Cambio de rasante: La pereza en el lenguaje

Author(s): ELISA LAMAS

Source: El Ciervo, Año 30, No. 369 (NOVIEMBRE 1981), p. 19
Published by: Ciervo 96, S.A.
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/40811050
Accessed: 03-10-2015 16:46 UTC

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 Cambio de rasante
La perezaenel lenguaje
a una casa de personas cultas, a familia
que pertenecea eso que apellidamosahora las
y cuyo nombrefiguraa menu-
clases dirigentes,
do en revistasy periódicos.Me contestauna voz femeni-
na, joven, sin timbre,que pronunciacon perezay utiliza
un lenguaje telegráfico,ahorrandopalabrasy esfuerzos
de vocalización. Preguntopor la señorade la' casa, que
no está. Reconozco la voz: es de una de las hijas,univer-
sitaria. Le digo quién soy. No se molestaen dedicarme
una frasede saludo mínimamentepersonalizado.-Lla-
ma a las dos, me dice-. Así lo haré, saludos a todos.
- "Vale" es la respuesta.
Si fueraun caso aislado no tendríavalor,pero es un
fenómenonormalen nuestropaís. El lenguaje,tantoha-
blado como escrito,se ha empobrecidode una manera
lamentable.Palabrascon tradiciónde sigloshan desapa-
recido o se utilizanmal. La sintaxises un desastre.Con
rarasexcepciones,nadie sabe dirigirse a otrode una ma-
nera cortésy educada. ¿Qué ha sucedido? ¿Qué sucede?
Imaginoque una de las raíces del mal está en la ense-
ñanza, mejor dicho la no enseñanza de la lenguaen la
educación secundaria.Todos sabemos que en la Univer-
sidad mucha gentese licenciaescribiendocon faltasgra-
ves de ortografía.Con las salvedadesque siempreexis-
ten, los locutoresde radio y televisiónpronunciancon
seriasdeficiencias,con lo que un medioposiblede reme-
diar males anteriorespierdesu eficacia.Tambiéncon las
salvedades que todos conocemos, la prensa escritaes
un desastrelingüístico.Y para acabar de desorientara
los ciudadanosha aparecidoesa plaga del idiomaque se
llama la publicidad.La publicidad,entreotrasgracias,se
dedica a hacerjuegos de sonidos con las palabrasescri-
tas. Un tipo de broma que para no hacerdaño necesita-
ría ser utilizado en un país con otro nivelcultural,por-
que en el nuestrohabrá muchosque crean que en reali-
dad las palabrasse escribencomo al publicitariode tur-
no se le ha ocurridoen una noche sin ideas.
Hay docenas de palabrasque siemprese han utilizado,
palabras de normaluso que van desapareciendo.La pa-
labra pariente,por ejemplo. Pariente,en castellano,
siempreha significadopersonaunida por lazos de paren-
tesco. Ahora la gentela ha substituidopor otrapalabra
horrible:familiar.En castellano los familiareseran los
eclesiásticosque estaban al serviciodirectode un obis-
po. Los hermanos,tíos, primos,en Cervantes,Quevedo,
en Larra y en el Código Civil,han sido siempreparien-
tes. Para mí, que conservola aficióna los textosbien es-
critos,lo siguensiendo.
De sintaxis¿para qué hablar?Docenas de periodistas
que se ganan la vida con la plumano saben dónde colo-
car un "cuyo" o un "del cual". Todo se ha substituido
con "gue". Y así uno lee noticiastan increíblescomo
"La victima del accidente,que la madredaba la casua-
lidad de que había muertola noche anterior..."
¿Y la pronunciación?Las omnipresentespalabras
"sexo" y "sexual" se conviertenen seso y sesual. La pri-
mera, está claro, quiere decir inteligenciao sentidoco-
mún,y no lo que el parlantede turnoquiereque enten-
damos. La segunda no existe. El timbre,ese elemento
tan diferenciadorde la personalidad,es algo preocu-
pante. Muchísimaspersonas lo tienen agresivo,o sin
color. Da la impresiónde que las gentesno se interesan
ni por lo que dicen ni por el interlocutor, salvo cuando
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ELISA LAMAS
se les toca en algún punto sensiblepara ellos, en cuyo
momentopasan al ataque inmediato.
Viajar por Hispanoaméricaes hoy un goce idiomáti-
co. El pueblo sigue hablando en casi todos los países
un castellanorico, flexible,matizado,con sus variantes
regionales,por supuesto, pero infinitamente mejor en
generalque el que se oye en la penínsulay, a pesardel
bombardeo propagandísticoamericano, mucho más
cortés y preocupado por la formaque aquí, e incluso
muchísimomás limpiode fraseshechas,de esos.agobian-
tes estereotiposverbalesgue por estos pagos se utilizan
para todo, "macho", "tio" o "tía" (no en el sentido
de hermanodel padreo de la madre,sino de chica,seño-
rita,amiga,miembrode un grupo,y otros4 muchossigni-
ficados más), "vale"... Lo de vale es algo que a veces
corto, sobre todo cuando me contesta asi alguien a
quien hago un encargo,porque resultaevidenteque la
conformidadcon la ejecuciónla tieneque darel que en-
carga,y no el que va a ejecutarlo encargado.-Soy yo
la que diré si ha valido o no cuando lo haya hecho us-
ted, suelo observar,procurandosonreír.A no ser que,
sin saberlo,estemosvolviendoal latín,la lenguamadre
de las románicas,y el "Vale" quiera significaruna des-
pedida. Sería cosa de aclararlo.
La vuelta al latín me parece una divertidahipótesis
de trabajo, que también sirve para explicar el tuteo
entredesconocidos,hoy tan en boga. Como todos sa-
bemos, en latín no existía nada equivalenteal usted,
o al vos, y las distanciasse marcabanpor el uso de los
patronímicoso de los títulos personales,como en la
URSS hoy,más o menos.
Estas reflexionesno se encaminana gemirpor el des-
trozo de una lengua. Temo que esta forma de usar
la palabra oral y escritasea un signo externode una
graveactitudinterna:la de la desgana,la pereza,la fal-
ta de estímulospara molestarseen hacerlas cosas con
decoro. En castellano hay una palabra muy castiza
para esa manera de actuar, chapuza. Aquí se habla
chapuceramente.Y no es preciso ser un lingüistani
un psicólogopara intuirque esa es la formaexteriorde
un funcionamientomuy deficientede las ideas, entre
ellas de la idea de lo que es conviviren paz y en el respe-
to al prójimo.
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