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VISIÓN GENERAL: UN MODELO COMPUESTO PARA EL RECONOCIMIENTO Y LA

PRODUCCIÓN DE PALABRAS

La figura 1 muestra el modelo compuesto que surge cuando esos cuatro modelos
independientes se funden en uno, mientras que la tabla 1 representa un comentario extenso
sobre este modelo compuesto, resumiendo el papel de cada módulo y algunas de las
conexiones y los síntomas que aparecen cuando se alteran dichos componentes y conexiones.
Señalaremos que cada uno de los módulos de la figura 8.3 puede justificarse con referencia a
las pruebas procedentes tanto de los sujetos normales como de los pacientes con lesiones
cerebrales. Todas las conexiones tienen asimismo una justificación empírica: hemos reducido
el número de conexiones entre los módulos al mínimo necesario para explicar las evidencias de
que disponemos.
Parte de la aparente complejidad de la figura 1 procede de la necesidad de representarla en
dos dimensiones (imaginar los elementos 13, 14 y 15 situados por encima o por debajo del
plano de la página ayuda a resolver parte de la confusión procedente de los cruces de líneas).
Una respuesta alternativa a las críticas sobre la complejidad bizantina, consiste en señalar que
este modelo compuesto es probablemente una súper simplificación. Algunos de los módulos
propuestos requerirán, casi con absoluta certeza, ser subdivididos aún más: el sistema
semántico, por ejemplo, cubre una multitud de representaciones y operaciones, y el sistema
de análisis visual soporta más peso del que cabría para un único módulo. Como los modelos de
los «creadores de diagramas» de finales del siglo ante pasado, la figura 1 se encuentra también
severamente limitada puesto que sólo aborda la comprensión y la producción de palabras
aisladas, tanto habladas como escritas. Como mostraremos en el siguiente capítulo, será
necesario postular varios módulos más cuando se tengan en cuenta la producción y la
comprensión de frases y segmentos lingüísticos de mayor longitud. Por último, la figura 1 se
refiere exclusivamente a los procesos verbales. Otro aspecto obvio es que un modelo como el
de la figura 1 es sólo la mitad de una teoría. La mitad restante la constituyen las
especificaciones de cómo funciona cada módulo y cómo se comunica con los otros módulos
con los que está conectado. Ésta es la mitad que faltaba en los diagramas del siglo pasado y
una de las razones del descontento respecto a ellos. El moderno creador de diagramas se
encuentra mucho mejor dotado en este sentido, porque el desarrollo de los conceptos de
computación le ha proporcionado un vocabulario para hablar sobre el posible funcionamiento
interno de los módulos. Por tanto, ahora disponemos de teorías, algunas de ellas ejecutadas
mediante simulaciones por ordenador, sobre los posibles mecanismos del lexicón de input
auditivo (p. ej., McClelland y Elman, 1985; Klatt, 1979; Marslen-Wilson, 1984), el lexicón de
input visual (por ej., Brown, 1987; McClelland y Rumelhart, 1981; Morton, 1979), el lexicón de
output de habla (p. ej., Dell, 1986; Sternberg, 1985), etc.
La experiencia nos enseña que algunas personas encuentran los diagramas como el de la figura
1 más atractivos que otras. Éste es un hecho que tiene que ver con preferencias individuales,
no con el mérito científico. Sin embargo, si tenemos que tomar en serio la hipótesis de la
modularidad y seguir construyendo diagramas como elementos expositivos, entonces es mejor
ir acostumbrándose a los modelos como el de la figura 1.

Ellis, A., & Young, A. (1996). Human cognitive neuropsychology: a textbook with readings. Hove, East Sussex: Psychology Press.
Traducido y adaptado por R. González, 2010.
Fig. 1 Modelo compuesto para el reconocimiento y la producción de palabras
habladas y escritas (véase el resumen de los componentes y conexiones
numeradas)

Resumen de las funciones de todos los componentes y de algunas de las


conexiones de la figura , mencionando los trastornos que pueden surgir como
consecuencia de las distintas alteraciones

