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Zona Abierta 104/105 (2003) Precio de este ejemplar: 9,50 € Pablo Beramendi y Ramén Méiz, Introduccién: La segunda generucién de andiisis insticionales del federatisino Barry Weingast. El papel econdmico de las instituciones politicas: el federalismo de mercado y el desarrollo econdmico Jonathan Rodden y Susan Rose-Ackerman. Protege el federalisone alos mercados? Jenna Bednar, Willinm N. Eskridge Jr. y John Ferejohn, Teoria politicu del federalismo Pablo Beramendi y Ramén Méiz, Federalismo y multivacionatidad: wn andisis institucional del Estado de las Autonomtas i 5 Fa I RIT ETT PTTL TE TTI 7 65 27 191 Introduccion: La segunda generacién de anilisis institucionales del feceralismo Pablo Beramendi y Ramon Maiz Le Prince, tout-puissant pour faire du bien, a les mains liées pus e Je mal Voltaire, Lettres Philosophiques, 1734. El anilisis del federalismo se presenta como campo especial- mente apropiado para la aplicacién de modelos basadas en. la cleccién racional. La naturaleza de las fesleraciones como siste- ‘mas politicos basadlos en la negociacién y renegociacién de un pacto (foedus) de autogobierno y gobiern-» ce mpartido entre var tias unidades politicas invita a desvartar vino perspcetiva mera- mente adaptativa, vrgénica y funcionatist ch: ka emergencia de las instituciones. El andlisis de tos sistemas fed-rales recta por el contrario, poner en primer pli no ta ints raccién estrat entre actores (Hamlin 1985, Mueller 1989, 21°03). Existe ya una \Wissenschafiszentrum Berlin y Universidade se Snatiago de Compostel, 1987) un concepto de federacién como un sistema politico en cl que: 1) dos niveles de gobierno regulan el mismo terri mismo demos; 2) cada uno de esos wd; y 3) existen garantias constitucionales de juriivos tradicionales Ri positiva de la génesis y, sobre todo, de la stablidad de los sistemas federales. Al hilo, preeisamente, de investigacién sobre esta tiltima Riker introdujo una dimensién os de eleccién racional ional. Asi, postul6 como elemento central de la re- ‘self-perpetuating”) de las federaciones los incenti- vos constitucionales (flexibilidad de los modos de elecciones de os representantes de los Estados, eleccién indirecta del presi- etc.) que reluerzan la presencia de partidos descent ie, a Su vez, dificultaria la posibilidad de formacién de s que erosionen la separacin de poderes y refuercen a la federavi6n frente a los estados miembros. dentro de esta primera generaci6n de teo- smo, las escuelas del federalismo fis- nal ani s 6ptimas de la distribucién competencial entre la federacién y los estados miembros. Estas contribuciones Mamaron la atencién sobre la estrecha relacién entre la distribu- cidn territorial del poder politico y icos a las preferencias y necesidades de los ciudadanos. Como Inman y Rubinfeld senalan en su andlisis de la Welfare Reform vo en la separacin de sy lx concepeida de un modelo binaco unitaismovcentralismo, Lle~ 0, esta earucterian ba por exchir a Alemania del de las federaciones y resullaba incluso de dudosa aplicacion a los Esta ZONA ABIERTA 104/105 (2003) 3 Aci de 1996, en los estudios contempordneos de! federalismo existen tres principios alternativos, de cuyo equilibrio inestable depende la contribucién del federalismo al funcionamiento de la democracia, Estos principios son a distribucién articipacién politica y la cohesién de una comunidad mente, fa proteccién de las de Jos ciudadanos (Inman y Rubinfeld 1997). Con anterior Qates desarrollé su argumemto, ya clésico, de que los bienes pa- ‘Blicos locales resultan producidos de modo més eficiente por los gobiernos de los estados federados, pues las diversas preferencias de los ciudadanos en los distintos 4mbitos territoriales generan problemas de informacién insuperables para un gobierno centra- ado. La centralizacién de la provisién de bienes ptiblices loca- les seria por tanto ineficiente (Oates 1972). Precisamente, el mo: delo desarrollado por Tiebout trataba de resolver el problema de la revelaci6n de preferencias