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UNIDAD III: CONTAMINACIÓN DEL AIRE

3.1. Definición y características

La atmósfera es la capa gaseosa que rodea la tierra y se extiende hasta unos 1000
km desde su superficie. Las características físicas y la composición química de la
atmósfera varían radicalmente en relación con la altitud, de manera que se puede
dividir en varios estratos bien diferenciados y con unas características propias. A
medida que aumenta la altitud, la densidad del aire va disminuyendo debido a la menor
fuerza de atracción que sobre él ejerce la tierra; así, el 50 % de la masa total de la
atmósfera se encuentra por debajo de los 5 km sobre el nivel del mar.

Definimos como contaminación atmosférica a la existencia en la atmósfera de


humos, gases y vapores tóxicos, así como de polvos y gérmenes microbianos,
resultantes de los residuos provenientes de la actividad humana.

3.1.2. Dispersión, emisión e inmisión de los contaminantes

Se define la dispersión de los contaminantes como la tendencia natural que tienen


éstos para distribuirse regularmente por todo el volumen del medio que los contiene.
La acumulación de algún compuesto contaminante en las inmediaciones del punto
emisor, tiende a diseminarse en el aire y dispersarse a zonas más alejadas por efecto
del viento. Los humos que provienen de las chimeneas de una industria provocan que
la concentración de estos compuestos sea mayor alrededor de las chimeneas que en
zonas más distanciadas, por lo que se origina un gradiente de concentración que
alcanzará una situación de equilibrio (gradiente nulo) cuando la concentración entre
ambos puntos sea la misma.

En el estudio de la contaminación atmosférica, se define la emisión de contaminantes


como la producción de sustancias sólidas, líquidas o gaseosas en cualquier proceso
industrial, natural o doméstico, que se dispersen por la atmósfera, variando las
características del aire anteriores a su efecto. Como inmisión, se entiende la acción
de asimilar estos contaminantes por parte de personas, animales, plantas o materiales.

3.2. Origen de los contaminantes atmosféricos

Definimos como contaminante a cualquier sustancia que se encuentre en la atmósfera


en una concentración superior a la normal. La concentración no tiene por qué ser cero,
pues el CO2, los óxidos nitrosos, el ozono y el amoníaco son constituyentes naturales
del aire.

El origen de los contaminantes tiene tres focos principales:


a) Los hogares domésticos, sobre todo a partir de las chimeneas de calefacción
en invierno.
b) Las emisiones industriales, que se suelen dar a alturas determinadas del nivel
del suelo.
c) Las emisiones gaseosas de los tubos de escape de los automóviles, cuyo
origen se localiza a ras del suelo.

El conjunto de sustancias que son emitidas por estas tres fuentes rebasa el centenar,
pero se pueden clasificar según su estado físico en:

a) Gases y vapores orgánicos e inorgánicos, tales como óxidos de azufre y de


nitrógeno, hidrocarburos, ácidos, fenoles, etc.
b) Partículas sólidas en suspensión de diametros de 0,05 mm las más pequeñas,
hasta 20 mm las más grandes, que sirven como núcleos de condensación para
los vapores atmosféricos: vapor de agua o vapores orgánicos.
c) Vesículas líquidas que constituyen los aerosoles.

Según su origen, se establecen dos grupos bien diferenciados:

• Contaminantes primarios. Son los directamente generados por la actividad


humana o por los fenómenos naturales. No han sufrido ninguna modificación
química desde el momento que han salido de su punto de emisión. Son
contaminantes primarios el agua (H2O), los óxidos de azufre y de nitrógeno
(SO2 y NOx), los óxidos de carbono (CO2 y CO), los hidruros halogenados (HF),
CFC´s y freones, el amoníaco (NH3), los hidrocarburos ligeros como el metano
(CH4), el etano (C2H6), el propano (C3H8) y las partículas sólidas y líquidas.
• Contaminantes secundarios. Se originan a partir de la reacción química entre
otros contaminantes, que pueden ser primarios o secundarios, o con
componentes naturales de la atmósfera. Son contaminantes secundarios el
ozono (O3), los ácidos nítrico y sulfúrico (HNO3 y H2SO4) o el peroxoacetilnitrato
(más conocido como PAN).

3.2.1. Las fuentes emisoras de contaminación

3.2.1.1 Definición de fuente contaminante

Se define como fuente contaminante a cualquier dispositivo o instalación, estática o


móvil, que vierte de forma contínua o discontínua sustancias sólidas, líquidas o
gaseosas, que generen una modificación del medio natural.
3.2.1.2. Clasificación de las fuentes contaminantes

Se pueden hacer diferentes clasificaciones en relación a las características de las


fuentes y según el aspecto que queramos destacar de ellas. Tenemos por su
extensión, localización y origen.

Considerando la extensión que abarca a todos los puntos de emisión, podemos


dividirlas en tres grandes grupos: las fuentes puntuales, lineales y superficiales.

• Fuentes puntuales. El problema de la contaminación en una zona más o


menos extensa puede atribuirse a unas emisiones localizadas en un lugar muy
preciso, de dimensiones no muy grandes; desde la salida de una chimenea
hasta las emanaciones de un polígono industrial.
• Fuentes lineales. Este es el caso en que todos los puntos emisores describen
una línea, que vendría a ser una sucesión de fuentes puntuales. Un ejemplo
muy característico lo tenemos en una autopista por la que de una manera
continua circulan automóviles (fuentes puntuales móviles).
• Fuentes superficiales. Cuando las fuentes puntuales están repartidas en
zonas algo extensas, la contaminación de la atmósfera no puede atribuirse a
un solo foco, sino a una distribución regular de los puntos emisores. Como
ejemplo característico se toman las grandes ciudades que están cubiertas por
un manto de polución.

Esta clasificación se emplea a la hora de estudiar el diseño de las chimeneas de


industrias químicas, petroquímicas, papeleras o centrales térmicas. Si la fuente es
puntual, se puede estudiar la contaminación como un penacho sujeto a la dirección y
características del viento local. Este estudio también puede aplicarse en el caso de las
fuentes lineales. Para las superficiales ya no es válido y se analiza planteando
complicados sistemas de ecuaciones simplificadas mediante hipótesis o utilizando
modelos experimentales de circulación de agua y de tinta como foco de contaminación.

Se propone una segunda clasificación teniendo en cuenta su localización.

• Fuentes estacionarias. Como el propio nombre indica, el foco o zona emisora


es estático. Por ejemplo, cualquier tipo de industria contaminante.
• Fuentes móviles. En este caso la fuente no está localizada en un lugar
concreto, sino que su situación va cambiando constantemente. Se consideran
fuentes móviles el transporte rodado, los aviones o cualquier partícula en
suspensión que sirva como soporte de alguna reacción química entre agentes
contaminantes.
Por último, pueden considerarse las fuentes según su origen como naturales o
antropogénicas.
• Fuentes naturales. La propia naturaleza emite grandes cantidades de
poluantes a la atmósfera mediante fenómenos meteorológicos o geológicos.
Así son focos de contaminación los volcanes (que emiten grandes cantidades
de SO2 y NOx ), los incendios forestales, la erosión del suelo o incluso la
fermentación anaerobia de algunas bacterias.
• Fuentes antropogénicas. Son las directamente provocadas por el ser humano
y su actividad industrial y doméstica.

3.3. Los procesos contaminantes

Se define como proceso contaminante a todo aquel que por su naturaleza o por los
procesos tecnológicos convencionales utilizados, constituye o puede constituir una
fuente de contaminación atmosférica.

3.3.1. Clasificación de los principales procesos contaminantes

Existe, como ya se ha visto, una gran variedad de contaminantes atmosféricos


procedentes, a su vez, de multitud de procesos de transformación a nivel industrial o
doméstico.

3.3.1.1 Los procesos de combustión

La combustión de los derivados del petróleo, del carbón y de gas natural es una de
las fuentes de energía más utilizadas en la actualidad. La reacción de combustión de
hidrocarburos se trata de la simple inyección de aire sobre el carburante en cuestión
para que reaccione con el oxígeno mediante un proceso muy exotérmico.

Las centrales térmicas

El proceso en que se basa el funcionamiento de una central térmica es la generación


de energía mediante grandes turbinas de vapor proveniente de las combustiones
realizadas en una caldera central.

La composición de los gases de salida depende, de los combustibles que se han


utilizado:

a) Derivados del petróleo. Debido a su estructura química, aparte de los óxidos de


carbono normalmente emitidos en las combustiones, los gases contienen elevadas
concentraciones de óxidos de azufre, de nitrógeno, hidrocarburos no quemados por
rendimientos bajos y partículas sólidas en suspensión.

b) Carbón. La composición de los gases es parecida a la anterior pero con menos


cantidad de SO2 y mayor presencia de partículas sólidas. Es de destacar también la
presencia de sustancias que pueden acompañar al carbón en los yacimientos (de
naturaleza dependiente de la localización de la mina) como pequeñas cantidades de
plomo o mercurio.

c) Gas natural. La presencia de óxidos de azufre o pequeñas partículas en


suspensión es casi despreciable, pero la cantidad en óxidos de nitrógeno aumenta.

El tráfico rodado
Se calcula que en la actualidad hay más de 500 millones de vehículos que circulan por
todo el mundo y que, sumando todos los gases de escape de todos ellos, constituyen
una de las fuentes de contaminación más importantes.

La composición química de estas emisiones incluye CO, óxidos de nitrógeno,


hidrocarburos no consumidos, compuestos de plomo y de azufre y pequeñas
partículas sólidas. En los últimos años, se ha tomado conciencia de la importante
contribución de estas emanaciones en el deterioro global de la tierra, y se han
intentado tomar medidas para paliar las graves consecuencias que provocan. Una de
ellas es la sustitución de los compuestos del tipo tetraalquil plomo, aditivos de la
gasolina, por otros antidetonantes que no degeneren en compuestos de plomo
contaminantes. Otra medida ha sido la instalación de catalizadores que depuren los
gases en los automóviles.

Plantas incineradoras

Las plantas incineradoras permiten la eliminación de residuos, principalmente, los de


naturaleza orgánica. Todos los materiales que llegan a una incineradora son
preparados antes de ser tratados. A continuación, los residuos se queman a
temperaturas muy elevadas durante un período de tiempo determinado en cada caso.
La combustión permite generar energía reutilizable en forma de electricidad.
Finalmente, se depuran los gases antes de ser emitidos a la atmósfera, intentando
minimizar su acción sobre el medio ambiente. Las cenizas producidas por el proceso
se depositan en vertederos controlados.Todos los materiales residuales que por su
naturaleza puedan ser incinerados.

3.3.1.2 Los procesos en las industrias siderurgica y metalurgica

La metalurgia incluye a todo proceso que permita extraer un metal de su mena


(mineral en bruto) y tratarlo posteriormente, mientras que la siderurgia se basa en el
tratamiento y transformación del hierro, en fundiciones o en la formación del acero. El
proceso global no sólo comporta polución en la fundición de los metales en grandes
calderas, sino que son focos de contaminación las etapas asociadas a la extracción
del metal en minas y canteras, a su transporte, a su almacenamiento, a su
disgregación en trozos más pequeños y a los tratamientos químicos finales.
Las industrias siderúrgicas generan grandes cantidades de gases que contienen
prácticamente todo el espectro de contaminantes, dependiendo de las características
particulares del hierro extraído de la mina, puesto que puede venir acompañado por
una gran variedad de otros metales o minerales en su composición.

