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Presencia de población afro en Chile

El tumbe afroariqueño y su importancia para la visibilización de los afros en la creación de la


sociedad chilena.

(Por Claudia Parra Aravena)*

El tumbe es una recreación de lo que, presuntamente creemos con mucha fuerza y amor, los
descendientes de africanos tocaban y bailaban en las tierras, que ahora se llaman Arica y
Parinacota en el extremo norte de Chile.

Desde el SXVI, en el año 1546 específicamente, comienza a habilitarse el Puerto de Arica, lugar en
el que hasta hoy se mueve gran cantidad de mercadería y personas.

¿Cómo no creer que no llegaría algún barco con esclavos africanos y algunos de ellos como parte
de los pertrechos o servidumbre?

Los africanos esclavizados - al igual que los indígenas - de toda Latinoamérica y El Caribe fueron
sacados de sus tierras y repartidos por el mundo, creando, una Diáspora Africana más
contundente de lo que jamás nadie pensó. Y que late hoy como cultura viva. Manifestándose en
cada sonido y movimiento que los afrodescendientes han reconocido, valorado y recreado a
través de los años.

Cuando leemos e investigamos se pueden encontrar los vestigios de África en la Historia de Chile,
como el último escalón de la pirámide social. Junto con los indígenas, mulatos y zambos
formando parte del nivel mas bajo de la sociedad, según la visión del “colonizador español”.

Desde 1598 hasta 1810 Chile vivía tiempos de Colonia. En este período de la historia existía una
pirámide social muy estricta, pero no excluyente. Cada uno de los miembros de la sociedad
pertenecía a una escala y no era fácil traspasar las fronteras que separaban a las personas por su
lugar de origen, color, idioma, trabajo, edad y género, entre otras características.

La primera escala ocupada por los españoles y aristócratas de los virreinatos tenían los cargos
públicos importantes, donde tenían a cargo los temas judiciales, legislativos, eclesiásticos, de
orden y de guerra, además de la economía y todo lo que conlleva organizar un territorio.

Los mulatos, indígenas, zambos, mulatos y negros se ocupaban de mantener todo limpio y
ordenado para la primera escala, desde limpiar sus zapatos en las calles hasta amamantar a sus
hijos e hijas en sus casas con las nodrizas.

“Por su condición y origen eran menospreciados, marginados y obligados a realizar los trabajos
más forzosos y sacrificados. Los mulatos eran hijos de blancos y negros; los zambos eran hijos de
negros y aborígenes. Todos estos grupos eran marginados y humillados por la clase más
acomodada”.i

El cronista Vásquez de Espinoza recorrió Chile en el segundo decenio del SXVII y al escribir sobre
los alrededores de Santiago dice: “Hay en todas las más estancias mayordomos, soldados
españoles, mestizos que son hijos de españoles y de indias, mulatos, y negros libres, los cuales
tienen cuidado de las haciendas, de lo que se siembra y coge, y de hacer trabajar a la gente, y todo
lo demás necesario, que en todas las haciendas y estancias de las Indias, que sean de
consideración, los hay con aventajado salario, conforme con las grosedades de las haciendas” ii

Y mientras en el centro del país los afros ya eran parte de la sociedad chilena, la historia en Arica
no se contaba muy distinta.

En el Valle de Azapa, en un documento de 1661iii, surge la presencia de población negra en la


Hacienda de Gaspar de Oviedo, al momento de inventariarla para su venta por una defunción. En
ella describe los aspectos geográficos de la hacienda o “chacara” y nos cuenta sobre los esclavos
que poseía al momento de la compraventa.

Dice textual “…Y con Veynte piessas de Esclavos del servicio de Ello catorsse de Ellos mossos
algunos Y otros de buena Edad que todos pueden trabajar dos negras y quatro negros muy bien
enpedidos Y enfermos que por ser de la dicha chacara Y estar Ynbentariados se ponen aquí con
los demas aunque no se apresiaren por no tener balor por las caussas dichas que los dichos
Esclavos con de Los nombres Y castas siguientes. Primeramente Juan Garsia Angola. Miguel
Angola. Juan biafara. Sevastian Capatero Angola Sevastian Y Enrique Criollo. Pedro Angola
Regador. Juan cavecitas angola. Cristobal angola. Domingo sordo biafara. Phelipe mandinga.
Simon congo. Luis balanza/Juan matamba. Este es difunto y murio por quenta del dicho Gaspar
de Oviedo porque le tenia Resuido con los demas esclavos Referidos antes de otorgamiento de
esta Escriptura. Anton Yumbo, Cathalina angola, maria angola. Estas dies Y seis piessas de
Esclavos son las buenas Y las que no pueden trabajar por estar Ympedidos Como ba dicho son
Gonzalo angola. Marcos folugo. Lucas criollo. Este Es difuntoY murio por quenta de dicho Gaspar
de obiedo. Pablo angola…” Los investigadores que estudiaron este documento proponen que la
hacienda descrita podría corresponder a un lugar cercano al actual pueblo de San Miguel de
Azapa y probablemente a los alrededores del Museo de San Miguel de Azapa, ubicado en el Valle
de Azapa.