de los ciudadanos en lo que respec- ta a los bienes ptiblicos (Volden 2000). Este modelo contempla un sistema federal de tipo comperitivo entre sus unidades con movilidad de los ciudadanos y los grupos, que supuestamente re- ‘am sus preferencias “votando con los pies”, reagrupsndose rritorialmente en comunidades homogéneas en sus prefer ias (Tiebout 1956). Si bien los supuestos de partida del modelo (movilidad completa de los ciudadanos exenta de costes) imitan su utilidad analitica®, Tiebout desarrolta un tipo ideal de fedlera- lismo competitivo (Kincaid y Kenyon 1991) que pasaria en buena medida a la segunda generaci6n de estudios sobre el federalismo ai Abierta n03 ocupa, Las contribuciones de Tiebout y Oates, sin embargo, propiciu- ron un debate de gran interés en torno a su déficit politico. En efecto, las instituciones federales se consideran en estos modelos, . ¥ no como resultado de eleccién y estrategia por parte de los actores. Buchanan, Brennan y en g¢ la escuela de la Public Choice y en conereto el programa de vestigacién conocido como “economia politica constitucional”? si- pues la pluraidad de niveles de gobierno se traduce en um reduc cidn de la intervenci6n por parte del Estado y, por tanto, en un aumerto dé UH cay publias Oakes 4 ZONA ABIERTA 104/105 (2003) nalisis del federalismo Ta eteccion de la tuaron en el centro de los at ‘y muchas veces imprevistos regulacién constitacional y sus varios Gfeetos (Buchanan y Tullock 1962, Brennan ¥ Buchanan 1980). Ghros investizadores, como Breton, por ejemPio, asumiendo tos postulados del federalismo competi. apuntarfan sin embat~ go ala nceesidad de introducir en ob andlisis los costes de organi wo gn de In descentalizacién. Ast, por ejemplo. ‘mientras 10s COS- Tas de decisidn aumentan en los Estados unitarhn tos costes de tSordinacién se inerementan en el federalismo multinivel (Breton y Scott 1978, Breton 1987), La desconsideracion de los costes de Transaccisn (Dixit 1996) confiere una cierta ingenuidad a buena parte de los estucios de ta primera igeneracién del andlisis econd- Paty del federalism. Si los costes de decision $6 consideran nu- Frege ignora un doble aspecto capital nara él rendimiento institu GGonat de las fecleraciones: la reproducciGn y ¢S itidad, asf como tas posilidades de reforma y reequitibrios del sistema, Pe pen, seri cl neoinstitucionalism de eleeci racional, objeto de este volumen, el que inicie wa ‘seguutda generacion de sratisis econdmicos del federalismo. A partt del supuesto de que {as instituciones no solamente resect ‘el abanico de cur- aie je aceién a disposicién de tos actores, sino A ademés ge- roran preferencias € incluso identidades, = hha desarrollado una ae de estudios que han impuesto un importante St al progra- via de investigacion sobre cl federalismo. Sintetizando breve a tte los mas importantes elementos de este 81 podemos se- wert a primer lgar, el trénsito de una Leora del federalismo asada en las aportaciones de Ia economia del bienestar y 10s st puestos de la eleccién publica, a otra ris sofisticada caracteriza- HFA por ta atencién 2 tas estractras de incentivos CO ‘que proveen a povieraciones a Tos actores: esiados. partidos, BAPE o ciuda- msideradas dang Las insiniiones federales dejan de ser co" denote Tajns negras) Manejadas por tideres due 2c en res puesttra Tas domandas de tos eleciores Part ser consideradas Po problema objeto de investigacion: fe eficiencia en ta provi cian de biencs puiblicas dependerd de Ia estrus de incentivos i qe provean Tas instituciones de gobiern® © Tos actores. El Federalism pasa a ser reconceptualizado come mecanismo iperior a otros (cl Estado de derecho 0/0 separacién clisica de ae eree poxteres, por ejemplo) en razon de su NAOT capacidad de generar compromisos ererbles (veredible commitment”) entre ee eee ZONA ABIERTA 104/105 (2003) 5 tos actoes implcados, Elo fiir I conse dua lacion adectada entre la provisisn eficiente de ‘blios el mantenimiento de los inc t meroado (Onn 9 Weis ot nant 8 incentivos del mercado (Qian y Wein En segundo