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Son esenciales porque sin ellos no se puede concebir una sociedad estatal.
Derivan de la definición del Estado: “Soc. Jerárquicamente organizada en vista del bien
público” o “Soc. Política soberana”
Buscan el bien público.
Negar estos caracteres, es negar la naturaleza del Estado.
Caracteres:
1) Personalidad moral: Agrupación organizada en vista de un fin a título eminente, persona moral.
2) Soberanía: Caracteriza al poder del Estado, afirma su superioridad jurídica sin aceptar
limitaciones a sus facultades o a su independencia dentro del territorio, todos los individuos se
encuentran subordinados.
*DUGUIT: Todos los elementos de la existencia del Estado son solidarios, rechazar alguno de los
caracteres es rechazar al propio Estado.
1) PERSONALIDAD MORAL DEL ESTADO: Para lograr llegar a una conclusión, se auxiliaron de la
Sociología y la Filosofía, aunque no todos los Sociólogos y Filósofos admiten esta personalidad.
Corrientes de doctrinas:
*Es una construcción mental, existe solo por los servicios que puede prestar, pero no corresponde
a la realidad existencial.
*La personalidad moral no corresponde ni a una realidad existente, ni a una construcción técnica
por lo que debe eliminarse como característica del Estado.
PROBLEMAS A RESOLVER:
¿Existe la personalidad moral como carácter del Estado? ¿De qué categoría es? ¿Construcción
técnica o realidad trascendente?
-Si el Estado no es realmente una persona, no podrá ser sujeto de derechos ni de obligaciones,
¿quién tendrá la titularidad de D. y O?
-Si la atribución de estos Derechos y Obligaciones es en virtud de una ficción, solo será provisional
e incierta y quedará fundada en las bases del utilitarismo.
-Si el Estado, es realmente una persona moral, nadie podrá discutir que tiene Derechos y
Obligaciones y tampoco podrá ser trasladados a otros.
*Al Estado como asociación también se le aplican las mismas ideas, México está formado por
mexicanos unidos entre sí, la voluntad de México es la voluntad de todos (o de la mayoría).
Cuando se habla de esta voluntad, tenemos que referirnos a la voluntad de las personas físicas
(gobernantes) no a la voluntad del Estado.
CONCLUSIÓN: Los partidarios de las teorías negativas, aceptan la personalidad moral del Estado,
no como algo real, sino como una ficción útil.
*Doctrinarios de la escuela de la Exégesis: Solo el legislador tiene poder para crear ficciones y
constituir la personalidad moral del Estado, por lo que esta personalidad surgirá gracias a una
FICCIÓN LEGAL. Existen incongruencias ya que todo el Derecho proviene del Estado y esta escuela
opina que la Ley es quien le da existencia al Estado, por lo que el Estado “no existe” y no puede
darse a sí mismo la ficción de la existencia. Es un círculo vicioso.
*Estos doctrinarios abandonan la explicación de la ficción legal y crean la FICCIÓN DOCTRINAL, que
dice que pertenece a la ciencia jurídica crear las verdades necesarias para la buena marcha de la
convivencia humana, entendiendo las ficciones como construcciones técnicas.
4) TEORÍA NEGATIVA DE SAVIGNY: Savigny fue de los primeros en formular la personalidad moral
del Estado como una ficción y fundó la Escuela Histórica.
*Exposición de la teoría hecha por Groppali: Las personas jurídicas o morales no pueden ser
sujetos de derechos porque no están dotados de conciencia y voluntad, sin embargo, reconocen la
utilidad práctica de la personalidad moral por lo que se le acepta para tutelar ciertos derechos de
grupos colectivos. Sin embargo su existencia es ficticia, pues son sujetos creados por las leyes, al
contrario de la existencia real y objetiva que tienen las personas físicas.
CONCLUSIÓN: La personalidad moral del Estado es creación de la técnica jurídica en virtud de las
ventajas teóricas y prácticas que de ello derivan.
