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Geotecnia
Conocimientos Generales
Walter I. Paniagua
Junio, 2016
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CONTENIDO
1 Geología
1.1 Vulcanismo, tectónica y sismicidad
1.2 Geomateriales: origen, tipos de rocas y de suelos
1.3 Exploración y muestreo de los geomateriales: métodos directos e indirectos
2 Comportamiento de suelos
2.1 Clasificación de suelos a través de SUCS
2.2 Esfuerzos totales, efectivos y presión de poro
3 Mecánica de suelos
3.1 Resistencia al esfuerzo cortante de los suelos: pruebas de campo y de laboratorio
3.2 Deformación inmediata y diferida de los suelos: pruebas de campo y laboratorio
3.3 Empuje de suelos sobre elementos de retención
3.4 Estabilidad de taludes en suelos
4 Cimentaciones
4.1 Tipos de cimentaciones
4.2 Capacidad de carga de cimientos superficiales
4.3 Capacidad de carga de cimientos profundos
4.4 Asentamientos inmediatos y diferidos, en cimientos superficiales
4.5 Asentamientos inmediatos y diferidos, en cimientos profundos
Bibliografía
2
1 Geología
A través de la historia geológica, y con más o menos regularidad, se han ido fundiendo masas de
rocas en el interior de la corteza terrestre. Parte de la roca fundida, se abre paso hacia la
superficie a través de las rocas que la cubren, escurre o es expelida sobre el terreno, donde
nuevamente se convierte en roca sólida. La actividad ígnea consiste en movimientos de la roca
fundida dentro y fuera de la corteza terrestre; incluye también la diversidad de efectos asociados
a estos movimientos.
En algunas áreas salió la roca fundida a través de extensas fisuras en la superficie de la Tierra.
Esta actividad, llamada erupción de fisura, origina grandes mesetas. En otros lugares, la roca
fundida escapó del interior a través de conductos, alrededor de los que se acumuló el material
eyectado, formulando los conos terrestres que conocemos como volcanes.
Un volcán consiste en el apilamiento sobre la superficie terrestre del material ígneo arrojado
desde el interior del globo y que se acumula alrededor de uno o varios conductos o respiraderos
durante erupciones sucesivas pudiendo crecer en tamaños, hasta convertirse en una montaña.
Normalmente tiene la forma de un cono con una depresión en la cima, que puede ser un cráter o
una caldera.
Las erupciones volcánicas varían desde los relativamente quietos escurrimientos de lava, hasta
las explosiones violentas, acompañadas con lluvias de restos volcánicos. Si el magma que
alcanza la superficie no encuentra obstruida su vía de escape, fluye mansamente.
Los fragmentos arrojados por las explosiones eruptivas y depositados después sobre el terreno se
llaman productos piroclásticos. El material piroclástico se compone de polvo, ceniza, bloques,
bombas, escorias y pómez.
Uno de los aspectos para el estudio del riesgo sísmico es la caracterización de las fuentes de los
mismos. La tectónica de placas explica la distribución de la sismicidad a escala global,
permitiendo distinguir entre zonas sísmicamente activas, y zonas relativamente estables, situadas
en el interior de las placas. Dentro de las áreas sísmicas, las fuentes concretas de los terremotos
superficiales son estructuras geológicas definidas, las fallas, cuya actividad tectónica es
responsable de la liberación de energía durante el sismo. Las fallas sísmicas se diferencian de las
asísmicas por el comportamiento mecánico de los materiales, los mecanismos de deformación y
el régimen de desplazamiento. El comportamiento de los materiales en las fallas sísmicas es de
tipo frágil.
Un sismo es una vibración de la superficie del suelo, debida a una perturbación temporal del
equilibrio elástico o gravitacional de las rocas en o bajo la superficie. Esta perturbación genera
impulsos elásticos u ondas.
La energía liberada por una falla como ondas sísmicas representa un porcentaje bajo de la
energía implicada en la rotura, en la deformación del material de falla y en la generación del
desplazamiento durante el proceso de deslizamiento.
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El foco del terremoto es el punto donde se inicia la rotura, y desde éste la rotura y deslizamiento
se propagan lateralmente. La energía acumulada determina el tamaño de la superficie de rotura y
la magnitud del desplazamiento. Estos dos parámetros dan lugar al momento sísmico y a la
magnitud del terremoto.
Como el ingeniero civil tiene que utilizar materiales de la corteza terrestre, cualquiera que sea la
construcción que emprenda, es esencial que conozca algo sobre sus propiedades, estructura y
existencia.
En términos generales, las rocas son agregados de minerales. Las principales excepciones son los
cristales de roca y los carbones. El término no sólo se refiere a los materiales coherentes y de
naturaleza consolidada, sino también a los materiales no consolidados ni cementados, que se
presentan como arcilla, arena, limo, grava. Las propiedades de las rocas, así como su estructura,
dependen del medio en que se han originado y de los factores del medio que les han afectado
posteriormente.
Las rocas que se han solidificado a partir de una solución fundida se llaman rocas ígneas; una
vez que aparecen sobre la superficie, sufren el ataque de agentes como el agua, el oxígeno y los
cambios de temperatura. El proceso de desintegración y descomposición de las rocas se llama
intemperización. A causa de este fenómeno pueden reducirse a un material suelto, y quedan
expuestas a su movilización por el viento, el agua, el hielo o los organismos vivos. Si son
movilizadas tienen que llegar a depositarse de nuevo, dando origen a las rocas sedimentarias.
Durante la intemperización y la movilización algunas porciones son transportadas en solución, y
pueden dar origen mas tarde a precipitados formando sedimentos, vetas, cementaciones de
materiales fragmentados, o permanecer en solución, como ocurre con las sales del mar.
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Fig 1. Ciclo de las rocas
Los productos de la destrucción de rocas se encuentran dispersos por toda la tierra. Cuando la
composición o estructura de la roca cerca o en la superficie terrestre se altera por agentes físicos
o químicos, resultado de procesos atmosféricos, se dice que la roca está intemperizada. Los
agentes atmosféricos son esencialmente aire y agua. El proceso de intemperización se subdivide
entre aquellos que causan desintegración, y aquellos que causan descomposición.
La desintegración se refiere al proceso de intemperismo de las rocas por agentes físicos, como
cambios de temperatura, congelamiento y descongelamiento, el efecto físico de plantas y
animales. La descomposición se refiere a los cambios en las rocas debidos a agentes químicos,
como la oxidación, hidratación, carbonatación y los efectos químicos de la vegetación.
La forma en que las rocas se destruyen por procesos de intemperismo depende en buena medida
de las condiciones climáticas. Las rocas se intemperizan predominantemente por descomposición
en climas húmedos y calientes; por desintegración en climas calientes y secos; por una
combinación de desintegración y descomposición en climas templados; la expansión del agua
congelada causa desintegración en climas fríos y secos, como en los polos. Se mencionan
algunos tipos de suelos, de acuerdo a su proceso de formación.
Suelos y depósitos eólicos. Suelos formados por el viento, que se pueden dividir en loess (de
origen glaciar o desértico) y en dunas de arena. El loess está formado por limos mal graduados, o
arcilla; en general es muy poroso y con baja o moderada plasticidad. Al entrar en contacto con el
agua, puede ser un suelo colapsable. La arena suelta en planicies generalmente es transportada
cerca de la superficie del suelo, y si se detiene su movimiento, se deposita en forma de dunas. La
altura de las dunas está entre pocos metros hasta 60m o más. La pendiente en la cara que da al
viento es pequeña, entre 5 y 12° con respecto de la horizontal. La pendiente en el otro sentido
alcanza un ángulo de hasta 34°. La arena de duna es un material uniforme, generalmente
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consistente de pequeños fragmentos de cuarzo con algo de mica. La migración de las dunas es un
problema frecuente, en la construcción y mantenimiento de caminos.
