende que con un menor gasto social se consiga una mayor reducción de la pobreza.
En este caso, el gráfico de la derecha muestra que los modelos anglosajón y nórdico son más eficientes que
el continental y mediterráneo, pero sobre todo muestra que el continental es el menos eficiente. Dado su elevado gasto social,
se esperaría una mayor reducción de la pobreza que la que consigue este modelo. Obsérvese como el modelo anglosajón se
encuentra por encima de la línea trazada, indicando que reduce más de lo esperado (teniendo en cuenta el resto de modelos)
la pobreza. En cambio el modelo continental se encuentra por debajo de la línea y más alejado que el modelo mediterráneo,
indicando que es el que menos reduce la pobreza dado su gasto social.
Protección contra los riesgos del mercado de trabajo[editar]
La protección contra los riesgos del mercado de trabajo puede ser, en general, de dos tipos:

 Mediante regulación del mercado de trabajo (lo que se conoce con el nombre de protección del trabajo); básicamente, con
el incremento de los costes de despido para las empresas.
 Mediante seguros de desempleo, que en este caso protegen al trabajador desempleado y se suele financiar mediante
impuestos a los trabajadores con empleo.
Como se observa en el gráfico, existe un claro trade-off (palabra frecuente en la jerga económica que significa sacrificar algo
por conseguir otro objetivo) entre estos dos instrumentos de protección del mercado de trabajo; obsérvese cómo se podría
trazar una línea de media con pendiente negativa. Como se observa, los distintos países europeos han seleccionado distintas
medidas de protección (se observan distintos puntos en el gráfico). En esta elección, las diferencias se pueden resumir de la
siguiente forma:

 Los países mediterráneos prefieren una mayor protección del trabajo, mientras que un número muy reducido de sus
trabajadores reciben subsidios de desempleo.
 Los países nórdicos, en cambio, protegen poco al trabajador, pero, sin embargo, la mayor parte de sus trabajadores en
situación de desempleo reciben subsidios.
 Los países continentales presentan un nivel ligeramente más elevado de ambas variables que la media europea.
 Los países anglosajones basan su protección en los subsidios de desempleo, con un nivel muy reducido de protección del
trabajo.
La evaluación de ambas medidas de protección es complicada. En general, existe un consenso entre economistas en que la
protección del trabajo genera ineficiencia en las empresas: puesto que las empresas no pueden despedir a los trabajadores
libremente, quizá decidan no despedir a pesar de no necesitar a tales trabajadores, dañando su eficiencia. No existe tal
consenso en cuanto a si la protección del trabajo genera un mayor desempleo que la protección del trabajador.
Las recompensas por la participación al trabajo[editar]
Los incentivos al trabajo y las recompensas por la participación al trabajo de cada modelo se pretenden analizar a través de lo
que se define como ratio de empleo por población, como en el gráfico adjunto. Allí se comparan los diferentes grupos de países
a través de dos tasas definidas particularmente con este objeto: una tasa de empleo (entendida como el porcentaje de
trabajadores ocupados sobre la población en edad laboral) y una tasa de desempleo (entendida como el porcentaje de
trabajadores desempleados sobre la población en edad laboral). Hay que tener en cuenta que las tasas utilizadas en este
gráfico se han calculado no en términos de población activa (puesto que en ese caso sumarían siempre 100, al ser sus la
población ocupada y la población en paro dos únicos componentes) que es la manera habitual de publicarlas en las
estadísticas que miden la estructura laboral de la población; sino en términos de población en edad laboral (distinta según las
legislaciones de cada país, pero habitualmente entre 16 y 65 años). La manera más habitual de denominar la relación entre
población activa y población en edad laboral es «tasa de incorporación».
La denominada Estrategia de Lisboa de la Unión Europea estableció en 2001 que la tasa de empleo de los países de la UE
debería alcanzar como mínimo el 70 % para el año 2010.
En este caso, el gráfico muestra que son los países del modelo nórdico y anglosajón los que tienen una mayor tasa de empleo
mientras que los continentales y mediterráneos tienen una tasa de empleo por debajo del objetivo de Lisboa.
Eficiencia y equidad[editar]
A modo de evaluación general, los modelos sociales de los diferentes tipos de Estado del bienestar se han valorado en función
de dos criterios:

 La eficiencia, es decir, si el modelo provee los incentivos necesarios para que el mayor número de personas trabaje, y por
tanto, haya altas tasas de actividad y ocupación.
 La equidad, es decir, si mantiene el riesgo de pobreza relativamente bajo.
Como se observa en el gráfico, el mejor modelo en función de la combinación de estos dos criterios es el nórdico. El
modelo continental tiene menor eficiencia, mientras que el modelo anglosajón tiene menor equidad. El modelo mediterráneo es
inferior en ambos aspectos.
Algunos economistas consideran que entre el modelo continental y el anglosajón es este último el preferible, puesto que sus
mejores resultados en materia de empleo lo hacen más sostenible financieramente a largo plazo, mientras que el nivel de
equidad depende de las preferencias de cada país (Sapir, 2005). Otros economistas consideran que el modelo continental no
puede considerarse peor que el anglosajón puesto que este también es el resultado de las preferencias de sus ciudadanos
(Fitoussi et al., 2000; Blanchard, 2004).

Argumentos a favor y en contra[editar]


El concepto del Estado del bienestar sigue siendo polémico, y es continua la discusión sobre la responsabilidad de los
gobiernos en relación con el bienestar de sus ciudadanos.
Argumentos a favor[editar]

 Humanitario: la idea de que ninguna persona debe sufrir innecesariamente.


 Democrático: los votantes en la mayoría de los países favorecen la extensión gradual de la protección social.
 Derechos Humanos: los Estados están obligados por la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y
por los Pactos de Derechos Civiles y Políticos y de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, de 1966.
 Ético: la reciprocidad es casi universal como principio moral, y la mayoría de los sistemas del bienestar se basan en
patrones del intercambio generalizado. El altruismo, o ayudar a otros, es una obligación moral en la mayoría de las
culturas. Por ejemplo, la caridad y la ayuda para los pobres (ya sea con subsidios o puestos de trabajo) son bien
vistos por muchas personas.
 Religioso: la mayoría de las religiones importantes del mundo creen que el altruismo es moral y el egoísmo es
inmoral. Las obligaciones religiosas incluyen el deber de la caridad y la obligación para la solidaridad.[cita requerida]
 Interés mutuo: varios sistemas nacionales se han creado voluntariamente del crecimiento del seguro mutuo.
 Económico: los programas sociales realizan una gama de actuaciones económicas frente a posibles fallos de
mercado (monopolios naturales, desvirtuaciones que pudieran producirse a través del comercio internacional,
estructurando el mercado de trabajo, etc.), redistribuir la renta y salvaguardando la economía de componentes
cíclicos. Además, la cohesión social permite un mayor desarrollo que finalmente redunda en beneficio de todos los
agentes económicos (desbordamiento del conocimiento, entorno saludable, etc.). Es lo que se denomina equidad
categórica, generalmente sobre bienes preferentes.
 Social: los programas sociales se utilizan para promover objetivos comunes con respecto a la educación, la familia
y el trabajo.
 Político: es una necesidad. Es el único modelo que ha demostrado en la práctica la capacidad de producir tanto el
crecimiento económico como la cohesión social necesarios para garantizar el orden democrático y el buen
funcionamiento de la sociedad.
Argumentos en contra[editar]
Aportan los siguientes argumentos contra el Estado del bienestar:

