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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SANTIAGO DE

GUAYAQUIL

Carrera de Derecho

Cátedra: Derecho Mercantil I

Trabajo de tutoría: Número 1

Análisis jurisprudencial

Caso: Noboa vs. Larrea

Primera Instancia: Año 1965

Segunda Instancia: Año 1965

Tercera Instancia: Año 1966

Corte Suprema de Justicia - Primera Sala de lo


Civil y Mercantil

Instrumento objeto de análisis: Letra de


Cambio

Alumnos: Layla Córdova Tarira

Arturo Lara Martínez

Fecha: Lunes 4 de diciembre del 2017


VÍA ORDINARIA

El avalista de Pagar S./ *Letra de Cambio


la letra no 38.000,
*Acción de enriquecimiento injusto
realiza el pago intereses y
de S/. 38.000 costas *Art. 440 Código de Comercio, Art. 460 Código de Comercio

A César Noboa Endosatario

B Luis Larrea Avalista

*El aval es simple garante del aceptante

*Ilegitimidad *Caducidad de la letra


de personería.
No pagar *Pagos realizados por el deudor directo
*Prescripción nada *Ilegitimidad de personería
de la acción
cambiaria. *Beneficio de orden y excusión

1) 1965 SÍ 2) 1965 SÍ 3) 1966 NO


Se niegan las excepciones del demandado y se invoca *No procede la acción de enriquecimiento injusto
jurisprudencia de la Corte Suprema que establece que no porque el art. 455 hace una enumeración taxativa.
El dador del aval queda obligado de la misma forma
se altera la acción de cobro, incluso por la prescripción.
que la persona de quien se constituye garante. *La obligación de los signatarios es autónoma.
Además de mencionar que lo que se dice del deudor
principal es aplicable al garante solidario. *El avalista es un obligado cambiario.
ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL
MERCANTIL
LETRA DE CAMBIO
CASO
NOBOA vs. LARREA
Primera Instancia, Año 1965
Segunda Instancia, Año 1965
Tercera Instancia, Año 1966

PRIMERA PARTE
1.- ANÁLISIS CONCEPTUAL: (SISTEMA D.A.C.)
Haciendo uso del sistema DAC (Diagrama de Análisis Conceptual),
encontramos lo siguiente:
1.1.- PARTE DE IDENTIFICACIÓN.-
1.1.1.- Identificación de la providencia
Asunto: Mercantil
Instrumentos: Letra de cambio
Caso: Noboa vs. Larrea
Juicio: Ordinario por dinero
Vía: Ordinaria
Fecha de primera instancia: 11 de mayo de 1965
Fecha de segunda instancia: 22 de noviembre de 1965
Fecha de última instancia: 8 de julio de 1966
Resolución: Número……. de la Corte Suprema de Justicia, Sala de lo Civil y
Mercantil. Tercera Instancia
Gaceta judicial: Año LXXI= Enero a Abril 1968
Serie: XI= 11; Número: 1
Páginas: 33 a 38
Resumen: (Ficha legal): 650511.0=11.05.1965: 123.- MERCANTIL: LETRA
DE CAMBIO: 1966 NOBOA vs. LARREA: Juicio ordinario por dinero * CSJ -
R3: 660708=08.07.1966 * GJ: LXXI: 1968 01=04 * Serie 11 # 01: 33, 35, 36 –
38:
Corte Suprema de Justicia (1968) Noboa vs. Larrea. Resolución de Tercera
Instancia de la Primera Sala de lo Civil y Mercantil 08.07.1966. Juicio Ordinario
por dinero. Publicado en Gaceta Judicial, Año LXXI, Enero a Abril 1968, Serie
11, Número 1. Páginas 33-38.

1.1.2.- Identificación de las partes procesales


Nombres:
Sujeto activo: A = Noboa = César Noboa
Sujeto pasivo: B = Larrea = Luis Alberto Larrea
Roles jurídicos:
Sujeto activo: A = Actor = Endosatario = Beneficiario de la Letra de cambio =
Acreedor
Sujeto pasivo: B = Demandado = Avalista = Garante de la Letra de cambio =
Deudor solidario

1.2.- PARTE FÁCTICA.-


1.2.1.- Hechos relevantes
De la lectura de las sentencias antes referidas, se puede colegir que
anteriormente, ocurrieron los siguientes hechos relevantes:
Año 1958: Emisión de la letra de cambio
- El 13 de diciembre de 1958, en la ciudad de Riobamba fue emitida una
Letra de cambio
- Dicha Letra de Cambio fue girada por Ángel Alberto Jara Miranda,
aceptada por Humberto Dávila y avalada por Luis Larrea (B) y Leonardo
Heredia.
- Se trata de una Letra de Cambio emitida por el valor de S/. 38.000,00
Año 1964: Se endosa la Letra de cambio a favor de A
- La Letra de Cambio fue endosada el 19 de junio de 1964, por valor al
cobro a favor de César Noboa (A), cesión que se encuentra legalmente
reconocida con fecha 25 del mismo mes y año.
- Este endoso se da posteriormente al vencimiento de la Letra de Cambio
referida, por lo que el endosatario decide activar el órgano judicial para
exigir el cumplimiento del pago de la deuda.
- Es así como se da inicio al juicio ordinario que agrupa las tres
sentencias materia de nuestro análisis.
1.2.2.- Aspecto jurídico considerado
Cobro de letra de cambio
El endosatario de una Letra de cambio prescrita demanda a uno de los
avalistas por el pago de la obligación que no han sido honradas por el deudor
principal por lo que demanda al deudor solidario.

1.2.3.- Pretensión de las partes


Sujeto activo: A = Noboa = César Noboa
Pretensión.- Que fundado en la letra de cambio de plazo vencido se exige al
aval de la misma, Luis Alberto Larrea, el inmediato pago de S/. 38000,00 de
capital, los intereses máximos vencidos y por vencer estipulados hasta la
cancelación y las costas procesales, incluyendo el honorario de su defensor.
Sustentos de hecho.- Una letra de cambio por el valor de S/. 38000,00, en la
cual consta como girador, el Sr. Ángel Jara y como aceptante Humberto
Dávila, con sus avalistas: Leonardo Heredia y el recurrido, B. En el año 1964,
posterior al vencimiento de la Letra de cambio, se la endosa por valor al cobro,
a nombre del recurrente, A.
La causa de la suscripción de la Letra de Cambio nace cuando el Sr. Ángel
Jara, en su calidad de proveedor del Cuartel “San Nicolás”, de la ciudad de
Riobamba, entregaba los víveres al Oficial Pagador Humberto Dávila, quien en
vez de pagar con el dinero destinado para este objeto distraía los fondos, hasta
que en la fiscalización efectuada, se estableció el faltante, por cuya razón tuvo
que suscribir a favor de Jara la Letra de Cambio, firmando también como
avalistas, con pleno conocimiento de los hechos y de los resultados, el
Fiscalizador, Sr. Leonardo Heredia y el demandado, Sr. Luis Larrea (B).
Sustentos de derecho.- La parte actora alega normativa vigente a la fecha
que se dieron los hechos. Esto es: Arts. 428, 440, 455, 461 del Código de
Comercio.

Sujeto pasivo: B = Larrea = Luis Alberto Larrea


Excepción.- La parte demandada alega:
 Ilegitimidad de personería por parte del actor ya que se ha
producido la caducidad de la acción cambiaria y la prescripción
misma de la Letra y de la obligación por lo que no es válido el
endoso por valor al cobro.
 Existen pagos parciales realizados por el deudor directo.
 Caducidad de la letra de cambio y prescripción de la acción
judicial.
 Beneficio de orden y excusión por lo que primero debe
demandársele al deudor directo.
Sustentos de hecho.- Que la acción que se entabla en su contra no puede
proceder ya que la Letra de Cambio está prescrita por lo que solo se puede
deducir acción contra el deudor directo y no sobre él que es un avalista. Que el
deudor directo ha realizado pagos parciales y que deben ser tomados en
cuenta.
Sustentos de derecho.- Esto es: Art. 479 Del Código de Comercio, Art. 2398
(actual 2283) del Código Civil

1.2.4.- Problema Jurídico


¿Puede A, en su calidad de endosatario, demandar a B con dicha Letra de
Cambio y solicitar el pago del capital, los intereses y las costas, a pesar que
este sea avalista y no el obligado principal, y habiendo caducado la Letra de
Cambio y prescrito la acción judicial al momento en que A se convirtió en
endosatario?