lu ager, frente al aptimismo inci ; i jal en lo que res pecta af efiencayacounbty noporionade or los it as federales, en razén de la limita ién de informacin er del Esta fede rent alos estas mos mai : tna sraluai Inds matirada (NaKinvon 9 Nechyya 1 eisman 2000a). Asf, por ejemplo, renunciand in Bip ,renunciando a fa vision bia ferentes tips de federacién poseen iferentes county fotos muy iversas (Creag y Weingast 200, Noa bon el ato Jere en buena mei et pd incentives insti ales postives y nega pat de pacts ratea ; os y neg tos previos, en nu eri atone ntiones evans no eat regula ds initment en a ests so qu generan ie regione terres (Roden 219; Roden ‘Widbes sto introduce un giro en el sen onan ser en age Conncrar't I insitctone mmo uy factor exdgeno, que meranente restinge Ios eursos de come facto edge 4 te restringe los cursos de accién dispo tores, se pasa e ‘equilibsio in 7 dere como factor end “cut tone” ue scant mo fectorendoge sapitalmente de no depebiendo capitan me su capacidad o ineapacidad de En terver lugar, esto stim zi, imo implica resituar en el cj fi ve Beso sme impice situar en el eje del ans 5093 dad de las federaciones, constitutivar ites Spr si Dar 199) Pra sabe its astemas fay Het ah de ser “self-infogcing” (Figueiredo y Weingast 1998) 0 ses stainab Eiippor, Ordeshook y Shvetsova 5 Pr stitucinnes con efecto 0 , que progoreten fans pollens en el oblemo nats an regs de juego sstabsiidas, Ea ete orden de cosas, diver shan formalizado esta cuestiénutilizanto la teoria de juegos iterados (Bednar 1999, Weingast 1995). As Figuesed p Weingast elzboran a problege dela inestabidad enéémica wn alismo a parti do des dilemas basics: 1) eémo ev Gua goblemo Contra dest ya el ederim mediante W 6 ZONA ABIERTA 104/105 (2003) sida del autogonies 10 de los estados federados; y 2) c6mo evitar que los ustadus fcderados socaven el federalismo mediante Tree-riding” y i 1 cooperacién en el gobierno compartido. La inestabilidad biota de un trade off entre ambos dilemas: institu- ciones destinadas pars resolver el segundo problema —"federa- lismo cooperativo”. por ejemplo— causan 0 refuerzan la presen- cia del primero. Ahora bien, como se desprende de la obra de Tsebelis (1995, 1999) y ‘Treisman (2000b), la debilitacién del Estado en aras de prevenir la depredacién, la ineficiencia, el clientelismo 0 el pro- teecionisino de los mercados implica debilitar también su capaci- dad para la provisién de bienes pablicos. La provisién de estos timos requiere un poder federal sustantivo frente a los estados federadlos En cuarto lugar, kt segunda generaci6n de andlisis positivos del federalismo postula un [xzo més sélido entre las teorfas y los anilisis empiricos que el disponible hasta la fecha. Ahora bien, ello no implica nevesariamente el recurso a estudios comparati vos de gran ntimero de cases. Uno de los problemas habituales en los estudios empiricos de este tipo, en lo que atafe al federa- lism, es la falta de retinamicnto de los datos y la pobreza de los proxy utilizados para el anélisis —por ejemplo, balances de in- _gresos y gastos entre 10s dos niveles de gobierno, tomados como wdores de (os niveles de descentralizacién del poder politi- y ello resulta un trabajo en buena medida pendiente, cl estudio comparado y en profundidad de pocos casos resulta hnec.sario para proceder posterior o simulténeamente a anélisis cuantitativos mis depurados (Redden 2003, Rodden y Wibbels n quinto lugar, la federaci6n no se concibe como un sistema jerarquizado, piramidal, basado en la nitida separacién de com- ppetencias y poueres, sino como una compleja matriz horizontal mnuitinivel, o mejor ain multicénirica, de gobernanza (Hooghe y Marks 2003), lo que genera un federalismo intergubernamental, muy imbricado de competencias compartidas y controles. Las propias constitucions dejan al albur de la competicién futura entre diferentes Ambitos competenciales la provisién de bienes publices que acabarin ubicéndose en el nivel que se ha eviden- ciado como mas eficiente (Volden 2000). Se atiende asi, mas