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La infancia como experiencia de lo Sublime y lo Bello

Cuando se habla de estética, se hace referencia a los sentidos inmersos en el mundo material y
sensible, algo que antecede a la razón. Es por esto que lo bello y lo sublime no tienen concepto. Esto
debido a que trascienden el lenguaje, la lógica y la racionalidad.

Cuando se remite a la primera infancia en el texto “Prescripción” en Lecturas de Infancia de Jean-


Francois-Lyotard, se habla del momento en el que «Sólo existo» al contrario del racionalismo cuando
se plantea la famosa frase «cogito ergo sum» (pienso, luego existo), de René Descartes. Este lapso
de tiempo, en el que el lenguaje todavía no ha sido implantado en el ser humano, es relacionado
con un momento estético, donde el conocimiento racional no existe todavía y solamente existe el
conocimiento sensible sin definiciones. Este momento es conocido como la primera infancia.

¿Es entonces el momento de la primera infancia en la que no se es consciente, un momento que


pudiera ser definido como bello o sublime? ¿Si las definiciones del lenguaje se quedan cortas para
algo bello y sublime, será posible llegar a recrearlas a través de la memoria de la infancia?¿ o tal vez
es en el arte donde más se evidencian?

Por un lado tenemos a Kant hablando del juicio estético como un juicio sin pretensiones ni objetivos
concretos. Pero ¿el propósito de los juicios no es acaso alcanzar un concepto?.

Cuando se habla de juicios morales se tienen dos polos: bueno y malo. Cuando se habla de un juicio
científico se tienen dos polos: falso o verdadero. Es entonces así, que al llegar al juicio estético es
evidente la subjetividad del asunto. Carece de lógica y se basa en sensaciones y experiencias. Su
valor está dado por el juicio mismo.

Es de suma importancia asociar la idea de lo Sublime a la contradicción de sensaciones que lo


caracterizan. Un placer y dolor puestos en la balanza que llegan al equilibrio perfecto para que lo
sublime suceda. Así mismo resulta muy interesante relacionar este juicio (estético) universal sin
orden externo al cual adecuarse; este estado de proceso mental de imaginación y auto-
conocimiento, con el momento de la primera infancia.

En el cerebro del ser humano se evidencia un tipo de plasticidad que se transforma pero que desde
que se nace deja una huella. Es entonces después que el ser humano, al creer que se está creando
algo nuevo, descubre que no son más que asimilaciones y experiencias ya vividas previamente, pero
evocadas en el futuro. Esto es la memoria. Y al conservarla como una experiencia anterior en el
cerebro, definirá en muchos casos la forma de cada individuo de conocer el mundo y de desarrollarse
en él. Pero hay otra función creadora en nuestro cerebro y es la imaginación, “Toda actividad
humana que no se limite a reproducir hechos o impresiones vividas, sino que cree nuevas imágenes,
nuevas acciones”. 1
Conjuntamente, el cerebro también posee la capacidad de mezclar estas dos funciones y crear algo
parcialmente nuevo e inexistente, a partir de recuerdos. Pero entonces la imaginación solo estaría
presente en la infancia, en el momento antes del lenguaje, de la definición y de la memoria.

En su libro de Arte y Multitud, Toni Negri escribe ocho cartas, y en una de ellas relaciona la emoción
de lo sublime con la imaginación:

“La imaginación solo puede liberarse en la medida en que reconoce la naturaleza práctica de la
emoción de lo sublime. De este modo, como la imaginación, el sentimiento de lo sublime es una
encrucijada de la razón y la sensibilidad, de la razón pura y práctica. Aquí se opera una especie de
revolución copernicana de la sensibilidad, una revolución que sutura (en Kant) la estética y la
dialéctica transcendentales, o bien el límite de la experiencia sensible y el de la razón práctica.”.2

Si se asociara la imaginación solamente con crear imágenes sin recrear imágenes, entonces ésta solo
estaría presente en la infancia del hombre y no en el resto de vida que le queda. Pero Negri, afirma
que la imaginación no es solamente la experiencia estética del cuerpo, sino también racional. Y esto
solo se da cuando al hombre le ha sido instaurada la ética, el lenguaje, los conceptos etc.

Además cuando por ejemplo Barnett Newman habla en su ensayo “The Sublime is Now” nos remite
a ese “ahora” como un tiempo a partir de la conciencia. ¿Porqué solo a partir de la conciencia?
¿Porqué es tan necesario definir todo? ¿Esa infancia, esa inconsciencia, ese momento sensible no
podría de alguna manera estar más cerca de lo bello o lo sublime, sin necesidad de una definición,
sin necesidad de recordarlo?