5) TEORÍA NEGATIVA DE DUGUIT: Las ficciones deben ser desterradas del campo de la ciencia y
afirma que solo lo verdadero es útil, por lo que la personalidad moral puede ser superflua y
peligrosa, ya que no cuenta con un apoyo real.
-También decía que “El Estado es una pura abstracción y la realidad son los sujetos que ejercen el
poder estatal, quienes están sometidos a la acción del Derecho al igual que los demás individuos.
-Considera más acertado atribuir las actividades jurídicas a un fin y no a un sujeto.
CONCLUSIÓN: El error de esta doctrina es que busca desaparecer las nociones de “sujeto de
derecho” de “persona simple y pura” y todo derecho subjetivo.
También considera que es peligroso atribuir personalidad al Estado y derechos subjetivos a los
gobernantes ya que iría en contra del principio de la sumisión del Estado al Derecho.
*CONCLUSIÓN: La persona moral está dotada de conciencia y voluntad y el Estado actúa por
medio de sus órganos como cualquier persona física, estos órganos no son algo separado y distinto
al Estado, sino que constituyen una parte integrante de su esencia. (Son como los órganos que
sirve la persona física para actuar y manifestar su propia voluntad).
La persona moral aún cuando es realidad y no una ficción, no constituye una realidad física,
viviente, con vida propia y autónoma, como las personas físicas.
-La personalidad jurídica no es más que una máscara puesta sobre la personalidad moral o social
para darle estabilidad. Cualquier persona moral tiene derecho a ser considerada jurídica.
-El Estado tiene una personalidad moral real, que le corresponde como institución social y además
personalidad jurídica que se le atribuye por el Derecho.
10) CRÍTICAS DE LAS TEORÍAS NEGATIVAS DE LA PERSONALIDAD DEL ESTADO. Dabin afirmaba
que las teorías negativas tenían un doble error científico:
1) Ver al Estado como una simple suma de individuos: Si observamos, el Estado es más que eso
ya que existen más elementos que las actividades y los fines de los individuos. Existe también el
bien público y esto es lo que orienta las actividades particulares y da vida a una realidad nueva en
el orden moral, jurídico y sociológico.
No cabe confundir al Estado con personas físicas , ya que el hombre es individual por su origen y
por su destino y la formación Estatal llega a ser, por su naturaleza y destino, de índole social, no
individual, es un ente cultural y la persona humana es física/biológica.
2) Creer que no existe personalidad más que en los seres dotados de conciencia y voluntad: No
se pueden atribuir al Estado cualidades que pertenecen solo a personas físicas que si tienen
conciencia y voluntad como tal.
La CONCIENCIA COMÚN que atribuyen al Estado algunos pensadores como Durkheim y Rousseau,
es la CONCIENCIA DE CONTENIDO, la cual surge del conjunto de conciencias individuales, lo cual
no implica que la suma de estas conciencias individuales origine la creación de una conciencia
nueva, sino que cada individuo conserva la propia.
La personalidad moral al ser diferente de la persona física, tienen diferentes derechos, sin
embargo si tiene algunos de ellos: Derecho al honor, a la existencia y no solo derechos pecuniarios.
Aunque resulta absurdo hablar de Derechos de familia.
CONCLUSIÓN: Existen innegables diferencias entre ambas personas, esto no significa que se
niegue realidad a las personas morales, ni afirma que estas sean resultado de una ficción o
construcción de la técnica jurídica.
El Estado tiene personalidad moral como un hecho que se deriva de su naturaleza y por
consecuencia tiene personalidad jurídica, pues es sujeto de derechos y obligaciones.
12) EL ESTADO, PERSONA JURÍDICA: El Estado, al ser persona moral, también es persona jurídica.
- La personalidad moral, es conclusión de las Ciencias sociales, la jurídica es conclusión del jurista
que elabora D. positivo.
-Existen ocasiones que por razones prácticas, la teoría jurídica otorga o concede personalidad a
determinadas agrupaciones, sin embargo, cuando existe la personalidad moral como hecho social,
el Derecho debe reconocer su personalidad jurídica.
