Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
multifuncionales
Carme MIRALLES-GUASCH & Oriol MARQUET SARDÀ
Departamento de Geografía. Universidad Autónoma de Barcelona
RESUMEN: El artículo relaciona forma urbana y movilidad a través del análisis de las
dinámicas de proximidad en la ciudad de Barcelona. El análisis se realiza a través de
los desplazamientos de con tiempos menores a cinco minutos, los microdesplaza-
mientos, como indicador del uso de la ciudad cercana y la vida de barrio. Primero se
reflexiona sobre las dinámicas urbanas basadas en la lejanía o la proximidad, para
después centrarse en la ciudad de Barcelona. En esta se analiza la diferente distribu-
ción de los microdesplazamientos, con el objetivo de averiguar que variables inciden
en la proximidad urbana.
L
as metrópolis se definen por ser espacios
urbanos donde interactúan distintas ciu- bana como elemento definido del espacio me-
dades, desiguales en funciones y en ta- tropolitano deja de tener importancia, lo que
maños. Las dinámicas territoriales que han significa núcleos dispersos pero fuertemente
generado estos fenómenos urbanos han sido interconectados (ASCHER, 1995). En todas es-
distintas en el tiempo y han generado territo- tas etapas los límites, funcionales y físicos, de
Recibido: 11.07.2012; Revisado: 03.21.05.2013 calidad del artículo. Este artículo ha sido financiado por el
Correo electrónico: Carme.Miralles@uab.cat; oriol.mar- proyecto CSO2010-18022 (subprograma GEOG). La pers-
quet@uab.cat pectiva territorial, social y medioambiental en las investi-
Los autores quieren agradecer los comentarios de los gaciones sobre movilidad y transporte. Un análisis desde
evaluadores que, sin ninguna duda, han incrementado la la geografía.
de redes (DUPUY, 1998), donde las ciudades y zado. Este análisis se arraiga en los trabajos
las aéreas metropolitanas no sólo se definen realizados por Jane Jacobs, (1961) en los
por una red, sino por una red de redes. años 1960 en Nueva York. Para ella la ciudad
es el resultado de la vida cotidiana que se da
Estas tradiciones en el pensamiento urbano su- en sus calles, en donde la mezcla de usos y la
brayan las dinámicas territoriales desde la ex- diversidad constituyen su patrimonio genético.
pansión y la extensión territorial, ahondado en Además para Jacobs las ciudades eran un
el incremento de distancias entre las distintas conglomerado de barrios con capitales socia-
funciones urbanas. A nivel de vida cotidiana les distintos, que requieren mantener la calle
esto significa aumentos de distancia y de tiem- tradicional, y con ella la vida de barrio y las
po de movilidad de los ciudadanos para reali- distancias cortas. Una línea de pensamiento
zar sus actividades cotidianas, especialmente que enraíza con el Nuevo urbanismo (DUANY,
los viajes casa-lugar de trabajo (CLARK & al., 1997; KATZ, 1994) y que desarrolla FLORIDA
2003). A nivel de planeamiento urbano y territo- (2002, 2005, 2008) en sus trabajos sobre crea-
rial estas dinámicas se han visto respaldadas tividad y espacio urbano. Ambos apuestan por
por los postulados apuntados por el Funciona- la proximidad y la calle tradicional como el nú-
lismo de principios de siglo XX (LE CORBUSIER, cleo de la vida urbana.
