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Las reacciones químicas se representan por ecuaciones químicas. Por ej., cuando el hidrógeno
molecular (H2) reacciona con el oxígeno molecular (O2), y se forma agua (H2O). La ecuación
química para esta reacción sería:
El signo “+” indica “reacciona con”, y la flecha indica hacia donde la reacción avanza o “produce” la
molécula de agua, en este caso. Las fórmulas químicas que aparecen a la izquierda de la flecha
corresponden a los reactantes. Las que aparecen a la derecha de la flecha son los productos de la
reacción. Los números que aparecen delante de las fórmulas químicas se llaman coeficientes
estequiométricos (tal como en una ecuación algebraica, el número 1 no se escribe). El coeficiente
estequiométrico indica el número de moléculas de cada compuesto involucradas en la reacción.
En las ecuaciones químicas también se pueden indicar el estado físico de los reactantes y
productos utlizando los símbolos (g), (l), (s) y (aq), para gas, líquido, sólido y solución acuosa,
respectivamente. Los subíndices de cada fórmula química se disponen de esta forma:
Debido a que los átomos no se crean ni se destruyen en una reacción química, una ecuación
química debe tener el mismo número de átomos de cada elemento a ambos lados de la flecha.
Cuando se llega a esta condición, se dice que la ecuación está balanceada.
En la Figura 1, la reacción involucra a dos moléculas de H2O, cada una compuesta por dos átomos
de hidrógeno y uno de oxígeno. Por lo tanto, 2 H2O (dos moléculas de agua) contienen 2 x 2 = 4
átomos de hidrógeno, y 2 x 1 = 2 átomos de oxígeno. Nótese que el número de átomos totales se
obtiene de la multiplicación del coeficiente estequiométrico y el subíndice del átomo. Ya que
existen 4 átomos de hidrógeno y 2 átomos de oxígeno a ambos lados de la flecha, esta ecuación se
encuentra balanceada.
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2. Balance de ecuaciones
Las reacciones que no se encuentran balanceadas, pueden ser balanceadas a través de una serie
de pasos que se describen a continuación:
Para comenzar, se balancean los elementos que se encuentran menos representados en las
fómulas químicas de reactantes y productos. En nuestro ejemplo, C y H solo estan en uno de los
reactantes, y en cada uno de los productos de forma separada. Por lo tanto nos podemos enfocar
en el metano (CH4). Una molécula de CH4 contiene el mismo número de átomos de carbono (1)
que el CO2. Entonces el coeficiente estequiométrico para ambas moléculas debe ser el mismo.
Comenzaremos el balance de la ecuación escogiendo el coeficiente estequiométrico 1 para CH4 y
CO2. Ahora, una molécula de CH4 posee mas átomos de hidrógeno (4) que una molécula de H2O
(que tiene solo 2). Si ponemos el coeficiente estequimétrico 2 delante del H2O, habrán 4 átomos
de hidrógeno a cada lado de la ecuación:
En este estado la ecuación aún no se encuentra balanceada debido a que en el lado de los
productos hay más átomos de oxígeno (2 átomos de oxígeno del CO2 más 2 átomos de oxígeno del
H2O) que en el lado de los reactantes (2 átomos de oxígeno del O2). Si anteponemos el coeficiente
estequiométrico 2 al O2, balanceamos la ecuación, haciendo que la cantidad de oxígenos en ambos
lados de la flecha sean iguales:
Para ecuaciones sencillas (como la del ejemplo),es fácil seguir el procedimiento de balance antes
descrito. Sin embargo, cuando se trata de una ecuación con un balance más complejo: por ej. con
algunos elementos repetidos entre varios compuestos distintos, se hace más sencillo adoptar un
procedimiento de asignación de coeficientes estequiométricos proporcionales o “incógnitos”, de la
manera que se explica a continuación. Para la siguiente ecuación no balanceada:
Luego, es necesario determinar las igualdades entre estos distintos coeficientes incógnitos, en
base a los distintos elementos involucrados. En el ejemplo, para que la ecuación quede
correctamente balanceada, debe cumplirse que:
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a) a = b (para balancear el nº de átomos de plomo).
b) d = 2xa (para balancear el nº de átomos de nitrógeno).
c) 6xa = b + 2xc + 2xd (para balancear el nº de átomos de oxígeno). Si se reemplazan las dos
primeras ecuaciones dentro de esta última, se obtiene que 6xa = a + 2xc + 4xa, lo que
finalmente significa que:
d) a = 2xc
Si se reemplaza a por el coeficiente estequiométrico más sencillo (1), se obtendrá que, de acuerdo
a las ecuaciones (a), (b) y (d):
Existen algunos tipos de reacciones que son muy frecuentes y que, en muchos casos, permiten
predecir fácilmente los productos que se generarán a partir de los reactantes que participan en
tales reacciones.