 Individualista: la intervención del Estado infringe la libertad individual; el individuo no debe ser forzado a
subvencionar el consumo de terceros - el Estado del bienestar quita libertad de elección, ya que son burocracias
sobre las que el ciudadano tiene muy poco control las que deciden qué bienes y servicios «compra» uno con sus
impuestos, mientras que en un mercado libre y privado, el consumidor es el soberano total (argumento desarrollado
por Milton Friedman en Libertad de elegir).
 Conservador: el Estado del bienestar supone un riesgo moral, ya que los individuos se ven desligados de las
consecuencias económicas de sus actos. Por ejemplo: uno puede practicar deportes de riesgo, a sabiendas de que
la atención sanitaria está pagada colectivamente, y de que, si sufre un accidente grave, existen pensiones de
invalidez.
 Objetivista: el Estado del bienestar se basa en una falacia, ya que si individualmente los ciudadanos no pueden
permitirse un determinado nivel de «bienestar», no hay ningún motivo para que sí puedan hacerlo colectivamente
(argumento de Leonard Peikoff).
 Movimiento obrero revolucionario (marxista o anarquista): el Estado del bienestar es un instrumento temporal para
disimular la explotación que subyace bajo el sistema capitalista.
 Privatización: Algunos economistas dicen que los servicios que presta el Estado del bienestar podrían ser
prestados con mayor eficiencia por el sector privado.
Para algunos autores, como Guillermo de la Dehesa, cuando se privatizan, transfieren o se derivan servicios que presta
el Estado, en general al sector privado pero también a las familias se habla, en general, de sociedad del bienestar.89
Economía capitalista
La economía capitalista o de mercado es aquella que basa su desarrollo en la libre empresa, la producción como medio o sistema para generar
utilidades individuales o de negocio, la inversión privada que ve incentivado su esfuerzo en el ánimo de lucro, la libre competencia, y el juego de
la oferta y la demanda que se encargaría de equilibrarse en el largo plazo. La economía capitalista cree que el capital y su rendimiento es suficiente
incentivo para que crezca y se desarrollen las sociedades, al ser libres de encontrar y utilizar las oportunidades que se presentan.
ECONOMÍA DE MERCADO
Por economía de mercado se entiende la organización y asignación de la producción y el consumo de bienes y servicios que surge del juego entre la
oferta y la demanda en una situación de competencia imperfecta, lo que requiere una determinada participación del Estado para corregir y/ó mejorar
los efectos negativos de externalidades y fallos del mercado y para garantizar un acceso general mínimo a ciertos bienes y servicios, etcétera.

Relación de Economía con otras ciencias


Economía – Derecho: La actividad económica funciona dentro de las condiciones impuestas por el hombre, la más importante de estas condiciones
es la ley que gobierna la propiedad. En un país democrático la mayor parte de la propiedad es privada; un sistema de mercados competitivos y la
iniciativa privada es la base de su estructura. La ley que gobierna la formación y conducta de las empresas es la segunda; la de contratos es la
tercera.
Economía – Psicología: La forma en que los hombres reaccionan a las condiciones cambiantes, las dificultades y las oportunidades, afectaran sus
decisiones económicas. Los hombres a menudo actúan impulsivamente, quizá contra sus propios intereses, o con un espíritu público quizá
igualmente opuesto a sus propios intereses personales, los hombres actúan para satisfacer ciertos objetivos con preferencia a otros, es decir, que
poseen una "escala de preferencias" que gobierna sus elecciones.
Economía – Matemáticas, Estadísticas: La economía se interesa por las cantidades, o mejor, por sus cambios en el margen. El leguaje y
las técnicas de la matemática avanzada son de gran utilidad para el razonamiento deductivo, aunque su empleo en economía pueda obligar a algún
economista a sacrificar la claridad en aras de la elegancia, e ir demasiado lejos al hacer suposiciones que, aunque ciertas sobre el papel, son
irrelevantes a fines prácticos.
Economía – Política, Sociología y Ética: La política es la ciencia que estudia las relaciones entre los ciudadanos y el estado. La sociología es
la ciencia que estudia los grupos de la sociedad humana. La ética es la ciencia de la naturaleza moral de carácter y comportamiento humano. La
economía es una ciencia behaviorista (del comportamiento), y no una ciencia normativa. La esencia de la economía reside en la explicación del
fenómeno del valor. Esto corresponde a la sociología, la política, o la ética. Políticamente o moralmente puede ser deseable que todos los hombres
estén plenamente ocupados. Estos son juicios de valor que se ocupa únicamente por las causas y repercusiones del sobre-empleo o el sub.-
empleo.
Economía – Historia: La economía como estudio de la humanidad en el aspecto de la vida comercial tiene su contrapartida en la historia
económica que describe el desarrollo de la agricultura, de la industria, los transportes, la banca, etc. Este enfoque de los estudios explica, por
ejemplo, los inventos de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, no como un desarrollo técnico sino sobre sus efectos sobre la oferta y
demanda de los factores de producción que entraron en su fabricación y la oferta y demanda de bienes y servicios a que dieron lugar.
Economía – Tecnología: Relaciona al hombre con su medio físico, tanto el mundo natural como las modificaciones llevadas a cabo por los
científicos. La explotación de los inventos en los dos últimos siglos ha transformado las relaciones económicas, y así, por ejemplo, la revolución de
los transportes "ha aniquilado las distancias"; al reducir los costes, ha hecho posible el cambio de la producción de pequeñas unidades a la
producción en gran escala, que resulta mucho más económica debido a que se puede explotar las economías de escala. La característica clave de
una decisión económica reside en que implica una elección sobre la base de la comparación del coste y del beneficio. Aunque los criterios
económicos normalmente predominan sobre los criterios técnicos, corrientemente toman un lugar secundario frente a otros criterios.

Características
El capitalismo es un orden social que resulta de la libertad económica en la disposición y usufructo de la propiedad privada sobre el capital como
herramienta de producción.
En el capitalismo, los individuos y las empresas llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes o de servicios en forma libre dentro de la
división del trabajo, con el propósito necesario del beneficio monetario para la obtención de recursos en función de cualquier orden de fines dentro
del marco de una cooperación mediatizada por el mercado.
Propiedad privada e iniciativa empresarial Quienes invierten, crean o adquieren capital permanecen como legítimos propietarios (capitalistas)
durante el proceso de producción; la rentabilidad del capital invertido en un libre mercado de productos y servicios es el eje central de la vida
económica. El capital y el trabajo son los elementos de producción y creación de riqueza. La titularidad de los medios de producción es privada,
entendiéndose por esto su construcción sobre un régimen de bienes de capital industrial y de tenencia y uso de la tierra basado en la propiedad
privada. Los medios de producción operan principalmente en función del beneficio y en la que los intereses directivos se racionalizan
empresarialmente en función de la inversión de capital y hacia la consecuente competencia por los mercados de consumo y trabajo asalariado.
Contrato libre, ganancias y movilidad social El capitalismo se considera un sistema económico en el cual el dominio de la propiedad privada
sobre los medios de producción desempeña un papel fundamental. Es importante comprender lo que se entiende por propiedad privada en el
capitalismo ya que existen múltiples opiniones, a pesar de que este es uno de los principios básicos del capitalismo: otorga influencia económica a
quienes detentan la propiedad de los medios de producción (o en este caso el capital), dando lugar a una relación voluntaria de funciones y de
mando entre el empleador y el empleado.
Libre mercado, empresas y competencia El capitalismo se basa ideológicamente en una economía en la cual el mercado predomina, esto
usualmente se da, aunque existen importantes excepciones además de las polémicas sobre qué debe ser denominado libre mercado o libre
empresa. En éste se llevan a cabo las transacciones económicas entre personas, empresas y organizaciones que ofrecen productos y las que los
demandan.
Crecimiento económico Teóricos y políticos han enfatizado la habilidad del capitalismo para promover el crecimiento económico, tal como se mide
por el Producto Interno Bruto (PIB), utilización de la capacidad instalada o calidad de vida. Este argumento fue central, por ejemplo, en la propuesta
de Adam Smith de dejar que el libre mercado controle los niveles de producción y de precio, y distribuya los recursos.
Organizaciones por interés individual Cada uno de los actores del mercado actúa según su propio interés; por ejemplo, el empleador, quien
posee los recursos y el capital, busca la maximización del beneficio propio por medio de la acumulación y producción de los recursos; los
empleados, quienes venden su trabajo (el salario) a su empleador; y, por último, los consumidores, quienes buscan obtener la mayor satisfacción o
utilidad adquiriendo lo que quieren y necesitan en función a la calidad del producto o la cantidad de su precio.
Liberalismo y rol del Estado La doctrina política que históricamente ha encabezado la defensa e implantación de este sistema económico y político
ha sido el liberalismo económico y clásico del cual se considera sus padres fundadores a John Locke, Juan de Mariana y Adam Smith.

