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R a ú l D a r í o O r o ñ o P h . D.
Universidad Bolivariana
radaorp@gmail.com
Por otro lado han surgido, sobre el modelo de la calidad, trabajos que
desarrollan este término en el ámbito educativo y lo proponen como una
meta a lograr; por lo cual el movimiento originado por el trabajo de
investigación sobre las escuelas eficaces y los modelos de gestión de
calidad total han dado origen a un cambio de perspectiva en la
educación. Este cambio se centra en la forma en que mejor se ofrece el
servicio educativo y en la búsqueda de construcción de conocimiento
tanto en el aula como en la forma de conducir un ambiente escolar.
Desde el aula a partir de la perspectiva en que no sólo se transmiten
conocimientos sino que se busca ampliar el sentido didáctico de los
diferentes espacios curriculares y desde la conducción escolar está dado
por el trabajo en equipo y las diversas formas de liderazgo y de
management.
En todo este proceso existe una fuerte llamada a: por una parte, estar
atento a la existencia del cambio en la sociedad y que afecta al ámbito
de la educación, que buscar la calidad educativa no es ingresar en la
competencia desencarnada ni abandonar lo que se ha construido
anteriormente, sino ofrecer una propuesta educativa cualificada y; por
otro lado, reorganizar el modelo de gestión y conducción en torno a un
concepto de liderazgo y organización horizontal, participativa y en
proceso de aprendizaje.
Nos encontramos de frente a un gran cambio social que afecta a la
escuela; los ámbitos empresarial, económico, tecnológico, están en un
proceso de cambio permanente que piden al espacio social del
aprendizaje una adecuación precisa a las necesidades que surgen de
una sociedad cada vez más vulnerable y afectada por las variables
cambiantes de la historia. Los títulos otorgados por la enseñanza escolar
no responden a la realidad social, se prepara con contenidos y
adquisición de habilidades elaboradas para otro ambiente y, todas las
reformas estructurales de la educación no han respondido a las
cuestiones últimas que se necesitan para una inserción laboral y
profesional. Se ha quedado estancada en el esquema de medir la
capacidad de aprendizaje escolar por el dato arrojado por la inteligencia
que capta solamente los conceptos y logra llegar primero que otros
(esquema gano-pierdo); y falta la capacidad de formar a los dirigentes
que tendrán la obligación de conducir la sociedad del futuro.
Este cambio manifestado en la escuela exige una visión y actuación
nueva en el educador, en lo que se refiere a su presencia y al modo de
estar presente en el ámbito recientemente detallado. Algunas de las
características de esta situación son los siguientes puntos:
a) la dirección debe ejercer un liderazgo nuevo, con capacidad para
involucrar a las personas en el trabajo educativo y vislumbrar con
claridad el horizonte de trabajo;
b) trabajar por lograr un ambiente que respete las capacidades
diversas como riquezas en el conjunto;
c) tener conciencia del trabajo realizado en función del cambio;
d) formación permanente y capacitación profesional de todos los
actores, de manera especial en los directivos;
e) prestar atención al proceso de enseñanza-aprendizaje realizado
desde el acompañamiento más que desde la transmisión, desde la
inducción antes que desde la deducción.
Por todo lo dicho anteriormente y siguiendo a Álvarez, M., (1998),
podemos preguntarnos ¿qué pueden aportar los modelos de calidad total
a los centros educativos con voluntad de cambio?
• Una sensibilidad especial hacia los procesos considerados como
elementos claves del aprendizaje y de la calidad.
• Un planteamiento de carácter solidario que se expresa en gano-
gano, el principio fundamental de la colaboración y del trabajo en
equipo.
• Una metodología que se fundamenta en la autoevalución para
detectar los puntos fuertes del centro y las áreas de mejora.
• Una estrategia de solución de problemas basada en los equipos de
mejora constituidos por los propios trabajadores (profesores y personal
no docente), que desde el conocimiento de la realidad y de los
problemas del centro, a través de los datos que les proporcionan las
autoevaluaciones, analizan, estudian y proponen soluciones.
