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Antihistamínicos

Son medicamentos que tratan los síntomas de las alergias. Cuando se toman por
vía oral, vienen en forma de píldoras, tabletas masticables, cápsulas y líquidos.

¿Cómo ayudan los antihistamínicos?

Los antihistamínicos tratan estos síntomas de alergias:

-La congestión, el goteo nasal, los estornudos o la picazón.

-La hinchazón de las vías nasales.

-La urticaria y otras erupciones cutáneas.

-La picazón y la secreción de los ojos.

-El tratamiento de los síntomas puede ayudarle a usted o a su hijo a sentirse mejor
durante el día y dormir mejor por la noche.

¿Cómo tomar los antihistamínicos?


Según los síntomas, usted puede tomar antihistamínicos:

 Todos los días, para ayudar a mantener los síntomas diarios bajo control.

 Sólo cuando tenga síntomas.

 Antes de exponerse a factores que a menudo le causan los síntomas de las


alergias, tales como ciertas plantas o una mascota.

Para muchas personas con alergias, los síntomas son peores entre las 4 y las 6
de la mañana. Tomar un antihistamínico a la hora de acostarse puede ayudarlos a
usted o a su hijo a sentirse mejor en la mañana durante la temporada de alergias

¿Qué antihistamínico es apropiado para usted?


Usted puede comprar muchas marcas y formas de antihistamínicos diferentes sin
receta médica.

 Algunos funcionan durante sólo unas 4 a 6 horas, mientras que otros duran de 12
a 24 horas.

 Algunos se combinan con un descongestionante, un medicamento que seca las


fosas nasales.
Pregúntele al médico qué tipo de antihistamínico y cuál dosis exacta es adecuada
para usted o su hijo. Verifique que entienda cuánto debe usar y cuántas veces al
día. Asegúrese de leer la etiqueta cuidadosamente o pregúntele al farmaceuta si
tiene preguntas.

 Algunos antihistamínicos causan menos somnolencia que otros. Estos abarcan


cetirizina (Zyrtec), desloratadina (Clarinex), fexofenadina (Allegra) y loratadina
(Claritin).

 NO beba alcohol cuando esté tomando antihistamínicos.

Igualmente recuerde:

 Guardar los antihistamínicos a temperatura ambiente, lejos del calor, la luz directa
y la humedad.

 NO congelarlos.

 Mantener todos los medicamentos donde los niños no los puedan alcanzar.

Efectos secundarios de los antihistamínicos


Pregúntele al médico si los antihistamínicos son seguros para usted o su hijo, a
qué efectos secundarios hay que estar atento y cómo pueden ellos afectar a otros
medicamentos que usted o su hijo toman.

 Se cree que los antihistamínicos son seguros para los adultos.

 La mayoría de los antihistamínicos también son seguros para los niños mayores
de 2 años.

 Si usted está amamantando o está embarazada, consulte con el médico si los


antihistamínicos son seguros para usted.

 Los adultos que toman antihistamínicos deben saber cómo les afecta el
medicamento antes de conducir o utilizar maquinaria.

 Si su hijo está tomando antihistamínicos, asegúrese de que el medicamento no


esté afectando la capacidad del niño para aprender.

Puede haber precauciones especiales para usar los antihistamínicos si usted


tiene:

 Aumento en la presión del ojo (glaucoma)


 Próstata agrandada o problemas para orinar
 Epilepsia
 Hiperactividad de la tiroides
 Cardiopatía o hipertensión arterial

 Diabetes

Los efectos secundarios de los antihistamínicos pueden incluir:

 Mareo

 Resequedad en la boca

 Sentirse nervioso, excitado o irritable

 Cambios en la visión, como visión borrosa

 Disminución del apetito

Cuándo llamar al médico


Llame al médico si:

 Su nariz está irritada, tiene hemorragias nasales o si tiene cualquier otro síntoma
nasal nuevo.

 Los síntomas de la alergia no están mejorando.

 Tiene problemas para tomar antihistamínicos.

Nombres alternativos
Rinitis alérgica - antihistamínico; Ronchas - antihistamínico; Conjuntivitis alérgica -
antihistamínico; Urticaria - antihistamínico; Dermatitis - antihistamínico; Eccema –
antihistamínico.
ANTIPIRÉTICO
Se denomina antipirético, antitérmico, antifebril o febrífugo a todo fármaco que
hace disminuir la fiebre. Suelen ser medicamentos que tratan la fiebre de una
forma sintomática, sin actuar sobre su causa. Ejemplos comunes son el ácido
acetilsalicílico, la dipirona, el paracetamol.

