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Aplicación de la teoría de unidades del grupo Val.Es.Co a la descripción sistemática de los marcadores discursivos del español View project
All content following this page was uploaded by Salvador Pons Bordería on 03 December 2014.
ANTONIO BRIZ
SALVADOR PONS BORDERÍA
Grupo Val.Es.Co., Universidad de Valencia
1. INTRODUCCIÓN
*
Dicho análisis se enmarca dentro de los proyecto de investigación “Diccionario de partículas discursivas
del español” (DPDE), subvencionado por el Ministerio de Educación y Ciencia en 2000 (BFF2000-1438)
y en 2004 (HUM2004-01453), así como por fondos FEDER. Asimismo, parte de la investigación ha sido
financiada por el proyecto GV2007-160 de la Generalitat Valenciana.
2
El sistema de unidades del Grupo Val.Es.Co. pretende una división sin residuo de
las conversaciones coloquiales. El punto de partida se sitúa en el eje entre lo dialógico y
lo monológico, distinguiendo así la unidad máxima monológica (intervención) y la
unidad mínima dialógica (intercambio). Por encima de ambas habrá unidades
superiores, como la que denominamos diálogo o secuencia dialógica, y por debajo,
unidades inferiores, como el acto y el subacto.
Obsérvese el ejemplo (4):
(4) ((…))
P1: a ese paso no adelgazarás ¿eeh?
C1: síi↓ he perdido un poquito↑
P1 y C1 son intervenciones, dado que cada una de ellas corresponde a un emisor
distinto. La combinación de dos intervenciones de distintos interlocutores da lugar a un
intercambio. Así pues, el intercambio es la unión de una intervención iniciativa
(intervención que intenta provocar o provoca habla posterior), y otra intervención
reactiva (la respuesta o reacción) o reactivo-iniciativa (intervención que consta de
reacción e inicio a la vez)1. En el ejemplo anterior, la intervención de P1 es iniciativa y
la de C1, reactiva2.
No todas las intervenciones tienen el mismo impacto sobre la estructura de una
conversación. En (5),
(5) 1G1: een ese sentido pues/ eres conservadora yy§
E1: § claro↓ por eso te digo [que→]
1L1: [conservadora]
para ella↑ pero admite la postura de los demás§
1E2: § admito la postura de los demás§
(Briz y Grupo Val.Es.Co. 2002: 93, líneas 478-484)
la intervención E1 no es tenida en cuenta por el resto de los participantes, mientras que
el resto, sí. Esto significa que es necesario distinguir, dentro de las intervenciones,
aquellas que contribuyen al avance temático del discurso y aquellas que no. Las
primeras se denominarán turnos y, en nuestro sistema, se caracterizan por ser
intervenciones aceptadas por el resto de los participantes en una conversación. Quiere
esto decir que el turno es una unidad que pertenece a un nivel social (frente a la
intervención, que pertenece al nivel estructural) y que entre turno e intervención existe
1
Una intervención, desde el punto de vista monológico, es un acto o conjunto de actos. Desde el punto de
vista dialógico, es inicio, reacción, o reacción e inicio a la vez.
2
En nuestro sistema, la letra y el número identifican cada una de las intervenciones de un mismo
interlocutor. Así, P1 y C1, son la primeras intervenciones de P y C en el fragmento analizado.
3
una relación de inclusión, ya que todo turno es, a su vez, una intervención, pero no toda
intervención es un turno3.
Uno o varios intercambios conforman un diálogo. El límite de tales secuencias
dialógicas lo constituye una intervención-turno solo iniciativa por arriba y una
intervención solo reactiva por abajo. Por lo general, dicha intervención iniciativa supone
un cambio de tópico, y la reactiva, el final del mismo (ver Briz 2006 y 2007).