En las reacciones de combinación, dos o mas substancias reaccionan para formar un único
producto. Ésto es lo que sucede normalmente cuando se combinan elementos (o moléculas
elementales) para obtener compuestos. Por ejemplo, el magnesio metálico reacciona con el
oxígeno para producir óxido de magnesio:
Cuando la reacción ocurre entre un metal y un elemento no metálico, como en este ejemplo, el
producto es un sólido iónico. Recordemos que la fórmula de un compuesto iónico puede ser
determinada conociendo las cargas de los iónes que participan en la reacción. Cuando el magnesio
(Mg) reacciona con el oxígeno (O2), el átomo de magnesio pierde 2 electrones y forma el catión
magnesio (Mg2+). El oxígeno, en esta reacción, gana 2 electrones formando el ión óxido (O2-). Por
lo tanto la reacción produce el compuesto iónico MgO.
Típicamente, una substancia puede sufrir una reacción de descomposición, cuando es sometida al
calor. Por ejemplo, muchos metales carbonatados se descomponen para formar óxidos y dióxido
de carbono cuando son sometidos a calor:
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Otro ejemplo es la descomposición de la azida de sodio (NaN3) que libera rápidamente N2(g) de
acuerdo a la ecuación:
Esta reacción se utiliza para inflar los airbags de los automóviles. El sistema esta diseñado para
que un impacto encienda el detonador que provoca la descomposición de la azida de sodio (unos
100 g) que producen la liberación de una gran cantidad de gas nitrógeno (cerca de 50 L).
Las reacciones de combustión son reacciones rápidas que producen llama. La mayoría de las
reacciones de combustión involucran al O2 del aire como reactante.
Las fórmulas químicas y las ecuaciones químicas poseen un significado cuantitativo. Los
coeficientes estequiométricos y los subíndices representan cantidades precisas.
El peso molecular (PM) de una substancia es la suma de los pesos atómicos (PA) de cada átomo
que compone una fórmula química. Por ejemplo, la fórmula química del ácido sulfúrico (H2SO4)se
calcula:
PA H) + 1(PA S) + 4(PA O)
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Se puede calcular el porcentaje de masa que aporta un elemento específico a la masa del
compuesto que lo contiene, a esto se le llama composición porcentual de una substancia. Por
ejemplo, para verificar la pureza de un compuesto se puede calcular la composición porcentual de
la substancia obtenida experimentalmente. Por ej. en química analítica forense se mide la
composición porcentual de un polvo blanco y se compara con la composición porcentual del
azúcar, sal y cocaína para identificar el polvo.
En la vida cotidiana se utilizan unidades como el par y la docena para referirse a cantidades
acotadas de objetos “domésticos”. En química la unidad para tratar átomos, iones y moléculas en
una muestra es el mol. Un mol es la cantidad de materia que contiene tantos objetos (atomos,
iones o moléculas, según corresponda) como número de átomos están contenidos en 12 g de 12C
isotopicamente puro. Experimentalmente, se ha determinado que este número corresponde a
6,0221421 x 1023. Este número se conoce como el número de Avogadro en honor al químico
italiano Amedeo Avogadro (1776-1856). El número de Avogadro posee el símbolo NA, y
frecuentemente se aproxima a un valor de 6,02 x 1023 mol-1. Donde la unidad mol-1 nos recuerda
que se trata de un número de objetos por cada mol. Un mol de átomos, un mol de iones, un mol
de moléculas:
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El número de Avogadro es tan grande que si pusieramos un número equivalente de centavos de
dólar en fila, uno al lado del otro en linea recta, podríamos dar la vuelta a la tierra 300 trillones de
veces (3 x 1014)!!!.
