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GUAYAQUIL
Carrera de Derecho
Análisis jurisprudencial
PRIMERA PARTE
1.- ANÁLISIS CONCEPTUAL: (SISTEMA D.A.C.)
Haciendo uso del sistema DAC (Diagrama de Análisis Conceptual),
encontramos lo siguiente:
1.1.- PARTE DE IDENTIFICACIÓN.-
1.1.1.- Identificación de la providencia
Asunto: Mercantil
Instrumentos: Letra de cambio
Caso: Noboa vs. Larrea
Juicio: Ordinario por dinero
Vía: Ordinaria
Fecha de primera instancia: 11 de mayo de 1965
Fecha de segunda instancia: 22 de noviembre de 1965
Fecha de última instancia: 8 de julio de 1966
Resolución: Número……. de la Corte Suprema de Justicia, Sala de lo Civil y
Mercantil. Tercera Instancia
Gaceta judicial: Año LXXI= Enero a Abril 1968
Serie: XI= 11; Número: 1
Páginas: 33 a 38
Resumen: (Ficha legal): 650511.0=11.05.1965: 123.- MERCANTIL: LETRA
DE CAMBIO: 1966 NOBOA vs. LARREA: Juicio ordinario por dinero * CSJ -
R3: 660708=08.07.1966 * GJ: LXXI: 1968 01=04 * Serie 11 # 01: 33, 35, 36 –
38:
Corte Suprema de Justicia (1968) Noboa vs. Larrea. Resolución de Tercera
Instancia de la Primera Sala de lo Civil y Mercantil 08.07.1966. Juicio Ordinario
por dinero. Publicado en Gaceta Judicial, Año LXXI, Enero a Abril 1968, Serie
11, Número 1. Páginas 33-38.
Segunda Instancia: SÍ
A sí puede demandar a B el cobro de la Letra de Cambio, puesto que:
- El dador del aval queda obligado en la misma forma que la persona de
quien se constituye garante, por lo que B, sí está obligado a pagar.
Tercera Instancia: NO
A no puede demandar a B el cobro de la Letra de Cambio, pues:
- No cabe la acción cambiaria ni la acción ejecutiva contra el avalista ya
que la ley establece taxativamente contra quienes subsiste en caso de
prescripción o caducidad.
- No cabe contra B la acción de enriquecimiento injusto ya que según lo
estipulado, el aval difícilmente podría enriquecerse.
- Para que prospere la acción de enriquecimiento injusto, la persona debe
hacer precisamente eso, enriquecerse, lo cual no sucede aquí debido a
que B, en su calidad de avalista no ha recibido provisión de fondos.
- La obligación de un avalista se limita a garantizar el pago de la letra y no
puede extenderse al caso de que el portador haya perdido la acción
cambiaria contra el deudor principal.
- Como el avalista no se benefició de ninguna manera con la emisión de la
letra o con alguna circunstancia relativa a su tramitación, no subsiste
contra él la acción cambiaria ni ordinaria de enriquecimiento injusto por
ende, se revoca la sentencia recurrida.
1.4.2.- Método
Exegético
2.2.- NORMAS OBJETO DE ANÁLISIS: Según las sentencias, los jueces para
su análisis usaron el Código de Comercio vigente en el momento de la
presentación de la demanda y no las normas vigentes en el año de emisión de
la letra de cambio, puesto que el Código de Comercio fue expedido en 1960 y
la letra emitida en 1958. Si nos percatamos en la normativa del Código Civil
relativas a los efectos de la ley, establece que las leyes concernientes a la
sustentación y ritualidad de los juicios, prevalecen sobre las anteriores desde el
momento en que deben comenzar a regir. Pero los términos que hubieren
comenzado a correr, y las actuaciones y diligencias que ya estuvieren
comenzadas, se regirán por la ley que estuvo entonces vigente. Una vez dicho
esto, podemos observar que los jueces utilizaron las siguientes normas:
Código del Comercio.- Normas relativas a los recursos por falta de pago y al
aval
Código Civil.- Normas relativas a la extinción de la fianza
El fallo dado por la Corte Suprema de Justicia indica que no cabe la acción
cambiaria en este caso, ya que una vez prescrita no se ejerce contra cualquiera
de los obligados, sino contra ciertos que señala la ley, dentro de los cuales no
se encuentra incluido el avalista. Además, indica que el librador de la Letra
perdió la acción cambiaria y la acción ejecutiva contra el aceptante por lo que
no tiene lógica que aún la posea contra el avalista, ni siquiera la acción de
enriquecimiento injusto.