3.3.1.3 Los procesos de la industria química

En este tipo de procesos, las reacciones que tienen lugar son de toda clase, de manera
que los contaminantes producidos son, igualmente, muy diversos. Todos ellos están
recogidos en decretos, reglamentos y ordenanzas. En general, la totalidad de los
contaminantes son gaseosos, existiendo poca presencia de partículas sólidas. Aparte
de los contaminantes en forma de óxidos más convencionales, presentes
generalmente en cualquier proceso de transformación, se pueden incluir
contaminantes más elaborados y, por consiguiente, de más compleja eliminación,
como son:

• Otros derivados del nitrógeno, como el amoníaco, el ácido nítrico o complejos


amónicos.
• Todo tipo de partículas sólidas y líquidas.
• Otros derivados del azufre: ácidos, sulfuros, etc.
• Todo tipo de derivados halogenados: cloruros, fluoruros, yoduros, bromuros,
compuestos orgánicos, etc.
• Mercaptanos: compuestos muy olorosos.
• Compuestos aromáticos: derivados del benzeno, tolueno, etc.
• Compuestos que contienen metales pesados: plomo, aluminio, hierro, etc.

3.3.1.4 Los procesos de las industrias papeleras

Uno de los efectos asociados a la instalación de una industria papelera en una zona
determinada es el impacto que producen los malos olores provenientes de ella. Estos
olores tienen su origen en algunas de las etapas del tratamiento químico de la
celulosa, como vemos a continuación:

• En la operación de cocido de la celulosa se producen emisiones de SO2, H2S y


mercaptanos.
• En los procesos de digestión y evaporación aparecen fugas de compuestos
orgánicos volátiles.
• En los hornos se emiten óxidos, sulfuros y sales.

3.3.1.5 Los procesos en la construcción

Cualquier proceso relacionado con la construcción es un foco potencial de


contaminación. Así, en canteras, industrias de fabricación de ladrillos o cementeras,
es inevitable la deposición de partículas sólidas u hollín por los alrededores, afectando
a la vegetación y provocando graves problemas respiratorios en la población más
cercana.

Son características las industrias cementeras, que suelen depositar un típico polvo de
color blanquecino sobre las hojas de los árboles y las edificaciones. Este polvo es rico
en óxido de calcio (CaO) pero también están presentes otros óxidos como son el Na2O,
MgO, K2O, SiO2, Al2O3 y el SO3.

3.3.1.6. Los procesos en la industria téxtil

Los procesos de contaminación en estas industrias vienen relacionados directamente


con la utilización de productos para blanquear tejidos de algodón (emisiones de SO2 y
Cl2) y con el empleo de tintes concentrados (compuestos de azufre).
3.3.1.7. Los procesos petroquímicos

Aparte de la evaporación de multitud de hidrocarburos ligeros, las operaciones de


refino, destilación, transformación o transporte comportan la emisión de efluentes
tóxicos e inflamables.

El petróleo, que es una mezcla variable de hidrocarburos, se separa en plantas


petroquímicas en sus componentes según sus características. La separación se
realiza en función de sus puntos de ebullición, es decir, se procede a la destilación del
petróleo, alimentándose las columnas con el crudo a una determinada temperatura
mediante intercambiadores de calor. Finalmente, se tratan los productos obtenidos
mediante procedimientos físicos o químicos para obtener los derivados comerciales
del petróleo (naftas, gasóleo, fuelóleo, etc.) que se aplican en campos como la
droguería, la fabricación de detergentes, la síntesis de plásticos y caucho, la
producción de abonos, explosivos y disolventes, la química farmacéutica, los
colorantes industriales, etc.

3.4. Efectos de los contaminantes atmosféricos

Las gravísimas consecuencias en los ecosistemas de los cambios climáticos de la


tierra parecen irremediables si no se toman medidas inmediatas al respecto. A esta
conclusión llegaron los países más industrializados del mundo en la Cumbre de Río
de Janeiro celebrada el año 1992 con la consiguiente adopción de compromisos y de
fechas para la reducción de sus emisiones de efluentes.

Seguidamente se exponen las principales consecuencias que se derivan de los


polucionantes atmosféricos en los seres humanos, la vegetación, los animales, la
meteorología y los materiales.
3.4.1 Efectos en los seres humanos

El metabolismo celular necesita un aporte continuo del oxígeno del aire para realizar
sus funciones, pero al respirar, no sólo entra oxígeno en nuestro sistema respiratorio,
sino que también lo hacen todos los componentes del aire, retenibles o no. En efecto,
cada día pasan más de 12 m3 de aire por nuestros pulmones, por lo que se hace
necesaria para nuestra calidad de vida una correcta depuración de contaminantes del
aire.

Según un informe titulado "Aire y salud" publicado por la Agencia Europea de Medio
Ambiente, entre el 30% y el 40% de los europeos que viven en ciudades están
expuestos a concentraciones medias de contaminantes en el aire superiores a las
establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por esta misma
agencia. Se calcula que la polución ocasiona anualmente una disminución del 5 por
ciento en la capacidad pulmonar de 14 millones de europeos, y se estima que cada
año se dan entre 4 y 6 millones de casos de niños con enfermedades pulmonares.

El informe pone también de manifiesto que en los países de la Europa occidental se


detecta un marcado incremento en el número de casos de asma, en los que la
suciedad del aire puede ser parcialmente responsable. La exposición a la
contaminación no implica necesariamente problemas de salud para todos los
habitantes de las ciudades, como ya se ha mencionado anteriormente, ya que esta
incidencia depende de los niveles de contaminación, de su duración y de su dispersión.

Seguidamente, se exponen las principales consecuencias ocasionadas por el exceso


de contaminación para la salud de los seres humanos.

3.4.1.1 Acción sobre pulmones y bronquios

El aparato respiratorio humano es particularmente sensible a la acción continuada de


la contaminación atmosférica. Se calcula que la superficie de contacto entre la sangre
y el aire que respiramos es de unos 50 m2. El estudio médico que se ha realizado en
ciudades especialmente castigadas por la polución se ha centrado mayoritariamente
en bronquios y pulmones, de manera que se asocian multitud de enfermedades
pulmonares como el asma, las bronquitis crónicas o el enfisema.
Las estadísticas efectuadas en los países de la Europa occidental son muy
esclarecedoras. Alrededor de un 5 % de la población tiene problemas de asma, y un
35 % del absentismo laboral tiene su origen en afecciones respiratorias causadas o
agravadas por la contaminación del medio aéreo. En torno al 10 % de las defunciones
registradas en Gran Bretaña se debe a bronquitis crónicas, y se tienen datos que
demuestran que en los días en los que los índices de SO2 en la atmósfera son más
elevados se da un aumento de bajas laborales y de la mortalidad de personas de más
de 40 años por estas bronquitis crónicas.
No todos los contaminantes afectan de igual manera al organismo, sus efectos
dependen de su naturaleza, de su grado de penetración en el aparato respiratorio y
del tiempo que tarde el organismo en eliminarlos (aunque éstos pueden ser no
eliminables e irse acumulando en los órganos, como es el caso de algunos metales).

Las partículas en suspensión penetran en los pulmones en relación con su diámetro.


Las partículas con un mayor diámetro quedan fijadas en las vías superiores, mientras
que para diámetros comprendidos entre 0,1 y 1 mm alcanzan las partes más internas.

3.4.1.2. Acción sobre el aparato circulatorio

Las afecciones del aparato cardiovascular y de la sangre por efecto de la


contaminación atmosférica provienen directamente de la conexión entre el oxígeno y
la sangre en los alveolos pulmonares. Al igual que el oxígeno molecular, la
hemoglobina puede absorber otras moléculas que se disuelven en la sangre e inciden
directamente en todo el sistema circulatorio y en cualquier órgano del cuerpo humano
que se irrigue continuamente.

El corazón y las arterias

El impacto de los gases contaminantes en el corazón y las arterias puede verse desde
la perspectiva de la acción del tabaco de los cigarrillos, que amplifica cualquier efecto
de una atmósfera polucionada. En efecto, al quemarse un cigarrillo se desprenden los
mismos gases que en una gran combustión, por lo que los resultados obtenidos del
estudio de la relación entre el tabaco y las enfermedades coronarias son totalmente
trasladables a la influencia que tienen los elevados niveles de polución en las grandes
ciudades.

La sangre

El efecto del monóxido de carbono en los seres humanos y animales, su absorción en


la sangre provoca dificultades en su coagulación por modificación de uno de sus
factores: la fibrina, así como un aumento de la frecuencia cardíaca.

Estos hechos los podemos explicar por combinación de dos efectos. Por un lado, la
presencia de polvo que consigue llegar a los alveolos pulmonares y combinarse con
la hemoglobina de la sangre provoca el deterioro de los glóbulos rojos. Pero también
debe tenerse en cuenta que la disminución de la concentración de oxígeno en el aire
provoca un aumento en la síntesis de eritrocitos para compensar este efecto negativo,
al igual que lo que ocurre en las poblaciones humanas de las altas montañas.
3.4.1.3 Acción sobre el esqueleto

La acción de algunos polucionantes sobre el organismo es la causa del retraso en el


crecimiento de algunos niños detectado en zonas altamente contaminadas.
Comparando niños menores de diez años de zonas urbanas y zonas rurales, existen
retrasos en el desarrollo óseo de hasta un año. Uno de los contaminantes que
contribuyen a provocar este efecto es el plomo procedente de las emisiones de los
gases de escape de los automóviles, que entorpece la correcta fijación del calcio en
los huesos.

3.4.1.4 Acción sobre los músculos

Otro efecto observado por los médicos es el estado de fatiga que presentan personas
de todas las edades en las grandes ciudades. Las causas pueden ser varias: la falta
de oxígeno en el aire por la que los músculos pueden perder hasta una cuarta parte
de su capacidad motriz, o también una acción directa sobre el sistema nervioso que
rige el funcionamiento de músculos y tendones.

3.4.2. Otras acciones

El cambio climático y el progresivo calentamiento terrestre pueden favorecer la


aparición de hábitats aptos para el crecimiento de especies animales y vegetales en
lugares que no eran considerados como idóneos para estas especies. Estas
modificaciones pueden afectar de forma indirecta a los humanos; como ejemplo
exponemos el siguiente:

3.4.3. Efectos en la vegetación

Los efectos producidos por la contaminación del aire en las plantas son muy
importantes debido a la sensibilidad que presentan los tejidos vegetales frente a las
agresiones externas. La asimilación de algunos compuestos nocivos por la planta
genera un retraso en su crecimiento, ya que actúan directamente en el proceso de
fotosíntesis, bloqueando en algunos casos el proceso de síntesis de clorofila. Las
pérdidas económicas ocasionadas son elevadísimas; la acción de una zona industrial
sobre una plantación de cereales u hortalizas puede reducir su rendimiento productivo
en más de un 60%.
Los vegetales son unos indicadores biológicos muy buenos para determinar la
presencia contaminante de algún elemento. Debido a su sensibilidad, su poder de
captación y a la simplicidad en sus tejidos estructurales, el análisis en laboratorios
químicos de los niveles de algún compuesto es bastante sencillo y rápido. Así, los
bioindicadores de la polución atmosférica más utilizados son los líquenes, los hongos
y las pequeñas plantas; obsérvese, por ejemplo, la ausencia de líquenes en las
piedras de las grandes ciudades, aunque la humedad sea elevada.
3.4.4. Efectos en los animales

La incidencia de algunos efluentes gaseosos en los animales puede producirse por dos
vías: directamente o a través de la ingestión de vegetales contaminados. Esta última
opción es aún más peligrosa, puesto que la sustancia nociva entra dentro de la cadena
alimentaria, afectando incluso a animales que no consumen vegetales.

