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PRÁCTICA PROFESIONAL
CASO PRÁCTICO EJV “A”
María Belén Fernández, D.N.I. Nº 33.444.555, soltera, de 26 años de edad, con domicilio
real en la calle Catamarca Nº 750 de esta ciudad (CADA ALUMNO CONSIGNA SU PROPIA
CIUDAD), de profesión modelo, la visita en su estudio y le cuenta que:
El día 02-08-13, estaba frente a la computadora de su casa, con su amiga Lorena Rodríguez
y para jugar googlea su nombre. Entre los resultados de búsquedas vinculados a su nombre
apareció un sitio web dedicado al ofrecimiento de señoritas, como servicio de
acompañantes. Se podía ver la imagen de Lorena Rodríguez en ropa interior, y al clickearlas
se abría la página de Internet www.hermosasmodelos.com.ar, la cual anunciaba que la
modelo pertenecía a su staff de acompañantes.
Las fotos que aparecían publicadas en el sitio web eran producciones fotográficas que la
modelo había hecho para revistas gráficas.
El sitio web, según la información de Nic Argentina, es propiedad del Sr. Juan Cruz
Rodríguez, DNI. 24.888.777, con domicilio en Alem 875 de esta ciudad (CADA ALUMNO
CONSIGNA SU PROPIA CIUDAD).
Por razones que se desconocen, una semana después los programas de chimentos se
hicieron eco del escándalo y durante varios días, no se habló de otra cosa de que la modelo
María Belén Fernández ofrecería servicios como acompañante, de acuerdo al sitio web.
Como consecuencia de ello, y dado que las marcas no querían ver sucia su imagen y
prestigio con el escándalo, a la modelo se le comunicó que se le revocaba el contrato con la
marca Loreal, que le significaba una ganancia de $120.000 anuales. También se le
comunicó repentinamente que no sería convocada para los 3 desfiles de verano del estilista
Giordano, los cuales se le pagarían $5.000 cada uno.
CASO PRÁCTICO EJV “C”
Gimena Hernández, casada, de 35 años de edad, D.N.I. N° 25.613.437, con domicilio real en
calle Bolívar N° 430 de esta ciudad (cada alumno debe consignar su propia ciudad) lo visita
en su Estudio Jurídico a raíz de una operación inmobiliaria que ha efectuado y le realiza la
siguiente consulta:
El día 08 de mayo de 2013, vende un inmueble de su propiedad al Sr. Juan Capristo, D.N.I.
N° 24.312.678, divorciado, domiciliado realmente en Transito Cáceres 303 de esta ciudad
(cada alumno debe consignar su ciudad). El inmueble se trata de un departamento de dos
dormitorios, living, baño, cocina y balcón. La venta se pactó en la cantidad de PESOS
CUATROCIENTOS MIL ($ 400.000) pagaderos el 50 % ($ 200.000) con la firma del boleto de
cesión onerosa y el otro 50% ($ 200.000) contra la posesión del inmueble (la escritura
traslativa de dominio no se realizaría aún por tratarse de un fideicomiso de construcción
cuyo término de escrituración supera los dos años en la actualidad). Entregada la posesión
del inmueble al comprador (Juan Capristo) la vendedora (Gimena Hernández) recibió el
saldo faltante de la compra en efectivo ($ 100.000) y el resto en 4 cheques de $ 25.000
cada uno con fecha de cobro a los 30, 60, y 90 días respectivamente. Esos cartulares
pertenecían a titulares de cuenta corriente de La Pampa, Buenos Aires, La Rioja y Córdoba.
Los 4 fueron rechazados por falta de fondos disponibles en cuenta corriente y además no
fueron endosados por el comprador.
Caso N° 1:
Una vez estudiada la presente guía y en especial el punto 8 (¿Cómo realizar una efectiva búsqueda de
Jurisprudencia?) deberá:
jurisprudencia aplicable.
d) Agregar que es una nota a fallo.
Consignas cumplimentadas:
a) Búsqueda de jurisprudencia:
A fin de cumplimentar la presente consigna procedí a realizar la búsqueda del fallo "Seguros Bernardino
Rivadavia Coop. Ltda. c/ Empalme S.A. - Ordinario - Repetición", pudiendo dar con la publicación del
mismo en el sitio web del Poder Judicial de la Provincia de Córdoba (Fallos Judiciales, 2013),
del año Dos mil 13 siendo las 11.30 hrs., se reúnen en acuerdo público los integrantes de
la Excma. Cámara Séptima de Apelaciones en lo Civil y Comercial, Dres. Rubén Atilio Remigio, María
Rosa Molina de Caminal y Jorge Miguel Flores, bajo la presidencia del primero de los nombrados y en
presencia de la Secretaria autorizante a los fines de dictar Sentencia en los autos caratulados:
Vigésimo segunda Nominación en lo Civil y Comercial, en los que por Sentencia Número Doscientos
Cuarenta y cuatro de fecha Diecinueve de Julio de Dos mil once (fs. 475/491), se resolvió: "I. Rechazar
en todas sus partes la demanda interpuesta por Seguros Bernardino Rivadavia Cooperativa Limitada
en contra de Empalme S.A..- II. Imponer las costas a la actora, Seguros Bernardino Rivadavia
Cooperativa Limitada, en su calidad de vencido.- III. Regular los honorarios del apoderado de la
demandada, Dr. Carlos José Molina, en la suma de pesos dieciséis mil quinientos diecinueve con
41/100 ($16.519,41).- IV. No regular honorarios en la oportunidad al Dr. Pablo Martínez Paz, en
atención a lo dispuesto por el artículo 25 de la ley 8226.- V.Regular los honorarios de la perito
contador calígrafo oficial Sra. Florencia Bonavetti en la suma de pesos mil ochocientos ochenta y dos
con 44/100 ($1.882,44).- VI. Regular los honorarios del perito de control, Sr. Adrián Esteban
Rodríguez en la suma de pesos novecientos cuarenta y uno con 22/100 ($941,22) (arg. art. 47, ley
8226), los que son a cargo de la parte que los propuso (art. 47, ley 8226).--Protocolícese...".Previa
espera de ley, el Tribunal se planteó las siguientes cuestiones a resolver: 1) ¿Procede el recurso de
practicado el orden de emisión de los votos es el siguiente: Dres. María Rosa Molina de Caminal, Jorge
por lo que, en honor a la brevedad, a ella me remito. Contra dicha resolución interpone recurso de
apelación la parte actora a fs. 493, el que es concedido por la Magistrada a fs. 494. Venidos los autos a
esta Sede, el apoderado de la actora apelante expresa agravios a fs. 506/514, los que son contestados por
527/540.------------------------------------------------------------------------------------------------------------
1. El apelante se agravia por la conclusión de la sentenciante en orden a que no se encuentra
acreditado el hecho motivo de autos. Afirma que la sentencia adolece de falta de fundamentación lógica y
legal, y valora en forma errónea la prueba producida. Señala que el testimonio de Criado, al que la
Jurisprudencia citada es inaplicable porque en ella se identifica la víctima con el asegurado, y en los
presentes ello no ocurre, puesto que al no ser propietario del vehículo robado, no se encuentra afectado su
derecho. Destaca que el testigo Criado carece de interés en el pleito, dado que su padre ya fue
indemnizado por el robo; y que el padre del testigo (propietario del vehículo), habría cobrado el seguro si
el robo ocurría dentro del estacionamiento del hipermercado, como si ocurría en la calle. Cita
jurisprudencia. Continúa diciendo que en los presentes también declaró la esposa del asegurado quien
corroboró el hecho del robo. Afirma que se trata de un proceso con dificultad de prueba, puesto que la
demandada no provee de ticket ni control alguno a los vehículos que estacionan. Manifiesta que si existen
controles de seguridad del shopping que permitan desmentir la versión del testigo, era carga del
demandado presentarlos en el incidente de inidoneidad del testigo que jamás promovió. Destaca la
omisión de la sentencia de valorar la intimación de fs. 40 donde se proporcionan todos los detalles del
hecho objeto del juicio. Afirma que resulta innecesario requerir la presencia de otros testigos distintos a
los propuestos, ya que la existencia del hecho se ha probado a través de otros medios de prueba. Agrega
que las contundentes pruebas rendidas junto con la testimonial han acreditado acabadamente la ocurrencia
del hecho. Que las prueba son: las actuaciones sumariales número 1998/00, radicadas en la Unidad
judicial nº18, la prueba documental acompañada, los oficios Ley 22172 con los testimonios de los Sres.
Néstor A. Criado y Raquel Amalia Maturano, la informativa remitida por la Fiscalía de Instrucción
Sostiene que la sentencia incurre en excesos ya que pone en cabeza de la propia víctima la prueba acabada
sobre el efectivo estacionamiento del automóvil en el predio. En ese sentido destaca que es la demandada
quien se encontraba en mejores condiciones de probar la inexistencia del hecho, porque si contaba con un
servicio de guardia, bien podría haber intentado demostrar que no se había perpetrado el robo, o que el Sr.
Criado no había ingresado con el vehículo en las instalaciones. Que la sentencia debió aplicar la inversión
de la carga probatoria imponiéndola a quien se encuentra en mejores condiciones para hacerlo. Se queja
también por cuanto tratándose de una relación de consumo no se han respetado los principios
fundamentales de la materia.----------------------------------------------------------------------------------------
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2. Corrido traslado, a fs. 517/521 la parte demandada lo contesta denunciando el déficit técnico de
la expresión de agravios. Sin perjuicio de ello, solicita el rechazo del recurso interpuesto a mérito de las
consideraciones, concluye que corresponde hacer lugar al recurso de apelación interpuesto por la
actora.---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
4. Firme el decreto de autos, queda la causa en estado de ser resuelta.---------------------------
5. Aun sea perfectible el escrito de expresión de agravios, en el mismo se atacan de manera al
menos suficiente para abrir la competencia de este Tribunal los argumentos que sustentan el fallo de la a
quo, por lo que corresponde ingresar a su análisis. Así las cosas, no resulta atendible la objeción de
admisibilidad formulada por la demandada, puesto que la expresión de agravios contiene una crítica
generen convicción suficiente respecto de la sustracción del auto de la playa de estacionamiento del
shopping. Por ello la recurrente centra su queja en esta Sede, en la errónea valoración de la prueba
arbitraria.-----------------------------------------------------------------------------------------
6. Desde esa perspectiva, corresponde en primer término analizar si la prueba aportada al proceso
resulta suficiente a los fines de tener por acreditado el hecho que diera lugar al pago cuya repetición
persigue la actora, esto es, que el automóvil del Sr. Nestor Osvaldo Criado fue sustraído de la playa del
En esa dirección ha de verse que si bien el Sr. Néstor M.A. Criado es el único testigo ofrecido que
conoce el hecho en forma directa, su testimonio debe ser analizado de manera integral con los restantes
elementos aportados a la causa, y de conformidad a las circunstancias del caso. De tal modo, es
importante destacar que el Sr. Criado es un tercero respecto de la cuestión debatida en autos. No se trata
del testimonio de una persona que pueda ser afectada por el resultado de la presente acción, o que tenga
interés en el pleito. En efecto, se encuentra acreditado que el padre del testigo (hoy fallecido), cobró la
suma correspondiente al seguro que tenía con la actora (v. fs. 183, 193 vta. y 277), siendo indistinto a tal
fin que el robo se produjera en la vía pública o en el estacionamiento del shopping. Es decir, producido el
robo, el pago se hubiera realizado aun cuando hubiera acaecido en otro lugar. La circunstancia que el
testigo fuera hijo del titular del vehículo, y usuario del mismo al momento del robo, no le resta valor
probatorio a su declaración desde que, como señalara supra, carece de interés en la causa. Además, sus
dichos resultan concordantes con las actuaciones sumariales realizadas en la unidad judicial nº 18, la
informativa a la fiscalía (fs. 255) y las comunicaciones cursadas a Empalme S.A.(fs. 40) y Reliance (fs.
38/39 y 42/43). El art. 314 CPC habilita al Tribunal a apreciar, según las reglas de la sana crítica, las
circunstancias o motivos que corroboren o disminuyan la fuerza de las declaraciones testimoniales. Entre
las cuestiones a considerar a tal fin, está la razón de los dichos que hubiere brindado en su declaración,
entendiendo por tal "el motivo, fundamentación o explicación acerca de la forma en que conoció el hecho
sobre el que declara, en cuya virtud, según las explicaciones que brinde al respecto, el tribunal podrá de
fuerza probatoria" aunque ello no siempre es así, debiendo ponderarse si la parte perjudicada formula
queja al respecto; y debe analizarse cada declaración de manera integral y también con relación al resto
del material probatorio. (v. Vénica, Oscar Hugo, Código Procesal..., Tomo III, págs. 50/51). El Sr. Criado
declara como testigo presencial desinteresado, y el hecho de que se trate de testigo único no lo descalifica.
Comparto en el punto lo expresado por el Sr. Fiscal de Cámaras a fs. 533 vta. No se advierten razones
que descalifiquen el testimonio rendido en orden al requisito de admisión que se viene analizando,
particularmente al correlacionar la declaración de fs. 193 con las constancias de fs. 9, 20, 31, 33 y 255 de
autos.--------
7. Asimismo cabe destacar que las actuaciones en la Unidad Judicial se iniciaron inmediatamente
después del momento en que habría sucedido el hecho (v. fs. 31 y 255); y que con posterioridad se intimó
a la demandada por el daño sufrido, quien informó el número de póliza correspondiente al seguro
contratado con la Cia. Reliance National, a los fines que el reclamo se realizara ante dicha compañía,
quien requirió la documentación pertinente para analizar el reclamo (fs. 43). Por otra parte, el hecho que
no se acompañara en autos el boleto de cine, no le quita credibilidad a las otras pruebas mencionadas,
desde que es común que la gente no guarde esos boletos, con lo cual resulta lógico que tampoco le haya
sido entregado a la Compañía de Seguros. Contar con tal comprobante pudo resultar útil, mas su ausencia
no necesariamente significa que sean falsas las circunstancias en que Criado indica se hubo cometido la
sustracción.---------------
8. Frente a estos elementos, y ante la imposibilidad de la accionante de acreditar en forma directa
el hecho del estacionamiento y la posterior sustracción del vehículo, cobra relevancia la conducta asumida
por la demandada, puesto que era quien tenía más posibilidades de acompañar otras pruebas a la causa. En
ese sentido asiste razón al apelante cuando sostiene que la sentencia debió aplicar la inversión de la carga
probatoria imponiéndola a quien se encontraba en mejores condiciones para hacerlo. En efecto, es la firma
demandada quien tiene acceso al registro del personal que se encontraba afectado a la guardia y vigilancia
del estacionamiento, de modo que podía conocer quienes se encontraban en el lugar el día y hora
señalado en la demanda a fin de ofrecerlos como testigos. De igual manera, de algún registro de
novedades o de las cuestiones suscitadas ese día, ya del centro comercial o de la empresa de seguridad,
sea cual fuere el formato utilizado y de contar con ello, podía surgir si alguien denunció la sustracción o
llamó a la policía, cuestiones que resultan útiles para la dilucidación del caso. De no contar con tales
asientos, pudo la demandada mencionarlo, ya que en la práctica es corriente que se cuente con ese tipo de
registros. De todos modos, no es ese punto el que justifica la decisión que se adopta, solo se menciona
como una posibilidad más. Conforme la teoría de las cargas dinámicas de la prueba era la demandada la
que se encontraba en mejores condiciones de aportar otros elementos probatorios a la causa. Por el tenor
de los hechos controvertidos, correspondía a la demandada efectuar el esfuerzo probatorio que fuere
9. La omisión de entregar tickets a los fines de controlar el ingreso y egreso de los vehículos, o de
contar con filmaciones de cámaras de seguridad, son cuestiones que competen exclusivamente al centro
comercial, y ajenas a quienes concurren al mismo, no pudiendo perjudicar -por falta de prueba- al
consumidor o usuario de la plaza o a quien se subrogue en los derechos del mismo. El estacionamiento en
consumo en el centro comercial. La Ley de Defensa del Consumidor es aplicable en la especie, a tenor de
lo dispuesto en su art. 1°, ya que la actividad que desarrolla la firma demandada se encuentra dentro de las
alcanzadas por la norma, siendo el Sr. Criado el consumidor y la demandada el proveedor o prestatario del
servicio, enmarcado en una relación de consumo. Por ende son totalmente aplicables a la causa los
principios tuitivos de los consumidores establecidos en tal ley y la interpretación de los hechos y el
derecho se debe hacer a la luz de tales principios. Ello justifica, asimismo, la inversión de la carga
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10. Determinada la existencia del hecho ilícito, corresponde establecer la responsabilidad que la
actora le atribuye a Empalme S.A. por el mismo. El fundamento de la responsabilidad de los proveedores
por los siniestros que ocurren en las playas de estacionamiento de su propiedad radica en que la misma
coadyuva o propicia la existencia de relaciones de consumo, en beneficio del proveedor, lo que justifica
tal atribución de responsabilidad. El estacionamiento, para generar responsabilidad, debe ser parte de los
servicios que presta el centro comercial y, en tal caso, no se brinda en forma desinteresada, ya que el
hecho de contar con un cómodo estacionamiento implica la posibilidad de obtener mayor cantidad de
clientes, lo que conlleva una mayor obligación de seguridad, y es el incumplimiento de esa obligación lo
que genera la responsabilidad que se atribuye a la demandada. Para concluir la existencia de
responsabilidad es necesario que la playa opere como estacionamiento particular, en primer término, y
que lo haga para quienes concurren al centro comercial, todo lo cual se verifica en el
caso.----------------------------------------------------------
Conforme lo ha sostenido la jurisprudencia, las playas de estacionamiento de los hipermercados o
centros comerciales implican el ofrecimiento de un servicio extra que sin lugar a dudas tiene como
contrapartida algún beneficio adicional para empresas que, como la aquí demandada, ofrecen bienes o
servicios a potenciales consumidores. Por ello, parece razonable concluir, a la luz del principio de la
buena fe que impone el art. 1198 , párrafo 1 , Código Civil, que aquéllas asumen un deber de custodia y
deben responder por los daños que se produzcan a los vehículos allí estacionados o a los bienes que
"Hernández, Heber P. v. Carrefour Argentina S.A Ver Texto ", LL 1999-B-56;; Cámara de Apelaciones en
lo Civil y Comercial de San Isidro, sala 1a, 11/4/2000, "Columbia S.A de Seguros v. Unimarc y/o
Hipermarc S.A y otro " , LLBA 2001-165, con nota de Daniel E. Moeremans; JA 2000-III-62; entre
varios). No obsta a esta conclusión que el estacionamiento en cuestión constituya una existencia legal,
porque ello no elimina el carácter de facilitador de relaciones de consumo útiles a los fines comerciales de
la demandada.-----------------------------------------------------------------------------------
Así entonces, el análisis conjunto de las pruebas aportadas por la actora, y de la conducta asumida
por la demandada, llevan a concluir que el día 16 de junio de 2000, fue sustraído el vehículo Pick up Ford
F100, de propiedad del Sr. Néstor Osvaldo Criado de la playa de estacionamiento del centro comercial
derechos y acciones correspondientes al Sr. Nestor O Criado, sobre el vehículo dominio BMX 942. De
ahí, encontrándose acreditado que el robo que motivó el pago por parte de la actora, se produjo en la playa
misma a tenor del deber de seguridad que pesaba sobre ella; pues dicho deber se traduce en la obligación
de desplegar una conducta determinada para mantener la indemnidad de la persona y de los bienes de
19.500) al titular registral, derivado de la sustracción del vehículo, conforme constancias de fs. 37,
validada por pericial caligráfica oficial de fs. 150/159 y reconocida por la testigo Raquel Amalia
Maturano, quien declara a fs. 193 vta. que se abonaron $ 19.424. La pericial contable de autos demuestra
que el seguro existió y que el siniestro figura como pagado en la contabilidad de la aseguradora (respecto
de la cual el perito había señalado que lleva sus libros de manera extrínseca en legal forma), conforme
folio 387 de Planillas de Egresos correspondientes al período 1/8/00 al 31/8/00, por un importe total de $
19.500 ($ 19.424 abonado mediante cheque y $ 76 como gasto- v. fs. 314/5). La relación entre el monto
abonado y el valor del vehículo surge de las constancias de fs. 15 y 18 (ambas le reconocen valor superior
consecuencia del incumplimiento del deber de seguridad que pesaba sobre la misma, y acreditado que la
actora realizó el pago cuya repetición persigue (v. fs.37) y que el importe abonado no luce
desproporcionado (en más) con relación al valor del vehículo sustraído, corresponde hacer lugar al
recurso de apelación deducido por la actora y revocar la sentencia en todo cuanto decide, disponiendo el
condenar a esta última a abonar a la actora en el término de diez días la suma reclamada de pesos
diecinueve mil quinientos, con más los intereses que se calcularán a la tasa pasiva promedio mensual que
publica el BCRA con más el 2% nominal mensual, de la fecha del pago a Criado (11/8/00) y hasta su
del Dr. Carlos José Molina, debiendo efectuarse una nueva estimación, y regular los honorarios del Dr.
Adhiero a los fundamentos vertidos por la Sra. Vocal preopinante, votando en consecuencia en
idéntico sentido.-----------------------------------------------------------------------------------------------
Adhiero a los fundamentos vertidos por la Sra. Vocal Dra. María Rosa Molina de Caminal,
Coop. Ltda., y en consecuencia revocar la sentencia apelada en todo cuanto decide -a excepción de la
regulación de honorarios de los peritos intervinientes, que se mantienen- disponiendo hacer lugar a la
demanda entablada y condenar a Empalme S.A. a abonar a la actora en el término de diez días la
suma reclamada de Pesos Diecinueve mil quinientos ($ 19.500), con más los intereses que se
calcularán conforme lo dispuesto al tratar la primera cuestión, dejándose sin efecto la regulación de
honorarios practicada en la anterior instancia a favor del Dr. Carlos José Molina, debiendo efectuarse
-----------------------------------------------
2. Imponer las costas en ambas instancias a la demandada (art. 130 CPC). Estimar los honorarios
por las labores en esta Sede de los Dres. Pablo Martínez Paz y María Cecilia Di Giusto en conjunto y
proporción de ley en el 38% del punto medio del art. 36 de la ley 9459, y los del Dr. Carlos José Molina
en el 33% del punto mínimo de la misma escala y normativa, sin perjuicio del mínimo legal, en su caso
Adhiero a la solución que propone la Sra. Vocal preopinante, votando en consecuencia en idéntico
sentido.---------------------------------------------------------------------------------------------
Adhiero a la solución que propone la Sra. Vocal Dra. María Rosa Molina de Caminal, votando en
SE RESUELVE: ------------------------------------------------------------------------------------------------
1. Hacer lugar al recurso de apelación deducido por la actora Seguros Bernardino Rivadavia
Coop. Ltda., y en consecuencia revocar la sentencia apelada en todo cuanto decide -a excepción de la
regulación de honorarios de los peritos intervinientes, que se mantienen- disponiendo hacer lugar a la
demanda entablada y condenar a Empalme S.A. a abonar a la actora en el término de diez días la
suma reclamada de Pesos Diecinueve mil quinientos ($ 19.500), con más los intereses que se
calcularán conforme lo dispuesto al tratar la primera cuestión, dejándose sin efecto la regulación de
honorarios practicada en la anterior instancia a favor del Dr. Carlos José Molina, debiendo efectuarse
--------------------------------------------
2. Imponer las costas en ambas instancias a la demandada (art. 130 CPC). Estimar los honorarios
por las labores en esta Sede de los Dres. Pablo Martinez Paz y María Cecilia Di Giusto en conjunto y
proporción de ley en el 38% del punto medio del art. 36 de la ley 9459, y los del Dr. Carlos José Molina
en el 33% del punto mínimo de la misma escala y normativa, sin perjuicio del mínimo legal, en su caso
Vocales.--------------------------------------------------------------------------------------------------
Seguros Bernardino Rivadavia Cooperativa Limitada demanda a Empalme S.A., propietaria del Córdoba
Shopping Center, reclamándole una indemnización a raíz del robo de una camioneta que sufriera un
Córdoba a partir de haber interpuesto la actora recurso de apelación contra el decisorio dictado por el
Juzgado de Primera Instancia y Vigésimo Segunda Nominación en lo Civil y Comercial, por el cual
resultaba vencida, expresando agravios. En el pleito la traba de la litis se produce en primer término en
responsabilidad de Empalme S.A. velar por la seguridad y custodia de los bienes de los clientes alojados
100 dominio BMX-942 propiedad de Néstor Osvaldo Criado, quien oportunamente cobró la póliza, y al
momento de la sustracción, su hijo, Néstor M.A. Criado, había concurrido al cine del Córdoba Shopping
Center para lo cual previamente estaciono el vehículo en el estacionamiento. Fijada la litis, la demandada
aduce que el hecho de que Criado no haya conservado la entrada al cine es un indicador que al momento
lugar agregando que existe un déficit técnico respecto a la contestación de agravios, por su parte la actora
sostiene que el estacionamiento no cuenta con sistemas de seguridad ni de emisión de tickets a los
vehículos que allí ingresan, por lo cual corresponde a Empalme S.A. demostrar que el hecho no sucedió,
debiendo invertirse la carga de la prueba, por encontrarse en mejores condiciones para hacerlo. Asimismo
Seguros Rivadavia aduce que la sentencia de la a quo incurre en excesos dado que, entre otros, pone en
cabeza de la propia víctima probar el efectivo estacionamiento, y además valoró erróneamente la prueba
producida. Por su parte, el Tribunal, luego de realizar un pormenorizado análisis de los hechos y el
derecho aplicable, resuelve por unanimidad, hacer lugar al recurso interpuesto por la actora, dando por
acreditados los hechos y por consiguiente revocar la sentencia de primera instancia, condenando a
Empalme S.A. a abonar la suma de Pesos Diecinueve Mil Quinientos ($19.500) más intereses a Seguros
Bernardino Rivadavia Cooperativa Limitada y las costas del juicio en ambas instancias. Tal decisión se
basa en la aplicación de la Ley 24.240 (Ley de Defensa del Consumidor), indicando que en la especie se
configura una relación de consumo, a la cual resulta de aplicación el principio de buena fe en los contratos
que establece el artículo 1198 en su párrafo 1 del Código Civil. Asimismo cita numerosa jurisprudencia de
interpretación sobre la valoración de los elementos probatorios obrantes en autos, otorgando credibilidad
al testimonio de la víctima. Entiendo que el Tribunal de Alzada decide en tal sentido toda vez que la
demandada se sirve de un espacio físico destinado al estacionamiento de los vehículos de clientes que allí
concurren a fin de consumir bienes o servicios ofrecidos en su centro comercial, lo cual configura una
desentenderse de los bienes dejados allí a resguardo por los clientes. El estacionamiento es un servicio y
vehículo en ese lugar y en tiempo determinado, corresponde a Empalme S.A. por no contar con medidas
de seguridad, entre otras, de un sistema de emisión de tickets a los rodados ingresantes y de un circuito
cerrado de cámaras de video seguridad. En cuanto a la valoración del decisorio, coincido plenamente con
éste, ya que tal como lo indica el Tribunal, se acredita fehacientemente la existencia de una relación de
consumo en los términos de la Ley 24.240, el hecho de que un establecimiento comercial ofrezca y
facilite a sus potenciales clientes un espacio destinado a guardar sus vehículos para facilitar su visita al
lugar, es a los fines de perseguir un beneficio económico, aumentar el caudal de público y por
consiguiente incrementar sus beneficios económicos, siendo menester adoptar y disponer de medidas de
seguridad tendientes a la custodia de los bienes allí resguardados, no pudiendo desconocer el comercio
que tal espacio se encuentra sujeto a su guarda y administración, no pudiendo auto eximirse de
pensamiento, la jurisprudencia en general ha venido considerando que en estos supuestos se configura una
relación de índole contractual atípica, pues si bien, por sus características, ella podría asimilarse al
depósito gratuito, el ánimo de lucro del titular del establecimiento exorbita ese encuadramiento, por lo que
resulta más adecuado encuadrarlo entonces como un contrato innominado (cfr. doc. arts. 1143 y 1197,
CCiv.; C. Nac. Com., esta sala C, en “Omega Cooperativa de Seguros Limitada v. Carrefour Argentina SA
de marketing para captar mayor clientela y estimular el consumo, lo cual coloca a quien así procede en la
obligación de proporcionar esa prestación accesoria en forma segura y eficiente (cfr. esta C. Nac. Com.,
sala A, en “La Segunda Coop. Ltda.. de Seguros Generales v. Cia. Americana de Supermercados SA
s/ordinario” , del 4/12/2007; esta sala C, en “Caja de Seguros SA v. Cadesa SA y otro s/ordinario” , del
19/10/2001; íd, sala E, “Inca SA Compañía de Seguros v. Carrefour Argentina SA s/ordinario” , del
28/10/1991).
También se ha afirmado que se genera en el cliente o consumidor la confianza de que su vehículo
ingresará y egresará del centro comercial libre de daños, ya que la empresa arbitrará los medios de
seguridad idóneos para evitar contingencias" (Moeremans, Daniel "Responsabilidad de los supermercados
por daños producidos a sus clientes derivados de hurto o robo o daños a los vehículos estacionados en las
playas de estacionamiento "La Ley Buenos Aires, marzo 2001, pág. 165 y sgtes.).
primer término que es un fallo judicial. “Un fallo es el apartado final de una sentencia en la que el juez
resuelve, de manera fundada, el objeto del pleito planteado y especifica la decisión tomada y las
consecuencias de la misma para las partes litigantes” (Consumoteca, 2009), es decir, el fallo por sí
constituye una norma jurídica con sustento en la interpretación de otra u otras normas jurídicas de alcance
general. A partir de allí, y desde distintos puntos de vista y con distintos alcances se puede realizar una
nota a fallo, mediante la cual desde lo académico y sustrayéndose del punto de vista de las partes, se
pueden formular reglas de derecho que coincidan o no con las utilizadas por el Juzgador al momento de
crear la norma jurídica (Sánchez, 2012). Quien realiza la nota a fallo lo hará desde su enfoque subjetivo
pero aportando la propia formación y mirada académica en torno a las cuestiones de derecho que le
Citas bibliográficas
Sánchez, P. J. (2012). Nota a fallo. Fuero de atracción de créditos laborales. Recuperado el 25 de Marzo
de 2013, de Estudio Jurídico Sanz Navamuel & Asoc.: http://www.sanz-
navamuel.com.ar/download/jurisprudencia%20leyes%20y%20doctrinas/DOCTRINA
%20NACIONAL/comentarios%20al%20fallo%20de%20tucuman.pdf
Caso N° 2:
El Señor Pedro Gilabert, de profesión abogado y titular de la empresa Weapons & Guns, dedicado a la
por dos delincuentes menores de edad; uno de ellos lo amenazó con una réplica de pistola calibre 45
mientras que el otro individuo con una navaja de 25 centímetros. Uno de ellos lo inmoviliza y le exige la
casa de un vecino y mientras lo hace, extrae de su cintura un revolver Mágnum calibre 357 y efectúa
varios disparos en dirección hacia sus atacantes que lo venían persiguiendo, logrando impactar uno de sus
disparos en la cabeza de uno de ellos causándole la muerte instantánea. El otro alcanza a huir.
PREGUNTAS:
1) ¿Qué es la legítima defensa? Conceptualice este instituto del derecho penal y explique brevemente
caso entonces?
4) ¿Es relevante para la justicia penal el hecho de que el Dr. Gilabert sea conocedor de armas y que
no haya advertido al momento del ataque que el arma del atacante se trataba de una réplica de la pistola
imputación de homicidio simple por parte del fiscal que investiga el hecho?
realidad social la explicación veraz de los hechos sociales usando la observación y experimentación
zan en el marco de una metodología cuantitativa; mientras que las entrevistas, la observación, la narrativa
y el análisis del discurso, son utilizados en estrategias cualitativas. En este trabajo se utilizaron ambos
métodos ya que:
Realice una lectura minuciosa del caso planteado, mediante un análisis crítico y reflexivo.
Compare el contenido temático con opiniones doctrinarias, jurisprudencia y fallos.
Recopile información existente llevando a cabo un análisis de contenido de documentos y textos
de distintos autores.
Construí el marco teórico enfocándome primordialmente en nuestro Código Penal.
Procure efectuar un razonamiento con criterio lógico jurídico a través de todo lo recopilado para la
Consignas cumplimentadas:
1) ¿Qué es la legítima defensa? Conceptualice este instituto del derecho penal y explique
ilegítima de éste último, no provocada por el atacado, siempre que en la defensa opuesta a la agresión se
empleen medios proporcionales para impedirla o repelerla, con la intención de defender los bienes o la
defender o defenderse, resulta una defensa necesaria para apartar de uno mismo o de otro una agresión
suficientemente la agresión. La provocación suficiente será siempre una conducta anterior a la agresión,
desvalorada por el derecho, en tal forma que haga cesar el principio fundamentador de la legítima
defensa. Es verdad que nadie está obligado a soportar lo injusto, pero ello será siempre a condición de que
aquél que obrare en defensa propia o de sus derechos, siempre y cuando mediaren las siguientes
circunstancias a saber:
a) Agresión ilegítima: es el ataque dirigido contra personas o cosas, que puede consistir en hechos,
palabras o advertencias de repetir un daño ya comenzado. La conducta desplegada por el que agrede debe
ser generadora de un peligro de daño o menoscabo del bien que se trata de proteger, aunque no llegue a su
consumación. Sólo una agresión antijurídica de una persona a los bienes de otra, posibilitan la legítima
defensa, la cual está excluida cuando la agresión se mantiene dentro del riesgo permitido; esto equivale a
una agresión sin derecho que el agredido no está obligado a soportar, llevándolo a una defensa necesaria.
b) Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla: la defensa entablada por el
agredido debe ser racional y proporcional a la recibida, a consecuencia de encontrarse en una situación de
peligro concreto para su persona o sus derechos, sólo así será autorizada por la ley, sino estaríamos
hablando de una defensa irracional. El medio defensivo hace referencia a la conducta desplegada en su
c) Falta de provocación suficiente por parte del que se defiende: el agredido no debe haber provocado o
motivado suficiente y conscientemente la agresión recibida. Provoca tanto el que incita maliciosamente
para disimular, bajo pretexto de defensa, la criminalidad de su conducta, como también el que se coloca
en situación de agredido.
2) En el caso planteado: ¿Estamos ante un caso de legítima defensa de parte del agredido?
está frente a un caso que enmarca en dicha figura de parte del agredido, por las consideraciones que
fundamentaré a continuación. En primer lugar, el Sr. Pedro Gilabert se vio inmerso en una situación que él
no generó, al descender de su automóvil y ser abordado por dos delincuentes con fines de robo, quienes
además lo habían amenazado uno con un arma blanca y otro con una réplica de arma de fuego, por lo que
estaba amenazada su propiedad y su integridad física. Hasta aquí se encuentran cumplimentados dos
presupuestos de la legítima defensa, es decir, la falta de provocación por parte de quien se defiende y la
racional del medio empleado para impedirla o repelerla, creo que es menester analizar la cuestión en torno
a la réplica del arma de fuego portada por uno de los asaltantes. Al resultar el Sr. Gilabert un comerciante
dedicado a la venta de armamento es de suponer que tendría mayor facilidad en diferenciar una réplica de
arma de fuego de la que no lo es, por tanto debería determinarse el grado de autenticidad de la réplica para
causar error en la víctima con su sólo examen visual; no obstante ello para determinar fehacientemente
que se trata de una réplica la misma debe ser como mínimo manipulada y sino peritada para determinar
que no es apta para el disparo, situación que no se dio en el caso por lo que entiendo que el Sr. Gilabert
fue coaccionado y preso de un temor fundado que lo llevo a escaparse al temer por su vida.
Posteriormente es perseguido por los delincuentes, lo cual lo lleva a efectuar disparos con el arma que
portaba en dirección a éstos, a fin de hacer cesar el peligro que corría, toda vez que de no haber sido
perseguido por delincuentes armados Gilbert no habría efectuado los disparos. Considerando que a su
juicio el arma de los delincuentes era idónea para el disparo, el medio defensivo utilizado por la víctima
ha sido proporcional al empleado por los delincuentes. Además el Sr. Gilabert disparó en dirección a sus
atacantes y no surge que haya apuntado, es decir no tuvo intención directa de matar sino de hacer cesar la
3) En caso de haber sido negativa su respuesta en el punto anterior: ¿en que figura encuadraría el
caso entonces?
La respuesta del punto anterior ha sido positiva.
4) ¿Es relevante para la justicia penal el hecho de que el Dr. Gilabert sea conocedor de armas y que
no haya advertido al momento del ataque que el arma del atacante se trataba de una réplica de la
armas y que no haya advertido al momento del ataque que el arma del atacante se trataba de una réplica,
estará dado por el grado de autenticidad y perfección de la réplica, este grado será directamente
proporcional al grado del engaño producido en la víctima. No se puede desconocer que por su actividad
tienen un conocimiento de las armas ampliamente superior que a la media de los ciudadanos que no
desarrollan tal actividad, pero no deja de ser un atenuante que su único contacto con la réplica fue en
forma visual, por tanto habrá que determinarse si en base a sus conocimiento pudo haber determinado que
la misma era una réplica con sólo practicar un examen visual y en un marco que lejos de ser distendido le
generaba temor, tensión y se encontraba en peligro su integridad física. Creo que en el único caso que esta
situación será relevante para la justicia penal es sólo si la réplica es determinable como tal de forma
evidente con sólo examinarla visualmente. El delincuente que amenaza a su víctima con una réplica de
demostrar que su arma no es apta para el disparo, caso contrario utilizaría otro medio. De demostrarse que
pudo haber determinado que el arma era de utilería podría aplicarle el exceso en la legítima defensa.
5) Si usted fuera el abogado defensor del Dr. Gilabert: ¿qué esgrimiría en su defensa ante la posible
imputación de homicidio simple por parte del fiscal que investiga el hecho?
Como abogado defensor del Dr. Gilabert esgrimiría en su defensa en primer término que su accionar
encuentra sustento en el Artículo 34 del Código Penal inciso 6, pudiendo ampliarse a los incisos 2 y 3,
ello ya que el Dr. Gilabert una vez que se escapó de los delincuentes, al notar que era perseguido por
éstos, si era recapturado el desenlace podría haber sido su muerte, entendida como el mal grave e
inminente que se le avecinaba de producirse tal situación. Se encontraba en peligro el bien más preciado
por el mundo jurídico, la vida del Sr. Gilabert, quien actuó en modo proporcional a fin de preservarla,
frente a quienes lo habían agredido injustamente, y portaban el mismo elemento ofensivo/defensivo que
mi cliente, quien no tuvo oportunidad alguna de determinar si el arma de los delincuentes era o no apta
para el disparo. Por otro lado, el Dr. Gilabert no tuvo intención de causar la muerte a un delincuente sino
por el contrario, hacer cesar la situación que éstos habían generado, y que desistan de la persecución, por
lo que efectuó disparos en dirección a ellos con ese sólo objetivo. Cabe destacar que el Sr. Gilabert no era
perseguido por simples menores indefensos sino por dos personas que portaban, a su juicio y convicción,
un arma de fuego apta para el disparo, y de quienes instantes antes se había escapado, actuando como
actuó para preservar su vida, que además estaban a sus espaldas encontrándose en un estado absoluto de
indefensión. Gilabert creyó que se daban los presupuestos de una causal de justificación, es el caso de la
defensa necesaria putativa. Puede concluirse que se representó una agresión real que fue repelida a su
juicio de manera proporcional. “Esto se configura incluso cuando la agresión frente a la cual pensó estar
el imputado no era tal porque actuó en el convencimiento erróneo de que el elemento que esgrimía el
joven efectivamente era una pistola, con el peligro que ello implicaba para él y los demás que se
encontraban en el transporte público y precisamente fue esa circunstancia la que condicionó el medio
Bibliografía
Zaffaroni, E. R. (1981). Tratado de Derecho Penal Parte General (Vol. III). Buenos Aires: Ediar.
Código Penal Argentino
Caso N° 3:
El Sr. Benito Fernández concurre a la agencia de autos exclusivos perteneciente a MCARS S.A. a
comprar un vehículo de alta gama, optando en el caso particular por la adquisición de un BMW 530 i
y por el saldo pendiente de la operación entrega en efectivo U$S 50.000 completando de esta manera el
comprador que era imposible cumplir con dicho plazo en razón de que el camión que traía el automotor
de referencia había sufrido un asalto camino a la concesionaria y como fruto de esta situación su vehículo
habría desaparecido.
- Las partes en buenos términos llegan al siguiente acuerdo: MCARS S.A. le entrega al comprador
otro vehículo de alta gama, una camioneta Cayenne Porche usada modelo 2012 con tan solo 1.800 km.; y
levantaba mucha temperatura, razón por la cual es remolcado por un auxilio hasta la concesionaria
autorizada de la marca ubicada en dicha ciudad. Revisado el vehículo mencionado los mecánicos
PREGUNTAS:
1- ¿Qué clase de contrato se ha celebrado entre la concesionaria y el Sr. Fernández? Fundamente su
respuesta.
