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INTRODUCCION A LA FILOSOFIA.

SEGUNDO PARCIAL

DESCARTES (1596-1650)

Descartes, considerado "Padre de la Modernidad", definió con claridad el objetivo de los filósofos de
este período histórico: la búsqueda de la certeza.
Mediante sus meditaciones y su método intentó dar respuesta al escepticismo reinante. Su estrategia
no fue el rechazo o la negación de la duda sino su aceptación hasta las últimas consecuencias. Es
decir, utilizó la duda como método y sometió todo conocimiento a duda con el fin de encontrar una
verdad de la que ya no pudiese dudar ni el más escéptico. Así llegó a alcanzar una certeza
primera: “Pienso, existo.” Y teniendo en ella una base inconmovible, reconstruyó el edificio filosófico.
En primer lugar, alcanzó una segunda certeza: la existencia de Dios. En segundo lugar, reafirmó la
confiabilidad del conocimiento científico, el cual tenía a Dios por garante.

Descarte habla sobre aquellas cosas que el considera que se pueden poner en duda. El criterio que
establece descartes para rechazar sus creencias, es la duda metódica; que consiste en rechazar como
inadecuada todas aquellas creencias de las cuales pueda plantearse alguna duda. El ejercicio de la duda
metódica pone en cuestión el valor de los sentidos pero también el de la razón deductiva. El mundo
físico, el cuerpo ajeno y el propio no superaran la duda metódica.
-Comienza dudando del conocimiento sensible, ya que los datos de los sentidos no son seguros,
podemos dudar de ellos. De hecho, los sentidos nos engañan a menudo. Incluso no hay indicios ciertos
para distinguir el sueño de la vigilia, por lo que todo lo que percibimos por los sentidos podría no ser
real. En consecuencia, todos los datos de los sentidos, inclusive el propio cuerpo, quedan a un lado en
esta búsqueda de la certeza.
-Luego duda del conocimiento racional, ya que como no se basan en los datos de los sentidos, las
verdades de razón (lógicas y matemáticas) no son alcanzadas por la duda, la cual recae sobre el
conocimiento sensible. Sin embargo Descartes señala que más de una vez nos equivocamos al realizar
algún cálculo, y lleva la duda al extremo de afirmar que podríamos estar siendo engañados por un
"genio maligno" , astuto y poderoso.

En síntesis; las cosas que pone en duda son:


*Sensibilidad; ya que los sentidos nos pueden engañar
*Mundo exterior; este puede ser el producto de la imaginación o de un sueño
*La razón; ya que hemos podido ser creados por un genio maligno y engañados por este.

Pero, más allá de toda duda se encuentra nuestra propia existencia. Incluso aunque admitiéramos que
somos engañado por un genio maligno, ello no invalidaría la certeza que tenemos respecto de esta
proposición: PIENSO, LUEGO EXISTO. Pues no se trata de un razonamiento o una deducción (como todo
lo que piensa existe, si yo pienso, yo existo) sino de una evidencia que se impone, de un conocimiento
intuitivo que se obtiene de modo inmediato y directo.

Descartes analiza su primera certeza para descubrir las notas distintivas que le servirán de criterio para
identificar otras afirmaciones verdaderas. La afirmación “Pienso, existo” se presenta a la conciencia con
"claridad" y "distinción". Por lo tanto, serán aceptadas como verdaderas aquellas ideas que
sean claras (ciertamente presentes a la conciencia) y distintas (no confundidas con otras ideas); me
refiero acá al criterio de verdad. Descartes sostiene que esa certeza consiste únicamente en ser una
cosa pensante ya que una cosa piensa, es una cosa que duda, que concibe, que afirma, que niega, que
quiere y que no quiere, que también imagina y siente. La duda sigue vigente con respecto a la existencia
de cosas externas a mí, por lo que el único camino en el que se puede seguir avanzando deductivamente
es el del análisis de ese "yo pienso" al que Descartes caracteriza como una sustancia pensante, como
una cosa que piensa. ¿Qué es lo que hay en el pensamiento? Contenidos mentales, a los que Descartes
llama "ideas". La única forma de progresar deductivamente es, pues, analizando dichos contenidos
mentales, analizando las ideas. Pienso, luego existo es el modelo de toda verdad (certeza fundamental);
es el criterio general de certeza. Se llega a esta certeza ya que todo aquel que piensa existe y de eso no
se puede dudar.
-A pesar de haber encontrado una certeza absoluta (“Pienso, existo”), y a partir de ella un criterio de
verdad, de todos modos sigue en pie la duda que sobre todo otro conocimiento nos genera la Hipótesis
del Genio Maligno. La demostración de la existencia de Dios despeja las dudas sobre el conocimiento
racional, que tiene en Dios a su garante. Su existencia se demuestra como causa externa de la existencia
en la conciencia de la idea de perfección, que no puede provenir del yo que duda y es imperfecto. Y
siendo Dios perfecto no puede ser engañador ni puede habernos hecho para que nos confundamos
sistemáticamente. Podemos equivocarnos porque no somos perfectos, pero no estamos hechos para el
error.
Con Dios como garantía, el conocimiento lógico y matemático recobra su seguridad y se desecha la
Hipótesis del Genio Maligno.