Etimología
El término antipirético procede del idioma griego, combinando el prefijo αντι-, que
significa "contra", con el lexema πυρος que significa "fuego" o "fiebre". Asimismo,
antitérmico combina el mismo prefijo con el lexema θερμός, "calor".

Usos
Los medios físicos, como los paños mojados en agua fría sobre el cuerpo del
enfermo o los baños de agua tibia, son una medida antipirética en la que no se
emplean fármacos. Asociados al paracetamol bajan la fiebre de forma más
eficiente. Las medidas físicas de forma aislada sólo son eficaces durante pocos
minutos.

La administración de antipiréticos es un acto habitual en la mayoría de las


personas que tienen fiebre, sobre todo los niños. Es sabido que la fiebre es un
mecanismo de defensa del cuerpo, sobre todo para activar al sistema inmunitario
para que trabaje con más eficacia. El aumento de temperatura corporal hasta 38
grados, se llama febrícula, y no es una fiebre peligrosa que haya que disminuirla
con medicación. Se debe abordar la enfermedad de fondo, pero debido a los
hábitos adquiridos por la población y por la comunidad médica, se prescriben y
administran antipiréticos más por ansiedad de los padres y no porque realmente
deban ser indicados.

La decisión de qué antipirético utilizar debe fundamentarse en su mecanismo de


acción, farmacodinamia, efectividad y efectos secundarios. Como la mayoría de
las veces el objetivo es disminuir la temperatura y las molestias del enfermo y en
lo posible no alterar la respuesta inflamatoria, excepto que ésta sea exagerada, se
recomienda el paracetamol. La mayoría de los antipiréticos son analgésicos y
pueden ser también antiinflamatorios. Los antiinflamatorios no esteroideos, como
el ibuprofeno, se emplean en los casos de inflamación y hemorroides
Tipos de antipiréticos
Los medicamentos antipiréticos más conocidos son: el ácido acetilsalicílico (ASA)
o aspirina, el paracetamol o acetaminofén , el ibuprofeno y la dipirona. Los
salicilatos tienen efectos antipiréticos y se absorben en el intestino aunque
mayormente en la primera parte del intestino delgado mediante difusión pasiva.

Una dosis oral de salicilatos presenta los efectos mencionados en el transcurso de


media hora, presentando su efecto máximo entre 1-3 horas y extendiéndose su
efecto hasta las 6 horas inclusive. De todas formas hay que tener precaución ya
que un abuso de los salicilatos puede producir una intoxicación que dé lugar a un
aumento de la temperatura, aunque parezca una contradicción. Esta reacción es
debida al aumento del consumo de oxígeno y de la tasa metabólica por desacople
de la fosforilación oxidativa Las siglas AINE significan fármacos antiinflamatorios
no esteroideos y están constituidos por ácidos orgánicos no relacionados entre sí,
y que además presentan propiedades analgésicas y antipiréticas.

La forma de actuación de los AINE es inhibiendo a la enzima ciclooxigenasa de


manera que inhiben la biosíntesis directa de prostaglandinas y tromboxanos. La
mayor parte de las prostaglandinas son piretógenas, es decir, producen fiebre.

La aspirina es la única que se une de forma irreversible a la ciclooxigenasa; su


mecanismo muestra una rápida desacetilización produciendo salicilato, que es el
que realmente tiene propiedades antipiréticas.

Como ya se mencionó, los AINE tienen efectos antipiréticos de manera que


disminuyen la temperatura elevada del cuerpo. Este descenso de la temperatura
es ocasionado por la vasodilatación de vasos sanguíneos y puede ir acompañado
de sudoración. Los AINE son capaces de desplazar del sitio activo tanto a
proteínas como a drogas y son considerados de gran importancia.

El ibuprofeno es un antipirético aunque debe utilizarse cuando se presenta


alguna inflamación asociada.

