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INTRODUCCION
Es un proceso que comienza desde la vida intra-uterina, y que envuelve varios aspectos
que van desde el crecimiento físico, pasando por la maduración neurológica,
comportamental, cognitiva, social y afectiva del niño, entre los 24 y los 30 meses,
el niño quiere hacer todo por sí mismo. El experimenta un deseo de independencia que
se intensifica a la vez que incrementa su habilidad para caminar. Aunque es la etapa de
la autonomía, la guía de los padres es fundamental.
La paciencia en los padres será fundamental y debe estar acompañada de las reglas, que
le indicarán al niño qué está bien y qué está mal. No olvide que aproximadamente
desde los 2 años comienza la época del capricho en la que él quiere imponer su
voluntad, su lenguaje será más claro, incluso podrá construir frases sencillas con sentido
completo el bebé empezará a tener conversaciones de dos o tres frases tendrá un mayor
control sus esfínteres, podrá lavarse y secarse las manos.
La evaluación del desarrollo es muy importante para entender la conducta del niño o
niña cuando esté presente signos y riesgos o alteraciones en su desarrollo y
proporciona al niño una atención terapéutica para realizar una prevención y mejorar
la calidad relacional padre hijo.
LAS AUTORAS
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CAPITULO I: CONCEPTOS BÁSICOS
1.1 DESARROLLO
A los dos años de edad, el peso medio del bebé es de 12,9 kilogramos y su estatura es de
88 centímetros si es niño. Mientras que si es niña, su percentil medio es de 12,4
kilogramos y 86 centímetros.
A esta edad los niños no sólo podrían crecer a saltos y brincos agigantados, ¡sino
que aprenden a saltar y a brincar! Prepárese para ver grandes progresos usando los
músculos más grandes (habilidades motoras gruesas) y también verá avances
importantes utilizando los músculos más pequeños (habilidades motoras finas). Al
final del tercer año, la mayoría de los niños pueden hacer las siguientes cosas:
a. Habilidades motoras gruesas
Caminar, correr, y comenzar a aprender a saltar con los dos pies a la vez
Arrastrar o agarrar juguetes mientras camina
Tirar y patear una pelota; tratar de atajar la pelota con las dos manos
Pararse en punta de pie y mantenerse en equilibrio con un solo pie
Treparse a los muebles y en los juegos del parque infantil
Subir escaleras, sosteniéndose del pasamano; podría alternar los pies
b. Habilidades motoras finas
Comenzar a cepillarse los dientes y el cabello
Podría subirse y bajarse los pantalones
Abrir el grifo y lavarse las manos
Construir una torre de al menos cuatro bloques
Comenzar a practicar abrochar y subir cremalleras (si usted comienza)
Sostener utensilios y crayones con los dedos en vez del puño, aunque la
forma de agarrarlos todavía no sea la correcta
2.2 Desarrollo emocional de niño de 24 a 30 años
a. 24 meses:
Dos años Por naturaleza, los niños de esta edad pueden estar más preocupados
por sus propias necesidades y hasta actuar de manera egoísta. Con frecuencia, se
rehúsan a compartir cualquier cosa que les interese y no interactúan fácilmente
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con otros niños, aún cuando juegan juntos, a menos que sea para permitir que su
compañero de juegos sepa que desean un juguete u objeto para ellos solitos.
Puede haber ocasiones en las que el comportamiento de su hijo pueda
molestarle, pero si observa detenidamente, notará que todos los otros niños
pequeños en el área de juegos probablemente están actuando de la misma
manera.
A los dos años, los niños ven el mundo casi exclusivamente a través de sus
propias necesidades y deseos. Ya que todavía no pueden comprender cómo otras
personas se podrían sentir en la misma situación, asumen que todos piensan y
sienten exactamente como ellos. Además, en esas ocasiones cuando se dan
cuenta de que se salen de los límites, no pueden controlarse a sí mismos. Por
estas razones, es inútil intentar formar el comportamiento de su hijo usando
aseveraciones como "¿Te gustaría que te hiciera lo mismo?". Guarde estos
comentarios hasta que su hijo sea mayor; luego, su hijo podrá comprender
realmente cómo las demás personas piensan y sienten y son capaces de
responder a dicho razonamiento.
