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En el presente trabajo me propongo analizar las tres categorías que propone Hegel para
realizar una filosofía de la historia universal. Estas categorías nacen gracias a la visión que la
filosofía tiene de la historia y son expuestas en la introducción a las Lecciones sobre la filosofía
de la historia universal, donde se nos presenta las diferentes formas por las cuales la filosofía
entendemos que es la razón la que conduce y es inherente a la misma historia, esto quiere
De esta forma Hegel nos presenta que la historia transcurre según un fin ultimo y no a
un fin particular (que es la visión que tienen los historiadores de oficio respecto a a historia).
En cambio el fin ultimo lo da la razón pero también es la misma razón en sí y para sí. De esta
forma no vamos a un caso u otro, sino que vamos a la razón absoluta como el objeto de estudio
más concreto para la historia. Así la razón: “(…) atraviesa la superficie y penetra allende la
concepto, y este concepto no es otro sino que la misma razón que nos lleva la historia a ser
considerada según una razón ultima. Por ende cabe preguntar ¿Cual es esta razón ultima? y
Hegel la expone haciendo una clara diferencia con la propuesta de otros filósofos, por ejemplo
Rousseau. Rousseau cree que la razón absoluta es la abstracción de todos los puntos de vista,
pero Hegel no va a estar de acuerdo con esta idea ya que la razón absoluta no puede ser un
1 Hegel, G.W.F. Lecciones sobre la filosofía de la historia universal (2012) Ed. Alianza Ensayo, España, Madrid.
Versión de José Gaos. p.43
2 Ibid. p.45
consenso sino que solo es un único punto de vista (el correcto) que acepta a todos los demás.
Esta idea de un objeto de estudio tan concreto para la historia nos ofrece la posibilidad de
eliminar las contingencias como el fenómeno. Entonces ¿cual es este objeto de estudio que
nos da la razón para estudiar la historia? no es otro que el espíritu de los acontecimientos.
El espíritu de los acontecimientos es lo que ocasiona que las cosas sucedan y es sólo
uno, absoluto y único. Hegel lo compara con Mercurio, el guía de los pueblos. Este objeto de
estudio nos ofrece la posibilidad de ver de que forma se presentan los acontecimientos por la
faz de la historia, estas son las tres categorías que presentaré a continuación.
“La primera categoría surge a la vista del cambio de los individuos, pueblos y Estados,
de la variación.”3 De esta forma Hegel presenta la primera de sus categoría. Esta categoría
nos ofrece la idea de un fin que el ser humano espera, un fin deseable pare él ya sea la belleza,
la libertad o la riqueza, así éste ve en este ingente cuadro de acontecimientos algo que
cambio lleva contenida la idea de destrucción. Y aquí es donde pasamos al aspecto negativo
de la variación.
En efecto para que algo cambie, algo tiene que desaparecer y llegar otra cosa a ocupar
su lugar. ¿Pero por qué esto nos resulta negativo? porque encontramos que todas las grandes
cosas de la historia, las cosas más bellas o más buenas, terminaran por encontrar su ocaso.
Esta idea casi heracliteana de que “Todo parece pasar y nada permanece”4 constituye la
categoría. Esta es la idea de que una nueva vida surge de la muerte, Hegel considera comparar
3 Ibid. p.47
4 Ibid. p.47
esta idea en la historia con el mito de la transmigración, sin embargo le resulta mucho más útil
por su carácter universal, la imagen del fénix. Esta ave que se consume a sí misma y luego
resurge de sus cenizas nuevamente, construye así la idea un volver. Pero la diferencia que le
importa a Hegel es que en la idea oriental el alma sólo cambia de cuerpos o el fénix sólo vuelve
a ser el que ya era antes de su pira, pero la concepción que nosotros debemos tener es que
el mismo espíritu renace como algo más puro que antes, y en esta misma idea está conectada
“El rejuvenecimiento del espíritu no es un simple retorno a la misma figura ; es una purificación
y elaboración de sí mismo.”5 Esta segunda categoría explica la primera, cuando todo varía y
cambia y por ende desaparece, tiene que volver a aparecer de las cenizas al igual que el fénix,
esta vez más puro que la anterior. Pero este rejuvenecimiento también trae consigo el mismo
destino que traía en su infancia anterior, trae consigo el destino de volver a desaparecer. Es
una tarea inagotable del espíritu. Hegel para esto dice que: “(…) su trabajo tiene siempre el
pensamos que cada acontecimiento tiene el único fin de consumirse de nuevo para volver a
aparecer y regresar otra vez, formando así un ciclo sin fin, estamos equivocados ya que hay
que considerar que en la propuesta de Hegel el fin del espíritu no es la obra sino la misma
actividad. Entonces ante la pregunta de si detrás de esta actividad no hay un fin ultimo una:
“obra intima, silenciosa y secreta, en que se conserva la fuerza de todos los fenómenos.”7
Hegel nos ofrece la tercera y ultima categoría, la de un fin ultimo en sí y para sí o la categoría
de la razón misma.
5 Ibid. p.48
6 Ibid. p.48
7 Ibid. p.48
Esta categoría es más difícil de tratar ya que aquí se superan las otras dos, ademas de
que no tiene un nombre concreto como en las pasadas. Dice que esta razón es la conciencia
como fe en la misma razón que rige el mundo, se demuestra gracias a la historia universal
tomando a ésta como imagen y obra de la razón. Todo esto quiere decir que es la razón la que
Para esta tercera categoría Hegel nos ofrece dos formas en las cuales se ha
demostrado que es a razón la que rige el mundo. La primera corresponde al nous y al griego
Anaxágoras que, como era común entre los presocráticos, buscó el principio de todas las cosas
llegando a concluir que el principio de todas las cosas era la razón. En el Fedón de Platón se
cerca a varios filósofos, casi llegando a considerar a Anaxágoras como su maestro. Lo que él
le reprocha a Anaxágoras es que aunque en efecto dijo que era el nous el principio de todas
las cosas, después aducía causas materiales como las principio de todas las cosas. Así
Sócrates queda decepcionado y es el mismo el que sí cree que la razón, en tanto creé
conceptos, es el principio de todas las cosas. La segunda forma que considera Hegel para la
la razón divina y concluye así que es esta misma la que rige el mundo, sus acontecimientos y