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 Valoración Crítica

La imperante necesidad y preocupación por la calidad de nuestro sistema

educativo mexicano y el Planteamiento Educativo derivado de las “propuestas” de
la UNESCO y la OCDE se han catalizado a través de la formación basada en
competencias. Este enfoque constituye una propuesta que parte del aprendizaje
significativo y se orienta a la formación humana integral como condición esencial de
todo proyecto pedagógico.

El Sistema Educativo Mexicano hoy busca solventar el reto de acceso,

cobertura y calidad a través de este enfoque, no obstante a pesar de los avances
que se han tenido en virtud de la conceptualización de las competencias y el auge
de publicaciones en torno ello durante la última década, hoy siguen existiendo una
serie de vacíos en este enfoque que dificultan de manera significativa su empleo en
la educación.

Seymour Papert en la Máquina de los niños formula la siguiente situación:

“Imaginemos un grupo de viajeros del tiempo provenientes del pasado; entre
ellos hay un grupo de cirujanos y un grupo de maestros de escuela todos ellos
ansiosos por conocer cuánto ha cambiado su profesión al cabo de cien o más años.
Imaginemos el desconcierto de los cirujanos al encontrarse en el quirófano de un
hospital moderno. Si bien serían capaces de reconocer que se estaba llevando a
cabo una operación, e incluso podrían adivinar cuál era el órgano enfermo, en la
mayoría de los casos no serían capaces de hacerse una idea de cuál era el objetivo
del cirujano ni de la función de los extraños instrumentos que éste y su equipo
estaban utilizando. Los rituales de la asepsia y la anestesia, los agudos sonidos de
los aparatos electrónicos y las brillantes luces, tan familiares para los espectadores
habituales de televisión, les resultarían totalmente extraños. Los maestros del
pasado, por el contrario, reaccionarían de manera muy distinta a la clase de una
escuela primaria moderna. Posiblemente se sentirían confundidos por la presencia
de algunos objetos; quizá percibirían cambios en la aplicación de ciertas técnicas -y
seguramente no habría acuerdo entre ellos sobre si el cambio ha sido para bien o
para mal-, pero es seguro que todos comprenderían perfectamente la finalidad de
cuanto se estaba llevando a cabo y serían perfectamente capaces de encargar se de
la clase”

Tal como fórmula Díaz Barriga (2005) la evolución del sistema educativo en
México en los últimos cuarenta años se ha visto lacerado por la “dinámica” de los
ciclos políticos; cada periodo gubernamental y cada ente que hace uso de la silla
presidencial esgrime propuesta tras propuesta con la bandera de innovación el
entramado discursivo en la política en educación.

Es con base en ello que la presente compilación busca elucidar los elementos
teóricos, heurísticos y axiológicos referentes a este enfoque educativo.

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 ¿Es la mala calidad educativa eluctable?

“No, mientras la calidad se interprete como desempeño. El mundo de la política

educativa está dividido en dos. El de los encargados de la política educativa y el de
los educadores. Los encargados normalmente son políticos: el presidente de la
República y sus empleados, por ejemplo el secretario de educación. Ellos
normalmente no son educadores, ni expertos ni profesionales, pero, ¡caray! ¿Cómo
imponen normas o reformas con la simpleza del neófito? De allí que para ellos sea
tan fácil esgrimir argumentos de otros frentes para luchar contra los males
educativos” Véase en Andere Eduardo, Zona de Aprendizaje,
http://eduardoandere.org/.

De acuerdo con Jesús Hernández Garibay (2010), el problema más grave de la

educación no se encuentra en el sistema educativo, sino en su nudo terminal: el
mercado de trabajo. Dicho nudo muestra cada vez mayores limitaciones, a grado
tal que la socorrida tesis del “capital humano”, según esto piedra angular del futuro
exitoso del joven egresado del sistema educativo y base de nuestro desarrollo como
país. Sumado a ello el problema del subempleo y desempleo profesional, ha
desdibujado las perspectivas de “éxito profesional” basado en las credenciales de
los egresados.

Martínez Rizo (2003) considera que un sistema proporciona una educación de alta
calidad en la medida en que se establezcan objetivos, altamente relevantes y sean
alcanzados en alto grado por la inmensa mayoría de los educandos –dentro de los
márgenes de las diferencias individuales en concordancia con esta definición de
calidad, el INEE establece las siguientes condiciones adicionales, para considerar
que un sistema educativo es de calidad:

1. Existe un currículo adecuado a las circunstancias de la vida de los alumnos

(pertinencia) y a las necesidades de la sociedad (relevancia);
2. Logra que la más alta proporción de destinatarios acceda a la escuela,
permanezca en ella hasta el final del trayecto y egrese alcanzando los
objetivos de aprendizaje establecidos en los tiempos previstos para ello
(eficacia interna y externa);
3. Consigue que los aprendizajes sean asimilados en forma duradera y se
traduzcan en comportamientos sustentados en valores individuales y sociales,
con lo que la educación será fructífera para la sociedad y el propio individuo
(impacto):

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 4. Cuenta con recursos humanos y materiales suficientes, y los usa de la mayor
manera posible, evitando derroches y gastos innecesarios (eficiencia); y
5. Toma en cuenta la desigual situación de alumnos y familias, las comunidades
y las escuelas, y ofrece apoyos especiales a quienes lo requieren, para que
los objetivos educativos sean alcanzados por el mayor número posible de
estudiantes (equidad).