Suelos aluviales. Suelos erosionados, acarreados y depositados por el agua. Al inicio del
movimiento de materiales, es común encontrar boleos y grava gruesa, con un mínimo de material
fino. A una distancia mayor del lugar de erosión original, se encuentran suelos con tamaños
menores; generalmente se encuentran estratificados. Estos depósitos son una buena fuente de
materiales gruesos para construcción (como agregado de concreto) o material permeable para
caminos. Estos suelos presentan problemas en la construcción de apoyos para puentes, debido a
la socavación y en general ofrecen una capacidad de carga baja.
Para diseñar cualquier estructura en ingeniería civil se requiere en primer lugar conocer
adecuadamente las condiciones del suelo en el sitio de la obra, y cuando las estructuras sean de
tierra y/o enrocamiento habrá que inspeccionar cuidadosamente las posibles fuentes de
abastecimiento de materiales.
Exploración. En la tabla 1 se resumen las principales actividades y pruebas que deben llevarse a
cabo al hacer un estudio geotécnico completo para una estructura o conjunto de estructuras
importantes. Mientras más pequeño sea el proyecto tendrán que desarrollarse un número menor
de actividades de las presentadas en la tabla 1.1.
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Tabla 1.1, Exploración de suelos
Sondeos. Un sondeo es una perforación vertical, inclinada u horizontal hecha en el subsuelo para
obtener muestras de suelo o roca y consecuentemente determinar la estratigrafía y las
propiedades físicas de los materiales. El procedimiento que se sigue al hacer un sondeo consta
básicamente de dos operaciones: (1) perforar hasta la profundidad a la que se desea tener una
muestra, y (2) muestrear el suelo o la roca. La gran diversidad de los materiales térreos y rocosos
existente en la naturaleza ha obligado a que se desarrollen diversas técnicas y equipos de
exploración y muestreo.
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Fig 2. Equipo para sondeos
Al perforar para hacer un sondeo se presentan siempre dos problemas: la caída de las paredes del
pozo y la expansión del fondo, con el consiguiente reblandecimiento del suelo por muestrear. La
susceptibilidad de las paredes de un pozo a caerse depende del material en el que se ha
perforado, de la profundidad del pozo y de las condiciones hidráulicas subterráneas. Para
estabilizar las paredes, generalmente (1) se adema el pozo con tubería de acero o (2) se trabaja
con lodo bentónico. En caso de utilizarse lodo, cuando se muestre bajo el nivel freático, el fluído
debe llenar el pozo hasta por lo menos dicho nivel para evitar la expansión del fondo.
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Muestreo. Los muestreadores pueden dividirse en dos grandes grupos, dependiendo del grado de
alteración que sufre el suelo al ser muestreado. En general, las muestras se agrupan en alteradas e
inalteradas, aunque debe aclararse que no pueden obtenerse muestras realmente inalteradas dado
que al penetrar cualquier muestreador en el suelo, no importa cuán delgado sea, se altera el
material.
Una muestra alterada puede definirse como aquella que contiene todos los elementos
constitutivos del material en el sitio, pero que ha sufrido alteración de su estructura a tal grado
que si se determinaran en el laboratorio las propiedades mecánicas del suelo no serían
representativas de las condiciones del material in situ. Estas muestras se obtienen para realizar
pruebas de identificación del suelo como clasificación visual y al tacto, contenido de agua,
distribución granulométrica, límites de consistencia y densidad de sólidos, preferentemente.
También se usan para preparar especímenes compactados en el laboratorio y conocer a través de
ellos las propiedades de permeabilidad, resistencia y compresibilidad de materiales que hayan de
usarse en estructuras térreas.
Una muestra inalterada es aquella que se obtiene empleando muestreadores diseñados para
preservar tanto como sea posible la estructura natural de suelo in-situ al ser muestreado. Estos
testigos son útiles para conocer la permeabilidad, la resistencia y la compresibilidad de
materiales sobre los que vaya a desplantarse alguna estructura y por su puesto también pueden
determinárseles cualquier propiedad índice de las mencionadas en el párrafo anterior.
Tubo partido o liso de pared gruesa (penetrómetro estándar). Este muestreador está compuesto
por, Fig. 3: (1) una zapata de acero endurecido, (2) un tubo intermedio que puede ser partido
(dos medias cañas) o entero, en cuyo caso se identifica como tubo liso, y (3) una cabeza
muestreadora. Se le conoce con el nombre de penetrómetro estándar, ya que se utiliza en la
prueba de penetración estándar, SPT. Se hinca a golpes en el suelo y rescata muestras alteradas;
el campo de aplicación lo constituyen las arenas, aunque también se emplea con reserva en
suelos cohesivos.
Los resultados de esta prueba se relacionan indirectamente con algunas propiedades físicas de los
suelos; en la tabla 2 se encuentran algunas de estas correlaciones, así como en la fig. 4. Debe
tenerse en cuenta que las diferencias entre las propiedades de los suelos de un cierto lugar y los
valores conservadores de la tabla 1.2 pueden ser grandes, por lo que es preferible comparar
directamente con resultados de pruebas realizadas con material del sitio. La correlación para
arcillas debe considerarse sólo como una guía, pero la de las arenas se usa frecuentemente para
diseñar cimentaciones a partir de los valores de N.
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Fig 3. Tubo liso o partido para prueba de penetración estándar
En arenas finas o limosas en estado compacto o muy compacto pueden obtenerse valores de N
extremadamente grandes por las características de falla de estos materiales. Por lo tanto, en estos
suelos los valores de N deben tomarse conservadoramente.
Por otro lado, el valor de N en suelos granulares se ven influenciado en cierta medida por la
profundidad a la que se realiza la prueba. A mayor profundidad el confinamiento es mayor y los
valores de N indicarían aumento en la compacidad relativa que realmente no se da. Si se
considera como patrón de comparación el valor de N a una profundidad a la que el esfuerzo
efectivo 0, es 1 kg/cm2, el factor de corrección a tomarse para profundidades está dado por:
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Cn 0.77log para 0 0.25kg/cm 2 (1.1)
0
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Fig 4. Relaciones entre N y algunas propiedades de los suelos
Tubo de pared delgada (Shelby). Este es el muestreador más comúnmente usado en México para
obtener muestras inalteradas. El muestreador, mostrado en la fig. 5, consiste en un tubo metálico
de pared delgada conectado a una cabeza muestreadora. Esta puede ser de diversos tipos: de
balín, de pistón o con válvula check y tiene dos o más agujeros por donde se desaloja el fluido de
perforación o el aire entrampado en el muestreador. Usualmente el tubo es de 1 m de largo y de
1.5 a 3.0 mm de espesor y debe estar achaflanado exteriormente en el extremo inferior y además
ser ligeramente abocinado de tal manera que el diámetro del filo con el que corta el suelo sea 0.5
a 1.5 % menor que el diámetro interior del tubo. La relación de áreas, Ra debe de ser menor que
el 13% y preferentemente menor que 10%, entendiéndose por Ra :
De Di 2
Ra 100 (1.2)
Di 2
donde De y Di son los diámetros exterior e interior del tubo, respectivamente. En México se usan
de preferencia tubos de 3 y 4 pulgadas de diámetro exterior.
