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54 Dimensiones fundamentales de la existencia...

Ser hombre significa ser con los demás 55


un dato espontáneo que se verifica en un determinado punto del
desarrollo, en medida más o menos igual paia todos los indivi- 1.1 niño que no ha experimentado un amor afectivo no s ó l o no llega
duos de la especie, algo así como el crecimiento del cabello en la •I madurar en sus sentimientos, sino que cae en la neurosis; esa neu-
rosis está caracterizada por una profunda incertidumbre de sentimiento,
cabeza o el despertarse del instinto sexual en la pubertad. En por un profundo complejo de inferioridad y por la imposbilidad de
conformidad con la estructura intencional de la conciencia humana, ordenarse a los d e m á s y de vivir en contacto con ellos. Esos efectos
de la que hemos tenido ocasión de hablar anttjriormente, el hom- von más graves y m á s profundos en la medida en que m á s ha faltado
rl amor afectivo y m á s joven ha sido la edad de ese niño falto de ca-
bre se percibe a sí mismo al salir fuera de sí, eh el contacto con el riño 5 8 .
otro.'Por eso se percibe a sí mismo como persona, como ser de
bondad y libertad, cuando el otro lo trata cohno tal. A través de
la palabra de amor y del lenguaje de amor d^ otra persona par» SI cjuisiéramos ilustrar la importancia del amor afectivo y
con él, el hombre toma conciencia de sí y de su propia dignida( tl»l «mor en general, podríamos recurrir también a la imagen ne-
humanal^' Cuando un niño es tratado como «alguien», especial- Mllvii: cí día en que un hombre o una mujer tienen la impresión
mente por sus propios padres y por las persogas de su ambiente, •I» i|m- lio hay nadie en el mundo que los aprecie, caen en la sen-
p o d r á percibirse a si mismo en esa misma dimensión. N o cabe da i " M de que el vacío absoluto invade su existencia. Muchos no
da de que todos los niños humanos son tratados en cierto mod( ' M I en disposición de soportar esa inutilidad y se sienten fuer-
como seres humanos y no como cosas. Pero hay inmensos gradoi •HiHMile tentados por la idea del suicidio.

en ello. Precisamente la falta de un amor intenso y profunda Así, pues, ser amados por otra persona debe ser considerado
hace ver cuál es la función del amor como tal en la afirmación cttiiiii una condición de base para la convivencia humana y so-
de la persona. | 'Ittl I ii capacidad de amar y de vivir el amor en la libertad del
Recibir amor, ser amado: para el niño p e q u e ñ o esto tienf itim lícpende del hecho de haber recibido un amor auténtico y
que hacerse a través de u n lenguaje adaptado ;a esa edad del hom »»»iíiiilcro. Como sigue observando A . Terruwe:
bre, esto es, a través del lenguaje de la afemotividad. U n amoi
verdadero y profundamente humano, pero que no queda re;, I :i afirmación, contenida en el amor afectivo, es por eso mismo el fun-
iliiinento de toda la existencia social del hombre; es ella la que da al
tringido al nivel objetivo, impersonal y platóinico, sino que se ex
hombre ser lo que es, y al darlo a sí mismo lo hace capaz de ser para
presa en toda la plenitud del lenguaje afectivo). ios d e m á s , de darse a los d e m á s s».
Se sabe, sobre la base de una larga experieincia, que la ausenci»
de verdadero amor en los primeros años de l a infancia, e incluw I M otras palabras, la relación interpersonal está marcada
más adelante, conduce no pocas veces a graives desequilibrios \ iHMiliiiiientalmente por la categoría «gracia».
profundas perturbaciones de la personalidad. L a mayor parh I I iiinor activo a los demás, no menos que el amor que se re-
de los inadaptados proceden de familias desunidas, donde M ' ' lie los demás, resulta indispensable para la realización del
vieron perturbadas las relaciones de amor (o fueron quizás in •iliic. Quizás todo amor que se recibe de otro incluye en sí
existentes.
'íi exigencia de la reciprocidad, como ha defendido M . N é -
Las observaciones empíricas han demostrado que incluso i • " N c . De todos modos es un hecho que precisamente en la
aspecto fisiológico y biológico del niño quedai turbado cuando l i"ii-.t¡i al amor y a las llamadas que el ser necesitado dirige a
es amado por los d e m á s sensible y afectivamCinte. M á s a ú n que ( •l'iiiás, es donde el hombre se desarrolla de verdad a sí mismo
leche el niño tiene necesidad de ser amado pcor los demás. i'ii a la madurez de su existencia humana. Escuchando y aco-
A. Terruwe ha subrayado que la neur-osis de frustración " l i i la llamada del otro (del pobre, del necesitado, de la per-
enormemente difundida en nuestro tiempo, tiene sus raíces m •>' íiinada...), el hombre se libera a sí mismo, desata las fuerzas
las distorsiones de la relación amorosa. Efeectivamente, mucliiu "l'iias que lleva dentro de sí y las pone al servicio del recono-
neurosis provienen de que el niño no ha reciibido la debida d n i iiio de los demás. L a experiencia demuestra que precisamente
de amor afectivo:

A. Terruwe, De lie/de bouwt een woning, Roermond mil, 31.


Ihid.
Cf. M . N é d o n c e l l e , Vers une philosophie de l'amour, Paris 1946, 13.

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