Como estos documentos hay muchas demostraciones que nos entregan evidencia fehaciente de la
presencia africana en el país. Siendo parte de la población que por esos años ayudo a construir la
sociedad en la que hoy vivimos.

Pero hay otra historia. Esa que se trasciende de una persona a otra. Ayuda a recordar el pasado
con nostalgia y eso infunde el deseo de saber más y conformar de manera natural un imaginario
colectivo que con los años se va volviendo real y concreto. Se va transformando en tradición, va
traspasando generaciones y va creando una historia en común que reconocemos y cuidamos
como algo vivo, que crece y se expresa.

Desde el principio de la civilización el ser humano ha tenido la necesidad de expresar sus


emociones de maneras individuales y colectivas. Al reconocerse los objetivos comunes, ya sea en
tristeza o alegría, las manifestaciones sociales explotan y ocupan el medio que los rodea para
buscar las herramientas para su creación, desarrollo y repetición en el tiempo como un sentido
de pertenencia que al hacerlo una y otra vez reafirma la existencia de una tribu, pueblo o
cualquier grupo organizado de personas.
Cuando llegan los españoles a conquistar, traen consigo muchas cosas. Entre ellas su cultura y
religión, la que imponen de manera forzada a indígenas y africanos, quienes también tenían su
bagaje cultural.

A raíz de este encuentro de manifestaciones, tanto indígenas y africanos, se las arreglaron para
esconder sus creencias y tradiciones en la religión exigida en ese tiempo (catolicismo) y así poco
a poco terminar envueltos en el sincretismo, que es cuando dos pueblos se encuentran y
espontáneamente comienzan a mezclarse sus culturas, para crear nuevas formas de ser ellos
mismos sin perder la esencia. En un nuevo lugar y adaptándose para no desaparecer.

Carnavales, fiestas tradicionales, celebraciones y pasacalles son evidencias concretas del


sincretismo que hay entre los colonizadores, indígenas y africanos en toda Latinoamérica y El
Caribe. Y en todo el mundo, según la especificidad de cada grupo humano en el planeta.

Las danzas, los cantos, los rezos, las procesiones y las diversas formas de expresar devoción a la
naturaleza y a dioses y santos es el legado de muchas personas que colectivamente han ayudado,
a través de los siglos, a visibilizar y mantener culturas y formas de vida de quienes ocuparon
anteriormente los territorios y vieron en la repetición una forma de permanencia en el tiempo.

Recordando: “Para Carnaval salían comparsas de todos los sectores. Grupos muy coloridos,
vestidos con hojas de plátanos y flores en la cabeza. Recuerdo que siempre estaba la negra, la
bonita, la reina de la murga. Hacían competencias. No me acuerdo de las letras de las canciones,
pero sí que se daban de caderazos cuando alguien gritaba “tuuuumba”. Muy bonito. Mi abuelita se
sabía miles de canciones de carnaval”, comentó Jorge Llerena, nieto de Doña Julia Corvacho
Ugarte al periodista Gustavo Del Canto durante su investigación. iv

Y es de éstas y otras cientos de historias que nace la recreación del tumbe o tumba, como algunos
gustan llamarle.

Libros de historia como “El Mestizo en el Departamento de Arica”, escrito por Alfredo Wormald
Cruz en el año 1963 cuentan que en 1930 se disolvió la última comparsa afroariqueña con
bombos y quijadas v.

Esto como una de las consecuencias del período llamado “chilenización”, período posterior al
Tratado de Ancón (1883) en el que el Estado de Chile invirtió en infraestructura y facilitó el
movimiento de personas que desde el sur del país conformaron como “Ligas Patrióticas” que
asustaban, perseguían, expulsaban y asesinaban, amedrentando a la población indígena, afro y
peruana que residía en el territorio ganado en la Guerra del Pacífico, específicamente Arica en el
“Asalto y Toma del Morro de Arica” el 7 de junio de 1880.

En ese tiempo, para las autoridades chilenas, toda expresión cultural que pareciera peruana era
considerada “antipatriótica” y, por lo tanto, reprimida.