Irónicamente, a pesar de que su hijo está muy interesado en sí mismo, gran parte
de su tiempo de juego lo usará para imitar las actitudes y actividades de otras
personas. La imitación o "simulacro" son los juegos favoritos a esta edad. Así
que, cuando su hijo ponga a su oso de peluche a dormir o alimente a su muñeca,
puede escuchar usar exactamente las mismas palabras y tono de voz que usted
usa cuando le dice que se vaya a dormir o que coma sus vegetales. No importa
cuánto se resista a sus instrucciones en otros momentos, cuando realiza el rol del
padre, lo imita a usted exactamente. Estas actividades de juego le ayudan a
aprender cómo es estar en los zapatos de alguien más y sirven como ensayos
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valiosos para futuros encuentros sociales. También le ayudan a apreciar la
importancia de ser un buen ejemplo a seguir, al demostrar que los niños con
frecuencia hacen lo que hacemos, no lo que decimos.
La mejor manera para que su hijo de dos años aprenda a comportarse con otras
personas es con suficientes períodos de prueba. No permita que su
comportamiento relativamente antisocial lo desanime de organizar juegos en
grupo. Al principio puede ser inteligente limitar los grupos a dos o tres niños.
Además, aunque necesitará supervisar estrechamente sus actividades para
asegurarse de que nadie salga lastimado o se moleste demasiado, deberá permitir
que los niños se guíen a sí mismos lo más que se pueda. Es necesario que
aprendan a jugar entre sí, no con los padres de los demás.
b. 30 meses:
Es muy difícil enfrentar las altas y bajas de un niño de dos años de edad. En un
momento está radiante y amigable; el siguiente está malhumorado y llorón, y a
menudo, sin razón aparente. Sin embargo, estos cambios de temperamento son
solo parte del crecimiento. Estas son señales de cambios emocionales que
suceden a medida que su hijo lucha por controlar sus acciones, impulsos,
sentimientos y su cuerpo.
Mientras más seguro y confiado se sienta su hijo de dos años, tendrá más
posibilidades de ser independiente y bien portado. Puede ayudarlo a desarrollar
estos sentimientos positivos al estimularlo a que se comporte con más madurez.
Para hacerlo, establezca límites razonables consistentemente, que le permitan
explorar y ejercer su curiosidad, pero que pongan el límite en el comportamiento
peligroso y antisocial. Con estos lineamientos, empezará a sentir lo que es
aceptable y lo que no lo es. Para repetirlo, la clave es la constancia. Haláguelo
cada vez que juegue bien con otro niño, o cuando se alimente, vista o desvista
sin su ayuda; también cuando lo ayude a empezar con una actividad y su hijo la
termine sin ayuda. Al igual que usted, empezará a sentirse bien con relación a
estos logros y a sí mismo. Con su autoestima en aumento, también desarrollará
una imagen de sí mismo como alguien que se comporta de cierta manera, de la
manera que usted ha estimulado, y el comportamiento negativo desaparecerá.
Ya que los niños de dos años de edad normalmente expresan una amplia
variedad de emociones, prepárese para ir del agrado a la furia. Sin embargo,
deberá consultar con su pediatra si su hijo parece muy pasivo o distraído,
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constantemente triste o demasiado exigente e insatisfecho la mayor parte del
tiempo. Estas podrían ser señales de depresión, ocasionadas por alguna clase de
estrés oculto o problemas biológicos. Si su médico sospecha que existe
depresión, probablemente referirá a su hijo a un profesional de la salud mental
para una consulta.
Poco a poco se irá asemejando más al que empleamos nosotros en nuestro día a día.
Hasta ahora nuestro pequeño emitía frases de una sola palabra, iba ampliando su
repertorio de sonidos, su capacidad de imitación le permitía repetir nuestras
vocalizaciones o expresiones faciales, y su comprensión también se veía aumentada
al poder discriminar mejor sonidos de su entorno.
Ahora, en la etapa que va desde los dos hasta los tres años, nuestro hijo seguirá
enriqueciendo sus aptitudes lingüísticas. Veamos cómo lo hace.
La capacidad de imitación verbal y gestual poco a poco va siendo más precisa, siendo
ahora cuando nuestro hijo podrá repetir versos sencillos que escuche, podrá imitar
modelos de acciones sencillas que vea en una imagen, podrá repetir modelos rítmicos
sencillos o incluso, debido a que su capacidad de elaboración de frases está
evolucionando, podrá imitar correctamente frases de hasta tres palabras.
También será ahora cuando comience a reconocer e identificar los nombres de las
categorías familiares básicas (padre, madre, hermano…) y reconocer los nombres de la
mayor parte de los objetos familiares y sus representaciones gráficas. Con respecto a él
mismo, conocerá su propio nombre y apellidos.