El impacto provocado por la alta concentración de un compuesto no afecta a todos los


animales del mismo modo; algunos animales son inmunes a un determinado
contaminante, mientras que para otros representa una severa agresión.

Los grandes desastres ecológicos ocurridos en Donora, Londres o Poza Rica a


mediados del siglo XX, vinieron acompañados por multitud de afecciones
broncopulmonares en caballos y vacas, un elevado número de pájaros muertos y una
disminución sensible en la cantidad de insectos.

Una enfermedad muy característica en el ganado es la fluorosis, causada por


emisiones gaseosas ricas en compuestos fluorados. Los síntomas empiezan
apreciándose en los dientes y huesos, en los que aparecen manchas y debilitación
general por acción del fluoruro de calcio (CaF2 ). En etapas más avanzadas de la
enfermedad, los huesos sufren deformaciones y atrofias. En la última fase de la
enfermedad, antes de la muerte del animal, éste padece fuertes trastornos digestivos
y renales.
Otros contaminantes que también afectan a la salud de los animales son:

• El benzopireno y en general, todos los derivados policíclicos del pireno y del


perileno, son un probado agente cancerígeno.
• El zinc, el tetraetilplomo, el selenio y el arsénico son sustancias venenosas.
• El molibdeno provoca anemia y debilitamiento de los huesos.
• El hollín es causa de insuficiencias respiratorias.
• Las emisiones procedentes de fábricas de cemento provocan trastornos
digestivos.
• Los insecticidas emitidos masivamente afectan directamente a los animales
que constituyen el siguiente eslabón en la cadena alimentaria, los pájaros.

3.4.5. Efectos en la meteorología

3.4.5.1. Reducción de la visibilidad

La disminución de la visibilidad es uno de los efectos inmediatos y prácticamente


generalizados del fenómeno de la contaminación en las grandes ciudades. Su
aparición tiene lugar cuando las emisiones gaseosas vienen acompañadas por
pequeñas partículas en suspensión, como humos y hollines, que absorben, dispersan
o reflejan los haces de luz.
3.4.5.2 Formación de nieblas

La propensión que se da en los grandes centros urbanos para la formación de nieblas


tiene su origen a partir del vapor de agua que constituye la atmósfera de manera
natural, pero se ve favorecida al haber cuerpos sólidos en suspensión que actúan
como núcleos de condensación en su superficie.

Cuando el vapor de agua atmosférico supera el punto de condensación, pasa a su


estado líquido sobre las superficies frías de las partículas del aire, formando o
favoreciendo la formación de niebla, que ejerce la función de medio acuoso para la
disolución de otros muchos gases presentes en el aire.

3.4.6. Efectos sobre la tierra

Los efectos provocados por la contaminación atmosférica sobre el planeta


globalmente no son independientes entre sí, sino que están interrelacionados, de
forma que nunca se producen de manera individual. Así por ejemplo, la emisión de
compuestos halogenados como los CFC´s o el bromuro de metilo no sólo conlleva la
descomposición del ozono estratosférico, sino que además interviene en el
calentamiento global del planeta.
3.4.6.1 El efecto invernadero

El hecho de que las grandes emisiones de CO2 influyan en el calentamiento global del
planeta ya era conocido en el siglo XIX, pero la concienciación de que sus efectos
pueden resultar fatales para los ecosistemas ha tomado especial relevancia a partir de
los años 70. El término "invernadero" tiene su origen en la traslación a gran escala del
fenómeno físico en el que está basado un invernadero para plantas, que deja escapar
las radiaciones solares de longitudes de onda bajas rebotadas en la superficie
terrestre, pero no las de longitudes de onda más altas, que recalientan el ambiente
dentro del invernadero.

En la atmósfera, el CO2 y el H2 O absorben el 90 % de las radiaciones de baja


frecuencia (alta longitud de onda) dejando escapar al espacio 237 W/m2 año de los
390 W/m2 año de radiación de longitud de onda alta. La diferencia entre dos valores
corresponde a los 153 W/m2 que cada año absorben los gases atmosféricos y que son
radiados de nuevo a la superficie de la tierra, manteniendo una temperatura media del
aire de 15 ºC. Sin este efecto natural, la temperatura descendería más abajo del punto
de congelación del agua, hasta unos -18 ºC.

La influencia del hombre en este proceso tiene lugar cuando éste provoca un aumento
de la concentración de CO2 en el aire y acumula cantidades de CH4, N2O, CFC-11,
CFC-12 y O3, cuyas bandas de absorción de la radiación tienen sus picos en la región
de bajas frecuencias. Aumenta entonces la concentración de compuestos que retornan
esta radiación a la tierra, originándose un calentamiento extra. El cambio climático ya
se puede constatar actualmente y se estima que a mediados del siglo XXI la
temperatura media de la tierra habrá ascendido entre 2 y 4 ºC.

El posible impacto futuro sobre la tierra del efecto invernadero ya fue descrito en la
Conferencia Nacional del Efecto Invernadero celebrada en Melbourne en 1987. Allí se
enumeraron una serie de efectos que podían tener lugar a largo plazo y que se
describen a continuación.

Elevación del nivel del mar

La elevación del nivel del mar puede tener orígenes diferentes: el deshielo del casquete
polar ártico y la expansión térmica de los océanos. El deshielo del polo Norte, a corto
y medio plazo, no parece constituir una amenaza seria para el aumento del nivel del
mar, pero para la expansión térmica ya se han realizado estimaciones científicas para
los próximos 25-30 años.

La expansión térmica de los océanos viene provocada por los cambios de temperatura
y de salinidad del agua, y sólo es significativa a lo largo de los primeros 1000 metros
de profundidad. Para mediados del siglo XXI se calcula una expansión de 10 cm en
los primeros 100 metros de profundidad, y de 20 cm en los restantes 900 metros.

Las consecuencias inmediatas de la elevación del nivel del mar se producirían


localmente, aumentando hasta un metro en algunas zonas costeras localizadas. Así,
se inundarían por completo algunas poblaciones costeras y se salinizarían muchas
fuentes de agua potable, necesarias para el consumo doméstico y agrícola.

Impacto en los ecosistemas

El impacto sobre los ecosistemas se puede producir por dos vías diferentes, pero
relacionadas entre sí: la variación de la composición química del aire y el cambio
climático generado.

El aumento de la concentración de CO2 genera una sobreactivación de la fotosíntesis


en las plantas que provoca, a su vez, una mayor resistencia a la evapotranspiración
del agua en los estomas de las hojas. Además, su disolución en el agua dificulta la
disolución de sales minerales, necesarias para los vegetales.

El cambio climático asociado al aumento de temperatura y a la variación del índice


pluviométrico de una determinada zona conlleva la proliferación de algunas especies
animales y vegetales, que se adaptan mejor a estas nuevas condiciones y, al modificar
un eslabón de la cadena alimentaria, se inhibe el crecimiento demográfico de otras
especies, llegando incluso a la extinción de algunas de ellas en algunas zonas. En el
medio marino, por ejemplo, el aumento de temperatura dificulta la solubilidad de los
gases en el agua, descendiendo la concentración de O2 disuelto necesario para la
fotosíntesis de las plantas marinas y la respiración de los peces

El agujero en la capa de ozono

El ozono (O3) es un constituyente natural de la atmósfera y representa un 0,0001 %


de su composición total. Se distribuye principalmente en la estratosfera, entre 20 y 40
km de altura, y se origina a partir de la fotodisociación del oxígeno molecular, mediante
una reacción que ya se vio en el capítulo correspondiente a la química de los
contaminantes.

Esta capa de ozono que rodea la tierra juega un papel decisivo para la vida en el
planeta, desempeñando una función de manto protector de las radiaciones
ultravioleta (frecuencias bajas) procedentes del sol. El ozono absorbe estas
radiaciones, entre 200 y 290 nm, según se describe en la siguiente reacción química:

El agujero de la capa de ozono situado sobre la antártida fue detectado por primera
vez en 1982 por científicos japoneses y confirmado en 1987 por satélites de la NASA.
El descubridor de este gran agujero estratosférico es el japonés SigeruChuchabi que,
desde la base antártica de Syowa, recogió medidas de la concentración de ozono
durante un año y constató una disminución uniforme hasta valores nunca antes
detectados. Los resultados fueron presentados en el Simposio Internacional del Ozono
celebrado en 1984 en Salónica (Grecia), pero no se les prestó atención hasta un año
más tarde, cuando fueron contrastados con observaciones realizadas por científicos
británicos desde otra estación antártica, la base Halley Bay. Una vez planteado el
peligro evidente que podía constituir este fenómeno, se estudiaron medidas más
fiables realizadas por el satélite Nimbus-7 en ese período. El programa informático del
satélite, que fue lanzado al espacio en octubre de 1978, tenía insertadas una serie de
consideraciones estadísticas, de manera que si los valores medidos superaban ciertos
límites de un intervalo supuestamente lógico, eran rechazados automáticamente como
errores de medida o de calibraje. Por ello, se tuvieron que reprocesar todos los datos
anteriormente obtenidos y se pudo apreciar el estado real del agujero.
El problema, por lo tanto, es relativamente nuevo, y todas las medidas que se han
tomado al respecto son recientes. En 1989 el agujero ya abarcaba toda la superficie
del continente antártico, constantándose reducciones de la concentración de O3 de
hasta el 20% en latitudes cercanas a Nueva Zelanda, y en 1992 se detectaron ya
concentraciones anormales de compuestos clorados en las capas altas de la
atmósfera del Polo Norte. Aunque en estas latitudes todavía no se ha detectado un
agujero en la capa de ozono, recientes predicciones calculan que, de seguir el actual
ritmo de emisión de compuestos nocivos para el O3, en pocos años puede verse
reducida su concentración en un 15%.
3.5. Sistemas de medición de la contaminación del aire

Antes de empezar a realizar determinaciones analíticas de los niveles de ciertos


contaminantes en la atmósfera, debe plantearse si estos datos son realmente
significativos y si explican el estado general de la polución de una zona o, por el
contrario, si sólo representan una situación particular y localizada. Con este objeto, se
establece una red de centros de recogida de muestras en la zona cuyos índices de
polución se quiera estudiar.

Para estudiar la contaminación de una ciudad, lo usual es disponer de uno de estos


centros cada dos kilómetros cuadrados aproximadamente. Si la zona afectada es más
extensa, la proporción disminuye, ya que el objeto del análisis es más general. En el
caso de que se intenten evaluar los efectos generados por una fuente muy localizada,
por ejemplo una chimenea, se establecen una serie de círculos concéntricos al propio
foco cuyo radio vaya creciendo de manera regular, concentrando las unidades de
detección en las direcciones predominantes de los vientos locales, pero procurando
tener también alguna referencia de las otras direcciones.

Una vez diseñada una red teórica de estaciones detectoras en una zona, deben
considerarse otros aspectos para intentar no obtener resultados falseados. En primer
lugar, debe de asegurarse la no proximidad de algún foco de contaminación importante
que provoque unas circunstancias de polución características del lugar. En segundo
lugar, debe procurarse situar las unidades en lugares elevados (azoteas, montículos,
elevaciones, etc) y que no estén cerca de algún impedimento geográfico (montañas,
edificios,...) que conduzcan las corrientes que transportan a los contaminantes de una
manera forzada.

3.5.1. Instrumental para la toma de muestras

En la actualidad, existen muchos métodos analíticos para la determinación cualitativa


y cuantitativa de los contaminantes presentes en el medio atmosférico. Debido a su
elevado número, la complejidad de algunos compuestos y la cantidad de propiedades
que se pueden estudiar, aquí sólo veremos los más sencillos, con el único objetivo de
hacernos una idea de las técnicas analíticas comúnmente utilizadas en un laboratorio
y de los métodos de trabajo seguidos en una pequeña estación detectora.