Medicamentos antipiréticos
Son medicamentos que disminuyen la fiebre activando ciertos mecanismos del
hipotálamo (parte del cerebro responsable de regular la temperatura corporal).
Entre ellos se encuentran el ácido acetilsalicílico, ibuprofeno y paracetamol, que
también tienen propiedades analgésicas; los dos primeros, además, son
antiinflamatorios.
Puede considerarse que una persona tiene fiebre cuando su temperatura corporal
rebasa 37º Celsius (centígrados) por vía oral o en la axila, o si es mayor a 37.5º
Celsius cuando se mide por el recto.

La fiebre es una señal de alarma ante infecciones causadas por virus y bacterias,
que provocan la activación del sistema de defensa del organismo induciéndolo a
producir sustancias que reaccionan en el hipotálamo, aumentando la temperatura
por arriba del nivel normal.

Dicho incremento impide que la mayoría de los microorganismos se multipliquen,


por tanto, se recomienda tomar antipiréticos sólo cuando la fiebre sea superior a
38º Celsius y se presenten dolores de cabeza y muscular, debilidad y cansancio
intensos.

Paracetamol Es un fármaco con propiedades antipiréticas y analgésicas que es


considerado de primera elección, debido a su eficacia y a que tiene pocas
reacciones secundarias. Además, no daña la mucosa del estómago, por lo que
pueden tomarlo personas con problemas gastrointestinales.

Ácido Acetilsalicílico Es una sustancia que se ha utilizado desde hace 100 años
para bajar la fiebre, calmar el dolor y desinflamar zonas lesionadas. Además, ha
sido aceptado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados
Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) como un elemento que previene infartos
cardiacos debido a que impide la formación de coágulos. Sin embargo, no se
recomienda que la ingieran niños que tengan influenza o varicela, ya que su uso
se ha asociado a una enfermedad grave llamada síndrome de Reye, que daña al
cerebro, hígado y riñones, y se caracteriza por producir vómitos continuos, pérdida
de energía, irritabilidad, convulsiones y dificultad para reconocer a los miembros
de la familia.
Anticonvulsivantes
Los anticonvulsivantes son fármacos depresores selectivos del sistema nervioso
utilizados para la profilaxis o tratamiento de estados convulsivos.

El estado convulsivo más destacado es la epilepsia.


Según el mecanismo de acción de los anticonvulsivantes, diferenciamos:

Fármacos que actúan sobre los receptores del GABA: incrementan la


neurotransmisión gabaérgica facilitando la unión del GABA a los receptores
GABA-A, o activando dirctamente el receptor del GABA (agonistas gabaérgicos).
Existen:

Barbitúricos: se emplean fenobarbital y primidona (profármaco que se metaboliza


a fenobarbital y feniletilmalonamida).

Benzodiazepinas: se emplean diazepam, tetracepam, clonazepam, clobazam, y


lorazepam.

Topiramato.

Agonistas gabaérgicos: gabapentina, baclofeno y pregabalina.

Fármacos que actúan a nivel del recambio del GABA: aumentan los niveles del
GABA, que pueden actuar de dos formas:

Inhibidores de la GABA-transaminasa: valproato sódico (también inhibe la


semialdehído-succínico-deshidrogenasa y estimula la glutámico descarboxilasa),
vigabatrina y valpromida.

Inhibidor de la recaptación de GABA: tiagabina.

Fármacos que bloquean los canales iónicos: pueden actuar sobre dos tipos de
canales:

Bloqueantes de los canales de sodio: fenitoína (difenilhidatoína), carbamazepina y


oxcarbazepina.

Bloqueante de los canales de calcio: etosuximida, que también actúa como


antagonista del glutamato.

Inhibidor de la liberación de glutamato: lamotrigina, que también bloquea canales


de sodio.
Mecanismo desconocido: levetiracetam.

La etosuximida se emplea para tratar las crisis de ausencia en niños. Salvo la


etosuximida, todos los anticolvulsivantes neutralizan las crisis convulsivas
generalizadas. Las benzodiazepinas son las más eficaces en el tratamiento de las
cirsis inducidas por agentes tóxicos convulsivantes. El diazepam se puede
administrar vía rectal en las crisis convulsivantes febriles en niños.

Además del efecto anticonvulsivante, fenitoína actúa como antiarrítmico; el


fenobarbital y las benzodiazepinas tienen efecto sedante; y presentan efecto
analgésico la carbamazepina, la gabapentina, la pregabalina y la lamotrigina. La
vigabatrina y el levetiracetam se uenen escasamente a proteinas plasmáticas. Los
anticonvulsivantes se metabolizan a nivel hepático, pero la vigabatrina se
metaboliza en menor proporción y se excreta parcialmente por la orina en forma
activa. Algunos de estos fármacos inhiben el citocromo P450. La fenitína, la
carbamazepina y el fenobarbital son inductores enzimáticos.