Respecto de lo afirmado por el Tribunal de tercera instancia, tenemos lo
siguiente:
2.2.1.- Art. 455 y 461 del Código del Comercio.- Contra quien se puede
ejercer la acción cambiaria
El fallo de última instancia hace referencia al art. 455 y 461 del Cód. Comercio,
que versa acerca de los derechos que tiene el portador de una Letra de
Cambio frente a sus deudores, ya sean principales o solidarios.
Hemos seleccionado para este efecto la edición del Código de Comercio,
publicado en el portal en línea, FielWeb, actualizado al mes de octubre del
2017. Verificando su contenido pudimos verificar lo siguiente:
a) Que dicha edición del Código del Comercio fue publicada originalmente
en el Suplemento al Registro Oficial número 1202, del 20 de agosto de
1960.
b) Que la edición de dicho Código de Comercio contiene los mismos
artículos 455 y 461 referidos en la sentencia de tercera instancia.
c) Que dichas normas de los artículos 455 y 461 no sufrieron ninguna
reforma posterior hasta el año 2017. Fecha de actualización de la página
jurídica que consultamos.
En consecuencia, se puede afirmar que los artículos 455 y 461 del Código de
Comercio se han mantenido vigentes e inalterables desde el año 1960 hasta el
año 2017 inclusive.
Por esta razón, podemos también afirmar que las normas referidas en el fallo
en el año 1966, son exactamente las mismas disposiciones del Código de
Comercio que se encontraba vigente en ese mismo año 1966.
Pues bien, la norma del artículo 455 en sus incisos 1 y 2 indica que el avalista
se considerará como un garante solidario y que el portador podrá ejercer contra
él:
“Art. 455.- Todos los que hubieren girado, aceptado, endosado o
asegurado por medio de un aval una letra de cambio, se considerarán
como garantes solidarios para con el portador.
El portador tendrá derecho de proceder contra todas esas personas
individual o colectivamente, sin estar obligado a observar el orden en el
que se hayan comprometido…”
Por otro lado, en el artículo 461 se establece que:
“Art. 461.-…En caso de caducidad o prescripción subsistirá la acción
cambiaria contra el girador que no haya hecho provisión o contra
un girador o un endosante que se haya enriquecido injustamente;
así como, en caso de prescripción, contra el aceptante que hubiere
recibido provisión o se hubiere enriquecido injustamente, lo que se
resolverá en el mismo proceso iniciado para el pago de la letra de
cambio…”
Lo que tratamos de hacer notar aquí, es que aunque el avalista es considerado
un garante solidario, tal es el caso que la ley le da, al portador de una Letra de
cambio, la facultad de proceder contra él, la acción cambiaria que se quiere
alegar, no es procedente ya que el avalista no cuenta con legitimación pasiva.
2.2.2.- Art. 440 del Código del Comercio y Art. 2398 del Código Civil.-
Hasta dónde abarca la solidaridad del avalista
El mencionado artículo 440 del Código del Comercio señala que:
“Art. 440.- El dador del aval quedará obligado en la misma forma que la
persona de quien se constituya garante…”
El Tribunal de Tercera Instancia cita este artículo debido a que reconoce la
solidaridad existente entre el aceptante y el avalista, sin embargo, deja en claro
que “el avalista es un obligado cambiario, su obligación tiene autonomía” por lo
que “aunque subsista la obligación principal, la accesoria desaparece en
ocasiones, como ocurre precisamente en el caso de que el aceptante ha
recibido provisión o se ha enriquecido injustamente”. Basado en esto,
considera que el portador del título no puede invocar las acciones que pretende
ejercer en contra del avalista.
TERCERA PARTE
3.- ANÁLISIS CRÍTICO: (Sistema L.O.D.R.I)
Haciendo uso del sistema L.O.D.R.I, respecto de la jurisprudencia antes
referida, encontramos lo siguiente:
3.1.- PRINCIPIO DE LEGALIDAD.- Relación Jurídica. Verificar base legal.
(Evidencia legal).
El principio de legalidad tiene por objeto verificar que los jueces, al dictar sus
sentencias y resoluciones, lo hicieron dentro del marco de la ley. Determinar si
los jueces no fueron más allá de la ley al dictar sus sentencias.