La siguiente frase no se encuentra muy alejada de la sensación de infancia:

“La experiencia de lo sublime es el salto de lo teórico a lo práctico, es la verdad de la negación. Aquí


se rompe la angustia para que la imaginación pueda construir. ” 3

Es un hecho factible que la ausencia de definiciones del momento sublime por ejemplo, de saber
que tiene un placer mas un terror y que eso es lo que lo define como sublime, supondría un
desconocimiento del concepto en cuanto al lenguaje. Pero seguramente estaría instaurado en la
infancia. Aunque en la primera infancia el ser humano no pueda expresar a través del lenguaje ni
sea consciente de las definiciones de lo que siente.

En cuanto a lo Bello, se dice que es un juicio libre y universal. Y que relacionado con el arte, se
evidencia en el sentido de la obra y no en su ejecución. No depende de la obra ser Bello, sino en el
acto de quienes hacen el juicio. En la comunicabilidad y la universalidad.

De tal forma que cada vez nos vemos obligados a recorrer el camino del descubrimiento, de nosotros
mismos y de lo bello y a reconstruir las alternativas de esa experiencia colectiva que nos permite
llamar bella a la excedencia de ser. Así, pues, antes de que la alegría nos oprima de nuevo ya estamos
sufriendo; y viceversa. ¡Qué fácil es no saber ya entonces de dónde proviene lo bello! y una vez que
lo hemos reconocido, aturdidos por su potencia, ¡qué difícil es decir: lo bello es el ser que me
constituye, ese dios somos nosotros!

Tú afirmas: la inmanencia, el materialismo, nunca explicarán lo bello. Éste proviene del cielo, nace
dentro de la sublime deriva que ha engendrado el mundo y cuya potencia solo puede ser descrita
negativamente: tan grande es, tan misteriosa. Solo la teología negativa puede hablarnos de lo bello.
Podemos hacer filologías, descripciones, reproducciones eficacísimas, pero ese momento divino que
informa todos los materiales dándoles ser nuevo, excedencia de realidad y de emoción, este tiempo
y este espacio mágicos, nunca conseguiremos comprenderlos, salvo, precisamente, como un reflejo
negativo de lo que somos, un reflejo que se atenúa cuanto más se acerca el pensamiento a la fuente
impensable de la creación, de toda posible excedencia de ser. Lo bello es el misterio. 4

Es necesario aclarar que como una experiencia de lo sublime o un juicio estético, solo se está
haciendo referencia a la primera infancia y se trata de instaurar un poco en el contexto del arte. Pero
que de ninguna manera se está abarcando todo el ámbito artístico, que es muy extenso.

Si entendemos la creación entonces como Negri nos habla, desde el límite de la experiencia sensible
y la razón práctica, entonces la primera infancia no podría catalogarse como la experiencia de lo
sublime. Ya que la infancia antecede a la razón y al lenguaje. Pero sí se podría catalogar como una
experiencia estéticamente Bella en el ámbito del arte como la infancia misma si entendemos que el
arte solo puede vivir dentro de un proceso de liberación. Porque es en la infancia donde actuamos
bajo la pura experiencia sensible careciendo de cualquier tipo de atadura moral, legal etc. Y podría
entonces ser cuestionable el hecho de si ¿lo bello no sería hacer ningún juicio?

Por: María Victoria Flórez


REFERENCIAS

1. http://www.slideshare.net/katharo/la-imaginacion-y-el-arte-en-la-infancia-vigotsky-lev
2. Negri,ToniArtey multitud. Ocho cartas. Carta a Giorgio,sobre lo sublime Ed.Trotta S.A,2000
pag 19.
3. Negri,ToniArtey multitud. Ocho cartas. Carta a Giorgio,sobre lo sublime Ed.Trotta S.A,2000
pag 20.
4. Negri,Toni Arte y multitud. Ocho cartas. Carta a Máximo, sobre lo bello. Ed. Trotta SA,2000
pag 29

BIBLIOGRAFÍA

* Lyotard, Jean François,“Lo inhumano: charlas sobre el tiempo” Ed.Manantial.Buenos Aires.

* Lyotard, Jean François, “Lecturas de infancia”, Eudeba,Buenos Aires.

* Kant, Immanuel, “Crítica del juicio”, Austral, Espasa

* Negri,Toni Arte y multitud. Ocho cartas. Ed. Trotta SA,2000

* http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/lo-bello-y-lo-sublime-ensayo-de-estetica-y-moral--
0/html/fefdabe2-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.htm

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