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USO ESTRUCTURAL
MACHACUAY DOMÍNGUEZ
FECHA :05/12/17
CONSTRUCCIÓN III
Contenido
USOS ESTRUCTURALES DE LA MADERA .................................................................................... 4
Introducción................................................................................................................................... 4
Naturaleza y estructura de la madera............................................................................................ 4
Propiedades físicas ................................................................................................................... 4
Propiedades mecánicas............................................................................................................. 8
Construcción en madera ............................................................................................................. 10
Maderas para edificación......................................................................................................... 11
Formas del material..................................................................................................................... 11
Madera maciza ........................................................................................................................ 11
Madera laminada o encolada................................................................................................... 13
Tipos estructurales en cubiertas.................................................................................................. 14
Vigas de alma llena ..................................................................................................................... 14
Vigas atirantadas ........................................................................................................................ 15
Celosías trianguladas.................................................................................................................. 16
Barras apuntalas tri-articuladas ................................................................................................... 17
Pórtico bi o tri-articulado.............................................................................................................. 18
Arco bi o tri-articulado ................................................................................................................. 19
Mallas espaciales ........................................................................................................................ 20
Láminas plegadas ....................................................................................................................... 21
Piezas de unión y enlace............................................................................................................. 22
Conclusiones............................................................................................................................... 25
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CONSTRUCCIÓN III
Pórt
ANEXOS ..................................................................................................................................... 26
La arquitectura y el concreto.................................................................................................... 27
La arquitectura y el concreto.................................................................................................... 28
La arquitectura y el concreto.................................................................................................... 29
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CONSTRUCCIÓN III
La madera tiene una larga historia de uso con fines estructurales, en especial en las regiones
donde existen grandes cantidades de madera en pie. A principios de la época de la colonizaci6n de
Estados Unidos, extensas zonas de este país estaban cubiertas de bosques. Realmente era un gran
problema para los primeros colonizadores de las regiones del Este, del Sureste y del Oeste medio.
EI transito se dificultaba debido a la densidad de los bosques, y hasta mediados del siglo XIX, se
realizaba principalmente a través de los numerosos ríos navegables. Como en muchos otros países
en la actualidad, tenía que obtenerse tierra para el cultivo o para el apacentamiento de animales por
medio de la quema o destrucci6n de zonas forestales.
Si bien se perdió gran parte de ese bosque denso primigenio (especialmente grandes
extensiones de árboles en pie de especies de latifoliadas o maderas duras), se utilizó una gran
cantidad de madera para la construcción. Así, se inició una tradición de construcción con madera y
se estableció una vasta industria. Esta industria continua en la actualidad, y la madera sigue siendo
un recurso principal en la construcción de edificios.
Ya no se construye extensamente con este recurso. Las cabañas de troncos, las tablas cortadas
toscamente con hacha y las construcciones de postes con troncos descortezados no constituyen la
mayoría de los edificios. En la actualidad, la madera como material de construcción se utiliza como
un producto industrializado, que recibe un tratamiento considerable en su camino al lugar de la obra.
Un uso principal que prevalece es el de las piezas de madera que se someten a un proceso ligero,
en el que se cortan directamente de los troncos, se cepillan un poco y se usan tan rápido como sea
posible en su forma salida cortada.
En este capítulo se tratan algunos de los temas básicos acerca de la utilización de la madera, y
se hace énfasis en su uso directo como madera estructural.
PROPIEDADES FÍSICAS
Macroestructura de la madera
La madera es el tejido leñoso de fibras, liberado de la corteza exterior, que contiene el tronco del
árbol, el cual se halla constituido por células que tienen distinto destino durante su crecimiento y, por
tanto, diferente forma y tamaño.
En la composición química de la madera intervienen dos sustancias básicas, la celulosa y la
lignina, además de un conjunto de compuestos secundarios, tales como hemicelulosa, colorantes,
resinas, taninos, grasas, ceras, albúminas, etc.
- Celulosa (C6H10O5): alcanza una proporción que oscila entre 40% y 50% de la total de la madera.
Es inalterable en seco, pero en contacto con agua sufre putrefacción, perdiendo su resistencia. Forma
parte primordial de las paredes celulares.
