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SAMPAY”
DOCUMENTO FUNDACIONAL
Es que la Constitución real es la suma de los factores de poder -tanto internos como
externos- que predominan en una sociedad determinada, y que en Argentina todavía no hemos
podido modificar definitivamente. Nostálgicos del neoliberalismo de las décadas finales del siglo
XX utilizan diversos medios y caminos para tratar de frustrar la senda que el país emprendió en los
albores del 2003, e impulsan retornar a esos nefastos tiempos pasados. Las extorsiones que sufre el
país por los fondos buitre y las aviesas actitudes del contubernio formado por algunos sectores
políticos, sindicales y del poder económico concentrado que le hacen el juego son una clara
muestra de ello.
Es que Gobierno del Estado y poder real no son sinónimos. Sin embargo, como el
anhelo de Justicia es inherente a la índole humana pese a la terca resistencia de los derechos
adquiridos, en la infraestructura sociológica de la Constitución subyace la lucha por el predominio
político y pugnan los ideales que surgen del pueblo por una Constitución mejor contra la
obstinación oligárquica en resistir su transformación.
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finalmente las habrán de apoyar y sostener. Es el único camino para que las expresiones
mayoritarias de la Nación estén compenetradas con ellas, se amplíe la base de sustentación del
modelo y así confluyan orgánicamente en una nueva alternativa de poder político que logre
cambiar definitivamente las bases de la Constitución real que nos llevó a la crisis del 2001.
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Con la asunción del Presidente Néstor Kirchner en 2003 se inicia otra etapa en la
República Argentina, que es continuada actualmente por Cristina Fernández de Kirchner. Sus
logros manifiestos fueron una alta política en defensa de los derechos humanos y del derecho a la
verdad, el desendeudamiento, morigerar las desigualdades sociales impulsando una justa
distribución de la riqueza, igualdad de oportunidades en educación, abrir fuentes de trabajo y
efectivizar los derechos laborales, posibilitar la movilidad social ascendente, recuperar los fondos
de los trabajadores que estaban retenidos por las AFJP, lograr la Asignación Universal por Hijo, y
entre otros resultados trascendentes, una política de medios de comunicación para todos y con
vocación emancipadora impulsar al proyecto de integración latinoamericana.
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Por eso una nueva emancipación social, cultural y económica. Economía y
política no están separadas. Un Proyecto tiene objetivos políticos, y a través de la política
económica designa los instrumentos o medios requeridos para alcanzar su meta, a la vez que va
postulando nuevas bases para dotarlo de permanencia.
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Los sectores que usufructuaron el poder político, a través de sus “juristas” a quienes
auto-adjudicaron la cualidad de ser los habilitados para “decir el derecho”, o también mediante los
políticos que lo aplicaron por intermedio de las instituciones del Estado que detentaban, sólo
realizaron la defensa de sus intereses sectoriales, y no los del país y su pueblo. Actuaron en
contra del fin primordial de la Constitución, que es el “bienestar general”, es decir la Justicia
Social en su más alta expresión. Por consiguiente, corresponde ahora ingresar decididamente a un
debate abierto e inteligible para que el pueblo conozca dicha circunstancia, como asimismo las
razones de las medidas que se adoptan por el Gobierno Nacional en pos del nuevo País de los
Argentinos. Ello será un soporte de máximo rango para su efectiva vigencia.
Remarcamos que el tema constitucional no pasa sólo por la Constitución escrita, que está sujeta
férreamente por la Constitución real, ni es exclusivamente un tema jurídico, sino que
principalmente se encuentra en el ámbito del poder político y de un Proyecto de Nación
compartido por un pueblo organizado y partícipe directo de su institucionalización al más alto
rango normativo.
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toda la aureola que le otorgaban complacientes medios periodísticos e instituciones académicas,
con lo cual ponían un disfraz al régimen que instauraban y así confundir a la población.
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Quizás la mayor de las dificultades a vencer, casi insalvable hasta el presente, son
las actitudes que llevan al enfrentamiento del campo popular con los dogmatismos de aquellos que
porfían imponer ideas abstractas o alejadas de los problemas de nuestra realidad. Es imprescindible
erradicar las falsas antinomias o sectarismos estériles, y evitar un nuevo desencuentro en las
filas del pueblo.
Para esta nueva etapa que está transitando la Argentina adquiere vital relevancia la
participación popular protagónica en todos los órdenes, y es necesaria la presencia de hombres y
mujeres identificados con el pensamiento nacional y popular. Ello es indispensable para salir
definitivamente de la profunda crisis a que nos condujo el neoliberalismo “salvaje” y “corrupto”,
que se aplicó en el país y que aún agonizante, cuenta con el férreo apoyo de las minorías
oligárquicas y no se resigna a desaparecer. Sabemos cómo penetró y se impuso tal ideología en los
sectores dirigentes. Ese resultado se produjo al amparo de las políticas que se aplicaron en la
Argentina, con el diseño y bajo la supervisión de los organismos internacionales de crédito, y con
el auspicio y apoyo de los países de alto desarrollo; como también de los enormes conglomerados
del capital financiero internacional y la connivencia de grandes grupos económico-financieros
nacionales (la “patria financiera”). Así, fue que en los últimos veinticinco años del siglo XX, el
país funcionó de manera casi en forma continua prácticamente bajo las directivas y el estrecho
seguimiento de un programa respaldado por el F.M.I., el B.M y otras instituciones financieras
internacionales.