Cada una de las intervenciones del ejemplo (4), reproducido como (6), está
formada por un acto (P1) o por varios (C1). Marcamos los actos con el signo de
sostenido (#) al principio y al final de cada acto:
(6) P1: # a ese paso no adelgazarás ¿eeh? #
C1: # síi↓ # # he perdido un poquito↑ #
El acto es el constituyente inmediato de las intervenciones; se trata de una unidad que
representa por sí misma una acción comunicativa y que es, por tanto, aislable. Dicha
aislabilidad se corrobora cuando cada uno de esos segmentos puede constituirse en
intervención, esto es, puede ser inicio o reacción.
Por ejemplo, C1 está formada por dos actos, ya que cualquiera de ellos, de forma
aislada, puede constituir la reacción a P1, como puede observarse en (7a) y (7b):
(7a) P1: # a ese paso no adelgazarás ¿eeh? #
C1: # síi↓ #
(7b) P1: # a ese paso no adelgazarás ¿eeh? #
C1: # he perdido un poquito↑ #
Las unidades informativas mínimas que forman los actos son los subactos; se trata
de los segmentos mínimos en que puede quedar dividido un acto (Hidalgo y Padilla
2007). Así, el acto único constituyente de la intervención de P1 en (8) puede quedar
segmentado en dos partes, un subacto que denominamos sustantivo, ya que es soporte
de la acción ejecutada y constituye una proposición, y un subacto adyacente. Los
subactos se indicarán mediante llaves:
(8) P1: # {a ese paso no adelgazarás} {¿eeh?} #
En (8), el subacto sustantivo es a ese paso no adelgazarás, el subacto adyacente es
¿eeh?
A su vez, los subactos sustantivos pueden ser directores o subordinados (Roulet
1985):
(9) A: # {Déjame el ordenador} {para acabar la comunicación} #
En (9), el subacto sustantivo director es déjame el ordenador; el subacto sustantivo
subordinado, para acabar la comunicación. Los subactos sustantivos directores tienen
la propiedad de poder prescindir de los subactos adyacentes y subordinados, como
puede notarse en (10a) y (10b):
(10a) A ese paso no adelgazarás.
(10b) Déjame el ordenador.
En efecto, al suprimir ¿eh? y para acabar la comunicación de los actos anteriores se
pierde información respecto a (8) y (9), pero se mantiene el núcleo del contenido
proposicional. En cambio, ni el subacto adyacente, ni el subacto sustantivo subordinado
pueden funcionar sin el subacto sustantivo director, el único, además, que podría ocupar
el acto en su totalidad:
(10c) *¿eh?
(10d) *para acabar el ordenador.
Más concretamente, los subactos adyacentes son modificadores de la acción y
presentan, como tales, información subsidiaria, que se sitúa al margen de la proposición.
Se distinguen cuatro tipos de valores para estos subactos: subactos adyacentes
3
En nuestro sistema, el turno se marca con un número a la izquierda de la inicial del hablante, de modo
que la secuencia 1G1, en el ejemplo (5), se lee como “el primer turno e intervención del hablante G”.
4
Según esto, habrá marcadores que solo pueden aparecer unidos a un segmento
informativo, por lo que no se puede afirmar de ellos aisladamente que sean subactos. Es
el caso de porque, y, pero y, posiblemente, de todas las conjunciones de coordinación y
de subordinación. Estos conectores tienen ámbito o dominio sobre el constituyente
situado a su derecha, al igual que sucede en sintaxis, según puede notarse en (15):
(15) A: vendrá Juan
B: y Pedro
Entre la conjunción y lo conectado puede intercalarse, como se ve en (16), algún
otro marcador que, en este caso, sí que formará un subacto adyacente como por ejemplo
claro, mira, ves, etc.:
(16) C: y {claro} también vendrá su mujer
En general, puede afirmarse que los conectores argumentativos, esto es, las
formas que predominantemente poseen una función de conexión argumentativa, así
como la mayor parte de las conjunciones de subordinación, son parte de subacto,
mientras que los reformuladores, modalizadores y controladores del contacto son
subactos adyacentes. Esto no quita que algunos modalizadores y controladores del
contacto puedan formar también acto por sí mismos. Generalizando, y de modo
provisional, se puede establecer el siguiente esquema:
constituyen acto
modalizadores (claro)
conectores (por tanto)
Marcadores discursivos no constituyen acto forman subacto controladores (¿sabes?)