2- ¿Existe o no un supuesto de novación de obligaciones? Explique brevemente en qué consiste la
realidad social la explicación veraz de los hechos sociales usando la observación y experimentación
zan en el marco de una metodología cuantitativa; mientras que las entrevistas, la observación, la narrativa
y el análisis del discurso, son utilizados en estrategias cualitativas. En este trabajo se utilizaron ambos
métodos ya que:
Realice una lectura minuciosa del caso planteado, mediante un análisis crítico y reflexivo.
de distintos autores.
Procure efectuar un razonamiento con criterio lógico jurídico a través de todo lo recopilado para la
Consignas cumplimentadas:
1- ¿Qué clase de contrato se ha celebrado entre la concesionaria y el Sr. Fernández? Fundamente su
respuesta.
En el caso se ha celebrado un contrato de compra, sin perjuicio de haberse realizado una dación en pago,
en este caso de una Coupe Mazda valuada en U$S 25.000, y el saldo pagadero en efectivo por un valor de
U$S 50.000. Resulta de aplicación específica lo normado por el Artículo 1323 del Código Civil
Argentino: “Habrá compra y venta cuando una de las partes se obligue a transferir a la otra la propiedad
de una cosa, y ésta se obligue a recibirla y a pagar por ella un precio cierto en dinero”. Asimismo y
respecto a la dación en pago, el Artículo 1325 del citado cuerpo normativo establece: “Cuando las cosas
se entregan en pago de lo que se debe, el acto tendrá los mismos efectos que la compra y venta”. Por
último y respecto al pago el Artículo 781 reza: “Si se determinase el precio por el cual el acreedor recibe
la cosa en pago, sus relaciones con el deudor serán juzgadas por las reglas del contrato de compra-venta”,
correspondientes.
Efectivamente existe un supuesto de novación de obligaciones. La novación es uno de los modos de
de una relación jurídica y la voluntad inequívoca de las partes para dar por terminada la misma y
sustituirla por una nueva obligación. Se halla regulada desde el Artículo 801 al 817 del Código Civil. Es
procedente en este caso ya que existe una obligación anterior que le sirve de causa, y que no se hallaba
extinguida al día en que la nueva fue contraída. Artículo 802: “La novación supone una obligación
anterior que le sirve de causa. Si la obligación anterior fuese nula, o se hallaba ya extinguida el día que la
posterior fue contraída, no habrá novación.” Por otro lado el Artículo 803 establece: “La novación
extingue la obligación principal con sus accesorios, y las obligaciones accesorias…”. También resulta de
aplicación lo normado por el Artículo 812 cuyo texto dice: “La novación no se presume. Es preciso que la
voluntad de las partes se manifieste claramente en la nueva convención, o que la existencia de la anterior
obligación sea incompatible con la nueva…”, ya que surge del caso que las partes han celebrado un nuevo
3- Explique qué son los vicios redhibitorios y si se dan los presupuestos en este caso.
Los vicios redhibitorios son los defectos ocultos de la cosa adquirida a título oneroso, existentes al
momento de la adquisición, que la hacen impropia para su destino y de haber sido conocidos por el
adquirente no hubiera formalizado el negocio o hubiera dado menos por ella (Art. 2164 Código Civil).
Esta garantía por vicios redhibitorios es un elemento natural del negocio jurídico contractual oneroso
(Artículos 2164 y 2165 C.C.) es decir que si las partes no dicen nada igual opera, en cambio pueden
acordar en contrario. Esta garantía se ejerce entre las partes del contrato, sus sucesores y los sucesores
particulares del adquirente. El comprador tiene la acción redhibitoria y la acción quanti minoris. Para que
opere la garantía por vicios redhibitorios deben darse los siguientes requisitos: el vicio o defecto debe ser
grave: es decir no puede tratarse de algo insignificante; el vicio debe estar oculto, no puede advertirse a
pesar de su revisión prudente y diligente; el vicio debe ser anterior a la enajenación de la cosa en cuestión.
En este caso se dan los presupuestos, ya que, en primer lugar la cosa fue adquirida a título oneroso, y el
adquirente, en principio, no conocía los defectos ocultos. Por otro lado al ser un elemento natural del
negocio jurídico, se encuentra ínsito en el mismo, y en este caso las partes nada han pactado en contrario.
De todas formas correrá por cuenta del adquirente probar que el vicio existía al tiempo de la adquisición,
4- Como juez de la causa, de qué manera resolvería el presente caso (utilice el modelo de sentencia
Los autos caratulados “BENITO FERNANDEZ c/ MCARS S.A. s/ VICIOS REDHIBITORIOS - Expte
N° 156/2013”, de los que resulta que a fs. 6, comparece el Dr. MARCELO ALVAREZ en nombre y
representación de BENITO FERNANDEZ según poder general para pleitos que debidamente
cobro de la suma de Dólares Cincuenta Mil (U$S 50.000) con más sus intereses legales y costas y la
restitución de las cosas objeto de las prestaciones debidas.- Manifiesta el compareciente que la acreencia
reclamada proviene de los vicios y defectos ocultos presentes en la camioneta marca Cayenne Porsche,
más daños y perjuicios derivados de tal situación, producto del contrato celebrado entre partes, que en
original acompaña para reservar en Secretaría y fotocopia auténtica para agregar en autos (fs. 4/8), razón
por la cual el accionante interpone formal demanda fundándose en los términos del art. 2176 del C.C.
Y CONSIDERANDO:
1-) Que la acción se funda en los supuestos de incumplimiento contractual por detectarse en la
cosa vendida vicios ocultos, y el comprador tiene la acción redhibitoria para dejar sin efecto el contrato,
volviendo la cosa al vendedor, restituyéndole éste el precio pagado, o la acción para que se baje del precio
sostenible la versión de que recién los conoció al realizar un viaje a la ciudad de Rosario, a 20 días de
haberle sido entregada la camioneta, ya que de acuerdo al informe del perito glosado a fojas 68, sólo
luego de trabajar el motor durante cierta cantidad de tiempo y a determinada velocidad en un viaje de
larga distancia, surgieron las fallas, situación que no se habría producido durante el uso normal dentro de
la ciudad.-
3-) Para que den lugar los vicios a las acciones respectivas, el defecto debe reunir los siguientes
caracteres: a) ser oculto, b) ser grave, c) tener existencia al tiempo de la adquisición, extremos que se
intermedio del Dr. SERGIO MEDINA, según poder general para pleitos que acompaña a fojas 15,
Cayenne Porsche en perfectas condiciones de uso y funcionamiento, y que en todo caso la falla mecánica
detonada luego debió haber sido por la mala utilización de la misma, denotando un obrar carente de
cuidado y previsión.-
5-) De la prueba documental producida por el actor, surge a fojas 42 que habiéndosele requerido
entregada al actor, da cuenta que en el mes de Diciembre del año 2012 se le efectuaron reparaciones al
estrechamente asociada a la buena fe negocial, la que exige cada vez más compromiso de veracidad y no
reticencia en la información sobre la cosa vendida. La exigencia será acorde con las circunstancias,
siempre teniendo en cuenta que no son vicios menores o intrascendentes los que ampara esta garantía
(vicios redhibitorios), y los que exceden deben ser informados al comprador" (Gregorini Clusellas,
Eduardo L., en "El resarcimiento por vicios redhibitorios y el daño moral", LA LEY, 2007-A, 192-193).-
7-) De las circunstancias antes expuestas amerita conceder una reparación del daño moral.
Demuestra además que el vendedor conocía o debía conocer, por su profesionalidad, los defectos que iban
a aparecer con prontitud, lo que es mala fe a los efectos de ampliar la indemnización del art. 2176,
(art.1198, C.Civil), que rige la conducta de las partes de un acto jurídico en el momento anterior, coetáneo
y posterior a su celebración. Esta violación engendra la obligación de resarcir el daño causado conforme a
los principios de la responsabilidad contractual. Y ello torna aplicable el último apartado del art. 2176
C.C., ya que sería injusto dejar de indemnizar al adquirente este perjuicio sufrido por la mala fe del
enajenante.-
9-) Atento al resultado arribado, las costas se imponen a la demandada (art. 130 CPC) debiendo
regularse los honorarios del Dr. MARCELO ALVAREZ, en vista de los arts. 25, 25 bis, 34, 36 y 78 de la
Ley 8226.- Por todo ello, normas citadas y lo dispuesto por el art. 517 y ss. del CPC,
RESUELVO:
1º) Hacer lugar a la demanda, condenando a la firma MCARS S.A. a abonar la suma de DOLARES
CUARENTA Y CINCO MIL (U$S 45.000) a fin de restituir lo abonado por el Sr. BENITO
FERNANDEZ, con más daños y perjuicios, como así también se le deberá restituir el automóvil particular
marca Mazda Coupé dominio FJW-232.- 2) Costas a cargo de la parte demandada a cuyo fin se regulan
los honorarios del Dr. MARCELO ALVAREZ en la suma de Pesos OCHO MIL ($ 8.000).- Protocolícese,
Caso N° 4:
Luis Medina, de 62 años de edad, argentino, casado, empleado de seguridad, concurre a su estudio y
plantea la siguiente situación: que en un momento crítico de su vida, donde la situación económica
pesaba, él y su esposa irrumpieron de modo oculto una vivienda deshabitada. Que desde aquel día se
encuentran viviendo en ella, y que por más de 25 años no habían sido molestados ni intimados por tal
situación, pero que en la última semana habían recibido una demanda donde se reivindicaba el inmueble.
La demanda que reivindicaba el inmueble estaba iniciada por el Sr. Murua, un supuesto heredero forzoso
con calidad de hijo; siendo obtenida esta, en sentencia judicial. Que al momento de la filiación judicial su
ha sido reconocido como hijo por sentencia judicial, y que el causante había fallecido al momento de la
desde hace 23 años. 3) que hace más de un año el Sr. Medina ha realizado una cesión onerosa de derechos
diferenciación entre POSESIÓN y DOMINIO. Recuerde que el caso puede tener varios finales de
sentencia. Cada una de las situaciones planteadas tienen estrictamente un encuadramiento legal.
PREGUNTAS:
a) Indique con encuadre normativo los derechos del Sr. Murua (actora).
b) Indique con encuadre normativo los derechos del Sr. Medina (demandada).
c) Explique los derechos del tercer adquirente (cesionario del Sr. Medina).
d) Ubique en el tiempo la/s clase/s de posesión que tuvo o tiene el Sr. Medina.
e) Explique en qué momento entró en posesión la parte actora.
f) Explique cuando el Sr. Medina pasó a ser un “poseedor calificado”.
g) ¿La situación de la actora está amparada por alguna institución que le haga frente a una posible
usucapión?
h) ¿Qué clase de remedio judicial tiene el Sr. Medina?
i) ¿Qué clase de remedio judicial tiene el heredero (Sr. Murua)?
j) Ud. como futuro abogado decida a quien representa (Sr. Medina o Sr. Murua), una vez tomada la
decisión, y con un esquema cuasi formal, redacte un escrito “ofreciendo la prueba” y un “alegato”, con
finalidad de convencer a su Tutor virtual, que es quien le comunicara lo resuelto en el presente caso en
realidad social la explicación veraz de los hechos sociales usando la observación y experimentación
El método experimental y la encuesta, así como la utilización de técnicas estadísticas de análisis, se utili-
zan en el marco de una metodología cuantitativa; mientras que las entrevistas, la observación, la narrativa
y el análisis del discurso, son utilizados en estrategias cualitativas. En este trabajo se utilizaron ambos
métodos ya que:
Realice una lectura minuciosa del caso planteado, mediante un análisis crítico y reflexivo.
de distintos autores.
Procure efectuar un razonamiento con criterio lógico jurídico a través de todo lo recopilado para la
Consignas cumplimentadas:
a) Indique con encuadre normativo los derechos del Sr. Murua (actora).
El Sr. Murua, claro está, en su calidad de coheredero del titular del inmueble ya fallecido, posee el
dominio del citado inmueble, pero no así la posesión que se encuentra en manos de Luis Medina. Tal es
así que le asiste el derecho de incoar una acción reivindicatoria contra el Sr. Medina a fin de intentar por
vía judicial recuperar la posesión en poder ajeno, resultando de aplicación lo normado por el artículo 2758
del Código Civil, que establece: “La acción de reivindicación es una acción que nace del dominio que
cada uno tiene de cosas particulares, por la cual el propietario que ha perdido la posesión, la reclama y la
b) Indique con encuadre normativo los derechos del Sr. Medina (demandada).
Del caso se desprende que el Sr. Medina tiene la posesión del inmueble, por lo cual lo alcanza el artículo
2351 del Código Civil: “Habrá posesión de las cosas, cuando alguna persona, por sí o por otro, tenga una
cosa bajo su poder, con intención de someterla al ejercicio de un derecho de propiedad” existiendo en él,
el elemento animus domini. Asimismo Medina ha efectuado los actos posesorios idóneos del artículo
2384: “Son actos posesorios de cosas inmuebles, su cultura, percepción de frutos, su deslinde, la
construcción o reparación que en ellas se haga, y en general, su ocupación, de cualquier modo que se
tenga, bastando hacerla en algunas de sus partes”. El Sr. Medina ha pagado los impuestos del inmueble
durante los últimos 25 años, la ha habitado por el mismo período temporal, y éstos se encuentran bajo su
titularidad desde hace 23 años. En primer lugar lo asiste la prescripción adquisitiva del artículo 3948 del
Código Civil: “La prescripción para adquirir, es un derecho por el cual el poseedor de una cosa inmueble,
adquiere la propiedad de ella por la continuación de la posesión, durante el tiempo fijado por la ley”.
Conforme a este último artículo se desprende que los elementos de la usucapión son la posesión y el
tiempo fijado por la ley. Además la posesión deberá reunir los siguientes elementos: animus, posesión
pública, pacífica, continua e ininterrumpida. Medina podrá oponer al actor la prescripción adquisitiva a
fin de usucapir el inmueble, en este caso ante la falta de justo título o buena fe, se aplicarán los términos
de la prescripción larga, de veinte años. El tiempo de la prescripción comenzará a correr desde el día en
que se ejerció el primer acto posesorio del artículo 2351 sobre la cosa que se pretende usucapir, ya
cumplidos en este caso. La prescripción veinteñal está determinada en el artículo 4015, que reza:
“Prescríbase también la propiedad de cosas inmuebles de veinte años, con ánimo de tener la cosa para sí,
sin necesidad de título y buena fe por parte del poseedor salvo lo dispuesto respecto a las servidumbres
para cuya prescripción se necesita título”. Por su parte el artículo 4016 dice: “Al que ha poseído durante
veinte años sin interrupción alguna, no puede oponérsele ni la falta de título, ni su nulidad, ni la mala fe
en la posesión.”
c) Explique los derechos del tercer adquirente (cesionario del Sr. Medina).
El carácter oneroso de la cesión nos remite al artículo 1435 del Código Civil, que expresa que la misma
será juzgada por las disposiciones sobre el contrato de compra y venta. Por otro lado la cesión de derechos
posesorios puede hacerse válidamente por instrumento privado, no resultando opuesto al artículo 1455,
tampoco obsta el artículo 1184 inciso 1°. El documento acreditativo de la cesión de los derechos
posesorios, generalmente por escritura pública, permite unir o anexar la posesión actual del adquirente, a
la de su antecesor, tal como lo prevé el artículo 2474 que establece que “para establecer la posesión anual,
el poseedor puede unir su posesión a la de la persona de quien la tiene, sea a título universal, sea a titulo
singular”. Dicha norma resulta de aplicación igualmente para unir la posesión a los fines de la usucapión
ya que el artículo 4005, aunque con confusa redacción, alude igualmente a dicha posibilidad. Al tercero
adquirente le asiste el derecho de iniciar acción declarativa de usucapión, pero no podrá oponer el
instrumento de cesión del derecho posesorio al titular dominial ante su falta de reconocimiento y /o
consentimiento.
d) Ubique en el tiempo la/s clase/s de posesión que tuvo o tiene el Sr. Medina.
El Sr. Medina siempre ha tenido a lo largo del tiempo una posesión viciosa, ilegítima o de mala fe por vía
de la clandestinidad, tal lo normado en el artículo 2364 del Código Civil: “…siendo de inmuebles, cuando
sea adquirida por violencia o clandestinamente” y en el artículo 2369: “La posesión es clandestina,
cuando los actos por los cuales se tomó o se continuó, fueron ocultos, o se tomó en ausencia del poseedor,
o con precauciones para sustraerla al conocimiento de los que tenían derecho de oponerse.”
e) Explique en qué momento entró en posesión la parte actora.
La parte actora nunca ha entrado en posesión del bien, toda vez que lo único que conserva es el dominio,
entendido éste en los alcances del artículo 2506 Código Civil: “El dominio es el derecho real en virtud del
cual una cosa se encuentra sometida a la voluntad y a la acción de una persona”. A ello podemos agregar
que el artículo 1942 expresa: “El dominio es perpetuo. No tiene límite en el tiempo y subsiste con
independencia de su ejercicio. No se extingue aunque el dueño no ejerza sus facultades, o las ejerza otro,
excepto que éste adquiera el dominio por prescripción adquisitiva” y la exclusividad en el artículo 1943:
“El dominio es exclusivo y no puede tener más de un titular. Quien adquiere la cosa por un título, no
mala fe, ello basándose en el artículo 4015: “Prescríbase también la propiedad de cosas inmuebles de
veinte años, con ánimo de tener la cosa para sí, sin necesidad de título y buena fe por parte del poseedor
salvo lo dispuesto respecto a las servidumbres para cuya prescripción se necesita título” y en el artículo
4016 que prescribe: “Al que ha poseído durante veinte años sin interrupción alguna, no puede oponérsele
g) ¿La situación de la actora está amparada por alguna institución que le haga frente a una posible
usucapión?
La parte actora puede intentar una acción judicial de reivindicación, dado que la parte a demandar aún no
ha intentado usucapir el inmueble por vía judicial. Sus derechos de basan en la perpetuidad, subsistencia y
exclusividad del dominio, el cual ostenta, aunque no ejerza sus facultades o las ejerza otro (artículo 1942,
la prescripción adquisitiva a fin de usucapir el inmueble, en este caso ante la falta de justo título o buena
fe, se aplicarán los términos de la prescripción larga, de veinte años. El tiempo de la prescripción
comenzará a correr desde el día en que se ejerció el primer acto posesorio del artículo 2351 sobre la cosa
que se pretende usucapir, ya cumplidos en este caso. La prescripción veinteñal está establecida en el
artículo 4015 que dice: “Prescríbase también la propiedad de cosas inmuebles de veinte años, con ánimo
de tener la cosa para sí, sin necesidad de título y buena fe por parte del poseedor…”. Asimismo el artículo
4016 expresa: “Al que ha poseído durante veinte años sin interrupción alguna, no puede oponérsele ni la
derecho real que se ejerce por la posesión, cuando su titular ha sido privado absolutamente de ella, por lo
que exige a quien se encuentre en posesión de la cosa, se la restituya con todos sus accesorios, basándose
en lo normado por el artículo 2758 del Código Civil, que establece: “La acción de reivindicación es una
acción que nace del dominio que cada uno tiene de cosas particulares, por la cual el propietario que ha
perdido la posesión, la reclama y la reivindica, contra aquel que se encuentra en posesión de ella”. El
ejercicio de la acción reivindicatoria requiere como condiciones en cabeza del pretendiente, el dominio
del bien que reclama y la pérdida de la posesión del mismo, extremos que se encuentran acreditados en la
especie.
j) Ud. como futuro abogado decida a quien representa (Sr. Medina o Sr. Murua), una vez tomada la
decisión, y con un esquema cuasi formal, redacte un escrito “ofreciendo la prueba” y un “alegato”,
con finalidad de convencer a su Tutor virtual, que es quien le comunicara lo resuelto en el presente
OFRECE PRUEBA.-
SEÑOR JUEZ:
DIEGO PEREZ, abogado, debidamente inscripto en la matrícula al Libro XXII Folio 45, por la
demandada, con domicilio legal en calle Libertad Nº 845 de esta ciudad, en los autos "LUIS MEDINA s/
digo:
1. OBJETO
Que vengo en tiempo y forma a ofrecer la prueba que hace al derecho de mi parte, solicitando se
audiencia que se designe al efecto bajo apercibimiento de ley. Se acompaña pliego de posiciones para su
Provincial de Energía Eléctrica, Litoral Gas, Administración Provincial de Impuestos (Tasa General de
del servicio, antigüedad en la titularidad e informe si se registran deudas en caso de que las hubiere.
2. PETITORIO
Por lo expuesto de V.S. solicito:
1) Tenga por ofrecida la prueba en tiempo y forma.
2) Se provea oportunamente su producción.
3) Se reserve en Secretaría el sobre acompañado.
Provea V.S. de conformidad.
SERA JUSTICIA.
DIEGO PEREZ
ABOGADO
SEÑOR JUEZ:
DIEGO PEREZ, abogado, debidamente inscripto en la matrícula al Libro XXII Folio 45, por
la demandada, con domicilio legal en calle Libertad Nº 845 de esta ciudad, en los autos "LUIS MEDINA
digo:
2.- El suscrito considera que la adquisición del inmueble materia de este juicio, se acredita con el posesión
ininterrumpida por el plazo de VEINTICINCO AÑOS, situación que se encuentra receptada por nuestra
legislación vigente. Así mismo se acredita la titularidad de mi cliente en todos y cada uno de los servicios
posesión perdida, amparándose en el artículo 2758 del Código Civil. Aduce además que el Sr. Murua
desconoció la existencia del inmueble hasta obtener la filiación judicial respecto del titular recientemente,
prácticamente transcribe párrafos de todos los argumentos vertidos vinculados al tema, la mayor parte del
cual emana de hechos conocidos, públicos y notorios en demasía, que son del conocimiento de casi toda
la población y de los señores jueces. También formula una negativa general de hechos que carece de valor
5.- A fojas 20-31 se encuentran glosados los respectivos informes solicitados a las prestadoras de servicios
domiciliarios Aguas Santafesinas S.A., Empresa Provincial de Energía Eléctrica, Litoral Gas,
de Alumbrado, Barrido y Limpieza), de los que surge que mi mandante el Sr. Luis Medina ostenta la
titularidad ininterrumpida de los mismos desde hace 25 años a la fecha, como así también su pago por
idéntica cantidad de tiempo y los certificados de libre deuda, prueba documental sumamente relevante que
no se puede desconocer.
6.- Recibida la prueba testimonial ofrecida, la Sra. LAURA ALVAREZ y el Sr. DIEGO GAMBOA,
ambos vecinos de mi mandante, afirman fehacientemente que Medina ha ocupado el inmueble junto a su
7.- Por lo anterior es claro que el promovente acreditó los elementos constitutivos de la acción, por lo que
S.S. en sentencia deberá decretar que se han reunido los requisitos para que opere a mi favor la usucapión
del inmueble materia de este juicio, y por ende que el Sr. Luis Medina se ha constituido en propietario del
mismo.
8.- Las absoluciones de posiciones, han producido resultados jurídicos de relevancia, porque denotan el
reconocido que ni él ni su familia han intentado recuperar el inmueble en cuestión por los últimos 25 años
.A ese fin, y sin perjuicio de que de la lectura total de las contestaciones surge nítidamente el derecho por
el que nuestra parte reclama, las cuales doy por reproducidas en honor a la brevedad.
RESERVA FEDERAL:
Que esta parte deja expresa reserva en este estado de la cuestión federal,
para el hipotético y remoto caso de que cuestiones de neto corte constitucional (debido proceso, defensa
en juicio, derecho de propiedad, igualdad ante la ley, etc.) vean agraviada a mi parte en la resolución de
autos, con la posibilidad de recurrir así por ante la CSJ de la provincia con el recurso de
inconstitucionalidad, art. 1, ley 7.055, y por ante la CSJN, con el recurso extraordinario establecido en la
PETITORIO:
4) En su hora dictar sentencia acogiendo la demanda en todas sus partes, con intereses y las costas.
SERA JUSTICIA.
DIEGO PEREZ
ABOGADO
Bibliografía:
Código Civil Argentino
CASO 1:
Delfina Ponce quien mantiene una deuda con Mario Benítez y cuyo origen es un
documento pagaré suscripto por la Sra. Ponce el 28 de Abril de 1999 por igual valor recibido en
mercaderías. Mario Benítez intimó telefónicamente a Delfina Ponce, pero cansado de no tener
respuesta y sabedor de que aquella carece de fortuna, no insistió al respecto. Delfina Ponce quiere que
el Sr Benítez le provea nuevamente de mercadería y para ello concurre al local comercial a pagar su
deuda. Recibido el pago, Benítez le manifiesta que no tiene interés en tener relación comercial alguna
con ella por lo que se niega a la venta de los insumos de computadoras. La Sra. Delfina Ponce comenta
lo sucedido con un amigo y éste le advierte la posibilidad de que el pago sea por error atento que la
deuda está prescripta y corresponde le sea desembolsado lo que pagó por equivocación.
La Sra. Ponce concurre a su estudio:
1. ¿Procede la acción por repetición? ¿Por qué?
2. Iniciada la acción referida, Ud. Juez como resolvería fundadamente.
INFORME:
Como respuesta general al caso, podemos decir que: La obligación de pago de la Sra. Ponce si bien
esta suscripta en un pagaré, su causa es un contrato de compra-venta, con el Sr. Benítez el
28/04/1999.
Por lo tanto el privilegio de ejecutar por vía ejecutiva, vence a los tres años, con el documento que lo
fundamenta. Lo que no vence es la posibilidad de obtener el pago por vía ordinaria, atento al plazo
ordinario de las obligaciones según el Art. 4023 CC. : Toda acción personal pos deuda exigible se
prescribe por diez años... Entonces, la obligación es perfectamente exigible, y el pago realizado al
acreedor es totalmente valido y no corresponde iniciar ninguna acción tendiente a obtener su repetición.
En el caso de que se inicie la acción de repetición, como juez, se puede rechazar la acción in limine, ya
que no existe fundamento jurídico por tratarse de una obligación civil, y además, al producirse el pago
importa el reconocimiento de la misma.
RECHAZO “IN LIMINE” DE LA DEMANDA: Art. 337 CPN.: “Los jueces podrán rechazar de oficio las
demandas que no se ajusten a las reglas establecidas, expresando el defecto que contengan. ...”
OBLIGACIÓN NATURAL - OBLIGACION CIVIL: Las obligaciones naturales, son situaciones objetivas
que siendo ineficaces para exigir su cumplimiento coactivo, confieren una justa causa para retener lo
percibido.
515 CC.: ...Naturales son las que fundadas solo en el derecho natural y en la equidad, no
confieren acción para exigir su cumplimiento, pero cumplidas por el deudor, autorizan para
retener lo que se ha dado por razón de ellas, tales son:...”
516 CC.: “El efecto de las obligaciones naturales es que no puede reclamarse lo pagado, cuando
el pago de ellas se ha hecho voluntariamente por el que tenía capacidad legal para hacerlo.”
Se deduce lo siguiente:
a. El acreedor carece de acción para obtener su ejecución forzada.
b. Autoriza a quien recibe dicha atribución patrimonial a retenerla, siempre que haya sido efectuada
espontáneamente por el deudor.
c. Tiene un fundamento legítimo que justifica la retención.
El efecto principal del cumplimiento de la obligación natural es la irrepetibilidad de la atribución
patrimonial realizada espontáneamente.
Por PAGO VOLUNTARIO se entiende que es el obrar realizado por el deudor con intención
discernimiento y libertad acorde 897 CC.
AUSENCIA DE FACTORES EXTERNOS de Coerción, aún cuando el deudor no tuviere conciencia de la
inexigibilidad de la deuda. Basta con que la atribución patrimonial sea realizada libremente, sin
coerciones externas, según el Art. 791 CC.: “No habrá error esencial, ni se puede repetir lo que se
hubiese pagado, en los siguientes casos: Inc.2: Cuando se hubiese pagado una deuda que ya se
hallaba prescripta.”
PRESCRIPCIÓN: Sobre esta institución, trata el Libro IV del CC, en la Sección Tercera, cuando trata la
Adquisición y Perdida de los Derechos Reales y Personales por el transcurso del tiempo.
3949CC.: “La Prescripción Liberatoria es una excepción para repeler una acción por el solo
hecho que el que la entabla, ha dejado durante un lapso de tiempo de intentarla, o de ejercer el
derecho al cual ella se refiere.”
Aquí se habla de una PASIVIDAD, por parte del titular que pudiendo hacer valer su derecho, no lo
ejerce.
También se menciona que de TRANSCURRIR UN TIEMPO SEÑALADO por la ley, para que se
produzca la pérdida del derecho creditorio en su calidad de obligación civil, quedando solo la obligación
natural que era inherente a la relación jurídica establecida.
3956 CC.: “La prescripción de las acciones personales, lleven o no intereses, comienza a correr
desde la fecha del título de la obligación.”
4023 CC.: “Toda acción personal por deuda exigible se prescribe por diez años, salvo
disposición especial...”
ACCION DE REPETICIÓN: Al resultar el pago valido de una obligación perfectamente exigible (civil), el
hecho de que espontáneamente se haya cumplido, no hace procedente la acción de repetición de pago.
Además ya se encuentra fundamentado en el Art. 791CC anteriormente expuesto.
PAGARE: En el Titulo XI “De los vales, billetes o pagares” Capítulo I , según dec-ley 5965/63, se regula
lo referido al pagaré:
Art. 103 CCOM.: Son aplicables al vale o pagare, en cuanto no sean incompatibles con la
naturaleza de ese título, las disposiciones de la letra de cambio, relativas... a la prescripción (Art.
96 y 97)...”
El Art. 96, como hemos visto, trae plazos de prescripción distintos según se trate de la acción contra el
aceptante (3años) o de la acción contra el librador o endosantes (1 año).
Art. 104 establece que “El suscriptor del vale o pagaré queda obligado de la misma manera que el
aceptante de una letra de cambio...”
De manera que, si bien el Art. 103 remite a los Art. 96 y 97, el Art. 104 equipara la obligación del librador
del pagaré a la del aceptante de la letra. Por lo tanto, la acción contra él debe prescribir a los 3 años.
La doctrina y la Jurisprudencia ( La Ley, 121- 688; 124-1116; etc.) sostienen que la acción contra el
librador de un pagaré prescribe a los 3 años, basándose en general, en las siguientes razones:
. El librador del pagaré, dado que en este título no hay aceptación, es el principal obligado cambiario.
Contra el librador del pagaré, se ejercita la acción directa y no la acción de regreso. La acción cambiaria
contra el librador del pagaré procede sin necesidad de protesto. De qué manera que, en general, la
situación del librador del pagaré es muy similar a la del aceptante de la letra.
Art. 523 CPN.: Los títulos que traen aparejada ejecución son los siguientes:
Inc.5 La letra de cambio, factura de crédito, cobranza bancaria de factura de crédito, vale o
pagaré, el cheque y la constancia de saldo deudor en cuenta corriente bancaria, cuando tuvieren
fuerza ejecutiva de conformidad con las disposiciones del Código de Comercio o Ley
especial. ...”
Vencido el plazo, lo único que pierde el acreedor es la posibilidad del juicio ejecutivo, luego le solo
puede ejecutar por vía ordinaria, hasta los10 años.
Como conclusión, no procede la acción de repetición, porque la obligación se encuentra en
plazo exigible y no se pagó por error.
CASO Nº 2:
Antonia Cabrera de Martinez, de 62 años de edad, donó tres inmuebles a su hija María Ester
Martinez de Houriet, mayor de edad, casada y a sus nietas Pilar y Amparito Houriet, de 12 y 10
años de edad, condicionando la donación a dos hechos: 1. que la aceptación de la donación de
sus nietos fuera otorgada únicamente por su hija y madre de las menores, con total
prescindencia de la intervención del padre de los mismos, y 2. que mientras sus nietos fueran
menores de edad la administración de los bienes donados solamente fuera ejercida por su madre
María Ester.
En el mismo acto de la donación la Sra. María Ester Martinez de Houriet- codonataria y madre de
los codonatarios, aceptó la donación en su nombre y en el de sus hijos.
Al pretender inscribir la escritura de donación en el Registro de la Propiedad Inmueble éste
formuló una objeción al cuestionar que la madre no pudo en el caso ejercer por sí sola la patria
potestad, sino que necesariamente debió intervenir el padre de las menores: el conocido
empresario textil Marcelo Houriet.
Confundida María Ester, concurre a su Estudio Jurídico.
1. ¿Quién posee la facultad de disponer sobre los bienes de los menores? ¿Con qué límites?
2. ¿Qué derechos tiene la madre ejerciendo la patria potestad compartida sobre los bienes de
sus hijos menores?
3. ¿Puede uno de los padres que ejercen la patria potestad compartida aceptar la donación de un
inmueble a favor de sus hijos menores con estas dos condiciones: 1. que la aceptación de la
donación de sus nietos fuera otorgada únicamente por su hija y madre de las menores, con total
prescindencia de la intervención del padre de los mismos, y 2. que mientras sus nietos fueran
menores de edad la administración de los bienes donados solamente fuera ejercida por su madre
María Ester.
4. Qué categoría de acto sobre los bienes de los menores es una donación de este tipo?
5. ¿Qué normas jurídicas son las que regulan el caso?
6. ¿Cómo abogado de la Sra. Martínez de Houriet qué consejo legal le brinda? ¿Por qué?
1. MARCO TEORICO
Dentro de la situación practica planteada, se fueron reconociendo las siguientes instituciones jurídicas,
abarcando al derecho civil, específicamente la teoría de los contratos y la parte especial relacionada con
la Donación, y al derecho de familia, concretamente a la institución de la Patria Potestad. Pero tampoco
se deja de lado las formalidades exigidas, abarcando también al Derecho Registral.
CONTRATO:
El contrato definido en el Art. 1137 del Código Civil como “acuerdo de varias personas sobre una
declaración de voluntad común destinada a reglar sus derechos”, es una de las especies dentro
del genero acto o negocio jurídico.
El Codificador previo, la figura del Acto Jurídico en el Libro Segundo, Sección Segunda, Titulo II; lo
definió (Art. 944: Son actos jurídicos los actos voluntarios licito, que tengan por fin inmediato,
establecer entre las personas relaciones jurídicas, |crear, modificar, transferir, conservar o
aniquilar derechos), la nota especifica del acto jurídico que sirve para distinguirlo de los demás actos
es su fin jurídico: nacimiento, modificación o extinción de una relación jurídica. Luego lo clasifico en los
Art. 945 y 947, preciso su objeto (Art. 953) y se ocupó especialmente de los vicios que pueden afectarlo:
simulación (Art. 955 a 960) y fraude (arts. 961 a 972), así como dela forma (arts. 973 a 978)
Se destaca el rol de la autonomía privada o autonomía de la voluntad, como elemento interno, aunque
con diversa intensidad según se trate de negocios patrimoniales o familiares, pero nunca soberana ni
independiente sino en la medida que la autorice el ordenamiento jurídico. Por lo tanto, en sentido
negativo significa que nadie puede ser privado de sus propios bienes o ser constreñido a ejecutar
prestaciones a favor de otros, contra su voluntad o con independencia de ella, y en sentido positivo, que
las personas pueden, por un acto de su voluntad, constituir, regular o extinguir relaciones patrimoniales.
Cada persona no obedece, en principio, más que a su voluntad, y no puede ser vinculada por la
voluntad de otra si la ley no lo consiente.
El contrato regla de un modo inmediato o directo las relaciones jurídicas patrimoniales obligacionales, es
decir las propias del Derecho creditorio.
Lo que hace del Contrato una categoría del Derecho Común es su carácter de fuente de las
obligaciones.
CONTRATO DE DONACION
1789: HABRA DONACIÓN, CUANDO UNA PERSONA POR UN ACTO ENTRE VIVOS TRANSFIERA
DE SU LIBRE VOLUNTAD GRATUITAMENTE A OTRA, LA PROPIEDAD DE UNA COSA.
Siguiendo la teoría de los contratos, resulta imprescindible clasificarlos, ya que hace a la esencia de
cada tipo, la característica especifica que se le asigna, de esta manera tenemos que el Contrato de
Donación tiene como caracteres esenciales:
. Acto entre vivos, ya que en nuestro derecho no hay donaciones para después de la muerte según lo
establece el Art. 1790
. Obliga a transferir una cosa, la redacción del Art. 1789 es impropia, porque en el dice que la donación
transfiere la propiedad de una cosa, que no es exacto porque no basta el solo titulo para producir ese
efecto, sino que también es necesaria la tradición de la cosa y tratándose de inmuebles se requiere la
inscripción en el registro de la propiedad.
. A titulo Gratuito, debe haber un desprendimiento de bienes por parte del donante, sin compensación
por la otra parte o sea del donatario. Debe haber un empobrecimiento por una de las partes y un
enriquecimiento por la otra. ANIMUS DONANDI: La donación exige gratuidad, la transferencia del bien
se hace sin recompensa patrimonial. Lo que no es lo mismo que desinterés.
. Formal y Solemne, en principio la donación es un acto no solemne, pero la excepción es ad
solemnitatem, según lo prescribe el Art. 1810 “ Deben ser hechas ante escribano público, en la
forma ordinaria de los contratos, bajo pena de nulidad:
1. Las donaciones de bienes inmuebles;
2. Las donaciones de prestaciones periódicas o vitalicias.
Respecto de los casos previstos en este articulo no regirá el Art. 1185.
Las donaciones al Estado podrán acreditarse con las constancias de actuaciones
administrativas.”
Jurisprudencia: La Escritura Publica tiene el carácter del requisito Ad Solemnitatem, en las donación
de inmuebles (Cámara Civil 2da 11/5/931 J.A., 35-950, SCBS, 3/7/951, L.L.
Debe estimarse que la partición por donación (Art. 3523) se hizo por escritura publica si en esta no solo
se transcribe el convenio privado por el que aquella se celebro, sino que también concurrieron todas las
partes ratificando su consentimiento ( Cámara Nacional Civil D. 12/5/952 L.L. 70-684).
Las donaciones del Art. 1810 deben ser aceptadas en la misma escritura publica, si estuviere ausente
por otra escritura de aceptación que pueda ser otorgada ante escribano publico o a falta de este, ante el
juez de paz del lugar y dos testigos.
La ley no habla del consenso o del concurso de voluntades, no se habla de aceptación y alude al mismo
tiempo a la transferencia de propiedad.
El Código establece que el consentimiento o conformidad del donatario debe prestarse en la misma
forma y con las mismas solemnidades que las exigidas para la donación (1811). Dicha aceptación
puede hacerse por acto separado y también tácitamente recibiendo la cosa donada, cuando no fuera
requerido un instrumento.
Este concurso de voluntades es de rigor, según el Art. 1814.
La donación puede realizarse con relación a distintas personas, conjunta o separadamente. El Art. 1794
se refiere a los beneficiarios alternativos y también a cuando quedan favorecidos varios sujetos
conjuntamente.
Cuando la donación es solidaria, la muerte de uno de los donatarios, la renuncia de uno de ellos, o la
revocación respecto de alguno, no perjudica a los demás. Lo mismo seria si se tratara de una cosa
indivisible.
En cuanto a la Capacidad se establece el principio general en el Art. 1160, según el Art. Art. 1804 “
Tienen capacidad para hacer y aceptar donaciones, los que pueden contratar, salvo los casos en
que expresamente las leyes dispusiesen lo contrario.”
Se toma como punto de partida el instante e que el contrato queda perfecto, que dentro de nuestro
régimen es cuando se produce el acuerdo de voluntades:
Art. 1809 “La capacidad del donante debe ser juzgada respecto al momento en que la donación
se prometió o se entrego la cosa. La capacidad del donatario, debe ser juzgada respecto del
momento en que la donación fue aceptada. Si la donación fuese bajo condición suspensiva, en
relación al día en que la condición se cumpliese.”
Art. 1797 “Nadie puede aceptar donaciones, sino por si mismo o por medio del que tenga poder
especial suyo al intento, o poder general para la administración de sus bienes, o por medio de su
representante legitimo”.
No es objetable que la aptitud del beneficiario para recibir por donación se considere respecto del
momento en que presto su conformidad; pero en cambio parece de fundamento el subordinar este
requisito al cumplimiento de la condición. Con esta modalidad o no, el contrato ha existido desde que
medió el acuerdo de voluntades; fuera de que el efecto retroactivo del cumplimiento ( Art. 543)
desvanecería cualquier dificultad de orden técnico.
PATRIA POTESTAD:
Según el Art. 264 “ la Patria Potestad es un conjunto de deberes y derechos que corresponden a
los padres sobre las personas y bienes de los hijos, para su protección y formación integral,
desde la concepción de éstos y mientras sean menores de edad y no se hayan emancipado.....”
Según este articulo, la Patria Potestad es conjunta, o sea que le es atribuible a ambos padres, como
una especie de representación de los hijos menores en su beneficio.
295. “La condición que prive a los padres de administrar los bienes donados o dejados a los
hijos, no los priva del derecho al usufructo.”