-Esta personalidad jurídica no acepta grados como la personalidad moral, su calidad es la misma;
el ser sujeto de derechos no implica grados en ese aspecto.
*pública(actos de gobierno que representan al país, se toma la decisión en base a una sesión).
*privada( también pueden ser funciones de gobierno pero la decisión no es tomada en sesión,
puedes decidir por ti mismo).
El Estado puede obrar como gobierno o actuando en el dominio privado, siendo el mismo sujeto.
Lo que constituye la unidad de la persona del Estado es la unidad de su fin. Y, por tanto, los actos
en que en un grado cualquiera, directa o indirectamente, se refieren a ese fin son atribuibles a una
sola persona.
Estos límites son establecidos por el Derecho, al cual el Estado se encuentra sujeto y al que no
puede renunciar. Este Derecho que da estructura al Estado es el Derecho público. La soberanía
queda limitada a la esfera de competencia del poder estatal.
Estado sin poder soberano es inconcebible, y un Estado con poder soberano que no esté sometido
al Derecho, no es tal Estado, sino un simple fenómeno de fuerza.
Una norma positiva de la soberanía. Esta norma positiva consiste en la realización del bien público,
un programa en sus diversos elementos de orden y de ayuda materiales y morales.
2. Manifestaciones de la soberanía
Esta organización estatal se efectúa por el Derecho Constitucional y por el Derecho Administrativo,
cuyas normas son elaboradas por el mismo Estado, por medio de sus órganos adecuados.
Una vez organizado el poder público. la soberanía se manifiesta por medio de la actividad de este
poder, enfocada hacia la obtención del bien público, por medio de la verificación de las funciones
legislativa, administrativa y judicial que le corresponden, y que tienen como contenido la
realización de todo lo necesario para' obtener la finalidad del Estado.
Tiene que sujetar su actividad el Estado a los cánones de la moral. El respeto de la regla moral se
impone tanto al Estado como a los particulares.
Pero ese derecho del Estado le hace tener, en forma correlativa un deber que denominan los
moralistas de justicia distributiva, que consiste, como lo indica el calificativo, en distribuir en
forma equitativa entre los ciudadanos esas cargas, esos deberes. El Estado debe atribuírselos en
forma proporcional, de acuerdo con las diferentes posibilidades de los ciudadanos.
4. Control de la soberanía
Estos límites a la soberanía solo pueden precisarse como principios generales, porque al momento
de su aplicación concreta no pueden determinarse de manera absoluta y por tanto nace el
problema de la determinación de las facultades del Estado soberano.
Surge el problema de fijar qué autoridad debe tener facultades para fijar esa competencia, en vista
de los casos concretos. El problema de decidir quién puede calificar si su actuación es correcta, si
la actuación de la soberanía ha tenido dentro de la esfera enmarcada por esos límites.
La opinión pública, que pueden manifestarse en el sentido de crítica cuando la soberanía rebase
los moldes que le corresponden legítimamente. Pero, aparte de esa crítica, ¿qué posibilidad puede
existir de controlar el poder soberano, de obligar al Estado a que se sujete a los límites que se han
señalado a su soberanía?
5. Control supranacional
Esta solución no es aceptable, no sólo porque entraña, graves defectos para su aplicación práctica,
sino que exagerando la competencia de estos organismos internacionales, se les atribuyeran
facultades para inmiscuirse dentro del terreno propio de la soberanía, en la esfera interna, se
llegaría a comprometer gravemente la independencia de los Estados, e incluso se llegaría a
desvirtuar la esencia misma de ese poder soberano que, sería poner la actuación de otros poderes
dentro del campo propio de su competencia particular.
6. Controles internos
Sistemas de naturaleza política y otros de naturaleza jurídica, o bien, sistemas que reúnen ambas
cualidades, que combinan la naturaleza jurídica con la política.
Uno de ellos, de naturaleza política, consiste en atribuir a los ciudadanos, ese control, haciendo
responsables ante ellos a los gobernantes.
