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LÓBULO FRONTAL

El cerebro se encuentra dividido en cuatro lóbulos, diferenciados por su


localización y funciones. En este caso se va a centrar la atención en uno de ellos:
el lóbulo frontal. El lóbulo frontal es el de mayor superficie del cerebro, además,
es considerado el lóbulo de mayor importancia funcional en la especie humana.

El lóbulo frontal se sitúa en la parte anterior del cerebro, inmediatamente por


delante del conocido como surco central. Se considera el lóbulo de mayor
importancia funcional en la especie humana, ocupando una tercera parte del total
del cerebro, mientras que en otras especies su extensión es inferior (17% en
chimpancés, 7% en perros).
Las funciones que desempeña este lóbulo son diversas y dependen del área
concreta de éste, encontrándose involucrado tanto en el control de movimientos,
como en las funciones mentales de alto nivel o en el control de la conducta y
emociones. El lóbulo frontal se divide en dos grandes territorios: corteza motora
y corteza prefrontal.

ANATOMIA DEL LOBULO FRONTAL

1.Corteza motora del lóbulo frontal


La función básica de la corteza motora es controlar los movimientos
voluntarios, incluyendo entre éstos el lenguaje expresivo, la escritura y el
movimiento ocular. Esta corteza se encuentra subdividida en tres áreas:

1.1. Corteza motora primaria


Transmite órdenes hacia las neuronas situadas en el tronco cerebral
y la médula espinal. Se encuentran dirigidas a ejecutar movimientos
voluntarios y especializados. En el interior de la corteza motora
primaria, en ambos hemisferios, existe una representación de la mitad
contralateral del cuerpo. Es decir, en cada hemisferio se halla una
representación del lado opuesto del cuerpo. Esta representación se
conoce como homúnculo motor y se encuentra invertida, de manera
que la representación de la cabeza se sitúa en la parte inferior.
1.2. Corteza premotora
Se encarga de la preparación y programación del movimiento. La
corteza premotora automatiza, armoniza y archiva programas de
movimiento relacionados con las experiencias previas. Además,
dentro de ésta se localizan dos áreas:

 Área motora suplementaria: se encarga de los


movimientos de naturaleza postural
 Campo ocular: controla la desviación conjugada de la
mirada a la hora de explorar un campo visual de manera
voluntaria

1.3. Área de Broca


Se considera el centro del lenguaje expresivo. Su función es coordinar
los movimientos de la boca, laringe, faringe y órganos respiratorios,
los cuales controlan la expresión del lenguaje. Además, se ve
implicada en los movimientos necesarios para la escritura.

2. Corteza prefrontal del lóbulo frontal


La corteza prefrontal se encuentra en la parte anterior del lóbulo frontal. Se
considera la máxima expresión del desarrollo cerebral humano. Es la
responsable última del control de la cognición, conducta y actividad
emocional. La corteza prefrontal recibe información del sistema límbico
(implicado en el control emocional) y actúa como mediador entre cognición
y sentimientos a través de las funciones ejecutivas. Las funciones
ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas de orden superior, las
cuales controlan nuestra conducta y emociones. Dentro de la corteza
prefrontal pueden diferenciarse tres áreas o circuitos: dorsolateral, cíngulo
anterior y orbital.

2.1. Área dorsolateral del lóbulo frontal


Establece conexiones con áreas temporales, parietales y occipitales
(es decir, áreas pertenecientes a los otros tres lóbulos cerebrales) y
transforma los pensamientos en decisiones, planes y acciones. El
área dorsolateral es la encargada de capacidades cognitivas
superiores como:
 Control de la atención: focalización, inhibición de otros
estímulos, alternancia del foco atencional.
 Memoria de trabajo: mantenimiento y manipulación de
información de manera mental.
 Memoria temporal: ordenamiento temporal de los eventos.
 Memoria prospectiva: programación de acciones que se van
a producir en un futuro.
 Generación de hipótesis: análisis de las posibles causas de
una situación.
 Metacognición: análisis de la propia actividad cognitiva a
través del desempeño continuo.
 Resolución de problemas: análisis de la situación y
elaboración de un plan de acción.
 Flexibilidad mental: capacidad de adaptar nuestras
respuestas a nuevas situaciones.
 Planificación: organización de la conducta dirigida a un
objetivo.
2.2. Área cingulada del lóbulo frontal
Destaca por ser la responsable de regular los procesos
motivacionales. Además, el área del cíngulo anterior se ve implicada
en la detección y solución de conflictos, así como en la regulación y
esfuerzo atencional (atención sostenida).

