Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
reconocimento
Daniel Innerarity*
S
i cambian cosas que surgen nuevos tipos de irritaciones sociales y a
GUREGAIAK
Pero desde hace tiempo, Diversos pensadores han sugerido que esta trans-
en todos los ámbitos, desde el formación del panorama político puede ser enten-
doméstico y local hasta el pla- dida recurriendo a la idea de reconocimiento. Axel
no internacional, se abre paso Honneth (1992), Charles Taylor (1995) o Nancy
un nuevo eje que tiene que Fraser (2002) comparten con otros muchos la tesis
ver con la identidad en torno al de que los conflictos se han desplazado desde los
escenarios de clase, igualdad y economía hacia el 1995, 212). Muchos de “La diferencia
espacio de la identidad, la diferencia y la cultura. ellos son conflictos que parece haber
Se ha creado una nueva constelación en la que el no tienen sólo su origen desplazado a
problema de la redistribución —que fue el gran ca- en el poder o en la econo- la desigualdad
ballo de batalla a lo largo de los siglos XIX y XX— mía, sino en experiencias como asunto
ha sido eclipsado por los problemas ligados al re- morales, concretamente
central de la
conocimiento. Todo esto tiene lugar en una época en expectativas de re-
conocimiento profunda- teoría social y
que, como decía Anthony Giddens, se funda más
mente enraizadas en política. Nos
sobre la diferencia que sobre la emancipación; in-
dividuos y culturas buscan primordialmente expre- cada uno de nosotros. El preguntamos
sar su diferencia y verla reconocida en el espacio reconocimiento se deja cómo podemos
público. “La diferencia parece haber desplazado sentir principalmente en lograr la igualdad
a la desigualdad como asunto central de la teoría su ausencia, bajo las reconociendo
social y política. Nos preguntamos cómo podemos modalidades de la humi- la diferencia,
llación, la discriminación,
lograr la igualdad reconociendo la diferencia, más más que cómo
la exclusión, el desprecio,
que cómo podemos eliminar la desigualdad” (Phi- podemos eliminar
la invisibilidad y la imposi-
llips 1997, 143). En consonancia con este conjunto la desigualdad”
ción, que se ejerce sobre
de transformaciones sociales se ha producido un (Phillips 1997, 143).
géneros, razas, sexuali-
“cambio de paradigma” en el seno de las teorías
dades y nacionalidades
de la justicia, que formulan una interpretación no subordinadas. De todo
utilitarista de las luchas sociales (Ricoeur 2004; ello resulta un nuevo escenario político, desestruc-
Renault 2000; Williams 1991; Young 1990). turado y complejo, en el que no resulta fácil mover-
La “lucha por el reconocimiento” se ha se con las viejas categorías. Lamentar esta nueva
convertido en la forma paradigmática del conflicto agenda pública es una queja poco provechosa para
político y social desde finales del siglo XX. Las rei- enfrentarse a los nuevos problemas, pero peor
aún es ofrecer soluciones inapropiadas como, por
vindicaciones que buscan el reconocimiento de una
ejemplo, tratar las cuestiones de reconocimiento
diferencia (de nacionalidad, cultura, género, ten-
como asuntos económicos o interpretar las nuevas
dencia sexual…) están hoy en el origen de muchos
guerras como conflictos territoriales.
conflictos en el mundo, probablemente de los más
difíciles de gestionar, para los que no valen las re- En la discusión acerca de este cambio de
cetas del conocido compromiso social. Algunos han paradigma hay quien insiste en seguir defendiendo
hablado de “conflictos postsocialistas” en los que la centralidad de la redistribución (Rorty 1998; Gitlin
una identidad colectiva reemplaza a los intereses 1995) considerando que la política de la identidad
de clase como lugares de movilización política y en constituye una distracción frente a los verdaderos
los que la injusticia fundamental no es ya la explo- problemas, que conduce a una balcanización de
tación sino la dominación cultural y política (Fraser la sociedad y al rechazo de las normas morales
universalistas. Es cierto que el paradigma del reco-
nocimiento no invalida los problemas de redistribu-
El campo de juego político se ha llenado de ción. De hecho todos los ejes de opresión en la vida
voces diferentes, y nuevos actores aspiran real son mixtos. Suele ocurrir que quien es excluido
a hacerse valer con los mismos derechos culturalmente sea desfavorecido económicamente.