modalizadores (bueno)
S2: # sí #
A1: # no/ es buena gente #
(Briz y Grupo Val.Es.Co. 2002: 164-165, líneas 897-900)
Un cambio en la posición prototípica de este marcador, que muestra una libertad
posicional mínima, es una marca inequívoca de cambio de función. En (22), el no en
posición interior de acto desempeña un valor formulativo, relacionado con la
producción del mensaje:
(22) L: # ¿pero tú no lo haces↓? #
E: # ¡pero yo no lo hago # !/ # o s(e)a↑/ yo estoy pensando quién está delante↓ # porque
para mí hay cosas más importantes que pasar una noche guay// y enrollarme con un tipo
# /// # o sea↑/ yoo- yo/ no↓ verás- yo es que tengo muy claro con quién me voy a enrollar
# / # para mí eso es muy- muy importante #
(Briz y Grupo Val.Es.Co. 2002: 93, líneas 472-477)
Se deriva de lo dicho hasta ahora que la combinación de los criterios de posición y
de unidad abre una nueva vía de estudio para el tratamiento de una de las características
más recurrentes de los marcadores discursivos: su polifuncionalidad. Así, hablar de
concesividad en el caso de bueno como preludio a un rechazo solo se puede explicar por
relación a la unidad intervención (reactiva) en que aparece; por su parte, su valor de
minimización de la aseveración se mide con respecto a la unidad acto:
Intervención Acto
bueno Concesividad ante rechazo o desacuerdo Valor atenuador
Figura 3: Relación entre valores de bueno y unidades
Al igual que sucede en sintaxis, el concepto de ámbito se puede aplicar al estudio
de los valores de un marcador discursivo. Cuando un valor de bueno, o de cualquier otro
marcador, se adscriba a la intervención, dicho valor podrá tener ámbito, alcance o
dominio sobre los actos situados a su derecha dentro de la misma unidad. De ahí la
tendencia observable a la precedencia de valores dialógicos, propios de la intervención,
sobre valores monológicos, propios del acto.
La sección 4 desarrollará las ideas generales explicadas hasta ahora mediante su
aplicación a cuatro marcadores discursivos diferentes: ¿eh?, bueno, no y oye.
4. APLICACIONES
4.1. ¿Eh?
El marcador ¿eh? se asocia a dos unidades discursivas: por un lado, puede ser un
acto que constituye una intervención y, por otro, puede formar un subacto adyacente
interpersonal (Montáñez 2007; Briz, Pons y Portolés 2006; Briz y Montáñez 2008).
Como acto constituye una pregunta, generalmente aclaratoria, sobre algo que no
se ha comprendido o escuchado. ¿Eh? es, en (23), el único acto que contiene la
intervención de E1:
(23) L1: ¿no erais cuatro?
E1: # ¿eh? #
L2: ¿no erais cuatro?
E2: síi
(Briz y Grupo Val.Es.Co. 2002: 86, líneas 188-191)
En (24), ¿eh? constituye el primero de los tres actos que forman la intervención
de F1 y tiene un valor de recriminación:
(24) (se está brindando, pero alguien protesta el comienzo del brindis al tener la copa vacía)
J1: # ¡por nosotros! #
F1: # ¿¡eh!? # # ¿¡y nosotros qué!? # / # ¿¡y yo qué!? #
8
Acto
p ¿eh?