En forma inorgánica, este sistema carece de efectividad. Tiene vías de efectividad cuando esa
responsabilidad puede traducirse en determinadas sanciones. Ejemplo: no reelección.
Existe también el sistema legislativo del referéndum, o sea, que la aceptación popular proporcione
efectividad a las leyes, en que estas se someten a la aprobación del pueblo para que puedan
entrar en vigor.
7. Control derivado de la distribución de la soberanía
Otro sistema consiste en limitar al poder no concentrándolo en un solo órgano, sino repartiendo
su ejercicio entre varios. Es lo que conocemos como división de poderes con la existencia de
parlamentos o cuerpos legislativos, con órganos ejecutivos y con el poder jurisdiccional.
En México, aparte de este sistema de reparto del poder atribuyéndolo a varios órganos, existe un
control jurisdiccional: el "juicio de amparo", cuya función se refiere a confrontar aquellos actos de
los gobernantes que no se ajusten a las leyes, e incluso a la confrontación de estas mismas, de las
leyes, con las normas supremas en jerarquía, que son las constitucionales.
El sistema jurisdiccional es incompleto, pues sólo conoce de los actos positivos y no de las
omisiones. Se puede controlar una ley, una actividad; pero no puede controlarse una abstención
de los gobernantes. Ejemplo: no elaborar una ley necesaria o no realizar un acto concreto que
reclame el bien público.
Uno de sus inconvenientes es que no existe la suficiente elasticidad que debe caracterizar a la
actividad estatal en la obtención del bien público, en todas sus decisiones, por el hecho de ser
jurisdiccionales, tienen que basarse en normas jurídicas positivas.
Por otra parte, existe el peligro de que al convertirse un órgano jurisdiccional en vigilante de la
actuación de otros poderes, vea elevada su jerarquía de tal suerte, que cree un desnivel político en
su favor, y en esta forma elimine las ventajas inherentes a la distribución de la soberanía entre
varios órganos.
No existe un sistema de control perfecto puesto que: ¿Quién controla al controlador? Significa
esto que en la cúspide del sistema hay un órgano que no puede ser controlado sin la creación de
una serie sucesiva interminable de nuevos controles.
Por ello, tiene que admitirse que existe determinada autolimitación del Estado, puesto que
siempre un órgano del Estado es el que tiene a su cargo controlar la actuación de los demás.
Si por Derecho se entiende una norma superior que se imponga al Estado, norma superior que se
deriva del Derecho natural, sea una regla de Derecho, o bien, provenga esa norma del bien
público, sin lugar a dudas afirmamos que el Estado está sometido al Derecho.
Pero si por ese orden jurídico se entiende una regla jurídica positiva, cuya aplicación se confía a un
juez y su ejecución a un policía, entonces la sumisión del Estado al Derecho sólo es imperfecta y
relativa, por la posibilidad que tiene el orden jurídico de ser violado por estar constituido por
normas de conducta, no por leyes naturales.
Además, la imperfección proviene también de que necesariamente es el propio Estado quien tiene
que controlarse a sí mismo.
En último término, si la actuación del Estado sigue siendo arbitraria, sigue siendo despótica, existe
una solución última, que es el derecho a la resistencia. La libertad de expresión del pensamiento,
las manifestaciones públicas, el sufragio, se señalan también como posibles controles del poder;
pero tampoco son decisivos y, por ello, en último término, se invoca el derecho a la resistencia,
que puede ser pasiva, o bien, puede ser activa, si la arbitrariedad es grave.
El derecho a la resistencia se justifica en cuanto tienda a conservar al Estado como una institución,
rectamente organizada, en cuanto tienda a mantener al Estado dentro del terreno de su misión
específica.
El Estado sí tiene voluntad, y esa voluntad se constituye por la que corresponde a las personas
físicas encargadas de realizar las actividades estatales ejercitando la soberanía, esto es, los
gobernantes.
Los actos de los gobernantes en el ejercicio de la soberanía, no son actos que se consideran
individuales, sino actos del Estado.