Los anticonvulsivantes tratan de conseguir tanto una menor frecuencia de


aparición de las convulsiones como una menor intensidad de las mismas. El
tratamiento se mantiene durante 2-3 años sin que aparezcan convulsiones y
cuando se retiran, se hace de forma progresiva. Diazepam y tetrazepam se
administran sólo 2-3 días y 2 h antes de ir a dormir. En las crisis parciales se
utilizan carbamazepina y levetiracetam; en las crisis generalizadas tónico-clónicas
se emplean carbamazepina, fenobarbital, fenitoína o levetiracetam; en las crisis de
ausencia infantiles se usa la etosuximida; en las crisis generalizadas mioclónicas y
atónicas se usa el valproato sódico; el diazepam se emplea en las convulsiones
febriles.

Durante la gestación, pese a tener un gran potencial teratógeno, se mantiene el


tratamiento con anticonvulsivantes en la epilepsia, ya que esta es más perjudicial
para el feto que el propio fármaco. Para minimizar posibles afectaciones fetales,
se usa la mínima dosis eficaz, se utiliza un único fármaco, la madre debe ingerir
cantidades mayores de vitamina K y ácido fólico o tomar suplementos de los
mismos. Los suplementos de ácido fólico se administrarán también al neonato.
LAS RAM DE LOS ANTICONVULSIVANTES SE PUEDEN CLASIFICAR EN :

Comunes: náuseas y vómitos (por fenobarbital y vigatrina mayormente);


sedación, cansancio, falta de atención y somnolencia (principalmente por
fenobarbital y vigatrina); ataxia cerebelosa, vértigos, alteraciones de la
coordinación, nistagmo, diplopía y visión borrosa (por fenitoína, carbamazepina y
lamotrigina); flebitis (fenitoína); déficit de vitaminas D, K y ácido fólico (por
fenitoína y fenobarbital).

Específicos: hipertrofia ginginal por fenitoína y alteraciones hepáticas por


valproato sódico.

Idiosincrásicos: en pacientes predispuestos pueden dar lesiones cutáneas


alérgicas (por lamotrigina), síndrome lúpico (por fenitoína), trombocitopenia
(valproato sódico) o crisis de profiria (fenobarbital).

Teratógenos: fenobarbital, diazepam y fenitoína causan labio leporino. Fenitoína


también puede causar paladar hendido, cardiopatías congéticas e incluso
síndrome fenitoínico fetal (hipertelonerismo, uñas hipoplásicas y retraso mental).

Las interacciones de estos fármacos entre ellos y con otros fármacos son
complejas y numerosas.
Los antipsicóticos
Son un tipo de medicamentos que causan poco misterio, la mayoría de la gente
cree que son para tratar la esquizofrenia y con eso les basta. Pero eso queda muy
lejos de la realidad, y ese es el motivo de este artículo: dar a conocer los
diferentes usos y mecanismos de acción así como tipos de medicación
antipsicótica.

¿Qué es un antipsicótico?

Son también conocidos como neurolépticos, del griego neuro (nervio) + lepto
(atar).

El descubrimiento de los antipsicóticos fue accidental, siendo Henri Laborit quién


descubrió el primero (la clorpromazina) cuando buscaba una cura para el choque
circulatorio, él encontró que este medicamento producía cierta somnolencia y

Disminución de la respuesta a los estímulos externos sin causar pérdida de


conciencia. Fueron Jean Delay y Pierre Deniker quienes en 1952 empezaron a
probar sus efectos en pacientes psiquiátricos confirmando sus maravillosos
resultados.

Este tipo de medicamentos actúa sobre el sistema nervioso central, sobretodo


el área frontal mesolímbica, bloqueando los receptores dopaminérgicos (es el
efecto común, luego según el tipo tienen otros mecanismos de acción más
añadidos). Sus efectos terapéuticos son: Reducción de síntomas floridos o
positivos del pensamiento (alteraciones del pensamiento, delirios o alucinaciones),
prevención de recaídas para estos cuadros, indiferencia psicomotriz y disminución
de la agitación y excitación.