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Composición de la madera
Puede observarse mediante los tres cortes clásicos: uno transversal, perpendicular al eje del
tronco, y dos longitudinales, el radial, que pasa por el eje, y el tangencial, paralelo al anterior en una
posición cualquiera.
La madera del tronco consta de una serie de anillos concéntricos de crecimiento anual: la madera
de primavera (interior), compuesta por células grandes de paredes finas, y la madera de verano
(exterior), formada por células menores, tiene un color más oscuro y es más densa y resistente que
la madera de primavera. Por ello la resistencia mecánica de la madera crece al aumentar en ella la
cantidad relativa de madera estival.
- Médula: es el tejido primario ligero, constituido por células de paredes finas, con poca resistencia
y fácil pudrición. Por ello, el caño de la médula no debe ser utilizado en tablas o maderos finos
destinados a elementos estructurales sometidos a tracción o flexión. Ni en ebanistería por su
progresiva disgregación.
- Duramen: es la madera madura que constituye el interior del tronco. Se distingue por su color
obscuro ya que está formado por células que cambian paulatinamente su composición: en las
coníferas se impregnan con resina y en las frondosas acumulan taninos. Por ellas no circula el agua,
gracias a lo cual la madera de duramen posee mejores resistencias mecánicas y mayor durabilidad
que la madera de albura.
- Albura: compuesta de anillos de madera más joven que rodean al duramen. Por las células vivas
de la albura de un árbol en crecimiento circula la savia; es más húmeda y blanda que el duramen, se
pudre con mayor facilidad y, a causa de sus mayores contracciones, tiende al abarquillamiento.
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Material Anisótropo
Material Ortótropo
Material Higroscópico
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Densidad
La densidad real de las paredes celulares es constante para todas las especies, siendo de 1500
Kg/m3. Por ello, la diferencia de densidades aparentes de las diversas especies, es debida a una
mayor o menor proporción de huecos interiores.
La humedad también influye en la densidad. El incremento de agua libre en el interior de las
células aumenta lógicamente el peso. Por ello las densidades se toman como referencia siempre al
12% de humedad de la madera. Los ensayos son a 20ºC y al 65% H relativa del ambiente.
Como ejemplos:
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PROPIEDADES MECÁNICAS
Recordemos que la madera es un material Anisótropo. El árbol produce una estructura tubular
hueca que tiene una elevada eficacia para resistir los esfuerzos a los que va estar sometido durante
su vida:
esfuerzos de flexión debidos al viento
esfuerzos de compresión por su propio peso
Ambos esfuerzos, generan tensiones paralelas a las fibras. Recordemos también su Ortotropía,
por lo que han de diferenciarse, como mínimo 2 de sus tres direcciones principales: la PARALELA y
la PERPENDICULAR a la FIBRA.
Tracción Paralela
En madera clasificada los valores característicos oscilan entre 8 y 18 N/mm, pero en la madera
libre de defectos, se alcanzan valores superiores a los conseguidos en flexión.
El diagrama tensión-deformación para la tracción es prácticamente lineal hasta la rotura.
Compresión Paralela
En la madera clasificada, los valores característicos son 16 - 23 N/mm. Hay que tener en cuenta
que al calcular piezas comprimidas incidirá el Pandeo interviniendo el Módulo Ek, lo que reducirá la
capacidad real de las piezas comprimidas.
En el ensayo se aprecia un comportamiento lineal en la 1ª fase, y no lineal en la 2ª fase. En
comparación con la tracción, se aprecia menor “E” a compresión y también menor resistencia a
compresión, para la madera sin defectos.
Sin embargo, si habláramos de madera clasificada con defectos, esta relación se invierte, debido
a la mayor influencia de los defectos (nudos) en la tracción.
Flexión
Los valores característicos de la resistencia a flexión en las coníferas varían entre 14 y 30 N/mm2.
Aunque la flexión esté formada por la combinación de una tracción y una compresión, de las que ya
hemos hablado, el comportamiento a flexión conjunto es distinto, ya que generalmente rompe a
tracción y hay capacidad de plastificación a compresión.
Tracción Perpendicular
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Compresión Perpendicular
Los valores característicos oscilan entre 2 y 3,2 N/mm2, muy inferiores a la compresión // a la
fibra (15%). En el ensayo nos da un diagrama que es lineal sólo en un primer tramo y luego pasa a
un “aplastamiento”, por plastificación, sin llegar a la rotura.