que a la ubicacion estatica de las competencias a los procesos de FORALL tll lalla adalat MB Rddniakelaatahet taint —emn—et ZONA ABIERTA 104/105 (2003) cambio, a las competencias compartidas mas que a las ex vas. Desde una 6ptica centrada en el control y la separaci poderes, se presta mas atencién a las dinémicas de intera entre distintos niveles de gobierno (Nicolaidis 2001), La me de las federaciones actuales no constituyen “federaciones les”, articuladas a partir dle nitidas separaciones competenc tal y como suponia la primera generacién de las “teorias e micas del federalismo” y del “federalismo fiscal” (Rose-A man 1981). Por el contrario, las federaciones actuales pres procesos de decisién y ejercicio competencial entre varios lks de gobierno que requieren con frecuencia la negociac tenegociacién de complejos acuerdos intergubernamer (Rodden 20012, 2001b). En sexto lugar, y a resultas de lo anteriormente expues federacién no se considera como una distribucién defini autoridad entre distintos niveles de gobierno, sino como ur ceso abierto —estructurado institucionalmente— media que las competencias y los poderes son distribuidos y redist dos. Es precisamente en este contexto donde resulta capi distincién entre federaciones uninacionales y multinacior esto es, entre federaciones destinadas a “bring together” me te la descentralizacién generalizada del Estado, de federac “to hold together”, destinadas a 1a acomodacién de la 1 nacionatidad en el seno del mismo Estado (Stepan 2001). D ademés, las muy diferentes consecuencias distributivas de lo Lintos arreglos federales, abundan incentivos para hacer de | slas de juego parte det proceso mismo de negociacién (Bers 4i 2003), por lo que la existencia de un equilibrio de legit constitucional tanto en el nivel del electorado como de las no puede darse nunca por sentado (Filipov, Ordeshook y S sova 2004). Las federaciones constituyen, pues, procesos : tos, de interaccidn entre actores e instituciones, desarrol mediante reglas simultineamente contramayoritarias y may i, de agregacién tanto como de formacisn de preferenci diante negociacién y renegociacién, Ello hace imposible ana fos desde un concepto binario que fuerce a ubicar a los sist politicos ora en el extremo del centralismo, ora en el del fede mo. Por el contrario, resulta analiticamente més til pensar continuum con posiciones diversas segin las dimensiones pr tes en cada sistema: represemtacidn formal (segunda cémara ie 8 ZONA ABIERTA 104/105 (2003) torial, distritos basados en territories, sobrerrepresentacion de Jog estados mas pequefios), representacidn informal (negociacion bilateral y multilateral entre la federacidn y los estados miem- bros, Ambitos multilaterales «le cooperacién: conferencia de pre sidontes, conferencias sectoriales), procedimiento de reforma conatinecional con participaciin de Tos estados miembros y Pro- sooviin consttucional de. los estados miembros, mediante Tribir thal constitucional entre otros medios (Rodden 2001»). La constitucién federal deviene decisiva, segiin un argumen to que va de Madison a Weingast —pero que Treisman rebaja sustancialmente (20000)— en to que a la garantfa del autogo- ierno y el gobierno compartido por parte de los estados se 1 flere, pero no en cuanto norma cristalizada definitivamente, m0 ao rtm de su capacicnd dle catalizador de un “punto focal” (en el sentiig cle Schelling) que facilite la coordinacin de. los estar Joe fedicrados en su. defensa ante fa eventual ampliacidn de po- dleres por parte del Estado federal. Anera bien, dado que fa dis febuckin de poderes y competencins entre los diferentes niveles vee encuentra fijada de una vez. para siempre en ta constitu fan, sino que resulta continuamente renegocinda a través de Hn proceso de interacci6n intergubernamental, también aif debe rordarse el problema de las incentivos que pesan sobre los par- tiejpantes en la renegociacién. Y en este sentido la “Joint dec Sion trap” (Scharpf 1988) cobra toda su importancia. Pues 0 problema central del federalismo como proceso