1924), siendo uno de los elementos más visi-
bles la fragmentación y la localización diferen- El reconocimiento de esta doble dinámica ur-
ciada de las actividades y la construcción de bana que se expresa, por un lado, a través de
infraestructuras viarias de gran capacidad los fenómenos de ampliación de la ciudad,
(FOSTER, 1981). En palabras de BERMAN (1988: ahondado en la separación entre actividades y
pp): funciones urbanas a través de las autopistas,
y por el otro, subrayando los procesos de con-
«durante veinte años, en todas las partes las ca- centración y de multifuncionalidad, muestra el
lles fueron abandonadas, pasivamente y con carácter multiescalar de la ciudad. Unas esca-
frecuencia destruidas directamente. El dinero y las territoriales que relacionan el barrio, la ciu-
las energías fueron encauzadas hacía las nue- dad y el área metropolitana (ATKINSON & al.,
vas autopistas… en el transcurso de una gene- 2009). En consecuencia, resulta imprescindi-
ración las calles que siempre había servido para ble integrar la perspectiva escalar en el análi-
expresar una modernidad dinámica y progresiva, sis territorial entre los espacios urbanos
vino a simbolizar algo sucio, desordenado, indo- (SALOM, 2010) para comprender mejor los fe-
lente, estancado y agotad». nómenos actuales.
Sin embargo varios autores han subrayado La introducción de la escala territorial permite
que, en contraposición a estos análisis, existe incorporar a los microterritorios, en relación a
una revisión crítica que permite apuntar otras espacios más amplios como la ciudad y las
dinámicas que complementan un fenómeno, el áreas metropolitanas, entendidas desde esta
metropolitano, que cada vez se formula bajo perspectiva de territorios relacionales (GOR-
geometrías más complejas y donde los polos MAN-MURRAY & WAITT, 2009) (UPRICHARD & al.,
de dinamismo se multiplican. Una de estas lí- 2009). Como apuntan AMIN & THRIFT (2002: 8):
neas críticas, y complementarias de los análi-
sis más tradicionales, es la que subraya las Los límites de la ciudad se han vuelto demasiado
dinámicas de proximidad urbana. Esta línea se permeables y extendidos tanto geográfica como
centra en el estudio de la intensidad de uso de socialmente para ser teorizados globalmente...
la ciudad cercana, con el objetivo de averiguar existe una amalgama de procesos a veces des-
en qué medida la población de un área urbana coyuntados y de heterogeneidad social, un sitio
recurre a su entorno más próximo para dar de conexiones cercanas y lejanas.
respuesta a sus necesidades. La presencia de
proximidad se ha vinculado siempre a entor-
nos urbanos compactos, puesto que la presen- 2. El barrio y los tiempos
cia de proximidad requiere de unas caracterís- de los desplazamiento
ticas morfológicas determinadas que permitan
tener el máximo de destinos potenciales, lo Los tiempos de los desplazamientos, y con
más cerca posible. ellos los medios de transporte utilizados, per-
miten valorar y medir el carácter multiescalar
Estas dinámicas de proximidad favorecen la del fenómeno metropolitano. Mientras las es-
aglomeración espacial de las actividades, calas macro requieren tiempos de viaje largos
mantienen un uso intensivo del espacio y si- y la utilización ineludible de los medios de
guen exigiendo el contacto directo y personali- transporte mecánicos, sean públicos o priva-
dos, los desplazamientos a nivel de barrio son, medioambiental ha irrumpido con fuerza (VI-
mayoritariamente, andando y sus tiempos no GAR , 2002). Revalorizando los medios de
exceden los 20 minutos (SIMONSEN, 2004; MI- transporte menos contaminantes, el caminar
RALLES-GUASCH, 2011). Desde esta perspecti- entre ellos.