Elementos de la economía capitalista


El sistema capitalista puede caracterizarse por tres series de elementos: jurídicos, técnicos, psicológicos.
1. Elementos jurídicos Desde este punto de vista el sistema capitalista reposa en el principio de la apropiación privada de los medios de
producción. Estos medios son detentados por hombres que, por lo general, solo dirigen las empresas y que no realizan las tareas de ejecución
reservadas a subordinados asalariados. Hay una separación entre la propiedad de los medios de producción y el trabajo de ejecución. Esto implica
que el valor del producto de la empresa no le corresponde en su totalidad al productor, ya que tiene que repartirse entre los diferentes colaboradores
en la obra de producción., como precio de sus servicios, en forma de salario para los obreros, de interés para los prestamistas, de ganancia para
el empresario. Todas las rentas se determinan por el nivel de los precios obtenidos por los productos en el mercado.
2. Elementos técnicos En este aspecto la economía capitalista se caracteriza por métodos de producción muy perfeccionados y muy progresistas.
Los bienes de capital sirven para dotar de una mayor eficacia al trabajo humano (máquinas, herramientas y también el dinero que permite
adquirirlos). Esto implica una sustitución de la herramienta accionada por la mano del hombre, por la máquina movida por una fuerza exterior, y una
división del trabajo muy extendida. En el sistema capitalista aparecen las sociedades colectivas y sociedad anónima por acciones. Esta última es la
más importante en la economía moderna, ya que conduce a una verdadera separación entre la propiedad y la gestión.
3. Elementos psicológicos El objetivo principal que dirige a la economía capitalista es la búsqueda de ganancia. La intención del productor es
lograr la mayor ganancia monetaria posible, por lo cual solo se satisfacen las necesidades "solventes", es decir, aquellas por las que se puede
pagar, teniendo en cuenta que se las satisface no en su orden de urgencia, sino en su orden de rentabilidad. Los productores presentan sus
productos en el mercado donde los consumidores expresan sus deseos. De esta confrontación de las ofertas y de las demandas resulta un cierto
precio y en ese precio el que ejerce una función económica esencial, el cual por sus variaciones orienta la producción.

Tipos de economía
Existen diferentes tipos de economía.
1. Economía de libre mercado: Quiere decir que todos tenemos derecho a participar libremente en el mercado, por ejemplo las empresas privadas
son las que más predominan en el mercado, lo cual es lo contrario de las públicas que trabajan para el estado. Es ahí en el mercado donde se
genera la ley de la oferta y la demanda, así como dice el termino francés laissez faire que significa dejad hacer, dejad pasar que se refiere a el libre
mercado.
2. Economía mixta o social en el mercado. En la economía mixta intervienen las empresas públicas y privadas pues se toma en cuenta lo que las
empresas privadas generan a sí mismas y al mercado y lo que las empresas publicas generan al estado, que no solo generan al estado sino
también resuelven cualquier tipo de inconveniente en el mercado pero eso si como se menciono antes no aporta a dicho mercado.
3. Economía socialista. La economía socialista es la que defiende al "pueblo" pues en esta interviene los obreros, trabajadores etc. Pues al
contrario los empresarios, jefes etc. Tratan de restaurar el capitalismo. Desde mi punto de vista los empresarios no van de la mano con el
capitalismo ya que si no existieran los empresarios no habría fuentes de trabajo, pues el estado no puede generar suficientes fuentes para satisfacer
la demanda de trabajo.
4. Economía planificada. La economía planificada la maneja el estado pues interviene mucho en algunas industrias, pero cualquier decisión o
cambio que genere algún error afectara siempre a la sociedad.

Conclusión
La economía capitalista o de mercado es aquella que basa su desarrollo en la libre empresa, la producción como medio o sistema para generar
utilidades individuales o de negocio, la inversión privada que ve incentivado su esfuerzo en el ánimo de lucro, la libre competencia, y el juego de la
oferta y la demanda que se encargaría de equilibrarse en el largo plazo.
La economía de mercado se entiende la organización y asignación de la producción y el consumo de bienes y servicios que surge del juego entre la
oferta y la demanda en una situación de competencia, que requiere participación del Estado.
La economía guarda estrecha relación con otras ciencias, tales como; Derecho, Psicología, Matemáticas, Estadísticas, Política, Sociología, Ética,
Historia y Tecnología.
El sistema capitalista puede caracterizarse por tres series de elementos: jurídicos, técnicos, psicológicos.
Existen diferentes tipos de economía, de las cuáles podemos citar las siguientes; Economía de libre mercado, Economía mixta o social en el
mercado, Economía socialista, y Economía planificada.

Globalización
Globalización

Factores que impulsan su desarrollo:


 Apertura de mercados
nacionales: Libre comercio.

 Fusiones entre
empresas: Multinacionales.

 Eliminación de empresas
públicas: Privatizaciones.

 Desregulación financiera internacional


a favor del libre comercio:
los Tratados de libre comercio.1

Beneficios potenciales:

 Mayor eficiencia del mercado que


aumenta
su competencia disminuyendo el poder
monopolista.

 Mejoras en la comunicación y
cooperación internacional que puede
llevar a un mejor aprovechamiento y
explotación de los recursos.

 Impulso desarrollo científico-técnico


al ser lucrativo.

 Mayor capacidad de maniobra frente a


las fluctuaciones de las economías
nacionales.

 Eliminación de las barreras de


entrada del mercado laboral,
financiero y de bienes y servicios.

Riesgos:

 Irresponsabilidad de empresas y
multinacionales.

 Aumento de desequilibrios
económicos, sociales y territoriales.

 Descuido sobre los índices de


desarrollo humano: aumento de la
pobreza.

 Pérdida de factores que no se adapten


a la competencia.