Descartes utiliza el ejemplo de la cera, para referirse a las manifestaciones del cuerpo. Este ejemplo
permite explicar que a pesar de los cambios que se produzcan, como ser el color, su figura, el tamaño, el
cuerpo sigue subsistiendo, en este caso, ‘la cera’, solo que mostrándose bajo otra forma. No conocemos
los cuerpos porque los vemos o tocamos, sino solamente porque los concebimos mediante el
pensamiento, es decir solo lo percibimos a través de la mente.

REGLAS DEL METODO.


1- EVIDENCIA: es el principio normativo fundamental, ya que todo debe converger hacia la claridad y la
distinción, a las que precisamente se reduce la evidencia. Mediante un acto intuitivo (concepto de la
mente pura y atenta), es como se logra la evidencia. Se trata de una idea clara y distinta que refleja solo
la luz de la razón, considerada en si misma, intuida y no argumentada. Se refiere a una idea presente
ante la mente y de la mente abierta a la idea sin meditación alguna.
2- ANALISIS: es una fase preparatoria esencial, ya que la intuición es necesaria para la evidencia y para
esta es necesaria la simplicidad que se logra a través de una descomposición de lo complejo en
elementos más simples. Según Descartes, se denomina simple a aquellas cosas cuyo conocimiento sea
tan claro y distinto que la mente no pueda dividirlas aun mas, cuyo conocimiento sea todavía mas
distinto.
3-SINTESIS: se trata de reconstruir un orden o de crear una cadena de razonamientos que van desde lo
sencillo hasta lo compuesto y que no pueden dejar de tener una correspondencia con la realidad.
4-ENUMERACION Y REVISION: consiste en efectuar en todas partes enumeraciones tan complejas y
revisiones tan generales que se este seguro de no haber omitido nada. La enumeración controla si el
análisis es completo y la revisión la corrección de la síntesis.

El autor aplica sus reglas para comprobar si contiene alguna verdad tan clara y distinta que permita
eliminar cualquier motivo de duda. No es lícito aceptar como verdadera una afirmación que se ve teñida
por la duda. Descartes al suponer que ninguna cosa era tal como nos la representan los sentidos,
sostiene que no existe en el saber ningún sector valido. El denomina ‘metódica’ a la duda, porque esta
constituye un paso obligado y provisional para llegar a la verdad. Nos referimos con esto al concepto de
universalidad y fecundidad, que consiste en justificar las reglas del método propuesta por Descartes.

R. Descartes considera que el mundo es una maquina, ya que las 3 leyes q rigen el mundo, que son el
principio de conservación, el principio de inercia y el movimiento rectilíneo le permiten unificar la
realidad mediante una especie de modelo mecánico que resulte fácilmente dominable por el hombre.
Descartes se halla interesado en su unificación por medio de modelos mecánicos de inspiración
geométrica. El modelo mecánico constituye el resultado de prolongadas y laboriosas operaciones de la
razón.