7. Masa molar
Una docena es siempre el mismo número cuando nos referimos a una docena de huevos o una
docena de elefantes. Sin embargo, la docena de huevos claramente no posee la misma masa que
la docena de elefantes. De forma similar, un mol siempre posee el mismo número de unidades
(6,02 x 1023), pero un mol de átomos/moléculas de distintas substancias tendrá distinta masa. Por
ejemplo, comparemos 1 mol de 12C y 1 mol de 24Mg. Un átomo de 12C posee una masa de 12 uma,
mientras que un átomo de 24Mg posee una masa de 24 uma. Ya que un mol siempre posee el
mismo número de partículas, un mol de 24Mg va a ser el doble de masivo que un mol de 12C.
Debido a que un mol de 12C, por definición, posee una masa de 12 g, un mol de 24Mg posee una
masa de 24 g. Este ejemplo ilustra la regla general que relaciona la masa de un átomo a la masa de
número de avogadro (1 mol) de ese mismo átomo. La masa de un átomo de un elemento (en uma)
es numericamente igual a la masa (en gramos) de 1 mol de ese elemento. Ejemplos:
Notese que cuando se trabaja con un isótopo específico de un elemento, se calcula la masa de 1
mol a partir de la masa atómica del isótopo, mientras que si se trata de la mezcla isotópica normal
de dicho elemento, se calcula la masa molar a partir del peso atómico del elemento.
Para otro tipo de subtancias, existe la misma relación numérica entre el peso molecular (en uma) y
la masa (en gramos) de un mol de la substancia. Ejemplos:
La masa en gramos de un mol de substancia se conoce como la masa molar de dicha substancia.
Esta masa molar (expresada en g/mol) es siempre igual al peso molecular (expresado en uma).
La fórmula empírica de una substancia nos indica el numero relativo de átomos de cada elemento
que contiene. Los subíndices en la fórmula empírica son siempre la mínima relación posible entre
los átomos que componen la molécula. La fórmula empírica del agua, H2O, nos muestra que el
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compuesto contiene dos átomos de hidrógeno por cada átomo de oxígeno. Esta razón también se
aplica a nivel de moles: 1 mol de H2O contiene 2 moles de átomos de H por mol de átomos de O.
Por lo tanto, la razón del número de moles de cada elemento en un compuesto, otorga el
subíndice de la fórmula empírica del compuesto. Por ejemplo, el mercurio y el cloro se combinan
para formar un compuesto que contiene 73,9% de mercurio y 26,1% de cloro con respecto a su
masa total. Esto significa que si se tienen 100 g de una muestra de esta substancia, esta debería
tener 73,9 g de mercurio (Hg) y 26,1 g de cloro (Cl). Usando la masa molar de los respectivos
átomos involucrados, podemos calcular el número de moles de cada elemento en la muestra:
Para continuar, es necesario dividir el número de moles mas grande (0,735) por el numero de
moles mas pequeño (0,368) para obtener la razón molar Cl:Hg de 1,99:1.
Es posible que no se obtengan números enteros exactos como resultado de las razones molares de
los átomos. Sin embargo, el número 1,99 es muy cercano al 2, por lo tanto podemos concluir que
la formula empírica del compuesto es HgCl2.
Para cualquier compuesto, la fórmula obtenida de una composición porcentual es siempre una
fórmula empírica. Se puede obtener la fórmula molecular a partir de la fórmula empírica si se
conoce el peso molecular o la masa molar del compuesto. El subíndice de una fórmula molecular
es siempre un múltiplo del subíndice correspondiente en la fórmula empírica. El múltiplo se puede
encontrar de la siguiente forma:
Por ejemplo, la fórmula empírica del ácido ascorbico es C3H4O3. A partir de esta información, es
posible estimar el peso molecular de la formula empírica: 3(12uma)+4(1uma)+3(16uma)= 88 uma.
Experimentalmente, se calculó que el peso molecular del ácido ascorbico es 176 uma. Entonces, el
peso molecular corresponde al doble del peso de la formula empirica (176/88=2), y por lo tanto, se
multiplica cada subíndice empírico por 2 para obtener la formula molecular del ácido ascorbico
que es es C6H8O6.
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9. Análisis de combustión
Para determinar la fórmula empírica de las moléculas los químicos utilizan varias técnicas
experimentales, una de esas técnicas es el análisis de combustión, que se utiliza principalmente
para substancias que poseen carbono e hidrógeno como sus principales componentes.
*Material complementario
- Capítulo 3 del Brown, T.L. and cols. “Química. La ciencia central”. 9a edición. Pearson education,
Mexico, 2004.