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LIBERTAD RESPONSABLE

Y JUSTICIA SOCIAL
P. José Miguel González Martín.
(Ponencia presentada en IX Congreso Internacional de la FIBIP y I Congreso
Internacional de Bioética del Centro Juan Pablo II. mayo de 2013.)

De Izquierda a derecha: José Miguel González Martín (Cuba). Georgina Suárez Hernández (Cuba).
Introducción. Luis Sebastián Riffo Feliú (Chile). José Ignacio Gómez Pérez (España).
Bioética es “ética de la vida”, de la
YLGDTXHSXHGHFDOL¿FDUVHFRPRpWLFD
es decir, de la vida humana, vida de
las personas, de los seres vivos indivi-
duales, racionales y relacionales, que El ser humano es el ser libre y so-
no sólo nacen, crecen, se reproducen cial por antonomasia, que persigue la
y mueren, como otros seres con vida, justicia y la justeza de sus logros en
sino de los seres vivos que buscamos consonancia con los de los demás.
Desarrollo.
la sabiduría de la vida misma para
Mi pretensión en estas breves re-
vivirla en plenitud, búsqueda que se Partimos de un presupuesto básico
ÀH[LRQHV HV D\XGDUOHV D DTXLODWDU ORV
torna inexorablemente camino hacia y elemental ya mencionado en otras
conceptos de “libertad responsable” y
la felicidad, inmanente o trascendente, intervenciones: a toda ética le precede
“justicia social”. Así reza el título de
búsqueda que se desarrolla inteligen- una antropología, y toda antropología
mi intervención. Pretensión que bus-
temente, al paso de otros, en comuni- deriva en una ética. Sin saber qué o
cará más provocar el diálogo que ex-
dad, en el ejercicio responsable de la quién es el ser humano, la persona hu-
poner de manera redonda y completa
libertad, libertad pensante y pensada. mana, difícilmente fundamentaríamos
todo lo que se puede decir sobre el
bien cómo ha de ser y regirse su com-
La relacionalidad, como cualidad tema.
portamiento en la vida. Permítanme,
intransferible de todo ser humano,
Mi ámbito es la teología, o sea, pues, recordar brevemente las bases
genera socialidad o sociabilidad, no
que mis argumentos y contenidos se de la antropología que nos sostiene en
como mera asociación interesada, alea-
circunscribirán principalmente a este QXHVWUDVUHÀH[LRQHVpWLFDVTXHQRSRU
toria o arbitraria, sino como elemento
campo del saber. ser conocida es siempre bien sabida.
FXDOL¿FDQWHGHWRGDYLGDKXPDQD
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es como la de Dios, omnisciente, sino
mediada y limitada. Nuestra libertad
spes 19: “La razón más alta de la dig-
no es como la de Dios, absoluta, sino
nidad humana consiste en la vocación
relativa y condicionada. Y nuestra
Nuestra antropología es una antro- del hombre a la unión con Dios. Desde
capacidad de amar no es total, sino
pología cristiana, a cuyos pilares acce- su mismo nacimiento, el hombre es in-
también acotada en el espacio y en el
demos en el uso legítimo de la razón vitado al diálogo con Dios. Existe pura
tiempo, hacia las personas que están
que busca comprender al ser humano y simplemente por el amor de Dios,
a nuestro alcance y que llamamos el
desde la iluminación que nos ofrece que lo creó, y por el amor de Dios que
prójimo, es decir, el próximo, el cer-
Dios mismo encarnado, Jesucristo, lo conserva. Y sólo se puede decir que
cano.
por medio de la Revelación. La Cons- vive en la plenitud de la verdad cuan-
titución pastoral sobre la Iglesia y el do reconoce libremente ese amor y se 'LFKDV FXDOLGDGHV TXH HVSHFL¿FDQ
mundo actual del Concilio Vaticano II, confía por entero a su Creador”. la imagen de Dios en nosotros no son
Gaudium et spes, nos dice en su nú- propiedades estáticas sino dimensio-
Y el ser humano es ser personal,
mero 22: “En realidad, el misterio del nes dinámicas, es decir, desarrolla-
como Dios.