som los incenti- Poe pollticos ue aficultan, si no hloquean, [a renegociacién de ucvos equiliheios. En efecto, habida cuenta de que cl sam qua flenera beneficios privados bien para el Estado federal. bien para algunos estados federados, éstos wilizan los requ dela ye ae eonjunta del sistema para vetar su reforma, Si bien las seer constitucionales desempeian un papel en fa solucién de Tos os problemas del federalismo antes senialados, Ia (raginen (eecan det poder en el seno det Estado federal central, el bic vrei iamo con presencia de un Senado territorial y, en general Le-tablecimiento de ambitos multilaterales de negociacion, re catia eraciales para renegociar y legitimar nuevos equilibrios walla tema, Ademas ha de atenderse no sélo a los émbjtos on ilaterales de negociacién, sino también a otras variables aparentemente menores 0 incluso consideradas externas, tales, como el contenido de las estatutos de autonomia y las constitte ZONA ABIERTA 104/105 (2003) 9 sone tonsa icmbrso I ntaratr liva ods nies estatales (Filipov, Ordeshook yi na os ales (Filip, Ordeshook y Shvet sen sotimo Higa, necinsitucionasm de ta segunda ge neracion de estutios sobre el federal se muestra cecente mente afento alos actors en preseci, Tal y como apuntar Biker, n sistema fagmentado y descentralizado de partidos pee miento central de supervivencia del federalismo, pase conte yn sow andampntal praevia a een én rn (Bednar, Eskridge y Ferejohn Ahora bien, legados a este junto resulta preciso Reiesaneierel andlisis fa dimensién electoral (Treisman, 2000b). En concreto crar Ins externatidades electorates, i thas conto noptvas qe se prntcen ene noren de compe lion patie on os dstnton nc terra (Rodden 1) Las artis de bio esata: efrentan au eof enire Ta necesiiad de mejorae el funciengniento del sistema 1 : icnamiento del sistema Is posible conseevencis letras que pra els poo ge : rar esa réforma. Asf, habré una resistencia gen [ forma eando fs bentios ele orates privadon presale nivel de los estados federados sre los eventuaes beneficis para el conjunto de la federaci6n (Canada, Espafta); Una refor I i gee cose elestoas oo © aos deo estas fern polticamente improbable indepenientemente de mialidad. Por el contrario, las reformas serdn mis proba bles cuando ce prosuzcan entrralidade pontivas nteslon de an nuevg equlisio para fa mayosa de los estados a geno J los mds importantes (Alemania, Ausra) . in este contexto cobra relevan : ancja una cimensién hasta ahor federalisino. La centralidad de los partidos en los anilisis y tec Has potva del fedealsmo recgma i consilerscion rms ali ia Ta mera descentralizacion de los partides se ambito estatal je una nueva dimensiin adn pendiente de inclusién en estos modelos: la plurinacionalidad, esto es, Ia presencia de partidos acon o regina de die esata doudoes de na Wie estate) onzzatv rovinhmente tna de fy propia de os partidos de mbit € ttl por ms descent 8 que éstos,sean (Beramendi y biz 2000), 2004). Como vere mos en el capitulo dedicado a Espavia en este volumen, la intro- \ te hh cist 10 ZONA ABI {TA 104/105 (2003) ducci6n de esta dimensién modifica considerablemente tanto el problema de ta estabilidad institucional como la evaluacién de los costes y beneticios politicos de las propuestas de reforma por parte de los partidos de Ambito estatal En octavo lugar, el federalismo precisa para su supervivencia de la presencia de una cultura politica federal que refuerce ta ar- liculacién de autogobierno y gobierno compartido, suministran- do un trasfondo de valores y actitudes de los ciuidadanos que refuercen el sentido de unidad en la diversidad, respeto a la dife- rencia ¢ implicacién cooperativa en la’federacién. La segunda generacién de estudios sobre el federalismo considera, empero, no solamente que cl andlisis econémico del federalismo deba complementarse con un acercamiento analitico a la cultura mis- ma como una dimensién endégena mas del modelo: esto es, no un dato previo, sino el resultado de la eficacia de las institucio- nes y de la interaccidn estratégica