RESOLUCION
Ante la situación planteada, lo aconsejable como abogado seria,
Ante el primer interrogante, explicar al cliente que la patria potestad es ejercida conjuntamente, por
ambos padres, y por lo tanto ante esta situación en la que el patrimonio de los menores se encuentra en
juego, ya que se incrementaría, con mayor razón se necesita para el perfeccionamiento de la donación
la autorización del padre.
Se manifestaría que la madre tiene iguales derechos que el padre, pero ante la situación se puede
subsanar la autorización del padre con una autorización judicial.
Y también se expresaría que es posible que la donación se cumpla con la condición establecida por la
donante, ya que con la autorización judicial, no solo se perfecciona la donación, sino que también se
evita el problema que ocasionaría el rechazo por parte del padre, ya que el juez, apreciaría que se
incrementaría el patrimonio de los menores, por sobre todo tipo de relación familiar. También, en el
mismo acto, se solicitaría que el juez designe como única administradora de los bienes de los menores
a la madre.
Ante todo se explica que se trata de un contrato de donación con condición, una modalidad exigida para
el cumplimiento y perfeccionamiento del contrato.
Que ante todo es necesaria la intervención judicial para subsanar la autorización paterna y para que con
posterioridad se pueda proceder a la Inscripción Registral, requerida para perfeccionar el contrato
( previa escritura publica) según lo analizado en el marco teórico de los contratos.
Como abogada del Sr. Villagra (hijo) , solicitaría acción inhibitoria al órgano jurisdiccional, para que se
impida la realización del acto dañoso, que seria la no amputación.
En la postura de un Juez, resolvería a favor del Sr. Villagra (padre), fundamentaría mi postura en:
-La integridad física relativa al cuerpo y a la salud
-La integridad personal
-Porque revisten carácter de orden publico y no son solamente derechos subjetivos,
-Además, nadie puede ser obligado a someterse contra su voluntad a un tratamiento medico
determinado de cualquier especie o índole, cuando tiene plena capacidad para manifestar su voluntad,
sin amparar la Eutanasia. Ya que el paciente es el que va afrontar la situación, por ende debe ser el
único que debe decidir.
CASO Nº 3:
El Sr Juan Murgui inicia Juicio de repetición en contra del Sr Carlos Velazco basándose en un contrato
de locación que celebra Marina Murgui en calidad de Locataria y Carlos velazco en calidad de Locador.
En dicho contrato el actor se constituye en fiador de la locataria. Manifiesta en la demanda que a los
quince dias de celebrado el contrato (15/6/04) la inquilina solicita que el suministro del servicio electrico
perteneciente a dicho inmueble se preste a su nombre, constituyéndose asimismo el accionante en
fiador ante la Epec. Sigue diciendo que en el mes de Junio de 2006 , la arrendataria restituye el
inmueble a los propietarios, retomando los mismos la posesión plena. Desde el mes de junio de 2004
hasta marzo de 2007 inclusive, la energía eléctrica fue efectivamente prestada en el inmueble de
propiedad del demandado, no obstante lo cual fue pagado por el actor. El 2 de mayo de 2007 la Sra
Fabiola Anitori solicita se coloque a su nombre el medidor Nº 36548, perteneciente a la vivienda
propiedad de los accionados. Resalta en su libelo introductorio qe la cláusula sexta del convenio reza:
“La fianza y garantía subsistirá aún vencido el contrato y hasta tanto el locatario restituya al locador la
unidad arrendada y entregue comprobantes de pagos de luz y gas que debe abonar el locatario”.
Finaliza afirmando que si finalizó la obligación principal también se extingue la accesoria, que se ha
producido un cambio de deudor (novación subjetiva. Cita las siguientes normas legales 1197,
1198,1199,1986,525 y 2047 del Código Civil
Corrido el traslado de la demanda al Sr Carlos Velazco, afirma que en el caso no existe relación jurídica
sustancial entre la actora y los demandados. Argumenta en su defensa que la cláusula séptima del
contrato dice” que el locatario deberá solicitar la conexión a su nombre del servicio de energía eléctrica
y solicitar la baja al momento de la entrega del inmueble”, esto último no sucedió, solicita el rechazo de
la demanda interponiendo la excepción de falta de acción.
1- En el caso en cuestión se presentan diversos institutos jurídicos, que dan el marco para la
consideración o no de la acción pretendida.
Si bien hace referencia a:
- Contratos: tanto de locacion como de suministro.
- Fianza.
- Obligaciones derivadas de ellos.
- Acción de Repetición o de Reembolso.
- Novacion.
Es necesario resaltar que la lo mas importantes es determinar si es procedente la Acción de Repetición,
y en su caso, como se resolvería.
La doctrina nacional sostiene que la teoría de los actos propios requiere de tres condiciones básicas
o requisitos para que pueda ser aplicada: a saber:
1) Una conducta relevante y eficaz. la teoría de los actos propios requiere, para poder ser
aplicada, la existencia de una conducta anterior jurídicamente relevante y eficaz, es decir, una
conducta vinculante que revele una determinada actitud de una persona respecto de algunos
intereses vitales.
En este sentido, para que la teoría de los actos propios pueda ser aplicada deberán tenerse en cuenta
las conductas ejecutadas dentro de una situación jurídica, es decir que repercutan en ella, susciten la
confianza o que revelen una actitud, debiendo excluirse las conductas que no incidan o sean ajenas a
dicha relación jurídica.
2) El ejercicio de un derecho subjetivo por la misma persona que crea la situación litigiosa debido
a la contradicción -atentatoria de la buena fe- existente entre ambas conductas. La pretensión
contradictoria: esta expresión, encierra distintos matices; por un lado, es la emisión de una nueva
conducta o un nuevo acto y, por otro lado, esta conducta o acto importa ejercer una pretensión.
Esta pretensión, que en otro contexto es lícita, resulta inadmisible por ser contradictoria de la
primera conducta.
Es por ello que podemos afirmar que la pretensión contradictoria, teniendo como referencia un acto
anterior, permite la defensa del sujeto que ha receptado ambas conductas, que ha confiado en la
primera de ellas y que ha actuado consecuentemente con dicha confianza. Esta protección dada al
agente receptor de la conducta por la confianza que en ella ha depositado es, en pocas palabras,
la aplicación concreta de la teoría de los propios actos.
En el caso en análisis, la pretensión contradictoria consiste en procurar invocar una causal de caducidad
con el objeto de dar por decaído un plan de facilidades de pago, que se contradice con la conducta
vinculante, cual fue la de seguir aceptando los pagos hasta ahora. El derecho le permite la defensa al
sujeto -invocando la teoría de los actos propios-que ha receptado ambas conductas, que ha confiado en
la primera de ellas y que ha actuado consecuentemente con dicha confianza
3) La identidad de sujetos que se vinculan en ambas conductas. Los sujetos: El tercer elemento
necesario para que pueda aplicarse esta teoría es la necesidad de que los sujetos que
intervienen en ambas conductas -como emisor o receptor-sean los mismos.
En tal sentido, el sujeto activo, es decir la persona que ha observado determinada conducta -con
fundamento en una facultad o derecho subjetivo-debe ser el mismo que pretenda luego contradecir esa
primera conducta. El sujeto pasivo, es decir la persona que ha sido receptor o destinatario de ambas
conductas, también debe ser el mismo. Es oportuno indicar que, tanto las personas físicas como
jurídicas pueden ocupar los lugares de sujetos activos y pasivos de la relación.
Una pretensión contradictoria con esa conducta atribuible al mismo sujeto..."
Consecuencia del Principio
Técnicamente la consecuencia básica es procesal (L. Díez-Picazo): la prohibición para el agente
inconsecuente, de poder alegar judicialmente el cambio de su conducta como hecho operativo o
fundante de algún derecho o potestad propia, frente a ese tercero confiado (exclusivamente). Es decir,
afecta la legitimación procesal activa del agente o la legitimación pasiva procesal respecto de la
alegación de un derecho o excepción, calificando de inadmisible la pretensión o la defensa, sin que
necesariamente afecte, en general, la existencia de tal derecho o potestad (De ahí que sea una cuestión
de resolución previa a la aplicación del principio iura novit curiae respecto del resto del Derecho en
discusión).
Sin embargo, hay algunas posiciones que piensan que sus efectos pueden extender más allá, hacia
ámbitos sustantivos de responsabilidad.
Ámbito de Aplicación
No sólo está reservado a disputas entre particulares, sino que también se extiende a la Administración
Pública y al Ministerio Público, con ciertas adecuaciones, en virtud del sometimiento al Imperio del
Derecho.
Resulta aplicable y razonable relacionar al tema en cuestión, la enumeración que realiza Moisset de
Espanes:
Atenta contra la buena fe.
-El que pide el cumplimiento de un contrato cuya nulidad ha afirmado en otro pleito;
-El que después de alegar que ha pagado una deuda, reconociendo por tanto que es válida,
invoca la inexistencia o nulidad del contrato que le servía de causa;
-El que pide la nulidad de la venta hecha por su mandatario, después de haberse aprovechado del
precio;
-El que ejercita derechos anteriormente renunciados;
-El que desconoce o niega una representación que anteriormente ha reconocido;
-El locador que pide la resolución del contrato por cesión cuando la ha consentido y convalidado;
-Quien impugna un testamento, que ha reconocido como válido para recibir un legado.
5- Elabore 5 preguntas teniendo como eje”que pasaría si…” que le insinúa el presente caso a
los fines de intercambiar opiniones con el resto de sus compañeros.
1. ¿Qué pasaría si la Locataria, Marina Murgui, hubiese cumplido con la obligación de restituir el
inmueble, junto con las debidas bajas de suministros y servicios?
2. ¿Qué pasaría si el garante en el contrato de locacion, que pago a la empresa de suministro de
energía eléctrica, hubiese accionado la repetición de pago, a la misma empresa?
3. ¿Qué pasaría si el inmueble hubiese seguido sin alquilarse durante un año mas, el actor, hubiera
tenido que pagar el suministro de energía por todo ese periodo también?
CASO Nº 4:
El Sr César Florenti, en su carácter de locador del departamento designado como “B” planta baja
del Edificio Sur inicia demanda de desalojo contra Jorge Santos debido a la falta de pago de los
arriendos de dos meses consecutivos. Previo a ello, cursó intimación del art 5 de la ley 23.091
mediante carta documento. Vencida aquella, impetra la demanda referenciada, cuya admisión
posee efectos rescisorios de la relación contractual con efectos retroactivos al dia de la
presentación de la demanda.
Corrido el traslado de ley al demandado, Sr Jorge Santos realiza la consignación judicial de los
meses adeudados con más los intereses compensatorios devengados, oponiéndose a la
cláusula penal fijada en el contrato denunciando usura. Afirma que en materia de sumas de
dinero el deudor moroso tiene siempre la posibilidad de liberarse pagando los intereses debidos.
En su defensa, el actor-locador resiste la consignación fundándose en extemporaneidad del
mismo por haber iniciado acción de desalojo con anterioridad. Invoca la resolución del contrato
de locación por falta de pago, citando el art. 1579 del C.C..
1
(cfr. Lino E. Palacio, Derecho Procesal Civil, Edit. Abeledo-Perrot, Bs. As. 1990, T. I, pág. 406).
2
(ob. cit. T. I, pág. 409).
Sobre el caso surgen las siguientes cuestiones:
1. Enumere los requisitos de procedencia del pago por consignación.
2. Enumere los requisitos de fondo que hacen a la viabilidad del desalojo por falta de pago.
3. Cual es el objetivo del art. 5 de ley 23.091.
4. La posibilidad de consignar caduca si se ha demandado la rescisión del contrato de locación?
Porqué? Fundamente
5.Explique el siguiente párrafo:
“El pago debe ser completo, abarcando los intereses y las costas, si las hubiera. Aunque el
deudor impugne el carácter usurario de los intereses, la consignación debe comprenderlos a
todos, sin perjuicio de su derecho de hacer reserva de la cuestión para plantearla por juicio
separado. Igualmente debe comprender los intereses moratorios”.
6- Conforme el Código Procesal Civil y Comercial de Provincia ¿ qué tipo de trámite se le
imprime a la presente causa?
7- Ensaye, como Juez de la causa, una solución.
Punto Nº 1
El pago por consignación.
a) Procedencia. Regla general.
El pago por consignación es un mecanismo que la ley prevé para facilitar al deudor que se libere, es
decir ejercite su "derecho a pagar", en los casos en que no cuenta con la colaboración del acreedor, sea
porque éste se niega a brindar esa colaboración, sea porque no puede hacerlo. Este procedimiento
judicial tiene como finalidad primordial poner fin a la vida de la relación jurídica obligatoria, que no ha
podido concluir de manera normal.
En resumen, la regla general para que proceda la consignación es la falta de colaboración del acreedor
en recibir el pago; pero esa falta de colaboración, insistimos, puede tener muy diversas causas y ser, o
no, imputable al acreedor.
Cuando la falta de colaboración es imputable al acreedor, que obrando culposamente no recibió el pago,
estamos frente a casos en que la mora "creditoris" hace posible la consignación (artículo 757, inciso 1);
pero también se admite la consignación cuando esta falta de cooperación es inimputable, como sucede
cuando el acreedor es incapaz o estuviese ausente (incisos 2 y 3 del artículo 757); e, inclusive, puede
suceder que la ley le imponga el deber de no recibir el pago, como ocurre cuando la deuda ha sido
embargada (inciso 5 del artículo 757). O sea que puede consignarse cuando el acreedor no quiere
recibir el pago (mora creditoris), o cuando no puede hacerlo por circunstancias de hecho justificables, o
impedimentos legales, casos estos últimos en que estamos frente a una simple falta de colaboración
que no produce los efectos jurídicos de la mora, sino que tiene únicamente como consecuencia el
habilitar al deudor a que realice, si quiere, el pago por consignación.
b) Efectos.
El artículo 759 del Código argentino nos dice que la consignación válidamente efectuada "surte todos
los efectos del verdadero pago", es decir que con ella se pondrá fin de manera definitiva a la relación
jurídica obligatoria.
En resumen, el principal efecto de la consignación es extinguir la obligación, como si hubiese mediado
un pago.
Considero necesario establecer y aclara las diferencias entre "mora creditoris" y consignación.
Algunos autores, especialmente en otros sistemas jurídicos, han pretendido asimilar la mora del
acreedor con el pago por consignación; esta asimilación es inadmisible en el derecho argentino,
La mora del acreedor da lugar a una situación transitoria, en cuyo transcurso todavía existe la
posibilidad de que se haga efectivo el cumplimiento de la prestación, si el acreedor desiste de su actitud
y se allana a recibir el pago.
La consignación, en cambio, aunque se extienda en el tiempo -por la necesidad de sustanciar el
proceso- es un hecho "idealmente" instantáneo, que tiende a poner fin de manera definitiva a la
relación jurídica obligatoria.
La mora del acreedor exige siempre de su parte una conducta culpable o ilegítima; a la consignación
puede llegarse en casos en que el acreedor no ha tenido ninguna culpa y su omisión de colaborar se
encuentra justificada.
El deudor que ha constituido a su acreedor en mora no está obligado a consignar, sino que puede
esperar que el acreedor purgue su mora, y pagar recién cuando el acreedor se avenga a recibir la
prestación.
La constitución en mora del acreedor tiene solamente como efecto trasladar los riesgos de la prestación
y hacer cesar el curso de los intereses. La consignación va más allá, puesto que extingue la obligación,
y en tal caso ya no podrá hablarse de riesgos de la prestación, ni de intereses...
Para constituir en mora al acreedor se aplicarán, por analogía, las reglas establecidas en el artículo 509
del Código civil argentino para la mora del deudor, lo que nos llevará a sostener que, las más de las
veces, será necesaria una interpelación extrajudicial. La consignación es siempre un procedimiento
judicial.
Conclusiones.
1) La falta de colaboración del acreedor, cualquiera sea su causa, habilita al deudor a consignar.
2) Cuando la falta de colaboración es culpable, acarrea como consecuencia la mora del acreedor, quien
deberá asumir los riesgos, e indemnizar los perjuicios que su mora ocasione.
3) La consignación, válidamente efectuada, libera al deudor de su obligación.
4) La consignación es siempre un procedimiento judicial.
5) Frente a la mora del acreedor, el deudor tiene el “derecho” de consignar, pero no la obligación de
hacerlo. Puede esperar que el acreedor purgue su mora, prestando la colaboración debida que permita
ejecutar la prestación.
6) Para constituir en mora al acreedor es menester, como regla general, intimarlo a prestar la
colaboración debida.
Luego de la exposición de institución del Pago por consignación por mora del acreedor, no podemos
establecer que se den dichos requisitos en el caso propuesto. Ya que en ningún momento se menciona
la actitud del acreedor de rechazar con anterioridad a la interposición de la demanda de desalojo, la
recepción del pago.
Además de éstos ya enumerados, como bien observa LLambías: “Hace a la eficacia del pago la
concurrencia los principios de integridad e identidad…, el demandante no está obligado a recibir algo
distinto de lo prometido, ni menos cantidad de lo acordado. Fallando la concurrencia de estos principios,
se impone el rechazo de la consignación.
El principio de identidad del pago está contemplado claramente en los arts. 740 y 741, el primero de los
cuales dispone: “El deudor debe entregar al acreedor la misma cosa a cuya entrega se obligó. El
acreedor no puede ser obligado a recibir una cosa por otra, aunque sea de igual o mayor valor”.
Punto Nº 2
VIABILIDAD DEL DESALOJO POR FALTA DE PAGO
Para que el desalojo por falta de pago sea procedente es necesario que se den ciertos requisitos de
fondo a saber:
a) La existencia de una relación locativa cierta,
b) El retraso moroso en el pago del alquiler.
Sobre éste último punto, hay que hacer algunas observaciones: aunque el locador sustente el hecho de
que el inquilino no abona los alquileres, no implica que éste se encuentre incurso en mora, y ésta es
componente necesario de la acción de desalojo. Para que ella exista es necesario que el retardo tenga
origen en la culpa o dolo del deudor y que además le sea imputable. Podría presentarse al situación de
que no se haya convenido en el contrato por escrito el lugar de pago, y éste sea el domicilio del deudor,
si el acreedor no presta su colaboración para facilitar el pago concurriendo a dicho domicilio, va de suyo
que el inquilino no puede ser considerado moroso.
Punto Nº 3
Art. 5 “Intimación de pago. Previamente a la demanda de desalojo por falta de pago de alquileres, el
locador deberá intimar fehacientemente el pago de la cantidad debida, otorgando para ello un plazo que
nunca será inferior a 10 días corridos contados a partir de la recepción de la intimación, consignando el
lugar de pago.” Ley de Locaciones Urbanas.
La intimación previa a la demanda (art. 5 de ley 23.091), es requisito ineludible para entablar la
demanda por desalojo, posee un carácter predominantemente formal, que no tiene un fin en sí mismo,
sino que es un medio que ha empleado el legislador para evitar abusos por parte del locador, que no ha
prestado la debida colaboración e hiciera incurrir en mora al locatario, dando además certezas sobre las
sumas adeudadas. La intimación hecha al locatario no es una exigencia impuesta por la ley para
constituir en mora al deudor, ya que la mora se produce por el mero vencimiento del término (art. 509
del C.C.), sino para brindarle una oportunidad extra de abonar los arriendos, liberarse de la deuda y
advertirle que si no la aprovecha será demandado por desalojo
Punto Nº 4
No caduca, simplemente no produce efectos, ya que lo que se persigue con el juicio de desalojo es la
recuperación del inmueble dado en locación y no la percepción de los alquileres adeudados, que se
podrá hacer a través de un ejecutivo por cobro de intereses. La percepción de alquileres atrasados por
el locador con posterioridad al ejercicio de la demanda de desalojo, no se puede entender como
renuncia del derecho de perseguir la rescisión del contrato por incumplimiento del deudor. Aún cuando
el locador recibiere los importes debidos, durante la sustanciación del proceso, no obsta al progreso de
la demanda, ya que es incuestionable el derecho del locador a recibirlos sin perjuicio de obtener
desahucio del inquilino moroso.
De igual forma, los depósitos de alquileres realizados en el juicio de desalojo, en tanto no fueron
aceptados por el acreedor ni declarados legales por sentencia, no dejan de ser una mera oferta de
pago, y carecen del efecto cancelatorio del mismo, resultando inadmisibles como fundamento de
excepción de pago opuesta al cobro ejecutivo de alquileres.
Punto Nº 5
El pago deber ser completo, de acuerdo a lo establecido en cuanto al tiempo, modo y objeto. Si el
deudor se comprometió a entregar X cantidad de dinero, pactando los intereses, incluidos los
moratorios, ésa es al cantidad a la que está obligado, pudiendo el acreedor negarse a recibirlos e
impugnar la consignación judicial si esta se hiciere, cuando falten alguno de los requisitos de
procedencia.
En cuanto a los intereses moratorios, son acumulables a la obligación principal y son asignables al
interés punitorio, por lo que deberán ser abonados en su totalidad, y quedará al arbitrio judicial la
determinación de su calidad de usurarios o si han beneficiado con un enriquecimiento ilícito al acreedor.
Desarrollados el instituto del Pago por Consignacion en el Còdigo Civil art 756 a 765 los requisitos que
el legislador ha previsto son:
Según Alterini,i la enumeración del art 757 CC no es limitativa sino ejemplificativa. Por ello el pago con
intervención judicial tambien es posible en otros supuestos. Seria conveniente que el Codigo Civil
enunciara una regla general de procedencia en todos los casos en que el deudor a pesar de ser
diligente, tenga una verdadera imposibilidad o una razonable dificultad de pagar directamente al
acreedor.
2)Requisitos de fondo que hacen a la viabilidad del desalojo por falta de pago:
El art 1579 CC expresa “ No pagando el locatario dos periodos consecutivos de alquileres o renta, el
locador podra demandar la resolucion del contrato, con indemnización de perdidas e intereses”
Pierre entiende sobre el punto que surge en forma evidente que los alquileres deben ser consecutivos y
encontrarse vencidos. La ley 23091 establece en su art 29 que sus disposiciones son de orden público
y no podra concederse el desalojo cuando no se adeuden dos periodos consecutivos de alquiler que se
encuentren vencidos por mas que las partes hayan suscripto una claùsula en el contrato que pueda
modificar esta disposición. ii
En sentido contrario Belluscio-Salvatiii opinan que es valido que los contratantes estipulen que la falta de
pago de un solo periodo confiera al locador el derecho de demandar la resolucion del contrato por el
solo vencimiento del termino fijado contractualmente para el pago de una cuota del alquiler. Opinan que
la convencion no es de objeto prohibido, ni contraria a las buenas costumbres, como tampoco violatoria
del orden publico y en consecuencia las partes pueden modificar el plazo establecido en la norma.
Para Juan Carlos Pierre la verdadera razón de la existencia legal de previa intimación estriba en la
necesidad de evitar que locadores desaprensivos usen abusivamente de la posibilidad de desalojar,
atribuyendo un incumplimiento que en esencia no provino de demoras del inquilino. La notificación
previa exigida ha sido instituìda para impedir un abuso haciendo incurrir en mora al locatario, movido por
el deseo de resolucion del vinculo, circunstancialmente mas importante para el locador que el cobro
puntual de los alquileres por la mora pactada.
Tiene por objeto alertar al inquilino acerca del propòsito del locador brindandole la posibilidad de evitar
el proceso pagando lo adeudado.
Para Belluscio-Zanonni esta intimación es un plazo de gracia tendiente a evitar un desalojo
intempestivo, que se interpreta según las circunstancias y atendiendo a la buena fe pero los defectos de
la intimación o su falta no son obstáculos para el progreso del desalojo cuando no se demuestra la
voluntad de pagar. Se ha dicho que la notificación de la demanda de desalojo suple la intimación del art
5 de la ley 23091 pudiendo en este juicio el locatario presentar los recibos o cancelar la deuda.
Para Alterini ante la ocurrencia de pleitos pendientes sobre los que pueden proyectarse los efectos del
pago efectuado con intervención judicial y ante un juicio de desalojo el inquilino solo podra hacer valer la
consignacion para detener el curso de aquel cuando hubiere sido efectuada con anterioridad a la
NOTIFICACION DE LA DEMANDA.
Según Borda “…la cuestion es discutida, según algunos fallos y autores el acreedor tiene derecho a
oponerse a la consignacion tardia, según otros el deudor tiene derecho al pago tardio siempre que el
acreedor no haya hecho uso CON ANTERIORIDAD de su derecho a resolver el contrato. Esta ultima es
la tendencia que parece prevalecer…”.
Para Wayariv si bien el deudor puede pagar tardiamente, la jurisprudencia se ha encargado de señalar
los lìmites dentro de los cuales es posible el ejercicio de este derecho. El estado de mora no constituye
un impedimento para que el deudor pueda hacer una consignacion vàlida siempre que sea completa y
que la obligación subsista, osea que el acreedor en el interin no haya fundado en el incumplimiento del
deudor su derecho a resolver el contrato.
En nuestro caso la consignacion seria extemporanea ya que fue realizada después de corrido el
traslado de ley al demandado en el juicio de desalojo donde la parte actora expresa su voluntad de
resolver el vinculo contractual.
Y VISTOS: los autos FLORENTI CESAR c/SANTOS JORGE s/ JUICIO DE DESALOJO”, Expte. Nro.
150/07 de los que resulta:
I)A fs 2/12 se presenta el Sr Florenti Cesar e inicia demanda por desalojo contra el Sr Santos Jorge por
la suma de $ 2.200.- (pesos dos mil doscientos).
Dice que celebro con el demandado un contrato de locación el día 01/01/06, con vencimiento el día
31/12/2008.
En cláusula cuarta se convino el pago de alquileres por la suma de pesos quinientos ($500,00)
mensuales, del 1 al 5 de cada mes, por mes adelantado.
La locación se celebro respecto del inmueble sito en la calle Lima 1213, piso 1°, de Cordoba, de
propiedad del actor.
A partir del mes de Enero de dos mil siete, el demandado dejo de pagar el alquiler, a pesar de sus
múltiples requerimientos. El día 5/02/2007 le envia carta documento n° 101598756 AR, en los términos
del art. 5 de la ley 23.091. intimando en el plazo de ley al pago de los sumas adeudadas. Ante la falta
de cumplimiento por parte del locatario en fecha 20/2/2007 inicia el presente juicio de desalojo.
II) A fojas 20/21 contesta la demanda el Sr Santos Jorge. Niega todas y cada una de las afirmaciones
contenidas y sostiene que la verdad de los hechos es que habiendose dirigido al domicilio del locador
para abonar los alquileres correspondientes al mes de Enero de 2007 el mismo se encontraba de
vacaciones. Cuando concurre en el mes de Febrero para abonar los dos canones adeudados el actor se
niega a recibir el pago manifestandole su voluntad de rescision del contrato de locacion por necesitar el
inmueble locado de su propiedad para uno de sus hijos que ha regresado a vivir en la ciudad de
Cordoba. Ante esta situacion el Sr Santos se asesora legalmente y procede a la consignacion judicial
de los alquileres adeudados para lo cual inicia Juicio de Consignaciòn en fecha 25/2/2007 en expediente
162/07 cuyos autos se acumulan al presente Juicio de Desalojo de acuerdo a los art 448 al 455 del
CPCyC de Cordoba en el cual hace el deposito judicial de pesos un mil quinientos ($1500.00)
correspondiente a los dos canones adeudados mas intereses compensatorios oponiendose al pago de
la clausula penal convenida en el contrato de locacion por ser usuraria, solicitando al Juez en tramite
aplique lo dispuesto en el art 656 CC .
Y CONSIDERANDO:
I)La parte actora ha probado el interés legitimo para accionar del Sr Florenti Cesar y la cuantía del
importe adeudado en la documental agregada a los autos a fs 9 y reconocida en audiencia de
reconocimiento de documental. Mediante prueba informativa a fs 20 se acredita la recepcion de Carta
Documento Nro 101598756 AR por parte del Sr Jorge Santos.
II)En cuanto a la parte demandada ha quedado probado que el Sr Santos reconoce en audiencia de
reconocimiento de documental el contrato de locacion celebrado con el actor. El demandado tambien ha
probado mediante testimonial ofrecida a fs 18 que en el mes de Enero concurrio a pagar el alquiler no
encontrando en su domicilio al Sr Florenti. Con la correspondiente acumulación de autos el demandado
a opuesto excepcion de pago mediante la consignacion judicial de la suma de un mil quinientos ($
1.500.00) que ataca a la pretensión del actor. En la misma tambien afirma que como deudor moroso
tiene la facultad de liberarse pagando los intereses debidos y a expresado oposición al pago de la
clausula penal la cual considera usuraria.
III) En defensa a la excepcion de pago el actor resiste la consignacion judicial por ser extemporanea y
solicita la resoluciòn del contrato de locaciòn de acuerdo al art 1579 CC con efectos retroactivos al dia
de la presentacion de la demanda en fecha 20/2/2007.
IV) Por el principio de la indivisibilidad del pago, el deudor tiene que abonar exactamente lo que debe.
Los intereses accesorios del capital forman con el uno solo y por esa razon el deudor no puede ofrecer
el pago del capital separado de los intereses. La consignacion efectuada en esas condiciones no libera
al deudor. El demandado no ha podido limitarse al pago de los canones locativos e intereses
compensatorios que no alcanza a cubrir la indemnización por daño debida al locador en razon de su
incumplimiento estipulada convencionalmente como clausula penal. Para cumplir con las exigencias
legales ha debido hacer el deposito del total de lo reclamado con la protesta o reserva consiguiente si
los consideraba usurarios para discutirlo en estos autos o en otro juicio. Si no lo hizo la consignacion
debe ser desestimada por incompleta y extemporanea ya que la misma fue iniciada con posterioridad a
el inicio de la demanda de desalojo incoada por el actor la cual opera sus efectos resolutorios en forma
retroactiva no existiendo para el deudor ya la posibilidad de cumplir con la obligación.
Por lo expuesto RESUELVO: hacer lugar a la demanda promovida por el Sr Florenti Cesar contra el
Sr. Santos Jorge sobre desalojo y se tenga por desestimada la Consignacion Judicial. Costas para el
perdidoso.
CASO Nº 5:
El Sr Angel Villagra, de 65 años de edad, es diabético y se encuentra internado en un Hospital de la
Ciudad de Córdoba. A consecuencia de su diabetes sufre una infección en el pie derecho denominada
“pie diabético”, la que ha engrangenado el miembro. La única solución brindada por el equipo médico es
la amputación del miembro hasta la rodilla, operación a la que Angel se niega.
Su hijo, el Sr Carlos Angel Villagra, de 32 años de edad, concurre angustiado a su Estudio Jurídico a fin
de consultarlo sobre la posible autorización judicial para efectuar la amputación de su padre contra la
negativa de éste.
Cómo abogado diligente reflexione sobre las siguientes cuestiones:
1. Cuál es la situación jurídica del Sr Angel Villagra en relación a su capacidad?
2. El Sr Angel Villagra posee discernimiento intención y voluntad para tomar una decisión de esa
naturaleza?
3. ¿Cuál es el derecho subjetivo en juego en el caso planteado?
4. ¿Quién posee el derecho a decidir una intervención sobre su propio cuerpo?
5. El Sr Carlos Angel Villagra, hijo del Sr Angel Villagra: ¿posee el derecho subjetivo a suplantar la
voluntad de su padre?
6. Desde la perspectiva del Derecho Constitucional: ¿Cómo argumenta cada una de las posiciones
referenciadas?
7. ¿Qué normas legales considera aplicables al caso? ¿Porqué?
Como abogado del Sr Villagra hijo, ¿Qué estrategias profesionales utilizaría?
8. Si Ud. fuera el Juez de la causa: resuélvala fundado en normas legales.
Al respecto véase L.L. 1991-B-364.C.N. Civ., Sala H, 21/2/91, autos: “J.J.”, con nota a fallo de Jorge
Bustamante Alsina, “La voluntad de cada uno es el solo árbitro para decidir una intervención en su
propio cuerpo”.
Bibliografía Especial.
NOVILLO SARAVIA, Lisardo, Vida Humana y Persona, en Derecho civil y comercial. Cuestiones
actuales, Libro Homenaje al Dr José Antonio Buteler Cáceres, Advocatus, Córdoba, 1990, ps.47/52.
ZABALA DE GONZALEZ, Matilde M., Derecho a la intimidad, Abeledo Perrot, Buenos Aires 1982.
El Sr. Ángel Villagra, es plenamente capaz, por ende posee intención, discernimiento y libertad, al
expresar su voluntad de negarse a la propuesta medica para salvar su vida. Ya que para el, en su
concepto de vida, tiene amplia importancia el poseer sus dos piernas, o no someterse al tratamiento
posterior de rehabilitación, luego de la amputación.
Mi postura es la siguiente: se debe respetar la voluntad de la persona, ya que es ella , la que soportará el
tratamiento medico, y la que lo sufre.
El Derecho subjetivo comprometido es el derecho personalísimo de libertad de conciencia (artículo 19
de la CN), en este caso se niega a determinados tratamientos médicos considerados lesivos a dicha
libertad por convicciones morales profundas no vinculadas a creencias religiosas.
Cada persona es la única que tiene el derecho personalísimo a disponer sobre su cuerpo, la vida y la
salud. Entonces el hijo, no puede suplantarse en ese derecho, teniendo en cuenta que su padre esta en
pleno uso de sus facultades mentales, y su decisión de debe a su propia convicción moral.
Como abogada del Sr. Villagra (hijo) , solicitaría acción inhibitoria al órgano jurisdiccional, para que se
impida la realización del acto dañoso, que seria la no amputación.
En la postura de un Juez, resolvería a favor del Sr. Villagra (padre), fundamentaría mi postura en:
-La integridad física relativa al cuerpo y a la salud
-La integridad personal
-Porque revisten carácter de orden publico y no son solamente derechos subjetivos,
-Además, nadie puede ser obligado a someterse contra su voluntad a un tratamiento medico
determinado de cualquier especie o índole, cuando tiene plena capacidad para manifestar su voluntad,
sin amparar la Eutanasia. Ya que el paciente es el que va afrontar la situación, por ende debe ser el
único que debe decidir.
Dentro del caso planteado se encuentran las siguientes instituciones del Derecho, que se
enmarcarían en el dentro del Constitucional, específicamente de los Derechos Humanos:
Nuestra Constitución , en su primera parte, trata de las declaraciones, derechos y garantías, también
incluye variadas normas de organización que, un tanto desordenadamente, se encuentran dispersas en
los primeros 43 artículos, incluido el 14 bis. El principio es los derechos nunca son absolutos, sino que
pueden ser siempre reglamentados por las leyes por razón de bien común, doctrina explicita y
permanente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación; tenemos tres generaciones de derechos:
- De Primera Generación: los clásicos derechos del individualismo, a la libertad y a la conducta propia,
hijos de la revolución francesa.
Derechos Personalísimos: Los que tiene todo individuo a partir de su propia existencia, que no se
ejercen en correlación con otros derechos por parte de terceras personas: el derecho a la vida, a la
intimidad y a la objeción de conciencia, a entrar, permanecer o salir del territorio, y a fijar domicilio.
Derechos Civiles.
- De Segunda Generación: Con impacto Social, donde se convierten en derechos grupales.
- De Tercera Generación: Los denominados derechos colectivos.
- De Cuarta Generación: Son todas las manifestaciones del derecho a la información.
Entonces se encuadrarían dentro de los derechos de Primera Generación, específicamente de los
Derechos Personalísimos.
. El Derecho a la Vida: se trata de un derecho implícito tanto en el Art. 33 como en la flamante cláusula
del inciso 23 del articulo 75. Por esta ultima, el Congreso queda obligado a “dictar un régimen de
seguridad social especial e integral en protección del niño en situación de desamparo, desde el
embarazo hasta la finalización del periodo de enseñanza elemental, y de la madre durante el embarazo
y el tiempo de lactancia”.
En el derecho Argentino la vida está protegida a partir de la concepción. Así lo determinan el Código
Civil, la Convención Americana sobre los Derechos Humanos ( Pacto de San José de Costa Rica) y la
reserva formulada por la Republica Argentina a la Convención sobre el Derechos del Niño.
En la actualidad existen una serie de leyes complementarias del Código que consagran la protección de
un derecho personalísimo en particular y de la defensa de un aspecto especial de alguno de ellos.
Como por ejemplo:
- la Ley 11.723 que en sus artículos 31 a 35 regula y protege el derecho a la imagen;
- la Ley 18248 que establece la regulación del derecho al nombre;
- la Ley 21.173 que incorpora al texto del Código Civil el artículo 1071 bis que tutela el derecho a
la intimidad;
- la Ley 23.592 modificada por la Ley 24.782 que tutela el derecho a la igualdad, prohibiendo y
penalizando los actos discriminatorios;
- la Ley 24417 de protección contra la violencia familiar que tutela la integridad física y psíquica de
las personas frente a eventuales lesiones o maltratos en el seno familiar y
- la Ley 24192 de trasplantes de órganos y materiales anatómicos
Los Derechos Humanos que vienen de las Constituciones y del derecho interno de los estados y que
se proclaman en la Carta de las Naciones Unidas (1945), desde su preámbulo cuando afirma su “fe en
4. Los procesos de integración supranacional , que han creado un derecho comunitario, encabezados
por el más avanzado, el de la Unión Europea, que trabaja actualmente en la redacción de una
Constitución continental.
e) Demás tribunales penales creados para casos de conflictos como el de Nüremberg, Tokio, ex
Yugoslavia y Ruanda.
6. El darle carácter de sujeto de derecho internacional al hombre, categoría que antes estaba
reservada a los estados y organismos internacionales.
Así tenemos, que dentro de los Tratados con rango constitucional, están los siguientes, de los cuales
se extrae lo referido al tema en cuestión:
Germán Bidart Campos, agrega, que la dignidad del hombre es “inherente a su ser, a su esencia, a
su naturaleza(...)Quién no ‘es’ hombre (ausencia ontológica de ser) no puede resistir el predicado
de la dignidad””
Los derechos naturales tienen su raíz en la eminente dignidad del hombre, como una realidad
ontológica, que es “un orden ideal relativo a las acciones humanas, una división entre lo
conveniente y lo inconveniente, lo adecuado e inadecuado,(...)” pero también como una realidad
gnoseológica, que significa el progresivo conocimiento de las normas de derecho natural que el
hombre viene haciendo, desde que existe la humanidad, guiándose, según Santo Tomás, por las
inclinaciones y no sólo por la racionalidad de la naturaleza humana. Esto es lo que nos permite hablar
de un derecho natural de contenido progresivo, que alude al modo con que la razón ha llegado a
conocer las reglas del derecho natural a través de los tiempos y nos impide referirnos a los derecho
como “nuevos” o “viejos”.
Amparo: «es la acción que tiene por objeto la pretensión tendiente a que se deje sin efecto un acto u
omisión de autoridad pública o de un particular que en forma actual e inminente, restrinja, altere o
amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, los derechos o garantías explícita o implícitamente
reconocidos por la Constitución Nacional, con excepción de la libertad individual tutelada por el hábeas
corpus».
En el orden nacional la Corte Suprema de Justicia de la Nación marcó el rumbo a partir de los casos
«Siri» y «Kot».
La protección de los derechos tutelados constitucionalmente resulta una cuestión que va más allá de las
vulneraciones concretas que puedan producirse. Se trata sin duda de uno de los pilares del sistema
institucional. De nada servirían las garantías constitucionales si no hay un mecanismo al cual recurrir en
caso de violación de aquellas.
En nuestro país la primera manifestación en este sentido se da con el Habeas Corpus, destinado a
proteger la garantía constitucional de la libertad personal. Es una garantía típica de la libertad.
Institución dada en amparado de todos los derechos que constituyen el elemento dinámico de la libertad
(facultad de hacer) y todas las inviolabilidades que constituyen su elemento estático.
El habeas corpus nació en 1215, cuando que se firmó la carta Magna, y rigió el principio de la libertad
individual para todos los súbditos ingleses, pero este principio fue fácilmente burlado por los que
disponían de la fuerza como supremo argumento.
Así nació este recurso como garantía contra los atropellos de la autoridad.
Desde un punto de vista lógico el recurso de amparo es el género, en cuanto tutela todas las garantías
constitucionales, y el habeas corpus una de sus especies.
Cuando hay un acto u omisión de una autoridad o de un particular lesivo de un derecho
constitucionalmente garantizado, expresa o implícitamente, se puede recurrir a la justicia solicitando en
virtud de su contradicción con la norma constitucional que se constituye en ilegítima, para que dicho
acto cese o la omisión se transforme en acción.
Ya podemos advertir que el sistema funciona como un resorte de protección. Quien es afectado por la
violación constitucional puede accionar provocando la reacción del sistema.
También de lo dicho se desprende cual es la solución que se persigue. El juez ordenará el cese del acto
lesivo o la comisión de la actividad omitida.
Otro corolario de lo expuesto es que podemos distinguir dentro del género Recurso de Amparo a dos
especies: la acción de prohibición y la acción de ejecución, según se trate de provocar el cese o el
ejercicio de un acto u omisión respectivamente.
