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Deficit de atención

Operacionalmente el déficit de atención es la ausencia, carencia o insuficiencia de las


actividades de orientación, selección y mantenimiento de la atención, así como la
deficiencia del control y de su participación con otros procesos psicológicos, con sus
consecuencias específicas.
Desde el punto de vista neurológico, se asume que el Déficit de atención es un trastorno de
la función cerebral en niños, adolescentes y adultos, caracterizados por la presencia
persistente de síntomas comportamentales y cognoscitivos como la deficiencia atencional,
la hiperactividad y la impulsividad (Pineda, Henao, Puerta, Mejía, Gómez, Miranda, Rossellí,
Ardila, Retrespo, Murillo, y el grupo de Investigación de la Fundación Universidad de
Manizales,1999).
La Sociedad Española de Neurología (1989) señala que el Déficit de Atención se
caracteriza por los mismos síntomas del Síndrome Hipercinético, con exclusión de síntomas
derivados de la hiperactividad; es decir son síntomas derivados de la falta de atención, no
debidos a retraso mental grave, trastornos afectivos ni esquizofrenia.
Ardila y Rosselli (1992) mencionan al déficit de atención como defectos atencionales, y
proponen que estos son provocados por lesiones cerebrales, es esencial encontrar:
insuficiencias en el nivel de alerta, fluctuaciones de la atención, defectos de la
concentración e impersistencia motriz, tales defectos son especialmente evidentes en caso
de patologías de los lóbulos frontales y es usual encontrarlos en pacientes que hayan
sufrido trastornos craneoencefálicos.
Cabe resaltar que en los manuales de diagnóstico de trastornos mentales y del
comportamiento: CIE-10 y DSM-IV, el Déficit de atención no es definido operacionalmente.
En el CIE-10 el déficit de atención es considerado como síntoma de un trastorno
hipercinético; mientras que el DSM IV considera al déficit de atención como un síntoma del
trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
La Organización Mundial de la salud (1992) señala que los déficits de atención se ponen de
manifiesto cuando los chicos cambian frecuentemente de una actividad a otra dando la
impresión que pierden la atención en una tarea porque pasan a entretenerse en otra.
La Asociación de Psiquiatría Americana (1995) a través del manual diagnóstico de
trastornos mentales y del comportamiento (DSM-IV) indica que las personas con déficit de
atención o desatención se caracterizan por:
- No prestar suficiente atención a los detalles, por lo que se incurre en errores en tareas
escolares o laborales.
- Presentar dificultades en mantener la atención en tareas y actividades lúdicas.
- Dar la impresión de no escuchar cuando se le habla directamente.
- No seguir instrucciones y no finalizar tareas y obligaciones.
- Presentar dificultades en organizar tareas y actividades.
- Evitar actividades que requieran de un esfuerzo mental sostenido.
- Extraviar objetos de importancia para tareas o actividades.
- Ser susceptibles a la distracción por estímulos irrelevantes.
- Ser descuidado en las actividades diarias.
MEDICIÓN DEL DÉFICIT DE ATENCIÓN.
Como ha sido señalado anteriormente, diversos autores consideran que el déficit de
atención presenta características comportamentales y/o cognoscitivas, aunque difieren en
algunos aspectos.
Dado que la atención tiene una serie de manifestaciones tanto fisiológicas, motoras,
cognitivas, y que el déficit atencional desfavorece el buen rendimiento del individuo en
contextos como la familia, escuela y la comunidad, es que se han desarrollado instrumentos
que contribuyen a su detección y medición en el área psicológica, neurológica y
pedagógica.
Tratamiento farmacológico
Se dispone de una gran cantidad de estudios y datos que indican la eficacia y seguridad de
los estimulantes en el tratamiento de niños con TDAH. También hay estudios que señalan la
eficacia de varios fármacos no estimulantes como el bupropión​23 y los antidepresivos
tricíclicos​24-28​. A continuación revisamos con cierto detalle los fármacos útiles en el
tratamiento del TDAH.
Uso de fármacos estimulantes en el tratamiento del trastorno por déficit de atención e
hiperactividad
Metilfenidato. El metilfenidato es el único estimulante indicado para el tratamiento del TDAH
disponible en España. Se presenta en comprimidos de 10 mg (Rubifén​®​). En EE.UU.
además hay disponibles comprimidos de 5 y 20 mg y de liberación prolongada de 20 mg. El
reciente estudio MTA del National Institute of Mental Health (NIMH) estadounidense ha
demostrado que en tratamiento farmacológico con seguimiento cuidadoso y estandarizado
se asocia con una reducción de los síntomas de TDAH superior al tratamiento con
intervención exclusivamente psicosocial​29,30​. En este estudio la combinación de medicación
y tratamiento psicosocial intensivo (terapia individual, familiar e intervención en el colegio)
no producía beneficios adicionales al uso exclusivo de medicación para los síntomas de
TDAH, aunque sí mejoraba otros síntomas no propios del TDAH, como comportamientos
negativistas y agresivos, síntomas internalizados, interacciones con compañeros, relaciones
padres-hijos y habilidades lectoras. En este estudio, de 14 meses de duración, se comprobó
además que la dosis inicial de metilfenidato debía ser ajustada a lo largo del estudio para
mantener una respuesta óptima. El grupo en que se combinaban medicación y psicoterapia
precisó una dosis media de metilfenidato 5,8 mg/día inferior al grupo que sólo usaba
medicación (combinado: 29,0 ± [11,1] mg/día; sólo medicación: 34,8 ± [11,1] mg/día, [p <
0,001])​31​.