Los efectos terapéuticos antipsicóticos suelen empezar a aparecer a los 7-10 días
pero el efecto completo puede no manifestarse hasta pasadas las primeras 4 a 6
semanas, si no fuera así se debería modificar la dosis o cambiar de fármaco, los
efectos clínicos más simples (sedación, etc.) aparecen dentro de los primeros 30-
60 minutos tras la administración. Los antipsicóticos pueden administrarse por
vía oral, sublingual, intramuscular o endovenosa y existen formas de liberación
prolongada o retardada (inyecciones) que ayudan en los casos de bajo
cumplimiento terapéutico.

Los antipsicóticos que han sido administrados en un uso prolongado deben ser
retirados bajo supervisión médica y de forma gradual, sino podría darse una
recaída o un síndrome de abstinencia agudo.
¿Qué tipos existen?

Existen dos grandes categorías:

Los antipsicóticos típicos: Fueron los primeros en descubrirse y utilizarse


desde 1950. Actúan bloqueando los receptores dopaminérgicos D2.

Son eficaces sobre los síntomas positivos de la esquizofrenia (alucinaciones y


delirios por ejemplo). Producen muchos efectos secundarios sobretodo
extrapiramidales. En esta categoría podemos hacer otra subdivisión según su
potencia: Los de alta potencia (alta afinidad a los receptores D2 y efectos
secundarios muy frecuentes y de mayor riesgo:

 Droperidol
 Haloperidol

 Loxapina
 Pimozida
 Tiotixena
 Trifluoperacina

Y los de baja potencia, con moderada afinidad al receptor D2 lo cual conlleva


una menor aparición de efectos secundarios y un menor riesgo. Son:

 Clorprotixena
 Flufenacina
 Hidrixicina
 Molidota
 Mesoridacina
 Perfenacina
 Proclorperacina
 Prometacina
 Tioridacina

Los antipsicóticos atípicos: De descubrimiento más reciente (1990) pero ahora


mucho más utilizados por sus menores efectos secundarios (especialmente
menores efectos extrapiramidales y sobre las hormonas). Además de ser
antagonistas de los receptores D2, también son antagonistas
serotoninérgicos (sobre todo del 5-HT2A), muscarínicos e histamínicos. Su
eficacia es mayor ya que ayudan tanto con los síntomas positivos como con los
negativos.

Son por ejemplo:


 Clozapina
 Olanzapina
 Quetiapina
 Risperidona
 Ziprasidona
 Aripiprazol

¿Para qué se usan?

Sí, es correcto decir que son medicamentos originalmente (y en su mayoría)


utilizados para tratar pacientes con estados esquizofrénicos o psicóticos pero
también son utilizados en trastorno bipolar, demencias, cuadros orgánicos o como
sedantes potentes en casos de agitación psicomotora o agresividad (tranquilizan
sin alterar la conciencia ni producir una excitación paradójica),

Durante cortos periodos se utiliza incluso para tratar delirium por intoxicación o
depresiones con agitación. Pueden utilizarse en ciertos casos para trastornos
alimentarios u obsesivo-compulsivos. Además se utilizan para tratar síntomas
puntuales tales como náuseas y vómitos, tics motores e hipo intratable.

¿Cuáles son sus efectos secundarios?

Casi todos producen unos efectos secundarios similares: Visión borrosa, aumento
de peso, rigidez muscular, distonía muscular, somnolencia, piernas inquietas,
dificultades para orinar, exceso de saliva, boca seca, menstruación irregular,
temblores corporales, dificultades sexuales, etc.

Son típicamente conocidos los efectos extrapiramidales, tales como: La distonía


(movimiento anómalo de la cara y el cuerpo) o la discinesia, o la discinesia tardía
(movimientos rítmicos involuntarios de la lengua, cara y maxilares). Hay efectos
secundarios que pueden aparecer de forma retardada como la discinesia tardía
(puede no aparecer hasta pasados 6 meses) mientras otros como la distonía
suelen aparecer ya en los primeros días.

No es de extrañar que los efectos secundarios sean en su mayor parte los


causantes de la mala adherencia terapéutica a estos medicamentos. Pero vamos
a hablar de dos síndromes peligrosos que requieren atención inmediata.

