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Núria Trias Llongueres. (1996). Eufonía. [Versión electrónica].

Revista Eufonía 3

La aportación de Émile Jacques-Dalcroze en el campo de la


pedagogía musical y del movimiento corporal

Núria Trias Llongueres

Palabras clave: Didáctica de la Música, Pedagogía, Movimiento corporal, Émile Jacques-Dalcroze, Grecia, Biografía, Siglo
XIX, Rítmica, Materiales didácticos

Introducción

Si nos trasladamos a las más antiguas civilizaciones, por ejemplo la cultura griega, nos encontramos que la música y la
danza representaban un papel muy importante en la formación del individuo.

La palabra mousike, equivalente al arte de las musas, agrupaba la música, la poesía y la danza; es decir, las artes que se
rigen por el ritmo.

Más que un arte, la música era considerada un medio para la educación del espíritu que, con el movimiento corporal,
constituía la educación integral del hombre.

Pitágoras ejercía la música como un poder terapéutico para el espíritu y el cuerpo.

Sócrates estudió sus efectos emocionales y también el placer estético que la música proporcionaba, tanto al intérprete
como al oyente.

Platón fue más lejos en sus estudios y consideró la música, o mejor, la educación por el ritmo, imprescindible para la
formación del hombre.

Según sus palabras

"El ritmo es la expresión del orden y de la simetría, penetra en el cuerpo hasta el alma y le revela la armonía de su
personalidad."

No es extraño que, siguiendo este pensamiento, Platón considerase muy importante educar musicalmente a los niños
desde pequeños, ya que afirmaba que la música correctamente aplicada, ejerce en el hombre los siguientes beneficios: nos
conduce a la virtud, nos facilita el dominio de uno mismo y nos educa la sensibilidad y el buen gusto.

Completaba sus Leyes pedagógicas diciendo que

"La armonía del individuo es el fundamento de la estabilidad política y del bienestar social."

Como vemos, la educación por el ritmo ha tenido mucha importancia en la vida del hombre desde tiempos inmemoriales, y
continúa teniéndola en la actualidad, pues palabras similares a las de Platón podemos citar en boca de otros personajes
importantes de nuestra era, como:

- "El ritmo es inteligencia" Alexandre Gali, pedagogo.

- "En un primer análisis podemos decir que el ritmo es la dieta de una regularidad y un orden" Paul Fraisse.

- "El ritmo se relaciona simbólicamente con la voluntad y el autodominio, como tal, es ordenado y físicamente fuerte"
Julieta Albin- Músicoterapeuta.

Y hablando de la educación por el ritmo, nos introducimos de lleno en nuestro tema: el Método de Émile Jacques-Dalcroze.

Breve historia

Émile Jacques-Dalcroze, nace en el año 1865 y muere en 1950. Fue un hombre polifacético, músico, coreógrafo, actor,
compositor y pedagogo. Sin embargo, su profesión fue la música y la pedagogía musical. No obstante, cabe observar que
sentía una auténtica atracción por el movimiento corporal y por el arte escénico en general, por este motivo, cuando fue a
París a estudiar armonía e improvisación con Anton Bruckner y Mathis Lussy, siguió también todos los cursos de arte
dramático con Talbot, de la Comédie Française.

Sus conocimientos musicales y corporales le llevaron precisamente a percatarse de la necesidad del aprendizaje de estas
dos actividades para el desarrollo de la persona y a partir de aquí empezó a investigar las leyes del ritmo musical mediante
el movimiento corporal. Este es el origen de su método, la gimnasia rítmica.

Y esta misma circunstancia, el hecho de escoger Dalcroze la música como base de su método y el movimiento corporal
como instrumento ejecutor, es lo que ha hecho que la rítmica haya despertado siempre el interés tanto de músicos como
de pedagogos (ya sea en los ámbitos de la danza, del teatro, de la gimnasia, de las enseñanzas ordinarias y obligatorias,
así como de reeducación).

De todos es bien sabido que el ritmo preside casi todas las actividades humanas y que se manifiesta en todos los
fenómenos de la naturaleza, podemos asegurar no obstante, que donde encuentra su manifestación más directa y
comprensible es en la música; el ritmo es el elemento fisiológico de la música.