La globalización es un proceso económico, tecnológico, político y cultural a escala mundial que consiste en la
creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo uniendo sus mercados, sociedades y culturas,
a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La globalización es
a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo
democrático o la democracia liberal, y que han abierto sus puertas a la revolución informática, llegando a un nivel considerable
de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus
relaciones nacionales e internacionales.
Este proceso originado en la Civilización occidental y que se ha expandido alrededor del mundo en las últimas décadas de
la Edad Contemporánea (segunda mitad del siglo XX) recibe su mayor impulso con la caída de los regímenes comunistas y el
fin de la Guerra Fría, y continúa en el siglo XXI. Se caracteriza en la economía por la integración de las economías locales a
una economía de mercado mundial donde los modos de producción y los movimientos de capital se configuran a escala
planetaria («nueva economía») cobrando mayor importancia el rol de las empresas multinacionales y la libre circulación de
capitales junto con la implantación definitiva de la sociedad de consumo. El ordenamiento jurídico también siente los efectos de
la globalización y se ve en la necesidad de uniformizar y simplificar procedimientos y regulaciones nacionales e internacionales
con el fin de mejorar las condiciones de competitividad y seguridad jurídica, además de universalizar el reconocimiento de
los derechos fundamentales de ciudadanía. En la cultura se caracteriza por un proceso que interrelaciona las sociedades y
culturas locales en una cultura global (aldea global), al respecto existe divergencia de criterios sobre si se trata de un fenómeno
de asimilación occidental o de fusión multicultural. En lo tecnológico la globalización depende de los avances en
la conectividad humana (transporte y telecomunicaciones) facilitando la libre circulación de personas y la masificación de
las TIC y el Internet. En el plano ideológico los credos y valores colectivistas y tradicionalistas causan desinterés generalizado y
van perdiendo terreno ante el individualismo y el cosmopolitismo de la sociedad abierta. Los medios de comunicación clásicos,
en especial la prensa escrita, pierden su influencia social (cuarto poder) frente a la producción colaborativa de información de
la Web 2.0 (quinto poder).
Mientras tanto en la política los gobiernos van perdiendo atribuciones en algunos ámbitos que son tomados por la sociedad
civil en un fenómeno que se ha denominado sociedad red, el activismo cada vez más gira en torno a movimientos sociales y
las redes sociales mientras los partidos políticos pierden su popularidad de antaño, se ha extendido la transición a
la democracia contra los regímenes despóticos, y en políticas públicas destacan los esfuerzos para la transición al
capitalismo en algunas de las antiguas economías dirigidas y la transición del feudalismo al capitalismo en economías
subdesarrolladas de algunos países aunque con distintos grados de éxito. Geopolíticamente el mundo se debate entre la
unipolaridad de la superpotencia estadounidense y el surgimiento de nuevas potencias regionales, y en relaciones
internacionales el multilateralismo y el poder blando se vuelven los mecanismos más aceptados por la comunidad
internacional. La sociedad civil también toma protagonismo en el debate internacional a través de ONG internacionales
de derechos humanos que monitorean la actividad interna o externa de los Estados. En el ámbito militar surgen conflictos entre
organizaciones armadas no-estatales (y transnacionales en muchos casos) y los ejércitos estatales (guerra contra el
terrorismo, guerra contra el narcotráfico, etc), mientras las potencias que realizan intervenciones militares a otros países
(usualmente a los considerados como Estado fallido) procuran ganarse a la opinión pública interna y mundial al formar
coaliciones multinacionales y alegando el combate a alguna amenaza de seguridad no sin amplios debates sobre la legitimidad
de los conceptos de guerra preventiva e intervención humanitaria frente al principio de no intervención y de oposición a las
guerras.
La valoración positiva o negativa de este fenómeno, o la inclusión de definiciones alternas o características adicionales para
resaltar la inclusión de algún juicio de valor, pueden variar según la ideología del interlocutor. Esto porque el fenómeno
globalizador ha despertado gran entusiasmo en algunos sectores, mientras en otros ha despertado un profundo rechazo
(antiglobalización), habiendo también posturas eclécticas y moderadas.

Concepto[editar]
El economista y escritor español José Luis Sampedro, en su libro El mercado y la globalización (2002), define globalización
como
Constelación de centros con fuerte poder económico y fines lucrativos, unidos por intereses paralelos, cuyas decisiones
dominan los mercados mundiales, especialmente los financieros, usando la más avanzada tecnología y aprovechando la
ausencia o debilidad de medidas reguladoras y de controles públicos.4
Esos poderes son tan fuertes que llegan a acuerdos al margen de todo control político directo de los seres humanos que
afectan al empleo, la salud y la vida cotidiana de grandes sectores de la Humanidad como CETA, TTIP y TISA, acuerdos que
no se han publicado ni conocido ni sancionado por los que sufren sus consecuencias,5 algo jurídicamente muy
discutible.6 Contra esto (la falta de perfeccionamiento de los procedimientos democráticos de control del gobierno de los
estados nacionales quienes, por ejemplo, son incapaces de concordar o ponerse de acuerdo para evitar el fraude fiscal global,
o de otra forma explicado, solo se ponen de acuerdo en no ponerse de acuerdo) y la venta del sistema político
al capitalismo en general, ha surgido la llamada globalización del descontento,7 plasmada en movimientos como el 15-
M, Occupy movement o los Indignados y organismos independientes de denuncia como Wikileaks, o en protestas más
desorganizadas y violentas como los disturbios de Francia de 2005. La globalización afecta a todo el mundo y por tanto exige
un derecho global que la controle, lo que revitaliza el derecho natural inherente a la especie humana y debería desacreditar
definitivamente en esta esfera el demasiado prestigiado derecho positivo que esgrimen los estados nacionales para no ponerse
de acuerdo en medidas beneficiosas para todos. En ese sentido, afirma Hans Küng en el contexto de la confección de
una Declaración universal de los deberes del hombre:
La globalización de la economía, de la tecnología y de los medios de comunicación lleva también a la globalización de los
problemas, desde los de los mercados financieros y del trabajo hasta a los de la ecología y de la criminalidad organizada. Esta
globalización de los problemas demanda, por tanto, también, una globalización ética -del ethos-: no un sistema ético uniforme;
pero sí un necesario mínimum de valores éticos comunes, de actitudes fundamentales y criterios, a los que puedan
comprometerse todas las religiones, naciones y grupos de intereses. Por tanto, un ethos fundamental común de los hombres.
Ningún nuevo orden mundial sin un ethos mundial8