Hoy aparecen nuevas manifestaciones especiales como por ejemplo el habeas data y el amparo
ambiental.
Según Matilde Zavala de González, se advierte que, pese al desarrollo doctrinario que los derechos de
la personalidad han tenido en los últimos tiempos, el aspecto relativo a su protección y a la
instrumentación de medios de tutela eficaces y rápidos se encuentra descuidado, siendo los existentes
insuficientes para tales fines.
Los medios de protección de los derechos de la personalidad, pueden ser clasificados en:
a) preventivos;
b) de cesación,
c) repertorios y
d) punitivos.
Los preventivos tienen por objeto o bien evitar el acaecimiento del daño cuya producción ha sido
amenazada, o bien eliminar la continuación del acto lesivo que ya ha comenzado a producirse, mediante
la destrucción de sus causas.
Los remedios de cesación del daño representan en el ámbito de los derechos personalísimos un papel
importante, que es previo a la propia reparación y punición. En efecto, al sujeto afectado le interesa en
primer lugar, y antes que nada, hacer cesar los efectos o consecuencias lesivas del acto.
Los medios de protección repertorios, como su mismo nombre lo indica, son aquellos que tienen por
objeto reponer al titular en el goce y disfrute del derecho lesionado, ya mediante el restablecimiento de
las cosas a su estado anterior, ya mediante la indemnización pecuniaria de los daños y perjuicios
materiales y/o morales padecidos.
Finalmente, los instrumentos de protección punitivos son aquellos que tienen por finalidad el prevenir la
producción de daños futuros similares por el mismo ofensor.
Analicemos pues, por separado, los diversos medios de protección existentes en nuestro ordenamiento
jurídico. Los instrumentos de prevención de daños a los derechos personalísimos pueden ser
judiciales y extrajudiciales.
Dentro de las medidas de prevención extrajudicial se han mencionado el autocontrol por parte de las
propias entidades prestadoras de servicios peligrosos, de las empresas de informática, de los centros
de salud, etc. y la fiscalización estatal mediante el ejercicio del poder de policía. Como medidas de
prevención judicial se distinguen:
a) La acción inhibitoria(cuando la persona peticiona ante los órganos jurisdiccionales que se impida la
realización del acto dañoso, que aun no habiendo comenzado, ha sido amenazado)
b) La acción de remoción (cuando el titular del derecho solicita la eliminación de las consecuencias de
un hecho dañoso a sus derechos de la personalidad);
c) La acción de amparo y de habeas data (como medios sumarios que permiten la supresión o
rectificación de una información inexacta);
d) La acción de cumplimiento forzoso (cuando se exige que el ofensor del derecho cumpla con lo
prometido u ofertado);
e) Las medidas cautelares innovativas (que imponen al ofensor la modificación de su actitud
amenazante) y
f) Las medidas autosatisfactivas (que pueden tener por objeto la protección preventiva de un derecho
personalísimo).
Tendientes a la cesación del daño se pueden enumerar las siguientes medidas, ejercitables en el
ámbito jurisdiccional:
a) La acción de abstención (cuando el sujeto titular del derecho solicita el cese de la conducta lesiva que
ya ha comenzado);
b) La acción de amparo y de habeas data (como medios sumarios que permiten la inhibición o cesación
del daño producido por una información inexacta) y
c) Las medidas cautelares innovativas (en tanto imponen al atacante el cese de su conducta dañosa).
Se aconseja la aplicación de astreintes a los fines de compeler al ofensor a cesar con su conducta
lesiva.
Como medios repertorios, dos son las medidas previstas por nuestro ordenamiento jurídico:
a) Las medidas de reparación en especie (que tienen por objeto la reparación in natura, siempre que
sea posible, del daño consumado; es decir el restablecimiento, lo más posible, de las cosas a su estado
anterior).
Las técnicas de reparación en especie son variadas, inscribiéndose dentro de estos medios: la
retractación (cuando el ofensor, arrepentido, se desdice públicamente, en los medios de amplia difusión,
admitiendo lo injustificado de su ataque), el derecho de réplica o respuesta (la posibilidad de la víctima
de dar respuesta a las injurias o calumnias sufridas, la rectificación (de errores o falsedades difundidas
en los medios de comunicación o bien de procederes), la publicación de la sentencia condenatoria, etc.
y
b) La indemnización pecuniaria del daño sufrido, tanto cuando se trate de daño material, como de daño
moral.
Finalmente, y como medios de protección punitorios, debemos distinguir, las técnicas punitivas en
materia civil, las sanciones propias del derecho penal y los medios punitivos en materia administrativa.
En el ámbito del derecho privado, se menciona como medio efectivo de protección la indemnización
punitiva de los daños, hablándose de "daños punitivos" para referirse a las hipótesis de condenas o
sanciones dinerarias que se añaden al resarcimiento pecuniario del daño realmente padecido por la
víctima.
Ya en el ámbito del derecho penal, encontramos numerosos delitos que atentan contra los derechos de
la personalidad, los que en su mayoría son sancionados con las penas más graves de nuestro
ordenamiento penal.
Así por ejemplo, protegiendo a la vida humana desde su concepción se tipifica y castiga el aborto
provocado en las situaciones previstas por los artículos 85 a 88, y reprime y castiga toda conducta que
atente contra la vida (artículos 79 a 84, Código Penal).
Para preservar la integridad física y su salud de la persona el Código Penal prevé y pena el delito de
lesiones (Capítulo 2 del Título 1, artículos 89 a 94) y el de abandono de personas (artículos 106 a 108
del Código Penal).
El derecho al honor y a la libertad también se encuentran respectivamente protegidos en los Títulos 2 y
5).También en el campo del derecho administrativo encontramos medios de protección punitivos de los
derechos personalísimos.
En efecto, los distintos códigos de salubridad pública, las leyes de protección ambiental, etc. contienen
normas que sancionan conductas lesivas, imponiendo por ejemplo la clausura de establecimientos, el
decomiso de mercaderías, etc.
JURISPRUDENCIA:
Al realizar la búsqueda de casos relacionados, con el planteado, también se encontró ponencias en
distintos Seminarios de Derecho de Nuestro País, en donde no solo se mencionaba la aplicación de la
ley al marco concreto, sino también la fundamentacion y legislación relacionada con el caso, con lo que
considero merece ser incluido dentro del este marco teórico.
. Consentimiento informado Por Juan Carlos Alongi
En principio, el médico no puede efectuar ningún tipo de tratamiento, sin recabar el consentimiento del
paciente. El consentimiento está asociado a la idea de información, la que debe ser clara adecuada,
completa y continua
Se debe respetar la voluntad del paciente. Se trata del señorío sobre su propio cuerpo y el derecho al
elegir la forma de vivir su enfermedad.
El profesional que realiza una práctica sin el consentimiento informado del paciente, comete una
agresión, por la cual debe responder. El paciente tiene derecho a disponer de su cuerpo y la sola
violación de éste derecho da nacimiento a la obligación de resarcir del galeno.
En la relación médico-paciente el consentimiento informado, en los albores del siglo XXI, presenta
aristas aún no resueltas:
- El respeto al principio de la autonomía de la voluntad.- En este punto resta conciliar la total
revelación necesaria para asegurar la libertad de decisión del paciente.-
- Priorizar la salud del paciente.- Se dice que la total revelación es perjudicial para la salud del
paciente y que estos no son capaces de manejar la información médica para así tomar decisiones
adecuadas.-
- La interacción médico paciente: apunta a establecer en la relación médico paciente un
equilibrio sobre el respeto a la condición del ser humano de cada uno de ellos. Rechaza el hecho de que
sea el médico o el paciente el que tome la decisión, pues sería incompatible con el respeto mutuo si
hay supremacía de uno sobre el otro. Se transforma en un proceso más emocional que racional. Si ha
de humanizarse la relación médico paciente, debe hacerse sobre la base del respeto y colaboración
mutua.-
Así por ejemplo la negativa injustificada del paciente a someterse a una revisación o tratamiento
médico, no autoriza al enfermo a prevalerse de esa contingencia, para obtener beneficios en detrimento
de terceros.- De no ser así ello se transformaría en un abuso del derecho personalísimo a la integridad
personal, además de resultar contrario a la moral y las buenas costumbres. ( arts. 1071 y 953 del Cód.
Civil).-
El consentimiento es la voluntad convergente o coincidente de dos partes - cum sentire - : sentir con
otro o juntamente con otro.-
No cabe duda que en los comienzos de este tercer milenio, el paciente es un consumidor del servicio de
salud.- En el mes de septiembre de 1.994, en oportunidad de realizarse las Primeras Jornadas de
Derecho Civil, una de las recomendaciones aprobadas por unanimidad de la Comisión 2, fue: " la
Constitución Nacional de 1.994, en su artículo 42, párrafo primero, proclama como derecho de los
consumidores y usuarios, el de ser protegido en su salud, seguridad é intereses económicos, y su
derecho a una información adecuada y veraz, a la libertad de elección y a las condiciones de trato
equitativo y digno. Cabe inferir, como consecuencia de los enunciados, el derecho a prevenir su
menoscabo o a ser resarcido, de mediar daño". ( despacho I, de lege lata).-
Y no podemos dejar de referirnos al "caso Bahamóndez", cuyo pronunciamiento correspondió a
nuestro más Alto Tribunal.-
Se trató de un paciente internado en el Hospital Regional de Ushuaia a raíz de una hemorragia
digestiva, que profesaba el culto Testigos de Jehová, quién se opuso a que se le suministre una
transfusión de sangre, fundando su negativa en motivos religiosos.- Los médicos y el hospital
obtuvieron una orden judicial para realizar la práctica, entendiendo que el deber profesional de
preservar la vida y la salud del paciente así lo imponía.- Frente a la sentencia de Primera
Instancia que hacía lugar a la medida, Bahamondez interpuso recurso de apelación, pero el
veredicto de la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia, también le resultó
adverso, ordenando la transfusión.- Sostuvo el tribunal, entre otras razones, que aceptar la
oposición del paciente implicaría convalidar un "suicido lentificado", por vía de omisión.-
Ante sendos fallos adversos, firme en sus convicciones, Bahamóndez acudió mediante la
interposición de un recurso extraordinario a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.- En su
sentencia, seis de los nueve integrantes del tribunal se pronunciaron - en el caso de conflicto de
normas y valores - en favor de la libertad personal y protección de la esfera íntima de la
persona.-
Ello merece una aclaración. La Corte, consideró que al momento de dictar su fallo resultaba inoficioso
pronunciarse en la causa. En efecto, quién había llevado el planteo al más Alto Tribunal, había
recuperado su salud, desapareciendo el cuadro clínico que hacía aconsejable la transfusión y por ende
se había tornado abstracta la cuestión, desestimándose el recurso extraordinario.-
A ello agregamos: el fallo de segunda instancia data del 15 de junio de 1.989 ( El Derecho, 134-297 y el
de la Corte del 6 de abril de 1.993. Ello hizo que al momento de tratarse la procedencia del recurso
cuatro jueces, Boggiano, Cavagna Martínez, Petrachi y Belluscio que el recurso fuera concedido.-
Fundaron su opinión en " dada la rapidez con que se produce el desenlace de situaciones como las de
autos, es harto difícil que, en la práctica, lleguen a estudio del Tribunal las importantes cuestiones
constitucionales que aquéllas conllevan sin haberse vuelto abstractas. Para remediar esta situación,
que es frustratoria del rol que debe poseer todo tribunal al que se le ha encomendado la función de
garante supremo de los derechos humanos, corresponde establecer que resultan justiciables aquellos
casos susceptibles de repetición, pero que escaparían a su revisión por circunstancias análogas a las
antes mencionadas".-
También haciendo aplicación de célebre adagio del derecho romano " insipienter volenti non fit iniuria"
en otro precedente jurisprudencial se sostuvo: " Los únicos protagonistas en este acto médico
( esterilización, ligadura de las trompas de Falopio), tanto en los períodos previos e iniciales de
información y gestación de la decisión, como en los subsiguientes de toma responsable de la misma y
los finales dirigidos a concretarla o actuarla, no son otros que el paciente y el médico. La Ley no
requiere para nada la intervención del órgano judicial".- JUBA. B 201458. CC0103 LP 229.959. RSD-
363-97 S 18-11-1.997, Juez Roncoroni (SD). Carátula: R.N.A. s/ Autorización Judicial para ligamiento de
trompas. Publicaciones: LLBA 1.998, 987.. MAG. VOTANTES: Roncoroni-Pérez Croco.-
Entendemos que el precedente jurisprudencial citado, no se ajusta a derecho.- En efecto, se trata del
caso previsto por el Art. 20 inc. 18 de la ley 17.132, que prohíbe a los médicos practicar intervenciones
que provoquen la esterilización sin que medie indicación terapéutica perfectamente determinada y sin
que se hayan agotado todos los recursos para la conservación de los órganos reproductores.-
El Pfsor. Alberto J. Bueres, en su clásica obra Responsabilidad Civil de los Médicos, ED. Hammurabi,
Pág. 240, había sostenido años antes, similar criterio, aunque con algunas restricciones: " Estimamos
que si el paciente se encuentra en el pleno uso de sus facultades mentales, es decir,
absolutamente lúcido, y se opone a someterse a la actividad médica, el facultativo no podrá
desconocer la voluntad de aquél ( ni ella podrá ser suplida por una autorización judicial)".- A ello
debemos agregar que en el caso de incapacidad, deben prestar el consentimiento los
representantes legales. En ausencia de estos y de mediar suma urgencia en virtud del riesgo de
vida, el profesional podrá obrar por sí en virtud de lo normado por el Art. 34, inc. 4º, o ad eventum
inc. 3º del Código Penal.-
Adherimos a la postura del eximio jurista, en cuanto a que el consentimiento del paciente, resulta
ineficaz, en el caso de intervenciones ilícitas, verbigracia aborto.-
El mencionado Profesor, sin embargo, justifica la intervención coactiva de los médicos, con abstracción
de la voluntad del paciente lúcido,..." toda vez que se interprete que la pasividad de éste configura una
forma ostensible o larvada de suicidio". Ob. citada, Pág. 243.-
El argumento en que se sustenta su opinión, es que los derechos subjetivos personalísimos, a la
vida, a la integridad corporal, a la salud, etc. tienen un amplio margen de ejercicio pero no son
absolutos.-
En cuanto a los Principios Aplicables cuando la Investigación Médica se combina con la Atención
Médica, merecen ser destacados el 31: "El médico debe informar cabalmente al paciente los aspectos
de la atención que tienen relación con la investigación. La negativa del paciente a participar en una
investigación nunca debe perturbar la relación médico-paciente".-
Resulta un antecedente legislativa de importancia, en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires, la ley
11.044 y fundamente su Título 2: Aspectos Eticos de la Investigación en Seres Humanos.-
En efecto, a varios de sus artículos, se refiere al consentimiento informado, en materia de investigación
practicada sobre seres humanos.- Me referiré puntualmente al Artículo 4º inc. e) que textualmente dice: "
Obtener mediante instrumento público donde consten los riesgos a correr, el consentimiento de los
sujetos de la investigación o de sus respectivos representantes legales, con las excepciones
establecidas en Ley debidamente acreditadas".
La información que brinde el médico tratante al paciente, debe ser adecuada, completa y continua. Si
ella es escasa o deformada, induciendo a error al paciente, su consentimiento carecerá de validez, Art.
954 del Código Civil.-
Debemos concluir, en cuanto a la prueba en materia de acreditar del deber de información, se ha
sostenido con razón, que el que se pretende acreedor de un derecho de tal naturaleza, debe demostrar
su existencia. Establecido el mismo, corresponde al deudor, demostrar su cumplimiento.-
Conclusión: El paciente que se encuentra en pleno uso de sus facultades mentales puede
oponerse a una determinada práctica o tratamiento médico, debiendo respetar el profesional su
contenido de voluntad. Este, no podrá ser suplida por la autorización judicial, salvo que
convalide una forma indirecta de suicidio y/o perjudique a terceros.-
El límite entre el daño y el beneficio a la persona aparece siempre que se hable del derecho sobre el
propio cuerpo y el equilibrio de éste con los derechos y obligaciones de terceros que implican el
consentimiento informado, el derecho a morir, el derecho a nacer o a no nacer, la genética, la anticon-
cepción, la esterilización, el aborto, la toma de medicamentos, el trasplante de órganos, el cambio de
sexo, etc.
EL DERECHO A MORIR El derecho a morir aparece como una última derivación del consentimiento
informado.
A menos que seamos víctimas de un accidente o ataque cerebral o cardíaco del que muramos
instantáneamente y antes de que llegue toda ayuda médica, hasta el tiempo y el modo de nuestra
muerte han llegado a ser materia u objeto de elección y decisión consciente; pero una vez que tenemos
el poder de decidir, corremos el riesgo de cometer equivocaciones. Podemos prolongar la vida
inadecuadamente o darla por perdida demasiado rápido, mas muchas veces se convertirá en
necesario tomar una decisión, sea por parte del propio paciente, sea por quien actúe en el interés
de éste.
El paciente que es enfermo terminal tiene el derecho de saber que se está muriendo; en ello ha habido
una verdadera revolución del pensamiento. Hasta hace aproximadamente treinta años, la mayor parte
de los médicos omitía dar a conocer su diagnóstico a los enfermos en tales condiciones. Tal revelación,
sin embargo, implica más respeto por la inteligencia y dignidad del paciente. Mas, frente a ello, la
reacción y posterior conducta del enfermo puede ser variada.
El objetivo básico de curar al enfermo y los valores insitos en la noción de libertad según los
cuales debe privar la voluntad del paciente entran en dramática colisión ante la negativa del
paciente a tratarse cuando su vida o su salud están en verdadero peligro.
Todos los médicos y hospitales aceptan que un paciente puede rechazar el procedimiento al que se lo
quiere someter si de ello depende una mejoría o un bienestar o cierto beneficio razonable en su estado
físico; pero también a todos se les queman los libros cuando hay verdadero riesgo de vida y el enfermo
se niega a tratarse.
El tratamiento deliberadamente rechazado constituye un serio problema. Es deber de los
médicos luchar contra la muerte, pero los individuos tienen derecho a aceptarla cuando están
viviendo destinos peores que la muerte. La obligación legal de los médicos puede ser la de
maximizar la libertad individual, siempre que den información al paciente, reconociendo a la vez
su facultad de rechazo de lo aconsejado; pero la carga que a veces recae sobre el médico
consistente en pagar una indemnización pecuniaria por declinar su obligación legal de curar es
algo así como la paradoja de los profesionales de la salud
Ante una enfermedad que se caracterice como terminal, el paciente adulto y capaz )tiene el derecho de
elegir un tratamiento activo y agresivo, uno de menor rigor, o lisa y llanamente, ningún tratamiento?. En
definitiva, este derecho a elegir llega a incluir la facultad de decidirse por una muerte más temprana, en
lugar de esperar una muerte tardía luego de terribles sufrimientos?
La cuestión se dificulta cuando el paciente terminal está inconsciente y no puede tomar esta decisión
por sí mismo. En este caso, otros, inclusive los tribunales, deben tomar la decisión, es decir deben elegir
por él entre la vida (que prácticamente no es vida) y la muerte.
Este dilema constituye la prueba de fuego de la idea de libertad y autodeterminación de la persona. El
derecho al rechazo de un tratamiento médico, es la contrapartida y a su vez la consecuencia
natural del consentimiento informado. En efecto: toda vez que se reconozca a los particulares un
derecho a ser informados de los aspectos relevantes que hacen a la terapéutica médica que se
les propone, y a consentir su aplicación, deberá reconocérseles la facultad de rechazar tal
tratamiento.
En suma, el problema máximo del paternalismo aparece cuando un enfermo está al borde la
muerte y a veces se plantea en términos que se parecen mucho a una eutanasia pasiva.
Si bien el mundo marcha hacia un respeto más generalizado del concepto de consentimiento informado
y autodeterminación del paciente, cuando el tema se trata desde la perspectiva del rechazo al
tratamiento médico, se generan no pocas reticencias. El orden público, la salud de la población, el no
avalar la decisión individual de cometer un "suicidio", o la idea según la cual "el ser humano no es dueño
de su vida como para suprimirla", son principios que desde el paternalismo médico -que aún tiene gran
peso en un sociedad como la nuestra-, vienen a restringir en gran medida el derecho de los enfermos a
rechazar la terapéutica que surge como adecuada.
Si se partiera de la base de que el consentimiento del paciente es condición previa al tratamiento
y de una completa idea de libertad de la persona, correspondería admitir lisa y llanamente que -a
menos que hubiera intereses sociales o de terceros de por medio- el rechazo de la práctica,
luego de la revelación de sus riesgos y beneficios y de su necesidad, debería constituir la más
completa defensa para el médico acusado de negligencia por no haber administrado el
tratamiento por cuya omisión resultara la muerte o daño definitivo del paciente.
Tan es así que, llevando la doctrina del consentimiento informado hasta sus últimas consecuencias, la
acción del médico y su actitud de imponer la terapéutica pese a y en contra de la negativa del paciente,
es la que hace nacer la responsabilidad por ataque intencional a la persona.
Sin embargo, pese a que se insiste en que lo crucial de la medicina es el consentimiento del
enfermo, esta falta de tratamiento puede volverse en contra del médico, pudiendo los familiares o
los tribunales entender que el profesional debió ejercer o haber ejercido su tradicional
paternalismo, procediendo a tratar al paciente a la fuerza.
El dilema desde el punto de vista de los médicos es que, si bien aceptan que los pacientes tienen
derecho a recibir las informaciones adecuadas a su estado para permitirles llegar a una decisión y no
tienen mayor problema en tanto los enfermos decidan someterse a algún tipo de terapéutica, cuestionan
e internamente no aceptan como legítima la elección por el "no tratamiento" si el paciente está
realmente enfermo, muy especialmente si se encuentra en peligro su vida.
No sólo existe un conflicto jurídico sino también ético entre el modelo de beneficencia que atribuye
la decisión al médico y el modelo de autonomía que potencia la libertad del paciente.
Los profesionales tienden a querer ignorar el derecho a decir "no" pues generalmente la negativa
está en contra de la historia clínica del paciente y del fundamento mismo de la medicina, siendo
que los propios términos "consentimiento informado" dan la idea de que se espera que el
paciente -previa información- consienta, es decir, acepte el tratamiento y no que lo rechace.
A menos que se vea claro que los pacientes tienen el derecho a decir "no" además de estar facultados a
decir "sí" al tratamiento, la base de la doctrina del consentimiento informado desaparece
Muchas veces se deja de lado este punto en la práctica médica y en las decisiones judiciales.
Los tribunales deben reconocer la relación entre la doctrina del consentimiento informado y el derecho a
rechazar el tratamiento, esto es, que si hay derecho a no ser tratado sin consentimiento, debe existir
también su contrapartida que es el derecho a no ser tratado.
Los casos determinantes han sido aquellos relacionados con pacientes enfermos terminales. Los
tribunales han sido más reticentes en aceptar el derecho de enfermos no terminales a rehusar una
práctica médica que les salvaría la vida, pero cuando la muerte del paciente parece inevitable en un
futuro cercano, se les reconoce tal facultad.
Por nuestra parte, consideramos que cuándo morir en supuestos extremos y terminales
constituye una decisión personalísima del paciente y que debe tomarse dentro de la esfera de
intimidad de la familia, no pudiendo interferir los terceros (médicos y Estado) bajo el manto del
paternalismo y de pretender saber más y mejor lo que es bueno para el enfermo. El límite entre el
daño y la liberación, si es mayor daño morir que subsistir, excede de la decisión profesional; la
mera prolongación de un lento deterioro y muerte segura es un lamentable desenlace y deben
conocerse y satisfacerse los verdaderos intereses del paciente, aún en contra de la opinión de
los médicos. A tal punto es así que es frecuente suscribir "testamentos en vida" para adelantarse
a esta voluntad futura de no mantener innecesarios e inútiles sostenimientos de la vida.
No se favorece la eutanasia, sino la eliminación o corte del suministro de medios extraordina -
rios: no se mata al paciente sino que éste muere solo y de muerte natural; en consecuencia, no
hay daño sino autonomía de la voluntad del enfermo; consiguientemente, tampoco habría
responsabilidad profesional ya que se ha obrado dentro de los límites de lo ético y de lo lícito.
BIBLIOGRAFÍA:
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DE LA REPUBLICA ARGENTINA”
QUIROGA LAVIE, HUMBERTO, “ VISITA GUIADA A LA CONSTITUCIÓN NACIONAL”
JORGE HORACIO GENTILE, “LA DIGNIDAD Y LOS DERECHOS HUMANOS”
Dr. Ricardo Haro, SEMINARIO INTERNACIONAL DERECHOS HUMANOS,
CONSTITUCIÓN Y TRATADOS “LOS DERECHOS HUMANOS Y LOS TRATADOS QUE LOS
CONTIENEN EN EL DERECHO CONSTITUCIONAL Y LA JURISPRUDENCIA ARGENTINOS”
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina)
http://www.acader.unc.edu.ar
Revista de Derecho Privado y Comunitario, Tomo I, Daños a la persona, ED. Rubinzal-Culzoni, Santa
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Elena I. Highton, LA SALUD, LA VIDA Y LA MUERTE. UN PROBLEMA ÉTICO-JURÍDICO: EL
DIFUSO LIMITE ENTRE EL DAÑO Y EL BENEFICIO A LA PERSONA. Ponencia
Dra. Amanda Estela Kees, “EL DERECHO A UNA MUERTE DIGNA Y LA OBJECION DE
NOVILLO SARAVIA, Lisardo, Vida Humana y Persona, en Derecho civil y comercial. Cuestiones
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Córdoba, 1990,
ZABALA DE GONZALEZ, Matilde M., Derecho a la intimidad, Abeledo Perrot, Buenos Aires 1982.
CASO Nº 6:
Concepto: Se denomina como astreintes a las sanciones valuadas en dinero contra el deudor que
demora el cumplimiento de una orden judicial, y que son requeridas por el juez a razón de una suma de
dinero por cada día, cada semana o cada mes en que un deudor retarda el cumplimiento de una
obligación determinada mediante una resolución judicial (la cual, según cada ordenamiento legal, puede
ser una sentencia judicial, un auto, un decreto, etcétera). A diferencia de la multa simple, las astreintes
tienen como característica un incremento periódico según el tiempo de retardo en que incurre el deudor,
mientras la multa determina el pago de una suma fija no aumentable en el tiempo. 3
Las "astreintes" son uno de los medios que la ley ha procurado para
forzar al deudor a cumplir con sus obligaciones otorgándoles a los Tribunales un
instrumento eficaz para doblegar la resistencia contumaz de un litigante que no cumple
con obligaciones que surgen de una resolución judicial4
ACA SACA DE UN LIBRO DE OBLIGACIONES Q TENGAS A MANO Y CITA LA BIBLIOGRAFIA,
AUTOR. NUM DE PAGINA Y TITULO DEL LIBRO
El objetivo de las astreintes es lograr que un deudor cumpla con ejecutar un mandato fijado por la
autoridad judicial, tal mandato suele tratarse de cumplir una obligación jurídica de hacer. Puede ocurrir
que el obligado retarde el cumplimiento del mandato judicial y para ello el juez aplica las astreintes como
castigo compulsivo y progresivo en el tiempo, aumentando el monto de las astreintes en proporción al
mayor retardo del obligado.
Para el caso de la obligación jurídica de dar un bien, es posible que en el curso del proceso el acreedor
pueda invocar una medida cautelar destinada a lograr el pago mediante el embargo de un bien del
deudor. No obstante en el caso de una obligación jurídica de hacer resulta poco eficaz para el acreedor
de aquélla pedir un embargo contra el deudor, pues se busca que éste ejecute un acto específico y
determinado, no que entregue un bien. Para lograrlo, diversos ordenamientos legales han previsto las
astreintes como castigo pecuniario para el deudor reacio a cumplir las disposiciones del juez. Cuando el
deudor cumple el mandato judicial, quedan sin efecto las astreintes.
Se explica la necesidad de las astreintes por la importancia de preservar la libertad personal de los
individuos participantes de un litigio, de modo que en caso de incumplimiento del deudor el juez no
necesite ordenar el encarcelamiento por desobediencia a la autoridad de quien elude el cumplimiento
del mandato, limitándose el juez a ordenar un menoscabo en el patrimonio del incumplido. Tal medida
ejerce una compulsión sobre el deudor sin afectar su libertad personal dentro de un proceso civil.5
4. Como juez de la causa y a tenor del art. 666 bis qué elementos de juicio tendría en
El daño causado a los vecinos mediante la acumulación de basura, inclusive el hecho de ser
arrojada hacia sus propiedad a lo largo de la medianeria.
Que a pesar de no existir autorización para que se practiquen deportes en determinado
sector del predio, el mismo es utilizado para ese fin.
5. Que le sugiere la idea que “las “astreintes” configuran una pretensión eventual y
Las astreintes no son la condena en si misma. Sino que se ejecutan en el caso de que la condena no
sea obedecida. No debe confundirse el carácter de ellas con el fin de la condena. La finalidad no es la
misma. Las astreintes son accesorias de ella, ya que se ejecutan en el caso que el demandado haga
caso omiso a la condena. Es decir que el fin no es la ejecución de las astreintes, sino que actuan como
“auxiliares” en caso de rebeldia e indiferencia hacia la palabra impartida por el juez.
6. Para la aplicación de la sanción en cuestión ¿es necesario el dictado de una sentencia definitiva que
resuelva el fondo de la cuestión debatida?. Fundamente.
CASO Nº 7:
Marcelo Quinteros compra un departamento a estrenar en el Complejo Lafedora. Dicha unidad cuenta
con servicios comunes entre ellos pileta de natacion, SUM, gimnasio, servicio de lavanderia.
Debido a los desperfectos que al poco tiempo aparecieron y que a continuación se enumeran:
filtraciones, malas terminaciones en revoques y pisos, deficiente aislamiento acustica, Marcelo interpone
demanda por incumplimiento contractual, fundandose en el art. 2176 del Codigo Civil “accion quanti
minoris”.
Expone el accionante en la demanda que el piso de madera del living y el dormitorio adolecen de
defectos de colocacion, sumando a ello los problemas de acustica que provocan malestares y trastornos
en la vida de Marcelo y su familia, pide en consecuencia:1 se indemnice la disminución del precio que
habria sufrido el inmueble a causa de los desperfectos; 2 pretende se fije una suma de dinero para
atender el resto de las reparaciones realizadas; 3 solicita daño moral: pide se lo indemnice por los
perjuicios sufridos debido a la mala fe de la Empresa enajenante, cita el art. 2176 y 522 del Codigo
Civil.
La demandada- Moranda S.A- en el responde rechaza todo y cada uno de los dichos de la actora. Asi,
niega el rubro indemnizatorio daño moral atento que el acto juridico fue celebrado con buena fe
conforme el art. 1198 del Codigo Civil. Niega, ademas abonar la indemnizacion a causa de la
disminución de precio que sufrio el inmueble ya que, afirma, el valor de la propiedad aumento
considerablemente desde que fue adquirido por el actor. Esto ultimo se evidencia teniendo en cuenta
que en Febrero de 2008 fue inagurado a 300 mtros del edificio “Lafedora” un importante Centro
Comercial.
DESARROLLO
2- En caso si fuera abogado de la actora, determine cada una de las pruebas que aportaría a la
causa.
Informes técnicos realizados por facultativos en la materia, como ser: arquitectos, ingenieros, etc.
El contrato donde, figura conforme al art. 2167 del Código Civil, dando alusión a la garantía por la
manifestación expresa del enajenante respecto de que el bien está exento de defectos.
La manifestación expresa de mi mandante, diciendo que en caso de haber conocido con prelación
dichos desperfectos, carecería su intensión de compra.
Que el enajenante, actuó en forma dolosa, conforme al art. 2166 del citado código, no pudiendo
restringir su responsabilidad por conocer por su arte y profesión las terminaciones y etapas de
construcción del departamento.
Testimoniales de allegados a los cuales no le comprenda las generales de la ley.
Intimaciones por vía legal, como ser carta documento, reclamando y poniendo en conocimiento los
daños producidos con posterioridad a la transacción del inmueble.
Fotos, presupuesto, diagnóstico de la inspección, presupuesto de reparación realizada por un
arquitecto, debidamente certificado por escribano público.
Planos respaldatorios de de la calidad de los materiales utilizados, su distribución y
acondicionamiento y puesta en funcionamiento donde certifican y garantizan la óptima disponibilidad del
inmueble.
Los folletos y promoción en la publicación y oferta del inmueble, dado su carácter “a estrenar” y la
violación a la voluntad por medio del engaño malicioso y doloso.
El reclamo en tiempo y forma, no habiendo superado el plazo establecido en el art. 4041 del Código
Civil.
La imposibilidad y perturbación en la habitación del inmueble por los daños.
Certificados médicos por intervenciones a los integrantes de la familia, por trastornos psicofísicos,
deficiencias respiratorias y alergias provocadas por el ambiente húmedo producto de las filtraciones y de
convivir con los vicios.
Costos por eventuales mudanzas forzadas y aumento de gastos por traslado.
Dado el saber técnico de la demandada, y su obligación de garantía, argumento fu mala fe
contractual.
Que en consecuencia del actuar malicioso, ladino, el daño moral provocado por el menoscabo y
decoro en la vida privada y el perjuicio en la integridad física y psíquica del núcleo familiar.
la imposibilidad de percepción al momento de adquirir el bien de los daños dado el no uso de la
vivienda y sus componentes, como ser: luz, agua. No siendo posible, sino hasta después de su
utilización la atención de las falencias.
Facturas de pagos por trabajos realizados de reparación por ser inminente su realización para
subsistir, como ser tapar caños de agua por un plomero en sectores que adolecen de humedad.
3- Si fuera abogado de la empresa vendedora, cuáles serían las probanzas en las que probaría su
pretensión?
En este caso alegaría como primer lugar la prescripción de la acción, conforme al art 4014 del
Código Civil, basando que los deterioros se ocasionaron por el mal cuidado del inmueble en su
habitación.
Que las pruebas aportadas por el actor, no son suficientemente verosímiles, conforme al art. 2168
del citado código.
Presento los planos certificados con las aprobaciones correspondientes a cada etapa en la
construcción del edificio en su conjunto y del departamento en particular.
Las habilitaciones municipales que aprobaron el proyecto y su elaboración.
Que me mandante actuó siempre con la debida diligencia y buena fe contractual en todo momento.
Los cotejos con los demás departamentos, y sus perfectos estados, siendo que todos han sido
construidos al mismo tiempo y con los mismos materiales.
Que mi mandante se constituye como “enajenante” en el contrato, no siendo el vendedor del
inmueble, por lo que no debe responder por la acción en su contra siendo su actuar dentro de la buena
fe, conforme al art 2172 del código citado.
Que al momento de realizar la demanda, conforme a los peritos tasadores, el valor del inmueble ha
aumentado en casi dos tercios de su valor de compra por el actor, dato muy relevante también por las
mejoras que suscitaron en el barrio.
Que la demandante procura un enriquecimiento ilegítimo, pretendiendo el cobro de lo indebido, por
parte de mi mandante.
Que no corresponde el daño moral, debido que mi mandante actuó con una conducta fiel e
intachable, siendo absolutamente lícita todo actuar contractual.
Que los desperfectos que denuncia la accionante no corresponden a los “graves”, sino por la
negligencia y la falta de atención en debido momento.
ACCION REDHIBITORIA: del lat. Redhibere, que significa “devolver”, es aquella que se confiere al
adquirente a título oneroso de una cosa para dejar sin efecto el acto jurídico de transferencia por existir
vicios o defectos ocultos en lo adquirido. A consecuencia de ella, el adquirente devuelve la cosa y el
transmitente tiene que reembolsarle el precio pagado y los gastos realizados. (Dic. jurídico)
Tal como lo establece el art. 2164 del C.C: “Son vicios redhibitorios los defectos ocultos en las cosas,
cuyo dominio, uso o goce se transmitió por título oneroso, existentes al momento de la adquisición, que
la hagan impropia para su destino, si del tal modo disminuyen el uso de ella que al haberlos conocido el
adquirente, no lo habría adquirido, o habría dado menos por ella”
O sea, el adquirente del bien tiene derecho a retornar la cosa al enajenante y de exigirle que éste le
devuelva el precio siempre que el defecto oculto sea importante.
Asimismo la existencia de vicios o defectos que se atribuyan a las cosas vendidas serán determinadas
por peritos expertos en la materia que se trate, salvo pacto en contrario.
Este deber de garantía se da cuando una persona transmite el dominio, uso o goce de una cosa
valiéndose de un título de carácter oneroso, lo cual supone, que recibió una contraprestación por su
entrega.
Es aplicable en todos los contratos onerosos, sea que tenga por objeto transmitir el dominio o
simplemente el uso y goce de la cosa.
Requisitos:
Mosset Iturraspe dice que un vicio es oculto cuando no existe posibilidad de descubrirlo sin ensayo o
prueba de la cosa, o bien solo puede ser advertido por expertos o propietarios diligentes. Por el
contrario, el vicio es aparente cuando pueda ser advertido por ser visible o reconocible, por quien ejerce
una profesión u oficio.
Está tesis impone al adquirente el deber de requerir un estudio técnico, y por ende serán ocultos
aquellos defectos que escapan al estudio del experto.
Está tesis en cambio sostiene, que si un hombre con mediana experiencia no puede detectar el vicio,
ese vicio será oculto.
Borda sostiene que deben considerarse ocultos, cuando pueden ser advertidos mediante un atento y
cuidadoso examen, que se valorará según la condición y cualidades personales del adquirente, y a su
vez se debe tener en cuenta las circunstancias que rodean a la celebración del contrato. Por su parte,
no se requiere el auxilio de peritos.
En cambio, si una persona adquiere la cosa sin preocuparse siquiera de efectuar un examen de ella, no
podrá invocar la garantía, ya que la ley no ampara al adquirente negligente, siempre y cuando por
supuesto, que el enajenante no hubiere colaborado con dolo o mala fe.
ACCION “QUANTI MINORIS”. La que se concede para reclamar la devolución de una parte del precio
equivalente a la desvalorización de la cosa. De la misma forma que en la acción redhibitoria debe
distinguirse la buena o mala fe del vendedor. Si es de buena fe, sólo se deberá la restitución de la parte
del precio…
La acción estimatoria o “quanti minoris”, tiene por objeto demandar al vendedor "la disminución del
precio" en proporción al deterioro de la cosa
Esta acción no pretende la disolución del vínculo contractual, sino sólo la restauración del equilibrio en
las prestaciones, ya que se supone que la cosa viciada vale menos.
Es viable esta acción, cuando los vicios no son tan graves, es decir, aunque deteriorada puede cumplir
su destino
Según la letra de los textos legales, el legislador ha concedido derecho para demandar daños y
perjuicios sólo cuando se intenta la acción redhibitoria, pero nada dice para el caso de la estimatoria. El
fundamento esta dado en que el comprador conservar la cosa, por lo tanto todavía le es útil y el daño
causado se cubre con la restitución de la parte del precio. No obstante, Borda opina que también tiene
acción por daños.
Prescripción de las acciones: dispone el Art.4041, que la prescripción de las acciones redhibitoria y
quanti minoris, se opera a los tres meses, y que el adquirente de la cosa puede ejercer cualquiera de las
dos acciones, siempre que el vicio oculto sea grave, pero al optar por una, no puede instar la otra.
6. En el caso, si fuera abogado de la actora determine cada una de las pruebas que aportaría a
la causa.
7. Si fuera abogado de la Empresa vendedora cuales serian las probanzas en las que
comprobaría su pretensión?
a. Prescripción de la acción, conforme al art 4014 del Código Civil, alegando que los deterioros se
ocasionaron por el mal cuidado del inmueble.
b. Que las pruebas aportadas por el actor, sean insuficientemente
c. Presentación los planos certificados con las aprobaciones correspondientes
d. habilitaciones municipales, cotejos con los demás departamentos
e. Que los desperfectos que denuncia la accionante no corresponden a los “graves”, sino por la
negligencia y la falta de atención en debido momento.
Si fueran insubsanables los vicios ocultos la acción a instar sería la Redhibitoria, devolviendo cada parte
lo entregado en el negocio y todo lo que conlleva esta acción.-
AUTOS Y VISTOS:
RESULTA:
I) Que a fs. 1, se presenta el Dr. Ricardo Raúl Montaner, como apoderado del Sr.
Marcelo Quinteros, adjuntando al efecto poder general, el que en fotocopia obra glosado a fs. ….y
promueve demanda contra la Constructora MORANDA S.A tendiente al cobro de la suma de
PESOS………….($ xxxx) con más sus intereses y costas.
Refiere que en oportunidad de que el actor adquiriera, mediante la compra un
departamento a estrenar en el Complejo Lafedora y que dicha unidad contaba con servicios comunes
entre ellos pileta de natación, SUM, gimnasio y servicio de lavandería, al poco de realizada la misma
aparecieron desperfectos tales como filtraciones, malas terminaciones en revoques y pisos, deficiente
aislamiento acústico; razón por la cuál el accionante interpone formal demanda fundándose en los
términos del art. 2176 del C.C.