El equipo utilizado para la recogida de muestras puede estar compuesto por dos tipos
de aparatos: manuales o automáticos. La utilización de un tipo de instrumental u otro
dependerá del tipo de análisis que queramos realizar. Los manuales absorben los
contaminantes para su posterior análisis, permitiendo conocer valores medios de
polución, mientras que los automáticos determinan valores puntuales en todo
momento e inmediatamente.
El fundamento de los equipos de toma de muestras manuales es el siguiente: el aire
objeto de nuestro análisis es aspirado a través de un embudo mediante una bomba,
y se hace pasar por un filtro que retiene las partículas sólidas en suspensión.
Seguidamente se conduce el aire filtrado hacia una solución captadora líquida, donde
borbotea. Existe una solución captadora para cada tipo de contaminante, así
utilizamos una u otra según el compuesto que queramos analizar. Finalmente, se
estudia esta solución para determinar la cantidad de contaminante presente. La
descripción detallada de todos estos elementos y el método utilizado están
homologados y recogidos en documentos oficiales.

Se utilizan tres tipos de captadores en función del caudal de aire aspirado. Los
captadores de pequeño volumen (CPV) aspiran entre 2 y 4 m3 /día y pueden
utilizarse tanto para analizar partículas en suspensión como para gases. Los de
mediano volumen (CMV) aspiran en torno de los 30 m3 /día y se suelen utilizar para
el análisis de metales pesados. Los de alto volumen (CAV) aspiran de 50 a100 m 3
/hora y captan todo tipo de partículas.

El fundamento de los equipos automáticos se basa en la circulación regular del aire


con un caudal constante, para hacerlo pasar directamente por un sistema de
detección específico para cada caso que determina la cantidad total de cierto
compuesto que se ha absorbido. Como también se conoce el volumen de aire que ha
sido aspirado, conocemos la concentración de cierto contaminante en el aire.

Por último, si lo que queremos determinar es la cantidad de partículas sedimentables


de una muestra, utilizamos un captador de tipo Standard Gauge.

3.6. Tecnologías de control y mitigación de la contaminación del


aire
En las instalaciones industriales, las estrategias de control que permiten reducir o
eliminar las emisiones de contaminantes atmosféricos pueden resumirse globalmente
en cuatro alternativas:

• Eliminar todo o parte del proceso que genera dichas emisiones.


• Modificar el mismo.
• Aplicar la tecnología de control adecuada. Una combinación de las
anteriores.

Por razones económicas, la forma más adecuada de proceder es modificar el proceso


en origen. Esto puede implicar un replanteamiento del proceso de producción, que
puede llevar a la sustitución de las materias primas empleadas y a una mejora de los
métodos de control del proceso. Sin embargo, cuando ello no sea posible, se han de
aplicar las técnicas de depuración adecuadas para el control de las emisiones, pese
a veces su elevado costo.
Son varias las técnicas utilizadas en la depuración de contaminantes atmosféricos. En
la mayoría de los casos, se trata de una aplicación de un proceso de separación
desarrollado y utilizado en la industria química. Pero en otros casos, se trata de
tecnologías específicas que se han tenido que desarrollar ante las cada vez más
rigurosas exigencias medioambientales.

El tipo de tecnología a utilizar depende de:

• Tipo de contaminante implicado.

• Condiciones a las que se deba operar.

3.6.1. Técnicas de captura de contaminantes atmosféricos


A veces, el sistema de captura está integrado en el aparato en el que se generan los
contaminantes. Es el caso de los aparatos completamente cerrados, tales como los
secadores, los hornos o ciertos reactores, los cuales disponen de un orificio de salida
para evacuar los efluentes contaminantes.

Pero a menudo el problema es más complejo. El objetivo es limpiar el aparato


aspirando los contaminantes con la mínima entrada de aire parásito posible. La
solución a escoger va a depender de si el aparato opera en el interior de un taller o al
aire libre, de sus necesidades de mantenimiento, de acceso, etc.

En un local cerrado, la aspiración y la ventilación se deben diseñar de forma que en


su interior y más concretamente en las proximidades de los puestos de trabajo, no se
superen los valores límites de exposición. Seguidamente, las emisiones aspiradas
deben ser tratadas o no antes de verterlas al exterior, en función de si las
concentraciones de contaminantes superan o no, respectivamente, los valores de
emisión legalmente establecidos. Existen ciertos "principios de ventilación" que
deberán seguirse:

• Aislar lo máximo posible la zona de producción de los contaminantes.


• Situar el dispositivo de captura lo más cerca posible de la zona de emisión
de los contaminantes.
• Instalar el sistema de aspiración de forma que el operario nunca se pueda
situar entre éste y la fuente de contaminación (figura 3.12).
• Asegurar un caudal de aire suficiente para aspirar los contaminantes.
• Distribuir homogéneamente las velocidades de aspiración en la zona de
captura de los contaminantes.
• Evitar las corrientes de aire y las sensaciones de desconfort térmico.
• Suministrar entradas de aire para compensar las salidas de aire extraído.
Verter el aire contaminado fuera de las zonas de entrada del aire
fresco.
Figura La cabeza del operario no ha de situarse nunca entre el dispositivo de 3.12.
captación y la fuente contaminante.

En una instalación al aire libre, el caudal mínimo de aspiración deberá cumplir lo


siguiente:

• Impedir que puedan superarse los valores límite de exposición en las


proximidades de los lugares accesibles por el personal.
• Limitar al máximo los humos visibles y todas las emisiones secundarias
perjudiciales para el medio ambiente.
• Tener en cuenta los efectos del viento que, por un lado, pueden abatir los
efluentes y, por otro lado, requieren utilizar velocidades de aspiración entre
el aparato a limpiar y el dispositivo de captura más elevadas que el caso de
locales cerrados.

3.6.2. Sistemas de depuración de efluentes atmosféricos contaminados


Es conveniente diferenciar los aparatos o dispositivos físicos para dicha depuración,
de los procesos de depuración, los cuales incorporan uno o más de esos aparatos.
Sin embargo, aquí se emplearán ambos términos indiferentemente y hablaremos, en
general, de sistemas o técnicas de depuración de efluentes atmosféricos
contaminados.

Los aparatos de depuración se clasifican habitualmente en cuatro grandes familias:

a) Los separadores mecánicos (especialmente ciclones).


b) Los separadores con capa filtrante (filtro de mangas, lecho de grava, ...).
c) Los separadores eléctricos (electrofiltros).
d) Los separadores por vía húmeda (lavadores de gases y partículas).

A esta lista, hay que añadir otros aparatos de uso más específico, tales como:
a) Los reactores y accesorios.
b) Los separadores adsorbedores (carbón activo,...).
c) Los separadores por catálisis.
d) Los incineradores.

El término de "separador" utilizado en la mayoría de los aparatos de depuración de


efluentes atmosféricos contaminados, se refiere a que los contaminantes se separan
de la fase gaseosa en que se encuentran para pasar a una fase líquida o sólida. Por
lo tanto, a la hora de escoger el aparato o el proceso más idóneo, habrá que tener en
cuenta el problema de los residuos generados, su almacenamiento y evacuación, ya
sean sólidos o líquidos (o incluso gaseosos, en el caso de la incineración).

Los sistemas de depuración se pueden agrupar tal como aparece en la tabla 3.1., en
función del estado físico del contaminante o contaminantes a los que se aplican, es
decir, si el contaminante a separar del gas portador está en forma de partículas o en
forma gaseosa.

Sistema de depuración Partículas Gases

Separación mecánica: por gravedad


(cámaras de sedimentación) por inercia X
(separadores de impacto) por fuerza X
centrífuga (ciclones) X

Separación por capa filtrante (filtros de mangas) X

Separaciónporelectricidad (electrofiltros) X

Absorción:
por vía seca (lechos de gravas) por X X
vía semi-seca (lechada de cal) X X
por vía húmeda (lavadores de gas, torres de absorción) X X

X
Adsorción (carbónactivo)

Incineración (térmica o catalítica) X

Reduccióncatalítica X

Tratamientosbiológicos X

Tabla 3.1. Sistemas de depuración de efluentes atmosféricos contaminados, agrupados en


función del estado físico del contaminante al que se aplican.
3.7. Contaminación acústica

El problema del ruido ha tomado especial relevancia en este siglo, paralelamente con
el crecimiento demográfico en la tierra. Efectivamente, las poblaciones urbanas
generan una serie de ruidos asociados a sus actividades (industrias, automoción,
mecanización de las actividades domésticas, ...) que pueden llegar a ser molestos
para el oído, e incluso perjudiciales para la salud en general. Es entonces cuando el
problema adquiere una significación especial y se hace necesaria la adopción de unas
leyes que regulen los niveles de contaminación acústica.

Una población urbana normal percibe unos niveles de ruido que oscilan entre 35 y 85
decibelios. Este rango es bastante amplio, y pasa de niveles de ruido aceptables para
todo el mundo, hasta índices de contaminación acústica molestos para la totalidad de
la población. España por ejemplo muestra niveles bastantes altos respecto a la media,
situándose como el segundo país más ruidoso del mundo después de Japón.

La concienciación por parte de los gobiernos de los principales países


industrializados, respecto a la calidad de vida en las grandes ciudades y centros
urbanos, ha provocado un cambio en la mentalidad de la gente hacia una tecnología
más silenciosa: electrodomésticos menos ruidosos, automóviles más silenciosos, etc.

3.7.1. Definición de contaminación acústica

Se entiende por ruido el conjunto de fenómenos vibratorios que se propagan por un


medio sólido, líquido o gaseoso en todas las direcciones y que pueden ser captados
e integrados por el oído.

El medio de propagación del ruido debe ser elástico, ya que en el vacío no se propaga.
Cuando el ruido origina molestias para el oyente de carácter psicológico o fisiológico,
e incluso cuando llega a afectar la salud del aparato auditivo, del sistema nervioso o
de otros órganos vitales, es cuando hablamos de contaminación acústica.

1
. Un decibelio es la unidad de medida de nivel de presión de sonido.

Un ruido puede no ser percibido al propagarse en longitudes de onda que el oído


humano no puede captar o a causa de la lejanía del punto emisor. Se define entonces
el concepto de sonoridad como la magnitud percibida del sonido, es decir, como el
hecho de que el oyente lo integre. Del mismo modo, la sonoridad de un ruido puede
ser percibida de forma diferente por diversas personas, resultando molesto para unas
y no para otras; por ello, además de los aspectos físicos asociados a su medida deben
considerarse los efectos fisiológicos y psicológicos individuales.

3.7.2. Magnitudes características de las ondas sonoras

Definimos ahora una serie de magnitudes físicas características de las ondas sonoras
y que serán la base de las mediciones de los niveles de contaminación acústica.

3.7.2.1. Velocidad del sonido (C)

El valor de la velocidad a la que se propaga el sonido en un medio elástico depende


de las propiedades del medio y se puede calcular mediante fórmulas características.
Para la propagación del sonido en el aire la fórmula es la siguiente:

donde:
Patm = Presión atmosférica en Pascales.

En condiciones normales de presión y de temperatura "c" tiene un valor de 344 m/s en


el aire.

Medio de propagación Velocidad (en m/s)


Caucho. 35
Corcho. 500
Plomo. 1.200 1.440
Agua a 15 ºC. 3.800
Cobre. De 1.000 a 4.000
Madera. 4.950
Hierro. 5.600
Vidrio.

Tabla 3.2. Velocidad del sonido en diferentes medios de propagación.