2.3. Área orbital del lóbulo frontal


El área orbitofrontal es la encargada del control de la afectividad y la
conducta social. Interviene en el procesamiento y regulación de
emociones y estados afectivos, controla y adapta la conducta en
función del contexto y detecta situaciones ambientales cambiantes,
tanto de riesgo como de beneficio.

FUNCIONES DEL LÓBULO FRONTAL


El lóbulo frontal cumple múltiples funciones que se pueden resumir en:

 Funciones ejecutivas:
o Simulación virtual de la conducta a realizar a través de experiencias y
previas y del aprendizaje vicario.
o Fijación de una meta y de los pasos que hay que seguir para completarla.
o Planificación, coordinación y puesta en marcha de las conductas
necesarias para alcanzar el objetivo.
o Mantenimiento de los objetivos a lo largo de todo el proceso hasta
alcanzar la meta. Aquí están involucradas la memoria de trabajo y la
atención sostenida.
o Inhibición del resto de estímulos que no tengan que ver con la meta y
que puedan interferir con ellas.
o Coordinación de todos los sistemas necesarios para realizar las
acciones necesarias, como el sensorial, el cognitivo y el conductual.
o Análisis de los resultados obtenidos y, si es necesario, modificación de
los patrones de conducta en base a estos resultados.

 Funciones sociales:
o Inferencia de las intenciones y pensamiento de los demás. Esta
capacidad se denomina teoría de la mente.
o Reflexión acerca de nuestros conocimientos e intereses y capacidad
para comunicarlos.

 Funciones emocionales:
o Control de los estímulos reforzadores para motivarnos a realizar las
conductas y procesos cognitivos que debamos realizar.
o Regulación de los impulsos.
o Consciencia de las emociones.

 Funciones motoras:
o Secuenciación, coordinación y ejecución de las conductas motoras.
 Funciones lingüísticas:
o Habilidad para entender el lenguaje de los demás y producir el nuestro
propio.

A continuación, se describirá con mayor profundidad las funciones ejecutivas por


su gran importancia en los humanos:

Funciones ejecutivas

Las funciones ejecutivas podrían definirse como el último paso en el control,


regulación y dirección de la conducta humana. Este concepto surge por primera
vez de la mano de A.R. Luria en 1966 en su libro Higher Cortical Function in Man
(citado en León-Carrión & Barroso, 1997).

Lezak popularizó este término en la psicología americana. Esta autora destaca


la diferencia entre funciones ejecutivas y cognitivas, afirmando que, aunque las
funciones cognitivas sufran daños si las funciones ejecutivas funcionan
correctamente, la persona continuará siendo independiente, constructivamente
autosuficiente y productiva (citado en León-Carrión & Barroso, 1997).

Las funciones ejecutivas están formadas por cuatro componentes:

1. Formulación de metas; es el proceso por el cual se determinan las


necesidades, que es lo que se quiere y de que es capaz para conseguir
lo que se quiere. Si una persona tiene alterada esta función no puede
pensar lo que debe hacer y presenta dificultades en el inicio de
actividades. Puede presentarse estas alteraciones sin necesidad de daño
cerebral, simplemente con una mala organización en el lóbulo prefrontal.

2. Planificación; se encarga de determinar y organizar los pasos necesarios


para llevar a cabo una intención. Este proceso requiere capacidades
determinadas como: conceptualizar los cambios en las circunstancias
presentes, verse desarrollada a sí misma en el entorno, ver el entorno
objetivamente, capaz de concebir alternativas, llevar a cabo elecciones y
desarrollar una estructura para llevar a cabo el plan.