Cortante
Módulo de Elasticidad
Aunque hemos visto que son distintos los valores del “E “paralelo a la fibra, en las gráficas a
compresión y a tracción, en la práctica se utiliza en flexión un Valor Aparente (intermedio entre ambos)
entre 7.000 y 12.000 N/mm, de E medio, según la calidad de la madera.
Si se trata de una solicitación perpendicular a la fibra, se toma aproximadamente E / 30, en
relación al longitudinal. (de 230 a 450 N/mm)
El módulo de elasticidad transversal G, es aproximadamente igual a E/16.
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CONSTRUCCIÓN III
CONSTRUCCIÓN EN MADERA
Si se comparan las propiedades de la madera como material estructural con las del acero o el
hormigón, se pueden extraer las siguientes conclusiones:
a) Elevada resistencia a la flexión, sobre todo en relación a su peso propio (la relación
resistencia/peso es 1,3 veces superior a la del acero y 10 veces la del hormigón).
b) Alta capacidad de resistencia a tracción y compresión en dirección paralela a la fibra.
c) Escasa resistencia a cortante. Esta limitación se presenta también en el hormigón, pero no en el
acero.
d) Escasa resistencia a compresión y a tracción en dirección perpendicular a la fibra. Sobre todo, en
tracción, lo que supone una característica muy particular frente a los otros materiales.
e) Bajo módulo de elasticidad, mitad que el del hormigón y veinte veces menor que el del acero. Los
valores alcanzados por el módulo de elasticidad inciden sustancialmente sobre la deformación de los
elementos resistentes y sus posibilidades de pandeo. Este valor neutraliza parte de la buena
resistencia a la compresión paralela a la cual se ha hecho referencia anteriormente.
f) Buen comportamiento en situación de incendio.
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A) Coníferas
Las especies coníferas o resinosas abundas en zonas frías y templadas; poseen acícula perenne,
y son resistentes y durables. Entre ellas destacan las siguientes:
- Pino: de madera blanda y resistente, que se trabaja con facilidad. Se utiliza en rollizos o en piezas
escuadradas para estructuras de construcción, carpintería, revestimientos y solados, ebanistería y
para producir madera contrachapada.
- Abeto: de madera más clara y ligera que la del pino, aunque más difícil de trabajar por la abundancia
de nudos duros. Se emplea en carpintería y construcción, además de constituir abundante materia
prima para pasta celulósica y papel. Una variedad nórdica, la picea, se usa, entre otras, para fabricar
madera laminada encolada.
- Otros: alerce, de madera dura y resistente, buena para obra civil, minería y madera contrachapada.
Ciprés y cedro: para ebanistería y carpintería de primera calidad. Enebro: mobiliario.
B) Frondosas
Son características de las zonas templadas y tropicales; de hojas caducas, son las que ofrecen
mayor calidad, normalmente utilizadas en carpintería y revestimientos.
- Roble: de madera obscura, densa, muy resistente y dura, por lo que se empleó tradicionalmente
para elementos estructurales muy cargados. Es corriente en parqués, carpintería de taller, mobiliario
y madera contrachapada.
- Otros: fresno, olmo, abedul, haya, castaño, chopo, aliso, eucalipto, etc.: suelen poseer madera
densa, dura y flexible siendo muy utilizados en ebanistería, parqués, carpintería y contrachapados.
También algunos frutales, como nogal (carpintería de taller, chapados), el olivo (parqué), peral, etc.
C) Exóticas
Madera Maciza
Entendemos por madera “maciza” la que ha sufrido, desde el árbol, las mínimas manipulaciones
necesarias para constituir una escuadría lista para ser aplicada. A diferencia de otros tipos de madera
más industrializada y transformada.
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Por fuera de la consideración de aserrada pura, la que recibe la menor transformación posible, es
la madera en “rollizo”, a la que simplemente se le han extraído la corteza y desbastado o ranurado
alguna cara, si se ha estimado necesario.
Para éste tipo los diámetros habituales oscilan de 15 a 35 cm, y sus longitudes de 4 a 8 m, en
correspondencia con las medidas normales de troncos. Si el tronco se despieza, las diferentes
“escuadrías aserradas” oscilan de 100 a 300 mm de altura por 35 a 200 mm de grueso.