Del Canto reflexiona en su monografía: “todo lo que fuera de negros olía a peruano y, por lo tanto,
debía ser erradicado. La discriminación fue total”.

Don Arturo Carrasco Cortéz, dirigente afro y Presidente de la Agrupación de Adultos Mayores
Afrodescendientes Julia Corvacho Ugarte (Tesoros Humanos Vivos, reconocidos por el Consejo
Nacional de la Cultura y las Artes el año 2011) comentó en una entrevista “que en los años 50` las
comparsas salían de la calle Maipú y llegaban hasta la Plaza Colón. Los negros bailaban y tocaban
toda clase de tambores, palos y sonajeras. Prácticamente cualquier cosa servía para llevar el
ritmo. Salían para carnaval y durante la Pascua de los Negros”.

Esto deja en evidencia lo que los abuelos afro de la zona recuerdan de cuando eran niños y niñas,
dejando una vez mas en claro que la historia oral es la que mantiene la vida de los pueblos.

Si tomamos como antecedente la fecha de 1930, nombrada por el historiador Alfredo Wormand
como una de las últimas apariciones de alguna comparsa afro bailando por la ciudad,
contaríamos que 73 años después vuelve a ocurrir un acontecimiento histórico para los
afroariqueños: baja por 21 de Mayo (arteria principal del centro comercial de Arica) la Comparsa
Oro Negro el 6 de enero del 2003.

Semilla
(Claudia Parra Aravena)

Coro: Mira hermanito te vengo a contar


lo que produce fervor popular.
(Hace que la gente se sienta diferente
hace que la gente se sienta valiente) (BIS)

Para Azapa tuvieron que ir


a buscar semillas de esta raíz
que se creía extinta por toda la tierra
pero se encontraron tremenda presencia.

Parcela por parcela tuvieron que ir


buscando vestigios de África por allí.
La abuela e’ los Baez frió unos picarones
La abuela e’ los Corvacho cantó unas canciones.

Coro: Mira hermanito te vengo a contar….

Poco a poco pudieron juntar


a los del Valle y de la ciudad.
Se organizaron, formaron comparsa.
Sacaron las faldas, sacaron las pancartas.

El tumbe convocó a este gran batallón.


21 de Mayo explotó de color.
*Esos africanos alzaban la mirada
daban las gracias a la estrella e’ la mañana. (*BIS 4 veces)

Así renace este baile tierra. Acompañando una lucha por la visibilización y el reconocimiento.

El tumbe. Pariente de la zamacueca, la cueca y la marinera trajo consigo una historia para contar,
cantar, tocar y bailar.
ONG Oro Negro

Esta recreación – recuperación del tumbe provocó las pasiones de muchas personas que se auto
reconocieron afrodescendientes, que la admiraron y la amaron; y a partir de ese amor nacieron
comparsas como:

Comparsa ONG Oro Negro (2002)


Comparsa ONG Lumbanga (2003)
Comparsa Arica Negro. “Recuerdos de la Chimba” (2005)
Comparsa Afroariqueña Tumba Carnaval (2010)

Actualmente cada una de estas comparsas bailan, cantan y tocan por todo el territorio ariqueño y
parinacotense durante todo el año en festividades y tradiciones que se han ido sumando, con el
pasar de los años a una larga lista de fechas relevantes de índole religiosa, política y festiva, sobre
las que ahondaremos en otro artículo.

“Cada una de ellas tiene toques y movimientos distintivos, pero todos tenemos algo en común.
Golpeamos nuestras caderas igual que antaño al oír que el repique hace el llamado y todos y
todas gritamos ¡Tumbe Carnaval!”

Tumbe

El tumbe es la demostración concreta de la presencia africana en esta parte del planeta.

El tumbe y el tambor es arma y presencia.

El tumbe es un legado vivo de los afrodescendientes en Arica y Parinacota.


El tumbe es una válvula para olvidar lo cansado de la esclavitud, las penas y el dolor. (A veces
cierro los ojos y trato de ser empática con la historia, imagino a los esclavos y esclavas sufriendo
por tantas cosas pasadas y a la vez liberándose tocando el tambor con barricas de aceituna, tarros
mantequeros, tarros galleteros y barriles aceituneros, bailando alrededor del fuego y buscando
así el sonido de su tierra lejana y la libertad del espíritu).

El tumbe en Arica es el acercamiento de África al corazón. Como la rumba en Cuba, como el


festejo en Perú, como el cachimbo en Tarapacá.

