Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
UNC/ FFYH-CIECS
carolinaames@gmail.com
En este sentido, cabe aclarar que si bien tomamos diferentes autores de tradiciones
distintas para ayudarnos a pensar la cuestión metodológica, tenemos en miras la utilización
de Marx del método del materialismo dialéctico en El Capital, como fuente principal y
argumento a favor de la utilidad del método. El problema básicamente consiste en que el
mismo Marx hace poca referencia cuestiones de corte metodológico, sino que su obra (tanto
esta como obras anteriores) se concentra más directamente en la elaboración teórica en sí.
En este sentido, creemos que una elucidación metodológica puede resultar muy iluminadora
del texto de Marx, así como también puede resultar una poderosa herramienta para seguir
construyendo teoría en la actualidad.
La motivación principal de esta propuesta tiene que ver con alimentar la posibilidad
de seguir construyendo hoy, teoría social con cierto grado de generalidad, es decir,
enfocada en comprender lo social desde un punto de vista global, ampliando el horizonte de
los problemas locales o cuestiones regionales particulares. Esta cuestión la podemos
plantear reivindicando ciertas características del mundo social que actualmente se nos
presentan casi inmediatamente: vivimos en un mundo complejo y de múltiples realidades
1
locales, singulares y con sus problemáticas particulares. Pero a su vez este mundo de
realidades y problemas locales, es también un mundo de importantes conexiones entre
realidades, es decir, es un mundo global, o en mejores términos, globalizado. Vivir en un
mundo globalizado en el sentido a que nos estamos refiriendo no es una cuestión propia de
una teoría social global, es un hecho concreto. Que las realidades locales encuentran puntos
de conexión con un todo general, que los resultados de procesos locales afectan a otros
procesos distanciados en el espacio y el tiempo en donde en principio no podría visualizarse
una conexión clara, que el mundo social manifiesta características a partir de las cuales
claramente se muestra su verdad en tanto realidad social global, constituye para nuestros
propósitos un punto de partida para pensar la investigación social.
2
partir de esta noción general, se desprenden una serie de cuestiones que intentaremos
esbozar para presentar una idea más acabada de lo que el concepto de totalidad implica.
En este contexto, la verdad de la lógica se presenta como una verdad formal. Define
la forma del pensamiento verdadero desde ciertos principios fundamentales: la identidad (A
es A), la no contradictorio (no es el caso que A y no-A sean simultáneamente verdaderas), y
el principio del tercero excluído (o bien A es verdadera o bien no lo es). En tanto representa
la forma del pensamiento, y su interés es el conocimiento verdadero, se mueve de verdad en
verdad a partir de reglas de inferencia y deducción lógica.
3
contenido, pues se supone que el conocimiento lo es respecto de algo, un objeto de
conocimiento.
En este sentido, en tanto que para que exista conocimiento verdadero es necesaria la
unión del contenido y la forma ¿Cómo definimos entonces la relación entre ambos?
Planteado en estos términos, en palabras de Lefebvre, la relación del contenido y la forma
en la lógica formal queda mal determinada y controvertible: “El postulado lógico
metafísico es por cierto el del pensamiento “mágico”: la relación de la forma con el
contenido es concebida como una participación” (Lefebvre, 1999: 11).
En este sentido, para el pensamiento lógico, todo contenido puede ser comprendido
sólo en tanto se encuentre amoldado a la forma de la identidad, que formulado en términos
metafísicos, excluye lo opuesto y contradictorio. Definido así por la identidad, el contenido
de la lógica queda a su vez definido por la inmovilidad, de donde surge justamente el
conflicto entre las estructuras del pensamiento y las fuerzas cambiantes de la experiencia
real.
4
A los propósitos de encontrar las raíces del pensamiento dialéctico, Lefevbre analiza
la herencia de Hegel, fuente teórica de la que Marx se nutre y que es de fundamental
importancia para comprender su método teórico. El proyecto de Hegel asume entonces la
tarea de volver a incorporar todos los elementos dispersos en un movimiento que
comprenda la totalidad de la forma y el contenido, pero no ya partiendo de la forma pura,
sino de la infinita riqueza del contenido cambiante y contradictorio.1
Hegel abogará por una unidad infinitamente rica del pensamiento y de lo real, de la
forma y del contenido. Ahora bien, no abandona la lógica, en tanto que representa el
camino hacia algo sólido, sino que sienta las bases para transitar el camino inverso: del
contenido a la forma. Así, Hegel convierte a la dialéctica, que había sido comprendida
como una práctica dominada por la ambigüedad y la falta de rigurosidad, en una práctica
científica, en un método riguroso.