La comunicación poco a poco va siendo más eficiente, pudiendo contar ahora algún
acontecimiento reciente que le ocurriese, o responder a preguntas del tipo “¿qué es…?”,
“¿qué hace…?”, “¿dónde está…?”, “¿de quién es…?” o “¿quién es…?”. En general,
podemos apreciar como nuestro hijo dirige sus acciones a través del lenguaje, no sólo
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mediante monólogos mientras realiza una acción (aunque no estemos nosotros presentes
para oírlo), sino explicando situaciones en las que usa principalmente nombres de cosas,
acciones y personas. Además, dependiendo de la entonación de su voz, podrá otorgar a
sus palabras un significado u otro, dependiendo de su estado interno.
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CAPÍTULO III: DESARROLLO ANORMAL DE NIÑO DE 2 A 3 AÑOS
A. TRASTORNOS DE LA PRONUNCIACIÓN:
1. Características clínicas:
3. Diagnóstico diferencial:
4. Evolución y pronóstico:
En términos generales, suele producirse una mejora total cuando el problema se reduce
a unos pocos fonemas. Los niños con más de 5 años, en los que persiste el problema,
deben ser evaluados a fondo para descartar algún trastorno asociado. Si el problema
persiste más allá de los 8 años su solución total es más compleja.
1. Características clínicas:
Se trata de un trastorno del desarrollo del niño en el que la capacidad para la expresión
oral es marcadamente inferior al nivel adecuado para su edad mental, pero en el que la
comprensión del lenguaje está dentro de los límites normales. Pueden existir o no
alteraciones en la pronunciación.
Aunque hay una considerable variación individual en el desarrollo normal del lenguaje,
la ausencia de palabras simples (o aproximaciones de palabras) alrededor de los dos
años y el fracaso de frases sencillas de dos palabras hacia los tres años, deben ser
entendidos como indicadores significativos de un retraso. Más tarde se presenta una
limitación del desarrollo del vocabulario, un uso excesivo de un número limitado de
palabras, dificultades en la elección de las palabras adecuadas, sustitución de unas
palabras por otras, utilización de frases cortas, estructuración inmadura, errores
sintácticos (en especial omisiones de finales de palabras o prefijos) y errores u
omisiones de elementos gramaticales concretos, como preposiciones, pronombres,
artículos, etc.
Es frecuente que los déficits del lenguaje hablado se acompañen de retrasos o anomalías
en la pronunciación de los fonemas que forman las palabras.
2. Diagnóstico:
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El diagnostico debe hacerse únicamente cuando la gravedad del retraso del desarrollo de
la expresión del lenguaje exceda los límites de la variación normal para la edad mental
del niño, siendo la comprensión del lenguaje normal (aunque frecuentemente el lenguaje
receptivo puede estar en algunos aspectos por debajo de lo normal).
El recurso de signos no verbales (como sonrisas y gestos) y del lenguaje interior
(imaginación y juegos de fantasía) está relativamente intacto, así como la capacidad
para la comunicación social de forma no verbal.
A pesar del déficit del lenguaje, el niño intenta comunicarse y tiende a compensar la
carencia lingüística mediante el uso de gestos, mímica y vocalizaciones no lingüísticas.
En este colectivo no son raras las dificultades con los compañeros, problemas
emocionales, conductas disruptivas y/o déficit de atención e hiperactividad.
En una pequeña parte de los casos puede presentarse una pérdida auditiva parcial (a
menudo selectiva) concomitante, pero ésta no es de una gravedad suficiente como para
justificar el retraso del lenguaje.
3. Diagnóstico diferencial:
La diferenciación respecto a los TGD o TEA, consiste en que éstos presentan ausencia
de lenguaje interno, juego simbólico, intención comunicativa y, por tanto, hay
problemas de relación social significativas que no presentan los niños con trastorno del
lenguaje expresivo.
Hay también que diferenciar los niños con afasias o disfasias adquiridas ya que éstos
presentan un desarrollo evolutivo normal y el deterioro ha tenido lugar después de
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enfermedad o traumatismo encefálico u otros trastornos de origen neurológico.
Finalmente en el mutismo selectivo, existe la capacidad de expresión oral pero ésta se
manifiesta selectivamente delante de sólo ciertas personas o situaciones familiares al
niño. En su base suelen haber problemas de timidez y emocionales.
4. Evolución y pronóstico:
Son más frecuentes en niños que en niñas con una prevalencia de entre el 3 y 5%
respecto a la población general.
Por último señalar que este tipo de trastornos suele tener una etiología principalmente
de origen genético. Numerosos estudios describen antecedentes familiares en niños con
el problema.
2. Diagnóstico:
1- La gravedad del retraso excede los límites de la variación normal para la edad del
niño
2- La inteligencia no verbal esté dentro de los límites normales (CI>80).
3- No se satisface las pautas de trastorno generalizado del desarrollo, autismo o retraso
mental.