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Fig 5. Tubo de pared delgada (shelby)
El tubo shelby se usa para muestrear suelos cohesivos de consistencia suave a firme,
principalmente. El muestreo se hace hincando el tubo en el suelo por medio de los gatos
hidráulicos de avance de la perforadora a razón de 5 a 10 cm por segundo. Es conveniente
hincarlo 80 cm como máximo para permitir que el azolve que haya quedado en el pozo ocupe el
espacio restante sin comprimir la muestra. Después de hincado el tubo deberá esperarse 1-2 min
antes de subirlo a la superficie con el fin de permitir que el suelo se adhiera a la pared interior del
muestreador y no se escape durante la extracción. Una vez en la superficie, se desacoplan el tubo
y la cabeza muestreadora, se retira por la boca superior el azolve y se sellan los extremos del
tubo con una mezcla de parafina y brea para preservar el contenido de agua de la muestra.
Tubo rotatorio dentado. Este muestreador es un tubo de pared delgada con dientes de sierra en el
extremo inferior, que opera a rotación. Es decir, se trata de un tubo igual al shelby, salvo que
tiene ocho dientes de corte dispuestos simétricamente (fig. 6), que miden de 0.8 a 1 cm de altura
y 3 cm de base; la sierra se forma con un diente recto y otro doblado 0.2 cm hacia el exterior, con
objeto de reducir la fricción entre el muestreador y el suelo.
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Fig 6. Tubo de pared delgada dentado
El campo de aplicación de este muestreador lo forman las arcillas muy consistentes, las arenas
cementadas de compacidad media, así como las arenas prácticamente limpias. Sin embargo, en el
último caso la estructura de la muestra sufre alteraciones significativas, de tal manera que no se
obtienen muestras inalteradas. Funciona en suelos en los que el Denison también es adecuado,
pero tiene la ventaja de que su operación es muy simple y su costo es mucho menor; sin
embargo, no es recomendable usarlo en limos quebradizos porque altera notablemente la
muestra.
Barril Denison. Este muestreador consta de dos tubos concéntricos montados en una cabeza con
baleros; el tubo interior, de pared delgada no gira, solo recibe la muestra por presión al avanzar
la herramienta; el exterior, de pared gruesa es el que gira y lleva la broca que labra la muestra
para que penetre en el interior de pared delgada. Durante el muestreo se inyecta agua o lodo que
circula entre los dos tubos, enfriando así la broca acoplada en el extremo inferior del tubo
externo.
Con este equipo de obtienen muestras inalteradas de arcillas duras, limos compactados o
cementados, suelos con pocas gravas, donde el tubo shebly no puede penetrar.
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Fig 7. Barril Denison
Cono dinámico. En la fig. 8 se presenta un penetrómetro sencillo que se usa generalmente para
investigar la compacidad relativa de arenas y gravas. Consiste en un cono que entra libremente
en la parte inferior de la primera barra de perforación. Se hinca en el suelo con una energía
constante y se cuenta el número de golpes necesarios para que la herramienta avance 30 cm.
Después de alcanzada la máxima profundidad de exploración se retira la sarta de perforación
dejando el cono ahí.
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Los resultados de estas exploraciones pueden compararse con los valores de N obtenidos de
sondeos cercanos para aprovechar las correlaciones empíricas establecidas entre N y la
compacidad de depósitos granulares, tabla 2 y fig. 4. En la fig. 8 se presenta una comparación de
este tipo, obtenida durante la exploración de un depósito.
Cono estático o cono holandés. Existen dos tipos de conos que se usan comúnmente: el cono
holandés y el cono eléctrico, de los cuales existen a su vez varios modelos. Como la tendencia
generalizada es la de usar cada vez más el cono eléctrico por sus múltiples ventajas sobre el
mecánico, en lo que sigue se habla sólo de este aparato.
En la fig. 9 se muestra un corte de un cono eléctrico. El aparato consta básicamente de: (1) una
punta cónica de 60 grados y 36 mm de diámetro (10 cm 2 de área transversal en la base); (2) una
funda de fricción de 36 mm de diámetro exterior y 150 cm 2 de superficie lateral: (3) una pieza
instrumentada con galgas extensométricas (strain gages) para medir la resistencia que ofrece el
suelo al paso del cono.
El cono se hinca en el suelo a razón de 1-2 cm/seg por medio de un sistema de gatos hidráulicos.
Existen máquinas diseñadas exclusivamente para este trabajo, pero también pueden usarse
perforadoras convencionales de suelos si la resistencia esperada no es grande; en este último
caso, se emplean barras comerciales de perforación EW ( 34.9 mm) de 5 pies de longitud.
Los resultados del cono se emplean principalmente para: (1) conocer indirectamente la
estratigrafía de un sitio y los valores relativos de resistencia entre los diversos sub-estratos, (2)
determinar la resistencia al corte del suelo en condiciones no drenadas Cu con base en
correlaciones empíricas Cu – qc del lugar, y (3) calcular la capacidad de carga de cimentaciones
profundas con base también en correlaciones empíricas y locales.
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Fig 9. Cono estático eléctrico
qc
cu (1.3)
Nk
Se han propuesto diversos valores de Nk; según la mayoría de los resultados publicados varía
entre 10 y 25. En los estudios hechos en la arcilla del Valle de México, se obtuvo que Nk=13 si la
resistencia se mide en prueba triaxial UU.
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Fig 10. Perfil de resistencia de punta de cono eléctrico (qc) con la profundidad
Método geosísmico de refracción total. Consiste en determinar el tiempo de arribo de las ondas
sísmicas longitudinales o de compresión y transversales o de corte, generadas perturbación del
terreno (explosión o impacto), a geófonos captadores que envían su señal a un sismógrafo
receptor, fig 11; con esta información se calcula la velocidad de propagación de las ondas.
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Interpretar la estratigrafía del sitio
Predecir la clasificación de los suelos y rocas
Deducir el módulo elástico dinámico del medio.
Edin (1 )
VL (1.4)
(1 ) (1 2 )
Edin
VT (1.5)
2 (1 )
)
donde:
La principal aplicación de este método puede ser la de determinar la profundidad de la roca bajo
un depósito aluvial de difícil exploración directa.
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Tabla 1.3, Intervalo aproximado de la velocidad de onda longitudinal
para diversos materiales representativos
Material Velocidad (m/s)*
Suelo 170 – 500
Arcilla 1000 – 2800
Arcilla arenosa 975 – 1100
Arcilla arenosa cementada 1160 – 1280
Limo 760
Arena seca 300
Arena húmeda 610 – 1830
Aluvión 550 – 1000
Aluvión (terciario) 800 – 1500
Aluvión profundo 1000 – 2360
Depósito glaciar 490 – 1700
Dunas 500
Loess 375 – 400
Lutita 1800 – 3800
Arenisca 2400 – 4000
Marga 3000 – 4700
Creta 1830 – 3970
Caliza 3000 – 5700
Dolomita 5000 – 6200
Evaporita 3500 – 5500
Granito 4000 – 5600
Gneis 5100 – 7500
Esquisto o pizarra 2290 – 4700
Roca ígnea del basamento 5500 – 6600
Agua (dependiendo de la temperatura y contenido de 1430 – 1680
sales)
Se han desarrollado varias técnicas de operación; dentro de ellas, la más utilizada debido a su
sencillez es la denominada como método de Wenner, en el cual se usa un arreglo a través de
líneas de observación sobre el terreno en estudio.
