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Cáncer al hígado

El hígado se localiza en la parte superior derecha del abdomen. Su peso es de aproximadamente 1.3 Kg. Consta de dos lóbulos
principales: izquierdo y derecho, éste último de mayor tamaño, y uno de menor tamaño denominado caudado.

Entre las principales funciones del hígado podemos destacar:

 - Producción de bilis, que ayuda a eliminar los desechos durante la digestión.


 - Producción de determinadas proteínas del plasma sanguíneo.
 - Regulación de la coagulación sanguínea.
 - Producción de colesterol y proteínas específicas para el transporte de grasas.
 - Depuración de la sangre de drogas y otras sustancias tóxicas.
 - Conversión de sustancias tóxicas en urea, para su eliminación por la orina.
 - Producción de glucógeno (almacenamiento de energía).
 - Regulación de los niveles sanguíneos de aminoácidos.
 - Almacenamiento de hierro (obtenido de la hemoglobina).
 - Protección frente a infecciones.

Signos y síntomas al diagnóstico


La mayoría de los síntomas del cáncer de hígado no son exclusivos de esta enfermedad, pudiendo estar presentes en otros
procesos. Habitualmente se presentan en etapas en las que la enfermedad está muy avanzada, pudiendo el paciente permanecer
asintomático hasta entonces.

Entre estos síntomas podemos encontrar:

 - Pérdida de peso sin causa justificada.


 - Falta persistente de apetito (anorexia).
 - Fatiga o debilidad.
 - Agrandamiento o abombamiento de la región superior derecha del abdomen.
 - Dolor persistente en la zona central superior del abdomen
 - Hinchazón abdominal generalizado progresivo.
 - Coloración amarillento-verdosa de la piel y los ojos (ictericia).
 - Fiebre.
 - Náuseas, vómitos, sensación de saciedad precoz tras ingerir alimentos.
 - Coloración oscura de la orina (coluria) y heces blanquecinas (acolia).
 - Picor o quemazón excesivo y generalizado en la piel.
 - Confusión o somnolencia excesivas.
 - En caso de padecer cirrosis o hepatitis crónica, empeoramiento de su estado.

Estudios diagnósticos
Una vez que consulte a su médico, éste le interrogará sobre sus síntomas y su historial médico previo. Igualmente le realizará un
examen físico completo. Posteriormente, y basándose en las sospechas diagnósticas, en el estudio del cáncer de hígado se
pueden realizar diferentes pruebas diagnósticas entre las que podemos incluir:

 - Análisis de sangre, incluyendo pruebas de función renal (creatinina), hepática bilirrubina.


 - Pruebas de coagulación
 - Determinación sanguínea de marcadores tumorales. El más asociado a cáncer de hígado es la determinación de niveles de alfa-
feto proteína, aunque que un valor elevado por encima de límites normales no implica necesariamente la existencia de un cáncer
de hígado.
 - Pruebas serológicas de hepatitis.
 - Radiografías simples de tórax y abdomen.
 - Ecografía. resonancia nuclear
 - Tomografía Axial Computarizada (TAC): permite conocer la extensión local del tumor, la posible afectación de ganglios cercanos,
y la extensión a otros órganos.
Tipos histológicos
El hígado es un lugar frecuente de asiento de metástasis de una gran variedad de cánceres, que habitualmente lo alcanza mediante
diseminación vía sanguínea. Los tumores metas taticos suelen ser de localización periférica y múltiple en el hígado, mientras que
los tumores primitivos de hígado suelen tener localización central y única.

 - Carcinoma hepatocelular (hepatocarcinoma). Comprende entre el 80 – 90% de casos de cáncer primario de hígado. Dentro de
este grupo existe una variante denominada fibrolamelar, de presentación habitual en mujeres jóvenes, con mejor pronóstico que el
hepatocarcinoma común.
 - Colangiocarcinoma.
 - Cistoadenocarcinoma.
 - Hepatoblastoma (raramente ocurre en adultos).
 - Sarcomas (angiosarcoma, leiomiosarcoma…)
 - Indiferenciado.