4- Se excluyen causas de tipo orgánico o neurológico (pérdida de audición, hendidura
palatina u otras anomalías estructurales u otros).
Deben tenerse en cuenta, también, los siguientes indicadores de retraso: un fracaso para
responder a nombres familiares (en ausencia de claves no verbales) hacia el primer año
de vida; incapacidad para reconocer los nombres de al menos algunos objetos corrientes
a los 18 meses, o para llevar a cabo instrucciones simples y rutinarias a la edad de dos
años. Más tarde se presentan otras dificultades, como la incapacidad de comprender
ciertas formas gramaticales (negativas, interrogantes, etc.) y los aspectos más sutiles del
lenguaje (tono de voz, gestos, etc.
3. Evolución y pronóstico:
Cuando se diagnostica en los niños más pequeños suele ser porque los síntomas son
muy evidentes y, por tanto, pueden indicar una mayor gravedad de los mismos, aunque
no siempre. Cuando los síntomas son leves no se hacen patentes hasta más tarde y
suelen ser más manejables y de mejor pronóstico. De todas formas, la evolución
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dependerá del momento de inicio del tratamiento, la naturaleza y gravedad del problema
así como otras circunstancias del entorno del niño.
Trastorno de la comunicación no
especificado.
Las capacidades de lenguaje estan desde un punto de vista cuantificable por debajo
de lo esperado para la edad.
3.2.2. EVALUACIÓN
Señalar también que otro problema añadido lo podemos tener en niños que vienen de
otras culturas, con poca estimulación temprana, poco dominio de nuestra lengua y, a
veces, inmersos en dos o más lenguas simultáneamente.
3.2.3. TRATAMIENTO
Los métodos de intervención en el lenguaje han variado desde el trabajo directo con el
niño, en situaciones estructuradas, a otras formas más naturales basadas en el juego y en
su propio ambiente con implicación de los familiares.
Como objetivo general siempre hay que buscar estimular y motivar al niño para que
participe activamente. Desde este punto de vista no se trata tanto de insistir en que el
niño hable o comprenda adecuadamente, sino de crear las condiciones para que el
lenguaje tenga lugar de forma espontánea.
Respecto a los otros trastornos del lenguaje (expresión, comprensión o mixto) parece
que la mejor opción, en general, pasa por combinar el tratamiento logopédica individual
con la intervención mediada por la familia. En este último caso, el logopeda o
profesional, tras identificar el problema y marcar los objetivos, instruye a los padres en
diferentes habilidades para aplicarlas en casa con el niño.
Es posible dada la alta comorbilidad de los trastornos del lenguaje que debamos
actuar también sobre otros síntomas conductuales (hiperactividad, rabietas, déficit de
atención, etc.) y emocionales (baja autoestima y motivación). No obstante deberemos
tener en cuenta que éstas serían secundarias al trastorno del lenguaje y que la mejor
forma de tratarlas es mejorando las competencias comunicativas del niño.
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Para poder programar los diferentes objetivos de tratamiento deberemos tener en
cuenta el nivel actual de desarrollo del niño y empezar desde ese nivel utilizando los
materiales y actividades adecuadas.
Normalmente hay que hablar lentamente y utilizar estructuras redundantes, así como
manejar pausas prolongadas entre emisiones. De la misma forma, el contenido
fonológico debe caracterizarse por palabras sencillas y de fácil reproducción para el
nivel que muestra el niño.
Hay que evitar en las escuelas la marginación entre sus compañeros y actuar con
firmeza si detectamos algún tipo de acoso. Estos niños, según características y
gravedad del trastorno, pueden ser objeto de burla fácil.
Este acoplamiento en el ser humano se desarrolla en cuatro fases ( 3 de las cuales tienen
lugar durante la infancia):
- Segunda fase ( 2 - 3 meses a 7 meses): El lactante muestra ya una predilección por una
determinada persona o grupo de personas.
De 2 a 5 años de edad:
En contraste con los rápidos cambios que se producen durante el primer año de la vida,
los cambios en este periodo son más graduales .
A los 2-3 años de edad los niños todavía tienen unos ciclos de sueño de
aproximadamente 60 minutos, con el primer periodo de sueño REM hacia la hora de
inicio del sueño ( a diferencia de los adultos). Es a partir de los 4-5 años de edad cuando
los ciclos se van alargando progresivamente hasta los 90 minutos típicos del adulto.
La distribución del sueño REM / NREM también varia : El sueño REM desciende
progresivamente desde el 30% del tiempo total de sueño al nivel normal de adulto de
20-25%.