Figura 4: Posición final de intervención y de acto en ¿eh?
ya sea posición final solo de acto, como en (27) y (28), según muestra la Figura 5:
(27) A1: # ¿qué cambios has notado tú en los alumnos/ en estos dieciocho años? #
B1: # ¡uuf! # # MUCHÍSIMOS/ muchísimos # // # ¡bueno! # # el nivel ha baja(d)o
muchísimo # // # ya sé que es un tópico/ que todos lo decimos/ que to(do) el mundo lo
dice// pero bueno las diferencias soon... # # yoo// creo que son abismales ¿eh? # / # lo
que no sé es hasta dónde vamos a llegar #
(Gómez Molina, 2001, 55, líneas 157-162)
(28) S1: # y este año también vamos a ganar ¿eh? # # lo que pasa que lo– hemos tenido la– la
desgracia de los dos primeros partidos↑/ no hacerlos muy bien # // # pero que ya nos
estamos empezando a poner ¿eh? # / # también lo– siempre los primeros partidos↑ el año
pasao igual # / # los cinco primeros partidos↑ los perdimos todos # (…)
J1: # mm #
(Briz y Grupo Val.Es.Co. 2002: 155, líneas 491-501)
Intervención
Acto Acto
p ¿eh? q
Figura 5: posición final y de acto en ¿eh?
En ausencia de una teoría de unidades, la explicación que recibirían los ejemplos (26) a
(28) sería diferente; se hablaría de posición final para (26) y de posición interior para
(27) y (28). Sin embargo, nuestro análisis hace ver que la posición es idéntica en ambos
casos; la diferencia radica en la unidad en que se sitúa dicha posición final. Mientras en
el esquema correspondiente a (26) la posición final de acto y de intervención coinciden,
en (27) y (28) el acto al que afecta ¿eh? es un constituyente de una intervención al que
siguen otro u otros actos. Dicho de otro modo, ¿eh? aparece en su posición habitual,
posición final, pero la unidad afectada, como puede verse en la visualización de las
relaciones jerárquicas, es un acto dentro de una intervención compleja.
9
4.2. Bueno
4
Sobre las intervenciones compuestas, véase Briz (2007: 22-25). En la serie de intercambios siguientes:
D: hasta luego
B: hasta luego/ hasta luego/// oye ¿cómo te fue la entrevista de trabajo?
A: no lo sé/ no lo sé
la emisión de B está formada por un segmento (hasta luego/hasta luego) que es claramente reactivo en
relación con la intervención anterior de D, y por otro segmento iniciativo (oye ¿cómo te fue la entrevista
de trabajo?) vinculado ahora con la reacción de otro interlocutor, A. Tales segmentos pertenecen, así
pues, a diálogos distintos. La reacción marca el fin de una secuencia dialógica y el inicio señala el
comienzo de otra diferente.
12
4.3. No
5
Sin embargo, y a diferencia de la gramática, parece más ajustado en el ámbito conversacional hablar de
una tendencia que se manifiesta en términos de preferencia cuantitativa y no como una regla sin
excepciones, cuyo alcance último solo se entenderá con la ayuda de trabajos posteriores.
13
como no, tienes razón (Briz 2006 y Briz, Pons y Portolés 2007). Este no, que
convencionalmente llamaremos no-concesivo, no puede ser nunca un acto por sí mismo;
es siempre un subacto adyacente modalizador que, no por casualidad, ocupa
prototípicamente la posición inicial de intervención reactiva o reactivo-iniciativa (41):
(41) S: yo nunca he visto una persona tan enrollada como el Andrés ¿eh?
J: ¿tan enrollá ?