1. El síndrome colinérgico: Sus síntomas son una disminución moderada del


nivel de conciencia (sedación, letargia), midriasis, visión borrosa, agitación,
delirio, alucinaciones, taquicardia sinusal, etc.
Cursa sin depresión respiratoria (es inusual que se produzca parada respiratoria),
se conserva el tono muscular y reflejos y a veces puede haber presencia de
hipertonía y respuestas exaltadas.

2. El síndrome neuroléptico maligno: Se diagnostica si se cumplen los tres


criterios mayores o en su caso si hay solo dos criterios mayores pero 3 o 4 de
los menores. Este síndrome puede ser mortal.

Criterios diagnósticos mayores: fiebre alta, rigidez muscular generalizada,


rabdomiolisis (elevación de la enzima creatinin-fosfokinasa en el suero).

Criterios menores: alteración del nivel de conciencia, disfunción del sistema


nervioso autónomo (hiper o hipotensión, taquicardia, diaforesis e incontinencia
urinaria), leucocitosis.

Los antipsicóticos están contraindicados (o deben utilizarse con sumo cuidado)


en pacientes con problemas hepáticos, insuficiencia renal, problemas
cardiovasculares, Parkinson o epilepsia. Los antipsicóticos pueden agravar todas
estas condiciones.

Así mismo es recomendable suspender el tratamiento durante el embarazo y se


recomienda interrumpir la lactancia durante el tratamiento.
ANTIINFLAMATORIOS

Los anti-inflamatorios son medicamentos que combaten las inflamaciones.


Hay dos tipos principales:

Los anti-inflamatorios no esteroideos (derivados de cortisol y cortisona)


De efecto corto: incluyendo prednisona, prednisolona, metilprednisolona,
De efecto intermedio, de efecto prolongado: betametasona o dexametasona,
entre otros;Los anti-inflamatorios no esteroideos, incluyendo la más famosa,
la aspirina.

Indicaciones
Los medicamentos anti-inflamatorios o corticoides tienen numerosas indicaciones
médicas, solo para retener las principales citamos:

 El anti-inflamatorio utilizado en caso de inflamación importante, especialmente


en enfermedades crónicas tales como la artritis reumatoide y algunas alergias
graves;
 Acción inmunosupresora, que disminuye la eficacia de las defensas del
organismo contra una agresión, una acción útil en caso de enfermedades
llamadas sistémicas como consecuencia de un trasplante de órganos para
reducir el rechazo por el organismo ;
 Como tratamiento complementario en algunas quimioterapias.

Efectos secundarios
Los fármacos antiinflamatorios son muy eficaces, pero tienen efectos
secundarios. Los principales son:

 efectos sobre la piel (piel se deteriora o aparece el acné, por ejemplo);


 aumento de peso;
 un mayor riesgo de infecciones, debido a la disminución de la inmunidad;
 trastornos de la visión (cataratas después de tratamientos largos y tomados
durante varios meses o años);
 aparición o empeoramiento de diabetes;
 problemas digestivos (incluyendo úlceras);
 aparición o aumento de la hipertensión;
 debilitamiento de los huesos (osteoporosis);
 descompensación psiquiátrica (hiperexcitación y depresión ).

Debido a las reacciones violentas que pueden provocar los antiinflamatorios


esteroideos, deben ser prescritos por un médico.

Precauciones
Los medicamentos antiinflamatorios se deben tomar bajo prescripción médica y
el paciente debe seguir unas reglas simples y algunas precauciones.

Los tratamientos a largo plazo requieren una vigilancia más estrecha.

 Es necesario hacer una dieta sin sal, y a veces administrar un suplemento


de potasio .
 Si está tomando medicamentos antiinflamatorios a largo plazo, se debe
prevenir la pérdida de hueso tomando suplementos de calcio y vitamina D .
 Debemos permanecer alerta en caso de fiebre o sospecha de infección, ya que
los anti-inflamatorios no esteroideos pueden enmascarar la fiebre.
 Si debe interrumpir el tratamiento con corticosteroides, déjelo de forma muy
gradual.

ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDES
Son algunos de los medicamentos más comúnmente utilizados para aliviar el dolor
en los adultos. Los AINE también pueden reducir la inflamación, por ejemplo en el
caso de la artritis.

La mayoría de las personas pueden tomar AINES sin ningún problema; sin
embargo, puede haber efectos secundarios, así que informe a su médico si tiene
algún problema con estos medicamentos.