KANT (1724-1804)

Kant comienza haciendo una síntesis entre el empirismo y el racionalismo, y de ambos considera sus
virtudes y sus defectos. Afirma que todo conocimiento comienza con la experiencia, esta solo da el
material de conocimiento y a partir de allí actúa el sujeto, ya que la experiencia es siempre particular y
cambiante y no da la universalidad y la necesidad que brinda el conocimiento científico. Pero si es
verdad que todos nuestros conocimientos comienzan con la experiencia, todos, sin embargo, no
proceden de ella. Se llama a este conocimiento a priori y se distingue del empírico(a posteriori).
-La experiencia nos muestra que una cosa es de tal o cual manera; pero no nos dice que no pueda ser de
otro modo. La experiencia no da nunca juicios con una universalidad verdadera y estricta, sino con una
generalidad supuesta y comparativa.
Si se halla una proposición que tiene que ser pensada con carácter de necesidad, esa proposición es un
juicio a priori. La necesidad y la precisa universalidad son los caracteres evidentes de un conocimiento a
priori y están indisolublemente unidos.
- La metafísica es la ciencia cuyo fin y procedimientos tienden propiamente a la resolución de las
cuestiones de la razón pura que son: dios, libertad e inmortalidad. El papel de dicha ciencia es
emprender confiadamente su trabajo sin tener pruebas de la potencia o impotencia de nuestra razón
para tan grande empresa.
-Kant descubre que la naturaleza del conocimiento científico consiste en ser una síntesis a priori. El
conocimiento científico consta fundamentalmente de proposiciones o de juicios universales y necesarios
y además, incrementa de manera continuada el conocer.

Los juicios consisten en la conexión entre dos conceptos, uno de los cuales(A) sirve de sujeto y el otro (B)
de predicado. Juicios que emplea la ciencia:
Juicio analítico: es un juicio que formulamos a priori sin necesidad de apelar a la experiencia. Es
universal y necesario, pero no amplia el conocer (ej: hombre quemado)
Juico sintético: siempre amplia el conocer ya que me dice del sujeto algo nuevo. Estos pueden ser:
* a posteriori: son los mas comunes que se formulan basándose en la experiencia. Estos aumentan el
conocimiento pero no son universales ni tampoco necesarios
*a priori: son los juicios cuya verdad puede ser mantenida independiente de cualquier experiencia, por
lo que concluimos que no procede de ella. Son necesarios, universales, y se unifican al mismo tiempo
con la fecundidad, por ende aumentan el conocimiento. (TRIANGULO: 3 LADOS)
Las ciencias se componen de juicios sintéticos a priori.

Kant mediante una revolución que el mismo definió como revolución copernicana, llega a la conclusión
de que no es el sujeto el que, al conocer, descubre las leyes del objeto, sino al revés, el objeto es el que
se adapta, cuando es conocido, a las leyes del sujeto que le recibe desde el punto de vista cognoscitivo.
Los modos de conocer a priori del sujeto son la sensibilidad y el intelecto; Kant califica de
trascendentales los modos o las estructuras de la sensibilidad y el intelecto.
Llamo trascendental a todo conocimiento que tiene relación no con objetos sino con nuestro modo de
conocer los objetos, en la medida en que debe ser posible a priori.

La estética trascendental es la doctrina que estudia las estructuras de la sensibilidad, el modo en el que
el hombre recibe las sensaciones y se forma el conocimiento sensible.
En la “Estética Trascendental” Kant muestra que es preciso distinguir dos aspectos en toda intuición:

 las sensaciones: son el elemento empírico, consecuencia de la influencia de los objetos en la


facultad de conocimiento que denomina Sensibilidad;
 las formas a priori: no son consecuencia de la influencia de dichos objetos sino el modo en que
la Sensibilidad estructura, ordena (sintetiza dice Kant) las sensaciones. Estas formas son el
tiempo y el espacio.
La conclusión fundamental de la "Estética Trascendental" es que el tiempo y el espacio no son realidades
independientes del sujeto cognoscente sino Formas a priori de la Sensibilidad, formas que el
psiquismo impone a todo aquello que pueda ser conocido. Para que un objeto pueda ser percibido debe
someterse a las condiciones formales que impone la Sensibilidad –el tiempo y el espacio–, circunstancia
que precisamente hace posible el conocimiento sintético a priori

NIETZSCHE (1844-1900)
La razón nietzscheana apuesta por una interpretación de la realidad, que no es universal ni basada en
conceptos, sino individual, pues para él no hay una verdad universal, todo depende de la perspectiva de
cada individuo, para él la única realidad es la de la apariencia. Esa interpretación de la vida, de su
plenitud, debe basarse en el cuerpo, pues es manantial de deseos, pasiones e impulsos vitales. No debe
basarse en el alma, tal y como defendía Platón.