El hemangioma es el tumor hepático benigno más común, siendo los restantes tipos de tumores benignos muy infrecuentes
(adenoma, hiperplasia nodular focal, hematoma, teratoma, fibroma).

Estadios
La clasificación de consenso que aúna la extensión de la enfermedad, la evaluación de la función hepática, y el estado general del
paciente, agrupa a los pacientes en los siguientes estadios:

 - Estadio 0: Tumor único menor de 2 cm A, estado general muy bueno.


 - Estadio A: Tumor único o 3 nódulos menores de 3 cm A-B, muy buen estado general.
 - Estadio B: Enfermedad voluminosa multilocular, A-B, estado general muy bueno.
 - Estadio C: Enfermedad extra hepática o invasión de la vena A-B, estado general conservado.
 - Estadio D: Enfermedad muy avanzada, C, mal estado general.

Los estadios del hepatocarcinoma, agrupados según pronósticos son:

 • Estadio I: existencia de un sólo tumor, que no se ha extendido afectando a vasos sanguíneos.


 • Estadio II: un sólo tumor que se ha extendido afectando a vasos, o más de un tumor, ninguno mayor de 5 cms.
 • Estadio III:
- estadio IIIA: más de un tumor, alguno mayor de 5 cms.
- estadio IIIB: existencia de uno o más tumores de cualquier tamaño que afectan a una rama principal de la vena porta o de la
vena hepática con invasión directa de órganos vecinos (incluyendo el diafragma), excluyen la vesícula biliar, o con perforación al
peritoneo visceral.
 • Estadio IV:
 - estadio IVA: el tumor afecta a los ganglios linfáticos regionales.
 - estadio IVB: el tumor se ha extendido más allá del hígado, alcanzando otras partes del cuerpo, tales como los huesos o el
pulmón.

Los tumores se clasifican igualmente según el grado histológico, utilizándose cuatro grados:

 G1: Bien diferenciado.


 G2: Moderadamente diferenciado.
 G3: Pobremente diferenciado.
 G4: Indiferenciado.

El tratamiento más adecuado del cáncer de hígado vendrá determinado por el estadio concreto de cada caso. En cualquiera de las
dos clasificaciones anteriormente descritas, los estadios superiores se asocian a etapas más avanzadas de la enfermedad.

Factores pronósticos
Los principales factores que determinan el tratamiento y pronóstico (posibilidad de recuperación) de los pacientes con cáncer de
hígado son:

 El estado general del paciente.


 La situación funcional del hígado
 La extensión tumoral determinado por el estadio
Tratamiento: aspectos generales
Cirugía:
Su objetivo es extirpar el tumor con márgenes libres, es decir, sin dejar enfermedad residual. Se considera indicada, con intención
curativa, en estadios iniciales de la enfermedad (resecable), en pacientes con buena función hepática, y en ausencia de factores
pronósticos de recaída.

El trasplante hepático se plantea en pacientes menores de 65 años, en estadios iniciales de enfermedad, y con una serie de
características determinadas (ausencia de enfermedades asociadas, buena función hepática...). Su fundamento es la extirpación
del tumor, así como del hígado cirrótico, eliminando así el principal factor de riesgo. Sus inconvenientes son la dificultad técnica de
la intervención, la inmunosupresión a largo plazo, y la escasez de órganos para trasplante.

Recomendado en estadios 0 y A de BCLC

Tratamiento percutáneo:
Se considera un tratamiento con intención curativa en aquellos pacientes en los que, presentando estadios iniciales de la
enfermedad, no son candidatos para resección quirúrgica o trasplanté hepático. La inyección percutánea de etanol guiada por
ecografía (alcoholización) es el método más extendido dentro de esta categoría, dada su eficacia, bajo coste, seguridad y relativa
sencillez. La criocirugía (destrucción del tumor mediante congelación), coagulación por microondas y ablación por radiofrecuencia
(destrucción del tumor mediante calor) son nuevas modalidades de tratamiento local percutáneo. La radiofrecuencia es la única de
estas técnicas percutáneas que se ha demostrado superior a la ablación percutánea con etanol.