Con estas escuadrías y con las cargas habituales se salvan luces, de una forma económica, que
oscilan de los 3 a los 6 m, tratándose de vigas, o desde los 6 a los 15 m, formando celosías ligeras
de barras. Para luces mayores resulta más adecuado acudir a la madera laminada encolada. Si
construimos pilares, con escuadrías de una sola pieza, de 15x15 o 20x20 cm, pueden llegarse a
alturas de 3 a 4 m. Para conseguir mayores secciones o alturas habrán de adicionarse escuadrías,
con uniones solidarias, o desdoblarse en piezas paralelas unidas entre tramos.
Dado que, para la madera aserrada, es una limitación el conseguir mayores secciones, una
alternativa es emplear pequeños entramados de cerchas ligeras de barras de sección reducida,
40x140 mm, situadas muy próximas, con interejes cercanos a los 70 cm, sin correas secundarias, y
con uniones industrializadas entre barras con placas dentadas, salvando así luces de hasta los 16 m
Para luces mayores, las barras pasaran a ser de secciones compuestas y las uniones con conectores
metálicos.
Otro tipo estructural característico y resuelto con madera aserrada, que todavía encontramos en
abundancia en algunos edificios de viviendas antiguos, son los forjados formados por vigas de
madera, bovedillas y material de relleno. Son soluciones predominantemente isostáticas, sobre todo
en caso de apoyarse en paredes de fábrica, y cualquier solución de refuerzo debe mantenerse así,
para evitar transmitir momentos a los muros portantes.
En función de las cargas reales, es admisible llegar a los 4 m. de luz, con las escuadrías de 13x18
situadas cada 60 cm. En caso de mayores secciones, como 15x20, es admisible llegar alrededor de
los 5 m.
En estos edificios antiguos se constata que, con mayores luces, las deformaciones excesivas
pueden ocasionar problemas en divisiones interiores y pavimentos. Con el paso de los años la
fluencia propia de la madera puede provocar el hiperapoyo de los techos en la tabiquería inferior,
transversal a las viguetas, descendiendo y acumulando, de este modo, la carga planta a planta.
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Para unir dos láminas se provoca su mojadura y penetración, interponiendo una pequeña capa
de resina flexible, donde se combinan sus moléculas, entre sí y con las propias de la madera,
constituyendo uniones mecánicas soldadas de fuerza superior a las piezas de madera única. Se
produce además una estabilización de la madera al neutralizarse sus tensiones internas.
Las colas son substancias susceptibles de formar polímeros viscosos que, a través de una
reacción química, endurecen formando un sólido duro, altamente reticulado y resistente, carente de
fluencia, insoluble al agua, aplicable en frío y con buen comportamiento frente a la temperatura y el
fuego. De la Caseína y Urea formol iniciales, se ha pasado en la actualidad a utilizar Resorcina fenol
formol (RFF) o Melanina Urea formol (MUF). Las RFF han de combinarse con el endurecedor y ha
de cuidarse la dosificación, mientras que en las MUF el reactivo está contenido en la misma resina.
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El tipo MUF es de color translúcido, no tiene problemas ambientales con los residuos, al carecer
de fenoles y, en los últimos años, está substituyendo en la práctica a las RFF.
A partir de la forma de la planta a cubrir, los posibles puntos de soporte, la función a alojar, y los
medios constructivos, entre otros condicionantes, se elegirá los tipos estructurales más adecuados.
En general habrá una primera decisión: se tratará de una estructura jerárquica, con piezas
principales y secundarias, o de una estructura global, más compleja, y sin distinción clara del carácter
específico de sus partes. Se tratará de una estructura basada en mecanismos resistentes de flexión,
o en una combinación de axiales de compresión y tracción, o basada en la configuración como forma
espacial, en cáscara o membrana, aptas para trabajos fundamentalmente axiales.
Se considera un tipo apto para luces hasta los 25 o 30 m, ya que, a partir de necesitar cantos de
unos 2 m, puede resultar mucho más óptima una solución aligerada de barras de celosía, que
proporciona un ahorro importante de material, aunque a cambio de un mayor trabajo en las uniones.
Hay una gran variedad de vigas, dentro de este tipo, según su canto sea “constante” o “variable”.