va, el tiempo de desplazamiento no es sólo un
valor cuantitativo, medido en minutos y horas,
es también un indicador de la estructura de la 3. Proximidad y movilidad
ciudad, y permite evaluar los niveles de proxi- cotidiana en la ciudad
midad física que la realidad urbana puede
ofrecer a sus ciudadanos. El análisis de las movilidades, con un amplio
rango de categorías de conexión, distancia y
Sin embargo, el tiempo de desplazamiento ha medio de transporte, se ha transformado con
sido, tradicionalmente, analizado desde una la incursión de las ciencias sociales y sus mé-
perspectiva economicista, relacionado exclusi- todos de trabajo (S HELLER & U RRY , 2006;
vamente con su valor monetario (L YONS & URRY, 2007). Aquí se focaliza el análisis en los
U RRY , 2005; B ANISTER , 2011). Desde esta desplazamientos cortos, de menos de diez mi-
perspectiva, el ahorro dependía de los incre- nutos, y en los microdesplazamientos, de me-
mentos de velocidad, originados por los distin- nos de cinco, pues son estos tiempos de viaje
tos medios de transporte mecánicos y por la los que permiten analizar las dinámicas de
construcción de nuevas infraestructuras. En proximidad en un espacio urbano con caracte-
este relato unidireccional se excluye el vector rísticas metropolitanas. Aquí la proximidad,
espacial, y con él las distintas escalas territo- como valor urbano, se define por los desplaza-
riales que concurren en la dimensión social del mientos con tiempos mínimos, pues son estos
tiempo de desplazamiento. Esta relación entre los que pueden definir los espacios de la proxi-
tiempo de desplazamiento y escalas territoria- midad (BANISTER, 2011).
les se enlaza con las ideas de Massey (2005),
cuando argumenta que el tiempo y el espacio En las áreas metropolitanas, el análisis territo-
son interdependientes y no pueden entenderse rial se ha realizado, tradicionalmente, desde la
de forma aislada. Dependencia que provoca lo relaciones de lejanía subrayando los desplaza-
que LEFEBVRE (2004) conceptualiza como el mientos de las personas entre distintos munici-
ritmo de la ciudad. pios, entre centros y periferias o incluso entre
estas. Los conceptos como autocontención
Muchos estudios demuestran que el tiempo municipal, que, por defecto, hacen referencia a
medio total de desplazamiento por persona a las personas que trabajan fuera del municipio
lo largo de una jornada se ha mantenido esta- de residencia, o los análisis de los límites de
ble, alrededor de unos 90 minutos diarios los mercados de trabajo, relacionando los luga-
(SCHAFER, 1998). Y eso a pesar de que, las res de trabajo y los de residencia (MIRALLES-
distancias a ciertas actividades, mayoritaria- GUASCH, 2011), han subrayado los fenómenos
mente al trabajo, se han incrementado por la de dispersión metropolitana y en consecuencia
localización de los polígonos industriales en la ampliación de la ciudad real. Subrayando el
las periferias de las ciudades (C ASS & al., incremento de la distancia y el aumento del
2005). De ello se puede deducir que, si los to- tiempo de desplazamiento y, por tanto, una
tales de tiempo de desplazamiento se han pérdida de tiempo personal. En estos espacios,
mantenido estables, a pesar de que algunos donde precisamente ciertos desplazamientos
de los recorridos diarios han incrementado su son grandes consumidores de tiempo, es don-
tiempo, en otros han tenido que disminuir. De de se fortalecen también los movimientos mi-
ahí que se estén revalorizando aquellos mo- cro, los que utilizan poco tiempo y se desarro-
dos de transporte que consumen menos tiem- llan andando. Un buen ejemplo de ello son las
po, como es el caminar (DFT, 2005; 2006; estrategias de proximidad que se dan en ciuda-
TFL, 2007) y aquellas escalas territoriales que des donde los tiempos de desplazamiento coti-
permiten estos movimientos, como el barrio, diano son muy largos, pues la media para lle-
que apuestan por la proximidad. gar al trabajo alcanza los 90 minutos diarios,
como es la ciudad de Sao Paulo (Brasil):
Y aunque algunos críticos mantienen que aún
son poco relevantes, e incluso marginales, las la población busca vivir más cerca de los lugares
políticas públicas que tienen en el caminar uno de trabajo para evitar el tránsito. Ella practica
de sus objetivos prioritarios. Lo que sí es cierto intuitivamente el concepto del «Nuevo urbanis-
es que las políticas locales sobre transporte y mo», con barrios multifuncionales, contrarios a la
movilidad han ido cambiando en los últimos idea moderna de las áreas dedicadas a una sola
años, especialmente cuando el discurso actividad (LAFER & SERVA, 2012).