Vamos a abordar el tema de la corrupción del concepto de verdad y mentira. Estos conceptos para
Nietzsche no tienen ninguna significación moral, sino que hacen referencia a funciones del intelecto,
que buscan alcanzar la verdad, la realidad absoluta, que construida a través de conceptos y metáforas,
no es otra cosa que una falsificación de la vida, una mentira. Ese intelecto humano es utilizado por los
débiles para su subsistencia como “remedio para los más infelices”. Con esto consiguen adaptarse y
dominar el medio, superando la selección natural y subordinando la vida.
“El intelecto como medio para la conservación del individuo”, despliega sus fuerzas principalmente
fingiendo. Quiere esto decir, que para el hombre, su pensamiento es un privilegio universal, cuando en
verdad es su medio de supervivencia. Esto provoca que se sienta superior que intente desvelar la verdad.
Es por eso que se engaña. Los hombres promueven un contrato, ellos quieren vivir en sociedad, pues así
creen que podrían ser más felices y evitar así la guerra de todos contra todos.
De esa manera lo que pretendían era tener una vida más saludable. Establecen lo que es llamado el
concepto de Verdad, que sería común a todos los individuos de esa sociedad creada, y cuya finalidad
sería la de producir “consecuencias agradables”. Ese concepto de lo que llamamos “verdad” tiene que ir
unido al lenguaje, ya que éste es su medio de expresión: “En este momento se fijará lo que es verdad, es
decir, se ha inventado una designación de las cosas válida y obligatoria para todos, y el poder legislativo
del lenguaje proporciona también las primeras leyes de verdad”. Se establece por convención, es decir,
es común a la sociedad donde se prefija ese lenguaje, por lo tanto, si un hombre es llamado “mentiroso”
se le excluirá de la sociedad, ya que la perjudica. Para este filósofo, la verdad en sí, ya es engaño pues
depende de las convenciones del lenguaje, es decir que proviene de un pacto y no desde su significado
mismo.

*¿De donde procede en el mundo entero, el impulso hacia la verdad?


En la medida en que el individuo quiera conservarse frente a otros individuos, en un estado natural de
las cosas, tendrá que utilizar el intelecto, casi siempre, tan sólo para la ficción. Pero, puesto que el
hombre, tanto por necesidad como por aburrimiento, desea existir en sociedad y gregariamente,
precisa de un tratado de paz, y conforme a éste, procura que, al menos, desaparezca de su mundo el
más grande bellum ómnium contra omnes ( ‘guerra de todos contra todos’). Este tratado de paz
conlleva algo que promete ser el primer paso para la consecución de ese enigmático impulso hacia la
verdad. Porque en este momento se fija lo que desde entonces debe ser verdad, es decir, se ha
inventado una designación de las cosas uniformemente válida y obligatoria, y el poder legislativo del
lenguaje proporciona también las primeras leyes de la verdad, pues aquí se origina por primera vez el
contraste entre verdad y mentira. El hombre dentro de su medio social, ha establecido lo que ha de ser
verdadero, por lo tanto nace de la sociedad y no de la realidad misma. La verdad tiene origen social,
porque es producto de un acuerdo, un acuerdo de palabra.
El hombre desea la verdad en un sentido análogamente limitado: ansia las consecuencias agradables de
la verdad, aquellas que mantienen la vida, es indiferente al conocimiento puro y sin consecuencias, e
incluso hostil frente a las verdades susceptibles de efectos perjudiciales.
Solamente mediante el olvido puede el hombre alguna ve llegar a imaginarse que esta en posesión de
una verdad en el grado que se acaba de señalar.
No poseemos más que metáforas de las cosas que no corresponden en absoluto a las esencias
primitivas.

*¿Como se da la formación de conceptos?