Si bien puede comprar muchos AINES sin receta médica, no todos deberían
tomarlos. Consulte con su médico antes de tomar un medicamento nuevo.

Los AINES pueden ser medicamentos muy efectivos para las personas con artritis
u otras enfermedades reumáticas. En bajas dosis, actúan como analgésicos. Para
reducir la inflamación, se requieren dosis más altas.
Ningún AINE es mejor o más seguro que otro.

Consulte con su médico si puede tomar AINE si está embarazada, si toma otros
medicamentos, tiene más de 65 años o está bajo tratamiento médico por un
problema de salud.

No tome un AINE de venta libre si está tomando uno recetado.

Los AINE tradicionales son la aspirina, el ibuprofeno (Advil, Motrin, etc.), el


naproxeno (Aleve) y muchos otros medicamentos genéricos y de marca comercial.
El celecoxib (Celebrex) pertenece a una clase de AINE más reciente, que los
médicos llaman “inhibidora de la COX-2” o “selectiva de la COX-2”.

Usos comunes
Los AINE se utilizan para aliviar el dolor y reducir los signos de inflamación, como
fiebre, hinchazón y enrojecimiento. Pueden tomarse para problemas de salud
temporales como esguinces, torceduras, agudizaciones de dolor de espalda, dolor
de cabeza y dolor menstrual. También constituyen un tratamiento común para
problemas de salud crónicos (a largo plazo) como artritis (artritis
reumatoide, artrosis etc.) y lupus.

Otro uso de la aspirina es para prevención. Una dosis baja de aspirina a diario
puede ayudar a reducir la posibilidad de sufrir un ataque cardíaco o accidente
cerebrovascular para personas con alto riesgo de padecer estos problemas de
salud graves.

Cómo actúan
Los AINES reducen la inflamación, el dolor y la fiebre. Bloquean las enzimas en el
cuerpo que ayudan a la producción de prostaglandinas. Las prostaglandinas son
un grupo de ácidos grasos que se producen naturalmente y que tienen un papel
importante en el dolor y la inflamación. Los AINE más antiguos, como el
ibuprofeno, bloquean dos de estas enzimas, la COX-1 y COX-2, pero el celecoxib
(Celebrex) se dirige principalmente a la enzima COX-2. El celecoxib no es más
efectivo que otros AINE. Sin embargo, sus riesgos son diferentes. Esto se explica
en la sección “Efectos secundarios”.
Dosis comunes
Cada AINE tiene su propia dosis (concentración) y su propio intervalo de
frecuencia para tomar la droga. Las dosis de los medicamentos de venta libre (que
se venden sin prescripción médica) suelen ser menores que las del mismo
medicamento vendido con receta. Por ejemplo, las dosis más comunes de
ibuprofeno recetado son 400 miligramos (mg), 600 mg y 800 mg, pero la dosis
más alta de venta libre es de 200 mg.

Los AINE de venta libre pueden ser lo suficientemente potentes para problemas
de salud temporarios como esguinces, torceduras, agudizaciones de dolor de
espalda, dolor de cabeza y dolor menstrual. Para problemas de salud crónicos,
como la artritis reumatoide, el reumatólogo recetará estos medicamentos en dosis
más altas y por un período de tiempo más prolongado.

Hable con su médico para que le explique el objetivo de utilizar un AINE para su
problema de salud. Si el objetivo es aliviar la inflamación, es posible que necesite
tomar dosis más altas y a un intervalo establecido. Si su objetivo es aliviar el dolor,
generalmente puede tomar dosis menores según sea necesario

Plazo para que surta efecto


Los AINE comienzan a hacer efecto rápidamente, en general a las pocas horas.
La rapidez con que hacen efecto depende del efecto buscado. El alivio del dolor
suele ser mucho más rápido que el efecto antiinflamatorio, como en el caso de la
artritis.

Efectos secundarios
Todos los medicamentos pueden provocar efectos secundarios, incluso los AINE.
Es importante que entienda los riesgos y los beneficios de un medicamento antes
de tomarlo. Algunos riesgos de los AINE son:

 problemas estomacales como sangrado, úlceras y malestar estomacal;


 hipertensión arterial;
 retención de líquidos (que provoca hinchazón, por ejemplo en la parte inferior de
las piernas, pies, tobillos y manos);
 problemas renales;
 problemas cardíacos;
 erupciones.
Mucha gente cree que los medicamentos de venta libre son más seguros que el
mismo medicamento o uno similar que se vende con receta, pero esto no siempre
es cierto. Los medicamentos deben ser seguros para que la FDA autorice su venta
en el mercado. Para mayor seguridad, las dosis de los medicamentos de venta
libre suelen ser más bajas que las dosis de los mismos con receta. En dosis
iguales, el perfil de seguridad de los AINE de venta libre es igual al de los que se
venden con receta. El riesgo de sufrir efectos secundarios aumenta en las dosis
más altas.