3. Implementación de planes; se interpreta como la acción de iniciar,


mantener, cambiar y para secuencias de conductas complejas de una
manera integral y ordenada.

4. Ejecución efectiva; es la valoración en función de los objetivos y los


recursos utilizados para conseguir esos objetivos.

El sistema de enseñanza es muy importante para la correcta configuración de


las funciones ejecutivas, puesto que estas funciones empiezan a desarrollarse
en la infancia, desde el primer año de vida, y no maduran hasta la pubertad o
incluso más adelante.
Las funciones ejecutivas están relacionadas principalmente con el córtex
prefrontal, pero algunos estudios realizados con PET (tomografía por emisión de
positrones) indican que, cuando la actividad se vuelve rutinaria, otra parte del
cerebro toma el relevo en la actividad para dejar “libre” al córtex prefrontal y que
éste pueda ocuparse de realizar otras funciones.

Evaluación del funcionamiento ejecutivo


Las técnicas más empleadas para la evaluación del sistema ejecutivo son:

 Wisconsin Card Sorting Test; prueba en la que el paciente tiene que


clasificar una serie de tarjetas de varias maneras, usando una categoría
diferente cada vez. Los fallos en esta prueba implicarían problemas en la
formación de conceptos que podrían ser debidos a lesiones en el lóbulo
frontal izquierdo.

 La torre de Hanoi-Sevilla; esta prueba se usa para examinar las habilidades


complejas de resolución de problemas.

 Pruebas de laberinto; estas pruebas aportan datos sobre los niveles más
altos de funcionamiento cerebral que requieren planificación y previsión.

 Juguetes de construcción; estas son pruebas poco estructuradas y se


usan para evaluar las funciones ejecutivas.

LÓBULO FRONTAL: PATOLOGÍAS ASOCIADAS


Tal y como se ha explicado, el lóbulo frontal se ve implicado en una diversidad
de procesos (motores, cognitivos, emocionales y conductuales). Por ello, la
patología desarrollada a raíz de lesiones sufridas en esta área puede ser muy
variada.

Trastornos motores
Las lesiones en la corteza motora primaria y corteza premotora van a generar
dificultades en la velocidad, ejecución y coordinación de movimientos, llegando
a desarrollar diferentes tipos de apraxia. La apraxia es un trastorno por el cual la
persona pierde la capacidad o adquiere una gran dificultad para realizar
movimientos coordinados.

 Apraxia ideomotora: Dificultad o incapacidad en la realización de


movimientos aprendidos, especialmente en aquellos que requieren
del uso de un instrumento. La dificultad se halla tanto en el uso del
objeto como en la imitación o representación de este movimiento.

 Apraxia de las extremidades: Dificultad o incapacidad en la


ejecución de movimientos de precisión, por ejemplo, a la hora de
utilizar los dedos de manera coordinada tanto en uso como en
representación o imitación.
 Apraxia bucofacial: Dificultad o incapacidad para llevar a cabo
movimientos con la cara, lengua, boca o mejillas.

Además de las apraxias pueden darse otros trastornos de origen motor debidos
al daño frontal. La lesión producida en el campo ocular va a generar deficiencias
en el control de la mirada voluntaria, así como una lentificación en los
movimientos de rastreo y búsqueda visual.
Por otro lado, las lesiones en el área frontal pueden producir trastornos en el
lenguaje:

 Afasia transcortical motora: trastorno del lenguaje debido al cual la


persona presenta falta de fluidez verbal (habla lenta con contenido
reducido y mal organizado), limitado lenguaje espontáneo (falta de
iniciativa) y dificultad o incapacidad en la escritura.

 Afasia de Broca: trastorno del lenguaje que genera falta de fluidez


verbal, anomia (incapacidad de acceso al léxico para evocar
palabras), pobre construcción sintáctica en el discurso, dificultades en
la repetición, y afectación de lectura y escritura.