3.7.2.2 Período (T)

El período se define como el tiempo (en segundos) que tarda en producirse un ciclo
completo de oscilación de la onda sonora. Se representa por T.

3.7.2.3. Frecuencia (f)

La frecuencia se define como el número de ciclos completos que se producen en un


segundo. Se mide en Hertzios (o ciclos por segundo) o en radianes por segundo.

El oído capta frecuencias entre 20 y 20.000 Hz. Dentro de esta escala, entendemos
como sonidos graves los que tienen una frecuencia inferior a los 250 Hz, entre 500 y
1000 Hz los sonidos son medianos y más allá de 1000 Hz las frecuencias son agudas.

3.7.2.4. Longitud de onda ( l )

La longitud de onda es la distancia recorrida por un frente de onda durante un período


completo de tiempo. Este parámetro se expresa en metros.
3.7.2.5 Presión sonora (P)

El concepto de presión sonora es básico para entender el significado de ruido, ya que


lo que detecta el oído humano es la variación de la presión atmosférica originada por
la traslación de una onda sonora. El valor mínimo de presión sonora asimilable por el
sistema auditivo humano es de una Po = 2·10-5 Pa, que determina el umbral de
audición. Más allá de los 20 Pa, el ruido provoca una sensación de dolor (umbral de
dolor).
Al utilizar el concepto de nivel de presión del sonido (Lp) en vez del de presión
sonora, la escala de valores queda entonces transformada de 0 a 120 dB.

FUENTES DE RUIDO P (en Lp (en


Pa) dB)
Umbral de audición. 2·10-5 0
Cuchicheo. 6,3·10-5 10
Ruido en el campo. 2·10-4 20
Tráfico en una calle 6,3·10-4 30
tranquila.
Romper una hoja de papel. 2·10-3 40
Máquina de escribir. 6,3·10-3 50
Conversación normal. 2·10-2 60
Tráfico intenso. 0,063 70
Paso de una motocicleta. 0,2 80
Claxon de un automóvil. 0,63 90
Orquesta. 2 100
Despegue de un avión. 20 120
Tabla 3.3. Diferentes ruidos en distintas escalas.

3.7.2.6 Intensidad sonora

La intensidad sonora es la energía sonora que atraviesa perpendicularmente una


unidad de superficie por unidad de tiempo.

3.7.2.7 Potencia sonora (Lw)

Se define la potencia sonora como la intensidad sonora que atraviesa radialmente una
esfera cuyo centro sea el punto emisor.

Lw = I A = I 4 p R2

donde: Lw = potencia sonora en watios (W) y A = 4 p R2 = Área de la superficie de una


esfera (m2 ).
3.7.3. Fuente emisoras de ruidos y ondas

Podemos clasificar las fuentes de contaminación acústica en dos grupos diferenciados


según su origen:

• Fuentes naturales.- Son aquellas producidas por causas naturales. En


ocasiones no resultan molestas, como en el caso del ruido provocado por el
piar de los pájaros o por el oleaje del mar, y a veces resultan muy
desagradables, como es el caso de una tormenta eléctrica.
• Fuentes antropogénicas.- Se habla de este tipo de fuentes cuando tienen su
origen en la actividad cotidiana del hombre. Incluimos en este grupo los ruidos
procedentes de la circulación rodada y aérea, las actividades industriales, la
construcción, etc.

Seguidamente se describen las principales fuentes antropogénicas de contaminación


acústica.

3.7.3.1. La circulación y el
transporte El tráfico rodado

Actualmente, la insonoridad del motor de un coche es uno de los condicionantes en


su venta, junto con otros factores medioambientales como el control de la
contaminación de los gases de escape.

El ruido procedente de un automóvil proviene principalmente de tres sitios


determinados: del motor y las transmisiones, del claxon y de los neumáticos al rodar
por el pavimento.

MOTOR Y TRANSMISIONES
La potencia viene determinada por:
Tipo y estado del vehículo.
• Velocidad de la circulación.
• Densidad de circulación.
• Localización de la medida: la potencia sonora aumenta en las zonas en las que los coches
deben parar y arrancar (stops, pasos de cebra, semáforos, etc...) y en las pendientes
elevadas.
• Estado del tubo de escape.
Características:
En las operaciones de aceleración o reducción de la velocidad el nivel de presión sonora llega a
incrementarse unos 20 dBA, y si consideramos que la medida del ruido generado por el paso de un
vehículo a 100 km/hora, a 15 metros de distancia, es de 75 dBA aproximadamente, se alcanzan
niveles cercanos a los 100 dBA en algunos puntos.
CLAXON
Para intentar regular sus efectos, se establecen unas normativas municipales que dictaminan los
valores límite de sonoridad permitidos. El nivel de presión sonora de un claxon percibido a una
distancia de un metro es de 120 dBA, que es límite de dolor del ruido y por lo tanto totalmente
intolerable por el sistema auditivo humano.
NEUMÁTICOS
A partir de los 70 a 80 km/hora, el ruido provocado por los neumáticos al rodar por el firme se hace
superior al del motor del automóvil. En este caso, adquiere especial relevancia el tipo de pavimento
por el cual se circula. En efecto, cuando la calzada está en mal estado o el pavimento está mojado,
la sonoridad del tráfico se hace mayor, llegándose a incrementar el ruido hasta 15 dBA más de
potencia.
Tabla 3.4. Procedencia del ruido generado por los vehículos y sus principales
características.

Si consideramos como fuente generadora de contaminación acústica a cada tipo de


vehículo en particular, podemos plantear una relación entre la potencia sonora de cada
uno de estos vehículos respecto a la distancia a la cual se toma la medida, según se
observa en la siguiente representación.

El tráfico aéreo

Uno de los ruidos más molestos es el proveniente de los aviones, avionetas o


helicópteros. Su máxima intensidad se produce en las operaciones de despegue y
aterrizaje, por lo que en las inmediaciones de los aeropuertos es donde los niveles de
contaminación acústica suelen ser más elevados. En la actualidad, el crecimiento
demográfico ha supuesto la proliferación de poblaciones suburbiales en las cercanías
de los aeropuertos, en clara contraposición a los cánones de calidad de vida
aconsejables.

El ruido del tráfico aéreo no sólo suele afectar a las zonas limítrofes a un aeropuerto,
sino que también puede generar molestias en las regiones por las que pasa. Este es
el caso de los aviones supersónicos, que se desplazan a velocidades superiores a la
del sonido.
Cuando un avión supera esta velocidad (331 m/s a 0 ºC), se dice que rompe la barrera
del sonido y se produce un estampido sonoro que puede oírse a más de 50 km de
distancia. Este fenómeno tiene lugar cuando las ondas sonoras provocadas por el
avión se desplazan a su misma velocidad, acumulándose sobre la superficie del
fuselaje y formando las llamadas ondas de choque. La presión entre estas ondas varía
de manera importante, de forma que se producen fuertes vibraciones sobre el avión.
Estos golpes de compresión u ondas de choque se van expandiendo formando un
cono que rodea al avión y que tiene su vértice en su parte delantera.

El tráfico ferroviario

El rozamiento de las ruedas de un tren sobre los raíles de la vía produce ruidos de
frecuencias bajas molestos para la población. Generalmente, donde se producen los
máximos niveles de intensidad sonora es en las estaciones. Estas estaciones se
suelen situar fuera de las poblaciones, pero a veces el crecimiento de las ciudades o
la necesidad de estar cercanas al usuario llega a incorporarlas en núcleos urbanos. En
estos casos, las vías deben estar bajo tierra, aunque entonces se producen problemas
de vibraciones en las viviendas próximas.
Cuando los trenes son de alta velocidad y se desplazan alrededor de los 200 km/hora,
la frecuencia de los ruidos aumenta, resultando más molestos para el oído. La
intensidad se incrementa con el paso de los trenes por estructuras metálicas como los
puentes.

El paso de un tren produce un nivel sonoro medido a unos 30 metros de distancia que
puede oscilar entre los 80 y 100 dBA.

3.7.3.2. La industria

La contaminación acústica generada por las instalaciones industriales tiene su origen


en la maquinaria existente en los procesos de producción. Las características del ruido
dependen en gran medida del tipo de industria que se esté considerando. Los efectos
fisiológicos y psicológicos sobre la población adquieren especial relevancia en los
propios trabajadores de estas instalaciones que, en muchos casos, presentan
secuelas al cabo de unos años de haber estado trabajando bajo la influencia de un
ruido de fondo constante más o menos intenso.

En general, los límites tolerables de exposición al ruido en naves industriales suelen


fijarse en torno a los 90 dBA para la mayoría de países.

3.7.3.3. La construcción y las obras

Las características de la maquinaria utilizada: hormigoneras, martillos neumáticos,


compresores, niveladores, camiones de cemento, etc., y en ocasiones la falta de
previsión de las fechas de inicio de estas obras, son origen directo de contaminación
acústica, e indirecto al modificar el normal desarrollo del tráfico urbano, afectando a
otras calles cercanas pero en las que el ruido de las obras no llega a molestar.

Las normativas municipales obligan a que cualquier construcción u obra pública se


realice durante las horas del día y en horario de trabajo, nunca por las noches, a
excepción de obras extraordinarias como construcciones de inminente inauguración
para un evento importante o situaciones de emergencia (roturas de conducciones,
desprendimientos de trozos de fachadas, etc.).

3.7.3.4. El ocio

Muchas actividades relacionadas con el ocio, sobre todo el de la población joven, son
el origen de niveles sonoros en horas de descanso. En este caso, coinciden las horas
nocturnas y en fin de semana, en las que gran parte de la población descansa, con el
período de tiempo preferido por otro grupo de gente para su tiempo de ocio.
Compaginar ambos horarios resulta, en ocasiones, bastante complicado, y las
medidas tomadas a cabo no suelen contentar a nadie. Así, en muchos municipios se
ha intentado controlar la hora de cierre de estos locales, lo que ha eliminado las
molestias de los vecinos, puesto que la máxima intensidad sonora se produce en la
salida del local: conversación de la multitud, ruido de persianas, ruido de motores de
coches y motocicletas, etc.

Muchos otros establecimientos también son origen de reclamaciones por parte de


vecinos. Bares y restaurantes suelen cerrar horas después de la medianoche,
acomodándose a las necesidades y preferencias de la clientela. Su actividad viene
acompañada por ruidos de extractores, aparatos eléctricos y todo tipo de vibraciones,
y a la hora del cierre, por movimientos de sillas y mesas, lavaplatos, etc.

3.7.3.5. Otras fuentes sonoras

Existen otras fuentes de contaminación acústica de carácter más particular, pero de


nivel sonoro similar, que también deben tenerse en cuenta. Citaremos en este apartado
el ladrido de los perros en ausencia de su amo, el sonido de alarmas de coches
particulares o de ambulancias, policía, bomberos, etc., el paso de los camiones de
recogida de basura por las noches, la carga y descarga de mercancías en comercios
o mercados necesariamente ubicados en núcleos urbanos o la proximidad de las
viviendas con colegios, cines,etc.

3.8. Efectos de la contaminación acústica

El efecto del ruido sobre la salud del hombre no puede estudiarse como una relación
causa-efecto, sino que en ocasiones la relación es más compleja, afectando de forma
indirecta a determinados órganos y de manera desigual para cada individuo receptor
del ruido. Efectivamente, la disminución de la capacidad auditiva en situaciones de
ruido constante es un hecho demostrado, y se puede considerar una relación
proporcional entre el aumento de la sonoridad y dicha pérdida, pero en ocasiones este
mecanismo no es directo y se producen alteraciones en otros órganos causados por
el estrés, que sí son consecuencia directa del ruido.