Si bien los efectos secundarios pueden producirse en cualquier momento mientras


esté tomando un AINES, las probabilidades tienden a aumentar cuanto más
tiempo lo tome. Si debe tomar un AINES por más de 30 días, consulte con su
médico cómo puede reducir el riesgo de sufrir problemas. Es posible que deba
tomar más precauciones para evitar efectos secundarios, como tomar un
medicamento para reducir el riesgo de sangrado estomacal.

No existe una diferencia clara en cuanto a la seguridad global de los AINE


tradicionales que están a la venta en el mercado. Los efectos secundarios de cada
droga pueden variar y algunos pacientes podrían ser más propensos a sufrir
efectos secundarios con una droga en particular.

El celecoxib suele causar menos problemas estomacales, como úlceras y


sangrado, que los AINE tradicionales. Los AINE, en especial con el uso crónico, se
han asociado con ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. En algunos
estudios, se encontró que el naproxeno es más seguro para el corazón.

Advertencia: si sufre una enfermedad cardíaca, no debe tomar ningún AINE,


incluso un AINE de venta libre, sin antes consultarlo con su médico. Los
tratamientos como el paracetamol (Tylenol) u otros medicamentos analgésicos
podrían ser mejores en este caso. Algunos AINE tradicionales también pueden
interferir con la aspirina recetada a pacientes con problemas cardíacos. Asimismo,
la mezcla de aspirina con otros AINE aumenta el riesgo de sangrado estomacal.
Los AINE no deben utilizarse durante el embarazo, salvo que su médico lo
considere necesario. Algunas personas tienen otros factores de riesgo que
aumentan sus probabilidades de tener problemas de salud debido a estas drogas.
Hable con su médico antes de tomar un AINE si alguno de los siguientes factores
de riesgo se aplica a su caso:

Tiene alguno de estos problemas de salud:

 Disminución de la función renal o hepática o problema hepático no controlado


(como hepatitis);úlceras, gastritis (inflamación de las paredes del estómago) o
sangrado estomacal en la actualidad o en el pasado ,bajos niveles de
plaquetas.
 Enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa;asma o enfermedad pulmonar crónica;
Reflujo gastroesofágico (conocido como GERD), indigestión o hernia de hiato;
Hipertensión, insuficiencia cardíaca congestiva o antecedentes de ataque cardíaco
o accidente cerebrovascular;

 Es alérgico a la aspirina, a otros AINE, a medicamentos con sulfamidas, o tiene


pólipos nasales (relacionados con una mayor probabilidad de alergia a los
AINE);
 toma anticoagulantes o corticoesteroides (ver “Interacciones farmacológicas” a
continuación);
 está embarazada, podría quedar embarazada o está amamantando;
 bebe más de siete vasos de bebidas alcohólicas por semana o más de dos
vasos por día;
 tiene 65 años o más.
Los médicos advierten que no se debe administrar aspirinas a niños menores de
12 años, pero los adolescentes que tienen un virus también deben evitar los
medicamentos que contienen aspirina. También existe el riesgo de sufrir el
síndrome de Reye, una enfermedad rara pero mortal que puede afectar al cerebro
y al hígado.

Interacciones farmacológicas
Asegúrese de informarle al médico acerca de todos los medicamentos que toma,
incluso los de venta libre o los remedios a base de hierbas naturales. Algunos
medicamentos aumentan el riesgo de sufrir efectos secundarios con los AINE.
Estos medicamentos son la aspirina y otros anticoagulantes como la warfarina
(Coumadin), la heparina y el clopidogrel (Plavix) y los corticoesteroides, como la
prednisona. Si toma alguno de estos medicamentos, consulte con su médico si
puede tomar AINE.

No mezcle un AINE de venta libre con uno de venta con receta ni tome una dosis
mayor a la recomendada. Ello podría aumentar el riesgo de sufrir efectos
secundarios.

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