• Un liderazgo compartido que facilita a los profesores y personal no
docente ejercer el liderazgo responsable del cambio en los distintos
espacios interdisciplinares del centro.
• Una filosofía de la participación centrada en la consecución de
resultados que incentivan al equipo que los ha conseguido.
• Una concepción de la empresa de servicio centrada en la
satisfacción del cliente como protagonista de todos los procesos que se
generan en la vida del centro.
• Una estrategia de motivación como punto de partida para el
desarrollo y crecimiento profesional de los docentes.
De aquí que el cambio en el ámbito de la educación se combina con la
capacidad de tener una conducción con agradable y adecuado liderazgo,
con capacidad de visión, actualización, profesionalización y relaciones
humanas efectivas, afectivas y maduras.
Conciencia y
Actitudes y sensibilidad
creencias
CAMBIO
DURADERO
Ideas rectoras (aprendizaje profundo)
Aptitudes y
capacidad
ACCION
(arquitectura
Innovaciones en organizacional)
infraestructura Teoría, métodos
y herramientas
A. MOTIVAR
Este aspecto es muy importante para el trabajo del director, aunque
diferente y complejo en relación al trabajo motivacional que poseen las
empresas o grupos de trabajos especiales.
Es importante el factor del éxito. Siempre el docente desea que su
trabajo con sus educandos sea eficiente y los resultados positivos son un
aliciente profesional importante. Los factores de los recursos y el clima
positivo permiten el desarrollo de la actividad escolar adecuada.
El clima relacional positivo permite dedicar las energías a los
educandos de una manera más directa. En este aspecto el director líder
debe ser capaz de reconvertir los conflictos y controlar la dinámica
neurótica de los que lo producen.
El reconocimiento por el trabajo realizado por parte de la autoridad
institucional es importante. Toda persona desea que se le tenga en
cuenta y se valore la labor que realiza. Sentirse bien, a gusto y con
sentido de pertenencia hacen del trabajo educativo un incentivo
profundo; a nadie le gusta ser un número en el registro de las personas,
sino más bien lo contrario, estar en la nómina pero ser tenido en cuenta
no por el número que tiene sino por el desempeño laboral que posee.
Ser respetado en su autonomía profesional, que sabe desempeñar su
tarea con criterios educativos responsables. Este aspecto supone
combinar tres elementos muy difíciles de lograr: la autonomía
profesional, el trabajo en equipo y la necesaria supervisión del mismo. Es
buena la autonomía cuando va acompañada de un seguimiento
adecuado que valora el trabajo que el docente está realizando.
Son importantes los apoyos externos e internos. Hoy en día es
imposible que el docente pueda responder a las problemáticas que se
plantean en el desarrollo extraescolar de tipo social o psicopedagógico.
El director debe proporcionar a sus docentes los medios y apoyos
externos necesarios para su trabajo áulico que gratifiquen su desempeño
profesional educativo.
Reconocer los resultados del trabajo, la disponibilidad y la capacidad
de innovación de aquellas personas que hacen un esfuerzo por el
crecimiento profesional. Es lo que se denomina la consecución de los
resultados de calidad.
Conclusión
El trabajo ha sido desarrollado teniendo en cuenta un desafío inmenso
en estos momentos para el conjunto de la sociedad en donde estamos.
Los presupuestos sociales anteriores no están seguros, las estructuras
habituales con las que nos encontrábamos están deformadas y en
peligro de extinción o, sino es así, al menos se encuentran
desestabilizadas. A modo de ejemplo vale citar la familia como un
modelo tradicional en la sociedad hoy venido a menos, desorganizado o
con una nueva organización y con integrantes nuevos que condicionan el
hábitat normal de crecimiento.