Este es el caso, por ejemplo, de las afecciones cardiovasculares, que se dan en mayor
medida en poblaciones expuestas a intensos ruidos de fondo.

Por otra parte, deben considerarse muchos otros aspectos como las características
fisiológicas y psicológicas particulares de cada individuo, puesto que hay personas
más sensibles que otras frente a una agresión sonora. Si a una persona le supone
una situación estresante trabajar con el continuo ruido de fondo de una máquina, otra
lo puede tolerar más, evitando de este modo muchas incidencias indirectas sobre el
organismo.
3.8.1 Efectos fisiológicos
3.8.1.1 Efectos sobre el aparato auditivo

El mecanismo fisiológico de captación y asimilación de un sonido que tiene lugar en


el oído humano es posible gracias a un órgano receptor situado en el oído interno, la
clóquea, que percibe las vibraciones causadas por las ondas sonoras, las codifica en
mensajes nerviosos y las transmite al cerebro, que interpreta los mensajes sonoros.
Las vibraciones que capta la clóquea se originan en el oído medio, más
concretamente en la membrana timpánica (que vibra por efecto de las ondas sonoras),
y se transmiten hasta el oído interno por medio de la articulación de tres huesecillos:
el martillo, el yunque y el estribo.

Las afecciones auditivas se pueden estudiar en función de su origen, es decir, se


pueden producir como consecuencia de un ruido continuado o de un impacto sonoro
brusco. En este último caso, las consecuencias pueden ser de carácter irreversible y
tener lugar inmediatamente después de la exposición. Seguidamente se citan las
dolencias auditivas más corrientes.

Pérdida de la capacidad auditiva

En la zona media de la rampa cloquear se encuentra el órgano neuroreceptor de las


vibraciones procedentes del oído medio: el órgano de Corti. La superficie del órgano
de Corti está recubierta por series de estereocilios (células en forma de pequeños
pelos) que vibran por efecto del sonido y traducen esta vibración en impulsos nerviosos
que son interpretados en el cerebro. En ausencia de ruido, estas células ciliadas
adquieren una morfología natural, quedando dobladas en situaciones de sonoridad
intensa. Si dicha sonoridad es constante, llega un momento en el cual los estereocilios
adquieren una nueva posición natural diferente a la anterior, que viene asociada a una
menor funcionalidad y, por tanto, a una menor capacidad sensitiva.

Según el tiempo de exposición al ruido podemos distinguir dos situaciones:

• Cuando se produce un ruido elevado durante un corto espacio de tiempo,


generalmente comprendido entre frecuencias de 4000 y 6000 Hz, el receptor
sufre una pérdida temporal de su capacidad de audición, conocida como
DTUIR (desplazamiento temporal del umbral inducido del ruido) al cabo de
unos minutos del impacto. El efecto no es muy grave, puesto que al cabo de
un tiempo se recupera el nivel auditivo normal. Este tiempo de recuperación es
muy variable y depende en gran medida del individuo que lo ha percibido; así,
en algunos casos sólo es de unas pocas horas, mientras que en otros puede
durar días o semanas.
• Si esta exposición no es circunstancial, sino que tiene lugar de forma
continuada en el puesto de trabajo o en el lugar de residencia, se va perdiendo
progresivamente dicha capacidad y de manera irreversible. Este efecto,
conocido como DPUIR (desplazamiento permanente del umbral inducido por el
ruido) no es inmediato, se suele producir al cabo de unos años, pero tiene el
inconveniente de que es acumulativo. Los estudios realizados no son de fácil
interpretación, ya que pueden interferir procesos naturales de pérdida de
audición por la edad, pero se supone que el desplazamiento es máximo para
frecuencias en torno a los 4000 Hz.

Lesiones en el oído medio

Un sonido intenso y repentino por encima de los 140 dB que dure más de 5
milisegundos, puede provocar lesiones graves en el oído. Si el tiempo de duración de
este sonido no supera los 5 ms, la posibilidad de lesión disminuye mucho, pero para
niveles por encima de los 165 dBA, se produce casi siempre una lesión en la clóquea,
independientemente de su duración.

La afección más común suele ser una ruptura del tímpano, puesto que se trata de una
membrana muy delicada, pero en ocasiones viene acompañada por otras lesiones
internas, como la dislocación de la cadena de huesecillos que participan en la
transmisión del sonido. Así, aún teniendo una correcta capacidad para asimilar los
ruidos, podemos percibirlos defectuosamente por una mala transmisión de éstos. El
problema, sin embargo, tiene solución médica, sustituyendo la estructura ósea dañada
por un sistema percusor artificial que emita vibraciones parecidas a las producidas por
el martillo, yunque y estribo.

3.8.1.2. Efectos en el sistema nervioso


MISOTOMIA MUSCULAR
El ruido continuado o momentáneo es generador de una tensión muscular transmitida por la
activación de la médula espinal. Este efecto se puede observar experimentalmente mediante la
aplicación sobre los músculos de electrodos que responden a excitaciones sonoras, contrayéndose
repetitivamente. Si el ruido es constante, la tensión del músculo una vez finalizado éste puede durar
unas horas.
ENFERMEDADES NERVIOSAS
A través de estudios estadísticos, se ha podido establecer una influencia entre la contaminación
acústica y diversas enfermedades nerviosas. En efecto, existe una mayor proporción de casos de
neurosis en zonas ruidosas que en zonas tranquilas, aunque no puede asegurarse la existencia de
una causa directa de estos efectos. También se observa una disminución en la capacidad para
realizar procesos mentales complejos en niños en edad escolar.
3.8.1.3. Acción sobre el aparato circulatorio

A través de la acción del sistema nervioso vegetativo, quedan afectados otros órganos
relacionados con él, como pueden ser el corazón o las arterias.

En estudios de laboratorio se ha intentado observar la influencia del ruido en estos


órganos, empleando ratas para cuantificar los efectos. Un primer efecto observado es
el aumento de la tensión arterial, resultado que puede interpretarse como lógico si se
tiene en cuenta que los animales suelen asociar el ruido a una situación de peligro. Al
cabo de meses de exposición, se constatan pequeñas modificaciones estructurales
del corazón.

Evidentemente, los estudios en seres humanos no pueden realizarse al mismo nivel


que en los animales, pero aun así pueden observarse toda una serie de efectos como
taquicardia, vasoconstricción periférica o brandicardia.

3.8.1.4 Efectos en otros órganos y sistemas

El cuerpo humano reacciona activando el sistema nervioso vegetativo frente a un


estímulo sonoro dado, produciéndose un aumento en el consumo de energía del
organismo. Esta reacción debe equilibrarse con períodos de descanso sonoro que, de
no producirse, provocan una serie de efectos perjudiciales en la salud:

• Aumento de la actividad cutánea.


• Dilatación de la pupila e incluso trastornos gastrointestinales, ocasionalmente.
• También pueden producirse estimulaciones en el sistema endocrino, que se
manifiestan por el aumento de adrenalina y noradrenalina en la sangre, y por
una elevada concentración de corticoesteroides en el plasma. Todas estas
sustancias son hormonas y, por tanto, el exceso de alguna de ellas puede
generar alteraciones bioquímicas en el organismo de carácter grave.
3.8.2 Efectos psicológicos

3.8.2.1 Interferencias en la comunicación oral

Uno de los efectos más comunes en medios urbanos respecto a las comunicaciones
interpersonales es la interferencia que el ruido ambiente puede producir en la correcta
interpretación del mensaje. Recientes estudios han demostrado de manera
experimental que para que la inteligibilidad sea de un 100%, el mensaje debe superar
en más de 10 dBA al ruido de fondo, y si lo supera justamente en 10 dBA, la capacidad
de interpretación disminuye al 95%, como media de la población estudiada.

En una conversación sujeta a continuas interferencias sonoras, se hace necesario un


mayor esfuerzo comunicativo del orador y una mayor capacidad de concentración del
oyente para captar el mensaje, lo que provoca a largo plazo un desgaste psicológico
que se suma a otras fuentes generadoras del stress.

En los numerosos estudios realizados para intentar tabular estos efectos del ruido, se
ha calculado que a una distancia de un metro y para una presión sonora
correspondiente a una conversación normal (60 dBA aproximadamente) el ruido
ambiente no debe superar los 55 dBA para que dicha conversación tenga un grado
aceptable de inteligibilidad.
Con objeto de tabular el efecto de la interferencia en la comunicación oral, se utilizan
tres índices: índice de nitidez (IN), nivel de interferencia en la comunicación oral (NIC)
y nivel de presión acústica ponderada (NPA).

Indice de nitidez
La primera consideración que se tiene en cuenta a la hora de calcular este índice es el rango de
frecuencias en el cual la presencia de un ruido ajeno a la conversación puede interferir en su
inteligibilidad. En efecto, ruidos inferiores a 250 Hz y superiores a 7000 Hz son fácilmente
identificables, y por tanto diferenciables del espectro frecuencial normal del habla.

El índice de nitidez se obtiene dividiendo este rango de frecuencias en 20 bandas y midiendo la


presión sonora media de cada una de ellas. Una vez obtenidos estos 20 valores medios, se calcula
la diferencia de cada uno de ellos con el valor medio de presión sonora de toda la conversación y se
obtiene de nuevo un valor promedio de estas variaciones, que será el índice de nitidez (IN).
Nivel de interferencia en la comunicación oral
En este caso, el promedio de presiones sonoras se obtiene de las bandas de octava de valores
centrales 500, 1000 y 2000 Hertzios.
Nivel de presión acústica con ponderación A
Los filtros con ponderación A, como ya se comentó anteriormente, atenúan el ruido en frecuencias
altas y bajas, del mismo modo que lo hace el oído humano. El NPA, a diferencia de los dos índices
anteriores, considera las frecuencias por encima de 7000 Hz y por debajo de 250 Hz, aunque sea de
una manera atenuada, mientras que el IN y el NIC las desestima totalmente.
3.8.2.2 Inhibición de actividades mentales

Existe un elevado número de actividades mentales en las que interviene el sistema


auditivo cuyo rendimiento es mucho menor en presencia de un ruido de fondo. La
presencia de este nivel sonoro puede ser el origen de una serie de efectos como la
propensión de un estado permanente de somnolencia, una sobrecarga mental de
estímulos, la sensación continua de la existencia de un estado de peligro o inseguridad
asociado al ruido o la disminución de la memoria o la enunciación interna. En general,
se atribuye un efecto negativo del ruido en todas las actividades mentales que
requieren un estado de atención superior, memorización de datos o de agilidad mental.

Se calcula que para que estos efectos no tuvieran lugar, el ruido ambiental no debería
superar los 40 dBA.

3.8.2.3 Interferencias con el sueño

Durante las dos a cuatro primeras horas del sueño, la reactividad frente a los estímulos
se va reduciendo progresivamente: los reflejos condicionados desaparecen, pero se
conservan los reflejos de la piel y los bulbares (respiratorios, cardíacos, vasomotores,
etc). La respiración se hace más lenta, disminuye el volumen respiratorio, la
concentración de oxígeno en los alvéolos, la frecuencia de los latidos cardíacos, las
secreciones lagrimales, digestiva y urinaria, y aumenta la del sudor y la concentración
de CO2. El metabolismo desciende por debajo del nivel basal. La inactividad no es
completa, aunque se produce un gran reposo muscular.
Existe pues una sensibilidad frente a los estímulos sonoros durante el sueño que
puede detectarse mediante electroencefalogramas, aplicando electrodos a los
músculos, e incluso midiendo la diferencia de potencial entre la córnea y la retina del
ojo. En efecto, el organismo reacciona de manera similar frente a estos estímulos
que en estado de vigilia; es más, lo hace incluso con niveles de presión sonora
menores.