La actividad del Estado se manifiesta o se ostenta por medio de la actuación de sus gobernantes
que actúan formando parte de estructuras del Estado que se llaman órganos.
Los órganos son los que tienen la misión de llevar a cabo su actividad, de realizar los actos
estatales. Estos órganos en su conjunto integran el gobierno y la administración del Estado.
Órganos inmediatos: En el Estado existen, de manera necesaria, unos órganos cuya naturaleza es
de tal orden, que determinan la existencia del Estado, matizando con ese cariz a las organizaciones
sociales que los posean. La actividad del Estado sólo puede tener lugar, sólo puede manifestarse
por medio de ellos, por medio de estos órganos inmediatos. Un órgano inmediato puede estar
formado por un solo individuo, cuando reúna en sí mismo todo el poder del Estado, con exclusión
de otras personas. Ejemplo: los absolutas.
- Creadores: Órgano creador que da origen a otro órgano. Ejemplo: Poder Judicial.
- Creados: Órgano creado. Ejemplo: Suprema Corte de Justicia de la Nación.
- Primarios: Exterioriza su voluntad por medio de su representante. Ejemplo: voluntad del pueblo.
- Secundarios: Representa al primario. Ejemplo: órganos legislativos.
- Dependientes: Necesitan de la colaboración de otro órgano del Estado para exteriorizar su
voluntad. Ejemplo: las leyes emanadas del Legislativo tienen que ser promulgadas, y tienen que
ser dadas a conocer por el Ejecutivo.
- Independientes: No necesitan de otro órgano para desarrollar su actividad. Ejemplo: Ejecutivo en
su función administrativa.
- Normales: Existen siempre en la estructura del Estado, para su funcionamiento regular. Ejemplo:
Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
- Extraordinarios: Únicamente existen cuando se requiere su funcionamiento por la existencia de
determinadas circunstancias, anormales, dentro de la vida del Estado.
Los órganos inmediatos presentan una característica fundamental, y es que no están sometidos al
poder de mando de otro órgano en el ejercicio pleno de las funciones que les son propias. Es decir,
que en este sentido de no encontrarse subordinados al poder de mando de otro órgano dentro del
Estado, son completamente independientes.
Las relaciones entre los órganos dependientes y los independientes no ofrecen ningún problema,
pues su estructura misma es la que las establece y las define.
En cambio, cuando se trata de relaciones de órganos independientes entre si, entonces hay que
precisar los límites de cada uno para que no haya interferencia entre sus respectivas esferas de
acción y para que no exista lucha política entre los mismos. Los órganos inmediatos característicos
del Estado moderno, son el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
Pero teniendo la soberanía repartida, conservándose la independencia no sólo teórica, sino real,
de los órganos del Estado, se asegura el mejor ejercicio del poder, el mejor desarrollo de la
soberanía, y con ello no se destruye la unidad del Estado.
El órgano, como tal, no posee personalidad alguna frente al Estado. No existen dos
personalidades: la del Estado y la del órgano, entre las cuales pueda darse una relación de
Derecho una relación jurídica, sino que Estado y órgano forman una sola unidad.
No es posible colocar al Estado frente a sus órganos, porque, si se elimina a éstos del Estado
desaparece éste al desaparecer su estructura jurídica. El Estado no representa a sus órganos, sino
que los lleva dentro de sí, constituyéndolo.
Pero los órganos no son personas. Únicamente el Estado tiene personalidad jurídica y los órganos
participan de esa personalidad dentro de esa particular esfera de competencia. Las cuestiones
jurídicas que se plantean entre los órganos son problemas de competencia que existen dentro de
la personalidad única del Estado.
El orden jurídico se encarga de precisar la estructura de los órganos y definir los derechos y las
obligaciones de las personas físicas, a quienes se atribuye la titularidad de sus funciones.
Estos titulares no se confunden con el órgano mismo cuyas funciones desarrollan. El Estado y el
titular de sus órganos constituyen, ellos sí, personalidades separadas entre las cuales puede existir
una pluralidad de relaciones jurídicas.