Todos conocemos la importancia pedagógica del movimiento no tan sólo desde el punto de vista fisiológico, sino para la
formación integral de la persona, importancia que ha sido reconocida por investigadores como Arnold Gessel y Jean Piaget.

Imaginación, memoria, percepción, lenguaje, inteligencia y creatividad, hasta los más altos valores individuales y
comunitarios como son la autodeterminación y la libertad, todos tienen raíces en el movimiento. En él encontramos la
primera y principal condición de todo el desarrollo humano.

Por esto creemos que el método basado en el ritmo musical y en el movimiento corporal es una fuente de riqueza
pedagógica insustituible.

Que Dalcroze, en aquellos momentos, tuviera la audacia de plantear el problema del modo en que lo hizo, fue entrar en el
terreno de las últimas y más sublimes conquistas de la educación.

Qué es la rítmica Dalcroze

El Método Dalcroze, es decir la rítmica, es un método activo de educación musical mediante el cual el sentido y el
conocimiento de la música se desarrollan a través de la participación corporal en el ritmo musical.

Las materias básicas del método son: rítmica, solfeo e improvisación, que corresponden a tres principios de trabajo
fundamentales:

- La educación o experiencia sensorial y motriz. Es la primera forma de comprensión. Durante una clase de rítmica, el
cuerpo se pone en acción conducido por la música; es decir, el alumno realiza corporalmente todas las variaciones de
tempo, ritmo, matiz, etc., según su comprensión inicialmente instintiva.

Así pues, se trata de una educación musical de base, y al propio tiempo de una educación de la sensibilidad y de la
motricidad.

- El conocimiento intelectual. Se introduce una vez adquirida la experiencia sensorial y motora. El solfeo Dalcroze se apoya
en el canto y el movimiento corporal para desarrollar capacidades musicales de base como son la capacidad de escuchar o
audición, el sentido rítmico, la sensibilidad nerviosa, la facultad de expresar espontáneamente las sensaciones (...).
Capacidades que son necesarias y suficientes para asegurar un buen desarrollo musical.

- La educación rítmica y musical,es una educación de la persona, que le proporciona una coordinación mayor de sus
facultades corporales y mentales y facilita ampliamente sus posibilidades de consciencia y de acción. La improvisación está
consagrada a esta conciencia personal y a sus medios de expresión.

Como vemos, la rítmica no se ocupa especialmente de la técnica musical, ni tampoco de la técnica corporal; se ocupa
esencialmente de la relación entre la música y el individuo. Por ello decimos que ante todo pretende ser un método de
cultura humana, un medio más que una finalidad; porque, por su carácter universal, el ritmo afecta al cuerpo, a las
emociones, al pensamiento y en consecuencia a la música y a las demás artes.

Propuestas didácticas

Para más comprensión expondremos a continuación algunos ejemplos de ejercicios prácticos.

EDUCACIÓN DE LOS REFLEJOS A TRAVÉS DE REACCIONES AUDITIVAS, VISUALES O


TÁCTILES.
- Desarrollo de la atención y la memoria: El alumnado marcha en círculo siguiendo la música. Al primer "hop" que dice el
profesor o la profesora, darán una palmada, continuando luego la marcha; al segundo "hop" golpearán el suelo con las
manos y volverán a marchar; al tercer "hop" darán un salto con los pies juntos y al cuarto "hop" cambiarán la dirección de
la marcha. Repetir varias veces la serie.

- Desarrollo auditivo: Distinción del registro grave y agudo, asociado a la noción de alto y bajo. El alumnado marcha por el
espacio siguiendo la melodía que el profesor o la profesora tocan en el registro medio del piano. Cuando toca una nota en
el registro agudo del piano, niños y niñas deben dar una palmada por encima de su cabeza, o bien intentar coger una
mariposa imaginaria que vuela. Si la nota que suena es en el registro grave del piano, deben dar una palmada en el suelo o
también pueden agacharse para coger una flor imaginaria.