1. La función del sistema de análisis auditivo es extraer los sonidos individuales del habla
(posiblemente fonemas, aunque existen otros candidatos) de la onda sonora del habla. Esto se
efectúa a pesar de las diferencias de acento, voz, velocidad de emisión, etc., y, por tanto, debe
tener la flexibilidad suficiente para hacer frente a estas variaciones. Asimismo, debe explicar el
hecho de que el habla se recibe a menudo sobre un fondo con un nivel de ruido considerable.
El sistema de análisis acústico puede alterarse selectivamente en algunos pacientes con
«sordera verbal pura» (pp. 146-153) que tienen dificultades en la comprensión y la repetición
de las palabras que oyen aunque pueden aún hablar, leer y escribir con normalidad. Pueden
aún oír el habla e identificar las vocales, pero no las consonantes (que requieren un análisis
rápido de patrones acústicos cambiantes). La comprensión del habla puede servirse de los
indicios procedentes de la labiolectura, del contexto y del enlentecimiento del ritmo del habla

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Traducido y adaptado por R. González, 2010.
que permitiría al sistema de análisis acústico menos eficiente del hemisferio derecho llevar a
cabo la percepción fonética.

2. La función del lexicón de input auditivo es reconocer las palabras familiares habladas.
Esto indica simplemente que una palabra se ha oído antes: sabiendo que el significado de la
palabra requiere la siguiente activación de sus representaciones semánticas en el sistema
semántico.
Una alteración selectiva del lexicón de input auditivo en un paciente tendría como
consecuencia una incapacidad, por parte del sujeto, para reconocer muchas de las palabras
habladas, pero podría repetirlas correctamente usando la ruta alternativa desde el sistema de
análisis acústico hasta el nivel fonémico. La repetición intacta distingue esta alteración de la
«sordera verbal pura» (véase 1). La producción del habla debería estar intacta, al igual que la
mayor parte de los aspectos de la lectura (aunque no la habilidad para comprender los
seudohomófonos como «phoks» o «neffue») y la mayor parte de los aspectos de la escritura
(aunque el paciente tenderá a cometer errores en la escritura al dictado de homófonos como
peak [punta, cumbre] y pique [pique, resentimiento] cuando no son comprendidos). Ciertos
pacientes con «sordera para el significado de las palabras» (pp. 153-155) pueden encajar en
esta descripción (véase 3).

3. El vínculo entre el lexicón de input auditivo y el sistema semántico permite a las


palabras oídas, que han sido reconocidas como familiares, acceder a sus significados en el
sistema semántico. Un paciente con una alteración selectiva de esta conexión podrá distinguir
las palabras oídas de las seudopalabras (decisión léxica auditiva) y repetir tanto palabras como
seudopalabras, pero no será capaz de comprender muchas palabras. Este fallo en la
comprensión auditivo-verbal no necesariamente debe acompañarse de problemas en la
comprensión de palabras familiares escritas, ni de problemas en la producción hablada.
Algunos pacientes con «sordera verbal pura» que aún pueden escribir al dictado palabras
irregulares que no comprenden, encajarían en esta descripción (pp. 153-155 y 177-178). Una
alteración en 3 se observa también en pacientes con «disfasia de acceso semántico», que
puede ser específica para determinadas categorías verbales (pp. 156-158).

4. El sistema semántico es (simplificando mucho) el componente en el cual están


representándolos significados de las palabras. Se corresponde con el componente de
«memoria semántica» de muchas teorías cognitivas de la memoria. De acuerdo con algunos
teóricos, el sistema semántico debería dividirse en un sistema semántico verbal en el que se
representan los significadas de las palabras y un sistema semántico no verbal en el que se
almacenarían cosas como el conocimiento sobre los objetos o sobre las personas.
Varias condiciones neuropsicológicas distintas pueden implicar alteraciones del sistema
semántico. Entre ellas se encuentran la demencia, los trastornos categoriales específicos que
afectan por igual la comprensión y producción de las palabras habladas y escritas, la «disfasia
profunda» en la que se cometen errores semánticos en la repetición auditivo-vocal (pp. 157-
158) y la «dislexia profunda», en la que tanto los errores semánticos en la lectura en voz alta
como el característico efecto de imaginabilidad (mejor lectura de las palabras correctas que de
las abstractas) se han atribuido a alteraciones en el sistema semántico (pp. 213-218).

Nota 1. «Phoks» es una seudopalabra homófona del vocablo inglés fox [zorro] y «neffue» lo es
de nephew [sobrino]. (N. del T.)