En este sentido, la lógica dialéctica es el método riguroso a partir del cual podemos
seguir el movimiento, delimitar un objeto en su relación con otro, como un momento que es
1
Dice al respecto Rodolfo Mondolfo en el Prólogo que escribe para su traducción de la Ciencia de la Lógica
de Hegel: “La nueva lógica con que Hegel quiere sustituir la tradicional, se plantea, como dice la Introducción
el problema precedente de la gnoseología kantiana, cuyo dualismo, del pensamiento y del ser, cerraba el
tránsito de nuestra conciencia al ser en sí (nóumeno). Hegel rechaza ese dualismo y el fantasma de lo
incognoscible; el pensamiento es el ser o el noumeno verdadero. Sin embargo, debemos conocerlo; lo que no
se logra con aceptar empíricamente las determinaciones del pensamiento, ofrecidas por la lógica tradicional,
sino con engendrarlas y coordinarlas mediante el movimiento dialéctico del pensamiento mismo” (Hegel,
1948: 13).
5
necesario, pero también móvil y perecedero, es decir, es la lógica del desarrollo, de lo que
no es eterno, sino de lo que es proceso, cambio, es la lógica del devenir.
6
relación armónica. En este sentido, podemos comprender el objeto porque comprendemos
los elementos simples que se desprenden de éste y lo constituyen.
7
desarticula: “El análisis diseca y produce una abstracción; pero la lógica dialéctica da un
sentido concreto a esta abstracción. La síntesis no excluye al análisis, sino que lo incluye.
El análisis es dialéctico porque lleva a momentos contradictorios. La síntesis es analítica
porque restablece la unidad ya implicada en los momentos” (Lefebvre, 1999: 24).
2
“The problem is that such a totality cannot be comprehended immediately; its articulation has to be
exhibited. This methodological problem is not at all that of finding a pure or simple case isolated from
concrete complexity; it is a matter of how to articulate a complex concept that cannot be grasped by some sort
of immediate intuition. In doing so we have to make a start with some aspect of it” (Arthur, 2004:25).
8
ganando en complejidad, y la verdad de la totalidad se va conquistando en un ida y vuelta a
partir del cual el material analizado en momentos anteriores debe ser re-organizado
constantemente en la medida en que nuevos momentos se le presentan al análisis (Cf.
Arthur, 2004: 25).
3
“There is no immanent dynamic in the presentation; the shift from one 'level of analysis' to another is due to
a decision to add a further determination, e.g., 'let money be invented', 'let labour-power be a commodity', 'let
different organic compositions prevail'” (Arthur, 2004: 26).
9
llevarse a cabo porque aquellos inventores se encontraban ya con una cantidad considerable
de obreros mecánicos diestros, suministrados por el período de la manufactura…La base
técnica inmediata de la gran industria se halla, pues, como vemos, en la manufactura…De
este modo, la industria mecánica se fue elevando de un modo espontáneo hasta un nivel
material desproporcionado a sus fuerzas. Al llegar a una determinada fase de su desarrollo,
esta industria no tuvo más remedio que derribar la base sobre la que se venía
desenvolviendo y que había ido perfeccionando dentro de su antigua forma, para
conquistarse una nueva base más adecuada a su propio régimen de producción” (Marx,
1999: 312).
4
Cf. Adorno, 2001; Arthur, 2014; Habermas, 1988; Lefevbre, 1999: Marx, 1999.
5
Cf. Adorno, 1999 Habermas, 1988.
6
Cf. Prologo de Marx a la primera edición de El Capital.