Esta separación del titular y del órgano, también sirve para precisar que los derechos y deberes de
los titulares no les corresponden como parte integrante de su personalidad física aislada, sino que
les son atribuidos en cuanto son funcionarios del Estado y están ligados con éste, lo que significa
que su actuación como titulares de los órganos del Estado no será independiente, sino que
permanecerá unida a la vida del Estado, en razón de esa titularidad que los vincula.
Para evitar las interferencias de la actividad de un órgano en otros, es preciso que los órganos del
Estado sean coordinados y unificados. Esta coordinación y unificación se obtiene por medio de dos
instituciones: la competencia y la jerarquía.
Puede decirse que la jerarquía, es la sumisión de una voluntad a otra voluntad. No se concibe un
Estado sin jerarquía, ni ésta sin obediencia. La jerarquía significa la obediencia de una autoridad
respecto de otra de grado superior. Por encima de todas está la autoridad suprema.
La jerarquía implica la existencia de un vínculo que ligue en forma escalonada a los órganos del
Estado, estableciendo la obediencia de los órganos inferiores respecto de los órganos superiores,
que hacen valer su supremacía por medio de órdenes y por medio de la vigilancia de, la autoridad
de los órganos inferiores.
El superior puede incluso controlar la actividad de los inferiores por medio de la anulación o de la
reforma de los actos de éstos que sean ilegítimos siendo éste el fundamento del recurso de
revisión jerárquica.
Además, el órgano superior puede resolver los conflictos de competencia que surjan entre
órganos inferiores. De este modo, la jerarquía cumple su papel de coordinadora y ordenadora de
la actividad de los órganos estatales.
Vemos, por tanto, que el sistema mexicano excluye de responsabilidad al órgano inferior que
actúa en obediencia de una orden de su superior jerárquico, aun cuando la ejecución de ese
mandato constituya un delito, pero sujetándola a dos condiciones enteramente justificadas y
racionales: que no sea notorio, es decir, al alcance del común de las gentes, que esa orden entrañe
una violación de la ley penal, y que no se pruebe que el acusado conocía que se trataba de una
actuación delictuosa.
En consecuencia, el deber de obediencia que se deriva del principio de jerarquía tiene sus límites;
no es absoluto. El inferior no sólo no está obligado a la obediencia cuando notoriamente la orden
ocasiona la perpetración de un delito, sino que si lo hace, si a pesar de todo la ejecuta, incurre en
responsabilidad penal, si es que concurren las circunstancias que hemos visto fija la legislación
penal.
CAPÍTULO 28: FUNCIONES DEL ESTADO
En la vida del Estado, tiene que haber determinadas manifestaciones de actividad imprescindibles,
que si desaparecen se destruye la vida misma del Estado, pues a través de esas funciones se puede
llegar a realizar los fines que lo originan y justifican.
1) CLASIFICACIÓN DE LAS FUNCIONES DEL ESTADO: Para poder realizar sus fines, el Estado tiene
que actuar y desarrollar actividad, esta actividad se da conforme al contenido propio de las
funciones atribuidas a sus órganos inmediatos, estas son las funciones fundamentales:
Función legislativa: Actividad encaminada a formular las normas generales que deben estructurar
al Estado y reglamentar las relaciones entre Estado y ciudadanos y ciudadanos-ciudadanos.
Estas tres funciones deben estar presentes en todo Estado Moderno, a través de ellas se
manifiesta el poder supremo o soberanía.
Aristóteles, en la Política, indica que son esenciales a toda Polis los “órganos deliberativos”
(función legislativa), los “órganos de la magistratura” y los “órganos judiciales”.
También hay referencias a esas funciones en los estudios que hicieron para fundamentar la
necesidad de separar el poder ejecutivo del legislativo, Santo Tomás de Aquino, Marsilio de Padúa,
Maquiavelo y muchos otros pensadores.
3) TEORÍA DE MONTESQUIEU: esta teoría de las funciones del Estado no fue profundizada hasta
época muy posterior, por dos pensadores fundamentalmente: Locke y Montesquieu.
