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6.2. MARCO TEORICO:
6.2.1. CELDAS DE COMBUSTIBLES MICROBIOLÓGICAS
Una celda combustible microbiológica o microbiana (MFC acrónimo en inglés
correspondiente con Microbial Fuel Cell) es un tipo de celda combustible en la
que el catalizador anódico es de naturaleza microbiana y que se convierte
directamente un sustrato biodegradable en electricidad debido a la energía que
contiene el sustrato. (Feng, Lee, Liu, & Wang, 2009)
Los microorganismos utilizan la materia orgánica para llevar a cabo sus
funciones vitales, transfiriendo electrones desde un donador (materia orgánica)
a un aceptor de electrones (normalmente oxigeno). La celda consta de dos
electrodos el ánodo y el cátodo y una membrana semipermeable (normalmente
una membrana polímero de intercambio protónico) situada entre los electrodos.
La transferencia de electrones hasta el ánodo puede ocurrir a través de la
membrana celular o a partir de un mediador soluble. Posteriormente, se genera
un flujo de electrones a través de un circuito externo hacia el cátodo.
Produciéndose por otro lado una liberación de protones que difunden a través de
una membrana o separador poroso hacia el compartimento catódico. En el
cátodo, las moléculas de oxigeno se combinan con los electrones y protones
para formar agua. Los microorganismos pueden encontrarse en suspensión en
el interior del compartimento anódico o inmovilizado en el electrodo. (Feng, Lee,
Liu, & Wang, 2009)
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6.2.1.1. REACCIONES QUÍMICAS EN UNA CELDA DE COMBUSTIÓN
MICROBIOLÓGICA
Suponiendo que el sustrato fuese la glucosa se producen las siguientes
reacciones en una celda de combustión microbiológica:
Ánodo: C6 H12 O6 + 6H2 O → 6CO2 + 24H + + 24e− (Reacción 1)
Cátodo: 6O2 + 24H + + 24e− → 12H2 O (Reacción 2)
Reacción Global: C6 H12 O6 + 6O2 → 6CO2 + 6H2 O
6.2.1.2. ESTRUCTURA DE UNA CELDA DE COMBUSTIBLE MICROBIANAS
El ámbito de la estructura de las Celdas de Combustible Microbianas (CCMs) se
abarca desde el análisis de los parámetros y componentes asociados al montaje
y la construcción del sistema, que son fundamentales para su operación estos
son: diseño o configuración de la celda, materiales separadores de las cámaras
y material de los electrodos que han sido empleados en la literatura revisada. Se
ha observado que una gran cantidad de investigaciones que han abordado el
estudio de estos componentes, dirigen sus análisis y relacionan sus resultados
con dos variables fundamentales que son: el área superficial de los electrodos y
la distancia que separa los mismos. Una gran ventaja de las celdas de
combustible radica en su alta eficiencia durante la conversión energética que
puede ser hasta del 95%, a diferencia de los motores de combustión donde la
misma es de tan solo el 25%, ya que gran parte de la energía de estos se disipa
en ruidos, vibraciones, calor y humo.
Un aspecto importante de las celdas de combustible, es que en la mayoría de
los casos estas no generan emisión de carbono a la atmósfera, a excepción de
las celdas de combustible fotosintéticas. En esta se expone como este
dispositivo electroquímico convierte internamente la energía química producida
en la reacción entre el hidrógeno (𝐻2) y el oxígeno (𝑂2), en electricidad y calor;
la reacción también produce agua (𝐻2𝑂).
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FUENTE: (Larrosa Guerrero, y otros, 2010)
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Figura N° 3: CCM constituida por una cámara anódica y catódica
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Las celdas de combustible microbianas de doble cámara, son las más
empleadas en estudios experimentales, además, son las que más
modificaciones han sufrido desde que se inició su estudio. Muchas de estas
modificaciones han cumplido con el objetivo de mejorar el desempeño e incluso
se ha empezado a revisar las aplicaciones prácticas de varios de estos diseños,
lo cual se mostrará en apartados posteriores. A partir de las lecturas realizadas,
puede inferirse que uno de los ejes directores en base al cual se desarrollaron
varias de estas configuraciones, fue en primer lugar la reducción de las
resistencias internas de la celda, que serán evaluadas más adelante en el
documento. Otro de estos ejes, considerado de gran importancia en las
investigaciones en CCM, es el incremento del área superficial, tanto del material
separador (como las Membranas de Intercambio de Protones-PEM), como de
los electrodos.
6.2.1.4.2. CELDAS DE COMBUSTIBLE MICROBIANAS TIPO H
Entre estas configuraciones, la más común es la denominada tipo H. Algunos de
los materiales que han sido empleados para la construcción de estas celdas son
botellas de vidrio (Buitrón & Pérez, 2011), plexiglás (Buitrón & Pérez, 2011),
policarbonato (Buitrón & Pérez, 2011), polietileno tereftalato (PET) (Buitrón &
Pérez, 2011) y otros, los cuales suele ser de volúmenes útiles en las cámaras
que varían entre los 300 mL a 1000 mL.
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La influencia de dicho volumen en el desempeño de la celda de combustible
microbiana han sido estudiada en unas cuantas investigaciones como la de
(Gonzales del Campo Garcia- Villarubia, 2015) en donde se evaluó el
desempeño de reactores con capacidad de 100 mL y de 500 mL. La disminución
en la corriente de salida y voltaje fue respectivamente de 49% y 96,15% cuando
se pasó de los 500 mL a los 100 mL. De igual manera se evidenció que la
densidad de potencia fue tres veces mayor para el reactor de más capacidad,
(Gonzales del Campo Garcia- Villarubia, 2015).