Definir la estratigrafía
Por correlación, clasificar los suelos y rocas del sitio
Definir la posición del nivel freático
La expresión es la siguiente:
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V
pa 2 h
I (1.5)
donde:
pa resistividad aparente a la profundidad h , en ohm-m
h distancia entre electrodos, en m
I intensidad de la corriente, en amperes
V diferencia de potencial, en volt
* Nota: Los valores de resistividad eléctrica presentados en esta tabla se deben considerar como
indicativos, ya que algunos de estos materiales son afectados por la presencia de fluidos con
composición química diferente.
Comentarios. El diseñador debe tener un buen conocimiento de los problemas que comúnmente
se presentan al explorar en subsuelo y de las herramientas existentes para la realización de estos
trabajos. Sin embargo, ingenieros especialistas en mecánica de suelos, mecánica de rocas o
geología son los requeridos para planear, conducir y supervisar los programas de exploración del
subsuelo.
Con el fin de minimizar los costos de un proyecto, es muy deseable que al tiempo de llevar a
cabo una campaña de exploración y muestreo se obtenga información adicional que sea necesaria
en caso de que haya que excavar, construir muros de contención, bombear agua del subsuelo, etc
durante la construcción de la cimentación. Además, es conveniente conocer cómo están
cimentadas las construcciones vecinas y dónde se localizan las líneas de drenaje, telefónicas, de
gas, etc. que pudieran ser afectadas durante la construcción.
Es necesario que las personas que construyen, supervisan e inspeccionan una obra cuenten con la
información de la exploración del subsuelo y que conozcan las suposiciones de diseño de la
estructura. Así en caso de que las condiciones del subsuelo se aparten de las hipótesis de diseño
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el constructor podrá informar inmediatamente al responsable del diseño para modificar el
sistema constructivo en caso extremo. Si la cimentación es de tipo profundo-pilotes o pilas será
necesario que la relación que siempre debe existir entre el proyectista y el personal del campo se
estreche para asegurarse que las condiciones del subsuelo sean consistentes con las previstas.
En muchos casos se requerirá observar la expansión de una excavación, medir la variación de los
niveles piezométricos o de presiones de poro en el agua del subsuelo, medir deformaciones
laterales del suelo, asentamientos de construcciones vecinas o de calles circundantes, etc. como
parte de la investigación del subsuelo debe planearse la ejecución de estas observaciones y
mediciones, la comunicación de los resultados a los responsables de la edificación y la
interpretación conjunta de los mismos durante y después de la construcción.
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2 Comportamiento de suelos
En lo que sigue se usará la siguiente nomenclatura para definir algunas propiedades de los
suelos, pesos y volúmenes, de acuerdo con el esquema que a continuación se presenta.
Pesos volumétricos. Todo peso volumétrico corresponde a una relación entre un peso W y un
volumen V. En este caso el volumen es el de una muestra de suelo y el peso es variable.
Wt
(2.1)
Vt
Peso volumétrico seco. En este caso el numerador está dado por el peso de los sólidos
únicamente.
Ws
(2.2)
Vt
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Peso volumétrico sumergido. Los suelos situados bajo el nivel freático ven reducido su peso
volumétrico por el empuje hidrostático, de tal manera que
` w (2.3)
El peso volumétrico de los suelos () varía entre 1.1 y 2.4 ton/m3. Cercanos al límite inferior se
encuentran suelos volcánicos como la arcilla de la Cd. de México, en tanto que en 1a parte alta
de la escala se encuentran suelos arenolimosos y arenoarcillosos con grava compactados.
Contenido de agua. Es la relación entre el peso del agua y el de los sólidos, expresada en
porcentaje:
Ww
x100 (%) (2.4)
Ws
Para determinar se seca la muestra de suelo en un horno durante 20 – 24 hrs a una temperatura
de 110 5 ºC. Así, se tienen el peso inicial húmedo del material ( Wt ) y el peso de los sólidos (
Ws ) y se puede calcular
Wt Ws
x100 (2.5)
Ws
El contenido de agua varía entre limites muy distantes; en arenas se encuentra entre 10 y 30%
comúnmente, mientras que en arcillas preconsolidadas pueden encontrarse = 10% y en arcillas
de alta plasticidad y en proceso de consolidación como las de la Cd de México es común
encontrar 400 % < < 600%.
VV
e
VS (2.6)
Para conocer el valor de e se necesita labrar una muestra de suelo de volumen conocido ( Vt ).
Después se deja secar en horno a temperatura constante de 110 5º C. durante 20–24 hr para
conocer el peso de los sólidos ( Ws ). El volumen de sólidos ( Vv ) y el peso correspondiente se
relacionan así:
WS
VS
SS w (2.7)
Vt Vs
e
Vs (2.8)
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En la práctica e varía entre 0.25 para arenas muy compactas y 15 en el caso de arcillas altamente
compresibles. En las arcillas de la Cd de México la relación de vacíos varía entre 4 y 10
preferentemente.
Grado de saturación. Se llama grado de saturación a la relación entre el volumen de agua de una
muestra y el volumen no ocupado por los sólidos, o sea, el volumen de vacíos: se calcula como
Vw
S x100 (%) (2.9)
Vv
En la práctica se considera que todos los suelos que se hallan bajo el nivel freático están
totalmente saturados (S=100%). En los suelos que se hallan sobre el NAF el grado de saturación
varía entre 0% (suelo seco) y casi 100%
Densidad de sólidos. El peso específico relativo de los sólidos, mejor conocido como densidad
de sólidos, se calcula como
Ws
ss w (2.10)
Vs
Por lo tanto
El peso del agua desplazada por los sólidos es Ww Vs w y por definición igual a Ww Ws / s s .
Entonces
Ws
Wbws Ws (2.11)
ss
Ws
ss (2.12)
Wbw Ws Wbws
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La densidad de sólidos de la mayoría de los suelos se encuentra entre límites cercanos (2.2 a
3.0). En suelos con abundante hierro S S es cercana a 3, mientras que en suelos orgánicos como
la turba pueden hallarse S S tan bajas como 1.5. En las arcillas del Valle de México la densidad
de sólidos varía entre 2.02 y 2.04 en promedio.
emàx e
Dr x100 (%) (2.11)
emàx emìn
donde
En la tabla 2.1 se presenta la terminología usada en mecánica de suelos para identificar a los
suelos granulares en cuanto a su compacidad.
D r (%) Término
0 – 15 Muy suelto
15 – 35 Suelto
35 – 65 Medio
65 – 85 Compacto
85 – 100 Muy compacto
Debe hacerse notar que no hay un procedimiento estandarizado para determinar las relaciones de
vacìos mínima y máxima de un suelo granular y que es prácticamente imposible conocer la e del
suelo en estado natural. Por eso es que comúnmente se relaciona la compacidad de un estrato con
su resistencia a la penetración estándar, como se apuntó en el capítulo de exploración.
Granulometría de suelos gruesos (arenas y gravas). Esta prueba se hace con una muestra de
200 – 500 gr. de peso y se utiliza una serie de mallas de acero para hacer pasar el material a
través de ellas. Inicialmente la muestra se mezcla con agua y se hace pasar a través del tamiz #
200 (0.074 mm de abertura de la malla) para lavar el material fino menor que malla # 200 que
pueda estar adherido a las partículas gruesas. Después se secan las dos porciones resultantes, es
decir, tanto la de partículas mayores que la malla # 200 como la que contiene sólo material fino.
