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DÍA DE LOS DIFUNTOS 2 DE NOVIEMBRE

El Día de los Difuntos es una


celebración de origen
prehispánico que honra a los
difuntos los 2 de Noviembre
de cada año.

Esta festividad se inició en


México y se extendió luego a
Sudamérica, varias
comunidades de los Estados
Unidos donde vive una gran cantidad de mexicanos también recuerdan esta tradicional
fecha.

Según los estudios, el culto a los muertos era una práctica de nuestros antepasados
precedentes a la conquista española en fechas correspondientes al equinoccio de finales de
octubre.

Durante el Día de los Muertos se realizan una serie de rituales y ceremonias que se repiten
todos los años por personas que perdieron un pariente y se muestran rodeadas de una gran
solemnidad y dolor

El Día de los Difuntos es una tradicional fecha que se recuerda todos los años en Ecuador
con varias actividades.

A pesar de los años, los ecuatorianos aún mantiene ciertas costumbres por el día de los
difuntos y estas se pueden observar en varios cementerios de la ciudad. Entre las
costumbre, los ecuatorianos acuden a los cementerios a degustar la comida favorita del
difunto que van a visitar y antes de retirarse le dejan su porción de comida. Otra de las
costumbre con menor apego es usar ropa de colores oscuros como el negro y el morado
como muestra del dolor.

Generalmente las personas desde el 1 de noviembre visitan las tumbas de sus seres
queridos para limpiar, pintar, decorarlas con arreglos florales y ofrecerles una oración.

La gastronomía es una tradición que en Ecuador


no se ha perdido con la preparación de la
deliciosa colada morada acompañada de las
guaguas de pan.

Es importante destacar que en la costa


especialmente en Esmeraldas los habitantes
viven la muerte como una fiesta, ellos recuerda
el Día de los Difuntos con marimba y con mucho
licor.

Las diferentes provincias del Ecuador recuerdan el Día de los fieles difuntos con
diferentes actividades que son tradicionales de las culturas aborígenes y ritos católicos
que varían en cada una de las comunidades.
INDEPENDENCIA DE CUENCA 3 DE NOVIEMBRE

Al conocer la gloriosa jornada guayaquileña del 9 de octubre de 1820; cuencanos


encabezados por Tomás Ordóñez, José Sevilla y el clérigo Juan María Ormaza, el 3 de
noviembre enfrentaron a las autoridades españolas y proclamaron su libertad.

Los amotinados se replegaron a la Plaza de San Sebastián; el jefe militar leal a España,
García Trelles se atrincheró y aseguró la plaza principal de la ciudad; los patriotas y el
pueblo, mal armados flanquearon por el norte y se situaron en el punto de El Vecino,
esperando recibir refuerzos de otros pueblos.

El cura Javier Loyola, dirigiendo a los patriotas de su parroquia, ayudó en esta tarea,
logrando aislar la ciudad. García Trelles, presionado por los ciudadanos, rindió las armas.
Lamentablemente, la libertad para Cuenca duró muy poco, pues el 20 de diciembre de 1820,
el Crnel. González, luego de vencer a los patriotas guayaquileños en la primera Batalla de
Huachi, venció también a los cuencanos en Verdeloma.

El 3 de noviembre de 1820 la ciudad de Cuenca, busca su independencia del imperio Español.


Un grupo de jóvenes patriotas al enterarse de lo ocurrido en Guayaquil el 9 de octubre del
mismo año, toma bajo su control el cuartel principal de la ciudad en manos de soldados
españoles.

Los combates duraron hasta el siguiente día, cuando las fuerzas ecuatorianas recibieron
ayuda desde Chuquipata, haciendo que los militares absolutistas se rindan.

El 20 de diciembre de 1820, nuevamente se da una gran batalla entre ecuatorianos y


fuerzas españolas. El ejército de los patriotas comandado por Vázquez de Noboa es
derrotado y Cuenca vuelve a caer en el poder ibérico.