1.3.- PARTE RESOLUTIVA: TESIS


Año 1965: Primera Instancia
Juzgado de Primera Instancia: SÍ
Año 1965: Segunda Instancia
Juzgado de Segunda Instancia: SÍ
Año 1966: Tercera Instancia
Juzgado de Tercera Instancia: NO

1.4.- PARTE MOTIVA


1.4.1.- Explicación de la tesis
Primera Instancia: SÍ
A sí puede demandar a B el cobro de la Letra de Cambio, ya que:
- Las excepciones plantadas por el demandado no fueron justificadas con
pruebas.
- La excepción ilegitimidad de personería fue rechazada porque el endoso
posterior al vencimiento produce los mismos efectos que el endoso
anterior.
- El beneficio de orden y excusión fue improcedente.
- El juez basado en el art. 461 del Código del Comercio establece que no
opera la prescripción por lo que subsiste la acción contra el aceptante e
indica que lo que se dice del deudor principal es aplicable al garante
solidario puesto que la solidaridad produce el efecto de hacer propia
deuda ajena.

Segunda Instancia: SÍ
A sí puede demandar a B el cobro de la Letra de Cambio, puesto que:
- El dador del aval queda obligado en la misma forma que la persona de
quien se constituye garante, por lo que B, sí está obligado a pagar.

Tercera Instancia: NO
A no puede demandar a B el cobro de la Letra de Cambio, pues:
- No cabe la acción cambiaria ni la acción ejecutiva contra el avalista ya
que la ley establece taxativamente contra quienes subsiste en caso de
prescripción o caducidad.
- No cabe contra B la acción de enriquecimiento injusto ya que según lo
estipulado, el aval difícilmente podría enriquecerse.
- Para que prospere la acción de enriquecimiento injusto, la persona debe
hacer precisamente eso, enriquecerse, lo cual no sucede aquí debido a
que B, en su calidad de avalista no ha recibido provisión de fondos.
- La obligación de un avalista se limita a garantizar el pago de la letra y no
puede extenderse al caso de que el portador haya perdido la acción
cambiaria contra el deudor principal.
- Como el avalista no se benefició de ninguna manera con la emisión de la
letra o con alguna circunstancia relativa a su tramitación, no subsiste
contra él la acción cambiaria ni ordinaria de enriquecimiento injusto por
ende, se revoca la sentencia recurrida.

1.4.2.- Método
Exegético

1.4.3.- Salvamento de voto


No hubo salvamento de voto por parte de ninguno de los magistrados.
SEGUNDA PARTE
2.- ANÁLISIS NORMATIVO
2.1.- PERIODO OBJETO DE ANÁLISIS: El periodo objeto de nuestro análisis
abarca los años 1958 a 1966, pues:
1958.- Se emitió la Letra de Cambio objeto de la controversia.
1964.- Se endosó la Letra de cambio a favor de A.
1965.- A decide iniciar un juicio contra B, en la vía ordinaria.
1965.- Año en que se dicta la sentencia de primera instancia.
1965.- Año en que se dicta la sentencia de segunda instancia.
1966.- Año en que se dicta la sentencia de tercera instancia.
Para el análisis, hay que verificar lo que establecía el texto legal a la época en
que ocurrieron los hechos relevantes, esto es, el texto de la norma vigente en
el año 1958 y año 1965.
Se seleccionarán aquellas normas de la época que servirán para responder y
resolver la pregunta del problema jurídico que dice:
¿Puede A, en su calidad de endosatario, demandar a B con dicha Letra de
Cambio y solicitar el pago del capital, los intereses y las costas, a pesar que
este sea avalista y no el obligado principal, y habiendo caducado la Letra de
Cambio y prescrito la acción judicial al momento en que A se convirtió en
endosatario?

2.2.- NORMAS OBJETO DE ANÁLISIS: Según las sentencias, los jueces para
su análisis usaron el Código de Comercio vigente en el momento de la
presentación de la demanda y no las normas vigentes en el año de emisión de
la letra de cambio, puesto que el Código de Comercio fue expedido en 1960 y
la letra emitida en 1958. Si nos percatamos en la normativa del Código Civil
relativas a los efectos de la ley, establece que las leyes concernientes a la
sustentación y ritualidad de los juicios, prevalecen sobre las anteriores desde el
momento en que deben comenzar a regir. Pero los términos que hubieren
comenzado a correr, y las actuaciones y diligencias que ya estuvieren
comenzadas, se regirán por la ley que estuvo entonces vigente. Una vez dicho
esto, podemos observar que los jueces utilizaron las siguientes normas:
Código del Comercio.- Normas relativas a los recursos por falta de pago y al
aval
Código Civil.- Normas relativas a la extinción de la fianza
El fallo dado por la Corte Suprema de Justicia indica que no cabe la acción
cambiaria en este caso, ya que una vez prescrita no se ejerce contra cualquiera
de los obligados, sino contra ciertos que señala la ley, dentro de los cuales no
se encuentra incluido el avalista. Además, indica que el librador de la Letra
perdió la acción cambiaria y la acción ejecutiva contra el aceptante por lo que
no tiene lógica que aún la posea contra el avalista, ni siquiera la acción de
enriquecimiento injusto.
Respecto de lo afirmado por el Tribunal de tercera instancia, tenemos lo
siguiente:
2.2.1.- Art. 455 y 461 del Código del Comercio.- Contra quien se puede
ejercer la acción cambiaria
El fallo de última instancia hace referencia al art. 455 y 461 del Cód. Comercio,
que versa acerca de los derechos que tiene el portador de una Letra de
Cambio frente a sus deudores, ya sean principales o solidarios.
Hemos seleccionado para este efecto la edición del Código de Comercio,
publicado en el portal en línea, FielWeb, actualizado al mes de octubre del
2017. Verificando su contenido pudimos verificar lo siguiente:
a) Que dicha edición del Código del Comercio fue publicada originalmente
en el Suplemento al Registro Oficial número 1202, del 20 de agosto de
1960.
b) Que la edición de dicho Código de Comercio contiene los mismos
artículos 455 y 461 referidos en la sentencia de tercera instancia.
c) Que dichas normas de los artículos 455 y 461 no sufrieron ninguna
reforma posterior hasta el año 2017. Fecha de actualización de la página
jurídica que consultamos.
En consecuencia, se puede afirmar que los artículos 455 y 461 del Código de
Comercio se han mantenido vigentes e inalterables desde el año 1960 hasta el
año 2017 inclusive.
Por esta razón, podemos también afirmar que las normas referidas en el fallo
en el año 1966, son exactamente las mismas disposiciones del Código de
Comercio que se encontraba vigente en ese mismo año 1966.
Pues bien, la norma del artículo 455 en sus incisos 1 y 2 indica que el avalista
se considerará como un garante solidario y que el portador podrá ejercer contra
él:
“Art. 455.- Todos los que hubieren girado, aceptado, endosado o
asegurado por medio de un aval una letra de cambio, se considerarán
como garantes solidarios para con el portador.
El portador tendrá derecho de proceder contra todas esas personas
individual o colectivamente, sin estar obligado a observar el orden en el
que se hayan comprometido…”
Por otro lado, en el artículo 461 se establece que:
“Art. 461.-…En caso de caducidad o prescripción subsistirá la acción
cambiaria contra el girador que no haya hecho provisión o contra
un girador o un endosante que se haya enriquecido injustamente;
así como, en caso de prescripción, contra el aceptante que hubiere
recibido provisión o se hubiere enriquecido injustamente, lo que se
resolverá en el mismo proceso iniciado para el pago de la letra de
cambio…”
Lo que tratamos de hacer notar aquí, es que aunque el avalista es considerado
un garante solidario, tal es el caso que la ley le da, al portador de una Letra de
cambio, la facultad de proceder contra él, la acción cambiaria que se quiere
alegar, no es procedente ya que el avalista no cuenta con legitimación pasiva.