hombre sólo se esclarece en el mis- bles, crecientes, y que en la medida
terio del Verbo encarnado… Cristo, Me permito recordar en este mo- que crecen no decrecen, y nos hacen
QXHYR$GiQ«PDQL¿HVWDSOHQDPHQWH mento que el concepto de persona en más y mejores personas en el curso de
el hombre al propio hombre y le des- OD¿ORVRItDFULVWLDQDIXHDQWHVWHROyJLFR nuestra existencia terrena, nos aseme-
cubre la sublimidad de su vocación”. que antropológico; fue aplicado en las jan más a Dios nuestro Creador.
La Revelación de Dios como fuente disputas trinitarias de los primeros si-
+H DTXt SXHV HO SHU¿O GHO VHU KX-
legítima de conocimiento sobre nues- glos de la Iglesia al Padre, al Hijo y al
mano, de la persona humana, que está
tra condición humana nos dice que so- Espíritu Santo. Más tarde se dirá tam-
llamada desde sus orígenes y desde su
mos creaturas de Dios, que formamos bién que el ser humano es persona, pero
esencia a ser responsablemente libre
parte de un universo creado en inteli- evidentemente en sentido análogo.
y amorosamente justo en la sociedad
gencia y armonía. Creaturas de Dios, ¢4Xp FXDOLGDGHV QRV GH¿QHQ D ORV en la que históricamente le ha tocado
cuya imagen y semejanza, marca en seres humanos como personas? Po- vivir.
nosotros la diferencia cualitativa, y no dríamos señalar fundamentalmente
sólo cuantitativa, que nos da el poder ¿Cómo podemos entender eso de la
tres: la inteligencia o racionalidad, la
sobre el resto de las creaturas, el do- libertad responsable? ¡Cuántas veces
libertad responsable y la capacidad
minio que nos permite compartir con el ser humano a lo largo de la historia,
de amar. Evidentemente la caracterís-
el Creador su obra creadora. Dice Gé- en nombre de la libertad, ha cometido
tica que distingue nuestra inteligencia
nesis 1,27-28: “Creó, pues, Dios al ser DWURFLGDGHV KD MXVWL¿FDGR HO JHQRFL-
humana de otros posibles tipos de in-
humano a imagen suya, a imagen de dio o la manipulación o eliminación
teligencia (animal o tecnológica) es
Dios le creó, varón y mujer los creó. del ser humano más débil (en nuestro
su creatividad. La libertad humana
Y bendiciéndoles les dijo: Sean fecun- tiempo dígase aborto o eutanasia)!
también es algo más y mejor que la
dos y multiplíquense, y llenen la tierra ¿Cómo es posible que en nombre de
mera autonomía animal o mecánica,
y sométanla; dominen los peces del las llamadas libertades colectivas o
es elección inteligente, es autodeter-
mar, las aves del cielo y todo animal sociales, se cercene lo más esencial de
minación. Y la relacionalidad humana
sobre la tierra”. la libertad humana personal, intrans-
está impregnada por algo más que una
ferible, responsable? ¿A quién o ante
Y así el ser humano, aun siendo programación cerebral físico-química,
quién hemos de dar respuesta sobre la
creatura, está más cerca, en su ser, de por algo mejor que un interés instinti-
LQWHQFLyQ\OD¿QDOLGDGGHQXHVWURVDF-
su Creador Dios que del resto de las vo o calculado matemáticamente. La
tos libres?