3 de noviembre de 1820, primera independencia de Cuenca

Al enterarse de lo ocurrido, Antonio José de Sucre, mariscal de Ayacucho, se dirige a


Cuenca para rescatarla. Tras una gesta patriótica, el 21 de febrero de 1822 logra por
segunda y definitiva ocasión la Independencia de Cuenca.
INDEPENDENCIA DE AZOGUES - 4 DE NOVIEMBRE DE 1820

Desde 1792 comenzaron las ideas de la independencia en la provincia de Cuenca y


transmitidas también a Azogues, al igual que copias de las cartas de Eugenio Espejo sobre
la emancipación política y soberanía de los pueblos. Los párrocos de Azogues, Cañar, Déleg
conocían de reuniones y diligencias que
venían celebrando los adictos a la causa
de la independencia, como el cura Javier
Loyola a quien el obispo Quintian Ponte y
Andrade llamó "Adicto a la criminal causa
de la independencia". De manera
subrepticia, sigilosamente circuló en
Azogues la copia del llamado pasquín que
decía: "Desde Lima ha llegado -esta
receta fiel, -a morir o vencer -conforme
con nuestra ley". El Teniente Juez del
Partido don Juan Francisco Carrasco fue
llamado varias veces a Cuenca para las
averiguaciones acerca de la "propalación
de rumores sobre la autonomía de los pueblos sujetos a la autoridad del Rey de España". No
hubo sindicados ni acusados por el conocimiento o participación en actos patrióticos.

Tras la intentona del viernes 3 de noviembre de 1820, el cura Javier Loyola, recibió el
recado de los patriotas congregados en El Vecino -Cuenca y al primero que comunicó la
noticia fue al Dr. Miguel Gil Malo -propietario de la misma parroquia Chuquipata, luego tomó
el camino de Azogues para comunicar a su cura párroco Juan Orosco Guerrero, instándolo a
que "levantara a la gente para que acompañe a Cuenca" como lo hizo en Chuquipata Miguel
Malo. El mensaje se extendió por todas partes, el mismo cura de Chuquipata envió
mensajeros a Biblián para que avisaran al cura Manuel Carzola, al de Cañar Francisco Cueto
Bustamante y al de Déleg José Orellana, con el pedido para que la gente marchara hasta El
Vecino.

En Cañar -con el cura a la cabeza y el apoyo de los militares, levantaron a la población


contra una guardia de 20 hombres que llevaban preso a Quito al Gobernador de Cuenca
Antonio Díaz Cruzado, el mismo que fue puesto en libertad; los guardas fueron encerrados
en la Casa del Pueblo, y fueron los que después tomaron parte en la Columna Cañar que vino
a Nasón de Biblián para reforzar al Batallón Patriótico que combatió en Verdeloma y fue
masacrado por las fuerzas del coronel Francisco González. En Azogues, el teniente Juan
Monroy Guerrero dio la voz de alerta, dirigiéndose a la residencia de J. Francisco Carrasco,
para apresarlo como autoridad dependiente de los españoles; pero don Francisco Carrasco
acudió a la plaza principal -frente a la Casa Parroquial, con algunos hombres que declararon
estar de acuerdo con la libertad e independencia. Entonces, a coro proclamaron la libertad,
el sábado 4 de noviembre de 1820, dando vivas al cura Loyola, al Teniente Tomás Ordóñez,
a Antonio Díaz Cruzado. En esta plaza, fueron designados por el pueblo como Jefe del
Partido, don Carlos Domínguez y Toral y en lo militar al teniente Vicente Monroy.
El 4 de Noviembre de 1820, tiene trascendencia en las páginas y épocas de la historia del
Ecuador, porque las tropas libertarias lideradas por el “Cura de Chuquipata, Francisco
Javier Aquilino Loyola Prieto”, sellaron la victoria de la Independencia de Cuenca, hecho
histórico ocurrido el 3 de Noviembre de 1820.

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