Historia[editar]
Entorno político-económico previo[editar]
Aldo Ferrer señala que el actual proceso de globalización es parte de un proceso mayor iniciado en 1492 con la conquista y
colonización de gran parte del mundo por parte de Europa.9 Marshall McLuhan sostenía ya en 1961 que los medios de
comunicación electrónicos estaban creando una aldea global.10 Rüdiger Safranski destaca que a partir de la explosión de la
bomba atómica en Hiroshima en 1945 nació una comunidad global unida en el terror a un holocausto mundial. También se ha
asociado el inicio de la globalización a la invención del chip (12 de septiembre de 1958), la llegada del hombre a la Luna, que
coincide con la primera transmisión mundial vía satélite (20 de julio de 1969), o la creación de Internet (1 de septiembre de
1969). Pero en general se ubica el comienzo de la globalización con el fin de la Guerra Fría, cuando desaparece la Unión
Soviética y el bloque comunista que encabezaba, cuyo experimento fallido de colectivismo representaba el ocaso de los
proyectos de sociedades cerradas y economías protegidas. Si bien la autodisolución de la Unión Soviética se produjo el 25 de
diciembre de 1991, se ha generalizado simbolizarla con la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989.
El proceso de globalización también hace entrar en crisis al proteccionismo y el Estado de Bienestar había ganado popularidad
en período de entreguerras, cuando en las naciones capitalistas se difunde la noción de que el Estado tiene una doble función
fundamental en el buen funcionamiento de la economía: uno en asegurar la prosperidad de la población y el otro en evitar los
ciclos de crecimiento y recesión. Se crean así las bases para la aparición del keynesianismo y el Trato Nuevo. En las
siguientes décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial se vio la emergencia a la preeminencia de las "corporaciones"
o empresas multinacionales, que desplazan la importancia de las empresas del capitalismo clásico que tanto Adam
Smith como Karl Marx conocieron cuando formularon sus teorías.11 Se vio en Alemania un precedente del éxito de la
liberalización que tomarían otros países: el resurgimiento de su nación en el denominado Milagro alemán.
Sin embargo, una nueva crisis que se inició a mediados de la década del sesenta (ver estanflación), agudizada por la crisis del
petróleo de 1973 provocó una reorganización radical de la economía, fundada en la intensa promoción de la innovación
tecnológica (TIC), la reforma de las políticas de desarrollo (ver Consenso de Washington) y tentativas de desmantelar del
Estado de Bienestar, que llegó a ser visto como —en las palabras de Margaret Thatcher— un "estado niñera", sofocador de las
libertades y restringidor de la capacidad de escoger de los individuos. Ya desde las décadas de 1970 y 1980 varios analistas y
políticos encontraron necesario o conveniente efectuar una fuerte crítica, sea desde un punto de vista pragmático o desde un
punto de vista liberal a formas socio-político y económicas anteriores, que ellos consideraban estatizantes y en consecuencia
restrictoras tanto de las libertades individuales como del desarrollo económico y social, proponiendo nuevas formas a fin de
crear un terreno favorable para la revitalización de las economías.
En el gobierno de Pinochet en Chile (en lo que se llamó "experimento",12 ver Milagro de Chile), seguido por el
de Thatcher (1979-1990) en Gran Bretaña) y el de Reagan (1981-1989) en EE. UU., etc. Implementaron parcialmente las
políticas económicas de economistas como Friedrich Hayek y Milton Friedman respectivamente,13 lo que de hecho redundó en
la generación de nuevas interrelaciones entre los factores económicos y mercados de todo el mundo (consumidores, trabajo,
recursos naturales, inversiones financieras, etc.); sin embargo ambos gobiernos fueron en otras áreas
fuertemente intervencionistas. A partir de entonces otros gobiernos aplicarían medidas combinando algún nivel de liberalismo
económico junto con la tecnocracia estatal, muchas veces para poder contentar con algún grado de intervencionismo a
sectores sociales y grupos de presión que rechazan el desmantelamiento del Estado de Bienestar. Todo este fenómeno
en políticas públicas sería conocido, especialmente por sus críticos provenientes del socialismo post-Guerra Fría, bajo el
confuso término de "neoliberalismo".
El 9 de noviembre de 1989, se produjo la caída del Muro de Berlín, abriendo camino a la implosión de la Unión Soviética en
1991 y la desaparición del bloque comunista. A partir de ese momento comenzó una nueva etapa histórica: la globalización.
Ante los hechos en julio-septiembre de 1989 el economista político estadounidense Francis Fukuyama publica un artículo
titulado El fin de la Historia, llegó a decir que «lo que podríamos estar viendo no es sólo el fin de la Guerra Fría, o de un
particular período de post-guerra, sino el fin de la historia como tal: esto es, el punto final de la evolución histórica de la
humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como la forma final de gobierno humano». Posteriormente
se retractaría de tal afirmación.[cita requerida]
Durante este periodo destaca el rol de los organismos internacionales como OMC, OCDE, FMI y BM que en las últimas
décadas han sido retratados como impulsores de la globalización, sin embargo, la globalización siendo un proceso civil y de
mercado más bien tiende a ser vista como un orden espontáneo independiente de los organismos políticos, siendo discutido si
las acciones de los organismos supraestatales dificultan en vez de facilitar la globalización.14 Una organización privada que
anualmente se reúne para dar su respaldo al proceso globalizador es el Foro Económico Mundial.
La nueva relación económica[editar]
La globalización en sí misma es un proceso continuo y dinámico, que desafía las leyes de los países en su forma de regular el
funcionamiento de empresas y el comportamiento económico de los individuos a nivel internacional que, si bien pueden dar
trabajo a la mano de obra desocupada o ser los contratados, también pueden beneficiarse de irregularidades y debilidades
subsistentes en un determinado país. Es fácil para estas empresas simplemente trasladar sus centros de producción a lugares
en los cuales se les dé el máximo de facilidad. Es también un desafío a los proyectos de desarrollo de los países,
especialmente para aquellos que están en vías de desarrollo, pues no sólo considera cualquier intervención estatal como
inimica a los intereses de esas empresas (en la medida que tales planes implican regulaciones y demandan impuestos y otros
recursos) sino que además asevera que la idea misma del desarrollo social como meta y
objetivo gubernamental o estatal precluye la libertad individual y distorsiona tanto la sociedad como el mercado.(ver por
ejemplo posición paretiana en: [5]}
Estas fueron las pautas de un primer momento en esta nueva relación socio-económica. Se puede observar, como ejemplo,
que los altos costes de producción en los países desarrollados, que confluyendo con una apertura de los países del este
oriental, especialmente China e India, a los mercados de capitales y su inclusión como miembros de la Organización Mundial
de Comercio (OMC), resultó en el traslado masivo de la producción industrial desde Europa y EE. UU. a esos u otros países
que ofrecían condiciones más favorables al incremento de las ganancias de esas empresas internacionales.
A nivel cultural, el incremento de la intercomunicación física y virtual, han incrementado y facilitado este proceso. La
interconexión física se basa en la masificación del transporte. La interconexión virtual se basa exclusivamente en la tecnología,
por ejemplo, Internet. Esto ha llevado a dos resultados contradictorios: por un lado la centralización del control administrativo y
político a niveles gubernamentales y corporativos se ha visto facilitada enormemente. Por otro, se ha facilitado de manera
igualmente enorme la diseminación de ideas críticas y la comunicación a nivel de ciudadanos comunes y corrientes, que
anteriormente estaban para su información a merced de los medios establecidos o no podían responder rápida y efectivamente
a decisiones que los afectaban.
Importancia de las ciudades[editar]
Las nuevas condiciones socio-económicas terminan difuminando el poder y las atribuciones de los estados-nación. Ante este
panorama surgen con fuerza las ciudades, grandes urbes, que compiten entre ellas para atraer capital, talento y turismo. Han
dejado de formar parte de un orden jerárquico que establecía su preeminencia en factores poblacionales, de conectividad, o
culturales. En la globalización las ciudades son una puerta, un modo de acceso a la economía global, y las ciudades dejan de
ser hitos, y pasan a conformar redes. Una mejor inserción en estas redes supone mayor competitividad y atracción.
Simultáneamente, la globalización es la impulsora del acelerado proceso de urbanización y metropolización de la humanidad.
En los procesos migratorios, además de las causas económicas, ambientales o bélicas para abandonar un territorio está la
perspectiva de acceder a la economía global, de la mejora en las condiciones de vida que supone en muchos casos llegar a la
ciudad. Y unas tienen mucho más que ofrecer que otras.16
Hitos en el periodo de globalización[editar]
A continuación algunos hitos de la creciente interdependencia entre los países del mundo. No es una lista que refleje todo lo
que la globalización es, pero estos eventos pueden identificarse en el contexto de la misma.

 En noviembre de 1989 el economista estadounidense John Williamson incluyó en un documento de trabajo una
lista de diez políticas que consideraba más o menos aceptadas por los grupos económicos con sede en
Washington y lo tituló el Consenso de Washington. para algunas personas representan los puntos claves de la
globalización, sin embargo ambas cosas no son lo mismo.

 La creación en 1995 de la Organización Mundial de Comercio (OMC) es uno de los momentos decisivos de la
globalización. Por estar integrada por la mayoría de los países de la población mundial: propiedad intelectual,
regulación de empresas y capitales, subsidios, tratados de libre comercio y de integración económica, régimen de
servicios comerciales (especialmente educación y salud), etc.

 Crisis económicas: La velocidad y libertad alcanzada por los capitales para entrar y salir de países y empresas
está asociada a una serie de crisis eco-financieras locales de impacto global. La primera de la serie se produjo en
México en 1994/1995 y su impacto global se conoció como efecto Tequila. Con posterioridad se produjeron la
crisis asiática en 1995/1997 (efecto Dragón), la crisis rusa en 1998 (efecto Vodka), la crisis brasileña en 1998/1999
(efecto Samba) y la crisis argentina en 2001/2002 (efecto Tango). Las reiteradas crisis económicas ha generado
una amplia discusión sobre el papel desempeñado por el Fondo Monetario Internacional.