A los 90 minutos aproximadamente de estar dormidos, la presión arterial, el pulso y la


respiración se hacen irregulares, el oído se altera y los ojos se mueven por debajo de
los párpados, como si estuviéramos viendo una película: estamos soñando. Éste es
el llamado sueño MOR (movimientos oculares rápidos), donde el cerebro está tan
activo como durante el día y emite ondas similares a la de una persona despierta.
Normalmente se dedica un 25 % del sueño al estado MOR. El ruido afecta a este
estado reduciéndolo o incluso interrumpiéndolo, lo que da lugar a una mayor
irritabilidad y cansancio del individuo al día siguiente. También se observa una
disminución en el rendimiento en algunas actividades y una falta de concentración.

Si el ruido de fondo es constante y habitual en el lugar de descanso, la persona se


habitúa a él, minimizando los efectos; pero a largo plazo se puede favorecer la
aparición de ciertas reacciones fisiológicas, como alteraciones del ritmo cardíaco y
respiratorio, movimientos corporales, etc. También debe tenerse en cuenta que no todo
el mundo reacciona de la misma manera frente a estos estímulos sonoros. Los niños
y adolescentes tienen menos dificultades en conciliar el sueño, mientras que los
ancianos se ven más afectados. Por sexos, se ha detectado que las mujeres son un
poco más sensibles durante las horas del sueño que los hombres.

Se calcula que para que no exista esta influencia en el sueño, el nivel sonoro
equivalente durante el sueño no debe superar los 35 dBA, y puntualmente no se debe
superar este valor en más de 10 dBA.

3.9. Equipos de medición de ruidos y las ondas

El problema de la reducción de los niveles de ruido sobre la población puede abordarse


bajo dos perspectivas diferentes:

• Mediante un correcto diseño y ubicación de las fuentes sonoras antes de que


se produzca la contaminación acústica.
• A través de la adopción de medidas correctoras del ruido una vez se han
detectado niveles acústicos altos.

Evidentemente, la primera solución es mucho más económica que la segunda, que


supone la reestructuración de la fuente o del entorno, por lo que el conocimiento de la
reverberación, reflexión o absorción de la zona afectada deben considerarse antes de
llevar a cabo cualquier proyecto.
Seguidamente, se desarrollan cada una de las acciones más utilizadas en la práctica
para reducir los niveles de presión sonora.
3.9.1 Estudio de la forma

El planificar una urbanización cerca de una fuente sonora tiene que hacerse de tal
forma que la población quede lo más aislada posible de ésta. Para ello, la primera
consideración a tener en cuenta es el estudio geométrico de los edificios y su
disposición geográfica, colocando los destinados a actividades menos sensibles al
ruido como barrera sonora de los otros y distribuyendo dormitorios y salas de estar en
el lado opuesto al origen de la contaminación acústica.

Para planificar la geometría de un local destinado a discursos, proyecciones o


actuaciones en el que la inteligibilidad del mensaje sea uno de los puntos más
importantes a tener en cuenta, es necesario conocer la forma correcta de este local
para evitar ecos o reflexiones en todos los puntos receptores de la sala. Esto implica
que deben realizarse estudios previos que permitan predecir posibles problemas de
audición mediante métodos fiables. Los métodos más comunmente utilizados por los
arquitectos en la elaboración de sus proyectos se exponen a continuación:

• Método geométrico.
• Método de las
maquetas.
Método del
ordenador.

3.9.1.1 Método geométrico

El método geométrico se utiliza en los casos más sencillos o cuando no se precisa de


instrumental moderno, aunque resulta útil a la hora de efectuar una primera
aproximación al problema antes de emplear métodos más sofisticados.

Para que no se produzca una situación de eco, la diferencia de tiempo entre la


captación directa de la onda sonora y la captación una vez se ha reflejado por las
paredes del recinto debe ser menor a 0,1 s. El método se basa en evitar esta situación,
tomando como referencia cada punto destinado a cada receptor en el plano de la sala
y midiendo a escala la diferencia entre los recorridos de la onda directa desde el
emisor al receptor y cada una de las ondas reflejadas en las paredes que lleguen al
oyente.

Se trata, por tanto, de trazar en el plano del proyecto todas las líneas posibles que,
reflejadas con un determinado ángulo en cada pared, lleguen al punto de estudio y
ver en qué puntos la diferencia de alguno de estos valores con el recorrido directo
excede los 17 metros. Si se da esta situación, es necesario cambiar el diseño o colocar
un material absorbente en la pared que atenúe la onda sonora.
El método geométrico tiene el inconveniente de plantear el problema desde un punto
de vista bidimensional, sin tener en cuenta las posibles reflexiones con el techo o con
otros elementos de la estructura fuera del plano de estudio. Por esto, para obtener
resultados más fiables, es preciso utilizar otros métodos más complejos.

3.9.1.2 Método de las maquetas

El método de las maquetas soluciona las deficiencias del método geométrico, pasando
el problema de dos dimensiones a tres mediante el estudio de la maqueta de una sala.
Como es lógico, la efectividad del método disminuye en relación con la escala, siendo
por tanto más preciso un estudio a escala 1/10 que a 1/30, aunque al mismo tiempo
también aumenta el costo del proyecto.

El método de la maquetas tiene tres aplicaciones en la práctica, que son: el estudio


de la forma y busqueda de los ecos, el estudio de la energía sonora y el estudio del
tiempo de reverberación.
3.9.1.3 Método del ordenador

Este método se basa en la introducción de diferentes variables características de la


sala en proyecto en un programa informático. El ordenador proporciona
automáticamente resultados de valores acústicos en función de las siguientes
variables:

• La descripción exacta de la geometría de la sala, descomponiendo todas las


superficies del recinto en elementos planos referidos a un punto de referencia.
• Una descripción precisa de las características acústicas de la sala,
caracterizando a cada plano y al aire con un índice de absorción propio.
• La ubicación de la fuente sonora, considerándola como un punto desde el
cual emanan las ondas sonoras de manera omnidireccional.
• El tiempo de vida de las ondas sonoras, introduciendo las variables que las
definen hasta su extinción, es decir, las coordenadas de cada impacto, la
intensidad del impacto y el transcurrido hasta el impacto.

El método del ordenador tiene el inconveniente de la imposibilidad de introducir un


gran número de planos en la memoria, ya que más allá de los cien planos el estudio
acústico se encarece notablemente. Otras limitaciones son la no consideración de
posibles irregularidades u orificios en las paredes, las superficies curvas (columnas,
muros redondos,...) y la presencia de elementos difusores.

3.10Tecnología de control y/o mitigación de la contaminación


acústica
3.10.1. Control del ruido en su fuente
La medida y el estudio del ruido permiten realizar predicciones fiables sobre las
consecuencias que una fuente sonora pueda generar sobre un entorno determinado.
Así, conociendo las características acústicas propias del foco sonoro, se puede actuar
sobre ellas en el mismo momento en que éste se cree, utilizando materiales
adecuados o diseñando formas geométricas que eviten problemas de reverberación
o vibración. A grandes rasgos, se sugieren una serie de medidas según el tipo de
ruido.

3.10.1.1 Ruidos de impacto

La intensidad de los ruidos de impacto se minimiza empleando materiales que


amortigüen las ondas sonoras en su estructura. Otra manera de prevenirlos consiste
en determinar con exactitud el origen del impacto y actuar sobre él, aumentando las
superficies que lo producen en el diseño preliminar de las juntas de un puente, de una
vía ferroviaria o de una máquina industrial, por ejemplo.

3.10.1.2 Ruidos por rozamiento

Obviamente, la acción contra el ruido procedente de la fricción entre dos superficies se


concentrará en la utilización de materiales poco rugosos o en la lubricación de un
mecanismo mecánico. Para ello, deben seleccionarse correctamente los materiales,
considerando diversas posibilidades mediante el estudio de su coeficiente de
rozamiento hasta llegar a una solución de compromiso sonoridad-precio satisfactorio
para el constructor o comprador y el entorno.

Tipo de materiales m mº
Acero sobre hielo. 0,03 0,01

Acero sobre acero. 0,15 0,09

Hierro sobre bronce. 0,19 0,18

Cuero sobre madera. 0,5 0,4

Caucho sobre hormigón 0,7 0,5


húmedo.
1,0 0,7
Caucho sobre hormigón seco.
Tabla 3.5 Coeficientes de rozamiento de varios materiales. mº = coeficiente de
rozamiento estático. m = coeficiente de rozamiento dinámico.

3.10.1.3 Ruidos por repetición

Cuando un ruido es repetitivo, es decir, se produce cada cierto tiempo, su grado de


molestia aumentará cuanto menor sea este período. Así, si vamos disminuyendo el
tiempo de repetición, llegará un momento en el cual el oído humano lo interprete como
un sonido continuo y, por lo tanto, mucho más molesto.

La acción contra este tipo de ruido se centra pues en la disminución de su frecuencia,


por ejemplo, trabajando a menor potencia en cualquier sistema mecánico.

3.10.1.4 Ruidos en conducciones

La circulación de fluidos líquidos o gaseosos por conducciones constituye una de las


fuentes de ruido más habituales en las viviendas, y es por esto que llega a
considerarse como un tipo de contaminación acústica tolerada. Sin embargo, existen
medidas correctoras basadas en el empleo de silenciadores eficaces que reducen sus
efectos sonoros. Existen varios tipos de silenciadores entre los que destacamos:

• Silenciadores absorbentes, consistentes en un recubrimiento de la superficie


interna de contacto por materiales porosos.
• Silenciadores de reacción, basados en la reflexión de las ondas sonoras.
• Silenciadores del tipo absorbedor de Helmholtz, consistentes en la
disposición de cavidades absorbentes.
3.10.1.5 Tráfico rodado en ciudades

A la hora de afrontar este problema, se pueden plantear medidas preventivas antes


de que éste se produzca diseñando correctamente las vías de circulación. Así por
ejemplo, debe procurarse una disposición más o menos regular de zonas peatonales
o parques siempre que sea posible, así como el diseño de "zonas de ruido" a cada
lado de la vía y de amplitud suficiente para que el ruido que llegue a los edificios
adyacentes esté dentro de unos límites legalmente establecidos.

Otras medidas de común aplicación son la reducción de la densidad de tráfico por


medio de vías alternativas o el predominio de las calles con sentido único de
circulación respecto a las de dos direcciones.

3.10.1.6 Tráfico aéreo

En este caso, la reducción del ruido en su fuente adquiere especial importancia debido
a la imposibilidad de disponer obstáculos que absorban el sonido. Esta acción se
centra pues en el control sonoro de los motores. De esta manera, resulta adecuada la
utilización de motores de tasa de dilución elevada, aunque en este caso hay que tener
en cuenta que la lucha contra el ruido y los intereses económicos van por caminos
opuestos.
Existen, sin embargo, medidas menos costosas que son habituales en los aeropuertos,
que van desde la prohibición de edificar en sus inmediaciones hasta concentrar el
tráfico aéreo en horas diurnas. Otras recomendaciones internas se basan en la
búsqueda del ángulo más silencioso de aterrizaje o en el control en el régimen del
motor.