La pregunta objeto del PROBLEMA JURÍDICO planteada señala:
¿Puede A, en su calidad de endosatario, demandar a B con dicha Letra
de Cambio y solicitar el pago del capital, los intereses y las costas, a
pesar que este sea avalista y no el obligado principal, y habiendo
caducado la Letra de Cambio y prescrito la acción judicial al momento en
que A se convirtió en endosatario?
De acuerdo a la norma de la época, se pudo verificar lo siguiente:
ILEGITIMIDAD DE PERSONERÍA.-
En lo narrado en la jurisprudencia se puede ver que el demandado alega
ilegitimidad de personería de la parte actora, en razón de que es un privilegio
de las letras y pagarés a la orden, no caducados ser endosados por valor al
cobro, como lo establece el Art. 428 del Código de Comercio.
ACCIÓN DE ENRIQUECIMIENTO CONTRA EL AVALISTA.-
En primer lugar esta no procede puesto que, como acción cambiaria que es,
debe ejercitarse dentro del plazo de tres años dispuesto por la ley; segundo, la
ley contiene expresamente a las personas contra las cuales se puede dirigir
esta acción, véase girador, aceptante, endosatario, lo que significa que es de
carácter taxativo (se lo puede observar en el Art. 461 del Código de Comercio),
y si en esta disposición no se nombra al avalista no se puede dirigir esta acción
contra él; tercero, por el evidente motivo de que la acción de enriquecimiento
implica precisamente eso, enriquecerse (aumento patrimonial injustificado)
cosa que no ocurre con el avalista, quien solo está para garantizar el pago de
la deuda, dicho de otra manera, el dinero recibido por el girador no llega a este
de forma alguna, por lo que no cabe. Esto aunado al hecho de que por el paso
del tiempo perdió la acción cambiaria.
En primera y segunda instancia no se toma en consideración la taxatividad de
esta norma, por lo que podemos decir que se vulnera la legalidad. En tercera
instancia esto se rectifica, y se excluye la posibilidad de ejercer esta acción
contra el avalista, debido a que no está especificado en la ley que puede
dirigirse contra este.
Por lo que, se pude decir que la primera instancia está sujeta por completo al
principio de obediencia, sino fuera porque la sentencia de esta instancia es
producto de un error de interpretación de los conceptos de las instituciones de
aceptante y avalista, cosa que se clarifica en la última instancia.
En segunda instancia básicamente se repite lo dicho en la primera, y no es
hasta la tercera en la que se usa un razonamiento que invierte todo, aquí se
esgrimen criterios jurisprudenciales extranjeros (Corte de Casación de Turín y
Corte de Trani) en los que se establece responsabilidad al avalista solo
cuando se ha beneficiado con la emisión de la letra, cosa que en este caso no
ocurre, ocasionando que se niegue la acción de enriquecimiento injusto.
No se encuentran precedentes jurisprudenciales, en los que se realice una
acción cambiaria contra el avalista de una letra de cambio (prescrita la acción
cambiaria del endosatario).
Ante la pregunta:
CUARTA PARTE
4.- ANÁLISIS EXTRAPOLAR: (Hechos relevantes vistos en contexto
actual)
4.1.- IMPORTANCIA DEL PRESENTE CASO JURÍDICO EN LA
ACTUALIDAD.
A pesar de haber sido dictado hace más de cinco décadas, este fallo es
importante para el desarrollo de las actividades relativas al uso de títulos
valores, en ese caso de una letra de cambio porque:
- Aclara que no cabe acción de enriquecimiento injusto contra el avalista,
primero porque este, por regla general, no se beneficia económicamente
producto de la emisión de la letra; y segundo porque esta solo puede ser
dirigida contra uno de los sujetos que la ley taxativamente enumera.
- Ayuda a establecer el límite de la responsabilidad del avalista al especificar
que solo puede ser compelido a pagar o reconvenido judicialmente, mientras
no haya prescrito la acción cambiaria.
- Hace notar que el avalista deja de tener responsabilidad en los casos en que
el aceptante ha recibido provisión o se ha enriquecido injustamente.
- Recalca que el avalista es un obligado cambiario y como tal su obligación solo
se extiende mientras subsista la acción cambiaria.
