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Las obras hidráulicas son tan abundantes en los ecosistemas fluviales que, en la actualidad,

son pocos los ríos cuyos caudales no están regulados artificialmente. Por ello, la gestión del
agua y de los recursos biológicos con ella relacionados deben enfrentarse a los problemas que
estas obras originan y en concreto cuantificar los caudales circulantes mínimos capaces de
mantener los ecosistemas de los tramos de río regulados.

La creciente demanda social de un medio ambiente más limpio ha impuesto en la planificación


hidráulica la consideración de que en los cauce regulados circulen, al menos, unos caudales
ecológicos. El concepto de estos caudales ecológicos comprende enfoques científicos que
normalmente ocupan a profesionales diferentes, con áreas de trabajo disjuntas. El término
caudal es elemento básico de hidráulicos e ingenieros gestores del recurso agua, mientras que
el adjetivo ecológico nos refiere al mundo de la biología y de la gestión de la naturaleza. Por
ello, la fijación de caudales ecológicos es una tarea con una clara vocación multidisciplinar.

Las confederaciones hidrográficas y otros órganos de cuenca, debido a su carencia de personal


con formación limnológica, ha fijado, con frecuencia, unos caudales ecológicos en base a unos
criterios meramente hidrológicos que nada o poco tienen que ver con la ecología. Así las Leyes
de Aguas obliga a las confederaciones hidrográficas a fijar en los respectivos planes
hidrológicos unos caudales ecológicos en todos los ríos regulados, en los que existen por lo
general marcados conflictos entre los diferentes usuarios del agua; y ello, además, en un
momento en que el agua es un recurso cada vez más escaso. En esta coyuntura, los gestores
del agua no pueden esperar a que se completen todas las investigaciones necesarias sobre los
requerimientos de hábitat de las diferentes especies, y deben de tomar decisiones en este
sentido.

El caudal ecológico (caudal mínimo medio ambiental o caudales de mantenimiento), se trata


del caudal que hay que dejar en un río aguas abajo de cada aprovechamiento de regulación o
derivación (modificación del régimen natural) para que se mantenga un nivel admisible de
desarrollo de la naturaleza en especial para vida acuática y así preservar los valores ecológicos.
Podemos definir cauces ecológicos mínimos como también máximos ; en los casos más
frecuentes, en que el agua es considerada un recurso escaso, nos interesará especialmente
ese valor mínimo o base como es el 10% del caudal medio anual. Pero habrá casos en que
será necesario vaciar muy rápidamente un embalse (ante la amenaza de inundaciones, la
necesidad de producción hidroeléctrica, etc.) y en estos casos habrá que fijar también los
valores máximos o picos del caudal circulante por el cauce, para mantener la estabilidad de los
recursos biológicos.
REQUISITOS PARA EL CALCULO DEL CAUDAL ECOLOGICO:

A pesar de la enorme variedad de métodos de cálculo existente, el método de cálculo éste


deberá cumplir los siguientes requisitos:

 La base de cálculo deberá tener en cuenta una regularidad natural, debiendo así formar
parte del coevolución entre el medio físico y las comunidades naturales.

 La aplicación del método y el resultado a obtener deberá ser personalizado,


respectivamente, para cada cauce o tramo de río en concreto, evitando planteamientos
basados en proporcionalidades fijas. Aprovechando al máximo la información que cada
río aporta sobre las necesidades de sus comunidades naturales.

 El método adoptado deberá cumplir un criterio tan simple y obvio como que el caudal
de mantenimiento debe ser comparativamente más conservativo en los ríos menores y
menos en los de mayores caudales circulantes, lo que quiere decir que: Restar menos
de “poco” puede conducir a nada, mientras que restar mucho de “más” puede permitir
una situación sostenible.

 Los resultados obtenidos deberán estar en concordancia con experiencias empíricas,


tanto bibliográficas como personales, y con las condiciones propias de las obras
hidráulicas; encerrando un intervalo de máxima probabilidad entre el 10% y el 30% del
caudal medio interanual.