La proximidad esta pues vinculada a los des- En términos de renta existen también diferen-
plazamientos personales y como tal, se en- cias relevantes. La media de la ciudad estaba
cuentra más presente en periodos en que se situada en 2005 en 16.660 euros anuales,
realizan estas actividades. Así, mientras las pero los extremos los marcaban el distrito de
horas punta de entrada al trabajo los desplaza- Nou Barris con 11.337 euros/año y Sarrià con
mientos de proximidad conforman sólo un 17% unos ingresos de 29.599 euros anuales.
del total, en los horarios de salida del trabajo
(entre las 17 y las 20 horas) los desplazamien- Los valores de densidad y renta podrían ser a
tos cortos llegan a representar hasta un 35% priori factores explicativos de la presencia o
del total. intensidad de las dinámicas de proximidad. Es-
tudios como los de CERVERO (1996) o NAESS
(1993) inciden en la importancia de la variable
5.2. Los desplazamientos renta mientras que el estudio de NEWMANN &
de proximidad dentro del KENWORTHY (1989) se centra en la variable
densidad como factor explicativo de la movili-
contexto de la unidad vecinal dad. En el caso de Barcelona como se verá,
las dos variables influyen de forma desigual.
La organización administrativa de Barcelona
divide la ciudad en 10 distritos con caracterís-
ticas de renta y densidad diferentes. La ciudad
en su conjunto, con una densidad media cer- 3.1. Proximidad y
cana a los 16.000 habitantes por km2 se sitúa microdesplazamientos por
muy por encima de otras grandes ciudades distritos en Barcelona
como Londres (4.542 hab/km 2), o Madrid
(5.208 hab/km2) y casi al nivel de otras como Las características de los desplazamientos no
París (20.980 /km2. Esto se debe, por una par- se distribuyen por igual en todos los distritos.
te a la tradición urbana de la ciudad represen- Así, aunque el término municipal de Barcelona
conforma una ciudad compacta sin grandes zan el ámbito cercano de la ciudad se encuen-
diferencias de accesibilidad o dotación de tran Horta-Guinardó (14 %) o Sarriá (14.8%),
equipamientos entre sus distritos, sí que se entre los casos destacados.
observan ligeras variaciones entre las dinámi-
cas de proximidad en cada uno de los distritos Entre los distritos mencionados con más tra-
(ver FIG. 2). yectos cortos se encuentran características
morfológicas y de renta muy desiguales: Sant
De las distintas variables analizadas, el tiempo Andreu tiene un centro histórico de finales del
de desplazamiento medio no es un buen indi- s.XIX y principios del s. XX; Nou Barris, creció
cador ya que la combinación de diferentes con la edificación desarrollista de los años 60
transportes con velocidades desiguales puede del siglo XX y es uno de los distritos con la
generar valores erráticos. El análisis de los mi- renta más baja de Barcelona; finalmente Les
crodesplazamientos en cambio da mejores re- Corts es uno de los distritos más ricos de la
sultados ya que indica cómo se distribuyen los ciudad y en el que el 12% de su superficie se
desplazamientos dentro del ámbito más cerca- dedica a urbanización residencial dispersa. Es-
no a la residencia del individuo. tas morfologías tan diversas entre los barrios
con mayor uso de la proximidad indica que no
La primera conclusión destacable es que no hay un solo modelo de ciudad válido para pro-
existen, en términos numéricos, grandes dife- mover la proximidad, sino que esta la puede
rencias entre las distintas partes de la ciudad generar ámbitos muy diversos.