4.2.- EXTRAPOLACIÓN DE LOS HECHOS RELEVANTES DEL CASO
DENTRO DEL CONTEXTO JURÍDICO ACTUAL (Código de Comercio,
COGEP, etc.).
Si los hechos narrados en las sentencias hubiesen ocurrido en la actualidad,
nos encontraríamos con el mismo inconveniente, y es que las acciones
intentadas contra el avalista no prosperarían por ejercerse fuera del tiempo que
la ley permite.
En la época en que ocurrieron estos eventos, la norma adjetiva vigente que
regía esta clase de controversias era el Código de Procedimiento Civil, el cual
contemplaba tres vías para interponer una demanda, las cuales son: ejecutiva,
verbal sumaria y ordinaria.
En este caso la única vía, de las tres mencionadas, que se puede usar es la
ordinaria, debido a que la vía ejecutiva ha prescrito.
Al trasladar estos hechos al presente, es pertinente preguntarnos en cuál de los
procesos que el COGEP contiene es posible sustanciar esta causa. El COGEP
contiene los siguientes:
Procedimiento ordinario Art. 289 y ss. COGEP
Procedimiento sumario Art. 332 y ss. COGEP
Procedimiento voluntario Art. 334 y ss. COGEP
Procedimiento ejecutivo Art. 347 y ss. COGEP
Procedimiento monitorio Art. 356 y ss. COGEP
Procedimiento de ejecución Art. 362 y ss. COGEP
Procedimiento concursal Art. 414 y ss. COGEP
A continuación procederemos a verificar dentro de cual proceso puede
prosperar este caso.
QUINTA PARTE
5.- ANÁLISIS DE LA REALIDAD ALTERNATIVA
5.1.- ¿QUÉ ACCIONES HUBIERA PODIDO HACER LA PARTE
PERDEDORA, QUE LE HUBIERAN PODIDO AYUDAR A GANAR EL CASO?
En el presente caso, sabemos que la última instancia le dio la razón a la parte
B (el demandado), quien finalmente se perfiló como el Ganador.
Lo anterior implica que A (el actor) es la parte que perdió el caso, pues
finalmente los jueces determinaron que la acción cambiaria no se podía ejercer
contra el avalista, ya que esta se encontraba prescrita y la ley, dentro de los
legitimarios pasivos, no establecía al avalista.
Es importante mencionar en este punto que en las sentencias se mezclan
mucho los términos mercantiles y civiles ya que aunque el caso se esté
sustanciando por vía ordinaria, aún se habla de aval lo cual existiría
únicamente si la letra no estuviese prescrita. También hay que tomar en cuenta
que al ser un juicio ordinario y no ejecutivo, la letra de cambio es un simple
principio de prueba por escrito por lo que, a diferencia de la vía ejecutiva, no es
suficiente para demostrar la existencia de la obligación.
Declaro que el presente análisis jurídico fue hecho por mi persona, bajo mi
responsabilidad, y cumpliendo con las debidas instrucciones para su
elaboración:
Fecha de elaboración del análisis: 4 de diciembre del 2017.
Análisis jurídico elaborado por: Layla Córdova Tarira y Arturo Lara Martínez
Firma de quienes elaboraron el análisis:
LEGISLACIÓN CIVIL
Juicio ordinario que, por dinero, sigue César Noboa contra Luis Alberto
Larrea.
PRIMERA INSTANCIA
Riobamba, mayo 11 de 1965; las once y cuarto de la mañana - Vistos: César
Noboa, comparece y en su escrito de demanda manifiesta: Que fundado en la
letra de cambio de plazo vencido que acompaña demanda en juicio ordinario al
aval de la misma Luis Alberto Larrea el inmediato pago de la suma de treinta y
ocho mil sucres de capital, los intereses legales máximos vencidos y por vencer
estipulados hasta la cancelación de la obligación y las costas procesales,
incluyendo el honorario de su defensor. Citado legalmente el demandado,
deduce las siguientes excepciones: Ilegitimidad de personería del actor, en
razón de que una vez que se ha producido la caducidad de la acción cambiaria
y la prescripción misma de la letra y de la obligación, no es válido el endoso por
valor al cobro, pues éste es un privilegio que sirve para establecer procuración
solamente respecto de las letras de cambio y pagarés a la orden no
caducados; que por existir la caducidad de la letra de cambio y la prescripción
de la acción cambiaría, es improcedente la acción deducida en su contra
porque es él aval de la letra y no el aceptante; en consecuencia, desde que se
produjo dicha caducidad y prescripción, solamente podía el tenedor de la letra
ejecutar alguna acción contra el deudor directo; que no cabe en su contra ni
siquiera la acción de enriquecimiento injusto, ya sea porque como aval de la
letra es simple garante del aceptante, ya también porque en tal condición no ha
recibido ninguna provisión de fondos por parte del girador; que entiende
existen pagos parciales hechos por el deudor directo, pagos que deben
tomarse en cuenta; alega expresamente la caducidad de la letra y la
prescripción de la acción judicial; y en subsidio alega que, de acuerdo con las
condiciones generales sobre la fianza, debe primero demandársele al deudor
directo, pues este beneficio de orden y excusión le alega expresamente.