2.2.2.- Art. 440 del Código del Comercio y Art. 2398 del Código Civil.-
Hasta dónde abarca la solidaridad del avalista
El mencionado artículo 440 del Código del Comercio señala que:
“Art. 440.- El dador del aval quedará obligado en la misma forma que la
persona de quien se constituya garante…”
El Tribunal de Tercera Instancia cita este artículo debido a que reconoce la
solidaridad existente entre el aceptante y el avalista, sin embargo, deja en claro
que “el avalista es un obligado cambiario, su obligación tiene autonomía” por lo
que “aunque subsista la obligación principal, la accesoria desaparece en
ocasiones, como ocurre precisamente en el caso de que el aceptante ha
recibido provisión o se ha enriquecido injustamente”. Basado en esto,
considera que el portador del título no puede invocar las acciones que pretende
ejercer en contra del avalista.

En la sentencia de tercera instancia, el juzgador cita el artículo 2398 del Código


Civil, el cual debido a una reforma, es el actual art. 2283 del mismo cuerpo
legal e informa acerca de la extinción de la fianza, diciendo:
“Art. 2283.- La fianza se extingue, en todo o parte, por los mismos
medios que las otras obligaciones, según las reglas generales; y
además: 2) En cuanto el acreedor, por hecho o culpa suya, ha
perdido las acciones en que el fiador tenía el derecho de
subrogarse…”
En el presente caso, el librador de la Letra perdió tanto la acción cambiaria
como la acción ejecutiva que poseía en contra del aceptante por lo que “no
puede ejercitar contra el avalista la acción ordinaria de enriquecimiento injusto,
puesto que es un garante exclusivamente cambiario”.
En conclusión, el Tribunal sostiene que “es verdad que el avalista está obligado
en la misma forma que el avalado; pero su obligación se limita a garantizar el
pago de la letra de cambio y no puede extenderse al caso de que el portador
haya perdido la acción cambiaria contra el deudor garantizado”.

2.2.3.- Enriquecimiento injusto


El Tribunal analiza en la sentencia la acción ordinaria de enriquecimiento
injusto que quiere ejercer la parte actora de este proceso en contra del avalista
de la letra de cambio en su calidad de demandado, a lo que argumenta que
esta acción no procede porque muy rara vez, el avalista puede enriquecerse
injustamente, debido a que “el aval se presta gratuitamente, por servir al
deudor o facilitar el curso normal de la letra de cambio”. Además, cita a
Salandra diciendo que “la acción de enriquecimiento no puede dirigirse (…)
contra los avalistas o contra el aceptante por intervención, ya que éstos no
reciben generalmente ninguna contraprestación por la asunción de sus
obligaciones.”

TERCERA PARTE
3.- ANÁLISIS CRÍTICO: (Sistema L.O.D.R.I)
Haciendo uso del sistema L.O.D.R.I, respecto de la jurisprudencia antes
referida, encontramos lo siguiente:
3.1.- PRINCIPIO DE LEGALIDAD.- Relación Jurídica. Verificar base legal.
(Evidencia legal).
El principio de legalidad tiene por objeto verificar que los jueces, al dictar sus
sentencias y resoluciones, lo hicieron dentro del marco de la ley. Determinar si
los jueces no fueron más allá de la ley al dictar sus sentencias.
La pregunta objeto del PROBLEMA JURÍDICO planteada señala:
¿Puede A, en su calidad de endosatario, demandar a B con dicha Letra
de Cambio y solicitar el pago del capital, los intereses y las costas, a
pesar que este sea avalista y no el obligado principal, y habiendo
caducado la Letra de Cambio y prescrito la acción judicial al momento en
que A se convirtió en endosatario?
De acuerdo a la norma de la época, se pudo verificar lo siguiente:
ILEGITIMIDAD DE PERSONERÍA.-
En lo narrado en la jurisprudencia se puede ver que el demandado alega
ilegitimidad de personería de la parte actora, en razón de que es un privilegio
de las letras y pagarés a la orden, no caducados ser endosados por valor al
cobro, como lo establece el Art. 428 del Código de Comercio.
ACCIÓN DE ENRIQUECIMIENTO CONTRA EL AVALISTA.-
En primer lugar esta no procede puesto que, como acción cambiaria que es,
debe ejercitarse dentro del plazo de tres años dispuesto por la ley; segundo, la
ley contiene expresamente a las personas contra las cuales se puede dirigir
esta acción, véase girador, aceptante, endosatario, lo que significa que es de
carácter taxativo (se lo puede observar en el Art. 461 del Código de Comercio),
y si en esta disposición no se nombra al avalista no se puede dirigir esta acción
contra él; tercero, por el evidente motivo de que la acción de enriquecimiento
implica precisamente eso, enriquecerse (aumento patrimonial injustificado)
cosa que no ocurre con el avalista, quien solo está para garantizar el pago de
la deuda, dicho de otra manera, el dinero recibido por el girador no llega a este
de forma alguna, por lo que no cabe. Esto aunado al hecho de que por el paso
del tiempo perdió la acción cambiaria.
En primera y segunda instancia no se toma en consideración la taxatividad de
esta norma, por lo que podemos decir que se vulnera la legalidad. En tercera
instancia esto se rectifica, y se excluye la posibilidad de ejercer esta acción
contra el avalista, debido a que no está especificado en la ley que puede
dirigirse contra este.

COBRO DE LETRA DE CAMBIO PRESCRITA AL AVALISTA.-


Tal como se dice en la jurisprudencia de tercera instancia, no existe ley que
permita al portador ejercer una acción cambiaria contra el avalista, una vez la
letra ha prescrito, en razón de que este último, es un obligado cambiario y
siendo así no se lo puede perseguir una vez la posibilidad de iniciar una acción
cambiaria se ha extinguido. Lo que es concordante con el principio de legalidad
positivo que rige a los funcionarios públicos, en este caso jueces.
Tenemos como corolario que a lo largo de estos fallos se cumple el principio de
legalidad, al menos de forma aparente, puesto que como los fallos no arribaron
a la misma decisión, es posible decir que aquellos que no estén en
consonancia con el criterio esgrimido en última instancia se alejan de la
legalidad por realizar una interpretación errónea de las circunstancias.
En el caso de la primera instancia el error reside en la mala interpretación de la
norma, al considerar que “todo lo que se dice del deudor principal es aplicable
al garante solidario”, cosa que es cierta, pero de la manera en la que se la
planteó en este proceso, lo adecuado hubiese sido solo usar la letra de cambio
como principio de prueba por escrito, en lugar de tratar de ejercer una acción
cambiaria dentro de la vía ordinaria.
La segunda instancia se limita a repetir lo dicho por la primera instancia, y da la
razón a la parte accionante.
3.2.- OBEDIENCIA.- Precedente jurisprudencial (Evidencia de
jurisprudencia análoga)
Aquí resulta particularmente complicado de analizar este conjunto de fallos,
debido a que se usan criterios jurisprudenciales opuestos en primera y segunda
instancia, en relación a lo que se determina en tercera instancia y debido a
estos criterios opuestos son, se podría decir que un fallo es correcto y otro no.
En cuanto al fallo de primera instancia se menciona jurisprudencia en la que se
establece que la prescripción no afecta al deudor principal, y si es de esta
forma, tampoco afectará al avalista, que es deudor solidario, por el valor de la
letra de cambio, en este sentido la jurisprudencia citada establece que:
El inciso 3o. del Art. 461 del Código de comercio (Art. 52, inciso 3o. de la
Ley sobre Letra de Cambio), dice que subsiste la acción contra el
aceptante. La palabra subsiste que emplea la ley indica claramente que
no se altera en modo alguno la acción para perseguir el crédito, o en
otros términos que permanece en su lugar, que se conserva y continúa
sin que le afecte la prescripción de los tres años.
GACETA JUDICIAL. Año LXVII. Serie X. No. 5. Pag. 2490.
(Quito, 13 de Junio de 1964)

Por lo que, se pude decir que la primera instancia está sujeta por completo al
principio de obediencia, sino fuera porque la sentencia de esta instancia es
producto de un error de interpretación de los conceptos de las instituciones de
aceptante y avalista, cosa que se clarifica en la última instancia.
En segunda instancia básicamente se repite lo dicho en la primera, y no es
hasta la tercera en la que se usa un razonamiento que invierte todo, aquí se
esgrimen criterios jurisprudenciales extranjeros (Corte de Casación de Turín y
Corte de Trani) en los que se establece responsabilidad al avalista solo
cuando se ha beneficiado con la emisión de la letra, cosa que en este caso no
ocurre, ocasionando que se niegue la acción de enriquecimiento injusto.
No se encuentran precedentes jurisprudenciales, en los que se realice una
acción cambiaria contra el avalista de una letra de cambio (prescrita la acción
cambiaria del endosatario).