10
diverso, como síntesis. De esta forma posibilita la investigación, que “ha de tender a
asimilarse en detalle a la materia investigada, a analizar sus diversas formas de desarrollo y
descubrir sus nexos internos” (Marx; 1999: XXIII). La exposición sintética de los
elementos encontrados por vía del análisis, recompone la totalidad, mostrando su
movimiento. En este proceso de investigación, la relación entre las categorías abstractas y
lo concreto abstraído debe quedar plasmado de manera rigurosa en cada paso, a fin de
evitar la construcción teórica sobre el vacío: “Y si sabe [el investigador] hacerlo [exponer el
movimiento real] y consigue reflejar idealmente en la exposición la vida de la materia, cabe
siempre la posibilidad de que se tenga la impresión de estar ante una construcción a priori”.
(Marx; 1999: XXIII)7
7
En el texto de la Introducción de 1958, en donde hace Marx referencias más claras en lo que respecta a sus
presupuestos metodológicos, encontramos también expresada esta misma idea: “Lo concreto es concreto
porque es la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto, unidad de lo diverso. Aparece en el
pensamiento como proceso de síntesis, como resultado, no como punto de partida, aunque sea el verdadero
punto de partida, y, en consecuencia, el punto de partida también de la intuición y representación. En el
primer camino, la representación plena es volatilizada en una determinación abstracta; en el segundo, las
determinaciones abstractas conducen a la reproducción de lo concreto por el camino del pensamiento” (Marx,
2007: 21).
8
Cf. Arthur, 2004. Capitulo IV.
11
dinámica real de la dialéctica, confundiéndose con una lógica lineal en sentido tradicional
de desarrollo lógico.
En cambio, sostiene Arthur, el trabajo que Marx realiza en El Capital queda mejor
retratado desde una concepción de la dialéctica como “dialéctica sistemática”, es decir, un
desarrollo dialéctico de los conceptos a partir de los cuales se logra una exposición del
modo capitalista de producción en tanto que esta constituye una totalidad; en este sentido,
el problema del desarrollo histórico queda fuera de su concepción de la dialéctica
materialista de Marx. Es decir, Marx tomaría la sociedad capitalista como totalidad y todo
desarrollo teórico que realiza apunta al descubrimiento de los nexos internos, de las
relaciones que se articulan al interior de dicha totalidad, dejando de lado lo relativo a su
génesis y devenir históricos.
El planteo general de Arthur, bajo la perspectiva de la “dialéctica sistemática”, hace
ver el desarrollo de Marx como un desarrollo lógico dialéctico de los conceptos en sí
mismos y de este modo, su interpretación hace diluir el carácter concreto histórico de la
investigación marxista.
Si bien es cierto que en este planteo, Arthur consigue desentrañar rigurosamente el
análisis dialéctico, mostrando como los conceptos se desarrollan, ganando en complejidad y
determinación en la medida en que la investigación avanza, a su vez que expresando
relaciones concretas al interior de la sociedad capitalista, la disociación respecto del
desarrollo histórico hace que pierda perspectiva el enfoque dialéctico. Encontramos en
Marx fundamento para sostener que efectivamente está pensando en la sociedad capitalista
con una mirada histórica, aunque el método histórico deba ser aclarado y re-definido en los
términos de la dialéctica. Por ejemplo, en el siguiente fragmento del texto de los Ensayos
de Marx: “Desde este punto de vista, puede afirmarse que la categoría más simple puede
expresar las relaciones dominantes de un todo no desarrollado o las relaciones subordinadas
de un todo más desarrollado, relaciones que existían ya históricamente antes de que el todo
se desarrollara en el sentido expresado por una categoría más concreta. Sólo entonces el
camino del pensamiento abstracto, que se eleva de lo simple a lo complejo, podría
corresponder al proceso histórico real” (Marx, 2007: 23).
Marx muestra, en el desarrollo de su investigación el desarrollo de las categorías
(por tanto a su vez, de las relaciones de producción) hasta abarcar la totalidad compleja que
12
constituye la economía capitalista. Esta exposición, implica su desarrollo histórico, aunque
la dinámica de la misma no presenta un orden histórico en el sentido de un ordenamiento
temporal según los momentos en que las categorías surgen en el curso de los
acontecimientos. En tanto potencia económica que lo domina todo, el capital es punto de
partida y punto de llegada de la investigación, y en este sentido, las categorías se
posicionan en el orden en que articulan las relaciones al interior del capital como potencia
dominante.