que los protagonistas acreditados. Entre Además, no existen zonas puramente económicas
ellos están las mujeres, las otras culturas, o espacios exclusivamente culturales; cualquier
las víctimas, los gobiernos subestatales, las práctica social es simultáneamente económica y
minorías étnicas, las sexualidades diferentes, cultural, aunque no necesariamente en las mismas
las lenguas minorizadas… proporciones (Fraser 2003, 63). Probablemente
10
11
*
Este trabajo ha sido realizado en buena parte durante una estancia de investigación en la Universidad de Laval
(Québec) en agosto de 2008 realizada gracias a una ayuda del Gobierno de Canadá. Agradezco especialmente las
indicaciones y sugerencias del profesor Guy Laforest.
BIBLIOGRAFIA Kukathas, Chandran (1998), “Liberalism Contry: Leftist Thought in Twentieth-Century Ame-
and Multiculturalism”, en Political Theory 26/5, rica, Cambridge: Harvard University Press.
Fraser, Nancy (1995), “From Redistri- 686-699. Ross, M. H. (2001), “Psicocultural Inter-
bution to Recognition? Dilemas of Justice in a Kymlicka, Hill (1995), Multicultural Citi- pretations and Dramas: Identity Dynamics in Ethnic
“Postsocialist” Age”, en New Left Review, 212, zenship: a Liberal Theory of Minority Rights, Oxford Conflcit”, en Political Psychology 22 (1), 157-178.
68-93. University Press. Sloterdijk, Peter (2006), Zorn und Zeit,
— (2002), Toleration as Recognition, Phillips, Anne (1997), “From Inequality to Frankfurt: Suhrkamp.
Cambridge University Press. Difference: A Severe Case of Displacement?”, en Taylor, Charles (1995), “The Politics of
Fraser, Nancy / Honneth, Axel (2003), New Left Review 224, 142-153. Recognition”, en Philosophical Arguments, Cam-
Umverteilung oder Anerkenung? Eine politisch- Renaut, Alain / Toraine, Alain (2005), Un
bridge, Mass.: Harvard University Press.
philosophische Kontroverse, Frankfurt: Suhrkamp. débat sur la laicité, Paris: Stock.
Tully, James (1995), Strange multiplicity.
Gitlin, Todd (1995), The Twilight of Com- Renault, Emmanuel (2000), Le mépris
Constitucionalism in an age of diversity, Cambridge
mon Dreams: Why America is Wracked by Culture social. Éthique et politique de la reconnaisance,
Wars, New York: Metropolitan Books. Bègles: Passant. University Press.
Honneth, Axel (1992), Kampf um Aner- Requejo, Ferrán (1999), “Cultural Plu- Walzer, Michael (1982) (ed.), The Politics
kennung. Zur moraliscjen Grammatik sozialer Kon- ralism, Nationalism and Federalism: a Revision of of Ethnicity, Cambridge: Harvard University Press.
flikte, Frankfurt: Suhrkamp. Democratic Citizenship in Plurinacional States”, Williams, Patricia J. (1991), The Alchemy
Jordan, June (1994), Technical Difficul- en European Journal of Political Research 35/2 of Race and Rights, Harvard University Press,
ties, Boston: Beacon Press. (1999), 255-286. Cambridge.
Hekman, Susan J. (2004), Private Selves, Ricoeur, Paul (2004), Parcours de la Young, Iris Marion (1990), Justice and the
Public Identities: Reconsidering Identity Politics, reconnaissance, Paris: Stock. Politics of Difference, Pinceton University Press.
Pennsylvania State University Press. Rorty, Richard (1998), Achieving Our
Alain M. Urrutia
Bilbao, 1981
Licenciado en Bellas Artes.
Próximas exposiciones:
Fundación BilbaoArte - individual
(Bilbao - septiembre 2009).
12