creaturas. El Salmo 8 nos dice: “Lo persona humana necesita amar y ser
hiciste poco inferior a los ángeles… amada, desea darse y ser recibida, aco- Quizás “libertad”, igual que “justi-
lo coronaste de gloria y dignidad”. La gida al tiempo que se abre y entrega a cia” o “amor”, sea una de las palabras
dignidad de la persona humana radi- los demás. más omnipresentes en discursos polí-
ca en su carácter único, irrepetible e ticos, canciones de todos los tiempos,
Podríamos de alguna manera pro-
insustituible, en ser imagen de Dios y SDQÀHWRV R SDQFDUWDV GH GHUHFKDV R
yectar estas tres cualidades en Dios y
estar llamada desde sus orígenes a la izquierdas, conferencias de todos los
decir que Dios es Inteligencia supre-
amistad con Dios que se prolonga en ámbitos y homilías sacerdotales. Li-
ma, Libertad absoluta y Amor total.
el amor a los demás. Dice Gaudium et bertad es incluso el nombre de una de
Ciertamente nuestra inteligencia no
las estatuas más famosas del mundo.
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Pero es evidente que no todos enten- en la voluntad, de obrar o no obrar, también el Concilio Vaticano II, es el
demos ni decimos lo mismo al pro- de hacer esto o no hacerlo, de decidir signo eminente, la consecuencia, el
nunciar esa palabra. ejecutar por sí mismo acciones delibe- desarrollo de la imagen de Dios en
radas. Libertad es incluso mucho más nosotros. Dios ha querido hacernos
¿Qué entendemos o que hemos de
que poder elegir, que poder decidir so- libres, poner en nuestras manos la
entender por libertad responsable?
bre lo que pienso, digo o hago, sobre decisión sobre nuestro existir. Dice
El Papa Benedicto XVI, en con- los gobernantes más adecuados para Gaudium et spes 17: “La dignidad hu-
versación con Peter Seewald, publi- mi país o sobre la esposa o el espo- mana requiere, por tanto, que el hom-
cada bajo el título “Luz del mundo”, so con quien compartir mi vida para bre actúe según su conciencia y libre
cuando era preguntado sobre las situa- siempre. Libertad, en clave agustinia- elección, es decir, movido e inducido
ciones de abusos en la Iglesia, como na, es autodeterminación al bien. Es por convicción interna personal y no
oportunidad para la catarsis y la con- posibilidad de elección, pero es antes bajo la presión de un ciego impulso
versión, como momento histórico pu- capacidad humana de autodetermina- interior o de la mera coacción externa.
UL¿FDGRU\KDVWDRSRUWXQRGHFDUDDOD ción inteligente y voluntaria, con ad- El hombre logra esa dignidad cuando,
renovación, decía: “Saber acerca de vertencia y consentimiento, hacia lo liberado totalmente de la cautividad de
los peligros y de la destrucción del en- que es percibido y pensado como bien ODVSDVLRQHVWLHQGHDVX¿QFRQODOLEUH
tramado moral de nuestra sociedad de- absoluto, como lo más valioso, origen elección del bien”. San Ireneo senten-
bería ser para nosotros un llamamiento y fuente de la mayor y mejor felicidad ciaba: “El hombre es racional, y por
DODSXUL¿FDFLyQ7HQHPRVTXHYROYHU para uno mismo y para los demás. ello semejante a Dios; fue creado libre
a reconocer que no debemos vivir sim- y dueño de sus actos”.
Al mismo tiempo la libertad es, en
plemente en la arbitrariedad. Que la li-
la persona humana, una fuerza de cre- Vinculando los temas que nos ocu-
bertad no puede ser arbitrariedad. Que
cimiento en la verdad y en la bondad, SDQSRGUtDPRVD¿UPDUTXHOD“justi-
hay que aprender una libertad que sea
lleva consigo una dinámica de madu- cia social” es el efecto comunitario
responsabilidad”.
ración hacia lo verdadero, lo bueno y del ejercicio responsable de la liber-
Más adelante, en la misma entre- lo bello. Es decir, en la medida que tad personal.