Trabada en esta forma la Litis y encontrándose la causa en estado de dictarse
sentencia, para el efecto, se considera: 1° El procedimiento es válido por no
haberse omitido solemnidad sustancial alguna en su tramitación. 2° Tramitadas
legalmente las dilatorias de ilegitimidad de personería del actor y de excusión y
orden, se resolvió rechazándolas, resolución que fue confirmada por el
superior. 3° El actor ha justificado los fundamentos de su demanda con la
presentación de la letra de cambio aceptada por Humberto Dávila el 13 de
diciembre de 1958 y avalizada por el demandado en la misma fecha, letra que
ha sido endosada, por valor al cobro a favor del actor César Noboa con fecha
19 de junio de 1964, cesión que se encuentra legalmente reconocida con fecha
25 del mismo mes y año, y con la reproducción que hace de la misma y de todo
lo favorable de autos, durante el respectivo término de prueba. 4° El
demandado, durante el término de prueba, no ha presentado ninguna
justificación a sus excepciones, pues, se ha limitado únicamente a impugnar la
prueba actuada por el actor, a impugnar el título con el que se le demanda y a
reproducir lo que de autos le fuere favorable. 5° La causa de la obligación y el
derecho del actor se han justificado con la letra de cambio de fs. 1, con la nota
de endoso respectiva y con el reconocimiento de dicha cesión, y además con la
confesión rendida por el dueño de la letra Ángel Jara, en la que se indica el
origen de la obligación. 6° Con respecto a la excepción de prescripción alegada
por el demandado, tenemos que la regla general sobre prescripción de las
acciones provenientes de la letra de cambio, tiene la excepción de
enriquecimiento injusto, entre otras; pero, de acuerdo con el inciso tercero del
art. 461 (461) del Código de Comercio, subsiste la acción contra el aceptante, o
sea que la palabra subsiste que emplea la ley, conforme jurisprudencia
establecida por la Excma. Corte Suprema de Justicia, “indica claramente que
no se altera en modo alguno la acción para perseguir el crédito, o en otros
términos que permanece en su lugar, que se conserva y continúa sin que le
afecte la prescripción”; y lo que se dice del deudor principal es aplicable al
garante solidario, puesto que la solidaridad produce el efecto de hacer, propia
deuda ajena, y en el presente caso no se ha justificado la extinción de la fianza
ni de la obligación del fiador. Por estas consideraciones, ADMINISTRANDO
JUSTICIA EN NOMBRE DE LA REPUBLICA, Y POR AUTORIDAD DE LA LEY,
se acepta la demanda y se condena al demandado Luis Alberto Larrea a pagar
al actor la cantidad reclamada por éste y los intereses estipulados a partir del
vencimiento. Con costas. En cuatrocientos cincuenta sucres se regula el
honorario del doctor Rafael Alulema, defensor del actor. Notifíquese.
Estuardo Hurtado.