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Traducido y adaptado por R. González, 2010.
5. El sistema de análisis visual tiene tres funciones: a) identificar las letras en las palabras
escritas (o seudopalabras o secuencias de letras); b) codificar cada letra en función de su
posición dentro de la palabra, y c) agrupar perceptivamente esas letras que forman parte de la
misma palabra. Cualquiera de estas funciones puede alterarse en pacientes con algún tipo de
dislexia «periférica» adquirida. Así, los paciente con «dislexia por negligencia» pueden fracasar
en la identificación de las letras del extremo de las palabras (pp. 195-197), mientras que los
«disléxicos atencionales» pueden tener problemas con los agrupamientos perceptivos que
derivan en errores que incorporan letras de dos o más palabras presentes en el campo visual
(pp. 198-199).
En general, el sistema de análisis visual puede identificar varias letras simultáneamente y en
paralelo (por tanto, la longitud de la palabra tiene pocas repercusiones sobre el
reconocimiento de las palabras familiares). En una teoría sobre la «lectura letra por letra» (pp.
199-202), la identificación de las letras se redujo a un proceso en serie en el que las letras se
transmitían una a una desde el sistema de análisis visual hasta el lexicón de input visual
(Patterson y Kay, 1982). Una teoría alternativa (Warrington y Shallice, 1980) sostiene que la
transmisión de información desde el sistema de análisis visual hasta el lexicón de input visual
está completamente interrumpida, de modo que la información sobre las letras debe
transmitirse mediante la conexión 22 hacia el sistema de escritura que efectúa el
reconocimiento de un modo lento y laborioso (posiblemente en sentido inverso yendo a través
del lexicón de output grafémico hacia el sistema semántico, aunque esta opción es altamente
especulativa).

6. La función del lexicón de input visual en la lectura es análoga a la del lexicón de input
auditivo en la percepción del habla. Identifica la secuencias de letras a partir de las cuales
forma palabras escritas conocidas. Puede responder a una palabra no familiar (o seudopalabra)
declarándola como desconocida, permitiéndole que active la representación de una palabra de
la lengua visualmente similar (por tanto, quizá permitiendo al paciente que responda «mesa»
donde pone mese) o posiblemente iniciando un intento de pronunciación basado en una
analogía con palabras familiares. El lexicón de input visual indica que una palabra se ha visto
antes, pero si una palabra ha de comprenderse debe activar su representación semántica en el
sistema semántico (4) y si ha de ser pronunciada correctamente debe activar su forma hablada
en el lexicón de output de habla (8). Las alteraciones en el lexicón de input pueden explicar los
errores visuales como leer arrangement [arreglo] como «argument» [argumento] o calm
[calma] como «clam» [almeja]. Éstos son los tipos de errores predominantes en la dislexia
«visual» (p. 202), pero acompañan a otros síntomas en muchas formas de dislexia adquirida.

7. El nexo entre el lexicón de input visual y el sistema semántico permite a las palabras
escritas reconocidas como familiares acceder a sus significados en el sistema semántico (4). Las
alteraciones selectivas de esta conexión determinarán que el paciente pueda distinguir las
palabras escritas de las seudopalabras (decisión léxica visual), pero que no comprenda muchas
palabras escritas o que lo haga sólo lentamente y de un modo incompleto. La comprensión
verbal auditiva, el habla y la escritura podrían permanecer intactas. Los pacientes con «dislexia
de acceso a la semántica» pueden aproximarse a esta descripción (pp. 212-213).

8. La función del lexicón de output de habla es que la forma hablada de una palabra esté
disponible para el hablante. En la producción hablada esto ocurrirá en respuesta a una
activación desde el sistema semántico; en la lectura puede suceder a través de una

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combinación del input procedente del sistema semántico y de las conexiones más directas del
lexicón de input visual (véase punto 14).
Evidencias de sujetos normales y pacientes con lesiones cerebrales sugieren que la facilidad
con que las entradas para las palabras son activadas en el lexicón de output de habla está en
función de la frecuencia verbal, siendo las palabras de uso más común (de alta frecuencia) más
fácilmente accesibles que las de uso menos común (de baja frecuencia). Este patrón puede
observarse en los afásicos «anómicos» con dificultades de evocación para palabras de cuyos
significados son plena-mente conscientes (pp. 119-124). Estos pacientes sólo son capaces de
recuperar con ciertas garantías palabras de alta frecuencia, aunque pueden demostrar un
acceso parcial a las de menor frecuencia, generando aproximaciones, fenómeno que puede
observarse también en las personas normales cuan-do se encuentran con una palabra en la
«punta de la lengua». Estas aproximaciones neologísticas pueden suceder con cierta frecuencia
en el habla de los pacientes con «jergafasia neologística», trastorno en el que la evocación
léxica es también dependiente de la frecuencia verbal (pp. 124-129). Los neologismos
relacionados con la palabra buscada (target-related, aproximaciones fonológicas) muestran
también que la recuperación de las formas verbales desde el lexicón de output de habla no es
un fenómenos de «todo o nada».