 Detención de Pinochet y creación de la Corte Penal Internacional: En octubre de 1998 el ex-dictador


de Chile, Augusto Pinochet, fue detenido en Londres acusado en España por tortura y terrorismo. El 24 de marzo
de 1999 el Tribunal de los Lores del Reino Unido resolvió que Pinochet podía ser extraditado, aunque finalmente la
extradición no fue completada debido a la supuesta demencia del comandante. El hecho es destacado como un
punto de inflexión en la globalización de los derechos humanos.
 Simultáneamente en 1998 se firmó el Estatuto de Roma creando la Corte Penal Internacional, que entró en vigor el
1 de julio de 2002 luego de alcanzar la cantidad de ratificaciones necesarias. En 2003 la Corte penal Internacional
quedó constituida. El principal problema para el funcionamiento de la misma es la posición de los Estados Unidos,
opuesto a su jurisdicción.

 Ingreso de China en la OMC: En 2001 (Ronda de Doha) y después de 15 años de duras


negociaciones, China ingresó en la OMC. De este modo el país más poblado del mundo (22 % de la humanidad),
quinta economía mundial y la de mayor crecimiento en los últimos 30 años, se incorporó plenamente al mercado
mundial. Los enormes desplazamientos de capital y trabajo que está causando la economía china, así como las
consecuencias para el sistema mundial que tendrá la vinculación de una gigantesca y pujante economía de
"mercado socialista" (ver también socialismo de mercado) con el sistema capitalista mundial, son discutidas
apasionadamente por los estudiosos de todo el mundo. Existe sin embargo un amplio consenso de que China, y su
creciente liderazgo económico en Asia, está impulsando un proceso histórico que será determinante en el curso
del siglo XXI y la orientación de la globalización mundial.

 Los atentados del 11 de septiembre de 2001, contra el Centro Mundial de Comercio (World Trade Center) de
Nueva York y el Pentágono, transmitidos en vivo y en directo por las cadenas globales de televisión a toda la
Humanidad, adquirieron una significación mundial. A partir de ese momento, la lucha contra el terrorismo
internacional y la defensa de la seguridad nacional de los Estados Unidos, adquirirá una jerarquía prioritaria en la
agenda global, propondrá la necesidad de restringir los derechos humanos para garantizar la seguridad, y
reinstalará el valor del Estado.

 En los disturbios de Francia de 2005, en noviembre, miles de jóvenes franceses, hijos de inmigrantes provenientes
del norte de África, protagonizaron durante dos semanas una revuelta que tuvo su sello en la quema de miles de
automóviles en París. En la región de París, más de la mitad de la población menor de 15 años, es originaria de
África, lo que ha dado un vuelco a la cultura de la zona en menos de una generación. El acontecimiento sorprendió
al mundo y puso sobre el tapete la cuestión de las migraciones internacionales y las desigualdades sociales y
territoriales en la globalización.

Argumentos en favor de la globalización[editar]


Es importante anotar que entre los partidarios del desarrollo económico y social, existen corrientes con visiones encontradas y
radicalmente diferentes en su percepción sobre los beneficios de la globalización; es el caso del liberalismo libertario y
el neoconservadurismo en lo político, o la escuela austríaca y el monetarismo/escuela neoclásica en la doctrina económica.

 Los liberales libertarios y otros partidarios del laissez-faire capitalista dicen que los altos niveles de libertades
políticas y económicas, en la forma de democracia y capitalismo, han sido fines valuables en sí mismo en el
mundo desarrollado y han producido altos niveles de riqueza material. Ellos ven en la globalización un proceso
benéfico de extensión de la libertad y el capitalismo.17

 Aquellos que apoyan el libre comercio proclaman que el aumento tanto de la prosperidad económica como de
oportunidades, especialmente en los países en desarrollo, incrementara las libertades civiles y llevara a una
alocación de recursos más eficientes. Las teorías económicas de la ventaja comparativa sugieren que el mercado
libre produce tal alocación efectiva de recursos, a mayor beneficio de todos los países que estén envueltos. En
general, esto conduce a reducción de precios, más empleos, incremento en la producción y de niveles de
vida especialmente para los que viven en países en desarrollo.17 18

 Existen también los llamados "globalistas" o "mundialistas", que proponen una "globalización democrática". Ellos
creen que la primera etapa de la globalización, orientada al mercado o a asuntos económicos, debe ser seguida
por una etapa de creación de instituciones políticas globales que representen las visiones o aspiraciones del
"ciudadano mundial". Su diferencia con otros "globalistas" es que ellos no definen por adelantado una ideología
para orientar esta voluntad, dejándola a la voluntad de esos ciudadanos a través de un proceso democrático

 Proponentes de la globalización argumentan que el movimiento anti-globalización es proteccionista y usa


evidencias puntuales y anecdóticas para apoyar sus visiones, mientras que las fuentes estadísticas proveen un
apoyo fuerte a la globalización.

 A pesar de que algunos lo discuten, la desigualdad del ingreso a nivel mundial parece estar decreciendo, como el
economista Xavier Sala-i-Martin argumentó en 2007 - [6].19 Dejando de lado quien tiene la razón, se puede alegar
que más importante es la medida de pobreza absoluta: si todos vivieran en la miseria, la desigualdad de ingresos
seria muy baja.
 Desde 1981 al 2001, de acuerdo a figuras del Banco Mundial, el número de personas que viven con un dólar o
menos de ingreso al día ha declinado en términos absolutos de mil quinientos millones de personas a mil cien
millones. Al mismo tiempo, la población del mundo aumentó. Así pues, en términos porcentuales el número de
tales personas declinó en los países en desarrollo de 40% a 20%. de la población.20 con las mayores
disminuciones teniendo lugar en las economías que han reducido más las barreras al comercio e inversión. Sin
embargo, algunos críticos advierten que seria conveniente usar medidas más detalladas de la pobreza.21

 El porcentaje de personas que viven en menos de dos dólares de ingreso al día ha caído mucho en áreas
afectadas por la globalización, mientras que las tasas de pobreza ha permanecido estable en otras áreas. En Asia
del Este, incluyendo China, ese porcentaje ha decaído en un 50.1 %, comparado con un incremento del 2.2 % en
África subsahariana.18

 La esperanza de vida se ha casi doblado en los países en desarrollo desde la Segunda Guerra Mundial y está
empezando a cortar la distancia entre ella y la de los países desarrollados, donde el mejoramiento ha sido menor.
Incluso en los países del África subsahariana, la región menos desarrollada, la esperanza de vida ha aumentado
de menos de 30 años antes de esa guerra a alrededor de 50 años antes de la pandemia de sida y otras
empezaran a reducirla nuevamente al presente nivel de alrededor de 47 años. La mortalidad infantil ha decrecido
en todas las regiones del mundo en desarrollo.22

 La presencia de la democracia ha incrementado dramáticamente: desde una posición en la cual había muy pocas
naciones con sufragio universal en 1900 a estar presente en un 62,5 % de todos los países en el 2000.23

 Los derechos de las mujeres (ver Feminismo) ha avanzado. Incluso en áreas tales como Bangladés ellas están
logrando acceso a trabajos que proveen estabilidad e independencia económica.17

 La proporción de la población mundial que vive en países en los cuales las provisión de alimentos per cápita es
menor que 2200 calorías o 9,200 kilo julios por persona por día disminuyo desde 56 % en 1960 a menos de 10 %
en 1990.24

 Entre 1950 y 1990. la tasa de alfabetización mundial aumento del 52 % al 81 %. Las mujeres han representado
mucho de ese crecimiento: la tasa de alfabetización femenina, como porcentaje de la masculina, aumento de 59 %
en 1970 a 80 % en el 2000.25

 Hay tendencias similares en lo que respecta a acceso a electricidad, autos, radios, teléfonos, etc. Al mismo tiempo
que una proporción creciente de la población con acceso a agua potable.26

 El porcentaje de menores en la fuerza de trabajo ha caído desde un 24 % en 1960 al 10 % en el 2000.27

 Indur M. Goklany, en su libro 'The Improving State of the World también encuentra evidencia que esas, y otras,
medidas del bienestar humano están mejorando y que la globalización es parte de la explicación. También busca
responder al argumento que el Impacto ambiental limitaría ese progreso.

