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Magíster en Psicología

Mención Teoría y Clínica Psicoanalítica

Informe de Reseñas Bibliográficas


Movimiento psicoanalítico e implicancias prácticas

Illaritza Parada
18 de Mayo 2018, Santiago.
1- Principal problemática para ordenar a los autores
Luego de revisar los textos de Lézé (2006) y Freud (1910), he decidido tomar como tema
central del siguiente escrito la concepción de movimiento psicoanalítico y las implicancias
prácticas que conlleva situarse en el mismo, tanto en la práctica clínica como en
investigación. Por movimiento psicoanalítico entenderé el conjunto de prácticas (sociales,
investigativas, clínicas, terapéuticas), que se encuentran fundamentadas en la teoría
psicoanalítica.
El texto de Freud (1910) desarrolla una reflexión en torno al error cometido por un
médico que, tomando ciertos contenidos de la teoría psicoanalítica, realiza abruptamente una
serie de recomendaciones a su paciente, la cual rechaza de lleno la intervención del
profesional.
Lo que más destaca Freud (1910) en relación con el problema propuesto es la necesidad de
estar en conocimiento de los preceptos técnicos que requiere la utilización del psicoanálisis,
enfatizando así, que no es suficiente conocer la teoría, sino que es de suma relevancia por
una parte ejercer la clínica, y por otra, estar en contacto con psicoanalistas con más
experiencia, de los cuales se pueda aprender. De esta manera se logra una complejización del
fenómeno sobre el cual se trabajará utilizando teoría, técnica y experiencia.
A mi entender, estas condiciones que Freud (1910) presenta como necesarias para
poder desarrollar un buen trabajo psicoanalítico, apuntan a resguardar al menos dos áreas
estrechamente relacionadas, a saber; estatus del psicoanálisis como institución y el principio
de no dañar a los pacientes.
En el caso de Lézé, (2006), su análisis se encuentra mucho más cercano al modo en
que el psicoanálisis se posiciona en el espacio social, resaltando la idea de que el mismo se
organiza mediante una “automarginación”, que le permite un cierto equilibrio entre ser un
saber instituido, y a la vez, mantener la tensión y/o incertidumbre frente a la práctica clínica.
Hipotetizo que la cantidad de “ritos de paso” que se experimentan al interior del circulo
psicoanalítico descritos por Lézé (2006) esta intrínsecamente relacionado con esta
mantención del equilibrio. En este sentido, veo una relación directa entre lo expuesto por
Freud, y la observación de Lézé. El hecho de posicionarse al margen, y aparecer como
profesionales en cierta forma enigmáticos, es contrastado con un armazón institucional en el
cual existen una serie de requisitos y jerarquías, que ofrecen a los integrantes del movimiento
una base sólida, sobre todo en cuanto al sentido de pertenencia.
2- Instrumentalización analítica de los autores sobre un problema
El conjunto de prácticas profesionales establecidas por Freud (1910) y descritas en su
funcionamiento actual por Lézé (2006), a mi juicio están orientadas a mantener cierta
consistencia en el uso del psicoanálisis, que me parece radica en sostener la incertidumbre
frente al sujeto u objeto al cual se enfrenta quien desee utilizar el psicoanálisis como marco
de entendimiento.
Esto por supuesto tiene implicancias al momento de comprender un fenómeno ya sea en
el trabajo clínico o en una investigación, y es en esta última variante en la que implementaré
los planteamientos de ambos autores.
Considero que un abordaje en el que la complejización es un punto central, tiene las
condiciones ideales para ser utilizado en la comprensión de fenómenos ligados a la salud
mental y las construcciones en torno a la misma, de esta manera, veo al psicoanálisis como
una herramienta útil para estudiar los fenómenos ligados a la “diversidad sexual”. No
obstante, para mantener la tensión frente a la práctica psicoanalítica es necesario, tal como
plantea Lézé (2006) no enfrentarse al fenómeno con un “pararrayos teórico”.
Dicho esto, me surge la siguiente pregunta: ¿cómo mantener la tensión respecto de la
práctica psicoanalítica si tomo al psicoanálisis como una práctica/teoría ya acabada? La
respuesta que propongo es que para que exista complejización, debe haber movilidad, espacio
para la reflexión e introducción de nuevas ideas, externas al movimiento psicoanalítico, que
den cuenta de procesos sociales y comprendan los mismos como situados dentro de un
orden/ideología en particular.
De acuerdo con la última idea planteada es que evalúo como una opción interesante
acercarme a las metodologías feministas, dado que estas realizan un ejercicio de
desnaturalización frente a diversas estructuras y creencias sociales, de las cuales el
movimiento psicoanalítico también forma parte.
3- Conceptos incorporados
El concepto de metodologías feministas ha sido discutido por diferentes autoras a lo largo de
las últimas décadas. Prieto (2013) realiza el ejercicio de comparar a tres autoras: Barbieri,
Mies y Harding, con el objetivo de determinar qué características al momento de realizar una
investigación la califican para ser considerada como feminista.
Ante esto, Prieto (2013) concluye que, si bien no hay consenso en cuanto a los criterios
específicos que una investigación debe cumplir para constituirse como feminista, si hay
algunos importantes puntos en común, a saber: combatir la ceguera de género, abordar la
vida de las mujeres y elaborar una teoría y acción política feminista.
Pensando en mi tema de investigación, estos puntos comunes planteados por Prieto, (2013)
parecen apropiados para mantener la tensión frente a la investigación de fenómenos que
efectivamente se encuentran situados en muchas ocasiones bajo sesgos de género que
producen conocimiento sin contextualización, con una aparente neutralidad.
Ejemplos de esto son los diversos manuales de psicoterapia de pareja, que incluso en los
apartados que se plantean desde una mirada psicoanalítica, no contemplan la existencia de
parejas/familias homosexuales, o las teorías del desarrollo, en las que se encuentra a la base
un ideal de constitución heterosexual de la vida familiar, con hijos/as y nietos/as (fenómeno
del nido vacío, entre otros) (Martin, 2006).
Para complementar su reflexión, Prieto (2013) finaliza su artículo mencionando que la
investigación feminista se ha caracterizado por detectar preguntas y problemas nuevos frente
a temas ya investigados, o que han permanecido naturalizados, agregando que estos temas
no surgen de una posición neutral, sino que requieren de valores y posturas políticas
específicas.
De esta manera, concluyo que la manera de seguir el precepto psicoanalítico de mantener la
complejidad al momento de comprender un fenómeno, utilizando una perspectiva feminista,
facilitará que mi investigación de cuenta de problemas en torno a la diversidad sexual que
han permanecido poco explorados, por el hecho de no haberse constituido como saberes
situados en un contexto histórico y sociocultural en particular, además de presentar sesgos
de género.
Referencias
Freud, S. (1910). Psicoanálisis Silvestre. Tomo XI. Extraído de
https://es.scribd.com/document/372837204/Tomo-11-Sobre-Psicoanalisis-Silvestre

Lézé, S. (2006). Convertirse en psicoanalista en Francia. Política y sociedad, 43 (3), 73-87

Martin, P. (2006). Manual de terapia de pareja. Extraído de


https://es.scribd.com/document/369544521/Peter-Martin-Manual-de-Terapia-de-
Pareja

Prieto, V. (2013). Para repensar nuestras prácticas feministas de investigación: poniendo en


diálogo a Sandra Harding, María Mies y Teresita de Barbieri. Revista del centro de
estudios interdisciplinarios sobre mujeres, 21 (22) 13-20. Extraído de
http://cuentaconmigo.org.mx/articulos/harding.pdf

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