YLVWD D¿UPD TXH HO VHU KXPDQR DQWH obramos más en la verdad y hacia el
Justicia, en su formulación más
Dios, ante Jesucristo, es libre para bien, nos hacemos más libres. No hay
FOiVLFDFRQVLVWHHQODFRQVWDQWH\¿U-
decidir y decir sí. Textualmente dice por tanto verdadera libertad sino en el
me voluntad de dar a Dios y al próji-
que “la fe es siempre un acontecer de servicio del bien y de la justicia. Y ne-
mo lo que les es debido. Siguiendo el
libertad. Ese acontecer abriga en sí la cesariamente implica responsabilidad
Compendio de la Doctrina social de la
certeza de que aquí se trata de algo en cuanto es ejercida desde la razón y
Iglesia, en su número 201, recordamos
verdadero, de una realidad, pero que, la voluntad. La libertad hace al hom-
que, “desde el punto de vista subjeti-
a la inversa, nunca excluye del todo la bre responsable de sus actos en la me-
vo, la justicia se traduce en la actitud
posibilidad de la negación”. Así pues, dida en que estos son voluntarios, ante
determinada por la voluntad de reco-
el ser humano es libre para responder Dios, ante los demás y ante su propia
nocer al otro como persona, mientras
a Dios, para decir sí o decir no al de- conciencia. El Catecismo de la Iglesia
que desde el punto de vista objetivo,
signio divino sobre su existencia con Católica en su número 1738 dice: “La
constituye el criterio determinante de
las consecuencias pertinentes en am- libertad se ejercita en las relaciones
la moralidad en el ámbito intersubje-
bos casos. La responsabilidad implica, entre los seres humanos. Toda persona
tivo y social”. Efectivamen-
pues, la aceptación y asimilación vital humana, creada a imagen de Dios, tie-
te, respetando los conceptos
de todo lo que deriva de nuestras deci- ne el derecho natural de ser reconocida
clásicos de justicia conmu-
siones. Y no sólo de frente a Dios, sino como un ser libre y responsable. Todo
tativa, distributiva y legal, el
también ante los otros que comparten hombre debe prestar a cada cual el res-
Magisterio de la Iglesia, qui-
su existir en la misma sociedad y ante peto al que este tiene derecho. El de-
zás contagiado del sentir ge-
lo otro, es decir, la creación entera que recho al ejercicio de la libertad es una
neral, ha ido dando cada vez
es cosmos y no caos, sistema ordenado exigencia inseparable de la dignidad
más relieve al concepto de
y no arbitrario o fatal. de la persona humana, especialmente
“justicia social”, como
Libertad responsable, pues, no es en materia moral y religiosa. Este de- verdadero y propio
arbitrariedad, no es capricho, no es recho debe ser reconocido y protegido desarrollo de la
hacer lo que me da la gana o lo que civilmente dentro de los límites del justicia gene-
me pide el cuerpo. La libertad es el po- bien común y del orden público”. ral. “La jus-
der, iluminado por la razón y apoyado La verdadera libertad, nos recuerda ticia so-
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cial es una exigencia vinculada con la divina evidentemente se armoniza dispensable una ayuda que muestre un
FXHVWLyQVRFLDOTXHKR\VHPDQL¿HVWD perfectamente con bondad, misericor- amor concreto al prójimo”. Sigue di-
con una dimensión mundial; concier- dia, paciencia, compasión, clemencia ciendo el Papa Benedicto: “El estado
ne a los aspectos sociales, políticos y \ ¿GHOLGDG FRPR FXDOLGDGHV GLYLQDV que quiere proveer a todo, que absorbe
económicos y, sobre todo, a la dimen- y con perdón, reconciliación, caridad WRGRHQVtPLVPRVHFRQYLHUWHHQGH¿-
sión estructural de los problemas y las como actitudes humanas. Dios, en su nitiva en una instancia burocrática que