en cuanto a microdesplazamientos. El esfuer-
zo de los ayuntamientos democráticos en las Por contra, si que parece existir una relación
últimas dos décadas del siglo XX en superar entre intensidad de uso del barrio cercano y su
los déficits urbanísticos del municipio y la es- disposición geográfica y funcional dentro del
casez en la dotación de servicios de algunas conjunto de la ciudad. Paradójicamente, no
zonas de la ciudad, ha hecho que no se apre- son los distritos más céntricos los que tienen
cien grandes desigualdades en la distribución mayor proximidad, sino tres de los más perifé-
de las dotaciones comerciales o los equipa- ricos. También los dos con menos microdes-
mientos. Esto conforma una ciudad más o me- plazamientos son periféricos (Horta y Sarrià).
nos homogénea en la que las dinámicas de Esta polarización implica que en las localiza-
barrio, o de proximidad son igualmente posi- ciones periféricas se dan las características
bles en todos sus distritos. adecuadas para el establecimiento de dinámi-
cas de proximidad: valores altos de densidad
Entre los distritos con una mayor frecuencia de de población y diversidad de usos del suelo
microdesplazamientos estan los de Nou Barris (CERVERO & KOCKELMAN, 1997). Es en estos
(17.9%), Les Corts (17.8%) o Sant Andreu distritos periféricos donde se tiene que recorrer
(17.4%), mientras que en los que menos utili- una mayor distancia hasta el centro de la ciu-
dad y por tanto los centros de barrio se erigen En el caso de Barcelona, pues, el nivel de in-
como centralidades con una mayor frecuencia gresos es un factor que no parece influir de
de uso. Allí donde estas no consiguen satisfa- forma determinante en cuanto a la utilización
cer las necesidades básicas, o la morfología del barrio cercano o, lo que es lo mismo, a la
urbana no permite un desplazamiento corto generación de proximidad. Pero esta variable
para satisfacerlas, la población tiene que des- sí interviene en la elección del modo de trans-
plazarse mayores distancias, hasta el centro porte con el que se hace el micro viaje, en la
más cercano con lo que el uso de los despla- medida que se tiene, o no, disponibilidad de
zamientos cortos es menor (caso de Horta o vehículo privado.
Sarrià).
8. Bibliografía
AMIN, A. & N. THRIFT (2002): Cities: Reimagining the DUPUY, G. (1998): El urbanismo de las redes. Teo-
Urban, Polity Press, Cambridge. rías y Métodos. Barcelona, Oikos Thau.
ASCHER, F. (1995): Métapolis ou l’avenir des villes. DURAN, M. A. (2007): El valor del tiempo ¿cuántas
Editions Odile Jacob, París. horas te faltan al día? Madrid. Espasa Calpe.
ATKINSON, R. & R. DOWLING & P. M. MCGUIRK (2009): FLORIDA, R. (2002): The Rise of the Creative Class.
«Guest editorial» en Environment and Planning And How It’s Transforming Work, Leisure and
A, 41: 2816-2822. Everyday Life. Basic Books, New York.
ATM (2006): Encuesta movilidad cotidiana 2006 — (2005): Cities and the Creative Class, Routledge,
PTOP. Generalitat de Catalunya. London.
BANISTER, D. (2011): «The trilogy of distance, speed — (2008): Who’s your city? How the creative eco-
and time» Journal of Transport Geography, 19(4), nomy is making where to live the most important
950-959. decision of your life, Basic Books, New York.
Berman, M. (1989): Todo lo sólido se desvanece en FOSTER, M. S. (1981): From Streetcar to super-
el aire. Siglo XXI, Madrid. highway: American city planners and urban trans-
BENAITO VILLAGARCÍA, J. (2000) «La mejora de la ac- portation 1900-1940, Temple University Press,
cesibilidad en Donostia-San Sebastián» Boletín Philadelphia.
CF+S, 15. GARREAU, J. (1991): Edge City: Life on the New
Burton, E. (2001) «The compact city and social justi- Frontier , Doubleday, New York.
ce», paper presented to the Housing Studies As- GETIS, A. (1969): «Residential location and the jour-
sociation Spring Conference, Housing, Environ- ney to work», en Proceedings, Association of
ment and Sustainability, University of York, 18-19 American Geographers, 1: 55–59.