Como canto variable pueden considerarse las de pendiente a una vertiente, a doble vertiente, las
peraltadas, y todas las curvadas. Las vigas curvadas pueden serlo por la parte superior o la inferior.
También en su misma directriz, con una o varias curvaturas acopladas. Analizada una sección,
su limitación vendrá motivada, en general, por la comprobación de la deformación, considerando la
flecha instantánea y la diferida, por la fluencia del material. En el caso de canto variable y a doble
vertiente, este punto tiene todavía mayor incidencia.
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En el caso de canto variable, será necesario además comprobar los puntos de máxima tensión,
ya que pueden no corresponder con los de máximo momento. Han de realizarse correcciones
tensionales, perpendiculares a la sección, por la inclinación de las fibras, y en puntos singulares,
como el vértice, por ejemplo. Así, en vigas de canto variable con cambio de directriz de la pieza,
como las vigas a dos aguas o peraltadas, el punto crítico puede ser la capacidad de resistencia a la
tracción perpendicular a la fibra.
En piezas curvas también se analizarán las tensiones de tracción, perpendiculares a las fibras.
Acompañando a la flexión de las vigas habrá que comprobar el vuelco, o inestabilidad lateral de sus
fibras comprimidas, por lo que se tomarán medidas desde el diseño, inmovilizando sus extremos, y
arriostrando con un sistema estabilizante basado, por ejemplo, en las correas diagonalizadas.
Vigas atirantadas
Este tipo estructural se encuentra en el camino de la evolución lógica de las vigas de alma llena,
hacia las celosías de barras. En el punto en que las vigas macizas están al límite de sus capacidades,
y con una alta repercusión de su peso propio, es un recurso habitual ganar canto sin aumentar
volumen, apuntalándola con montantes acodalados contra un tirante inferior, que actúan como
apoyos elásticos del par superior de la viga.
Este tipo toma el nombre de viga Fink y, en condiciones normales, no ganamos un sector de luz
mucho más amplio, pero lo conseguimos de una forma mucho menos pesada, física y espacialmente.
Habitualmente podemos llegar hasta los 35 m de luz, o en casos excepcionales superarlos
largamente, desdoblando el par superior en dos y multiplicando el número de montantes de apoyo,
con los necesarios cambios de dirección del tirante, con un cierto ángulo, en cada punto de encuentro.
Cada barra de la viga se especializa en un tipo de esfuerzo: el par superior queda solicitado
fundamentalmente como una viga continua a flexo compresión, apoyada flexiblemente sobre los
montantes, que estarán fuertemente comprimidos por la reacción contra el tirante inferior, traccionado.
Todas las barras se pueden diseñar en madera, pero es habitual que el tirante se resuelva en acero,
para ganar esbeltez.
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Es un tipo estructural que ha de hacerse entrar en carga previamente, para que no se produzcan
deformaciones importantes por deslizamiento de las uniones al recibirla. Un tirante regulable de acero
favorece la facilidad de contra flechar el conjunto. Todas las uniones han de diseñarse para transmitir
correctamente los esfuerzos, fundamentalmente las tracciones extremas del tirante contra el par de
madera flexo comprimido. Las uniones de los montantes con el par han de quedar inmovilizadas
transversalmente, por el empotramiento del propio nudo o, mejor, por un sistema de arriostramiento
transversal. Esta es una cuestión importante para asegurar que el vuelco, por exceso de flexión del
par, o cualquier excentricidad de las cargas no produzca el inicio de una deformación lateral, con la
consiguiente pérdida de geometría y de canto, que origine un proceso de posible colapso.
Las cubiertas de madera acostumbran a estar solicitadas por cargas permanentes ligeras, por lo
que una acción del viento de succión exterior o de presión interior o su combinación, según la
pendiente de la cubierta o la superficie de aberturas en fachada, puede llegar a contrarrestar a las
cargas gravitatorias y a invertir los esfuerzos de las piezas, colocando el tirante a compresión que,
en general muy esbelto, no podrá soportar.
Celosías trianguladas
Las celosías trianguladas pueden entenderse a partir de ir complicando las soluciones de las
vigas Fink, cruzando barras y uniéndolas. Se sigue consiguiendo perder peso, con respecto al tipo
de alma llena, y llegar a cubrir hasta los 50 m de luz.