9. En el nivel fonémico están representados los sonidos individuales distintos del habla.
Estos sonidos podrían estar codificados en función de su posición, como se supone que lo
están las letras en el sistema de análisis visual. El nivel fonémico recibe inputs de tres fuentes
distintas. La primera es el sistema de análisis auditivo. Este sistema proporciona un mecanismo
para la repetición auditivo-vocal tanto de las palabras familiares como de las no familiares (o
seudopalabras). El segundo input procede del lexicón de output de habla: los fonemas pueden
ser activados en el curso de la producción hablada espontánea, de la lectura en voz alta, de la
repetición semánticamente mediana o de la denominación de objetos, etc. En tercer lugar, el
nivel fonémico puede ser activado mediante la conversión grafema-fonema cuando las
palabras no familiares o seudopalabras son leídas en voz alta (véase 15).
El nivel fonémico guía ¡a producción hablada a través dg preces-, aún por determinar, que
acaban en la articulación de los sonidos del habla. El nivel fonémico puede guiar también la
elaboración «subléxica» de la forma escrita de palabras cuya ortografía no dispone de una
entrada en el lexicón de output grafémico (véanse 16 y 17).
Los lapsus linguae de los hablantes normales que implican sustituciones o alteraciones en el
orden de fonemas pueden atribuirse a errores en el nivel fonémico. Un elemento distintivo de
tales errores implica al parecer, la sustitución de fonemas por otros fonemas fonológicamente
similares (p. ej., la sustitución de /b/ por /p/ o de /g/ por /k/; véase Ellis, 1979a, 1980). Los
errores a este nivel pueden observarse también en el habla de algunos afásicos de Broca y
posiblemente en algunos afásicos de «conducción».

10. La conexión de doble sentido que une el lexicón de output de habla con el nivel
fonémico tiene por objeto representar la idea de que este lexicón y el nivel fonémico se
mantienen en un estado de mutua activación interactiva. Esto significa que cuando una
entrada en el lexicón de output de habla está activando sus fonemas en el nivel fonémico, esta
activación es devuelta hacia el lexicón de output de habla en forma de un feedback positivo. La
función normal de esta activación interactiva es acelerar la selección de entradas en el lexicón
y la activación de fonemas en el nivel fonémico, pero en ocasiones puede equivocarse, dando
lugar a la producción de errores denominados malapropismos, en los que una palabra similar a
la pretendida es emitida por error. Estos errores de sustitución de palabras son bastante

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comunes en los lapsus linguae de los sujetos normales y pueden ocurrir también en los
pacientes afásicos. Asimismo, puede invocarse esta activación interactiva para dar cuenta de
ciertos errores ortográficos que cometen sujetos normales y pacientes disgráficos al escribir
por error una palabra real que es idéntica o similar en su sonido a la palabra pretendida. Esto
puede explicarse si postulamos una conexión directa entre las correspondientes entradas del
lexicón de output de habla y el lexicón de output grafémico (16; véase también pp. 171-172).

