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Según los estudios, el culto a los muertos era una práctica de nuestros antepasados
precedentes a la conquista española en fechas correspondientes al equinoccio de finales de
octubre.
Durante el Día de los Muertos se realizan una serie de rituales y ceremonias que se repiten
todos los años por personas que perdieron un pariente y se muestran rodeadas de una gran
solemnidad y dolor
El Día de los Difuntos es una tradicional fecha que se recuerda todos los años en Ecuador
con varias actividades.
A pesar de los años, los ecuatorianos aún mantiene ciertas costumbres por el día de los
difuntos y estas se pueden observar en varios cementerios de la ciudad. Entre las
costumbre, los ecuatorianos acuden a los cementerios a degustar la comida favorita del
difunto que van a visitar y antes de retirarse le dejan su porción de comida. Otra de las
costumbre con menor apego es usar ropa de colores oscuros como el negro y el morado
como muestra del dolor.
Generalmente las personas desde el 1 de noviembre visitan las tumbas de sus seres
queridos para limpiar, pintar, decorarlas con arreglos florales y ofrecerles una oración.
Las diferentes provincias del Ecuador recuerdan el Día de los fieles difuntos con
diferentes actividades que son tradicionales de las culturas aborígenes y ritos católicos
que varían en cada una de las comunidades.
INDEPENDENCIA DE CUENCA 3 DE NOVIEMBRE
Los amotinados se replegaron a la Plaza de San Sebastián; el jefe militar leal a España,
García Trelles se atrincheró y aseguró la plaza principal de la ciudad; los patriotas y el
pueblo, mal armados flanquearon por el norte y se situaron en el punto de El Vecino,
esperando recibir refuerzos de otros pueblos.
El cura Javier Loyola, dirigiendo a los patriotas de su parroquia, ayudó en esta tarea,
logrando aislar la ciudad. García Trelles, presionado por los ciudadanos, rindió las armas.
Lamentablemente, la libertad para Cuenca duró muy poco, pues el 20 de diciembre de 1820,
el Crnel. González, luego de vencer a los patriotas guayaquileños en la primera Batalla de
Huachi, venció también a los cuencanos en Verdeloma.
Los combates duraron hasta el siguiente día, cuando las fuerzas ecuatorianas recibieron
ayuda desde Chuquipata, haciendo que los militares absolutistas se rindan.
Tras la intentona del viernes 3 de noviembre de 1820, el cura Javier Loyola, recibió el
recado de los patriotas congregados en El Vecino -Cuenca y al primero que comunicó la
noticia fue al Dr. Miguel Gil Malo -propietario de la misma parroquia Chuquipata, luego tomó
el camino de Azogues para comunicar a su cura párroco Juan Orosco Guerrero, instándolo a
que "levantara a la gente para que acompañe a Cuenca" como lo hizo en Chuquipata Miguel
Malo. El mensaje se extendió por todas partes, el mismo cura de Chuquipata envió
mensajeros a Biblián para que avisaran al cura Manuel Carzola, al de Cañar Francisco Cueto
Bustamante y al de Déleg José Orellana, con el pedido para que la gente marchara hasta El
Vecino.