El tumbe es la prevalencia del sentir de los abuelos que fueron niños y guardaron esa
información casi por magia. La magia de no olvidar lo que se ama, lo que es propio, los recuerdos
de su existencia y el paso de sus antepasados por la Tierra.

El tumbe es una fuerte potencia que ha ayudado al movimiento a decir ¡PRESENTE! a los
descendientes de africanos en esta zona del mundo. Es una obstinación a la continua negación de
la historia de un país que no tiene más de 200 años.
*Periodista. Licenciada en Comunicación Social. Se ha especializado en Cultura, Arte y
Patrimonio. Pertenece al movimiento afrodescendiente en Chile desde el año 2004, participando
en las áreas de comunicaciones, política y arte.
Ha tenido la oportunidad de realizar difusión del movimiento afrochileno a nivel internacional y
nacional desde el año 2007.
Actualmente es Co-fundadora y Presidenta del Centro de Proyección Folklórica Alza Raza Asessú
(2011); parte de la Comparsa Tumba Carnaval, de la cual fue Ñusta (Yinga, Reina) el año 2016;
parte de la Mesa Afrodescendiente del Consejo Regional de la Cultura y las Artes de Arica y
Parinacota y Cantautora de la Agrupación Femenina de Danza y Percusión Afro Aluna Tambó.

Corrector: Nicolás Parra Aravena. Profesor de Filosofía. Licenciado en Educación con Estudios en
Epistemología. Universidad de Concepción.

i
Icarito, Historia, Geografía y Ciencias Sociales, 2009.
ii
La introducción de la Esclavitud Negra en Chile. Rolando Mellafe. 2da edición, 1984.
iii
Compraventa de una Hacienda en el Valle de Azapa por Gaspar de Oviedo, 1661, documento inédito del Archivo General
de la Nación. Lima, Perú. Jorge Hidalgo, 1989.
iv
Oro Negro. Una aproximación a la presencia de comunidades afrodescendientes en la ciudad de Arica y el Valle de
Azapa. Gustavo del Canto, 2003.
v
*Lo que a algunos abuelos afrodescendientes les molesta se diga, ya que ellos cuentan tener recuerdo de los años 50’, e
historias de sus abuelos de los festejos en los años 40’, que nos podrían hacer pensar que nunca hubo tal desaparición de los
carnavales por las calles, y sólo, no están registrados. (Reflexión personal después de hacer leer a varios amigos y amigas
con más 65 años este documento, como mi amigo Arturo Carrasco Cortés. Dirigente Afrodescendiente, Presidente de la
Agrupación de Adultos Mayores Afrodescendientes Julia Corvacho Ugarte y Tesoro Humano Vivo junto a la agrupación
desde el año 2011, nombramiento hecho por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile).
GLOSARIO:

Arica y Parinacota: Región XV de Chile desde el año 2007. Limita con Perú y Bolivia y viven
200.000 habitantes aproximadamente con aproximadamente 96 kilómetros terrestres de borde
costero, desde el Hito 1 (comienzo del límite terrestre y el punto de más baja marea) hasta Caleta
Camarones.

“El territorio de Arica y Parinacota es un paisaje cultural de alto interés por su emplazamiento en
un punto estratégico del continente y su gran diversidad cultural. En el territorio se distinguen
habitualmente 3 grandes pisos ecológicos: Costa y valles bajos, zona desértica con cursos de agua
originados en el área alto andina que permiten el desarrollo de la agricultura; Sierra o
precordillera, con altitudes entre 2.000 y 3.500 msnm, con clima desértico de altura, diversidad
biológica y condiciones para crianza de ganado y agricultura; y Puna o Altiplano, con altitudes
entre 3.600 y 4.7000 msnm, clima de estepa de altura y precipitaciones de diciembre a marzo,
diversidad biológica y abundancia de pastos que posibilitan la domesticación y crianza de ganado
auquénido.

Arica y Parinacota fue desde antiguo tierra estratégica, corredor natural entre el altiplano y la
costa” (Guía de viaje. Arica y Parinacota, Chile. La Aventura Andina. Fundación Altiplano Monseñor Salas Valdés.
Primera edición enero 2012).

Territorio despierto al desarrollo de las ideas, un lugar de una creatividad consciente de la


multiplicidad de estímulos culturales que se dan encuentro y se expresan en las calles, en la
participación activa de los habitantes en tradiciones, oficios y estilos de vida, creando una
idiosincracia que queda en evidencia en ciertas características, como el alto grado de pertenencia
regional en las personas, el aislamiento del centro político del país y la comunión en la que viven
personas de diversas culturas que conviven desde hace más de 11.500 años en el territorio.