9
Cf. Marx, 2007:28-29
13
La primera ley, de unión de los opuestos, es justamente la negación del principio de
la lógica tradicional de no-contradicción. Afirma, en efecto, que cada cosa es el resultado
de múltiples determinaciones contradictorias. Los opuestos conforman una totalidad. Es el
principio a partir del cual se entiende que no hay elementos simples, acabados, sino que
todo lo que es, guarda en su interior una complejidad inmanente, una lucha de fuerzas
opuestas. Estas tendencias contradictorias son la fuente del movimiento. En este sentido, la
totalidad es la forma en que conviven las contradicciones. Encontramos expresada esta idea
de forma explícita y clara en el siguiente pasaje de la obra de Marx: “Veíamos que el
proceso de cambio de las mercancías encierra aspectos que se contradicen y excluyen entre
sí. El desarrollo de la mercancía no suprime estas contradicciones; lo que hace es crear la
forma en que puede desenvolverse. No existe otro procedimiento para resolver las
verdaderas contradicciones. Así, por ejemplo, el que un cuerpo se vea constantemente
atraído por otro y constantemente repelido por él, constituye una contradicción. Pues bien,
la elipse es una de las formas de movimiento en que esta contradicción se realiza a la par
que se resuelve” (Marx, 1999: 65).
14
Lo que sucede justamente es que, al constituir la totalidad estudiada una unión de
opuestos, de fuerzas contradictorias, el desarrollo de estas tendencias contradictorias, su
expansión, llega necesariamente a un límite en donde, para conservarse, se transforma en
algo diferente. Lo vemos expresado por el mismo Marx cuando analiza la emergencia del
régimen capitalista a partir del empleo de una cantidad de mano de obra que excede la tasa
máxima permitida por el régimen gremial (régimen anterior que intenta en vano
contrarrestar las fuerzas del nuevo modo de producción naciente): “Aquí, como en las
ciencias naturales, se confirma la exactitud de aquella ley descubierta por Hegel en su
Lógica, según la cual, al llegar a un cierto punto, los cambios puramente cuantitativos se
truecan en diferencias cualitativas” (Marx, 1999: 247).10
Si bien esta ley está implicada a lo largo de todo el desarrollo de las categorías
económicas11, Marx habla expresamente de la ley de la negación de la negación en el
10
Miremos este ejemplo más de cerca, descrito por Marx más adelante, en el capítulo XI: “Por lo que se
refiere al régimen de producción, vemos que la manufactura, por ejemplo, apenas se distingue en sus orígenes
de la industria gremial del artesanado más que por el número de obreros empleado al mismo tiempo y por el
mismo capital, número que en la manufactura es mayor…Por tanto, en un principio, la diferencia es
meramente cuantitativa…Sin embargo, dentro de ciertos límites, la cosa cambia. El trabajo materializado en
el valor es trabajo de calidad social media, aplicación de una fuerza media de trabajo. Pero para obtener una
magnitud media, es necesario reunir muchas magnitudes individuales diversas de la misma especie. Dentro de
la misma rama industrial, cada obrero individual, Pedro o Pablo, difieren más o menos del tipo medio de
obrero. Estas divergencias individuales, que matemáticamente se llaman 'errores', se compensan y
desaparecen en cuanto se reúne un número relativamente grande de obreros…Por tanto, el empresario
individual, si quiere acogerse íntegramente a la ley de la valorización, tiene que producir como capitalista, es
decir, emplear muchos obreros al mismo tiempo, poniendo en acción desde el primer momento trabajo social
medio” (Marx, 1999: 259-261). A su vez, la forma que adopta la convergencia de muchos obreros trabajando
juntos, que Marx la nombra como cooperación, también produce cambios cualitativos que derivan de esta
modificación en la cantidad de obreros trabajando: “Del mismo modo que la fuerza de ataque de un escuadrón
de caballería o la fuerza de resistencia de un regimiento de infantería difieren sustancialmente de la suma de
las fuerzas de ataque y resistencia desplegadas por cada soldado, la suma mecánica de fuerzas de los diversos
obreros es algo sustancialmente distinto de la potencia social de fuerzas que desarrollan muchas brazos
coordinados simultáneamente en la misma operación indivisa…La cooperación no tiende solamente a
potenciar la fuerza productiva individual, sino a crear una fuerza productiva nueva, con la necesaria
característica de fuerza de masa” (Marx, 1999: 262).