Toda palabra se convierte de manera inmediata en concepto en tanto que justamente no ha de servir
para la experiencia singular y completamente individualizada a la que debe su origen, sino que debe
encajar al mismo tiempo con innumerables experiencias. Todo concepto se gorma por equiparación de
casos no iguales.
*¿Qué es entonces la verdad?
La verdad es un ejército en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismo, en suma, una
suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente
y que luego de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes. Las verdades
son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son, metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza,
sensible.
El compromiso que la sociedad establece para existir es ser veraz, es decir, utilizar metáforas usuales,
por tanto, no nos estamos refiriendo al compromiso de existir, sino de mentir de acuerdo a una
convicción firme, mentir borreguilmente, de acuerdo con un estilo vinculante para todos. El hombre se
olvida de que su situación es esta, por tanto, miente de la manera señalada, inconscientemente y en
virtud de hábitos seculares y precisamente en virtud de esta inconsciente, precisamente en virtud de
este olvido, adquiere el sentimiento de la verdad.

Solamente el hecho de que el hombre se olvide de si mismo como sujeto y por cierto, como sujeto
artísticamente creador, vive con cierta calma, seguridad y consecuencia; si pudiera salir fuera de los
muros de esa creencia que lo tiene prisionero, se terminaría en el acto su <<conciencia de si mismo>>.
Le cuesta trabajo reconocer ante si mismo que el insecto o el pájaro perciben otro mundo
completamente diferente al del hombre y que la cuestión de cual de las dos percepciones del mundo es
la correcta carece totalmente de sentido ya que para decidir eso tendríamos que medir con la medida
de la percepción correcta y no se dispone de esta medida.

*Nietzsche también ataca al cientifismo afirmando que la ciencia pretende hacer regular el mundo para
dar seguridad al hombre, creando más conceptos. De esta forma, Nietzsche habla de dos tipos de
hombres. El hombre racional y el hombre intuitivo:

HOMBRE RACIONAL HOMBRE INTUITIVO

Quiere dominar la vida mediante la previsión. Quiere dominar la vida considerándola real
cuando esta disfrazada de belleza, es decir, que
toma como verdad aquello que le interesa.

Representante de la actitud cientificista. Cree que Es irracional tanto en el sufrimiento como en la


todo es regular y previsible. felicidad

Solo conjura desgracias, ya que la vida es un Usan el intelecto. Busca lo regular en lo irregular
continuo golpe tras otro.