- El semáforo: Un alumno hace de guardia urbano y tendrá tres discos, uno rojo, otro amarillo y otro verde. El resto del
alumnado marcha libremente por el espacio siguiendo las indicaciones del urbano: Disco rojo, parar; disco amarillo, marcha
normal; disco verde, correr.

Ejercicios fáciles de audición

- Las notas: Cada alumno y alumna representa una nota, y marcha por el aula siguiendo la melodía que toca la profesora.
Cuando suena una nota, (Do, por ejemplo) todos los niños y niñas se arrodillan, menos dos que representan al Do que se
agrupan cantándola.

- Los niños y niñas se colocan en líneas de ocho y cada uno representa una nota de la escala musical. El profesor toca una
nota (Mi, por ejemplo) el niño o la niña que representa la nota cantando da una vuelta sobre sí.

- Los niños, igualmente en líneas de ocho formando la escala musical. Un niño hace de director y va indicando las notas
que quiere que canten hasta construir una melodía.

- Los tetracordes: Situaremos al alumnado igualmente en líneas. El profesor o la profesora tocará siempre cuatro notas
seguidas ascendentes o descendentes (tetracorde inferior o superior). Si las notas ascienden, el alumnado marchará cuatro
pasos hacia delante, y si descienden hacia atrás. Ejemplo: (Do, Re, Mi, Fa) cantan y marchan hacia delante cuatro pasos y
quedan quietos escuchando las otras cuatro notas (que pueden ser Fa, Mi, Re, Do) ahora, los niños tendrán que cantar
haciendo cuatro pasos hacia atrás.

- El silencio: El alumnado marcha siguiendo la música que marca un tiempo de andante, negras a 4 cuatro tiempos. A la
indicación de "hop", detienen la marcha y dan cuatro palmadas, correspondientes a cuatro negras de un compás y
continúan su marcha.

- Carácter del movimiento: La clase se divide en dos grupos o en dos hileras. Un grupo es de pájaros y el otro de bueyes.
Cuando la música es muy lenta y pesada, marchan los bueyes, de dos en dos, juntos, poniendo cada uno su brazo sobre el
cuello del otro, imitando el yugo. Cuando la música es ágil, viva y ligera, vuelan los pájaros, abriendo sus alas, que son los
brazos, y agitándolos mientras saltan siguiendo la música.

El profesor o la profesora, con su mano derecha en el teclado (sonidos agudos), indica el volar de los pájaros y con la mano
izquierda (sonidos graves), el avance de los bueyes. Cuando tocan las dos manos a la vez, cada cual marcha con su ritmo
característico. Los bueyes marchan formando un círculo interno, y los pájaros vuelan formando uno externo. A un "hop" los
bueyes se convierten en pájaros y los pájaros en bueyes.

- Interpretación: Niños y niñas con un aro en la mano marchan siguiendo la música. Si al finalizar la frase la melodía
termina en sentido ascendente hacen un movimiento con el aro hacia arriba formando una figura. Si por el contrario la
melodía termina en sentido descendente, el movimiento será con el aro en el suelo.

Si la melodía está en tono menor al terminar la frase el alumnado hará un movimiento cerrado con las extremidades. Si la
melodía está en tono mayor, el movimiento será abierto.

Relacionar cuerpo y mente

Como se habrá observado, una de las facetas que hay que destacar de esta enseñanza es la forma de realizar los
ejercicios; la mayoría de ellos suelen estar acompañados de palabras o monosílabos indicativos inesperados (los más
usuales son el "hop" y el "hip") que ponen en juego simultáneamente las principales actividades de nuestro ser.

- La atención es la primera, no debe dejarse pasar nada de lo que hemos entendido y que hay que registrar
instantáneamente.

- La inteligencia la sigue y se pone en juego para analizar y comprender lo que hemos entendido.
- La sensibilidad continúa y nos permite expresar la música escuchada y dejarse llevar por ella.

- El cuerpo, por fin, se pone en movimiento. El cuerpo, por sus movimientos más o menos adaptados a la música, viene a
demostrarnos que uno ha estado atento, que ha entendido y comprendido, y que ha sido sensible.

Esta simultaneidad y correspondencia constante de trabajo del espíritu y del movimiento corporal es lo que debe buscarse
en una buena base de rítmica para lograr la satisfacción personal y la relajación consiguiente.

