Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Opinión
T.D.: 6897870
OPINIÓN Nº 125-2015/DTN
1. ANTECEDENTES
Antes de iniciar el desarrollo del presente análisis, es necesario precisar que las
consultas que absuelve este Organismo Supervisor son aquellas referidas al sentido y
alcance de la normativa de contrataciones del Estado, planteadas sobre temas genéricos
y vinculados entre sí, sin hacer alusión a asuntos concretos o específicos, de
conformidad con lo dispuesto por el literal j) del artículo 58 de la Ley de
Contrataciones del Estado, aprobada mediante Decreto Legislativo Nº 1017 (en
adelante, la “Ley”), y la Segunda Disposición Complementaria Final de su reglamento,
aprobado mediante Decreto Supremo Nº 184-2008-EF (en adelante, el “Reglamento”).
2. CONSULTAS Y ANÁLISIS
2.2 "¿El titular de la Entidad podría llevar a cabo la realización de una nueva
convocatoria toda vez que en el referido proceso no hubo Segundo postor, más
aún, si en la misma resolución, el Titular de la Entidad declaro Desierto el
proceso al no quedar ninguna propuesta válida? (sic).
El numeral 7) del artículo 148 del Reglamento establece que “Cuando el postor
ganador de la Buena Pro no presente la documentación y/o no concurra a
suscribir el contrato injustificadamente, según corresponda, en los plazos antes
3
Esta, es una decisión de gestión que compete a cada Entidad, en función de las
circunstancias del caso particular.
3. CONCLUSIONES
3.2 Cuando una Entidad declara la nulidad de un contrato, puede contratar la parte
del requerimiento pendiente de ejecución. Para ello, se debe observar los
requisitos, procedimientos y demás formalidades previstos por la normativa de
contrataciones del Estado, que resulten aplicables según el monto y la urgencia
de la contratación.
3.3 Considerando que el efecto sobre la ejecución de una obra pública cuando se
declara la nulidad del contrato, es el mismo que el de la resolución del contrato
de obra, pueden aplicarse las mismas consecuencias jurídicas de este segundo
supuesto; es decir, la posibilidad de que la Entidad en una decisión de gestión
opte por ejecutar el saldo de obra de acuerdo con lo previsto en el artículo 44 de
la Ley, salvo que el árbitro o tribunal arbitral haya emitido una medida cautelar
que le ordene la no ejecución del saldo de obra, con la finalidad de garantizar la
ejecutoriedad del laudo arbitral