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En los primeros 6 meses de vida la ritmicidad REM/NREM es más predecible en los
periodos de sueño que siguen a la alimentación que en los periodos de sueño que siguen
a vigilias en las que el niño no ha sido alimentado; esto sugiere que la alimentación
sirve como un dispositivo que regula los ciclos del sueño. Estos cambios están también
estrechamente relacionados con el incremento de los periodos de vigilia diurna.
La disminución del periodo REM es continua hasta los 3 - 4-6 años en los que
desaparece la siesta diurna.
Típicamente los niños a esta edad suelen tener 7 ciclos de sueño durante cada periodo
de sueño nocturno. La transición entre los diferentes ciclos a esta edad es regular y
tranquila, mientras que los adultos se mueven bruscamente al paso de un ciclo a otro.
Las parasomnias eran consideradas como meras curiosidades, pero desde el incremento
del uso de la polisomnografía se reconoce que representan una variedad de alteraciones
del desarrollo específicas, diagnosticables y tratables. Se debe distinguir entre
parasomnias primarias y parasomnias secundarias asociadas a morbilidad orgánica.
b. Angustias nocturnas:
Comprenden:
* Terror nocturno:
* Despertar ansioso:
c. Sonambulismo:
Suelen ser varones entre los 7 y los 12 años con antecedentes familiares en el 80 % de
los casos. Cuando uno de los progenitores lo es, su probabilidad es seis veces mayor. Al
día siguiente no recuerdan nada. Se suelen dar el la fase más profunda , en la primera
mitad de la noche.
Desaparecen generalmente de forma espontanea a partir de los 3-4 años. Las que
persisten más allá de los 6 años deben ser estudiadas pues se pueden asociar a patología
física y/o psíquica .
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e. Enuresis nocturna: La enuresis primaria es una parasomnia ocasionada por la
incapacidad de respuesta ante la profundidad del estadio 3-4. Su estudio exigiría una
única conferencia.
Presentan también un aumento del tono muscular y si se les coloca la cabeza dentro de
la cama, rápidamente reasumen su posición. En estos niños es conveniente estudiar los
antecedentes de traumatismos craneales y posteriormente suelen presentar alteraciones
rítmicas.
Entre los niños de 4-5 años un 0.7 % presentan alteraciones respiratorias significativas
durante el sueño. Estas alteraciones son semejantes a las presentes en los adultos pero
con algunas diferencias entre las que destacan:
En los niños con asma, la función pulmonar y el sueño están íntimamente relacionados.
Un índice alto de gravedad asmática está asociado a una pobre calidad del sueño; estos
niños tienen una mayor actividad durante el sueño y un porcentaje menor de sueño
tranquilo así como una mayor sensación de cansancio al levantarse ( incluso en niños
bien controlados clínicamente): existe una relación significativa entre los parámetros de
sueño medidos por actigrafía y el peak flow matutino y vespertino, a menor peak flow
menor calidad de sueño.
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b. Actividades:
Enseñar al niño a realizar acciones que pueda hacer por el mismo: abrochar-
desabrochar, abotonar-desabrochar, subir y bajar cierres. Permitir que practique primero
en ropa que no use. Poco a poco disminuir la ayuda.
Enseñar al niño a ponerse las medias y los zapatos utilizando primero medias y zapatos
grandes, fáciles de poner. Ayudarlo al principio y poco a poco disminuir la ayuda.
d. Actividades:
Darle ordenes de manera especifica: “guarda tus cuentos para que no se rompan”
Hacer que el niño obedezca mandatos simples. Para facilitar la comprensión utilizar las
palabras “primero”, y “después”, (primero has tal cosa y después has tal otra).
hacer sentir al niño importante y capaz, orgulloso de alguna actividad que realice
(dibujo). Para ello se le debe elogiar cuando se ha ganado ese elogio, pues este debe ser
merecido y oportuno
Respetar al niño, oírlo mientras se le ve a los ojos. No gritarle para poder exigírselo,
ayudarlo para pedirle ayuda.
b. Actividades:
Estar pendiente de la hora en que el niño pueda mojarse y sentarlo en la bacinilla por 4 ó
5 minutos máximos.
b. Actividades:
En cada oportunidad reforzarle las conductas de acuerdo a su sexo, para que se sienta
identificado con el mismo
a. Actividad 1
§ Cumplimiento de órdenes sencillas por demanda verbal del adulto (tres órdenes).
Objetivo
Ampliar la comprensión del habla del adulto realizando una acción que se realiza por
una demanda verbal.