En México pareciese no percibirse la maleza y el trasfondo de lo que rige nuestro

horizonte, y no resulta difícil pronosticar nuestra situación dentro de 6, 12 o 20
años, y eso tiene una respuesta multicausal, el deplorable estado de la educación,
la escasez de recursos (a lo que prioriza como el sector agrícola o salud,
obviamente capital existe pero se designa para cuestiones más relevantes como
aviones presidenciales o cargos públicos quiméricos) la apatía colectiva (concebida
como rasgo sustancial del mexicano) los medios de comunicación masiva y esa
amnesia colectiva que pareciese acentuarse en cada transición gubernamental.

Desafíos del Sistema Educativo Mexicano:

El desarrollo social y económico es un tema que en todo discurso político se aborda,

bombardeando al público cautivo en la retórica del líder en turno, las masas se
mueven al vaivén de lo que en el alegato se expresa, no obstante y a pesar de vivir
en el Siglo XXI, el pueblo Mexicano aún vive un oscurantismo social propio del
Medioevo, políticas seniles, inverosímiles e intangibles, y sin embargo amalgamas
perfectas de las subconsciencias colectivas, nación semicolonial que entre sus
entramados discursivos se enorgullece de su riqueza cultural y sin embargo ignora
su historicidad, ante ello no resulta difícil sino embarazoso analizar las
problemáticas que acosan nuestro país.

El Desafío del Financiamiento 2012-2018

El éxito comercial de los países pertenecientes a la Unión Europea y los casos

milagrosos como el de Chile en América Latina, realmente no son milagrosos, sino
de inteligencia y conciencia colectiva, en los cuales lograron llegar a un consenso en
función de que su futuro no fuese incierto, estableciendo objetivos estratégicos del
país, sabiendo que sin previsibilidad no hay inversión extranjera, y por ende no hay
ingresos para la nación.

Comparto la postura de José Mújica en virtud de la inversión en educación: “Las

inversiones en educación son de rendimiento lento, no le lucen a ningún gobierno,

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movilizan resistencias y obligan a postergar otras demandas. Pero hay que hacerlo.
Vamos a invertir primero en educación, segundo en educación, tercero en
educación, cuando tome posesión de mando del Uruguay. Un pueblo educado tiene
las mejores opciones en la vida y es muy difícil que lo engañen los corruptos y
mentirosos”.

Personalmente me resulta imposible no encumbrar el papel de la Educación como

filtro sustancial en el impulso del desarrollo social, ante ello retomo la tesis del
Maestro Pablo Latapí Sarre quien nos dice: “En este México nos encontramos en la
Edad del Quinto Sol –la del Sol en Movimiento- en el que un destino cósmico nos
obliga a destruirnos para reconstruirnos sin cesar, pasado y futuro se funden en
cada presente”, el tiempo de nuestro país se agota, y también el de cada uno de
nosotros.

México en el siglo del conocimiento, como mencioné líneas arriba nos situamos en
una realidad que ha sido vulnerada por las acciones violentadas de unos cuantos,
junto a la complicidad de líderes pro auto-beneficiarios y la concienzuda apuesta a
que en algún momento un mecías político corregirá el rumbo de nuestro país, no
obstante y refiriéndome a Villoro a que “toda filosofía es hija de su época”, nos
encontramos con una ideología encaminada a la anarquía o “africanización” como lo
define Oppenheimer, resulta imperante que la educación retome un credo de
regeneración al interior del aula, que las familias fortalezcan los elementos
axiológicos y emocionales que todo ser humano necesita, la educación como el
Maestro Freire alude debe ser libertadora, creadora de mentes reflexivas, de
conciencias críticas y que el discente sea capaz de transformar su realidad.
Concretamente y homologando la idea de Latapí “nuestros retrasos educativos son
la raíz de nuestros retrocesos económicos”.

Escenarios de la Política Educativa

¿Arquitectónicamente condenados a la parálisis?

Aludiendo al Maestro Octavio Paz en el laberinto de la soledad “a veces las formas

nos ahogan”, en el diseño de nación propuesto sexenio tras sexenio, se plantean
líneas paradigmáticas que orienten el bienestar de los y las mexicanas, reformas en
el ámbito educativo, propuestas de salud, de desarrollo urbano, pero esas formas
de concebir el desarrollo social mantienen la misma inercia idealista que queda en
mera abstracción. La ingeniería entendida como es el acumulado de elementos
cognitivos y técnico científicos aplicadas a la creación, perfeccionamiento e

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implementación de estructuras (tanto físicas como teóricas) para la resolución de
problemas que afectan la actividad cotidiana de la sociedad.