Una vez seco el material grueso, se hace pasar a través de una serie de mallas, y se pesa el
material retenido en cada una de ellas; si se dividen estos pesos entre el de la muestra total se
obtienen los porcentajes retenidos y sumando estos porcentajes puede dibujarse una curva
granulométrica como la de la fig. 2.2.
25
Fig 2.2, Curva granulométrica
Para clasificar el material grueso de acuerdo con el sistema unificado de clasificación de suelos
(SUCS) será necesario conocer su distribución.
D60
Coeficiente de uniformidad Cu
D10
(2.12)
( D30 ) 2
Coeficiente de curvatura CC
D60 D10
(2.13)
donde D se refiere al tamaño del grano o, mejor dicho, a su diámetro equivalente y el subíndice
(10, 30, 60) denota el porcentaje de material más fino o de menor diámetro que el del que está
referido al subíndice 10, 30 o 60. Nótense en la tabla anexa en la fig 2 los valores de D10 , D30 ,
D60 , C U y C C de la curva granulométrica presentada.
Límites de Atterberg. Los límites de Atterberg que se manejan en mecánica de suelos son los
siguientes (Fig 2.3):
Límite líquido. Es el contenido de agua por debajo del cual el suelo se comporta como un
material plástico y por encima del cual se comporta como un líquido viscoso (WL).
Límite plástico. Es el contenido de agua que marca la frontera entre el comportamiento no-
plástico y el plástico de un suelo (WP).
Límite de contracción. Es el contenido de agua por debajo del cual no se produce reducción
adicional de volumen o contracción del suelo al estarse secando éste (WC).
26
Fig 2.3, Límites de Atterberg
Para determinar en el laboratorio el límite líquido de un suelo fino se hace uso de la técnica de la
copa de Casagrande, fig. 2.4. La copa es un recipiente esférico de bronce o latón que gira
alrededor de un excéntrico y que se levanta y deja caer desde una altura de 1 cm a razón de 2
veces por segundo. El suelo se coloca en la copa y se le abre una ranura al centro, con las
dimensiones mostradas en la fig 2.4; se hace golpear la copa contra la base de micarta del
aparato y se cuenta el número de golpes para que la ranura se cierre en una longitud de ½
pulgada. Por definición, el límite líquido es el contenido de agua correspondiente a 25 golpes. De
hecho, el límite líquido se determina conociendo 3 o 4 contenidos de agua diferentes en su
vecindad con los correspondientes números de golpes y trazando la curva contenido de agua –
número de golpes (esc log) como se muestra en la fig 2.5. Los puntos deben encontrarse
sensiblemente sobre una misma recta, y entrando a la gráfica con 25 golpes se encuentra el valor
de WL buscado.
Conocidos los límites líquidos y plástico de un suelo puede calcularse el índice de plasticidad
como I p wL w p . Con estos datos se entra a la carta de plasticidad o de Casagrande para
definir el tipo de suelo ensayado, Fig 2.6. Dependiendo de la ubicación del resultado en la carta
se podrá decir que se trata de una arcilla de baja (CL) o de alta (CH) plasticidad o de un limo de
baja (ML) o de alta (MH) plasticidad, o en caso de que sea un suelo orgánico si éste es de baja
(OL) o alta plasticidad (OH); también puede tratarse de un suelo de doble simbología (CL-ML).
La arcilla del Valle de México se clasifica CH las más de las veces pero también puede caer en la
región MH; el límite líquido varía en promedio entre 400 y 600 %.
27
Fig. 2.4, Copa de Casagrande y ranurador
28
Fig 2.6, Carta de plasticidad
Sistema Unificado de Clasificación de Suelos (SUCS). En la fig. 2.7, se presenta el cuadro del
SUCS para la clasificación de suelos. En él se indican claramente qué características debe reunir
un suelo para clasificarse en cualquiera de los grupos que ahì se señalan. También se presentan
los procedimientos usuales de campo para la clasificación de los suelos.
29
Fig 2.7, Sistema Unificado e Clasificación de suelos (SUCS)
El esfuerzo se define como una carga dividida por el área sobre la que actúa. En ingeniería
geotécnica, un esfuerzo de compresión es considerado positivo y uno de tensión negativo.
z
(2.14)
30
Donde
σ esfuerzo total
γ peso volumétrico total del suelo
Para depósitos de suelos estratificados, con pesos volumétricos diferentes, el esfuerzo vertical
total es la suma de los esfuerzos de cada estrato individual.
La presión del agua en el suelo, o presión de poro, en una condición hidrostática, es:
u w zw
(2.15)
Donde
γw peso volumétrico del agua
zw profundidad bajo el nivel de agua en el suelo
Para los casos en que la presión de poro no tenga un régimen hidrostático, es posible hacer
mediciones en el sitio, utilizando piezómetros.
Conociendo el esfuerzo total y la presión de poro, es posible calcular el esfuerzo efectivo σ´:
´ u
(2.16)
31
3 Mecánica de suelos
En mecánica de suelos se estudian las condiciones de esfuerzo límite que causan la falla de los
suelos por fractura o por flujo plástico basándose en la teoría de Mohr-Coulomb, que consiste en
considerar que la resistencia de un suelo puede medirse por el esfuerzo cortante máximo que
puede soportar ese material y que a su vez es función del esfuerzo normal actuante en el plano en
el que ocurre la falla.
s c ´tan (3.1)
donde
32
En un estado de esfuerzos planos se tiene que:
1 3 1 3
x cos(180º 2 ) (3.2)
2 2
1 3 1 3
z cos 2 (3.3)
2 2
1 3
sen2 (3.4)
2
1 ( z x ) 2
1,3 ( z x ) 2 2 (3.5)
2 4
Supóngase que una muestra de suelo se somete a un estado de esfuerzos principales, todos
iguales a 3 , como se presenta en la fig. 3.2. La representación gráfica será un punto de abscisa
3 , fig 3.3. Si se incrementa el esfuerzo vertical 1 3 se obtendrá el círculo pequeño
de la fig 3.3; a este esfuerzo , que produce esfuerzos cortantes en la muestra, se le llama
esfuerzo desviador. Si se sigue aumentando el esfuerzo desviador llegará el momento en que la
muestra falle, cuando ( d ) f .
33
Fig 3.3, Representación gráfica del estado de esfuerzos de la fig. 3.2
Si otras muestras del mismo material se prueban con otras condiciones de esfuerzos iniciales, o
sea, diferentes 3 , y se llevan a la falla se obtendrá una serie de círculos de Mohr como los que
se presentan en la fig 3.4. En ella se muestra la envolvente de falla de todos los círculos, que
define el ángulo de fricción interna del suelo y la cohesión del material. Teóricamente la falla
ocurrirá en un plano cuya inclinación con respecto al plano donde actúa 1 es fig. 3.1:
45º (3.6)
2
1 3 1 3 1 3
n sen y cos (3.7, 3.8)
2 2 2
34
En la práctica, la manera más común de determinar la resistencia al corte de un suelo consiste en
ensayar una muestra cilíndrica a compresión triaxial en una cámara como la que se presenta en
las figs. 3.5 y 3.6. Los diámetros de las muestras varían entre 3.6 y 10.0 cm y su altura es de 2 a
2.5 veces el diámetro. La cámara triaxial consiste esencialmente de una base y una tapa de acero
inoxidable o aluminio, un cilindro hueco de lucita que forma las paredes de la cámara y un
vástago de acero que penetra por la tapa. La presión confinante se aplica generalmente con agua
a presión, que se hace entrar a la cámara por la base, fig 3.5. Durante la prueba puede permitirse
o no el drenaje de la muestra por los dos conductos mostrados en la fig 3.5, que conectan la base
y la cabeza de la muestra con dos válvulas de drenaje. El esfuerzo desviador se aplica por medio
de un marco de carga que transmite la fuerza al vástago y éste a la muestra.