 Otros autores, tales como el senador canadiense Douglas Roche, simplemente ven la globalización como
inevitable y argumentan a favor de crear instituciones tales como una Asemblea Parlamentaria de las Naciones
Unidas elegida a fin de supervisar y controlar la acción de cuerpos e instituciones internacionales no electos.

 A pesar que los críticos de la globalización se quejan que esta implica un predominio de la cultura occidental
(u occidentalización) un informe del año 2005 de la UNESCO28muestra que el cambio cultural se está haciendo en
ambas direcciones. En el 2002, China fue el tercer país en exportaciones de bienes culturales, detrás de Gran
Bretaña y EE. UU. Entre 1994 y el 2002, la proporción de esas exportaciones de tanto Norteamérica como Europa
decayó, mientras las exportaciones de Asia crecieron hasta sobrepasar a la estadounidense.
Los proponentes de la globalización critican duramente algunas políticas corrientes en países desarrollados. En particular,
los subsidios a la agricultura y las tarifas protectivas en esos países. Por ejemplo, casi la mitad del presupuesto de la Unión
Europea se emplea en subsidios agrícolas, en su mayoría, a las grandes empresas y granjas industrialisadas que constituyen
un poderoso lobby.29 Japón, por su parte, concedió a su sector agrícola 47 mil millones de dólares en el 2005.30 casi cuatro
veces la cantidad que dio en Ayuda oficial al desarrollo.31 Los EE. UU. dan 3900 millones de dólares cada año a su sector
agrícola algodonero, que incluye 25 mil granjeros, tres veces superior al presupuesto completo de USAID para los 500 millones
de habitantes de África32 `Estas políticas agotan los recursos de los contribuyentes e incrementa el precio a los consumidores
en los países desarrollados, disminuye la competencia y eficiencia, evita las exportaciones de agricultores más eficientes y
otros sectores en los países en desarrollo y socaba las industrias en los cuales los países desarrollados tienen ventajas
comparativas. Así, las barreras al comercio dificultan el crecimiento económico no solo de las naciones en desarrollo, lo que
tiene un efecto negativo en los niveles de vida generales.33

Globalización desde un punto de vista crítico[editar]


La globalización es un fenómeno complejo, no debería ser sorpresa por lo tanto que provoque diferentes reacciones entre
diferentes individuos o grupos. Para algunos, como el senador canadiense, amenaza la estructura misma de la "Nación
estado" y el concepto moderno de democracia, mientras que para otros, tales como los partidarios del Islamismo político, busca
imponer estructuras políticas no islámicas (laicas) sobre países que lo rechazan. Para unos, amenaza la identidad nacional,
mientras que para otros –por ejemplo para el escritor Mario Vargas Llosa–34 ven esa identidad como una construcción
impuesta que busca obliterar diferencias individuales y culturas locales en aras de una unidad artificial. Aún otros ven el
proceso como simplemente una continuación o incluso agudización de procesos explotativos, resultado directo
del neocolonialismo capitalista, mientras para otros amenaza el fin de esa predominancia.35 Para algunos, promete una nueva
era de riquezas para todos, para otros, tales como el escritor Eduardo Galeano es la seducción de un consumismo que
arruinará económica y moralmente a la mayoría36 (comparar también con la posición de la Iglesia católica37 ).
Antes de hacer una crítica es necesario considerar un aspecto fundamental: la diferencia entre lo que los partidarios del
proceso proponen y la manera que esas propuestas han sido o están siendo implementada. El libre comercio de la
globalización no sólo se refiere al libre movimiento de capitales sino que también al libre movimiento de bienes y personas. Por
lo tanto los globalistas consideran inaceptable, como se ha visto, las barreras aduaneras y tratos preferenciales que los países
desarrollados imponen o practican cuando así les conviene. Las mismas objeciones se aplican a las barreras de todo tipo a la
migración y movimiento de los trabajadores: ¿cómo pueden los recursos ser distribuidos racionalmente o las sociedades
derivar el máximo de beneficio del sistema cuando se imponen condiciones que son últimamente irracionales en términos
económicos?
Puntos a considerar según los críticos[editar]

 La apertura generalizada de los mercados de bienes y capitales que sugiere el fin de los bloques comerciales,
tratados regionales e independencia económica de los países pero al mismo tiempo facilita la capacidad de
resolver necesidades económicas que actores locales han sido incapaces de satisfacer.

 La creciente privatización de los sectores económicos públicos como la sanidad, la enseñanza y las
administraciones públicas (además de otras empresas públicas), por parte de gobiernos de corte neoliberal, junto
al auge de la empresa multinacional y el adelgazamiento de empresas y estado nacionales.

 El fomento de la competencia como valor económico universal, que por un lado incrementa la cantidad y calidad
de los productos y por el otro amenaza las condiciones de trabajo como salarios y derechos laborales. Esta eterna
competencia entre empresas multinacionales favorece a la depredación del medio ambiente en plena crisis
climática global.

 El acceso a los mercados internacionales de las élites oligárquicas de países ricos en recursos naturales pero
poco desarrollados industrialmente lleva al abandono de intentos políticos de promover progreso y justicia
social en dichos países, ya que dichas élites destinan su producción a una exportación mucho más lucrativa, a
corto plazo, que establecer un tejido industrial local nacionalizando su producción.

 Dentro del nuevo debate sobre multiculturalismo: el intercambio cultural respetuoso versus la mundialización
cultural occidental que amenaza la pérdida de la integridad de las culturas o identidades nacionales del resto de
países del mundo.

 Conflicto entre la concepciones de la cultura como "civilización" o 'Alta Cultura' versus la extensión de la "Cultura
del Hombre Común" o cultura popular.

 La posibilidad del renacimiento de culturas regionales o folclóricas y valores individuales versus la


homogeneización cultural producto de la masificación e internacionalización de los medios.

 El reforzamiento de una conciencia de "comunidad humana" versus la adquisición acritica de elementos culturales
de sociedades dominantes.

 Sobrevaloración de lo material y del consumismo sobre lo social o moral y sobre lo ético. Fomento de la
tecnificación industrial por encima de la eficiencia productiva.

 El posible decaimiento del nacionalismo frente al refuerzo del internacionalismo.


 La conquista del sistema político de según que países indefensos de manos de empresas multinacionales que
pueden llegar a contratar incluso a su propio ejército privado.

 La generalización de la democracia y el estado de derecho convencionales como formas de


gobierno predominantes a nivel mundial versus el resurgimiento de áreas y periodos de profunda inestabilidad
política debido, por un lado, a la pérdida de poder por parte de los gobiernos frente a poderes externos
(produciendo los llamados estados fallados) y, por el otro, al rechazo a lo que se ve como
concepciones occidentales de hacer política, que genera escenarios de confrontación cultural.

 La disminución paulatina en los controles migratorios en países en vías de desarrollo que puede llevar a la pérdida
de los sectores más innovadores (ver fuga de cerebros) o a la 'invasión' de élites empresariales internacionales en
países pobres. El incremento de las restricciones migratorias en los países desarrollados que acogen los flujos
migratorios, de sur a norte, partiendo el planeta en un hemisferio ultra desarrollado y en otro intencionadamente
pobre y comercialmente rentable y sometido.