3.3.- DOCTRINALIDAD.- Doctrina Mayoritaria Científica. (Evidencia


doctrinaria)

Ante la pregunta:

¿Puede A, en su calidad de endosatario, demandar a B con dicha Letra de


Cambio y solicitar el pago del capital, los intereses y las costas, a pesar que
este sea avalista y no el obligado principal, y habiendo caducado la Letra de
Cambio y prescrito la acción judicial al momento en que A se convirtió en
endosatario?

En la sentencia de tercera instancia citan a Supino y a Salandra, los cuales


apoyan la tesis de la imposibilidad de cobrar la letra al avalista una vez
prescrita la acción cambiaria. Con respecto a esto, pudimos encontrar, en la
doctrina universal, otros autores que apoyan esta idea:

3.3.1. Héctor Alegría


La prescripción aplicable al aval se rige por los principios que rigen respecto de
la obligación avalada. No es exacto decir que se aplica la prescripción e la
obligación avalada, porque no es un caso de identidad o trasvasamiento, sino
que es una aplicabilidad objetiva del régimen, sin hacer trasmisibles las
vicisitudes particulares del curso de la prescripción de una u otra obligación
concreta.
En consecuencia, si el aval es otorgado por el aceptante o un avalista de éste.
Se aplica la prescripción trienal de la acción directa, que se menciona en el Art.
96, primera parte, de la Ley Cambiaria. La omisión en el texto legal del avalista
del aceptante no es problema de relevancia, atento a que tampoco se
mencionan los avalistas de los toros obligados y cabe subsumir el problema
dentro de la regla genérica del art. 34, Ley Cambiaria, que dispone que “el
avalista queda obligado al aval”. En el pagaré, el avalista del librador está
sometido a idéntica prescripción, por aplicación del Art. 104 de la misma ley.
En el aval de otros actos cambiarios rige la prescripción anual, siendo también
aplicable la prescripción semestral en la acción de reembolso y la anual en el
enriquecimiento sin causa.
Con esto se evidencia que la obligación de la figura del avalista está sujeta a
los tiempos de prescripción del signatario al que avale, con lo que al ser
obligado cambiario, no tendrá que responder si la oportunidad para iniciar las
acciones cambiarias contra este se han extinto.
Alegría, H. (1982). El aval tratamiento completo de su problemática jurídica.
Argentina: Astrea. pp. 402-403.

3.3.2. William López Arévalo


Ya hemos indicado, que la prescripción es un modo de extinguir las
obligaciones por el transcurso del tiempo, en este caso, cuando el titular del
derecho no lo ha ejercido oportunamente.
Consecuentemente, si el portador del título no ejerce la acción cambiaria dentro
del tempo señalado por la Ley, dicha acción se extingue por prescripción.
La prescripción de la acción cambiaria opera de la siguiente manera:
- La acción cambiaria directa, es decir, la que se ejerce contra el
aceptante o avalista, prescribe en tres años desde la fecha del
vencimiento.

Se refuerza la idea anterior, al ser la prescripción un modo de adquirir o


extinguir derechos u obligaciones, quien no ejerce su potestad en el plazo legal
determinado, pierde la posibilidad de hacerlo.
Arévalo, W. (2011). Tratado de la letra de cambio, el pagaré a la orden y el
cheque TOMO I. Quito: Editorial Jurídica del Ecuador. pp. 235.

3.3.3. Francisco López de Goicochea


Somos partidarios de la teoría de Fiore, que dice: “Entre todas las teorías
presentadas para resolver la cuestión, admitimos como la más fundada aquella
que sostiene que la prescripción liberatoria de las acciones que se derivan de
una obligación, deben regirse por la misma ley a que se halla sujeta esta. En
efecto, si la ley jurídica vale substancialmente tanto como el derecho del
acreedor para obligar al deudor a la prestación, la duración de la acción va
unida a la obligación y debe, por consiguiente, regirse por la misma ley de
esta”.
La doctrina, en este caso, nos remite a la idea de que las reglas de prescripción
a seguir son las que estén establecidas en la norma de la que emana la figura
jurídica en cuestión, como es evidente, lo que implica en este caso que al
haberse extinguido la acción cambiaria, no cabe acción contra el aval.
López, F. (1974). La letra de cambio. México: Porrúa. pp. 227

3.3.4. Juan Carlos Rébora


La excepción de caducidad puede favorecer, pues, al avalista por las mismas
razones que al deudor afianzado. Vale decir: en caso de emisión de protesto,
falta de aviso, o demora en la iniciación de las acciones correspondientes, el
avalista puede alegar la caducidad de los derechos del tenedor y obtener
liberación.
La omisión del protesto perjudica la letra, eximiendo de responsabilidad a los
deudores. Los endosantes quedan libres, de pleno derecho: el librador solo
responde en caso que haya faltado la provisión. El avalista que se haya
obligado por un endosante debe quedar libre, por consiguiente, ipso facto (…)
En este caso, la respuesta es directa, se indica que la caducidad de los
derechos del tenedor del título acarrean la inmediata liberación del aval, puesto
que si no hay una posibilidad coercitiva de cobrar, la acreencia no será
cobrada, ante esto carece de sentido que exista un avalista, para una deuda
que no puede ser exigida por vía judicial.
Rébora, C. (1928). Letras de cambio. Paris: Imprimerie Victor Allard,
Chantelard et C. pp. 328-329

3.4.- RACIONALIDAD (Evidencia lógica y argumentativa e identificación de


falacias)
Ante la pregunta
¿Puede A, en su calidad de endosatario, demandar a B con dicha Letra
de Cambio y solicitar el pago del capital, los intereses y las costas, a
pesar que este sea avalista y no el obligado principal, y habiendo
caducado la Letra de Cambio y prescrito la acción judicial al momento en
que A se convirtió en endosatario?
A lo largo del desarrollo de este análisis, se ha podido ver que las decisiones
de las dos primeras instancias no son concordantes con la tercera, por lo que
es evidente que si nos encontramos ante un problema jurídico, que reducido a
una forma más simple busca una respuesta de “sí o “no”, se vuelve notorio que
alguna de las dos posturas será correcta y la otra no.
El juez de primera instancia usa como columna de su argumentación el fallo
emitido por la Corte Suprema que indica que “no se altera en modo alguno la
acción para perseguir el crédito, o en otros términos que permanece en su
lugar (…) y continúa sin que le afecte la prescripción, y lo que se dice del
deudor principal es aplicable al garante solidario”. Aquí se produce una falacia
de división, la cual consiste en inferir que algo es verdadero para una de las
partes del todo, porque es verdadero para el compuesto del que forma parte.
Esto se debe a que el aval, que en efecto responde solidariamente como
garante que es, al ser obligado cambiario solo podrá ser conminado a
responder por el pago de la letra mientras subsista la acción cambiaria, que en
el presente caso está prescrita.
En cuanto a la segunda instancia, de la misma manera que en el nivel anterior
se cae en esta falacia, solo que aquí se invoca el Art. 440 que prescribe que el
aval queda obligado en la misma forma que la persona de quien se constituye
garante. Aquí hallamos otra falacia de división, también llamada de
generalización inadecuada, puesto que se parte de una base inadecuada,
siendo así se arriba a una conclusión incorrecta. Es cierto que el avalista está
obligado de la misma forma que aceptante, pero este rol no subsiste más allá
de la prescripción de la letra de cambio, como sí lo hace la responsabilidad del
aceptante, es por esto que no es posible dirigir contra el avalista, además
porque la ley no lo contempla, la acción de enriquecimiento injusto.

3.5.- PRINCIPIO DE INDEPENDENCIA


Para esto tomaremos el fallo de tercera instancia, en el que luego de pasar por
los niveles de los principios de legalidad, obediencia, doctrinalidad y
racionalidad se perfila como un fallo congruente y apegado a derecho, que hizo
uso pleno del principio de unidad jurisdiccional al juzgar y ejecutar una decisión
sin la injerencia de otras funciones o medios externos.