11. Tanto los hablantes normales como los sujetos afásicos son capaces de repetir en voz
alta palabras no familiares o seudopalabras para las que no dispondrán de entradas en el
lexicón de input auditivo o lexicón de output de habla. Esto quiere decir que se debe postular
una ruta desde el input hasta el output que no pase por los dos lexicones: esto está
representado en el modelo por la conexión directa entre el sistema de análisis auditivo y el
nivel fonémico. Aunque la repetición de las palabras no familiares es relativamente infrecuente
en las personas adultas, es una necesidad que se presenta con suma frecuencia en la infancia,
cuando los niños repiten palabras que nunca han oído con objeto de interrogar a los adultos
sobre su significado. En este sentido, la repetición no léxica es más importante en la infancia
que en la vida adulta, como puede serlo la lectura no léxica (véase 15). La existencia de una
conexión directa entre el sistema de análisis auditivo y el nivel fonémico proporciona un
mecanismo por el cual las palabras no familiares pueden ser repetidas sin comprensión o
reconocimiento. Esta ruta está alterada en ciertos pacientes afásicos, como los pacientes con
«agnosia fonológico-auditiva» y con «disfasia profunda», cuya repetición de seudopalabras es
mucho peor que la de palabras. La conexión entre el sistema de análisis auditivo y el nivel
fonémico está representada por una flecha de doble sentido. Esto significa que la activación de
los fonemas del nivel fonémico puede retroalimentar al sistema de análisis auditivo. Esto
podría proporcionar un mecanismo que en nuestra vida diaria experimentamos como
«lenguaje interno», por el que nos parece oír nuestra habla silenciosa internamente. Este
proceso interno de producción de lo que efectivamente es una imagen acústica de las
representaciones del nivel fonémico puede ser también importante en la comprensión
silenciosa de las palabras escritas que se leen en voz alta usando la conversión grafema-
fonema, como cuando un niño lee en silencio una palabra no familiar, reconoce su forma
sonora como algo que ha oído antes y comprende la palabra.

12. Como una alternativa al feedback interno desde el nivel fonémico hasta el sistema de
análisis acústico tratado en el punto anterior, podemos verbalizar una palabra en voz alta y
controlar nuestra propia producción hablada mediante feedback externo. La incapacidad para
monitorizar nuestra propia habla y para detectar nuestros propios errores puede ser un factor
determinante en ciertas formas de afasias. Así, en el capítulo 5 sugerimos que los pacientes
con «jergafasia neologística» pueden producir de forma espontánea grandes cantidades de
errores en su habla precisamente porque un trastorno asociado de la percepción del habla les
impide detectar sus propios errores y, por tanto, saber que su habla está llena de errores de
pronunciación.

13. Una conexión directa entre un lexicón de input auditivo y un lexicón de output de habla
aparece en varios modelos, incluyendo el modelo de logogen (p. ej., Morton y Patterson,
1980). La evidencia sobre su existencia es, sin embargo, escasa, y su presencia determina que
los modelos con lexicones de input y de output independientes sean difíciles de distinguir
empíricamente de los modelos con un solo lexicón de input-output para las palabras habladas
(p. ej., Allpot y Funnell, 1981).

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Traducido y adaptado por R. González, 2010.
El principal argumento en favor de esta conexión en el hecho de que ayuda a completar una
ruta directa desde el input auditivo hasta el output escrito que sortea el sistema semántico
(sistema de análisis auditivo, lexicón de input auditivo, lexicón de output de habla, lexicón de
output grafémico, deletreo oral o escritura). Este tipo de ruta parece necesaria para explicar la
habilidad de algunos pacientes con «sordera verbosemántica» para deletrear palabras
irregulares que se les dictan y que no parecen comprender (pp. 177-178). Mejor prueba sobre
esta conexión nos proporcionaría un paciente que pudiera repetir palabras pero no
seudopalabras sin comprender las palabras que era capaz de repetir correctamente.
El hecho de que no surja la necesidad de plantear una conexión similar entre el lexicón de
input visual y el lexicón de output grafémico constituye un índice del insuficiente desarrollo de
tales modelos, como el de la figura 8.3.

14. Se han descrito pacientes que pueden leer en voz alta palabras irregulares
correctamente sin parecer comprender su significado. Este hecho se ha tomado como un
indicador de la existencia de una ruta para las palabras como «todos» desde el lexicón de input
visual hasta el lexicón de output de habla, sorteando el sistema semántico. A diferencia de la
ruta 13, esta vía está refrendada por las pruebas procedentes de sujetos normales que son
capaces de leer en voz alta palabras familiares e irregulares en menos tiempo del que invierten
en hacer cualquier tipo de categorización semántica sobre esas mismas palabras. Este hallazgo
es compatible con la noción de que la recuperación de la pronunciación de una palabra tras su
reconocimiento por el lexicón de input visual puede efectuarse simultáneamente y en paralelo
con la recuperación del significado de la palabra desde el sistema semántico.