Metodología
b. Actividad 2
Objetivo
Metodología
c. Actividad 3
Objetivo
Metodología
Esta actividad consiste en organizar visitas a las diferentes clases y áreas del centro
infantil para que los niños vayan aprendiendo como se nombran. En la misma es
importante seleccionar dos o tres elementos significativos que ayuden a diferenciar unos
lugares de otros, por ejemplo, el área exterior se distingue por la presencia de césped y
juegos y equipos mecánicos; la clase por los rincones de juego, los estantes y mesas de
trabajo; la cocina por los equipos electrodomésticos, aspectos estos que deben ser
señalados a los niños para ayudar a su diferenciación.
En estas visitas se ha de insistir en nombrar a las personas con las que se interactúa,
bien por su función (la cocinera, el jardinero) o por su propio nombre, y hacer que los
niños saluden y se despidan utilizando estos nombres propios.
d. Actividad 4
Objetivos
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Familiarizar a los niños con algunas particularidades significativas de los objetos.
Metodología
La esencia de esta actividad consiste en que, utilizando los más diversos objetos del
medio circundante, comenzar a enseñar a los niños algunas características
fundamentales de estos objetos, particularmente el color, la forma y el tamaño.
Para la forma se ha de trabajar de igual manera “¿Qué forma tiene la pelota?” “La pelota
es redonda”. En esta edad solo se deben introducir las tres formas básicas a las cuales
los niños están habituados en la manipulación de objetos y tableros excavados: el
círculo, el cuadrado, el triángulo.
Para la relación de tamaño, que es más mucho más difícil para los niños, han de usarse
solamente dos objetos, con una diferencia contrastada en su tamaño. Aquí nuevamente
se ha de usar el nombre de la cualidad “tamaño”, pero referidas a cada objeto en
particular “La pelota es pequeña”, “El patito es grande”, que deben estar uno al lado del
otro, pero sin insistir en la comparación “este es más grande que aquel”, porque
intelectualmente aun no están preparados para verbalizar comparaciones, aunque lo
resuelvan en el plano de la actividad práctica.
Ha de recordarse que lo esencial no es que los niños se aprendan la cualidad (el color, la
forma, el tamaño) sino que se les llame su atención a su denominación verbal, el
conocimiento de estas cualidades ha de lograse mediante otras actividades de desarrollo
sensorial.
d. Actividad 5
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§ Utilización de palabras reguladoras de la conducta relacionadas con la actividad
grupal y la vida cotidiana.
Objetivo
Metodología
Para esto se han de utilizar las situaciones de la vida cotidiana, o crear situaciones
pedagógicas específicas.
A su vez se puede hacer una situación pedagógica, por ejemplo, traer un juguete nuevo
que atraiga la atención de todos los niños (que por lo general tratan de tomarlo para sí),
para cuando traten de arrebatarlo decir palabras como “uno primero y otro después”,
“dáselo ahora a José”, frase que en su esencia implican una regulación del
comportamiento.
e. Actividad 6
Objetivo
Metodología
El educador puede utilizar un pequeño retablo donde, con el uso de títeres, muñecos y
representaciones, escenifique alguna pequeña escena de dos o tres cuadros, en la que los
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personajes dicen frases de dos a cuatro palabras, y en la que estimulan a los niños a
repetirlas. La trama debe ser bien sencilla y de fácil comprensión, y trabajar con el
vocabulario que ya ellos conocen, y de situaciones que les son familiares.
La intención no es que los niños se aprendan la trama, sino que sean capaces de repetir
las frases que se les enseñan.
f. Actividad 7
Objetivo
Metodología
En este segundo semestre los niños presentan gran sensibilidad para aprender nuevas
palabras y aumentar su vocabulario, por lo que no se puede perder ocasión para
ampliarlo.
Los niños de esta edad comprenden las relaciones de lugar (arriba-abajo) (dentro-fuera)
si se crean situaciones especiales en las actividades pedagógicas o de la vida cotidiana.
Estas relaciones han de partir inicialmente del cuerpo del niño, por ejemplo, si están en
una actividad de expresión corporal en la que el educador dice “Vamos a subir los
brazos” se puede preguntar “¿Dónde están los brazos?. De esta manera estimula a que
los niños le respondan “Los brazos están arriba”.
Lo importante ahora no es que los niños digan o no la palabra que designa la relación de
lugar (arriba-abajo-dentro-fuera) sino que la entienda y actúe consecuentemente, lo que
indica una comprensión activa de este nuevo elemento gramatical.
g. Actividad 8
Metodología
Por ejemplo, el educador puede decir una frase cualquiera al niño, y pedirle que le diga
algo más repitiendo la parte inicial de la frase, o cantar un juego verbal que culmine con
diversas frases.
h. Actividad 9
Objetivo
Metodología
Ahora se incluye el proyectar los labios como el hocico de un perro u otro animal (vaca,
pollo, etc.) o hacer como que el gato toma leche, sacando y metiendo la lengua. Estas
actividades suelen provocar risa en los niños, por su contenido lúdico.