soluciones correspondientes”. bondad amorosa de Padre para con to- no puede asegurar lo más esencial que
dos, impulsa al ser humano a vencer HOKRPEUHDÀLJLGR±FXDOTXLHUVHUKX-
Quizás conviene recordar que justi-
el mal y obrar el bien, sin menoscabo PDQR± QHFHVLWD XQD HQWUDxDEOH DWHQ-
cia, al igual que libertad o persona, es
absoluto de su libertad personal, para ción personal. Lo que hace falta no es
un concepto teológico antes que antro-
que desarrolle en sí la imagen divina un estado que regule y domine todo,
pológico o ético-social. En la Sagra-
marcada desde sus orígenes y llegue a sino que generosamente reconozca
GD (VFULWXUD 'LRV HV GH¿QLGR FRPR
la plenitud a la que ha sido llamado. y apoye, de acuerdo con el principio
el Justo, el Santo. Y desde su justicia,
de subsidiariedad, las iniciativas que
Dios busca más hacer justos que hacer Para ser justos, valga la redundan-
surgen de las diversas fuerzas socia-
justicia. La justicia de Dios, la seda- cia, es evidente que hemos de iluminar
les y que unen la espontaneidad con
qah, no es justicia justiciera sino jus- el concepto de justicia social y todas
la cercanía a los hombres necesitados
WL¿FDQWHRMXVWL¿FDGRUDRORTXH sus dimensiones desde el concepto de
de auxilio. La Iglesia es una de estas
HVORPLVPRVDQWL¿FDQWH\VDQ- justicia divina, entre otras cosas, para
fuerzas vivas: en ella late el dinamis-
WL¿FDGRUD(VWDLGHDGHMXVWLFLD no caer en reduccionismos a la hora de
mo del amor suscitado por el Espíritu
explicar la justicia, particularmente jus-
de Cristo”. Concluye el Papa Ratzin-
ticia social, y sobre todo para no opo-
JHU D¿UPDQGR TXH la verdadera soli-
nerlo, o yuxtaponerlo alternativamente,
daridad y todas las implicaciones de
al concepto de caridad cristiana.
la justicia social han de vivirse como
De manera magistral, en su “caridad social”.
primera encíclica Deus caritas
est, números 26-29, el Papa
Benedicto XVI nos ilumina Conclusión.
al respecto. Caridad cristiana
&DULGDG VLJQL¿FD DPRU \ DPRU HV
es mucho más que obras de
la esencia de Dios a cuya imagen y se-
EHQH¿FHQFLD R JHVWRV FDULWDWLYRV
mejanza hemos sido creados; creados
Dice el Papa: “El orden justo de la so-
por amor y llamados a amar en liber-
ciedad y del Estado es una tarea prin-
tad responsable, desarrollando nuestra
cipal de la política… La justicia es el
esencia personal en la relacionalidad
objeto y, por tanto, también la medida
hacia los demás.
intrínseca de toda política… La Igle-
sia no puede ni debe emprender por Impregnar toda la sociedad huma-
cuenta propia la empresa política de na, con sus instituciones y estructuras,
realizar la sociedad más justa posible. del amor de Dios, cuya esencia radi-
No puede ni debe sustituir al Estado. ca innatamente en el corazón de cada
Pero tampoco puede ni debe quedarse persona humana, no es otra cosa que
al margen en la lucha por la justicia… hacer realidad el gran proyecto de
(O DPRU ±FDULWDV± VLHPSUH VHUi QHFH- justicia social que Jesucristo llamó el
sario, incluso en la sociedad más jus- Reino de Dios y su justicia, o Juan Pa-
ta. No hay orden estatal por justo que blo II la civilización del amor.
VHDTXHKDJDVXSHUÀXRHOVHUYLFLRGHO Ojalá que nos preocupemos siem-
amor. Quien intenta desentenderse del pre por el Reino de Dios y su justicia;
amor se dispone a desentenderse del y así todo lo demás se nos dará por
hombre en cuanto hombre. Siempre añadidura.
habrá sufrimiento que necesite con-
suelo y ayuda. Siempre habrá soledad.
Siempre se darán también situaciones
de necesidad material en las que es in-
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