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af2toral.wordpress.com/2018/03/06/voladura-del-puente-ferroviario-de-mumao-en-1934
March 6, 2018
Durante este bienio se pretendió “rectificar” las reformas del anterior gobierno,
produciéndose además el acontecimiento más grave del período: la revolución de octubre
de 1934, que en Asturias se convirtió en una auténtica revolución social y obrera que
finalmente fue aplastada duramente con el Ejército por orden del gobierno. La tercera
etapa del régimen republicano vino marcada por el triunfo de una coalición de izquierdas
conocida como Frente Popular en las elecciones generales de febrero de 1936, aunque
solo pudo gobernar en paz durante cinco meses a causa del golpe de estado que el 17 de
julio promovió una parte del Ejército, comenzando a continuación la Guerra Civil española.
Hemos dicho que el día 5 de octubre de 1934 tuvo lugar en España una insurrección
armada, la cual fue auspiciada por el sector más revolucionario del Partido Socialista. La
causa fue que el día anterior el jefe de gobierno de la Segunda República, Alejandro
Lerroux, había formado un nuevo gabinete con tres ministros pertenecientes a la CEDA, a
la que el socialismo español comparaba ya con el partido nazi alemán y de la cual
sospechaba que planeaba reprimir a los socialistas usando la maquinaria estatal tal y
como habían hecho Adolf Hitler en Alemania o Engelbert Dolffuss en Austria. Como es
sabido, la revolución tuvo su foco fundamental en Cataluña y sobre todo en Asturias.
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En Asturias, una alianza obrera que agrupaba la Unión General de Trabajadores (sindicato
socialista), la Confederación Nacional del Trabajo (sindicato anarquista) y a los comunistas
propició que en la noche del 5 al 6 de octubre varios miles de militantes armados de las
organizaciones sindicales (sobre todo mineros) atacaran los cuarteles de la Guardia Civil
de la cuenca minera, controlaran Gijón y Avilés, se apoderaran de la fábrica de cañones
de Trubia y ocuparan el centro de Oviedo. Todo ello enmarcado bajo furiosos combates
contra las fuerzas del orden público. El Comité Regional de la Alianza Obrera trató de
coordinar el movimiento, poniendo en marcha un rápido control de los servicios públicos y
del transporte, de abastecimientos de las localidades sitiadas, etc. Incluso se llegó en
algunos sitios a suprimir la monedad oficial. Pronto la violencia anticlerical hizo también
acto de presencia, dejando un triste balance: 58 iglesias, el palacio episcopal, el Seminario
y la Cámara Santa de la catedral de Oviedo fueron incendiados o dinamitados. Asimismo,
34 sacerdotes, seminaristas y hermanos de las Escuelas Cristianas de Turón fueron
asesinados.
También la revolución afectó a Toral de los Vados. Como antecedentes debemos destacar
la huelga que durante el verano de 1934 mantuvieron los trabajadores contra la fábrica
cementera Cosmos. A su vez, la represión de una huelga general revolucionaria
anarquista que había tenido lugar en diciembre de 1933 en la Rioja y Aragón (y con ecos
también en Fabero, Vega de Espinareda y Cacabelos) había supuesto la clausura de la
central sindical anarquista de Toral. A raíz de ello, buena parte de los afiliados de este
sindicato pasaron a engrosar las filas del Sindicato de la Construcción de Toral de los
Vados, adscrito al sindicato socialista de la Unión General de Trabajadores.
Esta situación produjo una serie de tensiones entre ambos grupos, pues los socialistas
acusaban a los anarquistas de acudir armados al centro obrero y al trabajo, mientras que,
al contrario, las acusaciones versaban sobre el caciquismo que impedía entrar a trabajar
en la fábrica y en sus canteras a individuos de otras localidades. En un choque entre
ambos grupos el 25 de julio de 1934 tuvo que intervenir la Guardia Civil, lo que se saldó
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con un trabajador muerto (llamado Donato Yebra) y cuatro heridos. El diario alicantino El
Día publicó al día siguiente una noticia que llegaba a señalar literalmente que “Toral de los
Vados se encontraba amotinado y se solicita el envío de fuerzas que ya han salido para
mantener el orden”.
La conflictividad social existente en la localidad era una realidad. Apenas un mes antes
otra noticia del periódico La Libertad publicada el 28 de junio de 1934 informaba de un
ataque con bomba contra la iglesia del pueblo, si bien no se señalaba a los autores. Esta
acción causó graves desperfectos en el edificio, el cual también llegó a ser rociado con
gasolina con intención de ser quemado. La pronta intervención de los vecinos impidió la
propagación del fuego. El 4 de agosto se produjo un nuevo incidente: un sabotaje
consistente en la explosión de un polvorín de la fábrica Cosmos.