Las condiciones genéricas de diseño para las estructuras trianguladas articuladas, son también
de aplicación en el caso de las celosías de madera. Así los ejes de las barras han de cruzarse en un
punto, para evitar excentricidades en la transmisión de los axiales, y la carga de las correas es mejor
aplicarla directamente sobre los nudos entre barras, para evitar que se generen flectores en los pares.
Los condicionantes para el dimensionado suelen ser: el pandeo de las barras comprimidas, la
transmisión de las tracciones en los enlaces, así como la consideración de los deslizamientos de
éstos enlaces en la evaluación de la deformación. La de formación teórica de estas estructuras de
gran canto, acostumbra a ser de pequeña cuantía, pero las reales son algo mayores, debido al
deslizamiento de las clavijas de los nudos en la madera.
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Este sistema se conforma a partir del apoyo mutuo de dos barras apuntaladas entre sí, en general
con una importante pendiente en las vertientes. Es habitual que se articulen en sus arranques, y
también en la clave.
Este tipo estructural permite cubrir luces importantes, hasta unos 40 m, en función de la altura
que tome la estructura. La relación entre la luz y la altura es fundamental para evaluar los esfuerzos
de flexo compresión y los empujes o reacciones en los arranques. Cuanta más pendiente tenga la
estructura, estará más solicitada a esfuerzos axiales y menos a flectores, y a la inversa. Al mismo
tiempo, cuanta menos pendiente tenga la estructura, mayores serán las reacciones horizontales y a
la inversa.
Es un tipo apto para edificaciones que tomen altura, así dominará la compresión sobre el
momento, y donde haya posibilidades de recoger los empujes, sin sufrir deslizamientos en los apoyos.
Por ello ha de pensarse en llevarlos contra el terreno, o contra unos contrafuertes resistentes, e
incluso incluir un tirante postensado, enterrado a cota de solera, uniendo las dos articulaciones de
arranque, evitando los desplazamientos de las bases y aumentando la verticalidad de las reacciones.
También la rigidización del nudo de la clave reduce las reacciones horizontales. Una variante
de este tipo, es la que eleva el tirante hasta una altura indistinta, en el interior de la nave, lo que
provoca cambios en la distribución de los flectores en las dos barras de cubierta y reduce la
componente horizontal de las reacciones.
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Pórticos bi o tri-articulados
En el caso bi-articulado, tendremos una estructura hiperestática, más sensible a los asientos
diferenciales y, según las dimensiones de las barras, con posibles dificultades de transporte.
Contrariamente, en el caso tri-articulado, la estructura será isostática, más adaptable a diferentes
comportamientos del suelo, y con piezas más cortas que pueden montarse en obra.
Dada la dificultad para constituir empotramientos en la cimentación, se acostumbra a dar
prioridad a las articulaciones en éstos puntos. El pórtico va tomando forma en función de éstas
decisiones, y la ubicación o no de la tercera articulación, junto con el modo de diseñar los nudos
rígidos.
Éstos nudos rígidos han de ser capaces de transmitir cualquier tipo de esfuerzo. Pueden
constituirse por continuidad de las mismas lamas curvas, o por la unión lateral de las piezas a través
de una corona de pernos, o por el enlace por las testas de las piezas, con uniones dentadas o con
barras corrugadas dobladas y pasadores anclados con resina.
Este tipo estructural tiene sus comprobaciones generales y las propias de los puntos singulares,
como las concentraciones de tensiones en los bordes cóncavos de las zonas curvas, junto con las
tensiones inducidas de la fabricación. O la tendencia al despegue de las láminas en los bordes
convexos, limitada si se dispone de un elemento continuo de acabado, como cinturón.
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Arcos bi o tri-articulados
Es con este tipo estructural con el que podemos llegar a luces más grandes, unos 100 m, con el
tipo de alma llena y todavía mayores con arcos de celosía triangulada.
En este caso interviene el mecanismo resistente de la “forma” y, dependiendo de su trazado,
tiene un comportamiento donde dominan claramente los esfuerzos de compresión, por encima de la
flexión. Por ejemplo, para una carga uniformemente distribuida en proyección horizontal, el trazado
parabólico es el que produce un comportamiento de axial más puro; para la acción del peso propio
será el trazado en catenaria. En cualquier caso, como la simetría de cargas no se produce siempre,
también habrán de evaluarse las flexiones por fuerzas laterales de viento o por el posible
asentamiento de apoyos, etc.