S: sí
A: # {no}/ {es buena gente} #
(Briz y Grupo Val.Es.Co. 2002: 164-165, líneas 897-900)
Al inicio de dicho tipo de intervención funciona como preludio cortés del acuerdo que
se manifiesta inmediatamente después en el subacto sustantivo al que afecta. También
puede manifestar la búsqueda del acuerdo que se resiste o no existe y, en tal caso, su
función pragmática más concreta es la de ser minimizador de los obstáculos, las
objeciones o, incluso, del desacuerdo, más o menos explícitos; por tanto, se trata de una
estrategia vinculada ahora a las actividades de imagen; en concreto, a la denominada
cortesía atenuadora:
(42) B: ¿es que te quito mucho tiempo?§
A: § no↓ yo SÉ que debería darte más tiempo↑ del que te
doy
(Briz y Grupo Val.Es.Co. 2002: 76, líneas 156-157)
El que vaya precedido de otro marcador no altera su rasgo posicional (ejemplo
43):
(43) M: # {°(mira)°}/ {no}/ {es ma– es que (( ))} {porque// Manolo tiene un suéter muy
parecido} #
(Briz y Grupo Val.Es.Co. 2002: 131, líneas 340-341)
Se trata, en (43), de dos subactos adyacentes contiguos al principio de intervención
(mira y no) y antes del subacto sustantivo.
En ocasiones, se documenta en el inicio de un acto en posición interior de
intervención. En tal caso, aprovechando ese valor de acuerdo y de alianza interpersonal
que manifiesta la partícula no, puede aparecer como elemento regulador de los papeles
comunicativos, en concreto, para robar o mantener el turno, como en el caso de (44),
tras el solapamiento competitivo de P1:
(44) C1: ahora que se- te haces mayor se hace más fea/ pero→ entonces era-/ porque/ si nos
aquí tienes una/ [de perfil/ # {no/ no}/ {pero=]
P1: [((y que- y que/ (( ))]
C: = espérate} # / # que tienes una de perfil y verás// como es una nariz bonita/ ¿eh?/ #
(Briz y Grupo Val.Es.Co. 2002: 210, líneas 794-799)
Se ha documentado algún caso en posición interior de acto e intervención,
combinado a menudo con otros marcadores (o sea yo no verás…). En tales casos, su
función es formulativa; permite al interlocutor, entre otras, continuar de otro modo o
rectificar el plan sintáctico.
(45) L: # ¿pero tú no lo haces ? #
E: # ¡pero yo no lo hago! # / # {o s(e)a→/ yo estoy pensando quién está delante}
{porque para mí hay cosas más importantes que pasar una noche guay}// {y enrollarme
con un tipo }# /// # {o sea→/ yoo- yo/ no verás}- {yo es que tengo muy claro con quién
me voy a enrollar} # / #para mí eso es muy- muy importante#
(Briz y Grupo Val.Es.Co. 2002: 93, líneas 472-477)
Por tanto, el cambio a la posición de inicio de acto dentro de la intervención o a la
posición interior de acto convierte al marcador no en un mecanismo a veces de
construcción del discurso (continuador, rectificador, recuperador del hilo discursivo).
4.4. Oye
14
6
Es posible encontrarlo como único elemento de una intervención; es decir, constituyendo acto por sí
mismo que, a su vez, es el único constituyente de una intervención. Sin embargo, en estos casos mantiene
su valor literal y constituye una invitación a oír. Por ello, esta posición no será tenida en cuenta para la
descripción del marcador.
7 El hecho de que, en este caso, oye introduzca una intervención iniciativa que se constituye en inicio de
diálogo no es relevante para lo que pretendemos ilustrar. Obsérvese, de paso, que en nuestro acercamiento
funcional ambas informaciones no son incompatibles, sino complementarias. Con respecto a la unidad
intervención es un subacto adyacente interpersonal; con relación a la unidad diálogo, introduce un cambio
de tópico. Ambos valores, pues, coexisten en el ejemplo (47).
15
8
La diferencia entre estos dos valores se hace evidente cuando se confrontan a sus posibles paráfrasis. La
correspondiente al valor fático sería “escucha”; la propia del valor fático interno sería “fíjate” (Pons
Bordería 1998b: 216).