Esas observaciones históricas dieron base a Montesquieu para elaborar su teoría, buscando un
mayor equilibrio entre los poderes, aun cuando consideraba que siempre deberla haber mayor
predominio del legislativo.
Montesquieu dice que ha de procurarse la división de los poderes de acuerdo con el contenido de
sus funciones, fijando sus respectivas esferas de competencia, evitando las interferencias de la
actividad de unos en los campos correspondientes a los demás.
La teoría de Montesquieu no fue aceptada en su totalidad, no se conservó pura, sin embargo fue
recogida por las Constituciones de los Estados Unidos y de Francia.
*VENTAJAS DE LA TEORÍA:
-Eliminación del peligro de que un órgano ignore cuál es el campo preciso de sus atribuciones y lo
desborde. (Ej. Ejecutivo podría absorber funciones del legislativo y convertirse en dictador).
-Existiría balance de poderes, en el que un poder sirva de freno y de control al otro. (frenos y
contrapesos).
-Al estar cada poder delimitado, deberá actuar cada uno solamente dentro de su esfera.
- La soberanía no recae en uno solo de los órganos, sino que está repartida.
-Seguridad para los ciudadanos de que el estado no realizará acciones desorbitadas.
5) DOCTRINA DE GROPPALI: considera que los poderes del Estado son fundamentalmente cuatro:
-El Jefe del Estado: titularidad y el ejercicio de la función administrativa
-El Gobierno: Ejercicio de la función administrativa.
-El Parlamento: Función legislativa
-La Magistratura: función jurisdiccional.
Considera que el pueblo no constituye en sí mismo un poder ya que el poder se manifiesta por
medio de los órganos estatales constituidos para ejercitarlo; no se manifiesta a través del pueblo.
En realidad no se trata de una distinción esencial, ya que sería la misma función únicamente vista
desde diferentes ángulos con una única diferencia de grado:
Esposito afirma que todos los actos del Estado son complejos; que llevan dentro de sí un
contenido de creación, definición y aplicación del Derecho. Es decir, que el acto del Estado,
cualquiera que sea el órgano del que emane, tiene un contenido legislativo, judicial y
administrativo. Esta teoría es falsa, pues si bien es cierto que existen actos complejos con ese
mismo contenido, la mayoría de los actos estatales tienen un perfil propio, que los clasifica dentro
de los moldes tradicionales.
Se plantea, además, el problema de definir si esos tres poderes fundamentales deben considerarse
de un mismo nivel, o si alguno de ellos ha de tener preponderancia sobre los otros; si alguno de
ellos ha de ser de una jerarquía superior. Si se prescinde de toda valoración política y se toma en
cuenta únicamente el aspecto jurídico, la tesis más aceptada es la de la igualdad entre todos los
poderes, por la misma importancia de sus funciones y la necesidad de su coordinación en el mismo
plano, aunque ordinariamente se le da mayor valor al Ejecutivo.
8) FUNCIÓN LEGISLATIVA:
Definida por Groppali como "la actividad del Estado que crea el ordenamiento jurídico y que
elabora y formula de manera general y abstracta, de las normas que regulan la organización del
Estado, el funcionamiento de sus órganos, las relaciones entre el Estado y ciudadanos y las de los
ciudadanos entre sí"
El órgano legislativo se compone, generalmente, de dos Cámaras que colaboran en la tarea
legislativa, también coopera , directa o indirectamente el Jefe del Estado, a quien a veces se
autoriza a vetar las leyes, a presentar iniciativas, a promulgarlas, etc.
En otros sistemas, como sucede en Francia y en Estados Unidos, el Jefe del Estado no tiene
ingerencia alguna en la función legislativa, que se atribuye únicamente al Parlamento en Francia, o
al Congreso en los Estados Unidos.