15. Los lectores normales pueden leer en voz alta palabras no familiares o seudopalabras
que nunca antes han visto. Por tanto, debemos incorporar en nuestros modelos una ruta
desde el reconocimiento de las letras hasta el output de habla que no dependa de que las
palabras sean reconocidas como familiares por el lexicón de input visual. Una opción es
postular una ruta subléxica distinta mediante la cual las palabras no familiares o las
seudopalabras puedan ser leídas en voz alta a través de un proceso de segmentación de la
palabra en letras o grupos de letras y traducir estas unidades visuales en las correspondientes
secuencias fonémicas. Esta ruta sería relativamente poco usada por los lectores adultos
competentes, pero sería muy usada por los niños, para los cuales son muchas menos las
palabras que están representadas como «todos» en el lexicón de input visual, y por los lectores
adultos menos competentes. Algún aspecto de la conversión grafema-fonema está alterado en
los «disléxicos fonológicos», que pueden leer en alto palabras reales mucho mejor de lo que
leen palabras no familiares o seudopalabras. La conversión grafema-fonema está también
severamente alterada en los «disléxicos profundos». En las páginas 203-233 reconocimos la
existencia de explicaciones teóricas alternativas de cómo podemos leer en voz alta palabras no
familiares, incluyendo explicaciones que efectivamente combinan la conversión grafema-
fonema con la ruta directa (14), que conecta el lexicón de input visual con el lexicón de output
de habla.

16. La función del lexicón de output grafémico es almacenar las formas ortográficas de las
palabras familiares y hacer que estén disponibles en el proceso de escritura. Esto es
particularmente importante para una lengua como el inglés, en la que las formas ortográficas
deben recuperarse como «todos» desde la memoria, como consecuencia de la existencia de
tantas palabras irregulares y formas ortografícas impredecibles. Las palabras pueden
recuperarse desde el lexicón de output grafémico en respuesta a inputs procedentes de tres

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fuentes distintas: el sistema semántico, el lexicón de input auditivo y el lexicón de output de
habla. Hemos analizado en el punto 10 el hecho de que un input de! lexicón de output de habla
pueda permitirnos explicar ciertos tipos de errores ortográficos en los que las palabras
producidas son similares en sonido a las palabras buscadas. Un input desde el sistema
semántico puede proporcionar una explicación de los errores semánticos de la escritura, tanto
los cometidos en ocasiones por los sujetos normales, como los cometidos en grandes
cantidades por los «disgráficos profundos». La recuperación de la ortografía desde el lexicón
de output grafémico no es un proceso de «todo o nada»: tanto en individuos normales como
en distintos pacientes con disgrafias adquiridas es posible observar la aparición de errores que
incorporan elementos impredecibles de la ortografía de una palabra, siendo, sin embargo,
incorrectos. Sin duda, estos errores resultan de una activación incompleta de las entradas del
lexicón de output grafémico.

17. Las razones para incluir una conexión desde las entradas en el lexicón de Output de
habla y el lexicón de output grafémico se analizan en el capítulo 7 (pp. 170-172). Entre ellas
destaca el hecho de que los escritores normales produzcan a veces lapsus involuntarios
durante la escritura, en los que la palabra que se pretende escribir es escrita como otra palabra
real que tiene un sonido idéntico o similar (p. ej., scene [escena] por seer [visto] o surger
[oleaje] por search [búsqueda].Algunos pacientes disgráficos producen errores similares en
proporciones mucho más elevadas. La conexión participa también en la explicación de cómo
algunos pacientes con «sordera verbal» pueden ser capaces de escribir al dictado palabras
irregulares que no comprenden (véase 13).

18. Los sujetos con un dominio adecuado de la escritura pueden elaborar ortografías
verosímiles para palabras no familiares o seudopalabras. En inglés, ésta es una empresa
arriesgada dadas la variabilidad y la irregularidad entre las correspondencias sonido-ortografía
en esta lengua. La habilidad para generar formas escritas para palabras no familiares se explica
en el modelo en términos de un sistema de conversión fonema-grafema que conecta las
representaciones del nivel fonémico con las representaciones al nivel grafémico (es decir, un
sistema de transformación de los sonidos en formas ortográficas).
El elemento característico de la conversión fonema-grafema es la aparición de errores de
«regularización» cuyo sonido es como el de la palabra deseda (p. ej., escribir biscuit [galleta]
como «biskit»). Este tipo de errores aparecen en grandes cantidades en la escritura de los
pacientes «disgráficos de superficie», en los que el proceso de recuperación de las palabras
como «todos» desde el lexicón de output grafémico está alterado. Por el contrario, la
conversión fonema-grafema se halla alterada en los pacientes con «disgrafia fonológica», cuya
escritura de las palabras familiares es mucho mejor que su escritura de las palabras no
familiares o seudopalabras.