entre actores. Del disefio insti- tucional y del proceso de negociacién y renegociacién del acuer- do federai dependeri decisivamente la génesis de valores y preferencias e incluso de identidades solapadas, necesarias para lu supervivencia del federalismo. La inclusién de la diferencia multinacional y las disparidades de cultura, lengua e historia, ast como de desarrollo econémico —tanto desde el punto de vista dc las instituciones como de los actores— entre los territorios de las federaciones constituye, empero, un desaffo apenas aborda- do por las teorias positivas de segunda generacion, Los cuatro articulos que se recogen en este volumen constituyen una muestra del audlisis del federalismo de la segunda genera- ci6n del neoinstitucionalismo de eleccién racional El seminal artfculo de Barry Weingast “El papel econémico de las instituciones politicas: el federalismo de mercado y el de- sarrollo ecoudmico”, publicado en The Journal of Law, Econo- mics, and Organization en abril de’ 1995 (vol. t, nim. 1), presen la un modelo de “ederalisimo de mercado” (“Market preserving federalism”) que serfa desarrollado posteriormente por el pro- pio autor (Weingast 1993, 2000) y sus colaboradores Gabriela Montinola, Maite Careaga y Yingyi Quian (Montinola, Qian y Weingast 1995, Careaga y Weingast 2000). Este modelo, deriva- ZONA ABIERTA 104/105 (2003) ' in do del federalismo competitivo de la public choice, postula, am- pliando el concepto originario de Riker, un nticleo de cinco con- diciones necesarias para la existencia del federalismo: 1) delim tacién competencial entre dos niveles de gobierno; 2) control de los estados miembros sobre su propia economia; 3) control del mercado federal por parte de las autoridades federales; 4) con- trol riguroso y restriccién presupuestaria de los gobiernos fede: ral y de los estados miembros; y 5) institucionalizacién de la autoridad con procedimientos multilaterales de reforma. La pre- sencia de las cinco condiciones satisface las exigencias del fevle- ralismo de mercado. Asi, las condiciones 2 y 5 limitan a la vez el gobierno central y permiten que provea los bienes piblicos fede- rales (defensa, mercado). Las condiciones 2 y 3 permiten, a su vez, la competicién entre los estados facilitando mercados mejo- res para trabajo y capitales, a la vez que impiden el proteccionis- mo local. La restriccién presupuestaria admite por un lado la transferencia de renta hacia las regiones menos desarrolladas, a la vez que refuerza el control del rendimiento, la vigilancia sobre el clientelismo y el déficit fiscal descontrolado. Finalmente, la condicién 5 se traduce en credibilidad y reduccién de ince sti dumbre para los actores. Para Weingast y sus colaboradores este modelo te6rico del federalismo permite avanzar no solamente en el andlisis de los efectos de los diferentes mecanismos federales, sino también en el estudio comparado del rendimiento institucional de los diver- sos federalismos, ejemplificados en casos como los de China, México, India, Brasil 0 EE UU. El articulo de Johnatan Rodden y Susan Rose-Ackerman Protege el federalismo a los mercados?” conticne la eritica mis sistematica aparecida hasta la fecha al modelo de Weingast, que Rodden ampliaré en articulos posteriores (Rodden 2000, 2001a y b, 2003, 2004). Los autores centran su critica del federa- lismo de mereado, tanto positiva como normativa, en tres puntos: 1) una insuliciente elaboracién de las dimensiones propiamente politicas de la teorfa, en especial la accountability electoral de los lideres, que impide considerar el modo en que las decisiones de los gobernantes de los estados miembros afectan a su reeleccién, atendiendo a emo se sostienen politicamente en el curgo a re sultas de las politicas que implementan; 2) una diagnosis mas pesimista de los beneficios del federalismo, cuyos resultados en awe 12 ZONA ABIERTA 104/105 (2003) eficiencia dependen de e6mo se regule cada estructura de ince: cee federacién puede conducir a una mayor eficiencia y ef cacia en la provision de bienes