En virtud de ello se necesitan ingenieros políticos capaces de resolver las demandas

sociales, capaces de diseñar, consensar y aplicar políticas de participación integral.
Hoy día México vuelve a retomar los colores de bandera nacional del partido que
más daño ha causado al país, no basta saber que nuestra conciencia colectiva se
encuentra en permanente apnea y que repetimos patrones patológicos orientados a
la transgresión individuo-colectiva, sino se de ocuparnos desde nuestro
microcosmos de transformar para bien nuestra sociedad, profesores ponderados,
políticos con identidad social, líderes con compromiso y responsabilidad, niños,
niñas y jóvenes reflexivos, madres que no introyecten la patología social de la
violencia, de la inequidad, de la injusticia.

En México y en América Latina los diagnósticos realizados por diversas

organizaciones internacionales (derivadas de las pruebas estandarizadas), sugieren
estrategias a ser tomadas en cuenta, aunque fundamentalmente en la perspectiva
de las necesidades del mercado –“competencias everywhere”- Por ello, en las
últimas décadas se iniciaron los entramados de gestión y de desarrollo de una
reforma que fortaleciera los procesos educativos, de promoción y de ingreso al
magisterio. El objetivo era y es la excelencia del profesorado, la calidad en la
educación de la educación impartida y la eficiencia autogestiva de las instituciones
educativa. No obstante los resultados en SiSat, Planea, o Pisa siguen siendo tema
de investigación y de interés por los bajos resultados, además del detrimento de la
imagen del profesor, la disminución en el ingreso a las normales del país y de los
obviados procesos de evaluación infecundos de homogeneidad. En la educación ya
no caben regateos. Hay que romper la esclerosis, sanear el sistema educativo,
universalizarlo, integrarlo y elevar su calidad en cada rincón de este hermoso país.

La evaluación debe ser un medio y nunca un fin, mejorar el desempeño del

estudiante requiere una visión clara de aquello que usted desea lograr, un sistema
integral de medición para captar el progreso, y un compromiso de actuar según los
resultados para realizar cambios apropiados.

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 A guisa de justificación

Para el profesional en educación, imperante resulta que esté apercibido de las

herramientas teórico metodológicas e instrumentos necesarios, para valorar los
aprendizajes en el ámbito de la educación formal. Asimismo conocer las tendencias
teóricas que sustentan el diseño y aplicación de instrumentos para la valoración de
los aprendizajes y la toma de decisiones en virtud de los resultados, concatenado a
las actitudes e identidad profesional, ponderando el sentido ético del ejercicio
docente.

Propósito del facilitador

Proporcionar los elementos teórico-metodológicos para el diseño de propuestas de

evaluación de los aprendizajes, a partir del conocimiento del campo y de los
momentos de evaluación, en función a las diversas perspectivas teóricas.
Considerando el diseño y elaboración de instrumentos congruentes con la corriente
educativa especifica.

Objetivos de la Experiencia Educativa

Identificar y aplicar de manera consiente las estrategias de evaluación acordes con

los objetivos de aprendizaje y las características de los participantes de un
programa de formación.

Comprender los conceptos generales que abarca la evaluación del proceso de

enseñanza y aprendizaje, analizando la pertinencia de su aplicación en diversas
situaciones didácticas, así como analizar el papel de los agentes que intervienen en
el proceso evaluativo, así como los momentos en que se deben realizar y aplicar los
lineamientos generales para elaborar instrumentos de evaluación.

Conceptualización

La evaluación se puede entender como el proceso mediante el cual se emite un

juicio de valor acerca del atributo en consideración. También se ha definido como el
proceso que recaba información pertinente para tomar decisiones.

Evaluación… “proceso sistemático de indagación y comprensión de la

realidad educativa que pretende la emisión de un juicio de valor sobre la misma,
orientado a la toma de decisiones y la mejora” (Jornet, 2009)

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“La Evaluación es el proceso mediante el cual el maestro y el estudiante juzgan si
se han logrado los objetivos de la enseñanza” (Cronbach).

Evaluación Educativa (Evaluation). Dirigida a valorar los procesos educativos.

La evaluación es una fase del proceso educativo, que tiene por finalidad comprobar,
cuantificar de modo sistemático el logro de resultados previstos en los objetivos
especificados previamente. Se emplea a los alumnos y se evalúa conocimientos,
habilidades, capacidades o destrezas, actitudes y aptitudes. Hablar de evaluación
educativa implica, aplicarla tanto en los alumnos y profesores, así como a los
sistemas educativos que manejan las instituciones.

Evaluación de los Aprendizajes (Assessment). Que trata de la evaluación de

los aprendizajes de los alumnos. La evaluación de los aprendizajes es un proceso, a
través del cual se observa, recoge y analiza información relevante, respecto del
proceso de aprendizaje de los estudiantes, con la finalidad de reflexionar, emitir
juicios de valor y tomar decisiones pertinentes y oportunas para mejorar el proceso
de enseñanza-aprendizaje.

Evaluación Auténtica. La premisa central de una evaluación auténtica es que hay

que evaluar aprendizajes contextualizados. Se caracteriza por “demandar que los
aprendices resuelvan activamente tareas complejas y auténticas mientras usan sus
conocimientos previos, el aprendizaje reciente y las habilidades relevantes para la
solución de problemas reales”.

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