SEGUNDA INSTANCIA
Riobamba, noviembre 22 de 1965; las 10 a. m.- Vistos: Para resolver el recurso
de apelación interpuesto por Luis Alberto Larrea, de la sentencia dictada por el
señor Juez Primero Provincial del Chimborazo en el juicio ordinario que en su
contra sigue César Noboa, se considera: 1° Fundado en la letra de cambio de
fs. 1, en su calidad de endosatario por valor al cobro, César Noboa demanda
en juicio ordinario, al avalista de la misma, Luis Alberto Larrea, el pago de la
suma de treinta y ocho mil sucres de capital, intereses y costas procesales. El
demandado opone las siguientes excepciones: ilegitimidad de personería del
actor, una vez que se ha producido la caducidad de la acción cambiaria y la
prescripción de la letra misma y de la obligación, no es válido el endoso por
valor al cobro, pues éste es un privilegio que sirve para establecer procuración
solamente respecto de las letras de cambio y pagarés a la orden no
caducados; por existir caducidad de la letra de cambio y la prescripción de la
acción cambiaria, es improcedente la acción deducida en su contra, por ser el
avalador y, no el aceptante, pues desde que se produjo las mentadas
caducidad y prescripción el tenedor de la letra únicamente podía ejercitar
alguna acción contra el deudor directo; que no cabe ni siquiera la acción de
enriquecimiento injusto, por ser simple garante del aceptante, en cuya
condición no ha recibido ninguna provisión de fondos; pagos parciales hechos
por el deudor principal y en subsidio, que alega a su favor los beneficios de
orden y excusión, ya que de acuerdo con las reglas generales de la fianza,
primeramente debió demandarse al deudor directo. 2° Las excepciones
dilatorias de ilegitimidad de personería y de orden y excusión fueron
rechazadas por el inferior y su resolución fue confirmada por este Tribunal
(ejecutorial fs. 23,). 3° El actor justifica la existencia legal de la obligación con la
presentación de la letra, pues en ella consta como girador Ángel Jara, como
aceptante el Subteniente Humberto Dávila, como uno de los avalistas, el
demando Luis Alberto Larrea y como endosatario, por valor al cobro, el
demandante, César Noboa (acta de reconocimiento fs. 2). En cambio que la
causa u origen de la suscripción y el enriquecimiento injusto del aceptante,
aparecen con toda evidencia de la confesión rendida a petición del propio
demandado por el acreedor endosante, Ángel Jara; pues éste afirma que en su
calidad de proveedor del Cuartel San Nicolás, de esta ciudad, entregaba los
víveres al Oficial Pagador Subteniente Humberto Dávila, quien en vez de pagar
con los dineros destinados para este objeto se distraía los fondos, hasta que en
la fiscalización efectuada, se estableció el faltante, por cuya razón tuvo que
suscribir a favor de Jara la letra de cambio, materia de este juicio, firmando
también, como avalista, con pleno conocimiento de los hechos y de los
resultados, el demandado, señor Luis Alberto Larrea y 'el mismo Fiscalizador,
señor Leonardo Heredia Crespo. Por tal motivo y porque de conformidad con lo
que prescribe el art. 440 (440) del Código de Comercio el dador del aval queda
obligado en la misma forma que la persona de quien se constituye garante, las
excepciones del demandado Larrea, resultan improcedentes y porque además
habiendo subsistido la acción cambiaria y por consiguiente la acción ejecutiva,
en los cinco primeros años, con respecto al aceptante y su avalista, por el
enriquecimiento injusto del primero (art. 461 (461) del Código de Comercio), la
acción ordinaria es absolutamente fundada y procedente por disposición del
art. 2353 (2415) inciso 2° del Código Civil y cuyo texto dice: "La acción
ejecutiva se convierte en ordinaria por el lapso de cinco años; y convertida en
ordinaria, durará solamente otros cinco años", aclarándose además (que la
excepción de pagos parciales no se encuentra justificada. Por todo lo expuesto,
ADMINISTRANDO JUSTICIA EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA Y POR
AUTORIDAD DE LA LEY, se confirma la sentencia venida en grado. Con
costas. En cien sucres regulase el honorario del doctor Rafael Alulema.-
Notifíquese
Napoleón Arregui.- César Elido Díaz.- César Gavilanes L.
TERCERA INSTANCIA
Quito, 8 de julio de 1966; las 11 a.m.- Vistos: Luis A. Larrea recurre de la
sentencia que ha dictado la Corte Superior de Riobamba en el juicio ordinario
propuesto por César Noboa para el pago de una letra de cambio; cuyo valor es
el de treinta y ocho mil sucres; girada el 13 de diciembre de 1958 por Ángel
Alberto Jara Miranda a cargo del Subteniente Humberto Dávila en la ciudad de
Riobamba y avalada en la misma fecha por el recurrente y Leonardo Heredia.