35
Existen tres tipos de pruebas triaxiales, dependiendo de las condiciones de drenaje:
Consolidada – Drenada (CD). Al aplicar el esfuerzo confinante se permite que la muestra drene
para que se consolide. Después se aplica incrementalmente el esfuerzo desviador, permitiendo
que la presión de poro se disipe en cada incremento, es decir, con el drenaje abierto fig 3.7.
En las figuras 3.7 a 3.9 se muestran esquemáticamente los estados de esfuerzos totales, efectivos
y de presión de poro que ocurre en cada una de las pruebas, considerando que las muestras están
100% saturadas, y las envolventes de falla respectivas, tanto en términos de esfuerzos totales
como efectivos. Obsérvese que en condiciones drenadas (CD) se obtienen los parámetros c d y
d que son diferentes de los que se obtienen en una prueba CU, ccu y cu y también distintos de
los cu y u 0 . Es decir, dependiendo de las características de permeabilidad de un suelo y de la
velocidad de aplicación de la carga de falla o de las condiciones de drenaje, la resistencia al corte
podrá variar entre los resultados extremos de una prueba UU y de una prueba CD.
En la figura 3.11 se presentan los resultados de una serie de pruebas triaxiales CU.
Otro equipo sencillo para medir la resistencia no drenada es el torcómetro, fig 3.12, que consta
básicamente de un vástago, un resorte y unas hojas delgadas que se hacen penetrar en el suelo; el
equipo está calibrado de tal manera que el par aplicado al suelo se correlaciona con la resistencia
al corte del material. El valor de cu se lee directamente en la carátula superior del aparato.
36
Fig 3.7, Estado de esfuerzos y envolvente de falla de una serie triaxial CD
37
Fig 3.8, Estado de esfuerzos y envolvente de falla de una serie triaxial CU
38
Fig 3.9, Estado de esfuerzos y envolvente de falla de una serie triaxial UU
39
Fig 3.10, Estado de esfuerzos en una prueba de compresión simple
40
σc esfuerzo confinante
f contenido de agua final
peso volumétrico
Mi módulo tangente inicial
d )f esfuerzo desviador en la falla
41
Fig 3.12, Torcómetro
42
3.2 Deformación inmediata y diferida de los suelos: pruebas de campo y de laboratorio
1 2
S i qBI (3.0)
Eu
Donde
En campo, existen correlaciones entre las pruebas de penetración estándar y la de cono eléctrico,
y el valor del módulo, tabla 3.2. También es factible realizar pruebas de placa en campo, para
medir los asentamientos inmediatos durante la aplicación de la carga. La prueba se realiza cerca
de la superficie.
43
Tabla 3.2, Ecuaciones para el módulo de elasticidad, con pruebas de campo
Deformaciones diferidas por consolidación. Cuando se aplica una carga a una masa de suelo
fino totalmente saturado, éste experimenta una reducción en la relación de vacíos inicial y por lo
tanto un cambio de volumen, que ocurre en forma diferida. A este proceso se le llama
consolidación; se considera que tanto el agua como las partículas sólidas son incompresibles y
por lo tanto el asentamiento de la masa se debe exclusivamente a la expulsión del agua incluida
en los poros del suelo. El tiempo en el que transcurre este proceso depende fundamentalmente
del coeficiente de permeabilidad del suelo y de la longitud de la trayectoria que debe recorrer el
fluido expulsado.
44
Fig. 3.13, Esquema de un consolidómetro
Para hacer la prueba se labra una muestra cilíndrica insertándola en un anillo rígido de acero o
bronce de las siguientes dimensiones: 6 a 9 cm de diámetro y 2 a 3 cm de altura, fig 3.13. El
anillo con la muestra se coloca entre dos piedras porosas de diámetro ligeramente menor que el
del anillo. El conjunto se coloca después en la cazuela de un consolidómetro y se protege la
muestra para que no pierda agua durante la prueba. Por medio del marco de carga que forma
parte del consolidómetro se aplican cargas a la muestra, que se transmiten a través de una placa
metálica y un balín colocados sobre la piedra porosa superior. Con ayuda de un extensómetro se
miden las deformaciones de la muestra durante la prueba.
Las cargas se aplican en incrementos, permitiendo que cada carga actúe el tiempo suficiente para
que la velocidad de deformación de la muestra sea prácticamente nula (en general 24 horas).
Durante la aplicación de cada carga se registran las deformaciones de la muestra a los 7, 15, 30
seg, 1, 2, 4, 8, 15, 30 min y 1, 2, 4, 8, 24 horas de haber cargado la muestra. Así, una prueba de
consolidación dura entre 8 y 12 días, dependiendo de la cantidad de incrementos de carga que se
apliquen.
Los resultados de la prueba se presentan en forma de gráficas deformación- tiempo (esc log), fig
3.14, de cada incremento de carga y una curva de compresibilidad relación de vacíos-esfuerzos
(esc log), fig 3.15. En esta última puede determinarse cuál ha sido el máximo esfuerzo que ha
soportado el suelo ensayado en toda su historia (carga de pre consolidación, p c ), que no
necesariamente es igual al esfuerzo del material in-situ, o´ fig. 9. En caso de que o´ = p c se
dice que el suelo es normalmente consolidado, pero si p c > o´ se está en presencia de un suelo
preconsolidado. Como se trata de un asunto de fundamental importancia saber si un suelo es
normalmente consolidado o no, los incrementos de carga en la prueba de consolidación deben
aplicarse de tal manera que se defina claramente el quiebre entre la rama de recompresión y la
rama virgen en la curva de compresibilidad, fig 3.15.
45
Fig 3.14, Curva deformación-tiempo de una prueba de consolidación
De las curvas deformación-tiempo puede determinarse el tiempo para el que ocurre el 100% de
consolidación, como se muestra en el fig 3.16; de la misma forma puede conocerse el punto
correspondiente a cualquier grado de consolidación, por ejemplo el 50% mostrado. A este grado
de consolidación le corresponde un factor tiempo Tv , igual 0.2, fig. 3.17. Con estos datos se
puede calcular el coeficiente de consolidación, C v , como
Tv H 2 0.2H 2
Cv (3.9)
t t 50
46
donde H es la longitud mínima de drenaje, igual a la mitad de la altura de la muestra, y t 50 es el
tiempo correspondiente al 50% de consolidación. En un problema real en el que se conozcan las
condiciones de drenaje de la masa de suelo y el c v de éste puede determinarse en qué tiempo, t
se presentará cierto grado de consolidación, U, ya que existe una relación única entre Tv y U, fig.
3.17.