3.6.- OPINIÓN JURÍDICA (Juicio crítico)


Es positivo dentro del sistema de administración de justicia que existan los
recursos para hacer efectivas las garantías de las partes, apelación en este
caso, de no ser por la tercera instancia, esta controversia habría culminado con
un fallo producto de apresuradas conjeturas y falta de profundidad en el
análisis de las instituciones del derecho, afortunadamente, a través de la
tercera instancia se pudo rectificar esto y emitir así un fallo coherente y
apegado al derecho. También se pudo notar la falta de cuidado con la que
algunos juzgadores realizan su trabajo, cosa que el juez de tercera instancia da
a entender al mencionar en la sentencia “Sorprende que la Corte Superior de
Riobamba funde la aceptación de la acción ordinaria en que, según el Art. 440
del Código de Comercio, el dador del aval queda obligado en la misma forma
que la persona de quien se constituye garante”. Por hacer una clara distinción
entre las figuras jurídicas intervinientes en este caso, la presente
jurisprudencia, constituye un precedente importante para la nación.

CUARTA PARTE
4.- ANÁLISIS EXTRAPOLAR: (Hechos relevantes vistos en contexto
actual)
4.1.- IMPORTANCIA DEL PRESENTE CASO JURÍDICO EN LA
ACTUALIDAD.
A pesar de haber sido dictado hace más de cinco décadas, este fallo es
importante para el desarrollo de las actividades relativas al uso de títulos
valores, en ese caso de una letra de cambio porque:
- Aclara que no cabe acción de enriquecimiento injusto contra el avalista,
primero porque este, por regla general, no se beneficia económicamente
producto de la emisión de la letra; y segundo porque esta solo puede ser
dirigida contra uno de los sujetos que la ley taxativamente enumera.
- Ayuda a establecer el límite de la responsabilidad del avalista al especificar
que solo puede ser compelido a pagar o reconvenido judicialmente, mientras
no haya prescrito la acción cambiaria.
- Hace notar que el avalista deja de tener responsabilidad en los casos en que
el aceptante ha recibido provisión o se ha enriquecido injustamente.
- Recalca que el avalista es un obligado cambiario y como tal su obligación solo
se extiende mientras subsista la acción cambiaria.
4.2.- EXTRAPOLACIÓN DE LOS HECHOS RELEVANTES DEL CASO
DENTRO DEL CONTEXTO JURÍDICO ACTUAL (Código de Comercio,
COGEP, etc.).
Si los hechos narrados en las sentencias hubiesen ocurrido en la actualidad,
nos encontraríamos con el mismo inconveniente, y es que las acciones
intentadas contra el avalista no prosperarían por ejercerse fuera del tiempo que
la ley permite.
En la época en que ocurrieron estos eventos, la norma adjetiva vigente que
regía esta clase de controversias era el Código de Procedimiento Civil, el cual
contemplaba tres vías para interponer una demanda, las cuales son: ejecutiva,
verbal sumaria y ordinaria.
En este caso la única vía, de las tres mencionadas, que se puede usar es la
ordinaria, debido a que la vía ejecutiva ha prescrito.
Al trasladar estos hechos al presente, es pertinente preguntarnos en cuál de los
procesos que el COGEP contiene es posible sustanciar esta causa. El COGEP
contiene los siguientes:
Procedimiento ordinario Art. 289 y ss. COGEP
Procedimiento sumario Art. 332 y ss. COGEP
Procedimiento voluntario Art. 334 y ss. COGEP
Procedimiento ejecutivo Art. 347 y ss. COGEP
Procedimiento monitorio Art. 356 y ss. COGEP
Procedimiento de ejecución Art. 362 y ss. COGEP
Procedimiento concursal Art. 414 y ss. COGEP
A continuación procederemos a verificar dentro de cual proceso puede
prosperar este caso.

4.2.1.- Procedimiento ordinario (Procedimiento ordinario Art. 289 y ss.


COGEP).
SÍ. Los hechos que iniciaron este proceso judicial se hubiesen podido ventilar a
través de este procedimiento. El Art. 289 del COGEP especifica que cualquier
controversia que a la que la ley no designe un trámite en particular, se
resolverá a través de este procedimiento. En el presente caso nos encontramos
ante una letra de cambio, que es un título de valor y por regla general nos
habría llevado al procedimiento ejecutivo, pero el titular de la acción
permaneció en actitud pasiva, por lo que perdió la oportunidad procesal para
exigir sus pretensiones por este medio, siendo así solo queda la vía ordinaria.
Aunque lo más probable sea que, en virtud de esta jurisprudencia, la pretensión
de cobrar al avalista luego de extinta la acción cambiaria sea rechazada, pero
eso no impide presentar la demanda en el procedimiento ordinario.
4.2.2.- Procedimiento sumario (Procedimiento sumario Art. 332 y ss.
COGEP).
NO. El artículo 332 del COGEP establece cuales las situaciones que pueden
ser sustanciadas por medio de este procedimiento, las cuales son: 1.
Ordenadas por la ley; 2. Las acciones posesorias y posesorias especiales; 3.
Prestación de alimentos; 4. Divorcio contencioso; 5. Lo relativo a interdicción y
guardas; 6. honorarios profesionales; 7. Oposición a procedimientos
voluntarios; 8. Despido intempestivo de mujeres embarazadas; 9. Falta de
acuerdo en el precio de la expropiación.
En este caso lo que el actor pretende es el cobro de la letra de cambio a quien
funge como aval, lo que no se encuadra en ninguna de las posibilidades
descritas en el artículo y por lo tanto no se puede iniciar esta causa en este
procedimiento.

4.2.3.- Procedimiento voluntario (Procedimiento voluntario Art. 334 y ss.


COGEP).
NO. Los hechos relevantes no se podrían sustanciar a través del procedimiento
voluntario del COGEP.
El Art. 334 contiene una lista de los asuntos para los que está destinado esta
clase de procedimiento: 1. Pago por consignación; 2. Rendición de cuentas; 3.
Divorcio o terminación de la unión de hecho por mutuo consentimiento; 4.
Inventario; 5. Partición; 6. Venta de bienes de menores de edad y sometidos a
guardas; 7. Los asuntos de jurisdicción voluntario (aquellos que se resuelven
sin controversia).
Aquí resulta evidente que no se puede iniciar una demanda con este
procedimiento, porque las circunstancias anteriores, en su mayoría, implican el
consentimiento de las partes intervinientes, es decir que no existe contienda
legal, y en el caso que se ha analizado dicha contienda es tangible.

4.2.4.- Procedimiento ejecutivo (Procedimiento ejecutivo Art. 347 y ss.


COGEP).
NO. Es necesario mencionar, que si este caso se trasladara a la actualidad y
no se dejara transcurrir el tiempo, la vía idónea para sustanciar esta pretensión
de cobro sería la ejecutiva, pero habiendo perdido la oportunidad de hacerlo, lo
restante es usar la letra como principio de prueba por escrito en la vía ordinaria.
Los hechos relevantes no podrían ser demandados a través del procedimiento
ejecutivo contenido en el COGEP.
El Art. 347 del COGEP establece que esta modalidad de proceso se puede
usar siempre y cuando se tenga un título ejecutivo que contenga una obligación
de dar o hacer, estos son: 1. Declaración de parte ante un juzgador; 2. Copia y
compulsa auténtica de una escritura pública; 3. Documentos privados
legalmente reconocidos por decisión judicial; 4. Letras de cambio; 5. Pagarés a
la orden; 6. Testamentos; 7. Transacción extrajudicial; 8. Los demás a los
cuales la ley otorgue la característica de título ejecutivo. Es pertinente
mencionar que si la obligación está contenida en un título ejecutivo y es de
dinero esta deberá ser líquida, exigible y de plazo vencido.
El procedimiento ordinario en estos fallos se iniciaron con un título ejecutivo,
una letra de cambio para ser específicos, la cual podríamos suponer que
cumple con los requisitos para ser usada, pero desafortunadamente para la
parte accionante el tiempo para iniciar el proceso por esta vía ha prescrito.

4.2.5.- Procedimiento monitorio (Procedimiento monitorio Art. 356 y ss.


COGEP).
SÍ. Los hechos relevantes, de ocurrir en la actualidad, podrían ser demandados
a través de este procedimiento:
El Art. 356 del COGEP establece que dentro del procedimiento monitorio se
conocerán las controversias que versen sobre deudas líquidas, exigibles y de
plazo vencido que no excedan 50 salarios básicos, y en el presente caso al ser
la deuda en sucres, al realizar la conversión nos da como resultado una
cantidad, que se encuentra dentro del rango que la ley establece.