Nunca alcanzara la felicidad, porque pasa su vida Tiene momentos felices


intentando prever lo que pasara.
Nietzsche critica al cientifismo, y dice que el universo no es previsible, no es regular. El cientifismo crea
hombres que creen que pueden prever lo que ocurrirá para su propio beneficio, emancipándose de los
engaños y buscando continuamente la verdad. De esta manera, el cientifismo siempre perderá el
tiempo, puesto que el mismo lenguaje crea esas monedas desgastadas que nos alejan de esas metáforas
que son las verdades.
Por todo esto, si el hombre no puede alcanzar la verdad porque su humanidad hace que posean
intelecto y que, con él, cree esos arbitrarios conceptos que denomina verdad, lo más importante será
ser feliz, puesto que no puede librarse de esos conceptos y, por tanto, el cientifismo sólo empeora las
cosas al hacer creer al hombre que pueden alcanzar la verdad.
-La semejanza que hay entre los dos tipos de hombres es que ambos buscan la vida y ambos finjen.
Estudios sobre retorica (Santiago Guervos)
Anticipándose a la critica del lenguaje del siglo XIX y al giro lingüístico del siglo XX, el giro retorico
supone un modo particular de critica y de filosofía que trata de reducir el pensamiento a un puro juegos
de figuras retoricas, que explican la inalcanzable realidad y el mundo de ilusiones en el que nos
movemos. Se puso como meta revolucionaria convertir la realidad en figuras mediante metáforas
apropiadas. El lenguaje adquiere un protagonismo especial, tal vez porque Nietzsche intuye que ahí esta
la clave para poder llevar a cabo la transformación radical de la filosofía.
*El lenguaje es retorica: si bien el lenguaje sigue constituyendo el telón de fondo sobre el que se eleva la
critica a la filosofía tradicional, sin embargo sus formas de expresión y su pregnancia filosófica cambian
de signo. La retorica es el elemento paradójico que debería poder confirmarlo todo, pero que, una vez
introducido, comienza a destruir y terina por obligar a abandono de todo. Lo que la retorica destruye es
la posibilidad de seguir manteniendo el lenguaje de El nacimiento de la tragedia.
El nacimiento de la tragedia es un referente para medir las posibilidades y limitaciones del lenguaje. La
música, en la que tiene su origen l tragedia, es el arte por excelencia, es el arte propiamente dionisiaco y
en cuanto tal repele a la retorica puesto que lo retorico pervierte a la tragedia misma. El modelo
representacional del lenguaje es desplazado por un modelo retorico del mismo, y las cuestiones
filosóficas se convierten en cuestiones retoricas. Todo queda reducido a la figuración, con lo cual se
postula sin rodeos la soberanía de la retorica sobre la lógica.
La retorica se eleva a la categoría de paradigma explicativo de valor universal y adquiere un carácter
apodíctico y programático con un alcance difícil de comprender. Todo es retorica, porque todo es
lenguaje. Es decir, toda expresión lingüística es susceptible de ser reducida en sus elementos esenciales
a su estructura retorica inherente; con esto Nietzsche esta señalando una identidad de funciones entre
lenguaje y retorica, en la medida en que un lenguaje obedece al mismo imperativo que la retorica. Todo
esto significa el dominio de la retorica sobre la filosofía: los conceptos de conocimiento, verdad,
conciencia son desplazados por el arte, lo único que hace posible la vida.
*El poder de la palabra: cualquier resultado que se extraiga del uso lingüístico es una mera opinión,
ilusión, doxa, pero no conocimiento. El hombre a través del lenguaje no capta cosas sino impulsos. Con
esto, la ilusión del lenguaje verdadero (episteme) nos conduce a la rehabilitación del lenguaje de la
persuasión (doxa). La rehabilitación de la retorica lleva una rehabilitación del concepto retorico de doxa.
Para Nietzsche el lenguaje es esencialmente retorica, porque se articula con la doxa y no sobre la
episteme, en la medida en que todo lenguaje transfiere un impulso.
Retorica: facultad de observar todos los medios de persuasión sobre cada cosa. Es una fuerza del
lenguaje.
Esa fuerza esta en el origen del lenguaje, es lo que constituye al lenguaje y radica en la transposición,
por que el lenguaje fundamentalmente es transposición lingüística antes de ser referencia a las cosas,
algo que es puramente secundario y derivado.
-Nietzsche veía en la retorica un verdadero poder: el poder de la palabra (que se consideraba entre los
griegos como la prerrogativa más alta).
*La fuerza artística del inconsciente: otra de las ventajas que ofrece el modelo retorico es que, a través
del concepto de fuerza, se puede explicar mejor el lenguaje como un producto del instinto artístico
inconsciente. El modelo retorico sirve también para describir la actividad inconsciente, al igual que lo
artístico, es una expresión de la fuerza artística inconsciente.
El instinto y el núcleo mas intimo de un ser son una sola cosa. Este es el problema real de la filosofía, la
interminable finalidad de los organismos y la inconsciencia respecto a su origen.
SARTRE (1905-1980) –
El ser y la nada.
Sartre considera que el ser humano está "condenado a ser libre", es decir,
arrojado a la acción y responsable plenamente de la misma, y sin excusas. Estamos condenados a ser
libres porque no nos hemos dado a nosotros mismos la libertad, no nos hemos creado, no somos libres