Alega que el piso de madera del living y el dormitorio adolecían de defectos de
colocación sumando a ello los problemas de acústica que provocan malestares y trastornos en la vida
del Sr. Quinteros y su familia, por lo que solicita: 1º) se indemnice la disminución del precio que habría
sufrido el inmueble a causa de los desperfectos; 2º) se fije una suma de dinero para atender el resto de
las reparaciones realizadas; 3º) solicita daño moral: además de que se lo indemnice por los perjuicios
sufridos debido a la mala fe de la Empresa enajenante, citando los art. 2176 y 522 del Código Civil.
Asimismo obra en autos constancia de documental que fueran presentados, como
así también informes periciales pertinentes.
II) A fs. …., por resolución Nº ….., el Juzgado tiene por promovida la acción y
dispone el traslado de la misma, por el término y bajo apercibimiento de ley.-
III) Que a fs…., se presenta el Dr. Aguedo Aquino, como apoderado de la firma
MORANDA S.A acreditando personería con fotocopia de poder general agregado a fs… y contesta la
demanda interpuesta, solicitando el rechazo de la misma en todas sus partes.
Para tal efecto niega el rubro indemnizatorio daño moral atento que el acto jurídico
fue celebrado con buena fe conforme el art. 1198 del Código Civil. Niega, además abonar la
indemnización a causa de la disminución de precio que sufrió el inmueble ya que, afirma, el valor de la
propiedad aumento considerablemente desde que fue adquirido por el actor en virtud de la instalación a
pocos metros del edificio de un importante centro comercial.
Y CONSIDERANDO:
RESUELVO:
1º) Hacer lugar a la demanda por los conceptos y montos indicados, condenando
a la empresa constructora MORANDA S.A a abonar la suma de PESOS OCHO MIL ($8.000) para
cubrir los gastos de reparación por los defectos de construcción detectados; PESOS UN MIL
QUINIENTOS ($1.500) en concepto de gastos y PESOS VEINTE MIL ($20.000) en concepto de daño
moral.
BIBLIOGRAFÍA:
Concluida la investigación fiscal preparatoria, el Sr. Fiscal formula acusación contra Daniel Gómez, alias
“el Chino”, solicitando se lo considere penalmente responsable del delito de homicidio simple, en grado
de tentativa. El hecho que da base a la acusación se relata seguidamente: el imputado Daniel Gómez
alias el Chino mantenía una relación amorosa con Natalia Pucheta, hijastra de la víctima. Natalia se
encontraba embarazada de Gómez, estando a la fecha del hecho de siete meses de gestación. Con
fecha 2 de junio de 2007, el encartado Daniel Gómez, se aproxima a la casa de su novia y desde la
ventana puede observar como la víctima, Pedro Oliva, le propinaba empujones a Natalia Pucheta. Como
Gómez tenía prohibido el ingreso a la vivienda, este se introduce a través de la ventana disparando dos
tiros contra Oliva, produciendo un impacto en la zona pectoral izquierda, lesiones que se acreditaron,
según informes médicos como de carácter grave, dado que pusieron en riesgo su vida. Luego del primer
disparo, mal herido, Pedro Oliva sale corriendo por la ventana solicitando ayuda a los vecinos.
El fiscal funda su pretensión en el lugar preciso en el que se efectuaron los disparos, suficientes como
para comprometer la vida del sujeto pasivo.
La defensa del imputado alega que no se ha configurado el dolo necesario para la configuración del tipo
penal, si bien en su declaración indagatoria manifestó haber sentido odio a la victima desde que lo
conoció. Solicita se califique la conducta como incursa en el delito de lesiones graves en los términos
del Art. 90 del C.P. Sostiene además, que su conducta no fue irracional sino que al observar que la
victima agredía físicamente a su novia entiende-concluye- que existió una agresión ilegitima e
inminente.
1. Conceptualice el dolo.
El dolo, es la voluntad deliberada de cometer un delito a sabiendas de su ilicitud, es la intención de
cometer la acción típica prohibida por la ley.
En el tipo doloso la realización del tipo es querida por el autor, las conductas son dirigidas por la
voluntad contra la norma que le prohíbe dañar el bien jurídico de que se trate, de modo que existe
coincidencia entre los dos niveles que lo integran: el tipo objetivo, que comprende el aspecto externo del
comportamiento humano prohibido por la norma, que abarca no sólo su descripción abstracta sino
también valoraciones de distinta índole; y el tipo subjetivo, en el que el sujeto es plenamente consciente
de que su actuar lesiona el bien jurídico y quiere afectarlo, lo sucedido debe haber sido conocido y
querido por el autor.
En definitiva, el dolo consiste en el conocimiento (elemento cognoscitivo o intelectual) y la voluntad
(elemento volitivo) de realización del tipo penal. El autor debe saber que realiza el hecho, qué hecho
realiza y las circunstancias que lo rodean y debe querer realizarlo.
VISTOS: En la ciudad de Córdoba, Provincia de Córdoba, a los 20 días del mes de Diciembre del
año 2007, siendo las 09:00 hs., reunido el Tribunal en lo Criminal Nº 2, con la presidencia de la Dra.
Juana Correa, integrada con los señores vocales, Dres. Julio Guzmán y Walter Jara, con el objeto de
dictar veredicto que prescribe el C.P.P.C., en la causa Nº XXXX que por delito de homicidio simple, en
grado de tentativa se le sigue a Daniel Gómez, argentino, soltero, de 30 años de edad, empleado,
nacido en Río Cuarto, Provincia de Córdoba, el 3 de Enero de 1981, D.N.I. N° 27.814.617, hijo de don
Carlos Federico y de doña Josefa Báez, ambos domiciliados en calle Monteagudo Nº 342, de la
localidad de La Falda, Provincia de Córdoba, cometido en la persona de Pedro Oliva, conforme a la
requisitoria obrante en autos. Actuando como Fiscal el Dr. Octavio Quinteros y como Abogado Defensor
el Dr. Jorge Monti.
CONSIDERANDOS: Que, el imputado Daniel Gómez alias “el Chino” mantenía una relación
amorosa con Natalia Pucheta, hijastra de la victima, quien se encontraba embarazada de Gómez de
siete meses de gestación. Aproximadamente a las 23 hs. del día 2 de Junio del año 2007, el imputado
Daniel Gómez, se aproxima a la casa de su novia y desde la ventana puede observar como la victima,
Pedro Oliva, propinaba empujones a Natalia; puesto que Gómez tenía prohibido el ingreso a la vivienda
se introduce a través de la ventana disparando dos tiros contra Oliva, produciéndole un impacto en la
zona pectoral izquierda, lesiones acreditadas por informes médicos como graves, ya que pusieron en
peligro su vida. Luego del primer disparo, mal herido, Pedro Oliva sale corriendo por la ventana
solicitando ayuda a los vecinos. El fiscal funda su pretensión en el lugar preciso en el que se efectuaron
los disparos, suficientes como para comprometer la vida del sujeto pasivo, solicitando se lo considere
penalmente responsable del delito de homicidio simple, en grado de tentativa. La defensa del imputado
alega que no se ha configurado el dolo necesario para la configuración del tipo penal, si bien en su
declaración indagatoria manifestó haber sentido odio a la víctima desde que lo conoció.
Que, en cuanto al dolo, tanto en su elemento volitivo como cognoscitivo, en tanto resulta una
realidad psicológica, no es demostrable en forma directa, ni resulta directamente perceptible a través de
los sentidos. Su prueba es de naturaleza indirecta, y radica en aquellos indicios que puedan surgir de la
forma exterior del comportamiento y las circunstancias que rodearon su realización, de los eventuales
informes periciales de tipo psicológico o psiquiátrico que se hayan producido, de los testimonios de la
víctima o de terceras personas, o aún de la propia confesión del acusado.
Que, en lo que respecta a la aplicación en autos del Art. 34 del CP. que contempla la “agresión
ilegítima” esgrimido por la defensa, no puede atribuirse al caso, ya que ésta deberá ser proporcionada y
racionalmente necesaria cuando el medio empleado para ejercerla guarde proporción con la agresión
sufrida y el peligro que esta genere.
Que, en tal entendimiento no se ha demostrado la existencia de agresión alguna que justifique la
conducta del imputado. Tal conducta de ninguna manera implicaría el empleo de un medio racional y
necesario, ya que de ninguna manera puede ser así considerada la acción de repeler un intento de
golpe con la mano a una persona, mediante el disparo con un arma de fuego hacia una zona vital del
presunto agresor.
Que, en cuanto a las propias características de la conducta desplegada por el sujeto activo
demuestran la completa falta de proporción entre ésta y la presunta agresión. A la vista de tales
requisitos, la aplicación al caso de la norma contenida en el Art. 34 Inc. 7, C.P. resulta manifiestamente
inadecuado.
Que, el objetivo de dar muerte a la víctima encuentra fundamento en la conducta del imputado
como se desprende de la prueba agregada en los autos y según surge no sólo de la declaración de la
víctima, sino también del informe pericial balístico, donde consta que la herida mencionada presentaba
“… un orificio de entrada y salida producido por un proyectil perteneciente a un arma de fuego, el que
termina impactando sobre la parte superior izquierda del cuerpo del mismo…”. La apreciación conjunta
de todos los elementos convictivos que han sido señalados en los párrafos precedentes, además de la
evidente manifestación de odio del imputado expresada en el momento de la declaración indagatoria,
ponen de relieve la clara intención homicida con la que actuó Gómez, la que se encuentra
suficientemente fundada, y ha sido establecida de acuerdo con las reglas que rigen la valoración
probatoria.
Que, en cuanto a la figura de desistimiento voluntario contemplada en el Art. 43 CP, pretendida
por el abogado defensor no se verifica tampoco la pretendida vulneración, ya que se requiere para su
configuración no solo la omisión de continuar con aquellas acciones que conduzcan a la consumación
del resultado querido, sino también que no se llegue a la producción de ese resultado debido a la propia
decisión del agente y no por circunstancias ajenas a él. El desistimiento para ser jurídicamente relevante
debe ser voluntario y debe haberse abandonado el plan delictivo en forma definitiva, hecho que no
puede atribuirse al imputado sino que tiene por causa directa la fuga de la víctima, lo que frustró su
objetivo razón por la cual toda eventual voluntad de no llevarlo a término carecía de relevancia a los
efectos de la aplicación del Art.43º CP.
Luego de realizado el debate correspondiente, efectuado un intercambio de opiniones y de
acuerdo a la normativa vigente, el Tribunal de juicio Oral y Público, por unanimidad, en nombre del
Poder Judicial de la Provincia de Córdoba
RESUELVE: Condenar a Daniel Gómez, cuyos demás datos de identidad se han brindado, a la
pena de ocho años de prisión, accesorias legales y costas, por considerarlo autor penalmente
responsable de los delitos de homicidio simple en grado de tentativa, en concurso real con portación de
arma de fuego de uso civil.
CASO N° 9:
Marcela Pereyra empleada del Local comercial propiedad de Elías Salomón es despedida tras once
años de prestar sus servicios. Marcela interpone el reclamo en sede administrativa, arribándose a un
acuerdo en el que Elías Salomón se compromete a abonarle a la ex dependiente la suma reclamada
mediante tres depósitos judiciales. Dichos depósitos nunca se efectuaron.
Frente a esta situación factica, la acreedora no encuentra bienes obrantes en el patrimonio del ex
empleador como para hacer efectiva su acreencia ya que el local comercial ha quedado prácticamente
sin mercancías debido a la falta de reposición por disminución de las ventas, decide entablar demanda
de simulación el 15/2/08 a fin de impugnar la venta de un utilitario propiedad del accionado a su propio
Hermano Wadis Salomón quien es empleado de una AFJP. Solicita se tenga por simulada la venta
realizada entre los hermanos Salomón sobre el rodado dominio ADI 389 Como extremos a acreditar
manifiesta que la venta fue de Pesos Once mil, en tanto que el valor asignado a los fines impositivos era
en el momento de concretarse la transferencia de Pesos Treinta cinco mil. Alega que Elías continua en
el uso del rodado, afirma haberlo visto personalmente y ofrece testigos que avalan tal aseveración.
Además afirma que del asiento registral se deduce que la operación fue realizada el 18/8/07, en tanto
que la notificación del despido es de fecha 14/8/07.
Corrido el traslado de ley, los demandados resisten la pretensión alegando que es una cuestión laboral.
Que respecto a la manifestación vertida en la demanda que el accionado sigue utilizando el vehículo
lícitamente vendido al codemandado, es algo natural por ser hermanos y convivir en el mismo domicilio.
En definitiva sostienen que el negocio jurídico celebrado entre los hermanos debe ser válido.
METODOLOGIA
A) Descripción del caso.
B) Encuadre del conflicto dentro de la legislación civil y leyes de Procedimiento (CPCyC de la Pcia de
Córdoba).
C) Investigación de opiniones doctrinarias y jurisprudenciales.
D) Aplicación de los dictámenes analizados al caso concreto.
E) Solución del caso.
1) SIMULACION
Cifuentes, sostiene que la simulación es un acto o negocio jurídico que por acuerdo de las partes se
celebra exteriorizando una declaración recepticia no verdadera para engañar a terceros, sea que esta
carezca de todo contenido, o bien que esconda uno verdadero diferente al declarado.
Se trata pues de una divergencia, acordada entre los celebrantes del acto jurídico, entre la voluntad
interna o real y la externa o manifestada para engañar a terceros o protegerse frente a los mismos. Es
por eso que Ferrara define a la simulación como "la declaración de un contenido de voluntad no real,
emitido conscientemente y de acuerdo entre las partes, para producir con fines de engaño la apariencia
de un negocio jurídico que no existe o es distinto que no son aquellos para quienes en realidad se
constituyen o transmiten de aquél que realmente se ha llevado a cabo”.
Hay pues, en los actos simulados dos versiones: La aparente de fachada, que rige para los terceros y la
verdadera o real que la saben los simuladores. El acto simulado tiene eficacia para los terceros, pero es
ineficaz entre los simuladores. De ahí que la simulación sea posible solo entre actos bilaterales o
plurilaterales.
Nuestro codificador nos da una noción descriptiva de la simulación. Para el art. 955 "La simulación tiene
lugar cuando se encubre el carácter Jurídico de un acto bajo la apariencia de otro, o cuando el acto
contiene Cláusulas que no son sinceras, o fechas que no son verdaderas, o cuando por él se
constituyen o transmiten derechos apersonas interpuestas”.
De una manera general, podemos decir que acto simulado es aquel que tiene una apariencia distinta de
la realidad. Hay un contraste entre la forma externa y la realidad querida por las partes; el negocio que
aparentemente es serio y eficaz, es en sí ficticio y mentiroso o constituye una máscara para ocultar un
negocio distinto.
Ferrara, R, La simulación de los negocios jurídicos, Madrid, 1926; Acuña Anzorena, A., La simulación de
los actos jurídicos, Bs. As., 1936; Cámara, H., Simulación en los actos jurídicos, Bs. As., 1944;
Llambías, J. J., La prueba de la simulación aducida por las partes,
"J.A.", 1954-IV, p. 111
Aunque la extraordinaria multiplicidad de formas que suele adoptar la simulación hace difícil encontrar
caracteres comunes a todas ellas, es sin embargo posible delinear los más generales:
a) una declaración de voluntad disconforme con la intención efectiva del sujeto, suscita una declaración
de voluntad ostensible carente de realidad que puede recubrir una diversa voluntad efectiva, o que
puede ser en verdad enteramente vacía. Esta alternativa da lugar a dos especies de simulación, la
absoluta cuando se celebra un acto que nada tiene de real, y la relativa La simulación es relativa cuando
el acto aparente esconde otro real distinto de aquél;
b) El acto simulado tiene por objeto provocar un engaño. Adviértase que engaño no supone siempre
daño, puesto que algunas simulaciones son perfectamente innocuas.
c) Por lo general, la simulación se concierta de común acuerdo entre las partes, con el propósito de
engañar a terceros. Así, por ejemplo, una persona vende simuladamente sus bienes a otra, para no
pagar a sus acreedores.
Ferrara, R, La simulación de los negocios jurídicos, Madrid, 1926; Llambías, J. J., La prueba de la
simulación aducida por las partes,
No podemos olvidar, que la divergencia entre la voluntad real y la declarada ha de ser probada por
quien la afirma, por lo que la carga de la prueba de la simulación corresponde a quien la alega (actora)
y a favor de ella tiene las presunciones. En este caso "la simulación absoluta tiene carácter fraudulento
y tiende a causar un perjuicio a terceras personas, en cuanto que la apariencia creada se utiliza de
ordinario para frustrar la satisfacción de legítimas expectativas". La ciencia jurídica afirma
mayoritariamente que la figura de la simulación absoluta se produce cuando se crea la apariencia de un
contrato pero, en verdad, no se desea que nazca y tenga vida jurídica;
La Simulación de los Negocios Jurídicos (edición de la Editorial "Revista de Derecho Privado", Madrid,
1960),
5) Que valor otorga a los indicios y/o presunciones para acreditar la simulación?
En este caso la prueba indiciaria de la simulación se conformaba por una serie de presunciones
contundentes: A) existencia de causa simulandi;
B) vinculo de parentesco estrecho, la venta realizada por Elías Salomón en favor de su hermano Wadys
Salomón Wadys; falta de ejecución material del contrato (quien aparece vendiendo continúa en la
posesión de la cosa); el precio pagado -haciéndose notar que generalmente las partes se ven
constreñidas a hacer figurar un precio desproporcionadamente bajo- (conf. Borda: “Tratado de Derecho
Civil - Parte General,) fue por la suma de $ 11.000 cuando en el momento de concretarse la
transferencia, de $ 35.000.
C). Dicha venta se efectúa pocos días después de notificarse el despido a la actora.
D). La toma de posesión del bien por parte del adquirente se muestra de muy difícil percepción pues,
comprador y vendedor a más de hermanos, tienen igual domicilio, con lo que resulta muy complejo para
terceros (caso de la actora) determinar si se ha producido la efectiva tradición de la cosa, generando
esta circunstancia una particularidad que debe ser desvirtuada por los propios interesados (supuestos
comprador y vendedor), sencillamente por convenir a ellos demostrar tal extremo y por estar en mejores
condiciones de hacerlo, según lo indica la más autorizada doctrina y lo señala la jurisprudencia de
manera reiterada y constante (Conf. Vénica: “Cód. Proc. Civil y Comer. de la Prov. de Cba.”, Lerner, T. II,
Pág. 320 y sig.; Ferreyra de de la Rúa y González de la Vega de Opl: “Código Procesal Civil y Comercial
de la Provincia de Córdoba – Comentado y Concordado con los Códigos de la Nación y Provinciales”,
La Ley, T. II, Págs. 393 y sig.; Palacio: “Derecho Procesal Civil”, Abeledo Perrot, 4ta. Reimpresión, T. IV,
Págs. 361 y ss.; entre otros). Por todo lo expuesto, considero que la prueba presuncional e indiciaria de
que se trató de un acto ilícito por simulación es categórica y no ofrece dudas (arts. 955, 956, 959 y
cctes. C.C.; arts. 375, 384 y 456 C.P.C.C.).
SENTENCIA Nº:__10225_____
Córdoba, 28 de Agosto de 2009__
VISTOS:
Los autos Nº: 614/08 caratulados: “PEREYRA MARCELA c/SALOMON ELIAS Y SALOMON
WADIS s/ JUICIO DE SIMULACION”;
I) A fs 2/10 comparece el Dr. Soria Daniel, apoderado de la parte actora, Sra. PEREYRA MARCELA,
entablando demanda en contra de SALOMON ELIAS Y SALOMON WADIS.
Alegando en su escrito inicial de demanda la venta simulada el día 18/08/2007, de un automóvil marca
Fiat Siena, año 2008 dominio ADI 389, motor 168f50308129141 chasis 5BD172K0017654, de propiedad
del demandado, con la finalidad de abstraerse al pago de la obligación asumida en sede administrativa
de cancelar con tres depósitos judiciales a la actora sus servicios durante once años de relación
contractual art.1137C.C, como codeudor,( que surge de las copias agregadas del proceso laboral-fs-
71/140) se evidencia la voluntad de no honrar esa acreencia, presupuesto indispensable para la
viabilidad de la acción.
II) A fojas 11/17 contesta la demanda el Sr. Salomón Elías, evacuando el traslado conferido por el
Tribunal solicitando el rechazo de la demanda incoada, en su contra con especial imposición de costa.
El demandado sostiene, que el vehiculo fue lícitamente vendido al codemandado, y es algo natural que
por ser hermanos y convivir en el mismo domicilio que siga utilizando el rodado. Clausurado el término
probatorio y corridos los traslados de ley a los fines de alegar de bien probado, lo hace el actor a fs 2/10,
la parte demandada a fs 11/17.Firme y consentido el decreto de autos, quede la presente en estado de
ser resuelta. Y CONSIDERERANDO:
I) a fs 18 se habré la causa a prueba, la actora ha probado el interés legítimo por el accionar del Sr.
Elías Salomón, aporto pruebas testimoniales, e instrumental documental a fs 14. en cuanto a la venta
del rodado el 18/08/2007, el artículo 993 determina la fuerza probatoria de las partes del instrumento
relativas a hechos que el oficial público manifiesta que se han cumplido por él mismo o que pasaron en
su presencia. Lo que aquí se ataca es ajeno a estos supuestos pues, referido a declaraciones de las
partes, no se pretende alegar su falsedad material, sino su falta de sinceridad, hipótesis normada por el
art. 994 (Cfr. SALVAT: "Parte General", 9a. ed., Tomo 2, pág. 315, nº 1381; Excma. S.C.B.A., JA, 1965-I-
658, voto del doctor PORTAS; etc.). Por lo demás, ya en un viejo precedente se sentó "que la acción de
simulación es independiente de la falsedad del instrumento público, porque éste se refiere a una
alteración física de lo escrito, mientras que la simulación es una alteración intelectual, donde los
contratantes fingen o alteran la verdad subjetiva del consentimiento manifestado, declarando una cosa
no querida o no querida de aquel modo" (C.fr. C.Civ., 1ra., LL, 9-842 y G.F., Tomo 133-291). Uno vicia el
elemento espiritual, mientras el otro afecta la parte corpórea del acto; por ello resulta imposible la
confusión entre ambas figuras (Cfr. CAMARA: "Simulación en los actos jurídicos", 2da. ed., pág. 63,
núm. 46, literal "a", "in fine").Olvidan que la simulación supone un concierto, una inteligencia entre las
partes; éstas cooperan juntas en la creación del acto aparente, en la producción del fantasma jurídico
que constituye el acto simulado. Sin el concierto de todos, la simulación no es posible; no basta con el
propósito de uno sólo; pues con ello se tendría una reserva mental, no una simulación (Cfr. FERRARA:
"La simulación en los actos jurídicos", pág. 62; C.Apel.C.C., Junín, causa nº 26.281, sent. del 21-02-91;
etc.).
II) En cuanto a la parte demandada han aportado pruebas documentales sobre la base de que la
operación de compraventa había sido real y efectiva y tal hecho se deduce del asiento registral con
fecha 18/08/07. Asimismo considera que las pruebas testimoniales declaradas en fj 13 incurren en
varias contradicciones.
III) Firmado y consentido el decreto de autos, queda la presente causa en estado de ser resuelta
RESUELVA: Hacer lugar a la demanda y en consecuencia dejar sin efecto el negocio jurídico entre los
codemandados, debiendo informarse al Registro de la Propiedad del Automotor, produciéndose el
embargo sobre el mismo a favor de la actora. Imponer costas a los apelantes perdisiosos.
Secretario Juez
BIBLIOGRAFÍA Llambías,].l.,LapruebadelasimuIaciónaducidaporlaspartes,"J.A",
Conf. Borda, G. A., t. II, n° 1177, p. 304.
113 bis La acción de simulación puede ser ejercida por todos los que tengan interés legítimo en definir la
verdadera situación patrimonial del demandado (Cám. Apel. Mercedes, "L.L.",t. 58, p. 226).
Codigo Civil Argentino
La Simulación de los Negocios Jurídicos (edición de la Editorial "Revista de Derecho Privado", Madrid,
1960),
CASO Nº 10:
Marcelo Gonzáles el 19 de julio de 2006 ingresa a la empresa “El Mundo del Celular S.R.L.”
desarrollando tareas de servicios de venta de conexiones de teléfonos celulares. La venta del servicio
de teléfono que realizaba Gonzáles se concretaba con la suscripción del cliente de la solicitud del
servicio por triplicado: un original para Telecom, una copia para El mundo del Celular S.R.L., y una para
el cliente. Una vez concretada la venta llamaba a un centro de Telecom y desde allí activaban el
aparato.
Luego debía hacer el depósito de lo recaudado a la orden de Personal Telecom
Sostiene que la venta realizada siempre quedaba sujeta a la aceptación de Telecom-Personal.
En Mayo de 2008 la Empleadora notifica a Marcelo Gonzáles el despido alegando el fuerte impacto
negativo que la crisis agropecuaria ha dejado en el país.
El 18 de junio de 2008, Marcelo interpone formal demanda en contra de “El Mundo del Celular S.R.L.” y
Telecom Personal S.A, por ser solidarias responsables, fundandose para ello en el art. 30 de la LCT.
Al contestar la demanda, Telecom Personal interpone la excepción de falta de acción, alegando entre
otras cuestiones que la sola venta efectuada por la empresa codemandada de un producto o servicio
que presta otra no torna a esta en solidariamente responsable de aquella. En virtud de ello la relación de
solidaridad debe ser rechazada con costas.
Responda las siguientes cuestiones:
1Cuales son los presupuestos para que se configure la solidaridad en materia laboral? Art. 30 LCT
2. En el caso planteado: Que extremos deberán acreditarse para que prospere la solidaridad?
3. Cuál es la interpretación que ha hecho la CSJN del art. 30 de la LCT en autos: “Luna Antonio R c/
Agencia Marítima Rigel S: A y otros”.
4. La crisis económica es causal de despido justificado? Porque?
5. Conceptualice la defensa de falta de acción.
6. Como juez de la causa resuelva conforme a derecho.
METODOLOGIA
F) Presupuestos para que se configure la solidaridad en materia Laboral Art. 30 LCT.
G) Extremos que deberán acreditarse para que prospere la Solidaridad.
C) Cual es la interpretación que ha hecho la CSJN del Art. 30 de la LCT en autos: “Luna Antonio R c/
Agencia Marítima Rigel S: A y otros”.
D) La crisis económica es causal de despido justificado? Porque?
E) Conceptualice la defensa de falta de acción.
F) Como juez de la causa resuelva conforme a derecho.
DESARROLLO
A) La norma que nos convoca, se encuentra ubicada en el Título II, Capítulo II, de la ley de contrato
de trabajo. Los presupuestos se enumeran de la siguiente manera en el Art 30 LCT:
Constitución Nacional
Art.14 bis. El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán
al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor…igual remuneración por igual tarea…protección
contra el despido arbitrario…
B)La palabra "solidaria" proviene de la expresión latina "solidum", que expresaba un concepto de
totalidad y se la utilizó para describir una tipología de la obligación por la cual cada deudor "debe el
todo", con prescindencia del vínculo que lo unía con los restantes deudores, relación cuyos alcances y
vicisitudes resultan indiferentes, frente al reclamo del acreedor (ver "Curso de Derecho Civil", Planiol-
Ripert, T. VII, ap. 1.059, Ed. Calleja, España, 1.969 y Oscar Ameal en el "Código Civil Comentado y
Anotado", dirigido por Augusto Belluscio y coordinado por Eduardo Zannoni, T. 3, págs. 299 y sgtes.
Edit. Astrea.
En primer lugar no existen dudas que el único fundamento para que exista la solidaridad en el derecho
laboral es la existencia de un contrato de trabajo (aunque parezca una verdad de Perogrullo), que es el
título constitutivo para que puedan ser demandado cualesquiera de los deudores (empleador o no).
En este caso existe solidaridad laboral entre la empresa contratante( El Mundo del Celular SRL) y la
subcontratista ( Telecom- Personal SA), cuando ha quedado probada la existencia de una vinculación
legal entre ambas por medio de un contrato de Agencia de Ventas, ya que existe una unidad técnica de
ejecución entre la firma contratante y su contratista, porque la actividad comercial de esta última –
(prestación del servicio de comunicaciones móvil celular) -, integra la actividad propia y específica de
aquélla y es imprescindible para asegurarle la realización de su fin propio – (venta de aparatos de
telefonía celular prestación) -, por lo que la contratante se beneficia directa o indirectamente con la
actividad comercial de la contratista. Art. 30 de la LCT..
“La solidaridad en el contrato de trabajo” Revista de Derecho Laboral” – 2001 – 1 -, Edit.Rubinzal
Culzoni Pág.133), el enfoque del problema en orden al fraccionamiento de la responsabilidad laboral no
puede visualizarse desde la perspectiva de un contrato sino de un grupo de ellos que actúa en forma
relacionada (subcontratista, contratista, cesionario). Destaca que dicha relación no es solo una unión
convencional de contratos que se analiza desde los vínculos individuales sino que requiere una
comprensión como sistema.- En virtud de ello surge una teoría sistémica , en la cual las relaciones son
estudiadas y analizadas como una red y no como compartimentos aislados y estancos.-
Por lo tanto se originan relaciones internas que presentan un nexo que está vinculado a la colaboración
de las partes que la integran.-Como señala este autor no hay integración pero si conexidad, podríamos
decir que entre dependiente del principal y el tercero (léase contratista, subcontratista o cesionario) no
existe una integración por no haber contrato de trabajo entre los mismos, pero este instrumento como
causa fuente los conecta dentro del sistema de red diseñado en el marco negocial que acordaron
empleador y tercero.- Al desmembrar el primero una parte de las funciones materiales o inmateriales
que conforman y hacen a la noción de empresa y establecimiento entendidos como realidad sociológica.
Es aquí donde juega la “teoría de la solidaridad”, una pluralidad de vínculos producto de esa red
negocial que está por sobre los dependientes pero los comprende como la parte al todo, se unifica en
una única causa que es el contrato de trabajo, en el cual el tercero ajeno a la relación sustancial no
permanece ausente ni la ignora sino que la conoce y debe conocer (de lo contrario mediaría torpeza y
por lo tanto culpa contractual de su parte.
C) Desde el año 1993 en adelante, el sistema de solidaridad emergente del art. 30 de la LCT, tiene una
clara interpretación restrictiva, conforme el alcance que sistemáticamente le viene otorgando la Corte
Suprema de Justicia Nacional.-
Para ello, ha entendido el Tribunal que en estos supuestos concurren en la litis “circunstancias
excepcionales en relación con la trascendencia y significación del caso... tanto desde el punto de vista
de las relaciones laborales como de las diversas modalidades de contratación laboral”, por lo que la
equitativa solución de estos conflictos “puede contribuir a afianzar la seguridad jurídica y poner un
necesario aquietamiento en la evolución de las diversas tendencias jurisprudenciales que en relación
con la aplicación del artículo 30 de la LCT distan de ser pacíficas, como surge de numerosos
pronunciamientos dictados en distintos fueros laborales”7.-
La doctrina dada por la Corte ha sido ratificada a lo largo de la década con posterioridad a lo resuelto en
las causas “RODRÍGUEZ” y “LUNA” 8, promoviendo el rechazo de toda demanda que se sustente en una
proyección amplia de la norma citada, a fin de extender a terceros por vía oblicua la responsabilidad
directa del empleador, con fuente en las obligaciones emergentes de los contratos de trabajo o en el
sistema de previsión y seguridad social.-
Exégesis restrictiva que se ve fortalecida por la sustitución del segundo párrafo de la LCT, introducida
por el art. 17 de la Ley 25.013, en tanto el cedente o subcontratante haya dado debido cumplimiento a
su función de fiscalización, fracturando así su solidaridad legal.-
Consecuentemente, siguiendo a Ross, concluimos que ante la “presencia de una práctica establecida
en los tribunales, la teoría tiene que capitular, como tiene que capitular en el caso de un nuevo derecho
legislado”9, por lo que “el resultado a que se arribe no (deberá) importar un apartamiento palmario de la
realidad económica con grave menoscabo de la verdad jurídica objetiva”10.-
D) A las empresas se les está haciendo cada vez más difícil probar que despiden por encontrarse en
emergencia económica. En consecuencia, deben abonar la indemnización completa y no la mitad.
El problema principal se da porque las compañías no pueden probar que se encuentran con problemas
financieros que no pueden afrontar. Otro inconveniente es que además de la prueba, se tiene que tomar
en cuenta la apreciación que cada juez haga de las mismas para considerar que este artículo (el 247 de
la Ley de Contrato de Trabajo (LCT)) pueda aplicarse o no. El Art. 247 nos dice, En los casos en que el
despido fuese dispuesto por causa de fuerza mayor o por falta o disminución de trabajo no imputable al
empleador fehacientemente justificada, el trabajador tendrá derecho a percibir una indemnización
equivalente a la mitad de la prevista en el artículo 245 de esta ley.
En tales casos el despido deberá comenzar por el personal menos antiguo dentro de cada especialidad.
Como en el caso Marcelo Gonzáles el 19 de julio de 2006 ingreso a la empresa “El Mundo del Celular
S.R.L.” desarrollando tareas de servicios de venta de conexiones de teléfonos celulares. En Mayo de
2008 la Empleadora notifica a Marcelo Gonzáles el despido alegando emergencia agropecuaria.
Asimismo, los especialistas consultados por iProfesional.com, explicaron las razones que permitirían a
las empresas despedir y justificar la crisis económica. El abogado Juan Manuel Lorenzo, del estudio O
´Farrell, detalló las causas que permiten este especial tratamiento y ellas son:
a) la falta o disminución de trabajo no imputable a quien lo invoca;
En el primer punto se trata sobre el supuesto de la fuerza mayor y del caso fortuito. Es decir, hechos
imprevisibles o que aún siendo previstos no pudieron evitarse y que imposibilitan el cumplimiento de la
obligación de dar ocupación. "Resulta importante destacar que no cualquier situación económicamente
crítica de la empresa posibilita despedir por falta o disminución de trabajo; es necesario, además que la
misma no sea imputable al empleador, que no se trate de una situación pasajera, sino definitiva, actual y
por lo tanto grave. Además esa situación crítica no debe ser atribuible al riesgo propio de la empresa o
del negocio", destacó el especialista.
b) tecnológicas;
El segundo ítem, dijo Lorenzo, "fue introducido en nuestro ordenamiento con la sanción de la ley 24.013.
Se requiere para configurar esta causal que realmente haya habido una mutación tecnológica en la
empresa, y que la situación económica al tiempo que se produce la migración hacia nuevas tecnologías
no coincida con situaciones económicas críticas o desfavorables para el empleador".
c) organizativas y de mercado.
Finalmente, el tercer punto es ajeno a una situación de perturbación económica de la empresa y "su
diferenciación se centra en la variación o cambios en los modos de producir. Si estos incluyen la
incorporación de nuevas herramientas, maquinarias o materiales en reemplazo de otros, se estará ante
un cambio de tipo tecnológico.
De lo contrario, las alteraciones en la producción serán de tipo organizativo. La expresión "causas de
mercado" no se vincula con una causa autónoma de despido, sino como un elemento que preexiste en
muchos casos a las causas que se analizaron con anterioridad" finalizó el experto.
Cómo probar
la prueba en el caso planteado "se encontrará a cargo del empleador y será interpretada con criterio
restrictivo".
Finalmente, Héctor García, del estudio García, Pérez Bonaini & Asociados explicó que "como imperan
aún las normas de emergencia laboral dictadas en el año 2002 y que complementan a la Ley de
Empleo, todo empleador que pretenda despedir en base a esta causal, tendrá que iniciar un
procedimiento preventivo de crisis de empresa , ante la autoridad laboral competente", concluyó.
8
9
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Según Palacio: la defensa de falta de acción o legitimación para obrar, tiene por objeto poner de
manifiesto que el actor o el demandado no son titulares de la relación jurídica sustancial en la que se
funda la pretensión
Legitimidad para obrar: Es llamado también la legitimatio ad causam o cualidad para obrar consiste en
que las personas que tienen su lugar respectivo en la relación jurídica sustantiva (de derecho material)
sean las mismas que ocupan su lugar en la relación jurídica procesal.
Por lo tanto si los titulares de la relación jurídica sustantiva no son los mismos en la relación procesal no
habrá legitimidad para obrar y en consecuencia se podrá interponer una excepción de falta de
legitimidad para obrar.
En los procesos contenciosos la legitimidad para obrar del demandante consiste en ser la persona que
conforme a la norma sustantiva esté legitimada para que mediante sentencia se resuelva si existe o no
el derecho pretendido en la demanda.
Respecto al demandado (lado pasivo de la relación procesal) la legitimidad consiste en ser la persona
que conforme a la norma sustantiva está autorizada para discutir u oponerse a la pretensión.
La Legitimidad para obrar es la potestad que tiene una persona (sea natural o jurídica) para afirmar e
invocar ser titular de un derecho subjetivo material e imputar la obligación a otra.
La legitimidad para obrar no se identifica con la titularidad del derecho sustancial alegado en la
demanda. La legitimidad para obrar no es el derecho ni la titularidad del derecho controvertido. El actor
puede estar legitimado pero si no prueba los hechos sustentatorios de su pretensión, la demanda se
declara infundada.
La parte activa corresponde al accionante o demandante y a todos los que intervengan en ejercicio o
defensa de sus derechos.
La legitimación pasiva le corresponde al demandado y a todos los que se opongan a la pretensión del
demandante.
La principal se refiere a quienes tengan calidad de demandantes y demandados con derecho propio en
la relación procesal.
Toda persona como integrante de una sociedad donde existe los conflictos de intereses tiene derecho a
la tutela jurisdiccional para la defensa de sus derechos, por lo que al promover un proceso invocará su
interés que viene a ser el interés para ejercitar la acción planteando una pretensión, lo cual consiste en
el interés para obrar.
Es llamado también necesidad de tutela jurisdiccional que consiste en el estado de necesidad que tiene
una persona y que lo conduce a solicitar la intervención del Órgano Jurisdiccional con la finalidad de que
se resuelva un conflicto de intereses (Según el procesalista Ticona Postigo).
Según el jurista Juan Monroy hay interés para obrar cuando una persona a agotado todos los medios
para satisfacer su pretensión material y no tiene otra alternativa que acudir a la vía judicial para
satisfacer esta necesidad.
Gian Antonio Michelle, al “interés para obrar” lo plasma como la “situación de insatisfacción en que un
sujeto puede llegar a encontrarse si no recurre al juez, en cuanto que solo la obra de este último puede
satisfacer dicho interés. Esto es, hacer desaparecer la insatisfacción misma”.
Por lo tanto podemos decir que los requisitos establecidos por este art., para que se configure la
solidaridad en material laboral son:
Cumplimiento de las normas relativas al trabajo y los organismos de seguridad
social.
Es responsabilidad del principal ejercer el control sobre el cumplimiento de las obligaciones que
tienen los cesionarios o subcontratistas respecto de cada uno de los trabajadores que presten servicios,
no pudiendo delegarse en terceros…
El incumplimiento de alguno de estos requisitos hará responsable solidariamente al principal
por las obligaciones de los cesionarios, contratistas o subcontratistas respecto del personal que
ocuparen…
En el fallo plenario 309, acta 2448, del año 2006, la Sala de Acuerdos del Tribunal (Bs. As), se
reunió para resolver una causa planteada sobre la solidaridad laboral, diciendo: “ La idea de la
responsabilidad solidaria, como tantas otras, es fruto de la sutileza y creatividad del Derecho
Romano, que concibió un vínculo con múltiples sujetos pasivos para que el acreedor pudiera
reclamar a cada codeudor el cumplimiento total del objeto debido.
Los pretores, como a nosotros, también los obsesionaba la crisis de la solvencia y en el
remoto fundamento de las obligaciones solidarias está la tendencia a multiplicar los sujetos
pasivos para ampliar el respaldo patrimonial y asegurar el cobro de créditos tutelados de una
manera especial, ya sea por decisión de las partes en ejercicio de la autonomía de la voluntad o
por imperatividad de la ley.”
“La palabra “solidaria” proviene de la expresión latina “solidum”, que expresaba un
concepto de totalidad y se la utilizó para describir una tipología de la obligación por la cual cada
deudor “debe el todo”, con prescindencia del vínculo que lo unía con los restantes deudores,
relación cuyos alcances y vicisitudes resultan indiferentes, frente al reclamo del acreedor. La
característica esencial de esta tipología de las obligaciones reside en el derecho del acreedor a
exigir a cada deudor el pago íntegro, vale decir, en la posibilidad irrestricta de demandar, como
diría Jorge Joaquín Llambías, a todos, a algunos o a uno en particular, sin decir por qué.”
El art. 699 del C.C., establece que una obligación es solidaria cuando: “la totalidad del objeto de
ella puede, en virtud del título constitutivo o de una disposición de la ley, ser demandada por
cualquiera de los acreedores a cualquiera de los deudores”
Con respecto al significado jurídico referido a la actividad normal y específica propia del establecimiento,
debe aclararse que existen dos interpretaciones doctrinarias diferentes. Uno se refiere al sentido amplio
del alcance de la norma, comprendiendo no solo la actividad principal, sino también las accesorias y
secundarias. En cambio, la otra corriente realiza una interpretación restringida de la norma y afecta solo
aquellos trabajos o servicios íntimamente relacionados con la actividad de la empresa.