4.2.6.- Procedimiento de ejecución (Procedimiento de ejecución Art. 362 y


ss. COGEP).
NO. Los hechos referidos en la jurisprudencia, de ocurrir en la actualidad, no se
podría ventilar por medio de este procedimiento del COGEP.
El Art. 362 establece que la ejecución son el conjunto de actos procesales para
llevar a cabo las obligaciones contenidas en un título de ejecución.
La letra de cambio que da origen a este juicio no es un título de ejecución, lo
sería la sentencia favorable que emane del proceso que se haya iniciado por
esta letra de cambio, mas no el título de valor en sí mismo.

4.2.7.- Procedimiento concursal (Procedimiento concursal Art. 414 y ss.


COGEP).
NO. Los hechos referidos en la jurisprudencia, de ocurrir en la actualidad, no se
podría ventilar por medio de este procedimiento del COGEP.
El Art. 414 del COGEP prescribe que el concurso de acreedores tiene lugar en
los casos de cesión de bienes o insolvencia. En el presente caso no nos
encontramos ante ninguna de estas circunstancias, por lo que no se puede
iniciar un procedimiento concursal en esta situación.

4.2.8.- Conclusión sobre el procedimiento a demandar, al día de hoy, el


caso en cuestión.
De lo anterior, se concluye:
- Que el presente problema, a pesar de ser particular, se puede demandar en el
procedimiento ordinario porque por esta vía se ventilan todos los conflictos que
no tienen un trámite especial.
- Que la letra de cambio, del presente caso, perdió su calidad de título ejecutivo
por el paso del tiempo y no puede ser usado para iniciar un proceso ejecutivo.
- Que contra el avalista de una letra de cambio prescrita solo cabe el
procedimiento ordinario y monitorio, aunque en estos se rechazará la
pretensión por haber finalizado su rol como obligado cambiario.
Por lo expuesto, si los hechos relevantes de este caso hubiesen tenido lugar en
la actualidad, el caso hubiera podido ser demandado en:
1. Procedimiento ordinario; o
2. Procedimiento monitorio.

QUINTA PARTE
5.- ANÁLISIS DE LA REALIDAD ALTERNATIVA
5.1.- ¿QUÉ ACCIONES HUBIERA PODIDO HACER LA PARTE
PERDEDORA, QUE LE HUBIERAN PODIDO AYUDAR A GANAR EL CASO?
En el presente caso, sabemos que la última instancia le dio la razón a la parte
B (el demandado), quien finalmente se perfiló como el Ganador.
Lo anterior implica que A (el actor) es la parte que perdió el caso, pues
finalmente los jueces determinaron que la acción cambiaria no se podía ejercer
contra el avalista, ya que esta se encontraba prescrita y la ley, dentro de los
legitimarios pasivos, no establecía al avalista.
Es importante mencionar en este punto que en las sentencias se mezclan
mucho los términos mercantiles y civiles ya que aunque el caso se esté
sustanciando por vía ordinaria, aún se habla de aval lo cual existiría
únicamente si la letra no estuviese prescrita. También hay que tomar en cuenta
que al ser un juicio ordinario y no ejecutivo, la letra de cambio es un simple
principio de prueba por escrito por lo que, a diferencia de la vía ejecutiva, no es
suficiente para demostrar la existencia de la obligación.

La razón por la que la parte actora perdió, se dio a que:


1.- Dejó transcurrir el tiempo, de modo que su acción cambiaria prescribió
contra el deudor principal por lo que cuando la quiso ejercer, no pudo.
2.- Presumir que la acción que podía ejercer contra el aceptante, también
podría ejercerla contra el aval, amparado por la solidaridad que existe entre
ellos.
3.- Demandó a uno de los avalistas, en lugar de hacerlo contra todos, es decir,
el deudor principal y ambos avalistas.
Cabe destacar que basándose en las pruebas, la parte actora pudo ganar el
caso ya que la contraparte nunca negó la existencia de la obligación ni
desconoció su participación en la emisión del título de valor, tampoco sustentó
las excepciones que planteó contra las pretensiones del actor. Sin embargo, de
acuerdo al análisis que realizaron los jueces indicaron que no cabía la acción.
Por lo tanto, el endosatario quizás hubiese podido tener oportunidad de ganar
el caso:
1° Si hubiera presentado la demanda antes de que la prescripción operase.
2° Si hubiese demandado la acción cambiaria contra el obligado principal y no
contra el aval, o en su lugar demandar a todos los obligados en conjunto.
Estas circunstancias hubiesen dado la posibilidad de que el actor gane por lo
que la parte demandada no hubiese podido alegar prescripción de la acción
judicial ni ilegitimidad pasiva. Pues como bien lo argumentaron los jueces, la
acción que se pretendía ejercer solo opera contra el aceptante, girador y
endosatario, de manera que si está taxativamente estipulado en la ley no se
puede ejercer contra ningún otro.

5.2.- SI USTED FUERA ASESOR JURÍDICO DE LA PARTE ACTORA, ¿QUÉ


ASESORÍA PREVENTIVA LE DARÍA PARA EVITAR QUE EL PRESENTE
CASO VAYA A JUICIO?
 Que el girador hubiera solicitado al deudor principal una prenda que
pueda respaldar su deuda.
 Que antes de la prescripción de la letra, se le hubiese requerido a los
avalistas, al menos una parte de la deuda.
 Que el endosatario no hubiera aceptado una letra de cambio ya
prescrita.
 Que el antiguo acreedor hubiese tenido la precaución de investigar si el
aceptante era una persona solvente y responsable para asumir una
obligación como esta.

5.3.- SI USTED FUERA ASESOR JURÍDICO DE LA PARTE DEMANDADA,


¿QUÉ ASESORÍA PREVENTIVA LE DARÍA PARA EVITAR QUE EL
PRESENTE CASO VAYA A JUICIO?
 No ser aval de una persona que no va a ser responsable en cumplir con
sus obligaciones.
 Pedirle al acreedor que le cobre primero al deudor principal.
 Que el aval pague la deuda y se convierta en acreedor del deudor o
aceptante.
FIN DEL ANÁLISIS

Declaro que el presente análisis jurídico fue hecho por mi persona, bajo mi
responsabilidad, y cumpliendo con las debidas instrucciones para su
elaboración:
Fecha de elaboración del análisis: 4 de diciembre del 2017.
Análisis jurídico elaborado por: Layla Córdova Tarira y Arturo Lara Martínez
Firma de quienes elaboraron el análisis:
LEGISLACIÓN CIVIL
Juicio ordinario que, por dinero, sigue César Noboa contra Luis Alberto
Larrea.