April. GOLBERG, D. (1999): «Covering urban sprawl. Re-
CASS, N. & E. SHOVE & J. URRY (2005): «Social ex- thinking the American dream». en RTNDF. Envi-
clusion, mobility and access», en The Sociologi- ronmental Journalism Center.
cal Review, 53(3): 539-555. GORDON, P. & A. KUMAR & H. W. RICHARDSON (1989):
CEBOLLADA, À. (2009): «Mobility and labour market «The influence of metropolitan spatial structure
exclusion in the Barcelona metropolitan region», on commuting time». In Journal of Urban Econo-
en Journal of Transport Geography, 17(3): 226- mics, 26(2): 138-151.
233. GORMAN-MURRAY, A. & G. WAITT (2009): «Queer-
CERVERO, R. (1996): «Jobs-housing balancing revisi- friendly neighbourhoods: interrogating social co-
ted», en Journal of the American Planning Asso- hesion across sexual difference in two Australian
ciation, 62(4): 492-511. neighbourhoods» In Environment and Planning A,
— & K. KOCKELMAN (1997): «Travel demand and the 41: 2855 - 2873.
3Ds: Density, diversity, and design». Transporta- GREGORY, D. (2002): Urban Sprawl. Causes, conse-
tion Research Part D: Transport and Environ- quences & policy responses. Urban Institute
ment, 2(3), 199-219. Press. Washington.
CICCONE, A. & R. E. HALL (1996) «Productivity and INDOVINA, F. (1998): «Algunes consideracions sobre
the density of economic activity» American Eco- la ciutat difusa». en Documents D’analisis Geo-
nomic Review, 86 (1): 54-70, NBER, Cambridge, gráfica, 33.: 21-32.
MA. INGOLD, T. (2000): The perception of the environ-
CLARK, W. & Y. HUANGB & S. WITHERSC (2003): ment: essays in livelihood, dwelling and skill:
«Does commuting distance matter? Commuting Routledge,. London and New York.
tolerance and residential change», en Regional JACOBS, J. (1961): Life and death of great American
Science and Urban Economics, 33: 199–221. cities. J Cape, London.
DEPARTMENT FOR TRANSPORT: (DFT) (¿AÑO?): «An- KATZ, P. & V. J. SCULLY & T. W. BRESSI (1994): The
nual report and accounts ». UK The Stationery new urbanism: Toward an architecture of commu-
Office, London. nity. McGraw-Hill. New York.
DUANY, A. (1997): «Urban o suburban?», en Harvard KOHR, L. (1976): City of a man: The Duke of Buen
Design magazine. Winter/ Spring: 47-63. Consejo. Universidad de Puerto Rico.
LAFER FRANKEL, A. & L. SERVA (2012) Como vive rem OECD (2012) Compact City Policies: A Comparative
Sao Paulo sem carro. Ipsis Grafica editora. Sao Assessment. OECD Green Growth Studies,
Paulo. OECD Publishing.
LE CORBUSIER (2001): La ciudad del futuro (4a ed.). OMMEREN, J. N. VAN & P. RIETVELD & P. NIJKAMP
prólogo de R. CONVERTI Buenos Aires, Infinito. (1997): «Commuting in search of jobs and resi-
LEFEBVRE, H. (2004): Rhythm analysis: Space, Time dences» en Journal of Urban Economics, 42:
and Everyday Life. Continuum, London. 402–421.