3.10.2. Control del ruido mediante pantallas acústicas

Una de las actuaciones más económicas y efectivas para la lucha contra el ruido
consiste en colocar barreras acústicas que absorban las ondas sonoras entre las
fuentes sonoras y los receptores. El efecto de estas pantallas depende en gran medida
de la frecuencia del sonido incidente, que es atenuado en diferente grado según la
zona en la que esté ubicado el receptor. A modo general, podemos representar este
efecto en la figura siguiente:

La efectividad de las pantallas acústicas no sólo está condicionada por sus


dimensiones físicas o por el material del que están compuestas, sino también por la
situación relativa entre la fuente sonora y los receptores. Por esto, antes de aplicar
cualquier medida de apantallamiento en un lugar afectado por niveles altos de
contaminación acústica, debe realizarse un estudio cuidadoso de las condiciones
sonoras de la zona.

Otro punto a tener en cuenta es el económico. En efecto, según el diseño de la forma


de los plafones, sus dimensiones y su composición, puede conseguirse una mayor
efectividad en el aislamiento acústico de una población, pero también debe tenerse en
cuenta que el costo es superior.

A continuación se presentan varias posibilidades de actuación en orden creciente de


atenuación y de coste.

Su campo de aplicación principal se encuentra en autopistas y en vías ferroviarias,


donde el espectro frecuencia de las ondas sonoras procedentes de vehículos y trenes
está dentro del rango de una atenuación sonora eficaz.
El parámetro más importante en el estudio y diseño de las barreras acústicas es el
índice de inserción (I.L.), que se define como la diferencia entre los niveles de presión
sonora con y sin pantalla.

El análisis de una zona afectada por niveles de ruido significativos, sobretodo en el


caso de vías de circulación, puede plantearse bajo dos perspectivas diferentes. En
primer lugar, consideraremos una situación ya existente, donde se haya constatado ya
el problema, y en segundo lugar, el caso del diseño de una vivienda, urbanización o
población cerca de una fuente sonora ya existente.
Puntos a destacar
1.- Cualquier sustancia que se encuentre en la atmósfera en una proporción diferente
a la de una situación natural se considera como un contaminante aéreo.

2.- Ciudades como Londres, Los Ángeles o México D.F. han protagonizado en este
siglo los problemas más graves de contaminación atmosférica.

3.- No sólo se presentan problemas en la población por la inmisión de contaminantes


cerca de los puntos de emisión, sino también en zonas más distanciadas por efecto
de su dispersión en el aire.

4.- Los contaminantes atmosféricos provienen principalmente de la actividad


doméstica e industrial del hombre y del transporte.

5.- Según su origen, distinguimos los contaminantes primarios generados directamente


por el hombre, de los secundarios, que se obtienen a través de reacciones químicas.

6.- Clasificamos las fuentes contaminantes según su extensión en puntuales, lineales


y superficiales, según su localización en estacionarias y móviles y según su origen en
naturales y antropogénicos.

7.- Los procesos de combustión emiten grandes cantidades de óxidos de carbono y,


además, toda una serie de óxidos y otras sustancias asociadas con la materia prima
y el proceso utilizados.

8.- El tráfico rodado es una de las principales fuentes de contaminación y uno de los
principales objetivos actuales en la lucha contra la polución.

9.- Las características de los gases procedentes de las industrias de tratamiento del
metal están condicionadas por la naturaleza particular de las materias primas.

10.- Las emanaciones aéreas de las industrias químicas son de difícil eliminación
debido a la complejidad en su composición en muchas ocasiones.

11.- El principal problema de las cercanías de una industria papelera hay que buscarlo
en los olores que se desprenden en sus procesos.
12.- Una de las características que definen a los procesos de construcción es la gran
concentración de partículas sólidas en suspensión.

13.- Los procesos petroquímicos comportan la emisión de efluentes gaseosos


constituidos por multitud de hidrocarburos ligeros inflamables.

14.- Los gases insolubles y las partículas de pequeño diámetro penetran hasta la parte
más interna del aparato respiratorio pudiendo, en último término, entrar en contacto
con la sangre.
15.- Todas las enfermedades incluidas bajo la generalización de bronquitis crónica,
presentan una serie de síntomas comunes, como son una tos seca, dificultad para
respirar, molestias respiratorias del tipo paroxístico o infecciones en los bronquios.

16.- Algunos contaminantes debilitan las membranas que separan los alveolos
pulmonares entre sí, restando elasticidad en los pulmones y, consiguientemente,
causando insuficiencias respiratorias.

17.- Los derivados químicos del pireno y paraleno se revelan como agentes causantes
del cáncer de tráquea, bronquios y pulmón.

18.- Las afecciones del aparato circulatorio vienen provocadas por la inhalación
continuada de contaminantes, como es el caso de la sustitución del oxígeno por CO
en la hemoglobina.

19.- El plomo es un polucionante especialmente dañino para el esqueleto, pues


entorpece la fijación del calcio en los huesos.

20.- Un efecto habitual en poblaciones urbanas respecto a las rurales es un aumento


general del estado de fatiga muscular.

21.- Los vegetales son unos bioindicadores muy buenos a la hora de determinar el
exceso de algún contaminante aéreo debido a su sensibilidad, poder de captación y
a la simplicidad de sus tejidos.

22.- El efecto más conocido contra los vegetales es la acción de la lluvia ácida,
generada mayoritariamente por las grandes emisiones de SO2 en la atmósfera.

23.- Los consumidores primarios, al consumir vegetales contaminados o bien


directamente del aire, acumulan contaminantes en su organismo que se transmiten al
resto de animales de la cadena alimentaria.

24.- La reducción de la visibilidad al producirse los efectos de dispersión, absorción y


reflexión de la luz al chocar contra las partículas y moléculas contaminantes, la
formación de nieblas favorecida por las partículas sólidas en suspensión y el aumento
de la temperatura de la tierra son efectos que se detectan hoy en día sobre la
meteorología.
25.- Las acciones contaminantes más habituales sobre los materiales son la abrasión
por impacto, la deposición seca, el ataque químico de la lluvia ácida y la corrosión de
metales.

26.- El aumento de la concentración en la atmósfera de ciertos contaminantes, en


especial de CO2 , que absorben las radiaciones ultravioleta del sol y las reflejan hacia
la superficie de la tierra, ha incrementado el calentamiento debido al efecto
invernadero.
27.- Los CFC's, agentes destructores del O3, están siendo sustituidos por otras
sustancias que minimizan su efecto.

28.- La toma de muestras aéreas contaminadas debe realizarse de manera


significativa respecto a la zona objeto del análisis, intentando disponer las unidades
de recogida de una manera regular.

29.- La base de los equipos de recogida de muestras gaseosas es la solución


captadora, que absorbe un cierto contaminante en particular según la solución que
utilizamos.

30.- Para el análisis de la muestra se siguen una serie de métodos homologados que
certifican la garantía de los resultados obtenidos

31.- Un ruido presenta sonoridad cuando un oyente lo capta y lo asimila.

32.- Las ondas sonoras sólo pueden propagarse por medios elásticos, provocando la
vibración de sus moléculas constituyentes.

33.- La traslación de las ondas sonoras provoca variaciones de la presión atmosférica


que el oído capta e interpreta entre los 0,00002 Pa y los 20 Pa.

34.- Las unidades de presión sonora son los decibelios (dB), que son más prácticas y
siguen una escala logarítimica.

35.- El espectro de frecuencias sonoras asimilables por el oído humano puede dividirse
en unas bandas de anchura creciente, denominadas bandas de octava.

36.- Según su origen clasificamos las fuentes sonoras como naturales o


antropogénicas.

37.- La circulación y el transporte son actividades típicamente generadoras de


contaminación acústica:

a.- Hasta los 70 km/hora, el ruido de mayor intensidad en la circulación de automóviles


proviene del motor y las transmisiones y, más allá de esta velocidad, adquiere mayor
importancia el procedente de los neumáticos.

b.- El ruido más intenso procedente de un automóvil es del claxon, que alcanza los 120
dB a un metro de distancia.

c.- El estampido sónico que provocan los aviones que atraviesan la barrera del sonido
puede oirse en un radio de 50 km de distancia.
d.- El paso de un tren produce niveles sonoros de 80 a 100 dBA a 30 metros de
distancia.

38.- Las características de la contaminación acústica procedente de las instalaciones


industriales vienen determinadas por el tipo de industria generadora del ruido.
39.- La construcción y las obras públicas son fuentes sonoras que inevitablemente
están incluidas dentro de poblaciones urbanas.

40.- Los efectos del ruido por construcciones deben minimizarse en la medida de lo
posible, programando las obras en verano y, obligatoriamente, en horario laboral.

41.- Las actividades de ocio de una parte de la población muchas veces perjudican a
la otra parte, resultando necesaria la adopción de medidas municipales que
representan un compromiso por ambas partes.

42.- El DTUIR es una pérdida temporal de la capacidad auditiva inmediatamente


después de un impacto sonoro, mientras que en el DPUIR esta pérdida se convierte
en permanente tras un tiempo después de la exposición.

43.- Para ruidos muy intensos, se producen lesiones en el oído como la rotura de la
membrana timpánica o la dislocación del martillo, yunque y estribo.

44.- Una situación de contaminación acústica puede provocar enfermedades nerviosas


como tensión muscular o incluso neurosis.

45.- Otros efectos fisiológicos son tensión arterial, taquicardia o alteraciones


hormonales.

46.- En conversiones que no superan en más de 10 dB a un ruido de fondo, la


inteligibilidad del mensaje decrece considerablemente.

47.- Existen tres parámetros que se utilizan para tabular la interferencia en la


comunicación oral: el índice de nitidez (IN), el nivel de interferencia en la comunicación
oral (NIC) y el nivel de presion acústica con ponderación A (NPA).

48.- El exceso de ruido es origen de toda una serie de efectos psicológicos como la
sobrecarga de estímulos, la sensación de inseguridad, somnolencia o disminución de
memoria.

49.- El ruido reduce, e incluso interrumpe, el estado MOR del sueño, lo que provoca
un estado de cansancio e irritabilidad y una disminución del rendimiento del individuo
en estado de vigilia.

50.- Los efectos psicológicos de la contaminación acústica influyen de distinta manera


a cada individuo, resultando más perjudiciales para unos que para otros.

51.- Las técnicas de depuración de contaminantes atmosféricos son una forma de


control "a posteriori" de la contaminación atmosférica.
52.- La tecnología a utilizar depende del tipo de contaminante de depurar y de las
condiciones en las que se deba operar.
53.- La captura de los contaminantes debe realizarse lo más cerca posible de la fuente
de emisión principal.

54.- Las características más importantes de los efluentes a tratar a la hora de


seleccionar la técnica de depuración más apropiada son: el caudal, la temperatura y
la composición del gas portador (caudales y concentraciones de los contaminantes).

55.- Los principales conceptos a considerar en la comparación de los diferentes


sistemas de depuración son: la eficacia necesaria, la viabilidad técnica, la inversión
inicial, los costes de operación y mantenimiento, el espacio requerido y los efluentes
secundarios o residuales.

56.- La ubicación de edificios y viviendas debe hacerse de tal manera que, los
destinados a actividades menos sensibles al ruido apantallen a las viviendas, donde
las salas de estar y dormitorios deben encontrarse lo más alejadamente posible del
origen sonoro.

57.- En el estudio de la forma de salas o recintos para conciertos o conferencias, se


emplean en la práctica tres métodos: el geométrico, el de las maquetas y el del
ordenador.

58.- Los efectos del ruido pueden minimizarse controlándolos en su fuente, ampliando
las superficies de impacto, lubricando superficies de fricción, disminuyendo su
frecuencia de repetición o empleando silenciadores en conducciones.

59.- El efecto de una pantalla acústica sobre las ondas sonoras es una atenuación de
sus frecuencias según la zona trasera de la barrera.

60.- El índice de inserción se define como la diferencia entre los niveles de presión con
y sin barrera acústica.

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