Facilidad de administración: El tratamiento farmacológico, sobre todo en la infancia y


adolescencia, puede crear estigmatización (por ejemplo en el caso de que tenga que hacer
la toma delante de sus compañeros de colegio). La facilidad con la que el fármaco sea
administrado también es un elemento que se tendrá en cuenta.
Duración del efecto: Es importante recordar que el TDAH afecta a todos los aspectos de la
vida del niño, adolescente o adulto, no sólo al entorno académico o laboral. Por lo que se
evaluará la necesidad de que el tratamiento cubra las horas necesarias del día de cada
paciente.
Tratamientos estimulantes
El tratamiento con estimulantes del sistema nervioso central se piensa que actúa
principalmente reduciendo la recaptación de dopamina y noradrenalina por la neurona
presináptica, y aumentando su concentración en el espacio intersináptico.
Tratamientos no estimulantes
El tratamiento no estimulante es un inhibidor de la recaptación de la noradrenalina, que
actúa inhibiendo el transportador presináptico. También actúa sobre la dopamina a nivel
cortical.
Efectos secundarios del tratamiento farmacológico
El uso de cualquier tipo de medicamento puede provocar efectos secundarios. Ningún
medicamento tiene una tolerabilidad del cien por cien aunque se hayan evaluado de forma
rigurosa.
En el caso de la medicación para el TDAH, si se manifestasen efectos secundarios, se debe
consultar inmediatamente con su médico para que evalúe las medidas oportunas a llevar a
cabo.
Seguimiento del tratamiento
El profesional médico especialista será el encargado de realizar las revisiones periódicas
necesarias para una evaluación adecuada de la tolerancia y eficacia del tratamiento, así
como para el control de los posibles efectos adversos que pueda manifestar el paciente.
Las revisiones es previsible que sean más frecuentes al inicio del tratamiento para poder
controlar bien el tratamiento. Una vez la dosis del medicamento se haya ajustado y se haya
evaluado adecuadamente la respuesta del paciente, se harán en general con menor
frecuencia.
Para poder evaluar posibles mejoras durante la fase de seguimiento el médico puede
establecer, de acuerdo con la familia o el paciente, un objetivo para la siguiente revisión (por
ejemplo, evaluar la capacidad de concentración en alguna tarea específica). De esta forma,
se podrá percibir si existe una mejora con el tratamiento.
Interrupción del tratamiento
Una de las mayores preocupaciones de la familia sobre el tratamiento con medicación es la
duración de éste. A día de hoy, no existe un período establecido estándar aplicable a todos
los pacientes. Cada caso es único y por lo tanto el período de tratamiento será variable de
un caso a otro.
Existen casos en los que se establecen períodos de descanso de la medicación previo
acuerdo entre el médico especialista, la familia y el paciente:
- Períodos ventana: Consiste en establecer 15 días sin tratamiento cada 1 o 2 años con el
objetivo de valorar la necesidad de mantenerlo.
- Vacaciones terapéuticas: En ciertas ocasiones la familia puede solicitar al médico un
descanso del tratamiento durante las vacaciones de verano.
- Días de olvido: Si se ha producido un olvido y no se ha tomado la medicación un día, este
día se puede tomar como test para evaluar la diferencia entre tratamiento vs no tratamiento.
Referencias
1. C. Steer et al. Lisdexamfetamine Dimesylate. A new Therapeutic Option for
Attention-Deficit Hyperactivity Disorder.
2. J.A. Alda Díez et al., TDAH en Pediatría. inScienceCommunications, 2013.
3. “Informe PANDAH. El TDAH en España”, Adelphi, 2013.
4. Attention deficit disorder. A review of the past 10 years. J Am Acad Child Adolesc
Psychiatry 1996; 35:978-87.

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