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UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERIA

REGION CENTRAL JUIGALPA


UNI-RCJ

Trabajo de

Tratamiento de aguas residuales

Pozos septicos

Asignatura

Sanitaria II

Docente

Ana Gabriela

Integrantes

Neysser Vicente Reyes

Carlos Cristhian Ovando

Fecha

07 ed Abril del 2018


Objetivos

Objetivo General

 Describir en que consiste el tratamiento de aguas residuales


mediante la explicación de pozos sépticos y las características de
este de acuerdo con su uso.

Objetivos Específicos

 Explicar el uso de un pozo séptico respecto al tipo de


tratamiento.

 Determinar los componentes entre un pozo de absorción y


un pozo de filtración.

 Presentar información sobre el proceso constructivo de un


pozo séptico
Introducción

El tratamiento de aguas residuales consiste en una serie de procesos físicos,


químicos y biológicos que tienen como fin eliminar los contaminantes presentes en
el agua efluente del uso humano. La solución más extendida para el control de la
polución por aguas residuales es tratarlas en plantas donde se hace la mayor parte
del proceso de separación de los contaminantes, dejando una pequeña parte que
completará la naturaleza en el cuerpo receptor. Para ello, el nivel de tratamiento
requerido está en función de la capacidad de auto purificación natural del cuerpo
receptor. A la vez, la capacidad de auto purificación natural es función,
principalmente, del caudal del cuerpo receptor, de su contenido en oxígeno, y de su
"habilidad" para reoxigenarse. Por lo tanto el objetivo del tratamiento de las aguas
residuales es producir efluente reutilizable en el ambiente y un residuo sólido o
fango (también llamado biosólido o lodo) convenientes para su disposición o
reutilización.

Una fosa séptica es un artilugio para el tratamiento primario de las aguas residuales
domésticas. En ella se realiza la separación y transformación fisicoquímica de la
materia orgánica contenida en esas aguas. Se trata de una forma sencilla y barata
de tratar las aguas residuales y está indicada (preferentemente) para zonas rurales
o residencias situadas en parajes aislados y sustituir con ventaja a las llamadas
letrinas de hoyo. Sin embargo, el tratamiento no es tan completo como en una
estación depuradora de aguas residuales.

Las aguas residuales que no vayan a un sistema de recogida urbano, con


alcantarillado y posterior tratamiento municipal, es decir, edificios situados en zonas
alejadas de los núcleos urbanos, deben ser tratadas en una fosa para que, con el
menor flujo del agua, la parte sólida se pueda depositar (cienos), liberando la parte
líquida. Una vez hecho eso, determinadas bacterias, aerobias y anaerobias, actúan
sobre la materia orgánica de las aguas residuales descomponiéndola en sus
componentes inorgánicos (materia inerte), y convirtiendo parte de los sólidos en
materia soluble en el agua. Esta descomposición es importante, pues reduce la
cantidad de materia orgánica, y en cerca del 40% la demanda biológica de oxígeno
que se precisa para este menester, y así el agua puede devolverse a la naturaleza
con menor perjuicio para ella.

La parte sólida restante debe ser retirada cada cierto tiempo (cada uno o dos años,
o más dependiendo del tamaño de la fosa, del número de usuarios que la utilizan y
del uso del edificio, habitación permanente u ocasional, como casas de fin de
semana y vacaciones) y transportada a un lugar donde pueda ser tratada
totalmente. No hay que confundir este artefacto con el pozo negro, antiguo sistema
de recogida de aguas residuales, muy imperfecto puesto que se limita a almacenar
los residuos, y que actualmente está prohibido en muchos países, por su deficiente
tratamiento.

Las aguas residuales se generan en residencias, instituciones y locales comerciales


e industriales. Estas pueden tratarse en el sitio donde se generan (por ejemplo,
fosas sépticas u otros medios de depuración) o bien pueden ser recogidas y
llevadas mediante una red de tuberías –y eventualmente bombas– a una planta de
tratamiento municipal. Los esfuerzos para recoger y tratar las aguas residuales
domésticas de la descarga habitualmente están sujetos a regulaciones y normas
locales, estatales y federales (regulaciones y controles). A menudo ciertos
contaminantes de origen industrial presentes en las aguas residuales requieren
procesos de tratamiento especializado.

El tratamiento de aguas residuales comienza por la separación física inicial de


sólidos grandes (basura) de la corriente de estas aguas empleando un sistema de
rejillas (mallas), aunque también pueden ser triturados esos materiales por equipos
especiales; posteriormente se aplica un desarenado (separación de sólidos
pequeños muy densos como la arena) seguido de una sedimentación primaria (o
tratamiento similar) que separe los sólidos suspendidos existentes en el agua
residual. Para eliminar metales disueltos se utilizan reacciones de precipitación, que
se utilizan para eliminar plomo y fósforo principalmente. A continuación, sigue la
conversión progresiva de la materia biológica disuelta en una masa biológica sólida
usando bacterias adecuadas, generalmente presentes en estas aguas. Una vez que
la masa biológica es separada o removida (proceso llamado sedimentación
secundaria), el agua tratada puede experimentar procesos adicionales (tratamiento
terciario) como desinfección, filtración, etc. El efluente final puede ser descargado o
reintroducido de nuevo en una masa de agua natural (corriente, río o bahía) u otro
ambiente (terreno superficial, subsuelo, etc). Los sólidos biológicos segregados
experimentan un tratamiento y neutralización adicional antes de la descarga o
reutilización apropiada.

