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Trabajo de
Pozos septicos
Asignatura
Sanitaria II
Docente
Ana Gabriela
Integrantes
Fecha
Objetivo General
Objetivos Específicos
Una fosa séptica es un artilugio para el tratamiento primario de las aguas residuales
domésticas. En ella se realiza la separación y transformación fisicoquímica de la
materia orgánica contenida en esas aguas. Se trata de una forma sencilla y barata
de tratar las aguas residuales y está indicada (preferentemente) para zonas rurales
o residencias situadas en parajes aislados y sustituir con ventaja a las llamadas
letrinas de hoyo. Sin embargo, el tratamiento no es tan completo como en una
estación depuradora de aguas residuales.
La parte sólida restante debe ser retirada cada cierto tiempo (cada uno o dos años,
o más dependiendo del tamaño de la fosa, del número de usuarios que la utilizan y
del uso del edificio, habitación permanente u ocasional, como casas de fin de
semana y vacaciones) y transportada a un lugar donde pueda ser tratada
totalmente. No hay que confundir este artefacto con el pozo negro, antiguo sistema
de recogida de aguas residuales, muy imperfecto puesto que se limita a almacenar
los residuos, y que actualmente está prohibido en muchos países, por su deficiente
tratamiento.
Desarrollo
Pozo de absorción
El Pozo de Absorción se puede dejar vacío y recubrir con un material poroso (para
dar soporte y evitar que se colapse), o dejar sin cubrir y llenar con piedras grandes
y grava. Las piedras y la grava evitarán que las paredes se colapsen, pero dejarán
espacio adecuado para las aguas residuales. En ambos casos, una capa de arena
y grava fina debe ser repartida en el fondo para ayudar a que se disperse el flujo. El
pozo de absorción debe tener entre 1.5 y 4 m de profundidad, pero nunca menos
de 1.5 m por encima de la capa de agua. Como el agua residual (aguas grises o
negras pretratadas) se filtra por el terreno desde al pozo de absorción, pequeñas
partículas se filtran en la matriz del terreno y los materiales orgánicos son digeridos
por microorganismos. Así, los Pozos de Absorción son los más adecuados para
terrenos con buenas propiedades de absorción; no son adecuados para terrenos
con barro, compactos o rocosos.
Adecuación
En tanto que el Pozo de Absorción no sea usado para aguas residuales primarias,
y en tanto que la Tecnología de Recolección y Almacenamiento/Tratamiento esté
funcionando bien, la posibilidad de problemas sanitarios es mínima. La tecnología
es subterránea y, por lo tanto, los humanos y los animales no deberían tener
contacto con el efluente. Sin embargo, es importante que el pozo de absorción se
localice a una distancia segura de la fuente de agua potable (lo ideal sería 30 m).
Como los pozos de absorción no presentan olores y no son visibles, deben ser bien
aceptados incluso en las comunidades más sensibles.
Mantenimiento
Son pozos, zanjas o trincheras con una profundidad de entre 1 a 3 metros rellenos
de material granular. En ellos vierte la escorrentía desde las superficies
impermeables contiguas que recogen y almacenan el agua mientras se infiltra en el
terreno natural.
Los pozos son sistemas subterráneos de almacenamiento temporal de la
escorrentía procedente principalmente de tejados y azoteas. Mediante esta técnica
se consigue desconectar estas aguas de la red principal, disminuyendo así el caudal
a circular por la red de alcantarillado. No pueden utilizarse en suelos poco
permeables y es recomendable que queden algo por encima del nivel freático para
permitir exfiltraciones al terreno. Como se puede producir la contaminación del suelo
en dichas exfiltraciones, se aconseja la colocación de algún tipo de filtro en el
conducto que transporta el agua hasta el pozo.
Las zanjas de infiltración son más estrechas y menos profundas que los pozos,
siendo más eficientes desde el punto de vista constructivo. Se utilizan
principalmente para el control de la calidad, pero se pueden emplear también como
estrategia de control de la cantidad del caudal de escorrentía en zonas residenciales
de media-alta densidad y en zonas comerciales. Aunque hay que tener cuidado con
el terreno donde se van a instalar, evitándose siempre localizaciones cerca de las
cimentaciones de edificios o de carreteras.
El suelo en el que se emplazan estas técnicas ha de tener una capacidad de
infiltración superior a 12 mm/h y no ha de tener arcillas que provoquen la
colmatación. Trabajan con áreas de pequeñas dimensiones, entorno a las 2
hectáreas. Requieren de un período seco entre tormentas. La distancia mínima al
nivel freático sea de 1,2 metros para que puedan darse las exfiltraciones. Se suelen
emplear geotextiles de filtro y separación para envolver el material granular, y
desagües de emergencia para, en el supuesto de que se supere la capacidad de
depósito de diseño, poder enviar el agua sobrante a la red de alcantarillado.
Usos típicos:
Ventajas/beneficios:
Desventajas y limitaciones:
Rendimiento
La conclusión principal del trabajo es que los humedales artificiales son una
tecnología viable para la depuración de aguas residuales, especialmente si éstas
son de origen urbano, y puede llegar a tener un gran futuro en países en vías de
desarrollo que tengan climas tropicales o subtropicales, donde las condiciones
económicas de estos proyectos (necesidades de terreno, relativamente menores
costes de instalación, operación y mantenimiento), pueden ser determinantes a la
hora de emprender o no la depuración de las aguas residuales, si a este punto
adicionamos las condiciones climáticas que favorecerían los rendimientos,
tendríamos una interesante posibilidad de solución.