19. En el nivel grafémico existe cierto tipo de representaciones abstractas de cada una de
las letras usadas en la lengua. Estas representaciones son abstractas porque se considera que
las versiones mayúscula y minúscula de una letra estarían representadas mediante una sola
entrada en el nivel grafémico. La selección de una forma de letra particular y de modos
particulares de outputs ortográficos (escritura a mano, mecanografía, deletreo oral, etc.) se
efectúa en algún punto por debajo del nivel grafémico.
El nivel grafémico recibe tres inputs: uno desde el sistema de análisis visual que permite copiar
las palabras directamente desde la escritura, un segundo desde la conversión fonema-grafema
y un tercero desde el lexicón de output grafémico. Ciertos lapsus de escritura cometidos por

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sujetos normales pueden atribuirse a errores a nivel grafémico, como ocurre con los muchos
más frecuentes errores de algunos pacientes con disgrafias «periféricas» (pp. 181-182).

20 y 21. Al nivel alográfico, las letras están representadas bajo formas espaciales. Cada
grafema tiene al menos dos variantes alográficas: sus formas mayúscula y minúscula. Al nivel
de los patrones grafomotores, las letras están representadas como los movimientos necesarios
para crear alógrafos particulares. Ciertos lapsus de escritura de sujetos normales que afectan
los caracteres y también ciertas formas de disgrafia «periférica» pueden interpretarse en
términos de problemas que tienen un origen alográfico o en los patrones grafomotores (pp.
182-187).

22. Esta conexión retroactiva entre la escritura y el sistema de análisis visual representa el
feedback externo que puede lograrse leyendo la propia escritura. Los pacientes con disgrafia
«aferente» parecen no prestar suficiente atención a este feedback visual externo, como
tampoco pueden atender suficientemente el feedback cinestésico interior. Como
consecuencia, cometen errores característicos que implican repeticiones u omisiones de trazos
o letras en secuencias de elementos similares. Los mismos tipos de errores pueden ser
inducidos en sujetos normales privándoles del feedback visual (p. ej., haciéndoles escribir con
los ojos cerrados), y estos errores pueden alcanzar, en individuos normales, niveles
comparables a los encontrados en los «disgráficos aferentes» si la privación del feedback visual
se acompaña de una tarea secundaria, como dar golpecitos o contar mientras la persona trata
de escribir. Esta tarea secundaria interfiere probablemente en la atención hacia el feedback
cinestésico en los individuos normales (pp. 183-187).

23. La disposición de una conexión directa entre el sistema de análisis visual y el nivel
grafémico permite copiar palabras y seudopalabras que no son reconocidas ni comprendidas.
Esta copia no es un dibujo fiel, sino que implica copiar el estímulo con la propia caligrafía del
sujeto. Hacer que la conexión entre el sistema de análisis visual y el nivel grafémico sea de
doble sentido proporciona un mecanismo mediante el cual los sujetos podrían imaginar
visualmente las palabras que recuperan del lexicón de output grafémico o elaboran mediante
la conversión fonema-grafema. Este feedback interno sería análogo al feedback, también
interno, que desde el nivel fonémico conecta con el sistema de análisis auditivo (véase //).
Nota. Algunas de las flechas que conectan los distintos componentes son de doble sentido,
mientras que otras son unidireccionales. Dado el principio conservador por el que nos hemos
regido, sólo indicamos una conexión como de doble sentido si tenemos pruebas de que los dos
componentes pueden ejercer una influencia reciproca entre sí. De este modo, flechas de doble
sentido conectan los sistemas de análisis auditivo y visual con los lexicones de input auditivo y
visual como modo de expresar la superioridad de los procesos verbales «top-down», por la
cual los fonemas y las letras son percibidos con mayor rapidez y precisión en las palabras que
en las seudopalabras. De forma análoga, el sistema semántico dispone de conexiones
bidireccionales con los lexicones auditivo y visual para explicar el efecto de priming semántico
y otros «efectos de contexto» (véase McClelland, 1987, para una revisión de estos fenómenos
interactivos en el procesamiento del lenguaje). En contraste con esto, existen razones para
creer que la conversión grafema-fonema es un proceso de traducción de un solo sentido
independiente de la conversión fonema-grafema. Otras conexiones mostradas como de un
solo sentido pueden, en realidad, ser de doble sentido que permiten activaciones interactivas
entre sus componentes.

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