Síndrome disejecutivo
El síndrome disejecutivo se desarrolla tras sufrir una lesión en el área prefrontal
del lóbulo frontal. Este trastorno engloba una serie de síntomas, generalmente
relacionados con una pérdida de capacidad cognitiva, lentificación de procesos
cognitivos y motores, déficit atencional o dificultad en la regulación de emociones
y conductas. No obstante, estos síntomas van a depender de la zona afectada

Área dorsolateral:
Los déficits relacionados con la lesión en esta área prefrontal son,
principalmente, de tipo cognitivo:

1. Incapacidad para resolver problemas complejos: disminución de la


inteligencia fluida (razonamiento, adaptación y resolución de situaciones
novedosas, etc.).

2. Rigidez cognitiva y perseveración: la persona mantiene un pensamiento


o acción a pesar de que se le invite a cambiarlo.

3. Disminución de la capacidad de aprendizaje: dificultad para adquirir y


mantener nuevos aprendizajes.

4. Afectación de la memoria temporal: déficit de la memoria relativa al


orden de los acontecimientos ocurridos.
5. Déficit en la programación motora y en la alternancia de actividades
motoras: dificultades en la organización de secuencias de movimientos y
a la hora de cambiar de actividad.

6. Disminución de la fluidez verbal: capacidad de evocar palabras a partir


de una consigna (por ejemplo, categoría semántica). Esta actividad
requiere de capacidad de acceso al léxico, sin embargo, también es
necesaria la organización y planificación cognitiva dirigida a una meta poco
habitual, así como la atención selectiva y focalizada (enfocar la atención
hacia un estímulo).

7. Déficit de atención: dificultades en el mantenimiento de la atención


(sostenida), en la inhibición de otros estímulos (selectiva) y en el cambio de
foco atencional (alternante).

8. Trastornos pseudodepresivos: síntomas similares a los característicos


de una depresión (estado de ánimo bajo, apatía, etc.).

Zona cingulada:

1. Reducción de la actividad espontánea: muestran una apariencia


estática.

2. Pérdida de iniciativa y motivación: presentan una apatía notable.

3. Alexitimia: incapacidad en el reconocimiento y, por tanto, expresión de las


propias emociones.

4. Restricción en el lenguaje: con frecuencia sus respuestas son


monosilábicas.

5. Dificultad para el control de interferencias: dificultad en el control de la


atención selectiva.

6. Trastornos pseudodepresivos.

Zona orbital:

Los síntomas que caracterizan al trastorno disejecutivo relacionado con el área


orbitofrontal son de tipo conductual. La persona destaca por su actitud
desinhibida.
1. Cambios de personalidad: inestabilidad en su manera de ser y de actuar.

2. Irritabilidad y agresividad: reacciones emocionales exageradas ante


situaciones de su vida cotidiana.

3. Ecopraxia: imitación de movimientos observados en otra persona.

4. Desinhibición e impulsividad: falta de autocontrol sobre su conducta.

5. Dificultad para adaptarse a las normas sociales: lleva a cabo


comportamientos socialmente inaceptables.

6. Alteración en el juicio: razonamientos erróneos.

7. Falta de empatía: incapacidad para comprender la situación de la otra


persona, mantenimiento de una conducta y expresión emocional no acorde
a la situación.

8. Euforia: estado de ánimo exaltado.


BIBLIOGRAFÍA
Carmona, S., & Moreno, A. (2014). Control ejecutivo, toma de decisiones,
razonamiento y resolución de problemas. En D. Redolar, Neurociencia
Cognitiva (págs. 719-746). Madrid: Médica Panamericana S.A.

León-Carrión, J., & Barroso, J. (1997). Neuropsicología del


Pensamiento. Sevilla: KRONOS.

Redolar, D. (2014). Lóbulos frontales y sus conexiones. En D.


Redolar, Neurociencia Cognitiva (págs. 95-101). Madrid: Médica
Panamericana S.A.

LINKOGRAFÍA
https://psicologiaymente.net/neurociencias/lobulo-frontal-cerebro

https://www.neuroskills.com/espanol/lobulo-frontal.php

https://www.lifeder.com/lobulo-frontal/

https://www.psicoactiva.com/blog/los-lobulos-frontales-relacion-las-
emociones/

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