LONGO, T. (1992): «La citta sconfinata» en , E. SAL- SALOM, J. (2010): El territorio, escalas y estrategias
ZANO (ed) La città sostenibile. La terza, Roma. en Territorio, paisaje y sostenibilidad. Un mundo
LYONS, G. & J, URRY (2005): «Travel time use in the cambiante: 113-136, Ediciones Serbal. Barcelona.
information age» en Transportation Research SANZ, A. (1998): La ciudad a pie: un programa para
Part A, 39: 257 - 276. recuperar las urbes. Ciudades más sostenible.,
MASSEY, D. B. (2005): For space. SAGE Publications Instituto Juan de Herrera, ed. Madrid.
Ltd. London. — (2009). Viandantes y ciclistas: Atravesando la
MÉNDEZ, R. (2009): «Procesos recientes en regiones cortina de humo verde. Ingeniería y Territorio,
metropolitanas. Transformaciones económicas y (86), 50-57.
reorganización territorial. Algunas interpretacio- SCHAFER, A. (1998): «The global demand for motori-
nes y debates in La perspectiva geográfica ante zed mobility» en Transportation Research Part A:
los retos de la sociedad y el medioambiente en el Policy and Practice, 32(6): 455-477.
contexto Ibérico» en Ponencias del XI Coloquio SHELLER, M, & J. URRY (2006): «The new mobilities
Ibérico de Geografía. Alcalá de Henares-Pastra- paradigm». Environment and Planning A, 38(2):
na, octubre 2008. UAH, Madrid. 207 - 226.
MIDDLETON, J. (2009): «Stepping in time: walking, SIMONSEN, K. (2004), «Spatiality, temporality and the
time, and space in the city» en Environment and construction of the city», in. J.O. BÆRENHOLDT &
Planning A, 41: 1943- 1961. K SIMONSEN (Eds.) Space Odysseys: Spatiality
MIRALLES-GUASCH, C. (2002): Ciudad y transporte: El and Social Relations in the 21st Century: 43-62,
binomio imperfecto. Ariel, Barcelona. Ashgate, Aldershot, Hants.
— (2011) «Dinámicas metropolitanas y tiempos de SOLNIT, R. (2002): Wanderlust: A history of walking.
la movilidad. La región metropolitana de Barcelo- Verso, London.
na, como ejemplo». Anales de Geografía vol. 31, TFL (2007): «Transport for London. London travel
núm. 1 125-145. report. Annual report» disponible en: http://www.
— & À. CEBOLLADA (2009): «Movilidad cotidiana y tfl.gov.uk/assets/downloads/corporate/London-
sostenibilidad, una interpretación desde la geo- Travel-Report-2007-final.pdf
grafía humana» en Boletín de la AGE, 50: 193- UITP (2005): « Mejorar la calidad de vida. Una mejor
216. movilidad para todos en el mundo». Unión Inter-
MIRALLES-GUASCH, C. & A. TULLA (2012) La región nacional del transporte público. Bruselas. Dispo-
metropolitana de Barcelona. Dinámicas territoria- nible en: http://www.uitp.org/SD/pics/2005/SR-
les recientes. En Boletín de la Asociación de Geó- complet-es.pdf
grafos Españoles, 58: 299-318. UPRICHARD, E. & R. BURROWS & S. PARKER (2009):
MUÑOZ, F. (2008): Urbanalización. Paisajes comu- «Geodemographic code and the production of
nes, lugares globales. Gustavo Gili, Barcelona. space» en Environment and Planning A, 41: 2823
NAESS, P. (1993): «Transportation energy in Swedish - 2835.
towns and regions» en Scandinavian Housing URRY, J. (2007): Mobilities. Polity Press, Bodman.
and Planning Research, 10(4): 187-206. VIGAR, G. (2002): The politics of mobility: Transport,
NEL.LO, O. (2001): Ciutat de ciutats. Empúries, Bar- the environment and public policy, Spon Press .
celona. London.
NEWMAN, P. & J. R. KENWORTHY (1989): Cities and WATTS, L. & J, URRY (2008): «Moving methods, tra-
Automobile Dependence An International Source- velling times» en Environment and Planning D:
book. Gower, Aldershot. Society and Space, 26(5): 860 - 874.