La norma contempla dos supuestos distintos, alcanzados por los efectos de la solidaridad pasiva:
Los extremos que deberían acreditarse para que prospere la solidaridad son, el contrato en el cual
la empresa “el Mundo del celular S.R.L.” contrata a Marcelo Gonzáles como subcontratista de la
empresa Telecom Personal SA., y en donde se detallan las actividades que deberá realizar,
remuneración, etc.
Acreditar fehacientemente que el “Mundo del Celular S.R.L” presta este servicio complementando
o completando la actividad de Personal Telecom SA., es decir como subcontratista de la empresa
Personal Telecom SA.
Que el Sr. Marcelo Gonzáles es uno de los empleados afectados a la prestación del servicio o
actividad de la empresa principal que es Personal Telecom SA.
Probar que la empresa “El mundo del celular S.R.L.” que es subcontratista de la empresa Personal
Telecom SA, ha incurrido en algunos de los incumplimientos previstos como requisitos, en el art. 30 LCT,
como por ej., la falta de cobertura por riesgos de trabajo, cuenta corriente bancaria a nombre del titular,
la falta de comprobantes del pago de las remuneraciones, etc., para que la solidaridad del art. 30 de la
LCT, se configure.
Por aplicación de los principios generales que rigen la solidaridad, y que son trasladables al
Derecho del Trabajo, la solidaridad no se presume. De allí que los criterios que conduzcan a su
aplicación deban ser rigurosos.
Los trabajadores que habiendo sido contratados por terceros con vista a proporcionarlos a las
empresas, serán considerados empleados directos de quien utilice su prestación, en este caso el Sr.
Marcelo Gonzáles, es un trabajador directo, ya que la tarea desarrollada por éste, está directamente
relacionada al servicio que presta la empresa Personal Telecom SA.
En tal supuesto, y cualquiera que sea el acto o estipulación que al efecto concierten, los terceros
contratantes y la empresa para la cual los trabajadores presten o hayan prestado servicios responderán
solidariamente de todas las obligaciones emergentes de la relación laboral y de las que se deriven del
régimen de la seguridad social.
3. ¿Cuál es la interpretación que ha hecho la CSJN del art. 30 de la LCT en autos: “Luna
Antonio R c/Agencia Marítima Rigel SA y otros”?
La CSJN ha entendido que el art. 30 hay que entenderlo de manera restrictiva, debiendo tenerse
en cuenta, no sólo las diversas modalidades de contratación, sino también las distintas obligaciones y
deberes que surgen de las distintas relaciones laborales, no debiendo extenderse la responsabilidad a
todos aquellos que tengan algún interés en las distintas etapas de la comercialización.
La asignación de responsabilidad no ha sido establecida por la ley teniendo en cuenta la sola
noción de que algunas actividades resulten necesarias para el desenvolvimiento empresario, lo cual si
fuera admitida, mediante la sola interpretación judicial “caería en letra muerta no sólo el texto legal sino
la posibilidad cierta de que más empresas asuman los riesgos propios del desarrollo económico”
Por otro lado sostiene que la solidaridad prevista en este art., es impuesto ex lege a las empresas,
que teniendo una actividad propia, normal y específica, o habiéndose encargado de ella, estiman
conveniente, acertado, no realizarla por sí en todo o en parte, sino que estiman necesario encargar a
una o varias empresas esa realización de bienes y servicios.
Como lo expresé supra, estamos frente a una obligación solidaria, según la definición establecida
en el art. 699 del CC, en donde el vínculo que surge es de una obligación mancomunada con
solidaridad impropia, concurrente surgiendo indudablemente los efectos que se producen entre el
acreedor y los deudores entre sí.
Por otro lado tenemos que la CSJN, considera que la empresa subcontratista es responsable, no
como empleador directo, sino como garante, ya que entre la empresa y la subcontratista, en virtud de la
naturaleza de la obligación emergente del art. 30, no existe un vínculo laboral sino que responde por
imperio de la ley como un medio de garantizar el cumplimiento de las obligaciones laborales y de la
seguridad social por parte del contratista.
En cuanto a este punto, el art. 247 LCT dispone: “ En los casos en que el despido fuese
dispuesto por causa de fuerza mayor o por falta o disminución de trabajo no imputable al
empleador fehacientemente justificada, el trabajador tendrá derecho a percibir una
indemnización equivalente a la mitad de la prevista en el art. 245 de esta ley.
En tales caso el despido deberá por comenzar por el personal menos antiguo dentro de
cada especialidad.
Respecto del personal ingresado en un mismo semestre deberá comenzarse por el que
tuviere menos cargas de familia, aunque con ello se alterara el orden de antigüedad”
Es decir, que para que el despido por crisis económica, sea justificado, es necesario acreditar,
probar fehacientemente, del hecho que lo motiva sin que ello sea imputable al empleador.
El artículo 98 de la Ley 24013 establece que: “Con carácter previo a la comunicación de despidos
o suspensiones por razones de fuerza mayor, causas económicas o tecnológicas, que afecten a más del
quince por ciento de los trabajadores en empresas de menos de cuatrocientos trabajadores; a más del
diez por ciento en empresas de entre cuatrocientos y mil trabajadores y a más del cinco por ciento en
empresas de más de mil trabajadores, deberá sustanciarse el procedimiento previsto de crisis previsto
en este artículo.
A su vez, el artículo 4 del Decreto PEN N 265/2002 establece que: “Previo a la comunicación de
medidas de despido, suspensión o reducción de la jornada laboral por causas económicas,
tecnológicas, falta o disminución de trabajo, en empresas que no alcancen los porcentajes de
trabajadores determinados en el artículo 98 de la Ley Nº 24.013, los empleadores deberán seguir
el procedimiento contemplado en el Decreto Nº 328/88. Toda medida que se efectuare
transgrediendo lo prescripto carecerá de justa causa”
El art. 8 del Decreto PEN Nº 265/2002 establece “ … que el inicio del procedimiento de crisis no
habilita por sí la procedencia de despidos ni la aplicación de la indemnización reducida prevista
en los arts. 247 LCT y 10 de la Ley 25.013… Nadie puede poner en duda que la simple promoción
del trámite de ningún modo puede convalidar la causal de despido por razones económicas o
tecnológicas …” (GEREZ, Oscar, ERREPAR, Doctrina Laboral Nº 201, Mayo 2002, T XVI, pág. 414).
El CPCCN enumera, en sus arts. 346,347 y 348, diversas "excepciones" previas, es preciso aclarar que
el uso de dicha expresión responde, más que a un criterio técnico estricto, al hecho de contar con mayor
arraigo en el lenguaje y las costumbres judiciales.
Dispone el art. 347 CPCCN que "sólo se admitirán como previas las siguientes excepciones: I)
Incompetencia; 2) Falta de personería en el demandante, en el demandado o sus representantes, por
carecer de capacidad civil para estar en juicio o de representación suficiente; 3) Falta de legitimación
para obrar en el actor o en el demandado, cuando fuere manifiesta, sin perjuicio, en caso de no
concurrir esta última circunstancia, de que el juez la considere en la sentencia definitiva; 4)
Litispendencia; 5) Defecto legal en el modo de proponer la demanda; 6) Cosa juzgada. Para que sea
procedente esta excepción, el examen integral de las dos contiendas debe demostrar que se trata del
mismo asunto sometido a decisión judicial, o que por existir continencia, conexidad, accesoriedad o
subsidiariedad, la sentencia firme ya ha resuelto lo que constituye la materia o la pretensión deducida en
el nuevo juicio que se promueve; 7) Transacción, conciliación y desistimiento del derecho; 8) Las
defensas temporarias que se consagran en las leyes generales, tales como el beneficio de inventario o
el de excusión, o las previstas en los artículos 2486 y 3357 del Cód. Civ. La existencia de cosa juzgada
o de litispendencia podrá ser declarada de oficio, en cualquier estado de la causa".
Falta de legitimación para obrar o falta de acción es la defensa fundada en el derecho de fondo, es
decir, que la excepción de falta de legitimación para obrar , en cuanto a su esencia y efectos, se
identifica con la denominada “falta de acción” y tiende a determinar si al actor o el demandado están
investido de la legitimario ad causam, esto es, si existe identidad entre la persona del actor y aquella a
quien la acción esta concedida o entre la persona del demandado y aquella contra quien se concede.
Por lo que podemos concluir que la falta de acción opera cuando alguna de las partes no es titular
de la relación jurídica en que se sustenta la pretensión.
Siguiendo a Lino Palacio: “la legitimación es aquel requisito en cuya virtud debe mediar una
coincidencia entre las personas que efectivamente actúan en el proceso y las personas a las cuales la
ley habilita especialmente para pretender y para contradecir respecto de la materia sobre la cual el
proceso versa”. Expresa que la defensa de falta de acción o legitimación para obrar, tiene por objeto
poner de manifiesto que el actor o el demandado no son titulares de la relación jurídica sustancial en la
que se funda la pretensión.
La legitimidad para obrar es llamada también la legitimatio ad causam o cualidad para obrar, que
consiste en que las personas que tienen su lugar respectivo en la relación jurídica sustantiva (de
derecho material) sean las mismas que ocupan su lugar en la relación jurídica procesal. Implica tener el
derecho para actuar en un proceso, es la potestad que tiene una persona (sea natural o jurídica) para
afirmar e invocar ser titular de un derecho subjetivo material e imputar la obligación a otra.
Por lo tanto si los titulares de la relación jurídica sustantiva no son los mismos en la relación
procesal no habrá legitimidad para obrar y en consecuencia se podrá interponer una excepción de falta
de legitimidad para obrar.
SENTENCIA Nº:__21225_____
Córdoba, 08 de Octubre de 2009__
VISTOS:
Los autos Nº 714/08 caratulados: “MARCELO GONZALES c/ El Mundo del Celular SRL. y otro s/
despido”;
I) A fs 3/12 comparece el Dr. Diego Fernando Soria, apoderado de la parte actora, Sr. MARCELO
GONZALES, entablando demanda en contra de/ El Mundo del Celular SRL. y otro.
Alegando en su escrito inicial de demanda la relación laboral desde el día diecinueve de julio del dos
mil seis en, la empresa “El Mundo del Celular S.R.L.” desarrollo tareas de servicios de venta de
conexiones de teléfonos celulares. La venta del servicio de teléfono que realizaba el actor se concretaba
con la suscripción del cliente de la solicitud del servicio. Una vez concretada la venta llamaba a un
centro de Telecom- Personal y desde allí activaban el aparato.
Luego debía hacer el depósito de lo recaudado a la orden de Personal Telecom
Sostiene que la venta realizada siempre quedaba sujeta a la aceptación de Telecom-Personal. Por lo
que se demuestra la solidaridad que surge del Art 30 LCT ya que el actor se encontraba subordinado
tanto técnica, como jurídicamente, en el sentido estricto de relación de sumisión y subordinación, para
con la firma Telecom- personal.
Alegando la parte empleadora el despido en mayo de 2008, por el fuente impacto que la crisis
agropecuaria ha dejado en el país.
II) A fojas 13/17 contesta la demanda el Sr. Marcelo Gonzáles, evacuando el traslado conferido por el
Tribunal solicita se declare solidariamente responsables a las empresas “El Mundo del Celular SRL.” y
Telecom Personal S.A, fundándose para ello en el Art. 30 de la LCT.
Resulta oportuno, mencionar que "... Se trata de un supuesto especial de responsabilidad y no de un
efecto expansivo del contrato de trabajo. De esta imposición de solidaridad a efectos de los
incumplimientos de los cedentes, contratistas o subcontratistas, emerge un tipo de responsabilidad,
cuya causa no es contractual sino legal (Art. 30 L.C.T.), por lo cual no encuentra obstáculo alguno en el
art. 1195, C.Civ...." ("La solidaridad del Art. 30, L.C.T." Revista del Derecho Laboral y Seguridad Social,
febrero 2008, comentario sentencia de Sala VII S.D. 40.529 del 24/10/07).
En Tanto el demandado como el codemandado negaron los hechos y el derecho invocado por el actor,
rechazando en un todo sus pretensiones. Asimismo sostuvieron que entre ellos solamente existió un
vínculo de carácter locativo, resultando inconducente el planteo de solidaridad prescripto por el artículo
30 de la ley de contrato de trabajo, que el actor le atribuyera al codemandado Telecom – Personal.
Y CONSIDERERANDO:
I) A fs 18 se habré la causa a prueba, la actora ha probado mediante pruebas documentales y
testimoniales (fs.07) que constan en la causa, como los materiales con los que trabajaban, papeles,
planillas, agendas, etc.; contenían el logo de Telecom - Personal y que era ella quien abonaba los
sueldos.
La relación laboral se ha demostrado el interés legítimo por el accionar de “El Mundo Celular y SRL Y
Telecom – Personal. En este caso existe solidaridad laboral entre la empresa contratante( El Mundo del
Celular SRL) y la subcontratista ( Telecom- Personal SA), cuando ha quedado probada la existencia de
una vinculación legal entre ambas por medio de un contrato de Agencia de Ventas, ya que existe una
unidad técnica de ejecución entre la firma contratante y su contratista, porque la actividad comercial de
esta última – (prestación del servicio de comunicaciones móvil celular) -, integra la actividad propia y
específica de aquélla y es imprescindible para asegurarle la realización de su fin propio – (venta de
aparatos de telefonía celular prestación) -, por lo que la contratante se beneficia directa o indirectamente
con la actividad comercial de la contratista. Art. 30 de la LCT.
II) asimismo, Telecom Personal interpone la excepción de falta de acción, alegando entre otras
cuestiones que la sola venta efectuada por la empresa codemandada de un producto o servicio que
presta otra no torna a esta en solidariamente responsable de aquella. En virtud de ello la relación de
solidaridad debe ser rechazada con costas.
III) Firmado y consentido el decreto de autos, queda la presente causa en estado de ser resuelta
RESUELVA: Hacer lugar a la demanda y en consecuencia Telecom- Personal debe afrontar la condena
en forma solidaria, al haberse acreditado la concurrencia de los extremos previstos por el artículo 30 de
la ley de contrato de trabajo veo necesario señalar que el primer apartado se refiere a quienes ceden
total o parcialmente a otro el establecimiento o explotación, habilitado a su nombre, contraten o
subcontraten, cualquiera sea el acto que le de origen, trabajos o servicios correspondientes a la
actividad normal y específica propia del establecimiento, dentro o fuera de su ámbito, y dice que
deberán exigir a sus contratistas o subcontratistas el adecuado cumplimiento de las normas relativas al
trabajo y los organismos de seguridad social.
Hasta allí se marca, por parte del legislador, el ámbito de aplicación territorial y personal de la norma, y,
por tanto, corresponde desentrañar, el verdadero alcance de la cuestión planteada.
Y en ese andarivel, es bueno tener presente que no estamos en presencia de una posibilidad de fraude
por la interposición de seudo empleadores u hombres de paja, ya que ese supuestos se encuentra
contemplado en el artículo 29 de la ley.
En este caso, se encara la responsabilidad como "respuesta" que debe dar el empresario que ceda total
o parcialmente a otro al explotación a su nombre, contrate o subcontrate, por los daños contractuales o
extracontractuales, que puedan producirse, con motivo del desarrollo integral de su actividad.
Existe una normal estructura empresaria que obtiene un beneficio por la tareas ajenas y que, según la
ley manda, debe responder ante la insolvencia del contratista o subcontratista.
No nos encontramos en el caso, ante una situación ilícita, sino por el contrario ante un accionar lícito
que exige a quien se beneficia con el accionar de otro, que responda por los riesgos que originen daños
y que se le impone asumir.
En esa tesitura, es del caso recordar que la empresa, como organización piramidal y jerárquica, que
organiza instrumentalmente medios personales, materiales e inmateriales, ordenados bajo una dirección
para el logro de fines económicos o benéficos, está facultada para llevar adelante su proceso productivo
de manera concentrada, o encarando un proceso de fragmentación del mismo.
En este último caso, existe una distribución de funciones propias, es decir que son parte de su actividad
normal y específica; que no son llevadas a cabo por ella misma, sino por contratistas o subcontratistas
que asumen contratos de trabajo, con dependientes, en los términos del artículo 21 de la LCT.
Para enfocar el tema con claridad, debe tenerse presente, que existe una relación entre la empresa
principal y el contratista; son contratos entre empresas, que se obligan recíprocamente, en los términos
de su convenio.
Empero, pareciera que el eje central del asunto, radica en qué se entiende por "actividad normal y
específica propia del establecimiento".
Lo primero que hay que comprender es que estamos en presencia de un supuesto especial de
responsabilidad, no ante un efecto expansivo del contrato de trabajo.
Alguna doctrina minoritaria, ha sostenido que no puede haber acción directa de los empleados de una
segunda empresa respecto de la primera, porque las múltiples contrataciones que puede realizar una
empresa con terceros, están sujetos a la responsabilidad limitada que deriva de lo pactado entre ellos y
de la circunstancia de que ningún acuerdo que celebre una de ellas con terceros puede perjudicarla. Se
basa lo expuesto en el artículo 1195 del Código Civil.-
Sin embargo, aceptar tal posición significaría anular el artículo 30 de la LCT, ya que siempre existe una
relación contractual comercial entre dos empresas cuando se ceden total o parcialmente a otro el
establecimiento o la explotación habilitado a su nombre; se contrate o se subcontrate.
Esa relación de cesión, contratación o subcontratación, produce efecto entre esas dos empresas, en la
medida de su intercambio comercial y se referirá, sin dudas a esa contratación, cesión o
subcontratación. La imposición de solidaridad a los efectos de los incumplimientos de los cedentes,
contratistas o subcontratistas, no emerge del contrato comercial citado, sino de un tipo de
responsabilidad, ajeno a ese contrato, cuya causa no es contractual, sino legal y que encuentra su
fuente en el artículo 30 de la LCT.-
Ese es el motivo por el cual la responsabilidad del cedente y del cesionario simultáneamente, como
marca la LCT, no encuentra obstáculo alguno, nunca en el artículo 1195 del CC. Este último refiere a
una cuestión contractual ajena al Derecho del Trabajo, que no impide la vigencia de la solidaridad que
marca la ley especial y protectoria.
Si bien es cierto que los contratos sólo producen efectos entre las partes, nada impide que, como en
este caso, el legislador imponga la solidaridad pasiva de ambos (cedente y cesionario), frente a
incumplimientos que perjudican a terceros; sobre todo, si ese tercero, tal como dijo el año pasado la
CSJN, es un sujeto especialmente protegido, y esa tutela especial, emerge de una ley de orden público.
De tal forma, la relación del contratante y el contratista, no produce efectos, por lo expuesto, con
respecto al trabajador; y tampoco la relación o contrato de trabajo habido entre el contratista el
empresario principal empece a la responsabilidad solidaria que impone la ley, y que no debe confundirse
con un efecto contractual.
Dejada de lado entonces la hipótesis, de que el artículo 30 de la LCT, pueda encontrar obstáculo alguno
en la norma de referencia, es del caso analizar el debido funcionamiento del instituto.
Lo expuesto, no significa responsabilizar a la empresa cedente de deudas de cualquier naturaleza que
pueda contraer el cedido, sino que la ley se refiere exclusivamente a las deudas laborales, las cuales,
son, obviamente, consecuencia del incumplimiento de obligaciones que impone el propio articulo 30, ya
que sus párrafos siguientes, señalan, sin ambages, las exigencias que el cedente debe tener para con
el cedido, en el ejercicio de un control que la norma le impone, justamente, bajo apercibimiento de
solidaridad, a los efectos de la satisfacción de los derechos involucrados.
Esta concepción ha llevado a la doctrina, a ser bastante poco vacilante en la delimitación del territorio
del artículo 30.
Para Fernández Madrid, la actividad normal y específica es la que haga posible el cumplimiento de la
finalidad de la empresa y que puede ser relativa tanto al núcleo del giro empresario (por ejemplo
fabricación de cubiertas en una fábrica de cubiertas), como a los trabajos que coadyuvan al
cumplimiento del objetivo correspondiente, pues la empresa es un todo y no puede ser fraccionada en
partes a efectos de establecer la posible existencia de responsabilidad solidaria. (Conf. Fernández
Madrid, Juan Carlos, Tratado Práctico de Derecho del Trabajo, t. ll, Pág. 1041, LL, Bs. As 2007)
Fernández Gianoti, hizo referencia, a la comprensión no sólo de las actividades necesarias, sino
también a las que coadyuven, sean secundarias o colaterales.
Justo López, señala que la solidaridad también se hace extensiva a esas actividades accesorias con tal
de que estén integradas permanentemente al establecimiento, y agrega que quedaría afuera, lo
extraordinario, en el sentido excepcional y lo eventual.
Comentando, justamente a Justo López, Fernández Madrid, aclara que ese es el motivo por el cual se
ha considerado que se trata de las actividades requeridas por la norma, las desarrolladas por las
concesionarias de comedores o buffet, y el club donde éste funciona, por el supermercado y la empresa
de vigilancia; por la empresa de telefonía y el cableado necesario para su funcionamiento; el servicio de
hotelería y el de salud de un sanatorio; el expendio de combustible y los servicios del ACA; el servicio de
coche comedor y el brindado por ferrocarriles; los servicios gastronómicos y las exposiciones rurales.
Etc.
Por su parte Grisolía, sigue en el tema a Hierrezuelo y Nuñez y señala que los términos "específica y
propia" que utiliza la ley para calificar la actividad contratada, aluden sólo a los servicios o trabajos
permanentemente integrados o inseparables relacionados con la actividad que se desarrolla en el
establecimiento (sea dentro o fuera de su ámbito). (Grisolía, Julio A. Derecho del Trabajo y de la
Seguridad Social, T l, Pág. 370, LexisNexis, Bs. As.2006)
A su vez Maza, comparte la postura amplia y estima que el vocablo "específica", usado por el artículo 30
de la Ley de Contrato de Trabajo, no da pie a excluir aquellas actividades que, siendo normales,
confluyen en forma secundaria o indirecta para lograr el objeto de la empresa. (Maza, Miguel, Casos de
solidaridad por contratación o subcontratación en el artículo 30 de la LCT, D.T. t Vlll, págs 913/25.
Imponer costas a los apelantes perdisiosos.
Bibliografía
Maza, Miguel, Casos de solidaridad por contratación o subcontratación en el artículo 30 de la LCT, D.T. t
Vlll, págs 913/25
(Conf. Fernández Madrid, Juan Carlos, Tratado Práctico de Derecho del Trabajo, t. ll, Pág. 1041, LL, Bs
As 2007.
La solidaridad del art. 30, L.C.T." Revista del Derecho Laboral y Seguridad Social, febrero 2008,
comentario sentencia de Sala VII S.D. 40.529 del 24/10/07).
Metodología:
La metodología utilizada fue la siguiente:
Análisis detallado del caso.
Encuadre del conflicto en la legislación civil.
Búsqueda de jurisprudencia y opiniones doctrinarias
Análisis y aplicación de la información recolectada.
Resolución del caso, distado de sentencia.
Declarativa
Busca declarar que un acto no existe o es diferente del que parece haberse efectuado. No puede
anularse lo que no existe sino que se busca declarar que ese acuerdo o contrato es ficticio, extinguiendo
en consecuencia las consecuencias y volviendo las cosas a su estado original.
Es aquella mediante la cual se persigue la comprobación o fijación de una situación jurídica. Tiende a la
declaración de que un acto no existe o es diverso del que aparece efectuado, carece de vinculación, con
las acciones de nulidad, por lo tanto la acción simulación no puede anular, el acto aparente, ya que no
puede destruir lo que no existe, reconocer que es ficticio, o sea invalidar el contrato.
Prescriptible
La doctrina considera que la acción para solicitar la invalidez de los actos viciados de nulidad es
imprescriptible, sin embargo en nuestra legislación no existe norma que así lo establezca, razón por la
cual debemos apegarnos a las normas del 835 y 837 del Código Civil y en consecuencia la prescripción
ordinaria es de diez años para la absoluta y de cuatro años para la relativa.
Mientras exista contrato simulado, los efectos del acto simulado están inutilizados o alterados.
Prolongándose por el tiempo que se quiera, no por ello sufre modificación alguna.
1º cuando falta alguna de las condiciones esenciales para su formación o para su existencia.
2º cuando falta algún requisito o formalidad que la ley exige para el valor de ciertos actos o contratos,
en consideración a la naturaleza del acto o contrato y no a la calidad o estado de la persona que en
ellos interviene.
Art. 837.-La nulidad absoluta puede alegarse por todo el que tenga interés en ella y debe, cuando
conste de autos, declararse de oficio, aunque las partes no lo aleguen; y no puede subsanarse por la
confirmación o ratificación de las partes, ni por un lapso de tiempo menor que el que se exige para la
prescripción ordinaria.
Personal
Porque se funda en el perjuicio que por esa ficción cometen los deudores en perjuicio de los
acreedores, lesionando los intereses de éstos, y con la acción defienden sus derechos. Se dirige contra
los sujetos que realizan el acto ficticio.
Directa
Los acreedores tienen acción en la que actúan a nombre propio, para demostrar la ficción del negocio,
sin necesidad de recurrir a acción oblicua, o a revocatoria.
Universal
En el proceso civil de nulidad, por simulación, se tiene que demandar a todos los participantes, del acto
aparente, en la sentencia se pronuncia contra ellos.
Indivisible
Porque ataca el acto ficticio en su totalidad de modo que no puede ser inexistente una parte y la otra
real.
Acto ficticio en su totalidad, en su integridad, y no puede declararse inexistente, en una parte y real en
otra.
2. La carga probatoria
La carga en principio corresponde a la actora, tiene amplitud de prueba y a favor las presunciones.
También pueden probar. La carga de la prueba recae sobre quien afirma y no sobre quien niega, dada la
dificultad e imposibilidad de acreditar la existencia de un hecho negativo , al punto que se afirmaba,
corrientemente, que era un principio pacífico en materia procesal que, al que afirma un hecho no
reconocido por el demandado, le corresponde la prueba respectiva . La prueba de la simulación
incumbe a quien pretende restar eficacia al acto aparente, demostrando el hecho anormal de la
discrepancia entre la voluntad y su declaración. El demandado puede aportar la prueba de la sinceridad
del acto, pero no tiene la carga procesal de hacerlo, aunque su pasividad puede interpretarse como una
presunción de que el acto que se impugna es simulado. El examen de la prueba debe efectuarse con
criterio riguroso, y en caso de duda debe estarse por la seriedad del acto impugnado.
Como todos sabemos sería muy torpe por parte del demandado conservar documentación
relacionada al caso, por lo a tratarse de una simulación los medios probatorios más importantes
son los indicios o presunciones.
Entre los indicios tenemos:
Precio irrisorio de la venta del vehículo
Dicho vehículo sigue siendo utilizado por el demandado.
Fecha en la que se llevo cabo la operación.
Todos estos indicios nos hace afirmar la existencia una simulación ya que además cumple
con todos las características de la simulación.
4. Juez de la causa
El juez que llevara adelante la causa será un juez competente en lo civil y comercial, ya que el mismo
tiene competencia en la materia.
El régimen de la prueba en las acciones de simulación es distinto para las partes y los terceros; para
estos, las presunciones y los indicios asumen particular trascendencia, por cuanto la simulación -como
divergencia psicológica en la intención de los declarantes- se sustrae a la prueba directa y se infiere del
ambiente en que nació el contrato y de las circunstancias que lo rodean. Es decir, que el accionado por
simulación debe probar la realidad d del acto atacado; su responsabilidad probatoria compartida deriva
de una presunción contra el accionado que adopta una actitud pasiva. Por ende, par a los demandados
por simulación, no es suficiente negar la existencia de los hechos fúndanles alegados por un tercero;
cabe exigirles el aporte de prueba as convincentes en tal sentido.
En conclusión podemos decir qué la prueba del acto ficticio tiene como objetivo demostrar la
inexistencia de causa -en la simulación absoluta- o la virtualidad de otra causa cuando es relativa (c c:
956 y 958).
6. Sentencia
Y VISTOS: los autos MARCELA PEREYRA C/ ELIAS SALOMON S/ JUICIO SIMULACION”, Expte. Nro.
150/07 de los que resulta:
I. A la fecha 31 de agosto del 2007 la Sra. Marcela Pereyra numero de documento 15.320.380,
inicia la demanda por SIMULACION contra el Sr. Elías Salomón con numero de documento
14.270.840 por $ 45.000 (pesos cuarenta y cinco mil).
Dice que el demandado la despidió el 14 de agosto del 2007, comprometiéndose a pagarle una
suma de dinero por su correspondiente indemnización. Mientras que el día 18 de agosto del
2007 se celebra una venta algo dudosa de una rodada q aun continúa en uso del demandado
por$ 11.000 (pesos once mil), dicho valor resulta irrisorio ya que el vehículo asciende a la suma
de $35.000 (pesos treinta y cinco mil). Por lo q todo hace sospechar la presencia de indicios de
simulación.
II. A fojas 20/21 contesta la demanda el Sr. Salomón negando todas y cada una de las
afirmaciones, lo que si reconociendo el uso del vehículo por pertenecer este así hermano y que
el mismo se lo presta para realizar trámites, oponiéndose al pago que se le reclama ya que le
parece iluso dicha simulación ya que afirma que la venta fue efectuada por el monto que el
mismo declaro.
Y CONSIDERANDO:
I. La parte actora a demostrado el legitimo accionar del Sra. Pereyra y los medios probatorios
acreditan la existencia de una simulación ya que el acto en cuestión presenta todos los indicios
de ser una acto fraudulento para engañar al actor de la demanda.
II. En cuanto a la parte demandada carece de pruebas en su defensa por lo que el mismo reconoce
su accionar fraudulento lo deberá indemnizar a la demandante con el interés correspondiente por
su mora.
III. Por el principio de la indivisibilidad del pago, el deudor tiene que abonar exactamente lo que
debe. Los intereses accesorios del capital forman con el uno solo y por esa razón el deudor no
puede ofrecer el pago del capital separado de los intereses. La consignación efectuada en esas
condiciones no libera al deudor. Para cumplir con las exigencias legales ha debido hacer el
depósito del total de lo reclamado con la protesta.
Por lo expuesto RESUELVO: hacer lugar a la demanda promovida por la Sra. Pereyra contra el
Sr. Salomón sobre simulación ya que la misma fue efectuada para perjudicar ala a demandante
Secretario Juez
CASO Nº 11:
1– Para que sea “procedente la vía del pago por consignación es necesario que concurran ciertos
requisitos: la existencia de una obligación; que ésta se halle en estado de cumplimiento y que existan
dificultades que obsten al pago directo”.
2– Al comentar el art. 1579, CC, se ha sostenido que "la resolución del contrato por falta de pago, en
casos de locación de inmuebles…, se hace efectiva en el mismo juicio sumario de desalojo, no siendo
necesaria una demanda previa con aquel objeto, como tampoco es menester realizar otro juicio con
posterioridad".
4– El objetivo finalístico del art. 5, ley 23091, consiste en "dejar fehacientemente establecida la mora del
locatario y para que éste no sea sorprendido por la acción del locador". El locatario puede purgar la
mora si paga en el plazo de diez días los cánones locativos adeudados y sus intereses –los
convenidos–, independientemente del reclamo que pudiere ejercer respecto de éstos. Tal atribución –
posibilidad de consignar– caduca si se ha demandado la rescisión del contrato de locación.
5– La doctrina señala como uno de los supuestos en que procede el pago por consignación según el art.
757, CC: “a) Cuando el acreedor no quisiera recibir el pago ofrecido por el deudor (inc. 1). Según
opinión general, para que proceda la consignación el actor debe probar la negativa del acreedor a recibir
el pago. Nos parece que el problema está mal encarado. La prueba de la negativa tiene interés en el
juicio de consignación, pero sólo a los efectos de establecer quién ha de cargar con las costas. En
efecto, si intentada la consignación el acreedor dice que él no se ha negado a recibir el pago, ello
implica que también en ese momento acepta lo que se le ofrece. Rechazar la consignación sería
absurdo, puesto que el deudor desea pagar y el acreedor desea recibir. Lo único que queda en juego es
la razonabilidad de la acción. Lo que procede, por consiguiente, es aceptar la consignación e imponer
las costas al actor. Claro está que el acreedor podrá tener un interés actual en rechazar el pago, como
ocurriría si quiere sostener la resolución del contrato…”.
6– En el sub lite, no existe prueba fehaciente de que efectivamente se haya ofrecido el pago, sin que
sea suficiente la mera voluntad. Es común que el juicio de consignación se prepare con una invitación
de pago, que en caso de no recibirse desencadena la consignación judicial. El locatario cursó carta
documento rechazada en sus términos por el locador, sin que ante el rechazo efectivizara el depósito
correspondiente. Esto determina que la carta documento tan sólo puso de manifiesto una mera voluntad
pero no un “real” ofrecimiento. La consignación judicial no le exime al locatario –durante la sustanciación
de ambas acciones– de continuar abonando los alquileres y demás obligaciones emergentes del
contrato de locación. Tal reticencia, falta de cumplimiento, determina el rechazo de la acción.
16630 – C4a. CC Cba. 26/9/06. Sentencia Nº 116. Trib. de origen: Juz. 31ª CC Cba. "Sarmiento, Daniela
c/ Bernasconi, Walter Oscar – Abreviado - Consignación de Alquileres - Recurso de Apelación"
I. Contra la sentencia Nº 70 de fecha 31/3/05 dictada por el juez del Juzgado de 1ª. Instancia y 31ª Nom.
CC de esta ciudad –que dispuso: "I)Rechazar la demanda de consignación efectuada por Daniela
Sarmiento en contra de Walter Oscar Bernasconi, con costas... II) Remitir los antecedentes a la Justicia
del Crimen ante la posible comisión del delito de usura, tipificado por el art. 175 bis, CP..."–, el actor
deduce apelación, que ha sido fundada en esta sede y respondida por la contraria. Proveído autos
queda la presente en estado de resolver. II. (Omissis). III. El rechazo de la demanda provoca el disenso
de la actora por las siguientes razones: 1) aduce que el fallo es inequitativo, pues niega al deudor toda
posibilidad de consignación aun cuando ofrezca purgar la mora en la cantidad debida por intereses.
Esgrime que la contraria se negó a recibir el dinero más un interés del 2 % mensual. 2) Sostiene que la
sentencia no fija correctamente los términos de la litis, ya que a fs. 5 obra carta-documento donde se
ratifica el ofrecimiento de pago, y la acreedora rechaza formalmente porque reclama intereses pactados,
del 2% diario o sea el 720% anual, con más cláusula penal de $ 20 por día de atraso y gastos no
definidos, según planilla de fs. 28, que pone de manifiesto la ilegitimidad de la pretensión. 3) Atribuye
arbitrariedad considerando que lo que primero debió hacer el juzgador es ponderar lo que su parte
ofreció en pago y después analizar si la consignación era o no suficiente. 4) Critica que el señor juez a
quo analiza el tema como si fuera la obligación de dar una cosa y olvida que en materia de sumas de
dinero el deudor moroso tiene siempre la posibilidad de liberarse pagando los intereses debidos. Aduce
que el emplazamiento efectuado por el locador era contrario a derecho, exigía un pago indebido, que no
habilitaba el desalojo. 5) Señala que el juez no definió qué es lo que se debía pagar en concepto de
intereses moratorios y que a estar por el concreto rechazo de la consignación, consideró legítimo el
emplazamiento de fs. 4 y 6 y contestación de demanda; pero contradictoriamente dijo que tales
exigencias y pagos de fs. 7/11 constituían delito y remitió los antecedentes a la Justicia del Crimen.
Señala, además, que el argumento de que la consignación es tardía resulta errado porque se inició
dentro del plazo de seis días para la contestación de la demanda de desalojo y para probar en forma
incontrastable que la contraria se negaba y se niega aún a recibir el pago de los alquileres con más
intereses del 2% mensual, y segundo, porque quien se encontraba en mora era el acreedor en recibir el
pago. IV. La sentencia bajo recurso rechaza la demanda de consignación por ser tardía pues se inicia
después del planteo de la demanda de desalojo (configurada la causal y una vez vencido el tiempo del
emplazamiento fijado por el art. 5, ley 23091). El rechazo también se sustenta en que el actor no
acredita el efectivo ofrecimiento de pago más los intereses que estimaba corresponder y la negativa del
acreedor a recibirlos; además merita que tampoco mantuvo el depósito durante la sustanciación del
presente. V. Cuadra recordar que para que sea “procedente la vía del pago por consignación, es
necesario que concurran ciertos requisitos: la existencia de una obligación; que la misma se halle en
estado de cumplimiento y que existan dificultades que obsten al pago directo” (Cazeaux, Pedro N., Trigo
Represas Félix A., Derecho de las obligaciones, 3a. edic., LEP, La Plata, 1991, T. III, p. 253). Vinculado
al estado de cumplimiento de la obligación que se procura satisfacer al ocurrir el deudor a la vía de la
consignación judicial, se advierte que en el sublite el acreedor, para resistir la pretensión invoca la
extemporaneidad de la misma por haber iniciado acción de desalojo con anterioridad. Vale decir, se
invoca resolución del contrato de locación por falta de pago. Al comentar el art. 1579, CC, se ha
sostenido que "la resolución del contrato por falta de pago, en casos de locación de inmuebles, como se
ha expuesto, se hace efectiva en el mismo juicio sumario de desalojo, no siendo necesaria una
demanda previa con aquel objeto, como tampoco es menester realizar otro juicio con posterioridad"
(Belluscio, Augusto C. - Zannoni, Eduardo A., Código Civil, t. 7, p. 492). De tal modo, el análisis de la
consignación debe efectuarse en el marco de la relación contractual existente entre las partes y a partir
de las normas específicas que habilitan al deudor-locatario a purgar la mora. En términos generales, el
deudor conserva el derecho de satisfacer la prestación debida, tiene por tanto el derecho a purgar la
mora; pero también es cierto que al acreedor le asiste a su vez el derecho a solicitar la resolución del
contrato cuando se configura, en lo que aquí concierne, una causal de desalojo: falta de pago (arg. del
art. 1579, CC). Se ha dicho que "Al ser el pago del precio la obligación más fundamental del locatario",
estipulándose fecha, lugar y mora automática (arts. 1197 y 509, CC) (Salvat, Raymundo - Acuña
Anzorena, Arturo, Tratado de Derecho Civil Argentino. Fuentes de las Obligaciones, t. II, p. 158), ante su
inobservancia o incumplimiento se habilita al locador "a reclamar la rescisión del contrato y el desalojo"
(Rezzónico, Luis, Contratos, t. 2, p. 381), toda vez que los únicos requisitos de fondo que hacen a la
viabilidad del desalojo por falta de pago son: la existencia de una relación locativa cierta y el retraso
moroso en el pago del alquiler" (Salgado, Alí, Locación, comodato y desalojo, p. 111 y ss.). A modo de
nivelación de las atribuciones que surgen para una y otra parte, y para evitar que el locatario sea
sorprendido en su accionar, se ha instaurado el requisito de la intimación previa. El objetivo finalístico
del art. 5, ley 23091, consiste en definitiva en "dejar fehacientemente establecida la mora del locatario y
para que éste no sea sorprendido por la acción del locador" (SC Bs. As., Ac. 47.462, 27/4/1993, "Hotel
Winter v. Organización Hotelera Alfa SA s/ Desalojo"; SC Bs. As., Ac. 44.399, 16/7/1991; "Di Stefano,
Galdino v. Martín, Alicia s/ Desalojo", AyS, 1991-II-483; Ac. 54.664, 22/2/1994; "Rodríguez, Edgardo D. v.
Blanco, Hugo A. Pascual s/ Desalojo", AyS, 1994-I-66; Ac. 50.262, 12/4/1994; "Goncalvez Alferes,
Leonardo y otro v. Asociación Mutual de Acción Justicialista y otros s/ Desalojo", AyS, 1994-I-608). En
este aspecto, se sigue idéntica interpretación de la Corte Federal (CS, 22/12/1994, "Estancia ‘Los
Nogales’ v. Banco Central ", ED, 162-679, JA 1995-II-426). Resulta claro entonces que el locatario
puede purgar la mora si paga en el plazo de diez días los cánones locativos adeudados y sus intereses,
esto es, los convenidos, independientemente del reclamo que pudiere ejercer respecto de los mismos.