Para resolver, se considera: 1° César Noboa propone dicha acción en calidad
de endosatario, por valor al cobro, del librador de la letra de cambio y en virtud
del reconocimiento de la firma y rúbrica del referido librador: 2° El coavalista de
la letra propuso las siguientes excepciones: ilegitimidad de personería del actor
en virtud de que, caduca la letra de cambio por el transcurso de los tres años
de que trata el art. 479 (479) del Código de Comercio, el endoso por valor al
cobro es inválido; improcedencia de la acción deducida, porque Larrea no es
aceptante, sino simple avalista; y porque, prescrita la letra, el tenedor de ella
pudo ejercitar solamente la acción directa contra el aceptante; no haber
recibido provisión de fondos y, por lo mismo, no caber contra él la acción de
enriquecimiento injusto; existir pagos parciales hechos por el deudor;
caducidad de la letra y prescripción de la acción judicial. En subsidio, alega el
beneficio de orden y excusión. 3° Durante el término correspondiente, no se
presentó prueba alguna de las excepciones que la necesitaban; y el juez de
primera instancia rechazó las de ilegitimidad de personería y de orden y
excusión. 4° Según el art. 428 (428) del Código de Comercio, el endoso
posterior al vencimiento produce los mismos efectos que el endoso anterior; y
es válido también el endoso posterior al protesto por falta de pago o hecho
después de la expiración del plazo fijado para levantarlo, si bien solo produce
los efectos de la cesión ordinaria. Por consiguiente el endoso de la letra hecho
por el girador Jara a favor de César Noboa tiene valor aunque haya sido
efectuado muy posteriormente al vencimiento. 5° Según el inciso tercero del
art. 461 (461) del referido Código; que reproduce una resolución que dio, por
mayoría de votos, esta Excma. Corte Suprema subsiste la acción cambiaria, en
caso de caducidad o prescripción pero no contra cualquiera de los obligados
según el art. 455 (455) del Código de Comercio, sino contra alguno de ellos
solamente: a) contra el girador, que no ha hecho provisión; b) contra el girador
o cualquiera de los endosantes, cuando se han enriquecido injustamente; y, c)
en caso de prescripción, contra el aceptante que recibió provisión o se ha
enriquecido injustamente. En todos estos tres casos, el enriquecimiento se
debe resolver en el mismo proceso iniciado para el pago de la letra de cambio.
6° Si bien el Código de Comercio, con el fin de dar rapidez a las operaciones
comerciales y bancarias, ha acortado el plazo de la prescripción, reduciéndolo
a tres años, ha querido al mismo tiempo, por razones de equidad, conservar
una acción contra el obligado que, a pretexto de esa prescripción, se
enriquecería con perjuicio ajeno. Por eso el inciso citado contiene dos
restricciones al principio general establecido en el art. 455 (455): una, en
cuanto al número de los obligados, pues sólo se puede dirigir la respectiva
acción de enriquecimiento injusto contra el girador, el endosante o el aceptante;
y otra en cuanto al fundamento de la acción, que solo procede cuando uno de
esos tres obligados se enriquece en forma injusta. 7° No cabe la acción contra
el avalista por tres razones fundamentales a) porque la obligación de cada uno
de los signatarios de la letra de cambio es autónoma y, por consiguiente, tiene
que ejercerse dentro del plazo de tres años contados desde el vencimiento; b)
porque no la ha establecido la ley, ya que, según acabamos de decir, sólo tiene
cabida la acción, una vez caducada o prescrita la letra de cambio contra las
tres personas taxativamente designadas en el penúltimo inciso del art. 461
(461), es decir contra el girador, el endosante o el aceptante; y e) porque el
avalista rara vez puede enriquecerse injustamente, ya que, de ordinario, el aval
se presta gratuitamente, por servir al deudor o facilitar el curso normal de la
letra de cambio. Por esto dice expresamente Salandra que la acción de
enriquecimiento "no puede, dirigirse...... contra los avalistas o contra el
aceptante por intervención, ya que éstos, no reciben generalmente ninguna
contraprestación por la asunción de sus obligaciones (pág. 321). Aún si el aval
no fuese gratuito y se hubiese estipulado una remuneración pecuniaria por el
servicio que presta, como lo permite el art. 2358 (2244) de nuestro Código Civil,
no procedería la acción del librador contra él, porque el servicio remunerado le