Algunas personas han acusado a Dalcroze de que su método no procedía con un orden preestablecido. Puesto que el
profesor o la profesora de rítmica no dispone de ningún manual que le indique el proceso a seguir, y todo depende de su
formación y de su poder creativo.

El orden que impulsó a Dalcroze, como decía Llongueres, no fue un orden establecido muerto, sino precisamente un orden
vivo que, con la ayuda de una imaginación fértil y poderosa al mismo tiempo y una inteligencia penetrante y privilegiada,
se enfrenta con la realidad palpitante de invención y de creación.

El orden que primordialmente interesa al profesorado es el que debe establecerse entre nuestro cuerpo y nuestro espíritu;
entre el movimiento y el reposo; entre la vida emotiva y la vida intelectual. Este no es un orden momentáneo que provoca
una voluntad ajena a nosotros, sino el natural y sólidamente establecido, que es el resultado de nuestro equilibrio
psicológico.

Es al profesorado a quien pertenece la misión de crear y de vivificar, con sus continuas creaciones, el espíritu y la
inteligencia de su alumnado. La misión de abrirle nuevos horizontes; el deber de desterrar de él toda inclinación a la rutina
y a un fácil acomodo, que tantos estragos causa en el campo de la educación; el deber de renovarse y perfeccionarse cada
día, despertando a nuevas sensibilidades y consolidando los antiguos principios humanos; el deseo de poseer y que con él
lo adquiera su alumnado. "La consciencia (decía Dalcroze) no solamente del presente, sino también del porvenir, y de
avanzar con la ayuda y el impulso de nuestros instintos por nuestras facultades, por nuestra voluntad y también por la
esperanza de ver, que nuestras experiencias sean aprovechadas por todos los que nos rodean, mostrándoles lo que uno ve,
expresándoles lo que uno siente y comunicándoles todo lo que uno sabe."

Con estas palabras concentra Dalcroze todo su ideal de vida, de educador y artista extraordinario.

Y para terminar este breve comentario, no podemos dejar de recordar la importancia que tuvieron en su día las canciones
con gestos o dramatizadas, que creó para los niños y las niñas. Canciones en su mayoría basadas en los temas populares
de su país y que quedarán siempre en la historia.

Aportación a la danza y demás artes del movimiento

Si en el campo de la música Dalcroze marcó un impulso renovador, extraordinario y abrió un nuevo camino en el campo de
la pedagogía musical, seguido luego por muchos otros pedagogos de la música que crearon sus propios métodos, cabe
destacar la gran corriente renovadora que introdujo en el campo de la danza y del movimiento corporal.

Nos remontaremos al siglo XIX, cuando desde diferentes ángulos se empezó a imprimir al movimiento corporal una
orientación bien diferente de la que se practicaba en aquel entonces.

François del Sarte (1811-1871) fue quien abrió este nuevo camino en el campo de la danza y del movimiento corporal. Fue
el primero en establecer la relación entre la música y el sentimiento. Según él "el hombre es el objeto del arte" y se sirve
de su cuerpo para manifestarse en las tres modalidades consecutivas: físicas, intelectuales y morales.

Los más fieles seguidores de estos pensamientos fueron Dalcroze e Isadora Duncan. Ambos se basaron en la fuente
inspiradora de los griegos, franqueando la puerta a una danza más libre, más expresiva y sobre todo más humana.

Dalcroze expresaba así su pensamiento sobre la danza:

La música de los sonidos y la expresión del gesto han de estar animados por la misma emoción ... La música ha de
espiritualizar el cuerpo para conseguir su transformación en sonoridad visible ... Solamente siguiendo estas premisas, la
danza se transformará en un elemento lleno de sentido afectivo estético y social ...

La música, para Dalcroze, era el elemento unificador y los cuerpos preparados rítmicamente facilitaban su interpretación.
Siguiendo siempre sus indicaciones, consistentes en encadenar y asociar o disociar de manera flexible, simple y armoniosa,
las manifestaciones motrices más diversas -según las indicaciones de los ritmos sonoros- orquestar la música de los
gestos, seguir las leyes del contraste y del equilibrio, como también matizar dinámica y nuestros sentimientos y emociones.