Desarrollo

Las aguas residuales provienen de tocadores, baños, regaderas o duchas, cocinas,


etc; que se evacúan a las alcantarillas o cloacas. En muchas zonas, las aguas
residuales también incluyen algunas aguas sucias provenientes de industrias y
comercios. La división del agua domiciliaria drenada en aguas grises y aguas negras
es más común en el mundo desarrollado, el agua negra es la que procede de
inodoros y orinales y el agua gris, procedente de piletas y bañeras, puede ser usada
en riego de plantas y reciclada en el uso de inodoros, donde se transforma en agua
negra. Muchas aguas residuales también incluyen aguas superficiales procedentes
de las lluvias. Las aguas residuales municipales contienen descargas residenciales,
comerciales e industriales, y pueden incluir el aporte de precipitaciones pluviales
cuando se usa tuberías de uso mixto pluvial - residuales.

Los sistemas de alcantarillado que trasportan descargas de aguas sucias y aguas


de precipitación conjuntamente son llamados sistemas de alcantarillas combinado
o unitario. La práctica de construcción de sistemas de alcantarillas combinadas es
actualmente menos común en los Estados Unidos y Canadá que en el pasado, y se
acepta menos dentro de las regulaciones del Reino Unido y otros países europeos,
así como en otros países como Argentina. Sin embargo, el agua sucia y agua de
lluvia son recolectadas y transportadas en sistemas de alcantarillas separativos,
llamados alcantarillas sanitarias y alcantarillas de tormenta de los Estados Unidos,
y “alcantarillas fétidas” y “alcantarillas de agua superficial” en Reino Unido, o cloacas
y conductos pluviales en otros países europeos.

El agua de lluvia puede arrastrar, a través de los tejados y la superficie de la tierra,


varios contaminantes incluyendo partículas del suelo, metales pesados,
compuestos orgánicos, basura animal, aceites y grasa. Algunas jurisdicciones
requieren que el agua de lluvia reciba algunos niveles de tratamiento antes de ser
descargada al ambiente. En el proceso de separación de las aguas se necesitan
métodos que determinen el manejo correcto del tratamiento de acuerdo con las
condiciones específicas que estas presenten, para ello se puede trabajar con pozos
de absorción o de filtración cada uno con características diferentes, pero con un fin
específico.

Pozo de absorción

Un Pozo de absorción, también conocido como pozo de filtración, es una cámara


cubierta, de paredes porosas, que permite que el agua se filtre lentamente al
terreno. El efluente sedimentado proveniente de una tecnología de Recolección y
Almacenamiento/Tratamiento o de Tratamiento (Semi)Centralizado es descargado
en la cámara subterránea de donde se infiltra al terreno que la circunda.

El Pozo de Absorción se puede dejar vacío y recubrir con un material poroso (para
dar soporte y evitar que se colapse), o dejar sin cubrir y llenar con piedras grandes
y grava. Las piedras y la grava evitarán que las paredes se colapsen, pero dejarán
espacio adecuado para las aguas residuales. En ambos casos, una capa de arena
y grava fina debe ser repartida en el fondo para ayudar a que se disperse el flujo. El
pozo de absorción debe tener entre 1.5 y 4 m de profundidad, pero nunca menos
de 1.5 m por encima de la capa de agua. Como el agua residual (aguas grises o
negras pretratadas) se filtra por el terreno desde al pozo de absorción, pequeñas
partículas se filtran en la matriz del terreno y los materiales orgánicos son digeridos
por microorganismos. Así, los Pozos de Absorción son los más adecuados para
terrenos con buenas propiedades de absorción; no son adecuados para terrenos
con barro, compactos o rocosos.
Adecuación

Un Pozo de Absorción no proporciona tratamiento adecuado para aguas residuales


primarias, el pozo se tapará rápidamente. Un Pozo de Absorción debe ser usado
para descargar aguas negras o grises ya asentadas. Los pozos de absorción son
apropiados para asentamientos rurales y periurbanos. Dependen del tipo de terreno
con suficiente capacidad de absorción. No son adecuados para áreas que son
propensas a inundaciones o con un nivel freático alto.

Aspectos de Salud / Aceptación

En tanto que el Pozo de Absorción no sea usado para aguas residuales primarias,
y en tanto que la Tecnología de Recolección y Almacenamiento/Tratamiento esté
funcionando bien, la posibilidad de problemas sanitarios es mínima. La tecnología
es subterránea y, por lo tanto, los humanos y los animales no deberían tener
contacto con el efluente. Sin embargo, es importante que el pozo de absorción se
localice a una distancia segura de la fuente de agua potable (lo ideal sería 30 m).

Como los pozos de absorción no presentan olores y no son visibles, deben ser bien
aceptados incluso en las comunidades más sensibles.