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Las diversas campañas que se ejecutan para torcer el rumbo iniciado, sólo son
actitudes recientes de la vieja táctica de los sectores dominantes, que la oligarquía nativa usó y
sigue usando en forma solapada. Cuando saben que peligran sus intereses, intentan o pretenden
confundir para que no hagan mella a su poder real. Su trama tiene estos tiempos: primero
disuaden con la astucia y luego someten por la violencia, institucionalizada o no. El golpe de
Estado y el terrorismo que desde allí aplicó fue su último recurso. Por ello es imprescindible
recordarlo y confrontar políticas. Hacer llegar al Pueblo las razones que impulsan el nuevo
Proyecto es el arma más potente que existe para vencer esa trama perversa y enfrentar a los
sectores que se oponen al cambio social en la Argentina.
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“METODOLOGÍA Y PAUTAS
PARA UN NUEVO PROYECTO DE PAIS”
(La trascendencia del tema lleva a descartar la alternativa que sostenga que el mismo sea
encarado solamente por un sector social o por un partido político)
Universidades
• Instituciones sociales: Cámaras
Gremios
Partidos
ONG
Organizaciones
Comunitarias.
II
(Temas esenciales que habrán de contemplarse para resolver los problemas del presente y
crear las condiciones para el pleno desarrollo económico y político de la Nación).
III
(Su institucionalización como etapa final del proceso: las cuestiones determinantes a
considerar y debatir para lograr el objetivo)
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En la Argentina del siglo XXI los sectores mayoritarios de la Nación no pueden estar apartados de
cuestiones que hacen al conocimiento preciso de sus derechos fundamentales y a la Constitución. Al
tema se lo tuvo como una cuestión inoportuna y fastidiosa, y además se creó la falsa imagen de que
ocuparse del mismo es un esfuerzo inútil y que hay que dejarlo para otros tiempos y otras personas. Por
cierto, ello parte del falso dilema de encarar a la Constitución sólo como un instrumento jurídico y no
entenderla como un elevado documento político que institucionaliza un Proyecto de Nación. Esa
actitud reitera la concepción elitista que durante el siglo XIX tuvo la definición del contenido de la
Constitución escrita o jurídico-formal.
Con la asunción del Presidente Kirchner en 2003 se inició otra etapa en la República Argentina, que
es continuada por Cristina Fernández de Kirchner. Un modelo de desarrollo social y económico, y de
recuperación de valores perdidos, que se contrapone al modelo agro-exportador. Así es que se observa
la confrontación entre quienes representan dos modelos de carácter económico, social y cultural muy
distintos. Estamos encarando un proyecto nacional y popular, con la inserción masiva de la juventud.
El camino es consolidar la democracia y el modelo puesto en marcha en el 2003, como también
acentuar los cambios estructurales realizados y la presencia del Estado activo que promueva y consolide
el desarrollo socioeconómico nacional. Por eso una nueva emancipación social, cultural y económica.
Con la creatividad popular se podrán pensar y delinear nuevos caminos.
Entendemos imprescindible definir y proponer las bases esenciales del nuevo Proyecto Nacional
del País de los Argentinos que oportunamente se institucionalice al más alto rango normativo por una
futura Asamblea Constituyente con la más amplia participación popular. Los derechos civiles y
políticos, como los económicos, sociales y culturales, y asimismo nuevas normas de política económica
constitucional indispensables para concluir con el condicionamiento socioeconómico que impide la
vigencia efectiva de esos derechos, deben ser de pleno del conocimiento del pueblo.
El tema constitucional no pasa sólo por la Constitución escrita, que está sujeta férreamente por la
Constitución real, ni es exclusivamente un tema jurídico, sino que principalmente se encuentra en el
ámbito del poder político y de un proyecto de nación compartido por un pueblo organizado y partícipe
directo de su institucionalización al más alto rango normativo. Los objetivos, estrategias, planes y
proyectos más adecuados a cada situación, lugar y circunstancias, sólo pueden ser bien elaborados por
personas consustanciadas con un claro sentido nacional y compromiso de servicio en función de los
intereses del país y de su comunidad. Pero, para su debida ejecución no alcanza con la inteligencia,
compromisos y conocimientos de quienes los preparen, porque es indispensable también que el mismo
pueblo reconozca la importancia de esa acción, valorice sus propuestas y se integre en los distintos
roles que requiere la construcción mancomunada de una nueva realidad política, económica y social.
Hacer llegar al Pueblo las razones que impulsan el nuevo Proyecto es el arma más potente que
existe para vencer y enfrentar a los sectores que se oponen al cambio social en la Argentina. Entendemos
necesario diseñar y sostener una interpretación constitucional avanzada de normas del texto vigente, e
imprescindible determinar la metodología más adecuada para efectivizar la participación protagónica del
pueblo, sus tiempos, las asambleas y cómo se evaluarán todas las opiniones, a fin de plasmar el
Proyecto Nacional que debe ser la esencia de una nueva Constitución Nacional. Después llegará el
momento de la expresión parlamentaria que la autorice, cuando se adopte la decisión institucional sobre
la oportunidad, necesidad y contenido de la reforma; y finalmente llegará el momento en que una
Asamblea Constituyente institucionalice un nuevo Proyecto Nacional para el país de los Argentinos,
con procedimientos y metodología adecuados y propios para ello, acordes a nuestra realidad del siglo
XXI. Hacia El logro de tan alto objetivo es la convocatoria que realizamos desde la “Cátedra
Nacional Arturo Enrique Sampay”.
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INSTITUTO ARTURO E. SAMPAY. OBJETIVOS:
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