El cuerpo pues debía transformarse en un instrumento musical, lleno de vida y expresividad.


Dicha teoría la llevó a efecto Dalcroze en el propio Instituto de Hellerau (Alemania) en compañía del gran escenógrafo Adolf
Apia; por lo que no es de extrañar que se dieran cita allí, además de músicos y pedagogos, personajes que habían de
destacar después en el campo de la danza y del teatro, como fueron G. B. Shaw, Wolkonsky, Granville, Barker, Diaghilev,
Marie Barbert, Mary Wigman, Valérie Kratina, Rosalia Schladeck, etc. Discípulos que llevarían sus experiencias a su ámbito
personal -música, teatro y danza-creando este movimiento revolucionario que más adelante se ha denominado danza
moderna, danza contemporánea, o expresión corporal, etc.

La rítmica en la actualidad

Diremos que después de casi 100 años de educación rítmica, pues fue en 1903 cuando Dalcroze expuso sus teorías
públicamente, su práctica continúa siendo una de las más utilizadas.

No hay que olvidar, según hemos dicho, que la rítmica, como toda educación humanística, más que por los libros, se
transmite de generación en generación por tradición viva. Esto obliga al profesorado que la representa a una constante
creación y a un esfuerzo de imaginación para poder adaptarla a cada época.

Actualmente son muchos los centros de pedagogía musical en los cuales se practica el método Dalcroze. Citaremos entre
los más importantes el Instituto Dalcroze de Ginebra, el de Bélgica, Francia, Alemania, Japón, EE UU, Austria, Australia,
España, Israel, Italia, Polonia, Suecia, etc.

Su campo de acción se ha ampliado grandemente.

En el campo de la pedagogía musical, pocos son los métodos que no introducen los ejercicios de rítmica en sus clases.

En el campo de la educación especial, hace ya muchos años que los psicólogos y psicólogas han reconocido la influencia
benefactora de una buena educación basada en el ritmo. El número de docentes que por medio de ella han podido
enriquecer la vida de los seres con dificultades es incontable.

También en el campo de las enseñanzas obligatorias, la rítmica ha sido reconocida como uno de los métodos más eficaces
para niñas y niños en toda la etapa escolar entre los 3 y 9 años, edades precisamente en que se desarrolla nuestro instinto
motor. Y aunque en muchas escuelas no se practique la rítmica en profundidad, son muchas las que han introducido
movimiento corporal en sus programas ya sea a través de la danza, la expresión corporal o de ritmo simplemente. Hecho
que reconoce la importancia que se da al movimiento con música para la formación del niño. Sin duda, esta respuesta de
las escuelas viene motivada por la introducción en los programas de todas las Escuelas de Formación del Profesorado de
nuestras universidades, que han introducido como materias obligatorias la música y el movimiento corporal, ya sea a
través de los ejercicios rítmicos, las danzas, el movimiento libre, canciones y cuentos dramatizados, etc.

En muchos centros de danza también se introduce al alumnado con ejercicios de rítmica o de ritmo antes de pasar a un
trabajo más específico. Igualmente diremos de muchas escuelas de gimnasia y de otras artes.

Recordemos que la rítmica es una disciplina de base, por lo que es útil y necesaria a la música, la danza, la gimnasia y
demás artes.

Esto nos lleva a observar, demasiadas veces, que muchos profesores y profesoras que la practican no cuentan con la
necesaria preparación, y por eso sus recursos son muy limitados y a veces van en perjuicio de la propia metodología.

Para llegar a ser un buen profesor de rítmica es indispensable poseer una buena preparación musical y una buena
preparación corporal.

La rítmica en España

Fue introducida en Cataluña, por Joan Llongueres (1880-1953) poeta, músico y pedagogo. Se dedicó de lleno a la música y
se inició en el ámbito de la enseñanza en las escuelas de educación básica, en 1910, cuando en la ciudad de Tarrassa
(Barcelona) se fundó la Escuela Vallparadís, dirigida por Alexandre Gali junto con Artur Martorell, Enric Gibert y el propio
Llongueres, todos ellos notables pedagogos de aquella época.