obligaría dentro del curso normal de la letra y no ulteriormente; y porque en
ningún caso se enriquecería con perjuicio del tenedor (en este caso el librador),
que no le ha hecho entrega de cantidad o efectos con los cuales lucrase, único
fundamento de la acción subsistente. 8° Sorprende que la Corte Superior de
Riobamba funde la aceptación de la acción ordinaria en que, según el art. 440
(440) del Código de Comercio, el dador del aval queda obligado en la misma
forma que la persona de quien se constituya garante, persona que en el caso
actual es el aceptante. No cabe duda de que el avalista se obliga
solidariamente; de que el tenedor, mientras no se extinga la obligación
respectiva por la caducidad o prescripción, puede reclamar del avalista todo lo
que señala el art. 456 (456); que éste no puede oponer los beneficios de orden
y excusión, como el garante ordinario; pero como el avalista es un obligado
cambiario, su obligación tiene autonomía; y así como puede estar obligado a
más que el aceptante, si éste es menor de edad, si su obligación, está viciada
por defecto de consentimiento, etc.; así también, aunque subsista la obligación
principal, la accesoria desaparece en ocasiones, como ocurre precisamente en
el caso de que el aceptante ha recibido provisión o se ha enriquecido
injustamente. Aún la fianza civil se extingue, según el art. 2398 (2283) del
Código Civil, cuando el acreedor, por hecho o culpa suya, ha perdido las
acciones en que el fiador tenía el derecho de subrogarse. En el presente caso,
el librador perdió la acción cambiaría y perdió la acción ejecutiva contra el
aceptante; y sin embargo pretende hacer uso de la acción de enriquecimiento
injusto, del cual no se ha beneficiado el avalista. 9° De la calidad de autónomos
que tienen las obligaciones inherentes a la letra de cambio, se deduce
igualmente que la existencia de relación causal entre el librador y el aceptante
no se comunica al avalista. Por esto dice Langle que “el poseedor del título no
podrá invocar contra el avalista una acción que se derive del negocio
fundamental que ligue al primero con el avalado. (Negocio fundamental que, en
el caso presente, está precisado la confesión rendida: por Ángel Jara a fs.: 37).
Todos los grandes maestros coinciden en que, perdida por el tenedor la
acción cambiaria, no puede ejercitar contra el avalista la acción ordinaria,
puesto que es un garante exclusivamente cambiado". (Manual de Derecho
Mercantil Español, tomo 2°, pág. 347). 10° No hay ley alguna que reconozca
acción al portador contra el avalista, una vez prescrita la letra. Basta citar aquí
la autorizada opinión de Supino en el gran Tratado de Bolaffio-Rocco-Vivante:
"El rigor cambiario excluye el ejercicio de la acción de enriquecimiento contra
otros obligados no indicados en forma expresa por la ley. Así, a nuestro
entender están excluidas de ella los avalistas de las personas a que antes nos
hemos referido. Es verdad que el avalista está obligado en la misma forma que
el avalado; pero su obligación se limita a garantizar el pago de la letra y no
puede extenderse al caso de que el portador haya perdido la acción cambiaria
contra el deudor garantizado. Además, muy difícilmente podría darse el caso
de que el avalista se enriqueciera. La Corte de casación de Turín y la Corte de
Trani, en sentencia de 17 de diciembre de 1907 y 18 de noviembre de 1911,
respectivamente, establecieron -añade Supino- la responsabilidad del avalista
por el enriquecimiento en perjuicio del portador por haberse beneficiado con
la emisión de la letra; sustituyéndose al librador; pero en tal sentido fue
considerado responsable no como avalista sino como enriquecido”. (De la Letra
de Cambio, vol. I, pág. 687).Terminado, pues; el desenvolvimiento normal de la
letra; prescrita esta por no haber ejercido el librador la acción contra el avalista
dentro del trienio respectivo, no subsistiría contra el avalista la acción cambiaria
u ordinaria de enriquecimiento injusto sino en el caso de que se hubiera
probado, efectivamente, que el avalista se benefició en alguna forma con la
emisión de la letra o con alguna circunstancia relativa a su trasmisión. Por
estas consideraciones. ADMINISTRANDO JUSTICIA EN NOMBRE DE LA
REPÚBLICA Y POR AUTORIDAD DE LA LEY, se revoca la sentencia recurrida
y se desecha la demanda. Sin costas.
C. Paz González.- J. Tobar Donoso.- Fco. Páez Romero.- L. Jaramillo
Pérez.- César Palacios Montesinos.
FIN DE LA JURISPRUDENCIA