11
Cf. Rubin, 1929.
15
último capítulo del Tomo I cuando habla del proceso de acumulación originaria. En este
capítulo explica cómo el modo capitalista de producción representa la negación del modo
de producción basado en la propiedad privada del trabajo (trabajo individual, en donde el
trabajador produce sus medios de vida), en la medida en que en el capitalismo, el trabajador
es separado de sus medios de trabajo y el trabajo toma una forma social. Esta nueva forma,
la de la producción capitalista, contiene a su vez los términos lógicos de su superación: del
trabajo social a partir de medios privados, a la socialización inmanente de los medios de
producción: “El sistema de apropiación capitalista que brota del régimen capitalista de
producción, y por tanto la propiedad privada capitalista, es la primera negación de la
propiedad privada individual, basada en el propio trabajo. Pero la producción capitalista
engendra, con la fuerza inexorable de un proceso natural, su primera negación. Es la
negación de la negación. Esta no restaura la propiedad privada ya destruida, sino una
propiedad individual que recoge los progresos de la era capitalista: una propiedad
individual basada en la cooperación y en la posesión colectiva de la tierra y de los medios
de producción producidos por el propio trabajo” (Marx; 1999: 649).
12
Para una interpretación de este pasaje que no implica pensar en una suerte de profecía de Marx, sino una
explicitación de una contradicción inmanente al sistema capitalista, es decir, una representación de una
posibilidad lógica presente al interior de este sistema (y no un supuesto momento posterior) se puede
confrontar el capítulo 6 del texto de Christopher Arthur de 2004 que venimos citando titulado “Negation of
the Negation in Marx’s 'Capital'”.
16
conceptos, ya que expresa el carácter sustantivamente diferente y negador que implica el
desarrollo de las contradicciones más simples en la separación de formas más complejas.13
13
Cf. Rubin, 1929.
17
social, una situación histórica en su conjunto, queda determinada precisamente como
totalidad y trabada en todos sus momentos.14
18
sus orígenes se remontan a los estudios de Ferdinand de Saussure, fundador de la
lingüística moderna que sirve de base al estructuralismo.
15
“Este inconciente, a despecho de las frecuentes alusiones a él, nada tiene que ver – salvo en el hecho de
estar organizado - con el inconciente freudiano, que es el de la pulsión el del deseo en su poder de
simbolización. Es un inconciente categorial, combinatorio, sin referencia a un hablante: pensamiento que no
piensa, se aliena en la objetividad de los códigos y de los sistemas.” (Corvez, 1969: 80)
19
de ellas, y que por tanto, puede construirse a partir de estos, una idea exacta y científica
respecto del ser del hombre.
A partir de los años 60’ y 70’, el marxismo se encontró con esta corriente ya
exitosa. Podemos nombrar como uno de sus principales exponentes a la interpretación
althusseriana. No sería del todo correcto decir que Althusser aplico los métodos del
estructuralismo al análisis de los textos de Marx, más bien su trabajo de interpretación de
estos textos dejan ver que el estructuralismo estaría inscripto en la obra de este autor: “El
estructuralismo de Althusser no sería, pues, otra cosa que el del mismo Marx, pero
dearrollado, teorizado con arreglo a las auténticas estructuras, frente a las ‘adaptaciones’
que le hicieron sufrir por su cuenta ciertos ideólogos marxistas” (Corvez, 1969: 116).
16
Cf. Althusser, Balibar, 1969.
20
sentido la idea de “determinación de lo económico en última instancia”, y manifiesta que la
esencia de toda formación social implica instancias determinantes en el interior de un
complejo de estructura y superestructura. Estas instancias quedan representadas por la
economía, la política y la ideología, que gozan de cierta autonomía relativa y eficacia
específica. Existe en este sentido, una discontinuidad radical en la dialéctica, en tanto que
cada nivel posee su tiempo propio, relativamente autónomo.
Con esto no queremos decir que no puedan distinguirse de algún modo ciertas
instancias. En efecto lo político, por ejemplo, tiende a delimitar un campo de acción que se
separa de algún modo de lo económico. El problema es bajo que lógica interpretar dicha
separación, y aquí si tenemos que la lectura en base a la dialéctica y la lectura
estructuralista difieren entre si de modo sustancial, de forma tal que su objeto de estudio, el
modo de producción capitalista, queda determinado por lógicas internas diferentes que
afectan sustancialmente a las ideas que se forman acerca de su constitución y sus líneas de
desarrollo.