Mantenimiento

Un Pozo de Absorción de buen tamaño debe durar entre 3 y 5 años sin


mantenimiento. Para extender la vida de un Pozo de Absorción, se debe tener
cuidado de asegurar que el efluente ha sido clarificado y/o filtrado para evitar la
acumulación excesiva de sólidos. El Pozo de Absorción debe mantenerse lejos de
las áreas de mucho tráfico de manera que el terreno por encima y alrededor del
pozo no esté compactado. Cuando el desempeño del Pozo de Absorción se
deteriora, el material dentro del pozo puede ser excavado y rellenado. Para permitir
futuros accesos, se debe usar una tapa removible (preferentemente de concreto)
para sellar el pozo hasta que requiera mantenimiento. Las partículas y la biomasa
taparán eventualmente el pozo y requerirá ser limpiado o movido.
Pozo de filtración

Son pozos, zanjas o trincheras con una profundidad de entre 1 a 3 metros rellenos
de material granular. En ellos vierte la escorrentía desde las superficies
impermeables contiguas que recogen y almacenan el agua mientras se infiltra en el
terreno natural.
Los pozos son sistemas subterráneos de almacenamiento temporal de la
escorrentía procedente principalmente de tejados y azoteas. Mediante esta técnica
se consigue desconectar estas aguas de la red principal, disminuyendo así el caudal
a circular por la red de alcantarillado. No pueden utilizarse en suelos poco
permeables y es recomendable que queden algo por encima del nivel freático para
permitir exfiltraciones al terreno. Como se puede producir la contaminación del suelo
en dichas exfiltraciones, se aconseja la colocación de algún tipo de filtro en el
conducto que transporta el agua hasta el pozo.
Las zanjas de infiltración son más estrechas y menos profundas que los pozos,
siendo más eficientes desde el punto de vista constructivo. Se utilizan
principalmente para el control de la calidad, pero se pueden emplear también como
estrategia de control de la cantidad del caudal de escorrentía en zonas residenciales
de media-alta densidad y en zonas comerciales. Aunque hay que tener cuidado con
el terreno donde se van a instalar, evitándose siempre localizaciones cerca de las
cimentaciones de edificios o de carreteras.
El suelo en el que se emplazan estas técnicas ha de tener una capacidad de
infiltración superior a 12 mm/h y no ha de tener arcillas que provoquen la
colmatación. Trabajan con áreas de pequeñas dimensiones, entorno a las 2
hectáreas. Requieren de un período seco entre tormentas. La distancia mínima al
nivel freático sea de 1,2 metros para que puedan darse las exfiltraciones. Se suelen
emplear geotextiles de filtro y separación para envolver el material granular, y
desagües de emergencia para, en el supuesto de que se supere la capacidad de
depósito de diseño, poder enviar el agua sobrante a la red de alcantarillado.
Usos típicos:

Recogida de agua de zonas adyacentes a caminos, parkings, en zonas


residenciales, comerciales e industriales. Pero las zanjas no pueden ir cerca de
estructuras subterráneas de edificios.

Ventajas/beneficios:

Atenúan de forma significativa el volumen de agua de escorrentía y el caudal pico.

Se integran fácilmente en el paisaje.

Desventajas y limitaciones:

Se pueden obstruir con facilidad, por lo que no se recomiendan localizarlos en


suelos particulados finos (aquellos constituidos por limos o arcillas), Las
acumulaciones de contaminantes y las obstrucciones son difíciles de ver, La tasa
histórica de fracaso es alta debida a los mantenimientos deficientes, el mal
emplazamiento o la presencia de grandes cantidades de desechos a la entrada,
Limitados a pequeñas áreas drenantes.

Requisitos de mantenimiento: Hay que inspeccionarlas para revisar posibles


obstrucciones. Retirada de sedimentos, Retirada y limpieza de los materiales
filtrantes.

Rendimiento

Reducción del caudal punta: MEDIO, Reducción de volumen: ALTO, Tratamiento


de calidad de agua: ALTO, Potencial beneficio social/urbana: BAJO, Potencial
ecológico: BAJO
Conclusiones

La conclusión principal del trabajo es que los humedales artificiales son una
tecnología viable para la depuración de aguas residuales, especialmente si éstas
son de origen urbano, y puede llegar a tener un gran futuro en países en vías de
desarrollo que tengan climas tropicales o subtropicales, donde las condiciones
económicas de estos proyectos (necesidades de terreno, relativamente menores
costes de instalación, operación y mantenimiento), pueden ser determinantes a la
hora de emprender o no la depuración de las aguas residuales, si a este punto
adicionamos las condiciones climáticas que favorecerían los rendimientos,
tendríamos una interesante posibilidad de solución.

Desgraciadamente este tema ha sido estudiado principalmente en países con


climas bastante fríos, por lo cual es necesario realizar trabajos de investigación
tendientes a adecuar los modelos de diseño a las condiciones locales y analizar sus
comportamientos con los otros factores involucrados que junto con la temperatura
pueden llegar a variar las eficiencias, como pueden ser las plantas autóctonas, los
tipos de medios granulares, etc.

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