No sólo en el punto social hay modificaciones, en el campo científico
los avances dados han otorgado a los diversos ámbitos del saber un
progreso impensable, permitiendo proponer objetivos nuevos y proponer
posibles soluciones a los problemas de la humanidad.
Este panorama mundial y local ubican a la tarea educativa en un
campo indispensable de replanteo y reestructuración. No siempre es
fácil ni posible, no por los actores que en muchos casos están dispuestos
a sacrificar y modificar sus estructuras de trabajo, sino más bien por las
políticas que marcan el cambio o la rigidez de formación. No basta la
buena voluntad para el trabajo en educación y el gustar realizar cierta
acción; la profesionalidad es indispensable, adecuar los contenidos y
estrategias de enseñanza es fundamental cuando hablamos de
educación, el seguimiento de cada uno de los educandos y acertar en los
procesos de aprendizaje es una tarea que no se puede desconocer. El
ámbito de influencia e implicancia de la tarea en el aula ha sido
ensanchada sobremanera, lo cual no puede ni debe ser desconocido. Sin
embargo las políticas de cambio educativo no responden a los tiempos ni
a las demandas de los actores principales: los estudiantes. Habría que
repensar una forma de subsidiar o ayudar a la educación fomentando
una capacitación docente adecuada y una formación de base que no sea
simplemente una tercera o cuarta posibilidad de elección, sino un
encantamiento por dotar a la sociedad de un mejor y más amplio sentido
de cultura, no con un marco competitivo de remuneración lucrativa sino
de esmero humano por construir un grupo social más humano y más
cercano.
El líder en la escuela se transforma en una persona importante y
actuante, no podemos ignorar su función y misión. Su realidad ha
cambiado respecto a la realidad anterior, no se lo considera un
privilegiado o un elegido para esta actividad, hay que aprender y saber
sobrellevar las nuevas actuaciones, aprender a ser líder y a promover el
movimiento en una estructura escolar.
No bastan los modelos para trabajar el concepto de líder; ellos sirven
para ubicar el desarrollo y desempeño de cada una de las personas que
ejercen un trabajo de dirección, pero cada una de ellas tendrá en su
poder una guía que permitirá encontrar una orientación reflexiva sobre
su vivencia.
A N E X O
Cuadro N° 1
Cuadro N°2
Cuadro N°3
TÉRMINO DEFINICIÓN
Cuadro N° 4
R E F E R E N C I A S
MARCHESI, ÁLVARO; MARTIN, ELENA (2000). Calidad de la enseñanza en tiempos de cambio. Madrid,
Alianza Editorial.
SENGE, PETER; ROBERTS, CHARLOTTE, ROOS, RICHARD; SMITH, BRYAN, KLEINER, ART (1998). La quinta
disciplina en la práctica. Cómo construir una organización inteligente. Barcelona,
Ediciones Granica.
N O T A S
1
Conviene tener un glosario de palabras claves que expliciten las terminologías utilizadas en
este campo de análisis. Véase el cuadro N° 3 del anexo.
2
Marchesi, A.; Martín, E. (2000), pgs. 100-102.
3
Idem, pgs. 104ss.
4
Cfr. Álvarez, M., (1998). Op. Cit. p. 55.
5
“No existe ningún tipo de dirección cuya bondad dependa de la persona que lo ejercita. Lo
que sí existe son distintos momentos condicionados por el ambiente organizacional a los que
hay que aplicar distintos modos de relación y de liderazgo. ÁLVAREZ, M. Op. Cit., p. 56.
6
Con un subrayado especial se puede decir que “El liderazgo es diferente cuando se ejerce
sobre un personal que se ha liberado del miedo, las falsas esperanzas, los ascensos, el tratar
de impresionar al jefe; cuando lo que interesa es la calidad, la satisfacción del cliente y no la
del jefe, pues ésta será la que dará de comer al jefe y al subordinado”. ÁLVAREZ, M. (1998).
Op. Cit., p. 63.
7
ÁLVAREZ, M. (1998). Op. Cit., p. 65.