El educador puede incluir otras acciones articulatorias en las que se movilicen labios y
lengua, como pueden ser el jadear de un perro, aullar de un lobo, entre otros, que
incluidos en un juego tienen funciones de ejercitación fonatorio-motora. De igual
manera el imitar sonrisas exageradas para estirar los labios, o mover la lengua como
péndulo de reloj, también colaboran a esta ejercitación.
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Las mismas pueden hacerse ante un espejo inicialmente, y luego trasladarlos a la
actividad libre.
i. Actividad 10
§ Pronunciación de sonidos.
Objetivo
Practicar los fonemas de la lengua como método preventivo para la articulación correcta
de los mismos.
Metodología
Si hay dificultades en la emisión del sonido específico, se puede combinar con vocales
"si- si- si", "se- se- se", u otra combinación semejante que permita incluir el sonido que
se pretende reforzar.
Desde este punto de vista las ejercitaciones previamente aprendidas en los trimestres
anteriores como estirar los labios en forma de hocico de animal, pueden acompañarse
con sonidos de acuerdo con la acción de que se trate (aullar como un lobo, gruñir como
un cerdo, silbar como un pajarito, entre otros) y el movimiento de la lengua como
péndulo de reloj, pueden utilizarse para introducir algún fonema que se quiera ejercitar.
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En este trimestre basta con esta introducción de fonemas dentro de las ejercitaciones
previamente aprendidas, pues la técnica para pronunciar estos sonidos de manera
sistemática corresponde al tercer año de vida.
j. Actividad 11
Objetivo
Metodología
En este trimestre el educador les narra el cuento a los niños, y ellos pueden repetir
algunas frases del mismo, contestar preguntas y realizar escenificaciones sencillas, para
lo cual pueden utilizar algunos atributos, como son ropas, disfraces, sombreros, etc.
Esta actividad puede acompañarse de láminas (no más de tres) unidas por su trama,
aunque también han de hacerse sin el apoyo de las mismas, en un plano exclusivamente
verbal.
k. Actividad 12
Metodología
De igual manera pueden crearse situaciones pedagógicas (como puede ser una visita al
mercado) en la que los niños tengan que comprar frutas y vegetales que el educador ha
situado previamente de manera conveniente, y en los que les haga preguntas referentes a
las posibles acciones, como puede ser “Y tú Rosa, ¿qué vas a comprar?”. Ha de tenerse
en cuenta que no siempre el educador ha de hacer preguntas, sino que también puede
usar frases exclamativas referentes a la actividad, como puede ser “¡Cómo hay frutas y
vegetales! ¡Cuantas cosas vamos a comprar!.
En esta actividad el educador estimulará a los niños a que repitan sus exclamaciones, al
igual que responder a sus preguntas.
l. Actividad 13
Objetivo
Hacer que los niños sean capaces de llevar a su expresión oral formas rítmicas del
lenguaje.
Metodología
Estas canciones pueden, posteriormente, relacionarse con láminas y fotos para reforzar
las palabras aprendidas, pero durante la realización de la actividad la canción ha de ser
expresada exclusivamente en el plano oral.
Una manera de fomentar el desarrollo son los juegos creativos; son aquellos donde los
niños utilizan materiales que ya conocían, nuevas formas, poco usuales.
Es preferible evitar los juguetes que dan toda clase de explicaciones y que no dejan nada
a la imaginación
Estos juegos logran estimular de manera divertida la inteligencia de los niños, además
de tener bajos costos y ser muy sencillos.
A los 20-22 meses puedes iniciar el juego de las parejas: con cartulina de colores y
pegatinas fabrica tres parejas: sentados sobre el suelo, uno frente al otro preséntale una
tarjeta y dile que ahí hay un perro (quizás ya conoce ese animal así que puedes
preguntarle qué es y tu hijo te lo dirá) y la colocas sobre el suelo; le presentas la
segunda y la tercera, colocándolas una junto a la otra. Ahora le enseñas cada pareja en el
mismo orden y la colocas bajo su igual. A partir de aquí, puedes presentarle las parejas
en distinto orden y que él te diga dónde está su igual. Más adelante añade más parejas, a
los dos años podrá hacerlo con 6 ó 7 a la vez y cambiarlas cada día.
2. Emparejando objetos
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En vez de utilizar imágenes ahora podemos jugar con objetos reales. Coge tres cucharas
y dile cómo se llaman; finge que estás comiendo, deja que coja una cuchara. Ahora le
enseñas tres tenedores; finge que estás comiendo; deja que coja un tenedor. Ahora dile
que te de una cuchara y luego el tenedor. Pon los 6 cubiertos sobre la mesa delante de tu
hijo y dile que te de una cuchara, luego un tenedor.