A partir de la curva de compresibilidad puede calcularse cual será el asentamiento del suelo en el
sitio si el esfuerzo o´ se incrementa en . Llamemos coeficiente de compresibilidad a v a la
relación
e
av (3.10)
av
mv (3.11)
1 e
47
Fig 3.17, Relación grado de consolidación, U-factor tiempo, Tu
Un elemento de retención se define como una estructura cuyo objetivo primordial es proveer de
soporte lateral al suelo o roca. En algunos casos, este elemento puede también soportar cargas
verticales. Los ejemplos incluyen muros de sótanos y ciertos tipos de estribos de puentes, fig
3.18.
Fig 3.18, Muros de retención comunes. (a) Muro de gravedad de mampostería, ladrillo o
concreto simple. El peso provee la estabilidad contra volteo y deslizamiento. (b) Muro en
voladizo. (c) Muro con contrafuertes. (d) Crib wall. (e) Muro de semigravedad, de concreto
reforzado. (f) Estribo de puente.
48
En la fig 3.19, se muestra un muro de retención en voladizo. La presión ejercida en la parte
posterior del muro es el empuje activo del suelo. La zapata del muro depende de la capacidad de
carga del suelo o roca bajo la misma. El deslizamiento lateral del muro es resistido por el empuje
pasivo del suelo y la fricción entre la zapata y el material de desplante.
Como se muestra en la fig 3.19, el empuje activo del suelo se supone horizontal, despreciando la
fricción desarrollada entre la pared vertical y el relleno. Esta fuerza de fricción tiene un efecto
estabilizador en el suelo, y por lo tanto, usualmente es una suposición conservadora ignorar esta
fricción.
Como relleno de estos muros, la recomendación más común es utilizar material granular (no
arcilla o limo). Para calcular la presión activa del suelo, y la fuerza resultante PA, en unidades de
fuerza por metro lineal de muro, se utiliza la siguiente expresión:
k AH 2
PA (3.13)
2
Donde
k A tan 2 (45 ) (3.14)
2
Donde φ es el ángulo de fricción interna del relleno granular. Esta expresión es conocida como el
estado activo de Rankine. Para que se desarrolle esta presión, debe haber suficiente movimiento
lateral en el muro de retención.
49
En algunos casos, es necesario incluir la fricción (δ) entre el suelo y la cara interior del muro de
retención. La ecuación de Coulomb es la que se usa para calcular el coeficiente de empuje activo
en este caso, fig 3.20:
cos2 ( )
kA 2
sen( ) sen( ) (3.15)
cos cos( ) 1
2
cos( ) cos( )
La ec. 3.15 también puede ser utilizada cuando el respaldo del muro es inclinado (θ), o si el
relleno tiene una pendiente (β). Una vez calculado el coeficiente kA, la presión resultante se
calcula con la ec. 3.13.
El análisis de estabilidad más simple es analizando una superficie de falla plana, formando una
cuña con un ángulo α con la horizontal, fig 3.21. Es un método bidimensional, para una longitud
50
unitaria de talud. La hipótesis es que la falla de la cuña ocurrirá a lo largo de una superficie
plana. El factor de seguridad del talud se deriva del conjunto de fuerzas:
Donde
En las ecs. 3.16 y 3.17, la fuerza resistente es igual a la resistencia al corte a lo largo de la
superficie de falla. La fuerza actuante es causada por la fuerza de gravedad y es igual a la
componente del peso de la cuña paralela a la superficie de falla.
El método más común para la estabilidad de taludes es el de las dovelas, donde la masa de falla
se subdivide en dovelas verticales, y el factor de seguridad se calcula con ecuaciones de
equilibrio de fuerzas. Usualmente se utiliza una superficie de falla de arco de círculo y un
modelo de falla de tipo rotacional; para un suelo homogéneo, una superficie de arco circular
arroja un factor de seguridad menor que la asociada a una superficie de falla plana.
La fig 3.22 muestra un ejemplo de un análisis de estabilidad de un talud usando una superficie de
falla de arco de círculo. La masa de falla se dividió en 30 dovelas verticales. Los cálculos son
similares a los del análisis de cuña, excepto que las fuerzas resistentes y actuantes se calculan
para cada dovela y se suman para obtener el factor de seguridad del talud. En el método de
Fellenius, o método sueco, se usan las ecs. 3.16 y 3.17, para cada dovela. El análisis se repite
51
para diferentes círculos de falla, hasta que se encuentra el que arroja el mínimo factor de
seguridad.
Fig 3.22, Análisis de estabilidad de talud, con falla circular y método de las dovelas
El método de las dovelas no es un procedimiento cerrado, ya que existen más incógnitas que
ecuaciones de equilibrio, por lo que se requiere hacer algunas suposiciones, que varían
dependiendo del método de análisis elegido (Fellenius, Janbu, Bishop, etc.). Debido a lo
laborioso de los cálculos, usualmente se utilizan programas de computadora para realizar los
análisis.
4 Cimentaciones
Zapatas corridas. Se usan comúnmente para muros de carga. Generalmente son de concreto
reforzado o mampostería, de un ancho uniforme y desplantadas a poca profundidad.
52
Las cimentaciones superficiales se utilizan cuando la capacidad de carga del suelo es adecuada,
para los fines de la estructura que se planea construir, a una profundidad relativamente pequeña,
usualmente inferior a 3 m. Esta situación se presenta en suelos de compacidad alta a media, y de
consistencia firme a media.
b) Cimentaciones profundas
Pilotes hincados. Pueden ser de concreto reforzado o presforzado, acero, madera. Se hincan a
golpes dentro del suelo, en ocasiones con ayuda de perforaciones previas. Se consideran de bajo
o alto desplazamiento, dependiendo del efecto que causan en el suelo al hincarse. De bajo
desplazamiento, tubos de boca abierta, secciones H; de alto desplazamiento, pilotes de concreto
sólido, tubos de boca cerrada, de madera.
Pilas coladas en el lugar. De concreto reforzado; se perfora el suelo, a veces con ayuda de
ademes metálicos o lodos de perforación (p.ej., lodo bentonítico), y se coloca el acero de
refuerzo y el concreto en la perforación.
Cajones de cimentación. Se construye un sótano o cajón bajo la estructura; el peso del suelo
excavado se balancea (compensa) con el peso de la estructura. En caso de que el peso excavado
sea mayor, se llaman sobrecompensadas.
Cilindros. De concreto reforzado, se colocan en la superficie del suelo, y se excava el interior del
cilindro, forzando a que falle el suelo para que desciendan hasta la profundidad deseada.
Las pilas y pilotes trabajan por fricción y/o por punta, fig 4.2. También pueden colocarse con
inclinación, para soportar cargas laterales o tensiones. El concepto general, es transmitir las
cargas de la estructura hacia estratos más profundos, ya sea distribuyendo la carga a todo lo largo
53
por fricción lateral, o a un estrato profundo más competente. Este tipo de cimentaciones se
utilizan cuando los estratos superficiales tienen una consistencia muy blanda a media, o
compacidad muy suelta a media. Los estratos de apoyo de pilotes de punta son de consistencia
firme a muy firme, o compacidad compacta a muy compacta.
El suelo debe ser capaz de soportar las cargas de la estructura que se desea construir, sin una
falla por cortante y que los asentamientos resultantes sean tolerables para dicha estructura. A la
evaluación de la resistencia límite del suelo bajo una cimentación por cortante, se le conoce
como capacidad de carga.