Pero tal atribución –posibilidad de consignar– caduca si se ha demandado la rescisión del contrato de
locación. Y éste ha sido el camino seguido por el locador, quien ante la falta de pago de dos meses
consecutivos cursó la intimación del art. 5 de la ley de locaciones; vencida aquella, deduce demanda de
desalojo por falta de pago, cuya admisión posee efectos rescisorios de la relación contractual con
efectos retroactivos al día de la presentación de la demanda. Ello hace que la consignación deducida
por el locatario con posterioridad carezca de efectos para redimir la mora, ya que el locador ha elegido,
optado, por la vía resolutoria del contrato de locación con antelación. En esta línea se encuentra el juicio
seguido por el juez de la instancia anterior, como se expone en el desarrollo del considerando nº II. Por
otra parte, cabe señalar que el rechazo de la demanda se sustenta además en que la consignación no
se ajusta objetivamente a lo efectivamente adeudado (integridad del pago). Párrafo que se mantiene
incólume aun si se considerara lo predicado por el actor, relativo a los intereses que en su opinión
podían ser exigidos (1% mensual de compensatorios y de 1% para los punitorios). La doctrina señala
como uno de los supuestos en que procede el pago por consignación, según el art. 757, CC: “a) Cuando
el acreedor no quisiera recibir el pago ofrecido por el deudor (inc. 1). Según opinión general, para que
proceda la consignación el actor debe probar la negativa del acreedor a recibir el pago. Nos parece que
el problema está mal encarado. La prueba de la negativa tiene interés en el juicio de consignación, pero
sólo a los efectos de establecer quién ha de cargar con las costas. En efecto, si intentada la
consignación el acreedor dice que él no se ha negado a recibir el pago, ello implica que también en ese
momento acepta lo que se le ofrece. Rechazar la consignación sería absurdo, puesto que el deudor
desea pagar y el acreedor desea recibir. Lo único que queda en juego es la razonabilidad de la acción.
Lo que procede, por consiguiente, es aceptar la consignación e imponer las costas al actor. Claro está
que el acreedor podrá tener un interés actual en rechazar el pago, como ocurriría si quiere sostener la
resolución del contrato. Su posición sería ésta: no me negué a recibir un pago que no se me ofreció;
tampoco hubiera podido negarme, porque entonces hubiera sido hecho en tiempo; pero ahora es
extemporáneo y me niego y pido la resolución” (Borda, Guillermo, Tratado de Derecho Civil –
Obligaciones, Abeledo Perrot, 1968, Lexis Nº 1115/003780). Señala el autor citado, al referirse al objeto
de la consignación, que “El pago debe ser completo, abarcando los intereses y las costas, si las hubiera.
Aunque el deudor impugne el carácter usurario de los intereses, la consignación debe comprenderlos
todos, sin perjuicio de su derecho de hacer reserva de la cuestión para plantearla por juicio separado.
Igualmente debe comprender los intereses moratorios” (ob. cit.). Con relación a la crítica del apelante,
relativa a que su parte acreditó que el locador se negó indebidamente a recibir los arriendos, con apoyo
de la carta documento que corre a fs. 5 de autos, se advierte que ello no mejora su suerte. En este
punto, como lo señala la sentencia, no existe prueba fehaciente de que efectivamente se haya ofrecido
el pago, sin que sea suficiente la mera voluntad de pago. Es común que el juicio de consignación se
prepare con una invitación de pago, que en caso de no recibirse desencadena la consignación judicial;
pero es el caso –de acuerdo con las constancias de autos– que el locatario cursó carta documento
rechazada en sus términos por el locador, sin que el primero, ante el rechazo, efectivizara el depósito
correspondiente. Esto determina que la carta documento que refiere en su escrito de apelación tan sólo
puso de manifiesto una mera voluntad pero no un “real” ofrecimiento. De otro lado cuadra señalar que
"si el locador ha dejado de cumplir con alguna de las obligaciones a su cargo... el inquilino no queda
eximido de pagar los alquileres mientras la controversia no tenga una solución definitiva..." (CCC Azul,
Sala 2ª en "Pastor, Domingo v. Perco, Alicia y otro s/ Desalojo”; JA del 8/4/97; DJJ 157-125; LLBA.,
2000-585; íd. CNac. Esp. CC, Sala 6ª, 6/8/1980, "Vacas, Caruso - Franceschi, SCA. v. Vainstein,
Abraham E.", ED, 91-421). Es que la consignación judicial iniciada por el locatario no le exime durante la
sustanciación de ambas acciones de continuar abonando los alquileres y demás obligaciones
emergentes del contrato de locación. Tal reticencia, falta de cumplimiento, determina el rechazo de la
acción, como ha sido dispuesto en la instancia anterior.
Los doctores Raúl E. Fernández y Miguel Ángel Bustos Argañarás adhieren al voto emitido por el Sr.
Vocal preopinante.
Por ello,
SE RESUELVE: Rechazar el recurso de apelación deducido por el actor confirmando en todas sus
partes la sentencia recurrida. Costas a cargo del actor.
Cristina E. González de la Vega de Opl – Raúl E. Fernández – Miguel Ángel Bustos Argañarás ■
Ficha Técnica
Tribunal: Cámara 4a Civil y Comercial, Córdoba
Cristina E. González de la Vega de Opl – Raúl E. Fernández – Miguel Ángel Bustos Argañarás
Fecha: 26/09/2006
Prueba del vínculo. Extensión de facturas tipo “C” en concepto de honorarios. Primacía de la
realidad. Presunción de la existencia de la relación de dependencia (art. 23, LCT). DESPIDO
INDIRECTO. Rubros indemnizatorios. INTERESES. Tasa aplicable
1- Los motivos que condujeron al Tribunal a desestimar la demanda no son hábiles para respaldar la
solución que adoptó. Al concluir que la extensión de facturas tipo “C” por parte del reclamante -en
concepto de honorarios- determinaba la ausencia de relación laboral, priorizó la figura instrumentada
para el pago por sobre la realidad de los hechos verificados. Es que el a quo acotó su análisis a un
aspecto que justamente es común que se utilice para disimular intencionalmente las notas típicas de la
relación de dependencia. Por ello, resulta menester no sujetarse a la evaluación de los efectos del
vínculo sino indagar en torno a la causa de éste. Y al hacerse hincapié en la instrumentación de la
retribución sin justificar su trascendencia a los fines de excluir el tipo laboral, el juzgador limitó su juicio a
aquellos “efectos provocados”, lo cual lo condujo a una solución infundada.
2- La denominación que efectuaran las partes del contrato cede ante la realidad de las circunstancias
que se comprueben. Para acreditar el carácter laboral de la relación cobra importancia decisiva la
presunción del art. 23 LCT, que no fue desvirtuada por la prueba incorporada al litigio. Por el contrario,
de las declaraciones testimoniales y la confesional de la demandada claramente se deriva que las
labores que desempeñaba el actor para la empresa demandada no eran diferentes a las propias del giro
empresarial. Que asimismo se encontraba subordinado a su poder de dirección, pues cumplía las tareas
en los lugares y horarios por ella determinados.
4- Entrando al fondo del asunto, deberá acogerse la demanda fundada en el despido indirecto pues la
respuesta de la patronal a la intimación del trabajador, negando la existencia de la relación laboral,
constituye injuria suficiente para colocarse en esa situación. Además, las referencias que en esa
oportunidad introdujo la demandada como la supuesta denuncia por mala praxis, o que el accionante no
se presentara a una guardia, no fueron acreditadas. Por ello, debe mandarse a pagar en el caso las
indemnizaciones por antigüedad, omisión de preaviso e integración del mes de despido, y la
indemnización del art. 8 LE atento la intimación en término y la falta de registración. La antigüedad se
computará desde la fecha de ingreso denunciado en demanda toda vez que no fue controvertida. Para
calcular los rubros en cuestión, deberá tomarse como base el haber denunciado en demanda que no ha
sido desvirtuado.
5- A fin de mantener el contenido del crédito debe fijarse como intereses aplicables al presente, desde
que la suma es debida hasta el 7/1/02, la Tasa Pasiva promedio nominal mensual fijada por el BCRA
con más el medio por ciento (0,5%) nominal mensual (“Zapata...c/ Ros Alex...”, Sent. N° 105/94) y a
partir de dicha fecha igual tasa pasiva con más el dos por ciento (2%) mensual hasta su efectivo pago
(confr. “Hernández... c/ Matricería Austral...”, Sent. Nº 39/02).
14.872 - TSJ Sala Laboral Cba. 21/8/02. Sentencia Nº 57. Tribunal de origen: C. Trab. Sala V Cba.
“Bruera, Esteban Osvaldo c/ Family Emergencias SRL – Ind. – Recurso de Casación”
1. La parte actora cuestiona la decisión de la a quo que excluyó la relación habida entre las partes del
ámbito del derecho del trabajo. Denuncia inobservancia del art. 23 LCT. Se agravia porque la presunción
que surge de dicho precepto opera aun cuando se utilicen otras figuras no laborales. Afirma que la
circunstancia que destaca la a quo para sostener la inexistencia de subordinación no se vincula con las
notas tipificantes del contrato de trabajo. Asevera que medió entre las partes ligamen laboral ya que el
profesional se encontraba inserto en una empresa sujeto a su poder de dirección, cumpliendo tareas en
horarios determinados y siendo remunerado por ello. Expresa que tanto la mala praxis invocada como la
no concurrencia a tomar la guardia que se le acusa al actor no fueron acreditadas en la causa. Cita
antecedente jurisprudencial -del mismo vocal que emite el voto- que contradice lo resuelto en cuanto a
subordinación y honorarios. Considera infortunada la referencia a la doctrina de los actos propios
porque no se relacionó con el principio de buena fe. Así la a quo debió verificar si la actitud de Bruera al
firmar el contrato y suscribir las facturas tipo “C” contrariaban o no dicho principio y a quién beneficiaban
esos actos.
2. La Sala a quo descartó la existencia de relación de empleo por entender desvirtuada la presunción
que emana del art. 23 LCT ante la presencia de prueba en contrario: la facturación de honorarios por
parte del galeno cuyos comprobantes fueron reconocidos. Remarcó en ese hecho la ausencia de vicio
en la voluntad del reclamante. También estimó aplicable al caso la teoría de los actos propios, ya que si
el Dr. Bruera concurrió a la AFIP, solicitó el número de CUIT, mandó imprimir los recibos tipo “C”, los
confeccionó insertando como concepto el pago honorarios profesionales, luego no puede pretender una
interpretación distinta en el sentido que su tarea no era ajena a ley laboral.
3. Le asiste razón al impugnante porque los motivos que condujeron al Tribunal a desestimar su
pretensión no son hábiles para respaldar la solución que adoptó. Al concluir que la extensión de facturas
tipo “C” por parte del reclamante -en concepto de honorarios- determinaba la ausencia de relación
laboral, priorizó la figura instrumentada para el pago por sobre la realidad de los hechos verificados. Es
que el a quo acotó su análisis a un aspecto que justamente es común que se utilice para disimular
intencionalmente las notas típicas de la relación de dependencia. Por ello, resulta menester no sujetarse
a la evaluación de los efectos del vínculo sino indagar en torno a la causa de éste. Y al hacerse
hincapié, se insiste, en la instrumentación de la retribución sin justificar su trascendencia a los fines de
excluir el tipo laboral, el juzgador limitó su juicio a aquellos “efectos provocados”, lo cual lo condujo a
una solución infundada. También resulta dogmática la referencia a la conducta asumida por el actor en
el tiempo que duró el vínculo, desde que se incursionó en un terreno de suposiciones, infiriendo una
voluntad complaciente que no encuentra apoyo en los antecedentes del caso. Pues la denominación
que efectuaran las partes del contrato cede ante la realidad de las circunstancias que se comprueben.
Ahora bien, quitándole relevancia a estos únicos elementos que sustentaron la descalificación del
carácter laboral de la relación, cobra importancia decisiva nuevamente la presunción del art. 23 LCT,
que a mi juicio, no fue desvirtuada por la prueba incorporada al litigio. Por el contrario, de las
declaraciones testimoniales y la confesional de la demandada claramente se deriva que las labores que
desempeñaba el Dr. Bruera para Family Emergencias no eran diferentes de las propias del giro
empresarial. Que asimismo se encontraba subordinado a su poder de dirección, pues cumplía las tareas
en los lugares y horarios por ella determinados. Tanto así es que el propio director médico mencionó el
modo como estaban insertos los médicos en la organización, quienes ponían a disposición de la
empresa su capacidad de trabajo. Además, el accionante percibía su remuneración mensualmente y no
se demostró que estuviera sujeta al éxito o fracaso de la actividad desempeñada por la demandada. En
consecuencia, del hecho reconocido de la prestación de servicios y frente al contexto analizado
precedentemente surge el carácter de trabajo dependiente amparado por la LCT. Por lo expuesto
corresponde anular el pronunciamiento (art. 105 CPT).
4. Entrando al fondo del asunto, deberá acogerse la demanda fundada en el despido indirecto pues la
respuesta de la patronal a la intimación del trabajador, negando la existencia de la relación laboral,
constituye injuria suficiente para colocarse en esa situación. Además, las referencias que en esa
oportunidad introdujo la demandada como la supuesta denuncia por mala praxis, o que Bruera no se
presentara a una guardia, no fueron acreditadas. En efecto: en la confesional la accionada reconoció
que no medió denuncia por este delito en contra de la empresa y que ignoraba respecto del médico.
Tampoco durante el proceso describió los hechos claramente y en la audiencia el representante de la
empleadora incurrió en graves contradicciones y con total ligereza afirmó que fue él quien determinó
que había mediado mala praxis, a pesar de no haber revisado al paciente. Además, sostuvo que la
defunción fue certificada por el Dr. Bruera pero que desconocía si murió en su presencia. La pericia
médica aportada resulta insuficiente a esos fines, ya que fue efectuada sin paciente y las opiniones allí
adjuntadas no son concluyentes ni certeras, pues sólo refieren a probabilidades e hipótesis. Finalmente
el testigo Claudio Fernando Chali mencionó que el actor se presentó a la guardia cuya ausencia se le
imputa, sólo que la empleadora le indicó que no la tomara. Todos estos elementos conducen a la
convicción de que el trabajador, se reitera, tuvo motivos suficientes para injuriarse y rescindir el contrato
con causa sólo imputable al empleador. Por lo expuesto debe mandarse a pagar las indemnizaciones
por antigüedad, omisión de preaviso e integración del mes de despido, y la indemnización del art. 8 LE
atento la intimación en término y la falta de registración. La antigüedad se computará desde la fecha de
ingreso denunciada en demanda (septiembre/93) toda vez que no fue controvertida. Corresponden
también los SAC de los años 1995 y 1996, habida cuenta de que no existen constancias de su pago.
Para calcular los rubros en cuestión deberá tomarse como base el haber denunciado en demanda que
no ha sido desvirtuado. A fin de mantener el contenido del crédito debe fijarse como intereses aplicables
al presente, desde que la suma es debida hasta el 7/1/02, la Tasa Pasiva promedio nominal mensual
fijada por el BCRA con más el medio por ciento (0,5%) nominal mensual (“Zapata...c/ Ros Alex...”, Sent.
N° 105/94) y a partir de dicha fecha igual tasa pasiva con más el dos por ciento (2%) mensual hasta su
efectivo pago (confr. “Hernández... c/ Matricería Austral...”, Sent. Nº 39/02). Voto por la afirmativa.
Los doctores Berta Kaller Orchansky y Hugo Alfredo Lafranconi adhieren al voto emitido por el señor
vocal preopinante.
Por el resultado de la votación que antecede, previo Acuerdo, el Tribunal Superior de Justicia, por
intermedio de la Sala Laboral,
RESUELVE: I. Admitir el recurso de casación interpuesto por la parte actora y anular el pronunciamiento.
II. Hacer lugar a la demanda incoada por Esteban Osvaldo Bruera en contra de “Family Emergencias
Médicas SRL” y condenar a esta última al pago de los rubros emergentes del distracto, la indemnización
del art. 8 LE y los SAC de los años 1995 y 1996. El cálculo de la condena deberá efectuarse en la etapa
previa de ejecución de sentencia conforme las pautas establecidas en la primera cuestión. III. Con
costas.
“El hecho de la prestación de servicios hace presumir la existencia de un contrato de trabajo, salvo que
por las circunstancias, las relaciones o causas que lo motiven se demostrare lo contrario.
Esta presuncion operara igualmente aun cuando se utilicen figuras no laborables, para caracterizar al
contrato y en tanto que por las circunstancias no sea dado calificar de empresario a quien presta el
servicio”.
En el ambito del derecho del trabajo se ha impuesto la teoría de la Primacia de la Realidad por la cual
se debe considerar que la realidad prevalece sobre la apariencia o bien la realidad se impone a las
formas.
Este principio hace prevalecer, en caso de discordancia, lo fáctico, es decir, lo que realmente ocurre,
Hay una prescindencia de las formas, dice Grisolía, para hacer prevalecer lo que efectivamente sucedió.
En rigor de verdad, la idea nace, en la búsqueda de la distinción clara entre los contratos de derecho
civil y el contrato de trabajo, ya que, en los primeros existe una prevalencia casi exclusiva del acuerdo
de voluntades, mientras que en el segundo, sólo se completa, dicho contrato, a través de la ejecución
Quien dio contenido a este principio y lo hizo con claridad notable fue De La Cueva, el mismo expresa,
que la relación de trabajo, una vez iniciado el servicio, se desprende del acto que le dio origen y
adquiere una vida independiente. Sin duda subsistirán los acuerdos o cláusulas que otorguen al
trabajador beneficios superiores a los niveles legales, pero la vida, la evolución y la muerte de la
complementarias.
En suma, el convenio celebrado no es óbice para que el trabajador sostenga que la realidad de su
prestación configura un trabajo subordinado, aun cuando se haya dicho que se trata de servicios libres y
dependientes del Código Civil, debiendo imponerse la realidad, porque el Derecho del Trabajo no
protege los acuerdos de voluntades celebrados como tales, sino la energía del trabajo del hombre.v
En el presente caso la demandada con sus alegatos no logra desvirtuar la presuncion de existencia del
contrato de trabajo porque la jurisprudencia ha señalado que “…la circunstancia de que el profesional
relacion laboral…” (Camara Nacional de Apelaciones del Trabajo, sala II, 31/05/1990.
Asì el hecho de que la mèdica facturara sus servicios en concepto de honorarios, que posea numero de
CUIT y que este inscripta como contribuyente es irrelevante para determinar la existencia de relacion
dependencia propia del Contrato de Trabajo. La relacion de dependencia tiene tres aspectos:
obligación del trabajador de obedecerlas. Este derecho se manifiesta en las facultades de direccion y de
fiscalización que tiene el empleador. Por sus facultades de direccion determina que se debe hacer y por
su poder de fiscalización fija el como se debe hacer. b) Subordinación Tècnica: el trabajador pone a
disposición del empleador su experiencia, idoneidad y capacidad tecnica, debiendo seguir las
instrucciones del empleador. c)Subordinación econòmica: el trabajador recibe una remuneración del
“amenidad” del empleado, no solo respecto a los frutos o productos de su trabajo, sino a los riesgos de
la empresa.vi
empresa, que la misma le abonaba mensualmente lo facturado y que desempeñaba su cargo poniendo
a disposición de la misma sus conocimientos. Estos factores obligan a dar por existente la relacion de
3) Si prospera la demanda, cuales son los rubros que la demandada debera abonar?
24.013.
LIQUIDACION FINAL
La Doctrina de los Actos Propios entronca con los deberes de conducta que impone la buena fe, ella
exige que haya coherencia en el obrar del sujeto y sanciona a las conductas contradictorias.vii
Esta doctrina en latín es conocida bajo la fórmula del principio del "venire contra factum proprium non
valet", proclama el principio general de derecho que norma la inadmisibilidad de actuar contra los
propios actos. Constituye un límite del ejercicio de un derecho subjetivo, de una facultad, o de una
potestad, como consecuencia del principio de buena fe y, particularmente, de la exigencia de observar,
dentro del tráfico jurídico, un comportamiento consecuente. Fue receptada en nuestro Codigo Civil en el
Art 1198 “A nadie le es licito hacer valer un derecho en contradicción con su conducta anterior”.
En este caso considero que no es aplicable dicha teoria sostenida por la demandada quien la funda en
actos de la galena tales como…”concurrir al Afip, solicitar un Nro de Cuit e impresión de recibos tipo C..”
por ser los mismos indicios de la dependencia de la actora, razon por la cual esta teoria se estaria
aplicando en forma indiscriminada. En el derecho Laboral rigen los principios de irrenunciabilidad y de
proteccion del trabajador, la voluntad o los actos del mismo, imponiendo normas de orden pùblico que
no pueden ser desvirtuadas por actos propios en desmedro de sus derechos.
Y VISTOS: los autos MUJICA SILVIA c/SALUD EMERGENCIAS SRL s/ DESPIDO INDIRECTO”, Expte.
Nro. 225/07 de los que resulta:
I)A fs 2/12 se presenta la Dra Silvia Mujica e inicia demanda por Despido Indirecto y Cobro de Pesos
contra la Empresa Salud Emergencias SRL por la suma de $ 25.200.- (pesos veinticinco mil doscientos).
Segun la actora ingresó a trabajar por cuenta y orden del Salud Emergencias SRL en
el mes de MAYO DEL AÑO 2006, quien la destinó a prestar tareas en relación jurídica de dependencia
Emergencias SRL.
consultorio. La actora alega siempre haber desempeñado sus tareas con eficacia, lealtad, diligencia y
esmero, siendo su horario los dias viernes de 9.00 a 24.00 hs y sabados de 00:00 a 9:00 horas,
que el pedido de la actora para que se le registrara su contrato de trabajo, ya que la empresa le
solicitaba a la profesional que facturara sus honorarios para evitar la registracion como empleada en
director medico del establecimiento le indica en ese momento que no la tomara sin ninguna explicación
injuriada y despedida por exclusiva culpa de la demandada, por el juego armónico de los arts. 242 y 246
de la LCT.
II) A fojas 20/21 contesta la demanda la empresa Salud Emergencias Medicas SRL. Niega todas y cada
una de las afirmaciones contenidas y sostiene que la verdad de los hechos es que habiendose
presentado la Dra Silvia Mujica el dia 1 de Junio de 2007 a la clinica es citada por el Director Medico de
la misma para notificarle que se habia recibido una demanda de mala praxis contra la profesional, ante
esta situación la misma sufre una descompensacion que le impide cumplir con la guardia. Ante esta
situación el director le indica que se retire a su domicilio y tome reposo. A las 48 hs la empresa recibe
una Carta Documento de la Profesional donde la misma la intima a la regularizacion de la situación
laboral, relacion que la empresa niega por alegar que la DRa Mujica nunca estuvo bajo relacion de
dependencia con la clinica sino que la misma cobraba sus honorarios medicos mediante facturación que
la misma confeccionaba en forma mensual. Debido a esto solicita se aplique la Teoria de los Actos
Propios ya que la profesional no puede pretender una relacion distinta alegando que sus tareas estan
amparadas por la Ley Laboral.
Y CONSIDERANDO:
I)La parte actora ha probado el a fs 48 mediante las declaraciones testimoniales y la confesional que
desempeñaba labores para Salud Emergencias Medicas SRL. Asimismo quedo probado que la galena
se encontraba subordinada a su poder de direccion, pues cumplia las tareas en el lugar y horario
determinados por la demandada. La actora tambien demostro que percibia su remuneración
mensualmente y no fue demostrado por la demandada que estuviera sujeta al éxito o fracaso de la
actividad desempeñada por la demandada.
II)En cuanto a la parte demandada esta ha probado a fs 51 en audiencia de reconocimiento de
documental los comprobantes facturas C que la Dra Silvia Mujica confeccionaba en forma mensual para
el cobro de sus honorarios. Asi tambien ha demostrado mediante prueba informativa al AFip que la
misma se encontraba inscripta bajo el numero de CUIT 30-23908175-6. Respecto a la denuncia de mala
praxis recibida en contra de la galena, el demandado no ha podido acreditarla en autos.
III) La demanda fundada en el despido indirecto debera acogerse pues la respuesta de la patronal a la
intimación del trabajador negando la existencia de la relacion laboral, constituye injuria suficiente para
colocarse en esa situación. Las referencias que introdujo la demandada como la supuesta denuncia por
mala praxis no fueron acreditadas. La presuncion del art 23 LCT no pudo ser desvirtuada por lo probado
en los autos, por el contrario, de las declaraciones testimoniales y la confesional de la demandada
claramente se deriva que las labores que desempeñaba la Dra Mujica para Salud Emergencias SRL no
eran diferentes de las propias del giro empresarial. Todos estos elementos conducen a la convicción de
que el trabajor tuvo motivos suficientes para injuriarse y rescindir el contrato.
Por lo expuesto debe mandarse a pagar las indemnizaciones por antigüedad, omisión de preaviso e
integración del mes de despido, y la indemnización del art. 8 LE atento la intimación en término y la falta
de registración. La antigüedad se computará desde la fecha de ingreso denunciada en demanda (Mayo
de 2006) toda vez que no fue controvertida. Corresponden también los SAC de los años 2006 y 2007,
habida cuenta de que no existen constancias de su pago. Para calcular los rubros en cuestión deberá
tomarse como base el haber denunciado en demanda que no ha sido desvirtuado. A fin de mantener el
contenido del crédito debe fijarse como intereses aplicables al presente la Tasa Pasiva promedio
nominal mensual fijada por el BCRA con más el medio por ciento (0,5%) nominal mensual hasta su
efectivo pago.
Por lo expuesto RESUELVO: hacer lugar a la demanda promovida por la Dra Silvia Mujica contra la
Empresa Salud Emergencias Medicas SRL sobre despido indirecto y cobro de pesos. Costas para el
perdidoso.
Informe
1- Cuales son los presupuestos para que se confirme la solidaridad en materia laboral?
Artículo 30: Subcontratación y delegación. Solidaridad (Texto según ley 25.013). -
Quienes cedan total o parcialmente a otros el establecimiento o explotación habilitada su nombre, o
contraten o subcontraten, cualquiera sea el acto que le dé origen, trabajos o servicios correspondientes
a la actividad normal y específica propia del establecimiento, dentro o fuera de su ámbito, deberán exigir
a sus contratistas o subcontratistas el adecuado cumplimiento de las normas relativas al trabajo y los
organismos de seguridad social. Los cedentes, contratistas o subcontratistas deberán exigir además a
sus cesionarios o subcontratistas el número del Código Único de Identificación Laboral de cada uno de
los trabajadores que presten servicios y la constancia de pago de las remuneraciones, copia firmada de
los comprobantes de pago mensuales al sistema de la seguridad social, una cuenta corriente bancaria
de la cual sea titular y una cobertura por riesgos del trabajo. Esta responsabilidad del principal de
ejercer el control sobre el cumplimiento de las obligaciones que tienen los cesionarios o subcontratistas
respecto de cada uno de los trabajadores que presten servicios, no podrá delegarse en terceros y
deberá ser exhibido cada uno de los comprobantes y constancias a pedido del trabajador y/o de la
autoridad administrativa. El incumplimiento de alguno de los requisitos hará responsable solidariamente
al principal por las obligaciones de los cesionarios, contratistas o subcontratistas respecto del personal
que ocuparen en la prestación de dichos trabajos o servicios y que fueren emergentes de la relación
laboral incluyendo su extinción y de las obligaciones de la seguridad social. Las disposiciones insertas
en este artículo resultan aplicables al régimen de solidaridad específico previsto en el artículo 32 de la
Ley 22.250. 1
Como mecanismo de protección del trabajador, la norma prevé dos claras situaciones que imponen
obligaciones tanto a: 1) quienes cedan parcial o totalmente a otros el establecimiento o explotación
habilitado a su nombre; como a: 2) quienes “contraten o subcontraten, cualquiera sea el acto que les dé
origen, trabajos o servicios correspondientes a la actividad normal y específica propia del
establecimiento dentro o fuera de su ámbito”2
Determinando a su vez, que responderán solidariamente ante el incumplimiento del
empleador (responsable directo), quienes cedan la unidad técnica de ejecución destinada al logro de los
fines de la empresa3, por lo que deberán exigirle al cesionario, contratista o subcontratista, el adecuado
cumplimiento de las obligaciones laborales y de seguridad social.
Por lo tanto la norma en cuestión presenta varios elementos importantes para el análisis al momento de
determinar si se está o no en presencia de un caso de responsabilidad solidaria. En primer lugar se
menciona la cesión total o parcial del establecimiento habilitado a nombre del cedente. En segundo
lugar y continuando con el análisis del texto del artículo, en éste se menciona la contratación o
subcontratación –cual- quiera sea el acto que le dé origen– de trabajos o servicios correspondientes a la
actividad normal y específica propia del establecimiento, dentro o fuera de su ámbito.
2- En el caso planteado: Que extremos deberán acreditarse para que prospere la solidaridad?
Para que nazca la solidaridad que establece el art. 30 de la LCT es necesario que una empresa contrate
o subcontrate servicios que complementan o completen su actividad normal. Debe existir una unidad
técnica de ejecución entre la empresa y su contratista
(CSJN, “Rodríguez Juan R. C/Compañía Embotelladora Argentina S.A. y Otros”
3- Cual es la interpretación que ha hecho la CSJN del art. 30 de la LCT en los autos: “Luna Antonio R
c/Agencia Marítima Rigel S: A y otros”.
Y VISTOS: los autos “MARCELO GONZALES C/ EL MUNDO DEL CELULAR SRL Y TELECOM
PERSONAL SA S/DESPIDO”, Expte. Nro. 130/06;
RESULTA:
I) A fojas 1/O6 se presenta Marcelo Gonzáles, para iniciar demanda , contra El mundo del celular SRL y
la codemanda Telecom Personal SA en carácter de responsabilidad solidaria. Sosteniendo que el 19 de
julio de 2006 ingreso a la empresa El mundo del celular SRL, desarrollando tareas de servicio de ventas
de conexiones de teléfonos celulares. La venta de tal servicio, se concretaba con la suscripción del
cliente a través de una solicitud de servicio, que realizaba por triplicado: un original para el área Telecom
Personal SA, una copia para El mundo del celular SRL y una para el cliente. Una vez concretada la
venta llamaba a un centro de Telecom Personal SA y desde allí activaban los aparatos. Luego debía
hacer el deposito de lo recaudado a la orden de Telecom Personal SA.
En Mayo de 2008 la empresa El mundo del celular SRL, en su carácter de Empleadora, decide
despedirlo alegando una fuerte crisis financiara, que sufre la empresa a raíz del impacto negativo que el
conflicto agropecuario ha dejado en el país. Frente a esta situación, decide entablar la respectiva
demanda solicitando se le abone la indemnización correspondiente por parte de El mundo del celular y
se extienda solidariamente la recurrente responsabilidad por dicho pago a la codemandada, con
fundamento en el Art. 30 de la LCT.
II) A fojas 08/10 Ambas codemandadas resisten la pretensión de la actora en cuanto determina que El
mundo del celular SRL era la empleadora directa del actor, y en cuanto condena en forma solidaria a
ambas empresas.
III) A fojas 07/15, El demandado alega el despido fundado en el Art. 247 de la LCT en el cual se
autoriza al empleador a despedir al trabajador, ya sea por fuerza mayor o por falta o disminución del
trabajo no imputable a este. Y que dicha circunstancia están debidamente justificada en las pruebas
presentada por los peritos contable, en donde queda de manifiesto la gran caída de la ventas de
equipos.
IV) A fojas 07/18 El codemandado opone defensa de falta de acción, manifestado entre otras
cuestiones que la sola venta efectuada por la empresa codemandada de un producto o servicio que
presta a otra no torna a esta en solidaridad responsable de aquella. Además sostiene que no se
verifican en la causa los presupuestos de de hecho que tornan aplicable tal solidaridad. Para ello se
fundamente en el caso “Rodríguez c/ Compañía Embotelladora Argentina”, donde la Corte entra en el
análisis del fondo: “Cuando un empresario suministre a otro un producto determinado, desligándose
expresamente de su ulterior procesamiento, elaboración y distribución, no corresponde la aplicación del
artículo 30 de la LCT”.
“En los contratos de concesión, distribución y franquicia, la actividad normal del fabricante o concedente
excluye las etapas realizadas por el distribuidor o concesionario, por lo que no existe contratación de
servicios en los términos del artículo 30 LCT”.
Por otro lado afirma que las figuras delegativas previstas por el artículo 30 LCT son inherentes a la
actividad real propia del establecimiento y no al objeto social que es pura y exclusivamente el manejo de
una sistema de comunicaciones.
En virtud de ello la relación de solidaridad debe ser rechazada con costas.
CONSIDERANDO:
VI) Que la parte actora ha probado el interés legitimo para accionar , pues no es posible entender que la
venta de líneas telefónica y de equipos móviles de comunicación que fueron provistos por la
codemandada, actividad desempeñada por la empleadora del actor tal como es admitido por El mundo
del celular en su testimonio en autos, aspecto ni cuestionado por la recurrente ; no constituya parte de la
actividad normal y especifica que le es propia en tanto esta directamente relacionada con la actividad de
“brindar el servicio de comunicación telefónica celular”, que dicha accionada denuncia como su objeto
principal. En efecto, es indudable que esta actividad persigue la obtención de lucro, que es el fin ultimo
de toda empresa. En consecuencia, lo sostenido por la quejosa en el sentido de que su objeto social
esta constituido exclusivamente por la opresión de un sistema de comunicaciones no resulta eficaz para
evitar la solidaridad establecida por el art 30 de la LCT. Ya que es evidente que tal actividad es parte de
un proceso más amplio que necesariamente debe incluir, como actividad normal y especifica propia del
establecimiento, la comercialización de los servicios. Una postura como la propiciada por la empresa
implicaría convalidar una artificiosa segmentación de su actividad comercial cuyas consecuencias, si
bien pueden ser satisfactorias desde el punto de vista comercial u operativo, no pueden ser opuestas a
los trabajadores en ella involucrados (en el mismo sentido en autos “Barrientos, María Luján c/ Cellular
Talk S.R.L. y otro s/ despido”,).
VII) Que resulta improcedente el despido justificado por causas de fuerza mayor, derivadas de la crisis
agropecuaria, Dado que las pruebas que fueron presentadas sobre las baja en las ventas no han sido
convincente para este tribunal , por lo tanto no se encuentra razon para dicho despido justifiado por
fuerza mayor.
Ademas fundándonos en el Art 247 de la LCT “………En tales casos el despido deberá comenzar por el
personal menos antiguo dentro de cada especialidad”. Lo cual a quedando comprobado en autos, que
Marcelo Gonzáles era el que poseía más antigüedad en su área.
Por lo tanto considerando cada una de la prueba presentadas par la pares:
RESUELVO:
VIII) Hacer lugar a la demanda promovida por Marcelo González contra El mundo del celular SRL y
Telecom Personal SA y en consecuencia declarar:
1) Que la excepción por falta de acción es inadmisible.
2) El carácter de responsable solidaria de la codemanda
3) El pago por parte de la demanda de la indemnización correspondiente mas actualizaciones e interés
en forma solidaria con la codemanda.
XI) Costas al perdidoso.
XI) Regístrese, notifíquese y cúmplase.
i
CURSO DE OBLIGACIONES ALTERINI-AMEAL-LOPEZ CABANA-TOMO 1-ABELEDO PERROT
ii
LOCACIONES URBANAS-REG JCO Y PROMOCION-JUAN CARLOS PIERRE – ABELEDO PERROT
iii
BELLUCIO AUGUSTO ZANNONI EDUARDO-CODIGO CIVIL TOMO 7
iv
EL PAGO POR CONSIGNACION Y LA MORA DEL ACREEDOR – ERNESTO WAYAR – DEPALMA
Con fecha 17/5/2005 Luis Hidalgo le vende de insumos informáticos a la Sra. Alicia Mantoni, procediéndose a
la entrega inmediata de la mercadería referenciada.
Las partes acordaron que el pago de la obligación debe efectuarse en un plazo cierto y determinado en el
domicilio del deudor. Habiendo transcurrido el plazo en que dicho pago debía efectuarse, Luis Hidalgo inicia la
demanda sosteniendo que se trasladó al lugar de cumplimiento a reclamar la prestación y que éste no se
concretó.
A su turno el deudor alegó que el acreedor nunca concurrió al domicilio de pago convenido. Aduce que no le es
imputable- en consecuencia- la mora en el retraso. Que esperó en su domicilio el día señalado con resultado
negativo. La Sra. Alicia Mantoni funda su defensa en la falta de pruebas de que el 8/6/2005, día del vencimiento
de la primera cuota del acuerdo, el acreedor se haya constituído en su domicilio a recibir el pago. Sostiene,
además que no se estableció horario para el cumplimiento de la obligación. Concluyendo La Sra Mantoni –
demandada- que aquel no cumplió su deber de colaboración que le viene impuesto por la buena fe negocial.
1. ¿A quién le corresponde probar los hechos obstativos del cumplimiento tempestivo?
2. ¿A quién corresponde probar el incumplimiento del deber de colaboración del acreedor cuando el domicilio de
pago de una obligación a plazo cierto es el del deudor?
3. El art. 509 del Código Civil ¿crea o no una presunción a favor del acreedor respecto de la existencia de su
conducta colaboracionista? Elabore una síntesis de las dos grandes posiciones sobre el tema.
4. ¿Qué incidencia tiene no haber establecido un horario para el cumplimiento de la obligación?
5. Cómo juez de la causa, ensaye una solución al caso propuesto.
Respuestas
1. El art.509 in fine CC. nos dice que es el deudor quien debe producir la prueba de los hechos
obstativos del cumplimiento de la obligación en el plazo pactado.
De ello se induce claramente que, a la luz de nuestro ordenamiento vigente y en función de la
inversión de la carga probatoria, la culpabilidad del deudor en el retraso se “presume”, siendo tal
presunción iuris tantum y pudiendo el interesado (deudor) desvirtuarla con la prueba idónea. Se
supone que el vendedor, Sr. Luis Hidalgo es el más beneficiado con el pago y por ende su asistencia al
lugar de la efectivización. En este caso, sobre la sra. Mantoni recae el onus probandi, este es un
aforismo antiguo de derecho que expresa que “lo normal se presume y lo anormal se prueba” por lo
tanto, quien invoca algo que rompe el estado de normalidad debe probarlo. Ella es la encargada de
acreditar la no concurrencia de Luis Hidalgo a su domicilio, lo normal es que él se haya presentado en
su casa.
2. En el CC. Italiano podemos advertir que en las obligaciones a plazo, la mora sólo se produce automáticamente
cuando la prestación deba ser cumplida en el domicilio del acreedor.
Nuestra jurisprudencia, en fallos ha seguido esta posición basándose en que si la obligación debiera cumplirse en
el domicilio del deudor, al acreedor sólo le basta con no acudir, no prestar su colaboración para provocar la
mora.
De acuerdo con otra corriente doctrinaria (BORDA, BUSTAMANTE ALSINA, LOPEZ DE ZAVALIA) la carga
de la prueba es del deudor, quien debe acreditar la no concurrencia del acreedor al lugar de pago el día de
vencimiento de la obligación, para probar que la mora no le es imputable. El art. 509 CC. nos dice que en las
obligaciones a plazo la mora se produce por su solo vencimiento, y, para eximirse de las responsabilidades
derivadas de la mora, el DEUDOR debe probar que no le es imputable. Esto guarda armonía con lo que sucede
en la vida real, el acreedor, que tiene interés en cobrar suele hacerse presente en el lugar de pago, y realizar los
actos pertinentes a tales fines. La presunción de su colaboración no es irrazonable.
Recordemos que siendo éste un contrato de compraventa bilateral, ambos tienen obligaciones que cumplir.
Hidalgo cumplió con su parte de entregar la cosa a disposición del comprador, por lo cual, queda pendiente la
obligación del vendedor de pagar el precio al término estipulado (art. 465 Cod. Comercio).
Conforme con el art. 747 CC. El pago debe ser hecho en el lugar designado en la obligación, o en su defecto, en
el domicilio del deudor al tiempo del cumplimiento de la obligación.
Siguiendo con el criterio de la respuesta nº 1, tenemos aquí que a quien corresponde probar el incumplimiento
del deber de colaboración del Sr. Hidalgo cuando el domicilio de pago es el del deudor, es a la Sra. Mantoni, ya
que por lo dispuesto precedentemente, el acreedor al asistir al lugar de pago, podrá cobrar parte de la deuda que
la Sra. Mantoni tiene pendiente.
3. Moisset de Espannés, por un lado, se posiciona junto a Velez Sársfield defendiendo el sistema anterior a la
reforma, de la mora ex persona. El art. 509 CC. antes de su reforma por Ley 17.711 requería a los fines de
producirse la mora, la interpelación por parte del acreedor mediando un requerimiento judicial o extrajudicial. La
consideraba justa, entre otras razones por que si el acreedor no reclama el cumplimiento es porque no se
considera perjudicado y porque en tales casos debe prevalecer el principio de favor debitoris.
Este sistema no es conveniente, ya que al indicarse lugar y fecha de pago está claro que sólo compete al deudor
cumplir con su obligación, y depender de intimación o algún requerimiento por parte del acreedor sería
complicar el normal cauce de la relación entre las partes. Además, es frecuente la situación en que el deudor
encuentra excusas para no pagar, y el acreedor lo tolera para no llevar las cosas al extremo de una reclamación
legal.