6.2.1.4.3. CELDAS DE COMBUSTIBLE MICROBIANAS ACOPLADAS
Por otro lado, aparte de los diseños tipo H previamente descritos, otras
configuraciones de celdas de combustible microbianas de doble cámara son
aquellas en que estas están acopladas completamente, a diferencia de la
configuración tipo H donde las cámaras se encuentran unidas por medio de un
puente salino o membrana de intercambio de protones contenida en un cilindro
en contacto con las dos cámaras. (Sacco, Bonetto, & Corton)
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Figura N° 7: Esquema de celda de combustible microbiana cilíndrica de flujo
ascendente.
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Figura N° 8: Celda de combustible microbiana de cámara única.
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Los buenos mediadores deberían poseer las siguientes características (Du et al.,
2007): atravesar la membrana celular fácilmente, tomar los electrones a partir de
la cadena transportadora, poseer una alta velocidad de reacción con el electrodo,
tener una buena solubilidad en el anolito, no biodegradables ni tóxicos para los
microorganismos, de bajo costo y que tengan un potencial de reducción lo más
cercano posible al del componente biológico para mantener una adecuada
transferencia de electrones (Bullen et al., 2006). Es común usar mediadores
exógenos sintéticos (tintes y metal orgánicos) tales como: rojo neutro, azul de
metileno, tionina, azul de meldola, 2-hidroxi-1,4-naftoquinona, Fe(III) EDTA y
otros compuestos hidrofílicos (Jennifer Esmeralda, Glenda Maritza, & Jaime
Oswaldo, 2006) Desafortunadamente, la inestabilidad de los mediadores
sintéticos, su costo y su alta concentración, que llegaría a ser tóxica para el
microorganismo, limita sus aplicaciones en las CCMs (Jennifer Esmeralda,
Glenda Maritza, & Jaime Oswaldo, 2006); por lo tanto, las CCMs sin mediadores
son ventajosas en el tratamiento de aguas residuales y la generación de energía
porque se elimina principalmente el costo del mediador.
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Recientemente se ha demostrado en cultivos mixtos que los microorganismos
fermentativos pueden tener poca o nula capacidad para transferir electrones al
ánodo, sin embargo, su metabolismo contribuye a la generación de energía en
la CCM (Richter et al., 2008) ya que aportan subproductos que pueden ser
utilizados como sustratos por otras poblaciones microbianas, permitiendo el
establecimiento de interacciones sintróficas. (Feng, Lee, Liu, & Wang, 2009)
discuten diversas publicaciones que caracterizan la comunidad microbiana de
los sistemas bioelectroquímicos, al destacar procesos sintróficos específicos que
capacitan a una biopelícula para la generación de corriente eléctrica a partir de
un sustrato; la sintrofía consiste en que ciertos microorganismos hidrolizan y
fermentan compuestos orgánicos complejos y otros utilizan los subproductos
para la generación de corriente, estableciéndose una estructura jerárquica con
microorganismos dominantes dependiendo del sustrato empleado.
Como inóculo para las CCMs se pueden emplear cultivos de una especie
microbiana o cultivos mixtos (consorcios). En el primer caso, existe la posibilidad
de modificar genéticamente la especie microbiana e interpretar más fácilmente
los estudios con respecto a genómica y proteómica (Mathuriya, 2009). Para la
especie G. sulfurreducens se ha investigado sobre el mecanismo de la
transferencia de electrones al ánodo y su capacidad de oxidar completamente
un compuesto orgánico para así contribuir más efectivamente a la producción de
energía (Oon, y otros, 2015); por ejemplo, esta bacteria es dominante cuando se
utiliza lactato, acetato, formato, glucosa, entre otros sustratos. Mientras que para
especies del género Shewanella los genes involucrados en la vía propuesta para
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la transferencia extracelular de electrones son altamente conservados (Helder,
Strik, Hamelers, & Buisman, 2012)
. Cabe resaltar que también se han empleado en la cámara anódica arqueas y
la levadura Saccharomyces cerevisiae (Ortiz Álvarez, Moreno Guerrero, &
Jiménez López, 2012)
A nivel práctico es mejor emplear cultivos mixtos porque estos generan altos
potenciales y su manejo es más económico y menos exigente, por lo que se
utilizan lodos anaeróbicos y otras fuentes de comunidades microbianas (Du et
al., 2007). En los consorcios anódicos, las bacterias más comunes pertenecen a
los géneros Shewanella, Geobacter, Proteobacter y Pseudomonas, se destacan
las especies S. putrefaciens, P. aeruginosa, G. sulfurreducens y G.
metallireducens. Diferentes estudios resaltan otras especies bacterianas que
hacen transferencia directa o utilizan mediadores (Ortiz Álvarez, Moreno
Guerrero, & Jiménez López, 2012)
En cuanto a aspectos puntuales sobre la electricidad generada por
microorganismos, (Rodríguez, 2015) afirma que como resultado de los avances
de los últimos 10 años, la densidad de potencia de las CCMs incrementó en
diferentes órdenes de magnitud, de 0,1 mW/m2 a 4,3 W/m2. (Germán, 2011)
discuten que los valores más altos se obtuvieron usando ferricianida en la
cámara catódica, de esta manera las CCMs más eficientes no son operativas a
escala comercial por la contaminación que podría ocasionar este mediador.
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