Así llegamos a los sucesos revolucionarios de octubre en Toral de los Vados, para cuya
narración seguiremos la documentación consultada en los correspondientes archivos.
Presuntamente varios trabajadores de la fábrica Cosmos vinculados al sindicato socialista
y algunos de los antiguos miembros del anarquista, decidieron la noche del día 7 al 8 de
octubre volar el puente de Mumao de la línea ferroviaria de Palencia-La Coruña, en el
término municipal de Sobrado. Con este sabotaje pretendían evitar el paso de las tropas
que, procedentes de Galicia, acudirían en tren a sofocar la revuelta en Asturias. A pesar de
no derribar el puente al completo, sí consiguieron inutilizar la vía ferroviaria, aunque se
desconoce durante cuánto tiempo permaneció en este estado.
En el caso del Bierzo, la misma noche del día 8 de octubre llegaron a Ponferrada refuerzos
militares consistentes en dos compañías del Regimiento de Infantería número 12, un
batallón del Regimiento número 26 y una compañía y una sección de ametralladoras del
Regimiento número 36, que consiguieron controlar las zonas en poder de los
revolucionarios entre los días 8 y 10. El día 10 entraron las tropas en Toreno y en el
subsiguiente combate murieron dos insurrectos. En todas estas operaciones los soldados
fueron también auxiliados por fuerzas de la Guardia Civil. Precisamente como
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consecuencia de los sucesos revolucionarios en el Bierzo perderían la vida cuatro
guardias civiles (dos murieron a raíz del asalto de los mineros al cuartel de Páramo del Sil
y otros dos en la explosión de un camión-bomba en Santa Marina del Sil). En cuanto a las
bajas militares, murieron un sargento y tres soldados que fallecieron al ser atacado y
precipitarse al río Noceda un camión del Ejército en el puente de San Román de Bembibre
que pasaba de manera casual por la zona.
Asimismo, hubo más presuntos implicados en los hechos que serían detenidos y
acusados. Por ejemplo los también toralenses Demetrio Delgado Fernández, Serafín Pérez
García y Francisco Fernández Amigo, presidente, tesorero y vocal, respectivamente, del
sindicato de la Construcción de la empresa Cosmos. A su vez, otros dos individuos que
también acabaron detenidos fueron los vecinos de Villafranca del Bierzo Mariano Blanco
Fernández (socialista) y Gaspar Quiroga López (anarquista).
Las actuaciones judiciales siguieron su curso hasta el punto de que se produjeron muchos
más arrestos, si bien todos los individuos manifestaron no haber participado ni en la
reunión en la que se acordó sabotear el puente ni en la voladura del mismo. La mayoría de
los arrestados estaban afiliados al sindicato socialista y varios trabajaban en la fábrica
Cosmos. Incluso muchos habían secundado la huelga general revolucionaria y no
acudieron a trabajar a la cementera a partir del día 6 de octubre, tal y como notificó dicha
empresa.
No obstante, los antecedentes con los que contaban los detenidos a raíz de este suceso,
así como su integración en el movimiento sindical de Toral de los Vados serían factores
que influirían negativamente en muchos de ellos cuando estalló la Guerra Civil española
en julio de 1936. De hecho, Jesús Franco Santín, Eduardo García Castañón, Juan
González Fernández y Juan García García serían arrestados, sometidos a un nuevo
consejo de guerra bajo la acusación de adhesión a la rebelión y ejecutados junto a otros
trece vecinos el 17 de noviembre de 1936 en Montearenas (Ponferrada), en el marco de la
represión franquista que se produjo en la comarca berciana. Con la sangrienta represión
que llevó a cabo el bando franquista durante la guerra civil fue liquidado el activo
movimiento obrero existente en el Bierzo.
Otros hombres como Abel Ares Pérez, que había resultado absuelto en el juicio contra los
responsables de la voladura del puente de Mumao, combatiría durante la guerra civil en el
ejército republicano en el frente de Asturias y luego se integraría en la Federación de
Guerrillas de León-Galicia tras la creación de dicha organización en 1942. Desempeñó un
destacado papel en la guerrilla antifranquista de la comarca berciana y participó en
numerosas acciones hasta que finalmente huyó a Francia en 1948.
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