de dejar de ser libres. Aunque todo hombre está en una situación, nunca ella le determina, antes bien, la
libertad se presenta como el modo de enfrentarse a la situación. La libertad se refiere a los actos y
voliciones particulares, pero más aún a la elección del perfil básico de mí mismo, del proyecto
fundamental de mi existencia, proyecto que se realiza con las voliciones particulares.
Sartre habla del carácter absoluto de la elección: siempre se podría haber elegido otra cosa. Y agrega
que lo propio de la realidad humana es ser sin excusa.
Cada persona es una elección absoluta de si a partir de un mundo de conocimientos y de técnicas que
esa elección a la vez asume e ilumina, cada persona es un absoluto que disfruta de una fecha absoluta y
es enteramente impensable en otra fecha.
A su vez, Sartre concibe la existencia humana como existencia consciente. El ser del hombre se
distingue del ser de la cosa porque es consciente. La existencia humana es un fenómeno subjetivo, en el
sentido de que es conciencia del mundo y conciencia de sí.
Primer principio del existencialismo: El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino
tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este
impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace.
Sartre escribe que en el ser humano «la existencia precede a la esencia», contrariamente a lo que se
había creído en la filosofía precedente. ¿Qué quiere decir esto? Sartre da un famoso ejemplo: si un
artesano quiere realizar una obra, primero «la» piensa, la construye en su cabeza: esa prefiguración será
la esencia de lo que se construirá, que luego tendrá existencia. Pero nosotros, los seres humanos, no
fuimos diseñados por alguien, y no tenemos dentro de nosotros algo que nos haga «malos por
naturaleza», o «tendientes al bien» —como diversas corrientes filosóficas y políticas han creído, y siguen
sosteniendo—. «Nuestra esencia, aquello que nos definirá, es lo que construiremos nosotros mismos
mediante nuestros actos», que son ineludibles: no actuar es un acto en sí mismo, puesto que nuestra
libertad no es algo que pueda ser dejado de lado: ser es ser libres en situación, ser es ser-para, ser como
proyecto.
Agrega luego, que uno es responsable de todo, salvo de la personalidad misma, ya que uno no es el
fundamento de su ser. Todo ocurre como si se estuviera obligado a ser responsable. Con todo nos
encontramos con una responsabilidad absoluta; por el hecho de que la facticidad consiste en que
estamos condenados a ser totalmente responsables de uno mismo.
La libertad del para si se capta en la angustia. Quien realiza en la angustia su condición de estar arrojado
a una responsabilidad o tiene ya remordimiento, ni queja, no es mas que una libertad que se descubre
perfectamente a si misma y cuyo ser reside en ese mismo descubrimiento. Pero, sin embargo la mayor
parte de las veces rehuimos la angustia en la mala fe. La realidad es vivida fundamentalmente mediante
la angustia, es decir, por medio de aquello por lo que el ser humano se da cuenta de su finitud y de la
fragilidad de su posición en el mundo. La angustia se presenta como el modo en que el ser humano
accede al fondo último de la realidad.
El existencialismo de Sastre.
La conciencia existe solo mediante una continua separación o distanciación del ser, una continua
secreción de la nada que separa de su objeto. El ser-en-si y la conciencia no pueden estar unidos en uno.
La conciencia solamente existe por un proceso de negación. Es una relación al ser, pero es distinta al ser.
La libertad pertenece a la estructura del ser consiente. Lo que llamamos libertad es imposible
distinguirlo del ser de la realidad humana. El hombre primero existe y después hace su esencia. La
libertad humana precede a la esencia del hombre y la hace posible.
El hombre es el no-ya-hecho. Él se hace a si mismo, en el sentido de que lo que llegue a ser depende de
si, de su propia elección.
Nuestra libertad esta limitada por toda clase de factores internos y externos. El ideal realmente
operativo de un hombre se revela en sus acciones. Es la conciencia misma la que confiere sentido al
entorno, es el hombre el que hace que s alrededor, su entorno, se le parezca de un cierto modo.
La libertad pertenece a la estructura misma del para-si. En este sentido, se esta condenado a ser libre.
No podemos elegir entre ser libres o no: simplemente somos libres por el hecho mismo de que somos
conciencias. Pero si que podemos elegir el tratar de engañarnos a nosotros mismos. El hombre es
totalmente libre, no puede menos de elegir y comprometerse de algún modo. La responsabilidad es
enteramente suya. El caer en la cuenta de esa total libertad y responsabilidad va acompañado de
angustia. El hombre puede tratar de engañarse adoptando alguna forma de determinismo, cargando la
responsabilidad sobre algo ajeno a su propia elección. Pero si asi lo hace esta en la mala fe. Es decir que
la estructura del para-si es tal que un hombre puede estar en un estado como de conocimiento y
desconocimiento simultáneos. Radicalmente tiene conciencia de su libertad pero puede verse a si
mismo, como siendo lo que no es el (su pasado) y entonces enmascara para si mismo la total libertad
que da origen a la angustia.
En fin, el hombre aspira al proyecto ideal de llegar a ser el en-si-para-si, ser y conciencia en uno.

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