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Mallas espaciales
Con el cruce, en un mínimo de dos direcciones, de vigas de rigidez parecida se produce el inicio
del trabajo conjunto entre ellas y un mejor reparto de los esfuerzos. Las proporciones entre estos
esfuerzos se producirán en función de las inercias y luces de las piezas, siendo más uniformes,
cuanto más iguales entre sí sean estos parámetros. Se dice que una estructura bidireccional tiene
un mejor comportamiento que una unidireccional, hasta una proporción límite en planta de L x 2L,
donde las reacciones, por ejemplo, ya varían de 1 a 8, en los extremos cortos a los largos,
perdiéndose el modo óptimo de trabajo bidireccional.
Esta transmisión biaxial se produce por la rigidez de las uniones, en los encuentros entre las
barras. Variando desde igualar solamente la deformación en el punto de cruce, hasta la redistribución
de las flexiones por la rigidez a torsión de los nudos, al ser equivalente a un empotramiento en el
espacio y reducir así la flexión de las barras transversales. Es una estructura altamente hiperestática,
donde cada encuentro es un nudo rígido.
En el caso de vigas de alma llena cruzadas, las uniones tienen alta dificultad y coste. Dada la
tendencia a la relajación de los enlaces del tipo clavija, puede presentarse una excesiva flexibilidad
de la solución y por tanto un trabajo menos bi direccional de lo esperado. Es por ello que en ocasiones
se trata de falsas mallas, ya que sólo es continua una familia de barras y la otra son piezas de relleno.
El ángulo en planta en que se cruzan habitualmente las dos direcciones de barras es el de 90º,
pero para una planta alargada resulta más beneficioso, en el reparto de esfuerzos, hacerlo a 45º, y
para plantas poligonales pueden diseñarse cruces de barras a 60º, etc.
Los tipos de mallas de madera de pequeña escuadría y cables de acero tensados, presentan una
adecuada correspondencia entre el material y el tipo. Basan la forma que toman en el deslizamiento
de los nudos y en la deformación de la superficie. Por su poca rigidez, se adecuan a las variaciones
de carga, con notables variaciones de forma. Adaptan su necesario equilibrio a los esfuerzos internos.
No hacen uso de su resistencia tangencial y los esfuerzos flectores locales son casi inexistentes. En
estos tipos es necesario evitar vibraciones, a partir de un trazado en doble curvatura y con la adición
de esfuerzos activos de pretensado a través de los cables.
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Láminas plegadas
En ocasiones pueden añadirse en los extremos dos medios módulos volados, que compensan
las componentes horizontales del último tramo. Acostumbran a construirse a partir de piezas o
nervios superiores e inferiores de madera aserrada o laminada encolada, relacionados entre sí por
rigidizadores perpendiculares y dos capas de tableros: la exterior y la interior, unidos rígidamente y
formando un cajón vacío.
Es un tipo estructural con futuro, pues tiene a su favor la ligereza de la solución, la facilidad de
montaje y las amplias posibilidades de prefabricación.
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CONSTRUCCIÓN III
La elección del enlace es inseparable del tipo estructural, ya que su comportamiento condicionará
la distribución de los esfuerzos y la estabilidad general del sistema.
Las uniones se encargan de transmitir los esfuerzos entre barras, como por ejemplo en el caso
de las vigas de celosía; o de descargar la estructura en los soportes, como los apoyos deslizantes,
o las articulaciones, o los empotramientos; o de facilitar el transporte de piezas de considerables
dimensiones, gracias a las juntas de transporte, capaces de dividir la estructura, pero también de dar
continuidad a los esfuerzos.
Los enlaces los hemos de diseñar y comprobar desde varios puntos de vista:
Diseño Geométrico: Por cada sistema de unión, sea de clavija o de placa de superficie, han de
cumplirse las distancias mínimas entre los elementos que forman la unión y de éstos con respecto a
los bordes de la pieza. Evitaremos así los posibles fallos en bloque del enlace.
En el diseño de la unión debemos procurar no generar excentricidades.