16
D: (( ))
B. no
(Briz y Grupo Val.Es.Co. 2002: 374, 1íneas 166-184)
5. CONCLUSIONES
Era objetivo del presente capítulo el demostrar la interrelación existente entre las
posiciones que ocupan los marcadores discursivos y la función que desempeñan.
Esperamos haber mostrado cómo, a partir de los casos particulares analizados, se puede
postular dicha relación, que resulta difícilmente apreciable, sin embargo, en ausencia de
una teoría sobre las unidades conversacionales. Creemos que es imposible profundizar
en este problema sin dicha teoría y, asimismo, estamos convencidos de que su
desarrollo permitirá establecer, en el futuro, una relación sistemática que cubra el
funcionamiento de todos los marcadores discursivos. De nuestra investigación se
desprenden las siguientes conclusiones:
a) Los marcadores discursivos (excepción hecha de los incluidos en el
apartado b) abajo) pueden ser actos o subactos adyacentes; esta última
posibilidad es la más frecuente y, posiblemente, sea la marca estructural o
constitutiva de esta categoría pragmática. Cuando son actos aparecen de
modo autónomo como inicios o reacciones; cuando son subactos adyacentes
son elementos dependientes de un segmento sustantivo al que afectan de
algún modo.
b) Los marcadores discursivos más prototípicos (pero, y, que, pues…) se
suelen realizar estructuralmente como parte de un subacto. Esta diferencia
apoya la conclusión en Pons (1998: 59-60) sobre el doble núcleo categorial
de la categoría conexión, que contendría, por un lado, conjunciones básicas,
como las mencionadas arriba, y, por otro, conjunciones ilativas, como por
tanto o por consiguiente.
c) Los marcadores se integran dentro de los actos, ya que el marcador aparece
vinculado por lo general a uno de ellos. Se desprende de esto que la noción
posición interior solo es relevante con respecto a la unidad acto y referida
únicamente a valores formulativos.
d) Hay marcadores que poseen una gran libertad posicional (por ejemplo, sin
embargo). En cambio, la libertad posicional de otros marcadores es bastante
menor –tal es el caso de bueno–, incluso casi nula –caso de no–, o nula –
pero, al menos, en el español actual (cfr. el però catalán)–.
e) En relación con lo anterior, cabe señalar que la modificación funcional no
afecta a todos los marcadores por igual ni en el mismo grado. Así, los
conectores (cfr. Martín Zorraquino y Portolés 1999), o bien están totalmente
fijados en una posición en la que presentan, además, unos valores
gramaticalmente también fijados (pero, porque, etc.), o bien los cambios
posicionales, como en el caso de sin embargo, se vinculan factores como la
tradición discursiva o al estilo, es decir, afectan más a la forma que a la
función. Por el contrario, los cambios de posición de otros marcadores,
como los reformuladores, son estructurales, de ahí que afecten totalmente o
en mayor grado su función. Un marcador de control del contacto como oye
desarrolla su valor apelativo cuando aparece en posición inicial de una
intervención, que es su función prototípica. Y si en algún caso aparece en
posición final de acto/intervención se convierte en modalizador; en
concreto, con valor de refuerzo.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
: Cambio de voz.
A: Intervención de un interlocutor identificado como A.
?: Interlocutor no reconocido.
§ Sucesión inmediata, sin pausa apreciable, entre dos emisiones de distintos interlocutores.
= Mantenimiento del turno de un participante en un solapamiento.
[ Lugar donde se inicia un solapamiento o superposición.
] Final del habla simultánea.
*
Las incorrecciones gramaticales (fónicas, morfosintácticas y léxicas) no aparecen marcadas por
lo general. Así pues, según el usuario del corpus (p. e., si este es utilizado por un estudiante de
español como segunda lengua), puede ser recomendable el soporte explicativo del profesor.
**
Los antropónimos y topónimos no se corresponden por lo general con los reales.
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