PRIMERA INSTANCIA
Riobamba, mayo 11 de 1965; las once y cuarto de la mañana - Vistos: César
Noboa, comparece y en su escrito de demanda manifiesta: Que fundado en la
letra de cambio de plazo vencido que acompaña demanda en juicio ordinario al
aval de la misma Luis Alberto Larrea el inmediato pago de la suma de treinta y
ocho mil sucres de capital, los intereses legales máximos vencidos y por vencer
estipulados hasta la cancelación de la obligación y las costas procesales,
incluyendo el honorario de su defensor. Citado legalmente el demandado,
deduce las siguientes excepciones: Ilegitimidad de personería del actor, en
razón de que una vez que se ha producido la caducidad de la acción cambiaria
y la prescripción misma de la letra y de la obligación, no es válido el endoso por
valor al cobro, pues éste es un privilegio que sirve para establecer procuración
solamente respecto de las letras de cambio y pagarés a la orden no
caducados; que por existir la caducidad de la letra de cambio y la prescripción
de la acción cambiaría, es improcedente la acción deducida en su contra
porque es él aval de la letra y no el aceptante; en consecuencia, desde que se
produjo dicha caducidad y prescripción, solamente podía el tenedor de la letra
ejecutar alguna acción contra el deudor directo; que no cabe en su contra ni
siquiera la acción de enriquecimiento injusto, ya sea porque como aval de la
letra es simple garante del aceptante, ya también porque en tal condición no ha
recibido ninguna provisión de fondos por parte del girador; que entiende
existen pagos parciales hechos por el deudor directo, pagos que deben
tomarse en cuenta; alega expresamente la caducidad de la letra y la
prescripción de la acción judicial; y en subsidio alega que, de acuerdo con las
condiciones generales sobre la fianza, debe primero demandársele al deudor
directo, pues este beneficio de orden y excusión le alega expresamente.
Trabada en esta forma la Litis y encontrándose la causa en estado de dictarse
sentencia, para el efecto, se considera: 1° El procedimiento es válido por no
haberse omitido solemnidad sustancial alguna en su tramitación. 2° Tramitadas
legalmente las dilatorias de ilegitimidad de personería del actor y de excusión y
orden, se resolvió rechazándolas, resolución que fue confirmada por el
superior. 3° El actor ha justificado los fundamentos de su demanda con la
presentación de la letra de cambio aceptada por Humberto Dávila el 13 de
diciembre de 1958 y avalizada por el demandado en la misma fecha, letra que
ha sido endosada, por valor al cobro a favor del actor César Noboa con fecha
19 de junio de 1964, cesión que se encuentra legalmente reconocida con fecha
25 del mismo mes y año, y con la reproducción que hace de la misma y de todo
lo favorable de autos, durante el respectivo término de prueba. 4° El
demandado, durante el término de prueba, no ha presentado ninguna
justificación a sus excepciones, pues, se ha limitado únicamente a impugnar la
prueba actuada por el actor, a impugnar el título con el que se le demanda y a
reproducir lo que de autos le fuere favorable. 5° La causa de la obligación y el
derecho del actor se han justificado con la letra de cambio de fs. 1, con la nota
de endoso respectiva y con el reconocimiento de dicha cesión, y además con la
confesión rendida por el dueño de la letra Ángel Jara, en la que se indica el
origen de la obligación. 6° Con respecto a la excepción de prescripción alegada
por el demandado, tenemos que la regla general sobre prescripción de las
acciones provenientes de la letra de cambio, tiene la excepción de
enriquecimiento injusto, entre otras; pero, de acuerdo con el inciso tercero del
art. 461 (461) del Código de Comercio, subsiste la acción contra el aceptante, o
sea que la palabra subsiste que emplea la ley, conforme jurisprudencia
establecida por la Excma. Corte Suprema de Justicia, “indica claramente que
no se altera en modo alguno la acción para perseguir el crédito, o en otros
términos que permanece en su lugar, que se conserva y continúa sin que le
afecte la prescripción”; y lo que se dice del deudor principal es aplicable al
garante solidario, puesto que la solidaridad produce el efecto de hacer, propia
deuda ajena, y en el presente caso no se ha justificado la extinción de la fianza
ni de la obligación del fiador. Por estas consideraciones, ADMINISTRANDO
JUSTICIA EN NOMBRE DE LA REPUBLICA, Y POR AUTORIDAD DE LA LEY,
se acepta la demanda y se condena al demandado Luis Alberto Larrea a pagar
al actor la cantidad reclamada por éste y los intereses estipulados a partir del
vencimiento. Con costas. En cuatrocientos cincuenta sucres se regula el
honorario del doctor Rafael Alulema, defensor del actor. Notifíquese.
Estuardo Hurtado.

SEGUNDA INSTANCIA
Riobamba, noviembre 22 de 1965; las 10 a. m.- Vistos: Para resolver el recurso
de apelación interpuesto por Luis Alberto Larrea, de la sentencia dictada por el
señor Juez Primero Provincial del Chimborazo en el juicio ordinario que en su
contra sigue César Noboa, se considera: 1° Fundado en la letra de cambio de
fs. 1, en su calidad de endosatario por valor al cobro, César Noboa demanda
en juicio ordinario, al avalista de la misma, Luis Alberto Larrea, el pago de la
suma de treinta y ocho mil sucres de capital, intereses y costas procesales. El
demandado opone las siguientes excepciones: ilegitimidad de personería del
actor, una vez que se ha producido la caducidad de la acción cambiaria y la
prescripción de la letra misma y de la obligación, no es válido el endoso por
valor al cobro, pues éste es un privilegio que sirve para establecer procuración
solamente respecto de las letras de cambio y pagarés a la orden no
caducados; por existir caducidad de la letra de cambio y la prescripción de la
acción cambiaria, es improcedente la acción deducida en su contra, por ser el
avalador y, no el aceptante, pues desde que se produjo las mentadas
caducidad y prescripción el tenedor de la letra únicamente podía ejercitar
alguna acción contra el deudor directo; que no cabe ni siquiera la acción de
enriquecimiento injusto, por ser simple garante del aceptante, en cuya
condición no ha recibido ninguna provisión de fondos; pagos parciales hechos
por el deudor principal y en subsidio, que alega a su favor los beneficios de
orden y excusión, ya que de acuerdo con las reglas generales de la fianza,
primeramente debió demandarse al deudor directo. 2° Las excepciones
dilatorias de ilegitimidad de personería y de orden y excusión fueron
rechazadas por el inferior y su resolución fue confirmada por este Tribunal
(ejecutorial fs. 23,). 3° El actor justifica la existencia legal de la obligación con la
presentación de la letra, pues en ella consta como girador Ángel Jara, como
aceptante el Subteniente Humberto Dávila, como uno de los avalistas, el
demando Luis Alberto Larrea y como endosatario, por valor al cobro, el
demandante, César Noboa (acta de reconocimiento fs. 2). En cambio que la
causa u origen de la suscripción y el enriquecimiento injusto del aceptante,
aparecen con toda evidencia de la confesión rendida a petición del propio
demandado por el acreedor endosante, Ángel Jara; pues éste afirma que en su
calidad de proveedor del Cuartel San Nicolás, de esta ciudad, entregaba los
víveres al Oficial Pagador Subteniente Humberto Dávila, quien en vez de pagar
con los dineros destinados para este objeto se distraía los fondos, hasta que en
la fiscalización efectuada, se estableció el faltante, por cuya razón tuvo que
suscribir a favor de Jara la letra de cambio, materia de este juicio, firmando
también, como avalista, con pleno conocimiento de los hechos y de los
resultados, el demandado, señor Luis Alberto Larrea y 'el mismo Fiscalizador,
señor Leonardo Heredia Crespo. Por tal motivo y porque de conformidad con lo
que prescribe el art. 440 (440) del Código de Comercio el dador del aval queda
obligado en la misma forma que la persona de quien se constituye garante, las
excepciones del demandado Larrea, resultan improcedentes y porque además
habiendo subsistido la acción cambiaria y por consiguiente la acción ejecutiva,
en los cinco primeros años, con respecto al aceptante y su avalista, por el
enriquecimiento injusto del primero (art. 461 (461) del Código de Comercio), la
acción ordinaria es absolutamente fundada y procedente por disposición del
art. 2353 (2415) inciso 2° del Código Civil y cuyo texto dice: "La acción
ejecutiva se convierte en ordinaria por el lapso de cinco años; y convertida en
ordinaria, durará solamente otros cinco años", aclarándose además (que la
excepción de pagos parciales no se encuentra justificada. Por todo lo expuesto,
ADMINISTRANDO JUSTICIA EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA Y POR
AUTORIDAD DE LA LEY, se confirma la sentencia venida en grado. Con
costas. En cien sucres regulase el honorario del doctor Rafael Alulema.-
Notifíquese
Napoleón Arregui.- César Elido Díaz.- César Gavilanes L.