 La búsqueda de un mejor ordenamiento económico y social, por la vía del uso de monedas nacionales nominativas
y con trazabilidad de cadenas de pago, y por la vía del uso en la economía mundial de una verdadera moneda
internacional no vinculada en forma rígida con canastas de monedas nacionales (ver Consenso de
Barcelona y Centro de Estudios Joan Bardina).
 Las críticas a la globalización surgieron de los ciudadanos de la mayor parte de los países del mundo, a partir de
la caída del muro de Berlín. El premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz propone dos alternativas de solución a
la globalización: cambiar el gobierno de la globalización y trasladar a los países pobres el intervencionismo de los
países ricos. Por otro lado, hay muchos que piensan que se debe controlar la globalización, ya que el mundo
estaría dominado por las empresas multinacionales, por lo tanto es importante la creación de un gobierno mundial
que sea capaz de crear una nueva y poderosa ONU, que incentive y promueva el diálogo o permita la alianza entre
las civilizaciones. En cuanto a las finanzas, de nuevo Stiglitz argumenta que los organismos internacionales, como
el FMI y el BM han fracasado en ese aspecto, por lo que la solución es corregir su intervencionismo. En otro orden
de ideas, en el caso del comercio internacional es conveniente fomentar el proteccionismo entre los países con la
creación de uniones como es el caso de la Unión Europea o el Mercosur. Finalmente, una alternativa de solución
para la globalización es debilitar la intervención económica y política de los países ricos hacia los países
subdesarrollados.38

Tercer mundo

Los tres mundos separados durante la Guerra Fría, con sus respectivos aliados. Los colores no representan su situación
económica. Primer mundo: Estados Unidos, Francia, Reino Unido, España y aliados. Segundo mundo: Unión Soviética, China y
aliados. Tercer mundo: países no alineados y neutros.

El término tercer mundo fue acuñado por el economista francés Alfred Sauvy en 1952, realizando un paralelismo con el
término francés Tercer Estado, para designar a los países que no pertenecían a ninguno de los dos bloques que estaban
enfrentados en la Guerra Fría, el bloque occidental (Estados Unidos, Europa Occidental, Japón, Canadá, Corea del
Sur, Australia, Nueva Zelanda y sus aliados) y el bloque comunista (Unión Soviética, Europa Oriental, China). Actualmente,
de manera anacrónica (el «segundo mundo» del «bloque socialista» ha desaparecido como concepto), el término se utiliza,
de manera poco precisa, para referirse a los países periféricos subdesarrollados o «en vías de desarrollo», en contraste a
los países desarrollados; en este último sentido actual, el término se emplea a veces para referirse en bloque a todos los
países no desarrollados, y en ocasiones, para referirse solo a los que registran los peores índices de desarrollo de gran
atraso económico-social, como el analfabetismo, el hambre, las carencias hospitalarias y de salud pública, las viviendas y
servicios sanitarios precarios, una escasa expectativa de vida, etc. Según la RAE, el tercer mundo es el conjunto de países
menos desarrollados económica y socialmente.1
Entre las características comunes figuran el tener una base económica agraria, la exportación de materias primas, una
economía endeudada con los países más industrializados y escasa infraestructura. En materia de decisiones
internacionales, los países del tercer mundo, aún congregando a la mayoría de las naciones independientes y de la
población mundial, cumplen un papel secundario -y en ocasiones subordinado- respecto del que tienen las naciones más
poderosas. Algunos bloques de países creados a partir de la década de 1980 para hegemonizar las decisiones mundiales,
como el G-7, el G-8 y el G20, se relacionan indirectamente con la idea de «tercer mundo» y su relación con el sistema de
toma de decisiones globales. Dentro de la teoría del tercer mundo, también se encuentran países europeos
como Suiza, Austria, Suecia, Finlandia, la extinta Yugoslavia o la República de Irlanda [cita requerida].

Teoría de la dependencia[editar]
Pocos años antes de la formulación del término tercer mundo por Alfred Sauvy, la Escuela Desarrollista latinoamericana desde
la CEPAL formuló la llamada teoría de la dependencia utilizando para ello un modelo de análisis de la economía mundial a
partir de la dualidad centro-periferia. Según el desarrollismo la economía mundial está organizada por un centro industrial que,
en el comercio internacional, se beneficia sistemáticamente debido al deterioro de los términos de intercambio de los productos
primarios generados por una periferia agrícola, que descapitaliza constantemente a los llamados países atrasados impidiendo
su desarrollo. Por esa razón el desarrollismo sostiene que los Estados de los países periféricos deben promover activamente
la industrialización como política crucial para el desarrollo.

Tercer mundo y tecnología[editar]


Las nuevas tecnologías son esenciales en una sociedad como la existente, donde los países con el régimen de
monopolizadores se encargan de suministrar a los demás esas fuentes de innovación. Existen esfuerzos e inversiones
considerables de dinero, destinados a promover el uso de Internet en zonas rurales y grupos en riesgo de exclusión social o
laboral, como el tercer mundo, países en regímenes de gran subdesarrollo, con características como el analfabetismo, el
hambre y la precariedad en todas las áreas de la sociedad.
Para muchos burócratas y Estados desarrollados, conseguir que la tecnología y su uso lleguen adecuadamente a los países
más pobres y necesitados se convierte en todo un reto para obtener, en la mayoría de los casos, algún tipo de beneficio. Pero
lo cierto es que la opinión pública se encuentra bastante en desacuerdo con la actitud de los mandatarios de los grandes
Estados, ya que consideran que integrar Internet o la telefonía móvil en países de África o América Latina es un contrasentido,
ya que, según grupos de ONG, lo primero es ayudar a esas personas pobres a obtener un trabajo, para que se puedan
comprar una casa, la cual tendrá teléfono, y entonces puede que se use Internet. La ONU ha declarado recientemente que el
desarrollo de las nuevas tecnologías aumenta todavía más las diferencias entre los países ricos y los del tercer mundo.7

Interdependencia
La interdependencia es la dinámica de ser dependiente, responsable y de compartir un conjunto común de principios con
otros. Este concepto difiere sustancialmente de la "dependencia", pues la relación independiente implica que todos los
participantes sean emocional, económica y/o moralmente "independientes". Algunos abogan por la libertad o
la independencia como una suerte de bien deseable superior; otros creen lo mismo con respecto a la familia, la comunidad o la
sociedad entera. La interdependencia reconoce la verdad (o la validez).

Utilización del concepto[editar]


Este término fue usado por primera vez en 1929 por Mahatma Gandhi, este afirmó que la interdependencia era y debía ser
el ideal de la persona, entendiéndola como autosuficiencia. Las personas, al conformarse como seres sociales, sin la
interrelación con la sociedad no pueden notar su unicidad con el universo ni suprimir su egoísmo. En ese sentido, su
interdependencia social les permite poner a prueba su fe.
Interdependencia positiva[editar]
Todos los países (estado-naciones) son dependientes en diferentes grados, en cada una de las siguientes
áreas: comercio, tecnología, comunicaciones, migración, entre otras. Todo esto, en el contexto de la globalización, que obliga a
los países a mantenerse en una constante interdependencia al relacionarse en distintas aristas, como las anteriores.
La interdependencia económica es una consecuencia de la especialización, o de la Cournot, quien escribió que el sistema
económico era en realidad un todo, cuyas partes están conectadas y reaccionan con cada una de las otras. La
interdependencia no es rígida, porque las organizaciones, los individuos y las naciones pueden cambiar su producción desde
un conjunto de productos a otro.
Por otro lado, las relaciones que se establecen entre las naciones imperialistas y las colonias no son unilaterales, es decir, no
sólo las colonias necesitan a las potencias para su desarrollo, pues las potencias también necesitan a las colonias para
obtener materia prima y como mercados para colocar sus mercancías y/o exportar sus capitales.
Interdependencia negativa[editar]
Propicia la inequidad y la injusticia. También perjudica a las personas de una sociedad.Viola los derechos humanos al
privilegiar el derecho a la cooperación internacional sobre el derecho a la autodeterminación de los pueblos.

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