El sistema de la mora ex re, es el que mejor se adapta a nuestra realidad, ya que deriva sólo del vencimiento del
plazo y la exigibilidad de las obligaciones no deben depender de otras formalidades. La mora se produce
automáticamente. Como dice Borda, el que debe, debe, y está obligado a pagar en la fecha convenida. Esto es lo
que indica la buena fe, es lo que hace un hombre honorable y correcto y lo que conviene a la fluidez del tráfico
jurídico.
4. El no haber establecido horario para el cumplimiento de la obligación no tiene relevancia jurídica a los
efectos del cumplimiento del pago. El art. 750 CC. expresa claramente que el pago debe hacerse el “día” del
vencimiento de la obligación, y al haber establecido día y lugar de efectivización en este caso, para su
cumplimiento es suficiente con que se respete dicha fecha.
CONSIDERANDO:
1. Que las partes desde un principio se comprometieron mediante un contrato de compraventa, cumpliendo
el acreedor con su obligación de entrega del producto, quedando pendiente la responsabilidad del deudor de
abonarlo. Nuestro Código, en el art. 1198 nos dice que “los contratos deben celebrarse, interpretarse y
ejecutarse de buena fe y de acuerdo con lo que verosímilmente las partes entendieron o pudieron entender,
obrando con cuidado y previsión”. Ambas partes desde un principio acordaron fecha y lugar para el
cumplimiento de la obligación, requisitos necesarios a los fines de cumplir con el art. 450 CC. (art. 747
CC.).
2. Que el actor, Sr. Hidalgo no tiene otra forma de acreditar su presencia el día pactado en el domicilio de la
demandada, más que su buena fe y su interés por obtener lo que la demandada le debía, motivo suficiente
para presumir que cumplió con su deber de colaboración. La demandada debe ser la encargada de evidenciar
que el actor no concurrió al domicilio según lo convenido, fundamentándonos en el art. 509 CC. en donde se
expresa la inversión de la carga de la prueba, poniendo en cabeza del deudor la acreditación de la eximente
subjetiva de responsabilidad por mora. El Sr. Hidalgo tiene que cumplir con su deber de colaboración pero
la encargada de acreditarlo es la Sra. Mantoni, quien no logró justificar su posición.
3. Que la ausencia de un horario fijo determinado no es relevante para nuestro ordenamiento jurídico
positivo, no se exige el acuerdo con tal exactitud, sino que se fije plazo, el día y lugar es suficiente (art. 750
CC.).
RESUELVO: Hacer lugar a la demanda de cumplimiento y condenar a la Sra. Mantoni a abonar el pago al
Sr. Hidalgo Permisiori y hacerla responsable por la mora en el retraso.
1. El art.509 in fine CC. nos dice que es el deudor quien debe producir la prueba de los hechos
obstativos del cumplimiento de la obligación en el plazo pactado.
De ello se induce claramente que, a la luz de nuestro ordenamiento vigente y en función de la
inversión de la carga probatoria, la culpabilidad del deudor en el retraso se “presume”, siendo tal
presunción iuris tantum y pudiendo el interesado (deudor) desvirtuarla con la prueba idónea.. Se
supone que el vendedor, Sr. Luis Hidalgo es el más beneficiado con el pago y por ende su asistencia al
lugar de la efectivización. En este caso, sobre la sra. Mantoni recae el onus probandi, este es un
aforismo antiguo de derecho que expresa que “lo normal se presume y lo anormal se prueba” por lo
tanto, quien invoca algo que rompe el estado de normalidad debe probarlo. Ella es la encargada de
acreditar la no concurrencia de Luis Hidalgo a su domicilio, lo normal es que él se haya presentado en
su casa.
La Cámara Civil de la Capital postuló que “en el caso de que la obligación deba pagarse en el domicilio del
deudor y la mora fuera de constitución automática, para eximirse de ella el deudor debe acreditar que el acreedor
no compareció al efecto”. Esto significa que el acreedor no está obligado a probar que concurrió al domicilio del
deudor y que es éste quien debe probar que el acreedor no concurrió a su domicilio para cumplir con su deber de
colaborar en la recepción del pago.
No queda duda que en el Código Civil se ha expresado la inversión de la carga de la prueba, poniendo en cabeza
del deudor la acreditación de la eximente subjetiva de responsabilidad por mora.
2. En el CC. Italiano podemos advertir que en las obligaciones a plazo, la mora sólo se produce automáticamente
cuando la prestación deba ser cumplida en el domicilio del acreedor.
Nuestra jurisprudencia, en fallos ha seguido esta posición basándose en que si la obligación debiera cumplirse en
el domicilio del deudor, al acreedor sólo le basta con no acudir, no prestar su colaboración para provocar la
mora.
De acuerdo con otra corriente doctrinaria (BORDA, BUSTAMANTE ALSINA, LOPEZ DE ZAVALIA) la carga
de la prueba es del deudor, quien debe acreditar la no concurrencia del acreedor al lugar de pago el día de
vencimiento de la obligación, para probar que la mora no le es imputable. El art. 509 CC. nos dice que en las
obligaciones a plazo la mora se produce por su solo vencimiento, y, para eximirse de las responsabilidades
derivadas de la mora, el DEUDOR debe probar que no le es imputable. Esto guarda armonía con lo que sucede
en la vida real, el acreedor, que tiene interés en cobrar suele hacerse presente en el lugar de pago, y realizar los
actos pertinentes a tales fines. La presunción de su colaboración no es irrazonable.
Recordemos que siendo éste un contrato de compraventa bilateral, ambos tienen obligaciones que cumplir.
Hidalgo cumplió con su parte de entregar la cosa a disposición del comprador, por lo cual, queda pendiente la
obligación del vendedor de pagar el precio al término estipulado (art. 465 Cod. Comercio).
Conforme con el art. 747 CC. El pago debe ser hecho en el lugar designado en la obligación, o en su defecto, en
el domicilio del deudor al tiempo del cumplimiento de la obligación.
Siguiendo con el criterio de la respuesta nº 1, tenemos aquí que a quien corresponde probar el incumplimiento
del deber de colaboración del Sr. Hidalgo cuando el domicilio de pago es el del deudor, es a la Sra. Mantoni, ya
que por lo dispuesto precedentemente, el acreedor al asistir al lugar de pago, podrá cobrar parte de la deuda que
la Sra. Mantoni tiene pendiente.
5. Moisset de Espannés, por un lado, se posiciona junto a Velez Sársfield defendiendo el sistema anterior a la
reforma, de la mora ex persona. El art. 509 CC. antes de su reforma por Ley 17.711 requería a los fines de
producirse la mora, la interpelación por parte del acreedor mediando un requerimiento judicial o extrajudicial. La
consideraba justa, entre otras razones por que si el acreedor no reclama el cumplimiento es porque no se
considera perjudicado y porque en tales casos debe prevalecer el principio de favor debitoris.
Este sistema no es conveniente, ya que al indicarse lugar y fecha de pago está claro que sólo compete al deudor
cumplir con su obligación, y depender de intimación o algún requerimiento por parte del acreedor sería
complicar el normal cauce de la relación entre las partes. Además, es frecuente la situación en que el deudor
encuentra excusas para no pagar, y el acreedor lo tolera para no llevar las cosas al extremo de una reclamación
legal.
El sistema de la mora ex re, es el que mejor se adapta a nuestra realidad, ya que deriva sólo del vencimiento del
plazo y la exigibilidad de las obligaciones no deben depender de otras formalidades. La mora se produce
automáticamente. Como dice Borda, el que debe, debe, y está obligado a pagar en la fecha convenida. Esto es lo
que indica la buena fe, es lo que hace un hombre honorable y correcto y lo que conviene a la fluidez del tráfico
jurídico.
6. El no haber establecido horario para el cumplimiento de la obligación no tiene relevancia jurídica a los
efectos del cumplimiento del pago. El art. 750 CC. expresa claramente que el pago debe hacerse el “día” del
vencimiento de la obligación, y al haber establecido día y lugar de efectivización en este caso, para su
cumplimiento es suficiente con que se respete dicha fecha.
OBLIGACIONES A PLAZO
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Ausencia de colaboración del acreedor en la recepción del pago. Eximente de la responsabilidad del
deudor. Retraso no imputable a éste. CARGA DE LA PRUEBA. Interpretación del art. 509 in fine, CC.
Acreditación a cargo del deudor de la existencia de causa ajena a su voluntad de pago.
1- El 1° párr. del art. 509, CC, dispensa al acreedor de la carga de formular interpelaciones o reclamos,
pero no lo libera del deber de cooperar que le viene impuesto por la buena fe negocial (art. 1198, 1ª.
parte, CC), debiendo concurrir al domicilio del deudor a recibir la prestación (art. 618 y 747, CC). La
falta de colaboración impide al deudor el cumplimiento tempestivo de su obligación, y por tanto los
efectos de la mora no pueden serle imputados, desde que el retraso obedeció a una causa ajena a su
voluntad. De tal modo, la ausencia de cooperación del acreedor exime de culpa al deudor, y sin ella no
hay mora.
2- El art.509 in fine, CC, de una manera nítida, y sin dar lugar a dudas, indica que es el deudor quien
debe producir la prueba de los hechos obstativos del cumplimiento de la obligación en el plazo pactado.
El legislador, de un modo expreso ha dispuesto -para estas hipótesis- la inversión de la carga de la
prueba, poniendo en cabeza del deudor la acreditación de la eximente subjetiva de responsabilidad por
mora. De ello se induce claramente que, a la luz de nuestro ordenamiento vigente y en función de la
inversión de la carga probatoria, la culpabilidad del deudor en el retraso se “presume”, siendo tal
presunción iuris tantum y pudiendo –en consecuencia– el interesado (deudor) desvirtuarla con la
prueba idónea.
3- El art. 509, CC, no distingue entre las obligaciones según cual sea el lugar de cumplimiento y, en
consecuencia, se aplica a todas las obligaciones a plazos. Por tanto, si la deuda debe pagarse en el
domicilio del deudor o del acreedor, poco importa a los ojos y fines del legislador quien ha instaurado
un régimen de mora automática subordinado o condicionado sólo al “tiempo” y no al “lugar”, así como
una clara inversión de la carga probatoria imponiendo al deudor la fatiga probatoria del hecho obstativo
a su cumplimiento oportuno, aun cuando el lugar de pago sea su propio domicilio.
4- La falta de colaboración del acreedor funciona u opera como un factor que interrumpe la relación de
causalidad entre el retraso y los daños provocados por el mismo. Se erige como una circunstancia que
interrumpe el nexo causal liberando al deudor de toda responsabilidad. Ello se evidencia si se repara
que la causa eficiente del retardo sería ajena a la voluntad del deudor, y por lo tanto no habría relación
de causalidad entre el hecho de la mora en el cumplimiento y las consecuencias perjudiciales para el
acreedor, y sin ella no existiría responsabilidad. Admitido esto, debe concluirse que es al deudor a
quien corresponde acreditar la existencia de la causa ajena a su voluntad que le impidió u obstaculizó el
cumplimiento de la prestación a su cargo. Esta es una regla propia del sistema jurídico vigente según el
cual corresponde al deudor acreditar la configuración de la eximente de responsabilidad y la
interrupción del nexo causal.
5- Las reglas de la experiencia autorizan a presumir cumplida la colaboración del acreedor, ya que es
ordinario y natural que el acreedor procure diligentemente las medidas y gestiones tendientes al
cumplimiento del crédito que le asiste, y no lo contrario. En efecto, nadie duda que es al acreedor a
quien aprovecha el cumplimiento tempestivo de la prestación, por lo tanto, es lógico suponer que
colaboró y que la demora o el retraso no se debió a su ausencia de cooperación.
TSJ Sala CC Cba. A.I.N° 178. 26/8/04. Trib. de origen: C7a CC Cba. “Iturri Luis F. c/ Alicia Roteda y
otro -Daños y Perjuicios- Recurso Directo”
CONSIDERANDO:
En razón de que la C7a. CC Cba. denegó el recurso de casación motivado en los inc.1 y 3, art. 383,
CPC, oportunamente deducido contra el A.I. N° 307 de fecha 31/7/01 y sus aclaratorios: N° 386 de
fecha 18/9/01 y N°30 de fecha 1/3/02 se interpuso recurso directo. Elevadas las actuaciones y
consentido el decreto de autos (fs. 88), quedó la causa en estado de ser resuelta. I. Tras aludir a los
antecedentes de la causa y reeditar los agravios vertidos en sustento de la casación denegada, todo lo
cual es tenido en cuenta sin repetir en homenaje a la brevedad, el quejoso concreta las siguientes
censuras: Con relación a la impugnación impetrada al amparo de la causal prevista en el inc. 1, art. 383,
CPC, aduce que –contrariamente a lo decidido– la resolución atacada hace cosa juzgada formal sobre la
cuestión fáctica, sin que exista herramienta procesal alguna o instancia ulterior que resulte capaz o
hábil para reparar el agravio que la misma provoca a su derecho y al de los representados. En cuanto a
la casación sustentada en función de lo normado por el inc. 3, art. 383, CPC, argumenta que el a quo no
habría dado las razones en función de las cuales no podría habilitarse la competencia de este Alto
Cuerpo para el ejercicio de su función nomofiláctica. Asevera que no existe controversia sino plena
coincidencia en orden a que la mora automática depende del cumplimiento del deber de colaboración
por parte del acreedor, pero -expresa- el debate versa en determinar si el art. 509, CC, crea o no una
presunción a favor del acreedor respecto de la existencia de su conducta colaboracionista. Finalmente,
y teniendo en cuenta la justicia del caso particular, y en función de diversos argumentos de índole
axiológico, peticiona que -subsidiariamente- las costas en todas las instancias sean impuestas por el
orden causado. II. A diferencia de lo decidido por el Mérito, consideramos que concurren las
condiciones formales, en cuya virtud la ley habilita esta etapa extraordinaria por la causal prevista en el
inc. 3, art. 383, CPC, y por lo tanto, corresponde conceder en el fondo la impugnación deducida (art.
407, 1º parte, CPC). En oportunidad de impetrar el recurso extraordinario, el impugnante invocó la
disímil interpretación legal hecha en el fallo en crisis y la contenida en el pronunciamiento de la
Cámara 4ª CC Cba in re: "Transcargas SA c/ SCAC SA- Ordinario" (Sent N° 198 del 30/11/01), en
orden al alcance que cabe acordar al onus probandi dispuesto por el art. 509, CC. Más concretamente,
esgrimió que en sendos pronunciamientos se habría plasmado, a los fines de resolver casos análogos,
soluciones antagónicas con relación a quién corresponde cargar con la actividad probatoria de la
ausencia de cooperación del acreedor. Así alegó que, mientras en el interlocutorio opugnado se decidió
que correspondía a su parte (acreedor) demostrar que efectivamente prestó la cooperación necesaria
para que se efectuara el pago, en el fallo traído en contradicción se resolvió que correspondía al deudor
la carga de la prueba del incumplimiento del deber de colaboración del acreedor. Para que esta Sala
pueda juzgar, y eventualmente modificar la interpretación de la ley efectuada en el acto decisorio de
apelación con fundamento en el inc. 3, art. 383, CPC, es preciso la concurrencia de dos requisitos
básicos, a saber: a) Disímil interpretación de una misma regla de derecho, y b) Que tales soluciones
dispares hayan sido plasmadas en oportunidad de dirimir casos análogos. La sola lectura y
confrontación de los pronunciamientos pretendidamente antagónicos evidencia el cumplimiento de los
dos recaudos formales aludidos, habilitándose -en consecuencia- la competencia uniformadora de esta
Sala. En efecto, y como lo reconoce la propia parte recurrida, la decisión adoptada por el a quo se funda
en una hermenéutica normativa que -efectivamente- se muestra como contradictoria con la que guió el
fallo traído por el casacionista en sustento de su agravio. Y ello así por cuanto en cada uno de los casos
los juzgadores, con sustento en lo normado por el art. 509, CC, decidieron -de manera antagónica- la
distribución del onus probandi en orden a la acreditación del hecho “presencia o ausencia del acreedor
en el domicilio del deudor”. Así, en el sub lite se entendió que la “fatiga probatoria” se encontraba en
cabeza del acreedor. Tal solución se induce con facilidad cuando, luego de plasmarse la interpretación
que -a criterio del a quo- debe darse a la normativa en juego, se decide confirmar el rechazo de la
ejecución promovida en la inteligencia de que “...no hay pruebas de que el 8/6/00, día del vencimiento
de la 1ª. cuota del acuerdo, el acreedor se haya constituido útilmente en el domicilio del deudor a
recibir el pago”, para -a continuación- descalificarse la prueba acompañada por el ejecutante
(acreedor), y en función de ello, tener por probado que aquél no cumplimentó su deber de colaboración.
En el fallo traído en contradicción, en cambio, se resolvió-antagónicamente- que “...era el deudor el que
debía acreditar que el acreedor no había concurrido al domicilio de aquél a cobrar”, añadiéndose:
“...Como el deudor alegó que el acreedor nunca concurrió al domicilio convenido para el pago...y
atento la tesis que se explicita más arriba, la carga de la prueba de tal aserto le correspondía al deudor.
Al no existir acreditación de tal circunstancia, debe concluirse que la omisión probatoria perjudica al
accionado”. De igual modo, se encuentra suficientemente cumplimentado el recaudo de la equiparación
fáctica entre los supuestos de hecho sometidos a juzgamiento en sendos pronunciamientos. Y ello así
por cuanto, tanto en el caso de autos, cuanto en el traído como antagónico por el recurrente, las partes
han acordado que el cumplimiento de una obligación debe efectuarse en un plazo cierto y determinado
en el domicilio del deudor. Y en ambos supuestos el deudor demandado ha alegado en su defensa que el
acreedor nunca concurrió a su domicilio (el convenido para el pago), no siéndole imputable -en
consecuencia- la mora o el retraso. Tales antecedentes fácticos resultan suficientes -per se- para
provocar y operativizar la función nomofiláctica asignada a este Tribunal de Casación. No obsta a esta
conclusión lo alegado por la parte demandada en orden a que en el sublite (a diferencia de lo acaecido
en el caso resuelto por la Cámara 4ª CC Cba), las partes no habrían establecido un horario determinado
para el cumplimiento de la obligación. Y ello así por cuanto, bien entendida, la analogía impuesta por la
ley no importa exigir una identidad estricta entre todos y cada uno de los datos circunstanciales que
informan los supuestos de hecho sometidos a juzgamiento en una y otra ocasión, sino sólo de aquellos
que, en la inteligencia propiciada por los tribunales, han ostentado una incidencia dirimente en orden a
determinar la tendencia de las decisiones que se pretenden confrontar. Con esa prevención, cuadra
destacar que en el fallo traído en contradicción expresamente se resta trascendencia o entidad a la
circunstancia del horario fijado. Por ello es que, luego de puntualizarse tal circunstancia de hecho se
añade que: “Y aun cuando no fuere así (no se hubiera establecido un horario para el cumplimiento de la
obligación), es necesario aceptar que ese horario debe adecuarse a los usos y costumbres y giro normal
de las actividades del deudor... En suma, en esos casos en que no esté previsto expresamente un horario
de cumplimiento...deberá recurrirse a la prudencia judicial para decidir, según los usos y costumbres
cuándo feneció la posibilidad del acreedor de ejercer su deber de colaboración...”. Esto evidencia que, a
despecho de lo aducido, la divergencia entre las soluciones brindadas en uno y otro caso no se justifica
en una especial ponderación de particularidades que diferencien los hechos sometidos a juzgamiento,
sino -concreta y específicamente- en una disímil interpretación de lo normado por el art. 509, CC. En
otras palabras, la divergencia en cuanto a la fijación o no de un horario de cumplimiento de la
obligación no ostentó dirimencia alguna en la elaboración de las exégesis legales cuya unificación se
impetra ante esta Sede, desde que en el pronunciamiento traído en contradicción se le ha restado
importancia a tal elemento, expresándose el mantenimiento de la doctrina interpretativa asumida aun
frente a la ausencia del mismo. III. En mérito de lo expuesto, corresponde declarar mal denegado el
recurso de casación impetrado al amparo de la causal prevista en el inc. 3, art. 383, CPC y concederlo
por esta vía. La admisión de la queja impone la restitución del depósito efectuado en cumplimiento de
lo dispuesto por el art. 78, ley 8805, que fuera condición de su admisibilidad formal. IV. Interpuesto el
recurso de casación en tiempo y forma, se corrió traslado a la contraria, quien lo evacuó a fs.44/58
solicitando se rechace la impugnación extraordinaria. V. El escrito de casación, en los límites en que ha
sido habilitada, admite el siguiente compendio: Sostiene el recurrente que en la especie se ha
considerado que la carga de probar la ausencia de cooperación del acreedor como requisito necesario
para que el deudor se libere de las responsabilidades de la mora, le corresponde al primero. En otras
palabras, expresa que, de la lectura del fallo en crisis surgiría que para el a quo correspondía a su parte
demostrar que se constituyó en el domicilio de su deudor a exigir el pago. Puntualiza que la aplicación
de esta interpretación de la regla contenida en el art. 509, CC, puede deducirse teniéndose en cuenta la
solución acordada y los elementos tenidos presentes para arribar a la misma, ya que se ha liberado de
las responsabilidades de la mora a la parte demandada, pero para fundar tal conclusión sólo se ha
desestimado la prueba que su parte (acreedora) ha rendido, sin aludir a ningún elemento probatorio del
deudor que demostrara la falta de cooperación del acreedor. Aduce que contrariamente, en el fallo
acompañado como antípoda, se ha decidido que la carga de probar la falta de colaboración del acreedor
en las obligaciones sujetas a plazo cierto cuando se ha fijado como lugar de pago el domicilio del
deudor corresponde a éste último. Para justificar tal aserto transcribe los párrafos sentenciales que se
proyectan a poner de manifiesto tal hermenéutica disímil. VI. Así ensayada la impugnación
extraordinaria, corresponde ingresar al estudio de la misma. El núcleo del presente decisorio radica en
determinar quién corre con la carga de la prueba del incumplimiento del deber de colaboración del
acreedor cuando el domicilio del pago de una obligación a plazo cierto es el del deudor. En palabras
más simples, el thema decidendum podría enunciarse del siguiente modo: si, habiéndose pactado como
lugar de pago el domicilio del deudor, hubiera transcurrido o fenecido el plazo en que la prestación
debía efectuarse, el deudor afirma que esperó en su domicilio el día señalado con resultado negativo, y
el acreedor -a su turno- sostiene que se trasladó hasta el lugar de cumplimiento a reclamar el pago que
no se concretó: ¿a quién corresponde probar los hechos obstativos del cumplimiento? La cuestión tiene
trascendencia práctica, ya que las graves consecuencias de la situación de retardo en el pago deben ser
soportadas, necesariamente, por alguno de los sujetos que protagonizan el vínculo jurídico, y -según
sea la tesis que se adopte- dependerá el régimen de constitución en mora a que se encuentre sometido el
deudor de una obligación a plazo, cuando ésta debe cumplirse en su propio domicilio. VII. Así
delimitada la materia a unificar, cuadra destacar que no se erige como materia litigiosa en el sub lite,
sino que existe coincidencia, la circunstancia de que el 1° párr del art.509, CC, en su actual redacción
dispensa al acreedor de la carga de formular interpelaciones o reclamos, pero no lo libera del deber de
cooperar que le viene impuesto por la buena fe negocial (art. 1198, 1° parte, CC), debiendo concurrir al
domicilio del deudor a recibir la prestación (art. 618 y 747, CC). En otras palabras, en todo caso, hay
concordancia en cuanto a que la falta de colaboración impide al deudor el cumplimiento tempestivo de
su obligación, y por tanto los efectos de la mora no pueden serle imputados, desde que el retraso
obedeció a una causa ajena a su voluntad. De tal modo, la ausencia de cooperación del acreedor exime
de culpa al deudor, y sin ella no hay mora. Así lo dispone expresamente el art. 509, CC. Hasta aquí las
soluciones cotejadas coinciden plenamente, empero se tornan divergentes, y hasta irreconciliables, al
momento de decidir a quién corresponde probar la existencia o no de culpa en el retraso. VIII. En este
punto no deviene ocioso señalar que las divergencias de exégesis legales, cuya unificación se impetra,
entrañan y plasman sentencialmente una ardua polémica planteada tanto a nivel doctrinario como
jurisprudencial. En efecto, mucho se ha discutido en orden a la hermenéutica que cabe acordar a la
mora automática y a la inversión de la carga probatoria dispuesta por el art. 509, CC, en las hipótesis de
obligaciones a plazo cierto en las cuales -como en autos- se fija convencionalmente como lugar de pago
el domicilio del deudor. Así pueden destacarse dos grandes posiciones sobre el tema. Una primera
postura afirma que la prueba de la falta de colaboración corre a cargo del acreedor. Según sus
prestigiosos sostenedores (Moisset de Espanés, Luis, “La mora y la reforma del art. 509, CC”, JA,
Doctrina, 1968-V, p.794; Alterini, Atilio A., “El derecho de las obligaciones en el IV Congreso Nac. de
Derecho Civil”, JA, Doc.1970, p.210; Cazeaux, Pedro N., “La mora”, en Examen y crítica de la
reforma, T.II, p.12; Raciatti, Hernán, “Algunas observaciones sobre la reforma del CC en materia de
mora”, JA Doc.-1969, p.235, entre otros), la mora en estos casos no sobreviene en forma automática al
mero vencimiento del plazo; es necesario que el acreedor demuestre que prestó la debida cooperación
haciéndose presente en el domicilio del deudor y que éste incurrió en incumplimiento. En oposición a
esta solución, otros autores (Wayar, Ernesto C., “Tratado de la Mora”, Depalma, Bs. As, 1981, p.484;
Padilla, René A., “Responsabilidad civil por mora”, Astrea, Bs. As, 1996, p.279; Borda, Guillermo, “La
reforma de 1968 al CC”, N°117, p.175; Garrido, Roqué, “La mora en la Ley 17.711”, ED 36-882;
Bustamante Alsina, Jorge, “La mora del deudor y la concepción dinámica del patrimonio”, LL 1977-D-
841; López De Zavalía, Fernando, en su voto como miembro de la CSJ de Tucumán, LL 152-491, entre
otros), sostienen que la actividad probatoria recae sobre el deudor, a quien incumbe acreditar que el
acreedor no concurrió a recibir la prestación, faltando así a su deber de cooperar. Incluso la cuestión ha
dado motivo a un plenario de las Cámaras Nacionales en lo Civil de la Capital en el cual -por mayoría-
se adoptó la segunda de las soluciones ensayadas (21/3/80, in re: “Caja de Jubilaciones...c/ Juan Carlos
Ruiz y otra”). IX. Por nuestra parte, adelantamos criterio en sentido coincidente al propuesto por la
tesitura que -conforme a la letra de la norma en juego- pone en cabeza del deudor la carga de probar el
hecho obstativo del cumplimiento tempestivo. Y ello así por las razones que a continuación se
explicitan: X. La posición asumida es la impuesta -de un modo claro- por la propia letra y espíritu de la
ley vigente. En efecto, consultada la norma aplicable al caso se obtiene una respuesta contundente:
“Para liberarse de responsabilidad derivada de la mora, el deudor debe probar que no le es imputable”
(art. 509 in fine, CC). La sola lectura del artículo en cuestión provee una poderosa razón -quizás la
decisiva- en apoyo de la tesis contraria a la asumida por el a quo.Y ello así por cuanto la disposición
legal, de una manera nítida, y sin dar lugar a dudas, indica que es el deudor quien debe producir la
prueba de los hechos obstativos del cumplimiento en el plazo pactado. El apotegma que reza:
interpretatis cessat in obris, aparece de una evidencia empírica que obsta cualquier tesis en sentido
contrario. En definitiva, el legislador, de un modo expreso ha dispuesto -para estas hipótesis- la
inversión de la carga de la prueba, poniendo en cabeza del deudor la acreditación de la eximente
subjetiva de responsabilidad por mora. De ello se induce claramente que, a la luz de nuestro
ordenamiento vigente (y en función de la inversión de la carga probatoria) la culpabilidad del deudor en
el retraso se “presume”, siendo tal presunción “iuris tantum” y pudiendo -en consecuencia- el
interesado (deudor) desvirtuarla con la prueba idónea. Apartarse sin más de lo establecido (de un modo
contundente) por el derecho vigente atentaría contra el valor jurídico de seguridad, mutando sorpresiva
y arbitrariamente las reglas y normas que rigen el derecho de las obligaciones.Y repárese que la
solución propugnada, con sustento en la seguridad jurídica, no lo es en desmedro del valor justicia,
puesto que si el deudor prueba la ausencia de disposición para recibir el pago por incomparecencia de
su titular, necesariamente primará éste último. Por otro costado, nótese que la norma citada no
distingue entre las obligaciones según cuál sea el lugar de cumplimiento, y -en consecuencia- se aplica
a todas las obligaciones a plazos. En otras palabras, si la deuda debe pagarse en el domicilio del deudor
o del acreedor, poco importa a los ojos y fines del legislador quien ha instaurado un régimen de mora
automática subordinado o condicionado sólo al “tiempo” y no al “lugar”, así como una clara inversión
de la carga probatoria imponiendo al deudor la fatiga probatoria del hecho obstativo a su cumplimiento
oportuno, aun cuando el lugar de pago sea su propio domicilio. XI. Al argumento de interpretación
gramatical, desarrollado supra, corresponde añadir otra razón justificante, la cual atiende a la naturaleza
propia de la eximente prevista por el art. 509 in fine, CC. La falta de colaboración del acreedor
funciona u opera como un factor que interrumpe la relación de causalidad entre el retraso y los daños
provocados por el mismo. De tal modo, se erige como una circunstancia que interrumpe el nexo causal
liberando al deudor de toda responsabilidad. Ello se evidencia si se repara que la causa eficiente del
retardo sería ajena a la voluntad del deudor, y por lo tanto no habría relación de causalidad entre el
hecho de la mora en el cumplimiento y las consecuencias perjudiciales para el acreedor, y sin ella no
existiría responsabilidad. Admitido esto, debe concluirse que es al deudor a quien corresponde acreditar
la existencia de la causa ajena a su voluntad que le impidió u obstaculizó el cumplimiento de la
prestación a su cargo. Esta es una regla propia del sistema jurídico vigente según el cual corresponde al
deudor acreditar la configuración de la eximente de responsabilidad y la interrupción del nexo causal
(art.513, 509 y cc, CC). XII. Por otro costado, la sana crítica racional da mayor sustento a la
interpretación asumida como auténtica, ya que es lo ordinario y natural que el acreedor procure
diligentemente las medidas y gestiones tendientes al cumplimiento del crédito que le asiste, y no lo
contrario. En otras palabras, las reglas de la experiencia autorizan a presumir cumplida la colaboración
del acreedor. En efecto, nadie duda de que es al acreedor a quien aprovecha el cumplimiento
tempestivo de la prestación, por lo tanto es lógico suponer que colaboró y que la demora o el retraso no
se debió a su ausencia de cooperación. XIII. Tal como lo hemos venido anticipando, motivadamente,
adherimos a la conclusión que atribuye al deudor la carga de probar la no colaboración del acreedor.
Sin embargo, no podemos menos que destacar la valía de las argumentaciones vertidas por quienes
sostienen la tesis disidente. XIV. Conforme lo desarrollado y resultando que la resolución recurrida no
se ajusta a la doctrina establecida, por cuanto entiende que la carga de la prueba de los hechos
obstativos al cumplimiento tempestivo de la obligación pesa sobre el acreedor, corresponde anularla y
reenviar la causa a los fines de un nuevo juzgamiento, con ajuste a la doctrina sentada (art. 390, CPC).
XV. El acogimiento de la casación impetrada al amparo de la causal prevista en el inc. 3, art. 383, CPC,
torna abstracto el tratamiento de la queja que se agravia por la repulsa de la impugnación sustentada en
el inc.1° del mismo art.
Armando Segundo Andruet (h) - María Esther Cafure de Battistelli - Domingo Juan Sesin ■
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v
Principio de Primacia de la Realidad por la DRa Estela Ferreiros – Sociedad Argentina de Derecho Laboral
vi
Curso de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social- Rene Ricardo Mirolo – Edit Advocatus – 1998.
vii
La Doctrina de los Actos Propios Luis Moisset de Espanet – Academia Nac de Drecho y Cs Soc de Cordoba.
CASO Nº 13: LCT
3. Si prospera la demanda: cuales son los rubros que la demandada deberá abonar?
La Ley de Contrato de Trabajo establece que los rubros que integran la indemnización por despido sin
causa son:
- Preaviso: el contrato no podrá ser disuelto sin previo aviso por voluntad de una de las partes,
sin previo aviso. Los días de anticipación se basarán teniendo en cuenta la antigüedad de en el
empleo
- Indemnización sustitutiva: la parte que omita el preaviso o lo otorgue de modo insuficiente
deberá abonar a la otra una indemnización sustitutiva equivalente a la remuneración que
correspondería al trabajador durante los plazos señalados en el art. 231
- Integración de la indemnización con los salarios del mes del despido: Los plazos del artículo
231 correrán a partir del día siguiente al de la notificación del preaviso. Cuando la extinción del
contrato de trabajo dispuesta por el empleador se produzca sin preaviso y en fecha que no
coincida con el último día del mes, la indemnización sustitutiva debida al trabajador se
integrará con una suma igual a los salarios por los días faltantes hasta el último día del mes en
el que se produjera el despido. La integración del mes de despido no procederá cuando la
extinción se produzca durante el período de prueba establecido en el artículo 92 bis.
- Antigüedad: Se tiene en cuenta el tiempo en que el empleado realizo tu labor para determinar lo
que le corresponde al trabajador, mediante un equivalente de un mes por cada año de servicio.
- Vacaciones no gozadas: Cuando por cualquier causa se produjera la extinción del contrato de
trabajo, el trabajador tendrá derecho a percibir una indemnización equivalente al salario
correspondiente al período de descanso proporcional a la fracción de año trabajada.
- S.A.C proporcional: Cuando se opere la extinción del contrato de trabajo por cualquier causa, el
trabajador o los derechohabientes que determina esta ley, tendrán derecho a percibir la parte del
sueldo anual complementario que se establecerá como la doceava parte de las remuneraciones
devengadas en la fracción del semestre trabajado, hasta el momento de dejar el servicio.
1. Cual son los efectos que de la muerte del locatario sobre el contrato de locación? Lea los Arts.
1195, 1496 y 2042 del C.C.
Los efectos que produce la muerte del locatario sobre el contrato de locación según se desprende de la
normativa del Código Civil, son extensivos activa y pasivamente a los herederos y sucesores
universales del causante, por lo que la muerte del locatario, no extingue el contrato de locación, ya que
el mismo podrá ser continuado en las condiciones pactadas, y hasta la finalización del contrato, por sus
herederos o quienes acrediten haber convivido; a menos que existieren obligaciones inherentes a la
persona, o que resulte lo contrario de disposiciones expresas de la ley, de cláusulas del contrato o de la
naturaleza del mismo.
2. A lo resuelto en el punto anterior que consecuencias jurídicas derivan de esos efectos sobre la
fianza?
Al ser la fianza una obligación accesoria que sigue la suerte de la principal, extinguida la obligación
principal, se extingue la obligación accesoria, pero como se ha concluido que el contrato de locación no
se extingue por la muerte del locatario, consecuentemente se debe mantener incólume la fianza y todos
sus efectos jurídicos.
3. La actora funda su pretensión contra la codemandada en las siguientes normas 2004, 2005, 702
y 707 del Código Civil. Considera correcta la aplicación de las mismas al caso?
Habiendo leído y analizado atentamente la normativa citada, puedo concluir que no considero correcta
la aplicación de dichas normas al caso en cuestión, debido a que en el contrato de locación se estableció
expresamente que la codemandada, la Sra. Gladis Serra se constituía en fiadora solidaria, codeudora,
principal pagadora y responsable de todas las obligaciones del contrato impuestas a la locataria, lo cual
denota el claro carácter asumido por aquella, no surgiendo limitación de responsabilidad y obligándose
de manera expresa como codeudora y principal pagadora.
RESULTA:
I) Que a fs…., se presenta el Dr. Franco Gutiérrez, como apoderado del Sr.
Roberto Granillo, adjuntando al efecto poder general, el que en fotocopia obra glosado a fs. ….y
promueve demanda contra la señora Gladis Serra y otros, tendiente al cobro de la suma de PESOS…($
xxxx), correspondientes al pago de las mensualidades debidas en concepto de alquileres debidos desde
Enero a Abril de 2006 inclusive, con más los intereses, y gastos que correspondan.
Refiere que con fecha 26 de Junio de 2005 celebra contrato de locación de
inmuebles con la Sra. María Olivares operando el vencimiento con fecha 25 de junio de 2007;
constituyéndose en fiadora lisa y llana y principal pagadora por las obligaciones devengadas por el
contrato celebrado la Sra. Gladis Serra. Se estipula que el destino del inmueble es la vivienda de la
familia conformada por la locataria, su hija y nieta menor de edad. Con fecha 18 de diciembre de 2005,
víctima de un accidente de tránsito muere la Sra. María Olivares. El 15 de Abril de 2006 Roberto
Granillo envía carta documento a la Sra. María Angélica Torres (hija de María Olivares) conjuntamente
a la fiadora Sra. Gladis Serra intimándolas al pago de las mensualidades debidas: Enero a Abril de 2006
inclusive, con más los intereses, y gastos que correspondan. Al no obtener respuesta positiva alguna y
habiéndose negado a recibir la carta documento la Sra. fiadora quien se obligara de manera expresa
como codemandada y principal pagadora por lo tanto es codeudora solidaria, Granillo impetra demanda
de P.V.E en el juzgado Civil y Comercial de turno.
II) A fs. …, Preparada la vía ejecutiva, interpuesta la demanda ejecutiva por
resolución Nº ….., el Juzgado tiene por promovida la acción y dispone el traslado de la misma, por
el término y bajo apercibimiento de ley.-
III) Que a fs…., se presenta el Dr. Julio Domínguez, como apoderado de la Sra.
Gladis Serra, acreditando personería con fotocopia de poder general agregado a fs… y contesta la
demanda interpuesta, solicitando el rechazo de la misma en todas sus partes, con costas, interponiendo
la excepción de falta de legitimación sustancial pasiva.
Alega que habiendo acaecido la muerte de la Sra. locataria, se ha extinguido la
fianza celebrada, dando lugar a una nueva locación de la que ella no es parte.
Asimismo entiende que se ha producido una novación subjetiva y por ello la
fianza se ha extinguido, sosteniendo que no ha participado del nuevo convenio entre locador y
herederos. En merito del presente argumento cita jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia donde
se sostiene que cesara la obligación del fiador frente a la celebración de un nuevo contrato, sin su
consentimiento, o por cualquier modificación que importe novación de la deuda.
Y CONSIDERANDO:
Que, según surge de la normativa del Código Civil, la muerte del locatario no
extingue el contrato de locación, sino que propaga sus efectos a los herederos (Art. 1496 CC),
asimismo del Art. 1195 bis, CC, prescribe que “los efectos de los contratos se extienden activa y
pasivamente a los herederos y sucesores universales…”, a menos que consistieran en obligaciones
personales o contrarias a alguna disposición de la ley o cláusula del contrato o a su naturaleza misma.
Por lo que el contrato de locación subsiste plenamente.
Que, siendo la fianza una obligación accesoria que sigue la suerte de la
principal, si se ha concluido que el contrato de locación no se extingue por la muerte del locatario, debe
mantenerse indemne la fianza y todos sus efectos jurídicos.
Que, ante el supuesto de la posible existencia de una novación subjetiva, esta
deviene improcedente, ya que los sucesores no son en este supuesto terceros; son, continuadores de la
persona del causante. Por ello, no opera la novación en tal supuesto.
Que, en el contrato de locación se estableció expresamente que la codemandada
se constituía en fiadora solidaria, codeudora, principal pagadora y responsable de todas las obligaciones
del contrato impuestas a la locataria. Por ello, es claro el carácter asumido por aquella, no surgiendo
limitación de responsabilidad y obligándose de manera expresa como codeudora y principal pagadora.
Que, en autos, surge del contrato de locación que el inmueble sería destinado a
vivienda de la locataria y de su familia, conformada por una hija y nieta, resultando aquélla la
continuadora del contrato, por lo que resulta aplicable el Art. 9 de la Ley 23091 que faculta a que los
moradores de la unidad continúen el arrendamiento en las condiciones pactadas y hasta el vencimiento
del plazo contractual, con la única salvedad de haber recibido un ostensible trato familiar.
RESUELVO:
Hacer lugar a la demanda por los conceptos y montos indicados, condenando a la
Sra. Gladis Serra, a depositar en el Banco …….., a la orden de este Juzgado y como pertenecientes a
estos autos la cantidad de PESOS …….($ ….), con más sus intereses y costas en concepto de pago de
la totalidad de las mercedes locativas reclamadas en la demanda, con más los intereses, ya fijados,
rechazando la defensa instaurada.
Dicha cantidad devengará un interés equivalente a la tasa activa del Banco de la
Nación Argentina desde que cada suma es debida y hasta su efectivo pago.
INSERTESE, REGISTRESE Y NOTIFIQUESE.-