Un tercer sistema concede facultades al pueblo, a la población, para que intervenga en la función
legislativa, para aprobar leyes después de que han sido elaboradas por el órgano legislativo, tienen
que sujetarse a la votación popular, se conoce como "referéndum". En Suiza encontramos
adoptado este sistema. El "referendum" puede ser facultativo, suspensivo u obligatorio;
abrogatorio- o constitutivo,según que consista en un medio obligatorio o dilatorio de la entrada en
vigor de una ley o constituya un veto o una necesidad para integrarla.
11) LÍMITES DE LA FUNCIÓN LEGISLATIVA: El poder Legislativo se encuentra sujeto a las normas
constitucionales que tienen jerarquía superior, es por eso que toda ley que emane del legislativo
deberá basarse en los lineamientos que dicta la constitución. SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL.
-La legislación ordinaria no puede contravenir las disposiciones constitucionales, si las llega a
contravenir corresponde al órgano jurisdiccional el evitar que sean acatadas.
-Otro límite al legislativo son las consideraciones políticas: opinión pública, conveniencia,
necesidad etc.
-Límite en cuanto a contenido de las reglas: carácter ético y moral, no debe contravenir los
principios morales de equidad, de buenas costumbres, respeto a derechos adquiridos y en gral. A
los principios supremos contenidos en el orden jurídico natural.
15) FUNCIÓN ADMINISTRATIVA: Tiene por objeto formar el Derecho y la jurisdiccional tutelarlo y
actuarlo, la función administrativa, por su parte se dirige a satisfacer una necesidad concreta o a
obtener el bien o la utilidad que la norma jurídica debe garantizar.
Esta función aplica las normas jurídicas, actuándolas; pero no se confunde con la función
jurisdiccional, pues sus características son diferentes:
La Administración Pública es parte interesada en las situaciones jurídicas en las que interviene y es
sujeto de relaciones con los particulares.
El objeto de la Administración Pública es la satisfacción de los propios intereses y de los colectivos,
los actos administrativos son siempre de naturaleza revocable.
16) CONTENIDO DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA:
contenido fundamental las actividades del Poder Ejecutivo, que son complejas,
Actividad propiamente ejecutiva, encaminada a la actuación directa de las leyes, y la función
gubernamental o administrativa, propiamente dicha, que cuida de los asuntos del Estado y tiende
a la satisfacción de los intereses y necesidades de la colectividad. Y, por último, corresponde
también al Poder Ejecutivo la función política de coordinación de los varios poderes del gobierno y
la alta dirección del Estado.
Según la doctrina rígida de Montesquieu correspondería sólo al órgano legislativo el proporcionar
las directrices del Estado, quedando a su cargo todas las iniciativas que· después se encargaría de
realizar el Ejecutivo. Pero las necesidades de la vida práctica del Estado, llena de dinamismo,
requieren que el Ejecutivo tenga autonomía y libertad de iniciativa para enfrentarse a los
problemas.
17) ACTOS DE GOBIERNO Y ACTOS ADMINISTRATIVOS: No existe una línea divisoria absoluta
entre ambos.
*Actos de gobierno: son de índole política, de alta dirección de negocios públicos, estos actos no
son revocables.
*Actos administrativos: ejecución de la realización de los actos concretos destinados a satisfacer
las necesidades de los ciudadanos.
-Algunos autores dicen que los actos de gobierno son aquellos que el Estado realiza por motivos
políticos y el resto son administrativos. (Está mal porque deja al arbitrio del poder público el
calificar los motivos de su actividad).
-Otro criterio dice que Los actos de gobierno son los que derivan de las facultades discrecionales
del ejecutivo y administrativo, los que deben seguir lineamientos fundados.
En erecto, es cieno que los actos de gobierno tienen lugar dentro de las facultades discrecionales
del Ejecutivo; pero no es de su esencia, ya que también existen actos típicamente administrativos
que nacen igualmente del arbitrio del Poder Ejecutivo.
CONCLUSIÓN: Todos los actos de gobierno son discrecionales (no tienen influencia de una norma)
pues el Ejecutivo hace uso de sus facultades, pero no todos los actos discrecionales son actos de
gobierno porque dentro de estas facultades discrecionales existen actos administrativos.