Para explicar cómo las distintas instancias se forman, desde la perspectiva del
razonamiento dialéctico, la investigación debería llevarnos a comprender los nexos que
conectan cada instancia con la totalidad. Las propias tensiones que se manifiestan al interior
de las diferentes instancias de lo social, y entre estas instancias, a las que el investigador
tiene acceso desde una pre-comprensión significativa de dicha realidad, pueden ser
analíticamente tratadas y sintéticamente puede ser descubierto su movimiento.
Además, no se debe descuidar el interés del propio Marx respecto del método
dialéctico, en relación a su objetivo principal que consiste en una crítica de la economía
política: al ser la lógica del desarrollo, contraposición de la lógica estática, es a partir de
21
aquella que Marx logra exponer las categorías de la economía política de una forma tal que
de cuenta no sólo de las relaciones que se establecen entre ellas, sino también del modo en
que se articula su desarrollo histórico. En este sentido, para la economía marxista, las
categorías económicas no caen del cielo ya constituidas, sino que son la cristalización (o
“cosificación”) de relaciones sociales que se desarrollan a partir de un proceso histórico.
Para Marx, todas las categorías económicas representan relaciones sociales entre personas.
Por tanto, su desarrollo, coincide justamente con el desarrollo de estas relaciones sociales.
En esto está la clave de la importancia de Marx para la sociología: desde Marx, la economía
no se trata de relaciones entre categorías independientes, exclusivamente técnicas del
estudio económico, sino que se trata de relaciones sociales entre personas.
En este sentido, la crítica de Marx a la economía política lo que hace es mostrar las
relaciones sociales que están detrás de las categorías que los economistas clásicos
utilizan.17 Por tanto la operación resulta un especie de sociologización de la economía, y no
como suele pensarse, un reduccionismo de lo social a las estructuras de la economía. El
modo de producción económico viene a ser fundamental para el análisis de lo social no
tanto como factor determinante sino más bien como punto de partida de la investigación: en
efecto, la función primera y vital de que las sociedades deben ocuparse, es garantizarse su
reproducción material, producir su vida. En este sentido, existe en Marx como cuestión
antropológica implicada la relación constitutiva de lo social a partir de la cual los hombres
entran en relaciones entre sí y con la naturaleza a partir del trabajo. Pero esta relación
constitutiva de lo social no implica ninguna instancia determinante de otras instancias. El
tema de la determinación de una instancia sobre otra se vuelve más complejo y quizá podría
decirse que pierde sentido si interpreta el modo de producción capitalista desde la dialéctica
bajo el concepto de totalidad.
Ninguna instancia, desde esta lógica, puede tener la capacidad de “determinar” otra,
en tanto que la acción de determinar queda excluida de la lógica del desarrollo dialéctico,
así como también la causalidad y la predictibilidad bajo sus formas clásicas. La misma idea
de instancia debería ser revisada incluso, si esto supone una estructura de relaciones rígidas.
En su lugar, el análisis dialéctico propone la idea de “momento”, cuya forma es la que
17
Cf. Rubin 1928; García 1979.
22
dibuja el movimiento de las fuerzas en lucha. Cada momento tiene un desarrollo, y
engendra nuevos momentos. Pero esta generación, que como describimos antes es
profundización y separación en nuevas formas, debe ser contrapuesto de la idea de
determinación.
Bibliografía
ALTHUSSER, Louis; BALIBAR, Etienne, Para leer El Capital, Siglo XXI Editores,
Buenos Aires, 1969. [1967]
ARTHUR, Christopher J, The new dialectic and Marx' Capital, Ed. Brill Leiden, Boston,
2004
GARCÍA, Jorge, “La categoría: relación social de producción”, En: El Capital: teoría
HABERMAS, Jürgen, La lógica de las ciencias sociales, Ed. Tecnos, Madrid, 1988.
MARX, Karl]
- Ensayo sobre la teoría marxista del valor, Siglo XXI Editores, México, 1977.
24