Como en el juego de las parejas (1), utiliza tarjetas de colores pero sin pegatinas.
Muéstrale los colores primarios: rojo, amarillo y azul. Juega a emparejarlas. Aprovecha
además vuestros paseos para nombrarle estos tres colores: en los coches, las motos, las
verduras, la comida empaquetada… Cuando observes que ya los conoce, ve añadiendo
un color cada vez.
Consigue tres cajitas o cubos pequeños. Tu hijo y tú sentados en el suelo uno frente al
otro. Muéstrale los cubos boca abajo, de manera que no vea qué hay dentro. Levanta
uno y coloca dentro un pequeño juguete (un muñequito). Mueve los cubos despacio y
pregúntale dónde está el muñequito. Al principio, si no entiende el juego, enséñale
dónde está el juguete; lo entenderá rápido y le encantará jugar a averiguar dónde se
movió el muñequito.
Con las tarjetas con pegatinas puedes hacer este mismo juego: le enseñas tres tarjetas,
una a una vais diciendo cómo se llama lo que veis, pero al colocarlo en el suelo lo haces
boca abajo. Al principio, sin moverlas, pregúntale dónde está el perro, o el gato o el
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ratón. Cuando lo entienda, mueve las tarjetas colocadas boca abajo antes de preguntarle
por un animalito en concreto.
b. Actividades:
Jugar con el niño a caminar como un gigante y como un enano al compás de una música
fuerte (gigante), y música suave (enano).
Dibujar una línea recta en el piso con tiza o tirro y enseñar al niño a que camine
siguiendo la línea.
Jugar con el niño a que pase por debajo de una mesa baja imitando al movimiento de
una culebra.
Enseñar al niño a saltar primero en los dos pies y luego en uno solo. Pedirle que salte
como una rana, que salte una silla o escalón, ofrecerle ayuda agorándolo de las manos y
poco a poco disminuir la ayuda.
Llevar al niño al parque y enseñarle a que patee una pelota en diferentes direcciones.
Darle puntos de referencia que le permitan adquirir nociones espaciales: delante de ti, al
lado mío.
Utilizar un aro grande o una cesta y pedirle que trate de meter la pelota dentro.
Estimular al niño a que suba y baje escaleras alternando los pies. Primero al subir y
luego al bajar.
Jugar con el niño y un palo de escoba para que lo monte como caballito y estimularlo a
que corra dándole puntos de referencia en línea recta, en circulo, lento, rápido, que corra
y se detenga. De esta manera aprende también a orientarse en el espacio y nociones de
ritmo y tiempo cuando corre lento y rápido.
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c. Recursos:
Música fuerte y suave, tiza o tirro, obstáculos grandes, mesa pequeña, pelota, aro o
cesta, y palo simulando un caballito.
b. Actividades:
Ofrecer al niño lápices de cera y estimularlo a que dibuje libremente e imite modelos
que se le den, primero sencillos (líneas verticales, horizontales, círculos) y luego mas
complicados (cruz, arcos...)
Al principio cuando el niño dibuja se sale del contorno del papel. Poco a poco aprende a
respetarlo. También se pueden hacer puntos para que él los una y haga la figura que sé
esta enseñando.
Dibujar en cada uno de los extremos de una hoja un carro, un garaje, pedir al niño que
lleve el carro por el camino hasta el garaje.
Es ideal colocar los dibujos del niño en lugares visibles, esto lo hace sentir capaz y
valorado.
Ofrecer al niño revistas periódicos viejos para que rasgue y luego para que recorte. Al
principio dirigir sus movimientos, poco a poco mejorara esta habilidad.
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Hacer con el niño torres de tacos. Enseñarlo a construir un puente de tres piezas. Guiar
sus movimientos hasta que el niño lo logre.
Estimular al niño a que arme y desarme rompecabezas de tres, cuatro o cinco piezas.
Tomar un papel, unirle las dos orillas e invitar al niño a que marque el doblez
presionando con su mano. Disminuir poco a poco la ayuda.
Ofrecer al niño masa o plastilina para que el niño modele figuras. Así se estimula su
imaginación y creatividad.
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CONCLUSIONES
http://www.bebesymas.com/desarrollo/desarrollo-del-lenguaje-en-el-nino-de-dos-a-tres-
años.
https://talleresspau.files.wordpress.com/2014/09/desarrollo-24-30-meses-
recomendaciones.pdf
http://www.uma.es/psicologia/docs/sap/desarrollo_com_lenguaje1.pdf