África: Uno de los cinco continentes del planeta Tierra. Se encuentra entre el Óceano Índico y
Atlántico. El año 2016 se contabilizaron 1.216 millones de habitantes.

Este continente tiene como parte de su historia que allí nacieron los seres humanos (homo
sapiens, hace más de 190.000 años) originándose la humanidad. Cuna de las primeras
civilizaciones egipcias, cartaginesas, fenicios, romanos y árabes.

“En África se hablan unas 1.500 lenguas pertenecientes a cuatro familias lingüísticas: la
afroasiática, que se extiende por un amplio cinturón que cubre la mayor parte del tercio
septentrional del continente y llega al oeste de Asia; la congo-kordofán, que se compone de más
de 1.000 lenguas y se habla por las dos terceras partes meridionales de África, con la rama bantú
ocupando la mitad meridional del continente; la nilo-sahariana que se hallan en la región central
y central-oriental de África, salvo una lengua, la songhai que se habla en África occidental (Malí,
Burkina Faso, Níger); y finalmente las lenguas de la familia joisana, que en su día se hablaron por
la mayor parte del tercio meridional de África pero que actualmente y debido a la expansión
bantú y a la ocupación europea sufren de extenuación y muchas se han extinguido; hay varias
docenas de lenguas joisanas que se hablan por grupo pequeños en Sudáfrica, Namibia, Bostwana
y Angola, donde las lenguas dominantes son bantúes (zulu, xhosa) o indoeuropeas (afrikáans,
inglés); las dos lenguas joisanas más divergentes se hallan en el norte de Tanzania.

Además de las cuatro familias mencionadas anteriormente, habría que añadir la representación
que la familia indoeuropea tiene en la lengua afrikáans y la que la familia austronésica tiene en la
malgache”. (Portal de Proel, Promotora Española de Lingüística)

“Actualmente, África es el continente más pobre del mundo, la acción de los países europeos
durante el siglo XIX y XX en este continente se puede considerar expolio, y lo han dejado bastante
deteriorado, si bien su clima, sus paisajes, su naturaleza, y sus playas están consiguiendo que el
turismo sea un motor para la economía de los mismo, trayendo riqueza, y generando empleo
gracias a la construcción de hoteles, de apartamentos y de infraestructuras, así como la inversión
extranjera y el auge del turismo”. (Portal de Costasur)

Azapa (Del aymara Jasapa, Tierra blanda, suave): Es uno de los valles de la Región de Arica y
Parinacota. Está a 5 kilómetros de Arica y cuenta con una gran historia agrícola por la producción
de tomate, guayaba, aceituna, mango, plátano y además la fertilidad de su tierra en sectores como
Alto Ramírez.

Se encuentran sitios arqueológicos de tiempos prehispánicos, como el Púkara de San Lorenzo, los
petroglifos del Cerro Chuño y los geoglifos del Cerro Sagrado y del Cerro Sombrero. En el
kilómetro 12 se encuentra San Miguel de Azapa y el Museo Arqueológico de la Universidad de
Tarapacá y en el kilómetro 80, Livilcar, se celebra la fiesta religiosa a la “Virgen de Las Peñas”.

Pascua de Negros: Los orígenes de esta celebración datan desde la época Colonial cuando los
hacendados españoles celebraban la Fiesta de la Epifanía o de los “Reyes magos”, 12 días después
del nacimiento de Cristo, instancia en que los colonos daban el día libre a sus esclavos negros,
quienes aprovechaban para descansar y rendir culto, con cantos y danzas, al niño Dios. Los
esclavos identificaban la fiesta con el Rey Mago Baltasar que según la leyenda era de raza negra
y constituía parte de la identidad religiosa de los esclavos como su Santo Protector.

La festividad se desarrolla también en Arica, teniendo como protagonista a la comunidad


afrodescendiente. Asimismo, la tradición se expresa en el pueblo de Roma, región del Libertador
Bernardo O`Higgins, como antigua fiesta de los esclavos en la Hacienda Los Lingues. (Portal
Patrimonio Cultural de Chile)

En Arica se celebra desde el año 2003, donde se realiza un pasacalle por el centro de la ciudad.
Este día se reúnen todas las agrupaciones políticas, culturales y sociales afrodescendientes a
celebrar y compartir debajo de un nacimiento de madera que se ubica en la Plaza Colón, frente a
la Catedral San Marcos de Arica. Aquí se comparte chocolate caliente, pan de pascua y golosinas a
todos los presentes, además de cantar, bailar y tocar.

Viernes 19 de mayo de 2017. Arica, Chile

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