Llongueres, después de estudiar un año en Dresde (Pellerau) las técnicas de la rítmica en el propio Instituto Dalcroze
(1911-12) volvió a Barcelona y fundó el Institut Català de Rítmica y Plástica. El primero de esta especialidad en nuestro
estado y el segundo en el mundo entero. Lo hizo en el marco del Orfeó Catalá, donde encontró siempre la colaboración de
dos grandes admiradores de su obra, el maestro Lluís Millet y Francesc Pujol.

La experiencia llevada a cabo por Llongueres en la escuela Vallparadís, motivó que fuese nombrado director musical de las
escuelas del Ayuntamiento de Barcelona; música y movimiento, por primera vez, formaron parte de los programas oficiales
de nuestras escuelas. También fue solicitada su presencia para la programación musical de las escuelas más avanzadas en
aquel momento como eran la Escola Mont D'Or y la Escola Blanquerna. Más adelante fue requerido por el sector oficial para
impartir música y rítmica en el Institut Escola de la Generalitat de Catalunya.

Por su carácter multidisciplinario la rítmica fue introducida también en varias escuelas de danza y en el Instituto del Teatro
que se creó en Barcelona en 1913, de cuyo cuadro de profesores formó parte Llongueres.

Llongueres fue uno de los primeros discípulos de Dalcroze que introdujo la rítmica en el campo de la reeducación, y fue en
la Escuela Municipal de Vilajoana donde por primera vez en el mundo aplicó la rítmica con niños y niñas ciegos y
discapacitados.

Además de trabajar y desarrollar la técnica de la rítmica en todos sus aspectos, Llongueres compuso para los niños más de
un centenar de canciones con gestos, que fueron y siguen siendo la delicia de pequeños y mayores. Diremos que durante
casi 40 años (1912-1949) cada año, por las fiestas navideñas, hacía Llongueres una demostración con alumnos y alumnas
de su instituto, que era seguida por la mayoría de niñas y niños de la ciudad de Barcelona. Podríamos decir que aquellas
actuaciones eran uno de los únicos espectáculos infantiles que existían en aquel entonces.

No hace falta mencionar que Llongueres dejó muchos discípulos que, a pesar de los cambios políticos sufridos en aquella
época, continuaron sus enseñanzas. Entre ellos cabe destacar a su hija Pilar Llongueres, que fue la que continuó su labor
creando el actual Instituto Joan Llongueres de Pedagogía Musical y Rítmica Dalcroze.

Cabe decir, que después de Dalcroze, son muchos los métodos musicales que se han creado. Es por ello que el actual
instituto además de la rítmica hace una labor de pedagogía musical más amplia para poder facilitar al profesorado de
música una más extensa información y formación.

La enseñanza de la música actualmente

Por fin, después de muchos años en que la música ha venido siendo la cenicienta de nuestros programas educativos,
nuestras autoridades han reconocido su enseñanza obligatoria en todas las escuelas.

Aleluya, decimos nosotros... pero... cuidado, no caigamos en la tentación de querer formar a nuestros niños y niñas como
profesionales de la música, puesto que no todos responderían con satisfacción y podría ser un fracaso más de nuestras
escuelas.

La música, en los centros de enseñanza obligatoria, debe ser un medio para poder ayudar al alumnado a expresarse, ya
sea por medio de la voz o del movimiento; solamente así será motivo de gozo y satisfacción su aprendizaje, que es lo que
todos deseamos.

Para terminar citaré a unas palabras de Joan Llongueres que haremos nuestras cuando dice:

Más que las prerrogativas de una especialización, la música ha de tener en la escuela las prerrogativas de una especie de
culto permanente y fiel, cada vez más amplio y más completo. Un culto que ha de contribuir a hacernos a todos cada día
mejores, más bondadosos, más generosos y más perfectos. Siguiendo aquella idea de Platón cuando afirmaba que los
niños deben conocer antes que todo lo que la música tiene de bueno y de útil, no lo que tiene de sabia.

Dirección de contacto

Núria Trias Llongueres


Directora del Instituto Joan Llongueres

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