En la fig 4.3a se muestra una zapata, con la base rugosa, cargada. La fig 4.3b muestra la
interacción general suelo-zapata de acuerdo a las ecuaciones de capacidad de carga de Terzaghi
y Hansen (lado izquierdo) y de Meyerhof (lado derecho).
qu cN c sc D f N q 0.5BN s (4.1)
54
Nq
e ( 0.75 2 ) tan
2
(4.2)
2 cos2 ( 45 )
2
N c ( N q 1) cot (4.3)
tan K p
N 1
2 cos2
(4.4)
Zapata
Corrida Redonda Cuadrada
Sc 1.0 1.3 1.3
Sγ 1.0 0.6 0.8
Donde
Fig 4.3, Cimentación superficial con base rugosa. Mecanismo de falla para la ecuación de
capacidad de carga de Terzaghi
55
4.3 Capacidad de carga de cimientos profundos
Se admite que el análisis de capacidad de carga de los pilotes puede basarse en el llamado enfoque
estático, en el que las dos componentes de la capacidad de soporte, (por punta y por fricción lateral) se
calculan separadamente y se suman.
Capacidad de carga por fricción. Uno de los métodos es el de esfuerzos totales; este criterio es
conocido como también como Método , y propone calcular la capacidad de carga última por fricción
lateral o adherencia, Qs, de un pilote hincado en arcilla saturada homogénea con la expresión:
Q s f s As c u As (4.5)
donde
Los valores de oscilan dentro de límites amplios y disminuyen rápidamente al aumentar la resistencia al
corte. Para pilotes hincados varía aproximadamente de 1.0 para arcilla muy blanda, a 0.5 o menos en
arcillas duras.
Capacidad de carga por punta. La carga última que pueden transmitir por punta los pilotes, Qp, se
puede estimar con la expresión:
Q p cu N ' c A p (4.6)
donde
Capacidad de carga por fricción. Además de los criterios apoyados en pruebas de carga, los métodos
más frecuentes para calcular la capacidad de carga última por fricción en suelos granulares también se
agrupan en: 1) empíricos, a partir de pruebas de campo y 2) estáticos, fundamentados en relaciones
teóricas.
La capacidad de carga última por fricción, Qs, está dada por la expresión:
Donde
56
La Tabla 4.1 contiene valores de Ks y , para pilotes hincados, y que toman en cuenta la compactación
inducida durante su instalación. Se recomienda que los valores empleados se verifiquen en pruebas de
carga.
Capacidad de carga por punta. La capacidad de carga de un pilote en suelo granular también puede
determinarse a partir del parámetro de resistencia al corte (ángulo de fricción efectivo del suelo),
aplicando una teoría sobre el posible mecanismo de falla del conjunto pilote-suelo.
La capacidad de carga última por punta de un pilote, Qp, está dada por:
Q p q p Ap (4.8)
Donde
Algunos investigadores han sugerido que la resistencia por punta de pilotes en arena homogénea, debe ser
proporcional a la presión vertical efectiva inicial a la profundidad de la punta de aquellos, es decir.
donde:
p’o presión vertical efectiva inicial en la punta del pilote. Por debajo de la profundidad crítica, Dc ,
deberá usarse la presión efectiva correspondiente a esta profundidad.
Nq factor de capacidad de carga para una cimentación profunda de sección circular o cuadrada.
Existen numerosas curvas teóricas y semiempíricas que proporcionan el valor de Nq como función del
ángulo de fricción interna del suelo antes del hincado (Fig. 4.4). Las diferencias apreciables entre los
valores propuestos muestran la gran variedad de enfoques para atacar el problema.
57
Fig 4.4, Factores de capacidad de carga para cimentaciones profundas
Los análisis de asentamientos inmediatos se usan para suelos finos con un grado de saturación
menor al 90% y para los suelos granulares con un coeficiente de permeabilidad superior a 10-3
m/s.
a) Obtener parámetros confiables del suelo. Esto se comentó en los caps. 1.3 y 3.1.
b) Obtener un perfil de distribución de esfuerzos derivado de la aplicación de la carga.
En la fig 4.5 se muestra una estimación simple del incremento de presión debido a una carga
aplicada.
58
Fig 4.5, Métodos aproximados para obtener el incremento de esfuerzo en el suelo, debido a la
aplicación de una carga en la superficie
59
1 2 1 2 (4.10)
H qo B I1 I 2 I F
Es 1
Donde
Qo presión de contacto
B ancho de la zapata
I factores de influencia, fig 4.7 y ecs. 4.11 a 4.14
E módulo elástico del suelo
μ relación de poisson del suelo
1 (1 M 2 1) M 2 N 2
M M 2 1 1 N 2 (4.11)
I 1 M ln
M 1 M 2 N 2 1
ln
M M 2 N 2 1
N M (4.12)
I2 tan 1
2 N M N 1
2 2
L (4.13)
M
B
H (4.14)
N
B
Los análisis de asentamientos diferidos por consolidación se aplican en los suelos saturados
finos, donde se aplica la teoría de la consolidación (cap. 3.2). Para estos suelos, se calcula tanto
la magnitud del asentamiento, como el tiempo en que ocurre.
60
H mv H (4.15)
Donde
Debe entenderse que el valor de mv no es único para un suelo, sino que varía de acuerdo con el
nivel de esfuerzos y que una masa de suelo comúnmente está compuesta por substratos con
diferentes características de compresibilidad. Por lo tanto, para calcular el asentamiento de una
estructura desplantada sobre un suelo fino será necesario obtener muestras inalteradas de los
diversos subestratos y hacerles pruebas de consolidación en el laboratorio.
Los movimientos verticales de pilotes hincados que trabajen por fricción en suelos cohesivos,
son principalmente de dos tipos: 1) asentamientos inmediatos que se presentan al aplicar la carga
y 2) asentamientos por consolidación, o diferidos, bajo cargas permanentes de larga duración.
Los asentamientos inmediatos son generalmente despreciables comparados con los movimientos
por consolidación; el análisis que se describe a continuación sólo cubre los asentamientos de este
último tipo.
El método consiste en suponer que la carga soportada por el grupo se transfiere al suelo a través
de una zapata equivalente localizada a partir del tercio inferior de los pilotes (Fig. 4.8). El
método supone que la carga se distribuye en una pirámide con lados inclinados 30o con la
vertical; así, a una cierta profundidad, el esfuerzo es igual a la carga soportada por el grupo
dividida entre el área de la sección transversal de la pirámide a esa profundidad. Este método
usualmente proporciona valores de asentamiento mayores que los reales; por tanto, donde las
consideraciones de asentamiento gobiernen el diseño, el método puede resultar en pilotes con
longitudes no económicas.
El asentamiento del grupo de pilotes por consolidación primaria será, por tanto, igual a la
compresión de la capa de espesor H bajo la distribución de cargas indicada y se podrá calcular
con la expresión:
Cc p ' p (4.16)
H H log o
1 eo p' o
donde:
61
eo, relación de vacíos inicial
H espesor del estrato compresible medido a partir del tercio inferior de los pilotes
p’o presión inicial efectiva
Esta fórmula considera únicamente los asentamientos debidos a la consolidación primaria; los
debidos a consolidación secundaria son difíciles de evaluar.
Fig. 4.8 Distribución de esfuerzos bajo un grupo de pilotes de fricción en arcilla homogénea,
con el concepto de zapata equivalente
62
Bibliografía
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Leet, L.D. y Judson, S. (1989) Geología Física. Grupo Noriega Editores, México.
Terzaghi, K. and Peck, R.B. (1967) Soil mechanics in engineering practice. John Wiley & Sons,
USA.
63