TERCERA INSTANCIA
Quito, 8 de julio de 1966; las 11 a.m.- Vistos: Luis A. Larrea recurre de la
sentencia que ha dictado la Corte Superior de Riobamba en el juicio ordinario
propuesto por César Noboa para el pago de una letra de cambio; cuyo valor es
el de treinta y ocho mil sucres; girada el 13 de diciembre de 1958 por Ángel
Alberto Jara Miranda a cargo del Subteniente Humberto Dávila en la ciudad de
Riobamba y avalada en la misma fecha por el recurrente y Leonardo Heredia.
Para resolver, se considera: 1° César Noboa propone dicha acción en calidad
de endosatario, por valor al cobro, del librador de la letra de cambio y en virtud
del reconocimiento de la firma y rúbrica del referido librador: 2° El coavalista de
la letra propuso las siguientes excepciones: ilegitimidad de personería del actor
en virtud de que, caduca la letra de cambio por el transcurso de los tres años
de que trata el art. 479 (479) del Código de Comercio, el endoso por valor al
cobro es inválido; improcedencia de la acción deducida, porque Larrea no es
aceptante, sino simple avalista; y porque, prescrita la letra, el tenedor de ella
pudo ejercitar solamente la acción directa contra el aceptante; no haber
recibido provisión de fondos y, por lo mismo, no caber contra él la acción de
enriquecimiento injusto; existir pagos parciales hechos por el deudor;
caducidad de la letra y prescripción de la acción judicial. En subsidio, alega el
beneficio de orden y excusión. 3° Durante el término correspondiente, no se
presentó prueba alguna de las excepciones que la necesitaban; y el juez de
primera instancia rechazó las de ilegitimidad de personería y de orden y
excusión. 4° Según el art. 428 (428) del Código de Comercio, el endoso
posterior al vencimiento produce los mismos efectos que el endoso anterior; y
es válido también el endoso posterior al protesto por falta de pago o hecho
después de la expiración del plazo fijado para levantarlo, si bien solo produce
los efectos de la cesión ordinaria. Por consiguiente el endoso de la letra hecho
por el girador Jara a favor de César Noboa tiene valor aunque haya sido
efectuado muy posteriormente al vencimiento. 5° Según el inciso tercero del
art. 461 (461) del referido Código; que reproduce una resolución que dio, por
mayoría de votos, esta Excma. Corte Suprema subsiste la acción cambiaria, en
caso de caducidad o prescripción pero no contra cualquiera de los obligados
según el art. 455 (455) del Código de Comercio, sino contra alguno de ellos
solamente: a) contra el girador, que no ha hecho provisión; b) contra el girador
o cualquiera de los endosantes, cuando se han enriquecido injustamente; y, c)
en caso de prescripción, contra el aceptante que recibió provisión o se ha
enriquecido injustamente. En todos estos tres casos, el enriquecimiento se
debe resolver en el mismo proceso iniciado para el pago de la letra de cambio.
6° Si bien el Código de Comercio, con el fin de dar rapidez a las operaciones
comerciales y bancarias, ha acortado el plazo de la prescripción, reduciéndolo
a tres años, ha querido al mismo tiempo, por razones de equidad, conservar
una acción contra el obligado que, a pretexto de esa prescripción, se
enriquecería con perjuicio ajeno. Por eso el inciso citado contiene dos
restricciones al principio general establecido en el art. 455 (455): una, en
cuanto al número de los obligados, pues sólo se puede dirigir la respectiva
acción de enriquecimiento injusto contra el girador, el endosante o el aceptante;
y otra en cuanto al fundamento de la acción, que solo procede cuando uno de
esos tres obligados se enriquece en forma injusta. 7° No cabe la acción contra
el avalista por tres razones fundamentales a) porque la obligación de cada uno
de los signatarios de la letra de cambio es autónoma y, por consiguiente, tiene
que ejercerse dentro del plazo de tres años contados desde el vencimiento; b)
porque no la ha establecido la ley, ya que, según acabamos de decir, sólo tiene
cabida la acción, una vez caducada o prescrita la letra de cambio contra las
tres personas taxativamente designadas en el penúltimo inciso del art. 461
(461), es decir contra el girador, el endosante o el aceptante; y e) porque el
avalista rara vez puede enriquecerse injustamente, ya que, de ordinario, el aval
se presta gratuitamente, por servir al deudor o facilitar el curso normal de la
letra de cambio. Por esto dice expresamente Salandra que la acción de
enriquecimiento "no puede, dirigirse...... contra los avalistas o contra el
aceptante por intervención, ya que éstos, no reciben generalmente ninguna
contraprestación por la asunción de sus obligaciones (pág. 321). Aún si el aval
no fuese gratuito y se hubiese estipulado una remuneración pecuniaria por el
servicio que presta, como lo permite el art. 2358 (2244) de nuestro Código Civil,
no procedería la acción del librador contra él, porque el servicio remunerado le
obligaría dentro del curso normal de la letra y no ulteriormente; y porque en
ningún caso se enriquecería con perjuicio del tenedor (en este caso el librador),
que no le ha hecho entrega de cantidad o efectos con los cuales lucrase, único
fundamento de la acción subsistente. 8° Sorprende que la Corte Superior de
Riobamba funde la aceptación de la acción ordinaria en que, según el art. 440
(440) del Código de Comercio, el dador del aval queda obligado en la misma
forma que la persona de quien se constituya garante, persona que en el caso
actual es el aceptante. No cabe duda de que el avalista se obliga
solidariamente; de que el tenedor, mientras no se extinga la obligación
respectiva por la caducidad o prescripción, puede reclamar del avalista todo lo
que señala el art. 456 (456); que éste no puede oponer los beneficios de orden
y excusión, como el garante ordinario; pero como el avalista es un obligado
cambiario, su obligación tiene autonomía; y así como puede estar obligado a
más que el aceptante, si éste es menor de edad, si su obligación, está viciada
por defecto de consentimiento, etc.; así también, aunque subsista la obligación
principal, la accesoria desaparece en ocasiones, como ocurre precisamente en
el caso de que el aceptante ha recibido provisión o se ha enriquecido
injustamente. Aún la fianza civil se extingue, según el art. 2398 (2283) del
Código Civil, cuando el acreedor, por hecho o culpa suya, ha perdido las
acciones en que el fiador tenía el derecho de subrogarse. En el presente caso,
el librador perdió la acción cambiaría y perdió la acción ejecutiva contra el
aceptante; y sin embargo pretende hacer uso de la acción de enriquecimiento
injusto, del cual no se ha beneficiado el avalista. 9° De la calidad de autónomos
que tienen las obligaciones inherentes a la letra de cambio, se deduce
igualmente que la existencia de relación causal entre el librador y el aceptante
no se comunica al avalista. Por esto dice Langle que “el poseedor del título no
podrá invocar contra el avalista una acción que se derive del negocio
fundamental que ligue al primero con el avalado. (Negocio fundamental que, en
el caso presente, está precisado la confesión rendida: por Ángel Jara a fs.: 37).
Todos los grandes maestros coinciden en que, perdida por el tenedor la
acción cambiaria, no puede ejercitar contra el avalista la acción ordinaria,
puesto que es un garante exclusivamente cambiado". (Manual de Derecho
Mercantil Español, tomo 2°, pág. 347). 10° No hay ley alguna que reconozca
acción al portador contra el avalista, una vez prescrita la letra. Basta citar aquí
la autorizada opinión de Supino en el gran Tratado de Bolaffio-Rocco-Vivante:
"El rigor cambiario excluye el ejercicio de la acción de enriquecimiento contra
otros obligados no indicados en forma expresa por la ley. Así, a nuestro
entender están excluidas de ella los avalistas de las personas a que antes nos
hemos referido. Es verdad que el avalista está obligado en la misma forma que
el avalado; pero su obligación se limita a garantizar el pago de la letra y no
puede extenderse al caso de que el portador haya perdido la acción cambiaria
contra el deudor garantizado. Además, muy difícilmente podría darse el caso
de que el avalista se enriqueciera. La Corte de casación de Turín y la Corte de
Trani, en sentencia de 17 de diciembre de 1907 y 18 de noviembre de 1911,
respectivamente, establecieron -añade Supino- la responsabilidad del avalista
por el enriquecimiento en perjuicio del portador por haberse beneficiado con
la emisión de la letra; sustituyéndose al librador; pero en tal sentido fue
considerado responsable no como avalista sino como enriquecido”. (De la Letra
de Cambio, vol. I, pág. 687).Terminado, pues; el desenvolvimiento normal de la
letra; prescrita esta por no haber ejercido el librador la acción contra el avalista
dentro del trienio respectivo, no subsistiría contra el avalista la acción cambiaria
u ordinaria de enriquecimiento injusto sino en el caso de que se hubiera
probado, efectivamente, que el avalista se benefició en alguna forma con la
emisión de la letra o con alguna circunstancia relativa a su trasmisión. Por
estas consideraciones. ADMINISTRANDO JUSTICIA EN NOMBRE DE LA
REPÚBLICA Y POR AUTORIDAD DE LA LEY, se revoca la sentencia recurrida
y se desecha la demanda. Sin costas.
C. Paz González.- J. Tobar Donoso.- Fco. Páez Romero.- L. Jaramillo
Pérez.- César Palacios Montesinos.

FIN DE LA JURISPRUDENCIA

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