Protección Pasiva: Según si la posición del enlace es interior o exterior, tendrán menor o mayor
importancia estas consideraciones. Sin ninguna protección constructiva, totalmente al exterior, la
durabilidad queda más comprometida y el enlace es uno de los puntos más sensibles de la estructura.
Es entonces cuando toma relevancia que el diseño asegure la evacuación del agua y la ventilación
de la madera, para evitar acumulaciones y condensaciones. Por ello no ha de embeberse en la
cerámica o el hormigón, por ejemplo.
En relación al fuego los enlaces también son puntos débiles de la estructura. Para mejorar su
comportamiento es recomendable introducir totalmente los elementos metálicos en el interior de las
escuadrías, quedando así protegidos por la propia madera.
Comprobación de Tensiones: Han de comprobarse las dos partes que forman la unión, en general
los dos materiales: madera y acero.
Se hará, recordando que la madera tiene poca resistencia a cortante, que las resistencias a tensiones
perpendiculares a las fibras son escasas, fundamentalmente a tracción (hienda), y la influencia de la
dirección del esfuerzo en relación a la dirección de las fibras.
Por parte del acero habrá dos comprobaciones importantes a realizar: el cortante de los elementos
de unión tipo clavija y su flexión o momento plástico.
También son importantes los cambios de volumetría que sufre la madera por cambios
higrotérmicos, principalmente en sentido transversal. Por ello se utilizan recursos de diseño: como
prever agujeros “colisos” o rasgados para el paso de pasadores en las articulaciones, o limitar las
dimensiones máximas, como en el caso del tamaño de los nudos rígidos con uniones por corona de
pernos.
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Medios de unión
Conectores: La evolución actual de las llaves de madera-dura antiguas son los conectores.
La carga se transmite por “aplastamiento” entre la madera y el conector. Se emplean para las
mayores cargas, ya que reparten mucho mejor los esfuerzos y sus capacidades pueden
asociarse, en algún caso, a los medios del tipo clavija que les acompañen, constituyendo una
unión mixta de pernos y conectores del tipo dentado, pudiendo alcanzar asociados, si la
capacidad de trabajo de un perno es de 1, hasta 4 veces su valor. Son del tipo:
“Conector dentado”: Son para uniones madera-madera. Tienen una o dos caras dentadas
y disponen de una perforación central, por donde puede hacerse pasar un perno asociado.
Se clavan por presión, en taller o en la propia obra, en maderas de hasta 500 kg/m3 de
densidad. Pueden ser dentadas con púas o con dientes troncocónicos más gruesos, y
pueden ser desmontables los que tienen una sola cara dentada. Sus diámetros oscilan de 38
a 165 mm (Bulldog), y de 50 a 115 mm (Geka), respectivamente.
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“Placas de clavos”: Son chapas con clavos soldados o con dientes estampados o
troquelados en ella, por una o las dos caras de la chapa, que evitan así la proliferación de
clavos o tirafondos y distribuyen al máximo el esfuerzo. Son aptas para cargas bajas o medias
y para piezas de madera con espesores no superiores a los 60 mm. (Twinaplate, Menig)
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CONCLUSIONES
I. La madera como material es el más utilizado del sistema constructivo, por su contextura,
condiciones físicas, mecánicas, trabajabilidad y precios.
II. Gracias a la gran variedad existente en el país, y las diferentes características que posee, es
lo que la hace estar en un lugar privilegiado dentro del rubro de la construcción, ya sea en
obra gruesa, terminaciones, o como ornamento. Además, debemos considerar que el costo
que tiene este producto en el mercado, tiene directa relación con tipo de madera y su
utilización.
III. La madera debe tener interés fundamental en el desarrollo del país y nos conlleva a analizar
en usarla con fines estructurales en viviendas, por lo siguiente:
1.Hay zonas sísmicas en un 60% dentro del país, y la madera es fuerte, elástica y de poco
peso.
2.Puede dar soluciones permanentes y económicas.
3.Es un recurso natural comparable solamente con el petróleo y la pesca y es renovable.
4.Su habilitación en la construcción demanda de menos costo.
5.La técnica ya está desarrollada, existes diversos tipos de utilización y formas de aplicación
en la arquitectura, no necesitamos comprar tecnología para poder usarla.
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BIBLIOGRAFÍA
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ANEXOS:
Archivo y centro de estúdios – Peter Maddison Arquitectos
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