pliblicos, pero puede generar 36" ame. nucvas oportunidades Tocalcs para fa procura de renvas ay cetor piiblica 0 provision de hienes privades o semipriva~ sic mdiante priicticas clientelares; 3) un erecimiento de a desi- gualdad interterritorial: un modelo puro de federalismo de mer- aevtleviene incapaz de redistribuir. Los requerimientos de las politicas de eohesidn y equilibria territorial violan necesariamen- Pe tos nrincipios del modelo. En suma, el modelo ideal de Estado w fedopoderoso para el bien, inerme para el mal— que Voltaire habia eretdo encontrar en la Inglaterra en el siglo XvIIh se MLA: tra de nuevo pese al esfucrzo de Weingast como una vant itu ara ala reduecidn de padtercs del Estado para ta depredacidn im plica’ fa" erosién de su capacidad para 1a redlistribucién y provisién de bienes piiblicas desprovistos por eb mercado. Por 3u parte cl articulo de Jenna Bednar, William Eskridge y John Ferejohn “Teor'a politica del federalismo”, cuya aitima » ign ha aparecido en J. Ferejohn, J. Rakove y J. Riley (eds.), Constitutional Culture and Democratic Rule (Cambridge Uni- versity Pres, 2001: 223-267), propone un modelo que atiende al ya aludido déficit politico de las teorfas economiens del federa- fismo. Su objetivo es dar cuenta de las condiciones necest para la supervivencia del federalismo, destacdndose entre ellas: 4) Ia fragmentacién del poder en el nivel federal (especialmente pediante la presencia de una segunda cimara de represen: ign territorial) que permita la consolidacién de mecanisnios citilaterates que requieran la cooperacion de diferentes in tuciones, a stt vez deudoras de diferentes cuerpos electorales; 2) un sistema electoral que limite la capacidad de construccién de grandes partidos de ambito estatal centralizados, lo que su- pondria la inevitable recentralizacién del sistem 3) un control senconstitucionalidad, concenteado 0 difuso, que super: la socom de las reglas det juego (Eskridge y Ferejohn 19%) A juicio de los autores, mientras el “federalismo estructural” (ca serizado por reunir Ios rasgos | y 2) se muestra més eficazen rarttrolar fa expansion del gobierno federal, el “federalism Je Gieial” (cvalificado por la presencia del rasgo 3) se mucstrt mas apto para controlar el comportamiento no cooperativo de los estados miembros. ZONA ABIERTA 104/105 (2003) 1B p. tn aaa el articulo de, los compiladores de este ntimero. rablo Beramendi y Ramén Miz, “Federalismo y multinaciona: lidad. un andlisis institucional del Estado de las Autonomfas" intenta, a partir del caso espaiio! del Estado de las autonomias, in. trod en a modelo la presencia de idcntidaces maktiptes, ana tando us conséouens para la estabilidad «le los sistemas fe perspectiva de la interaccién entre actores € instituciones. La precariedad de los mecanismos de gobierno compartido ef el sistema espatiol (ausencia o crisis de los ambi tos multilaterales de negociacién como un Senado territorial conferericias sectoriales adecuadamente estructuradas), imy ied tna dindinica en exceso bilateral y un déficit de implicacin yc nalizacioh, de los intereses de las Comunidades Autnomas A las decisiones y politicas piiblicas generales. El surgimiento de eslrategias alternalivas de restriceidn del autogobierno y de ni gociaci6n bilateral con el gobierno central, junto con ins estrate. gias organizativas y discursivas de competicién de los partidos regionalistas y nacionalistas con tgs partidos de émbito cstatal ha generido tna dinmica que incentiva estrategias de los acto. res que érosionan y desafiah unilateralment las reglas institu: cionales vigentes. El articula explora brevem=nte, en esta direc: cién, tres dimensiones clave en la evoluci6n det Estado de fas autonomias: fa (in)estabitidad institucional, ta evolucién de las identidades colectivas superpuestas 0 excluyentes y la dimensi én fiscal (eficiencia y redistribucién del sistema). = nimA0GRAFIA. Bednar, 1. (1999), «Federalism: Unstable by Desi na. (198 by Desiyns, Paper arsa mec Bednar, J. 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