Recomendado en estadios 0 y A de BCLC

Quimioterapia:
Se consideran tratamientos con intención paliativa.

La quimioembolización es un tratamiento local no curativo que consiste en la infusión de un fármaco a través de las arterias. Está
indicada en estadios iniciales no subsidiarios de cirugía, trasplanté o ablación por radiofrecuencia. esta técnica también puede ser
utilizada como paso intermedio al trasplante. La trombosis venosa portal, la trombocitopenia y la insuficiencia hepática pueden ser
contraindicaciones para esta técnica. Recomendado en estadio B de BCLC (Ver apartado de Estadios).

La quimioterapia sistémica, ya sea de administración oral o intravenosa, consiste en la introducción de un fármaco para que éste
alcance el torrente sanguíneo y así eliminar las células cancerosas de todo el cuerpo (dentro y fuera del hígado), por lo que es
utilizada habitualmente en estadios avanzados de la enfermedad.

Radioterapia:
La radioterapia convencional no es una técnica aplicable al tratamiento local del cáncer de hígado. Nuevas modalidades de
tratamiento radioterápico se encuentran todavía en investigación.

Otros tratamientos en investigación son la hipertermia y otras terapias biológicas.

En aquellos pacientes en los que existe un grave deterioro de la función hepática (Child Pugh C) o en los que exista un importante
deterioro del estado general se desaconseja el tratamiento específico de la enfermedad y sólo se recomienda el tratamiento de
soporte. Recomendado en estadio D de BCLC

Tratamiento: Estadios localizados


Las alternativas de tratamiento incluyen:

 Cirugía.
 Tratamiento percutáneo.

El tamaño tumoral, siempre y cuando sea factible la resección quirúrgica, no es importante en los pacientes sin cirrosis. En pacientes
con cirrosis, sin embargo. el resultado de la cirugía es mejor en aquellos casos en los que no existe hipertensión portal y el tumor
es precoz (menor de 2 cms.) o en algunos casos de tumores menores de 5 cms.
Tratamiento: Estadios avanzados
En aquellos casos en los que no exista grado severo de alteración de la función hepática y el estado general del paciente est é
conservado se recomienda calidad de vida En aquellos casos en progresión a tratamiento siempre que la función hepática se
mantuviera preservada, podría considerarse el tratamiento con regorafenib. Por otra parte, debemos considerar la inclusión del
paciente en un ensayo clínico para el dar rollo de nuevas estrategias de tratamiento (Estadio C de BCLC, ver apartado Estadios).

En aquellos pacientes en los que existe un grave deterioro de la función hepática o en los que exista un importante deterioro del
estado general se desaconseja el tratamiento específico de la enfermedad y sólo se recomienda el tratamiento de soporte (Estadio
D de BCLC

Tratamiento de la recaída
La recaída del hepatocarcinoma tras un tratamiento local (cirugía o ablación) se clasifica en precoz (semanas o meses) y tardía
(más de dos años tras tratamiento inicial). la recaída precoz se atribuye a fallo del tratamiento inicial, mientras que la tardía se
justifica mayoritariamente por la aparición de nuevos tumores.

No existe una estrategia única de tratamiento recomendado en la recaída del hepatocarcinoma, y su enfoque terapéutico, al igual
que en el tratamiento inicial, suele ser multidisciplinar condicionado por el tamaño, localización, función hepática, y estado general
del paciente.

Seguimiento
En el caso de remisión de la enfermedad, se recomienda la realización de un seguimiento periódico que debe incluir:

 - Entrevista médica.
 - Exploración física.
 - Análisis sanguíneos.
 - Pruebas de imagen.

El objetivo de este seguimiento periódico es detectar, en caso de que se produzca, precozmente la recaída, con el fin de instaurar
un tratamiento rápido y con mayores opciones de éxito.

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