METODOS PARA EL CALCULO DEL CAUDAL ECOLOGICO:

Básicamente hay tres tipos de planteamientos o metodologías a la hora de fijar los caudales
ecologicos:

METODOS HIDROLOGICOS:

Este grupo de métodos están basados en el estudio de las regularidades de series temporales
largas de registros de caudales. El caudal ecológico se establece a partir del resultado de
alguna operación aritmética más o menos compleja, o bien a partir de algún parámetro
estadístico supuestamente representativo. Actualmente, son aún los métodos de cálculo más
extendidos a nivel mundial; perteneciendo a este bloque la mítica regla del 10%, que establece
como caudal ecológico el resultado de aplicar tal tanto por ciento al caudal medio interanual.

METODO HIDRÁULICOS:

Basado en criterios hidráulicos o, si se prefiere, hidráulico-biológicos. Son métodos que se


basan en el estudio de la evolución de una serie de parámetros morfohidráulicos definitorios
del hábitat de una comunidad acuática determinada. En cierto modo son como una segunda
generación de métodos de cálculo de caudales ecologicos, con propuestas que probablemente
no han tenido toda la atención que se merecen.

METODO DE SIMULACION DE HABITATS:

Son los métodos de la tercera generación, en los que el estudio de una serie de parámetros
morfohidráulicos se extrapola hasta su relación concreta con algunas variables biológicas
poblacionales de especies piscícolas determinadas para definir sus preferencias en cuanto a
hábitat. El caudal ecologico a partir de este método no resulta tan sencillo y directo como en
los casos anteriores, aunque supuestamente sus resultados ofrecen algunas garantías más de
adecuación, que no son, sin embargo, demasiado útiles para ríos en los que la variabilidad
temporal de las características del hábitat es inherente.

VENTAJAS DE LOS METODOS HIDROLÓGICOS E HIDRÁULICO-BIOLÓGICOS:

Son métodos de carácter integrador esencialmente, es decir de síntesis, mientras que los
basados en la simulación de hábitats son más bien analíticos.

En los dos primeros se da por supuesto que la información teóricamente más importante para
los organismos acuáticos está concentrada en las series hidrológicas o bien en unas cuantas
características hidráulicas de la sección, mientras que el tercer método pretende determinar y
ponderar la importancia de todos estos aspectos hidrológicos e hidráulicos, además de otros
con el objetivo de definir cuál es la relación óptima entre disponibilidad de hábitat y unidad de
caudal.

Los métodos hidrológicos e hidráulico-biológicos permiten la obtención de caudales ecologicos


válidos, puesto que en los parámetros que utilizan está toda la información necesaria para los
cálculos.

Los métodos hidrológicos y los hidráulico-biológicos son extremadamente más fáciles de


aplicar, y esto, a pesar de que pueda parecer marginal, es de trascendental importancia a
efectos de su difusión y puesta en práctica.

Finalmente, los métodos de simulación de hábitats parten de variables evaluadas de forma al


menos igual de arbitraria que las de los métodos hidrológicos e hidráulico-biológicos, solo que
bajo tratamientos de cálculo que requieren muchos más ajustes y por tanto mayor carga de
subjetividad y de potencial acumulación de sesgos.

FINALMENTE:

Los caudales ambiéntales no son caudales caprichosos propuestos por ecologistas, nacen
como una obligación moral del hombre para con la naturaleza y para con el mismo.

El mantenimiento de los caudales ambientales garantiza un respeto por la funcionalidad de los


ecosistemas acuáticos y no puede ser considerado un problema al uso del agua, sino una
solución frente al abuso de unos pocos.

Quitarle a un río o a un sistema de agua subterránea caudales en exceso, no sólo perjudica


todo el ecosistema acuático, sino que también amenaza a las personas y comunidades que
dependen del mismo.

Es necesario introducir en los actuales planes de cuenca, y en sus futuras revisiones, así como
en los reglamentos, el establecimiento de planes de gestión específicos destinados al
mantenimiento y mejora del buen estado ecológico.

Se requiere la actualización de las técnicas para la adecuada determinación del régimen de


caudal ambiental, un marco legal acorde con esta nueva concepción, y una percepción social
de la necesidad impostergable de establecer unos niveles que garanticen la sostenibilidad
ambiental de los ecosistemas.

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