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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONÓMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN

DIVISIÓN DE HUMANIDADES

FILOSOFÍA

RAMÍREZ PABLO MILLÁN

La recuperación del “otro”.

Edmundo O’ Gorman En su libro “La invención de América” evidencia una tendencia


impositiva de las ideas eurocéntricas sobre las ideas originarias que tenían los nativos
prehispánicos. Mediante una genial y una reveladora investigación histórica el autor
intenta rastrear cómo es que se configura la idea misma de que América fue descubierta.
En su búsqueda histórica O’ Gorman confronta y crítica la idea del descubrimiento
inquiriendo su origen para confirmar el supuesto descubrimiento. La sospecha que guía
a O`Gorman a dudar del descubrimiento del continente americana se estimula a partir de
un proceso explicativo por parte del “viejo mundo” que buscaba justificar el nuevo
“descubrimiento”.

O´Gorman concluye que antes que ser descubrimiento, más bien América es un
invento occidental. Complementando, diría Enrique Dussel que el nuevo territorio
continental fue encubierto1 como lo mismo que había sido Europa siempre. Según estos
autores, desde el principio, en los primeros contactos con los nativos de las tierras
“descubiertas” jamás se les consideró cómo radicalmente otros. Se les interpreto desde
el horizonte valorativo de occidente. Los nativos prehispánicos nunca fueron
comprendidos desde su otredad.

Desde la cosmovisión occidental se comprendió el “nuevo mundo” como algo ya


conocido, es decir, no era nuevo, sino un encuentro de unas tierras que se ya se sabían
existían. No fue hasta que en las navegaciones de Américo Vespucio que se revela el
“descubrimiento” como algo totalmente nuevo que no encajaba en el mundo occidental.
Como nuevo continente, se llevará un proceso explicativo de cómo es que encaja el

1
Cfr: Dussel Enrique, El encubrimiento del otro, ed. Abya-yala, 1994, p. 10.
“nuevo mundo” en el mundo cristiano occidental. Entonces, desde este proceso
explicativo, es que se mutila, se esconde y se ignora el “ser” de los nativos americanos.

La conclusión de O`gorman sobre la invención de América es sumamente


reveladora para nosotros. A partir de su reconstrucción histórica nos evidencia a los
americanos (en específico latinoamericanos) como carentes de un “yo” originario. Los
nativos americanos antes de la llegada de los españoles ya eran, sin embargo, el ser
cristiano occidental de la incipiente Europa llegó a imponerse y encubrir el ser original del
nativo. Hay una imposición de la cultura de occidente. Esta investigación refleja nuestra
relación Europa- América como un complejo dicotómico Impositivo-impuesto. Europa al
imponer su yo impone su visión del mundo, sus valores, su cosmovisión su orden y su
sentido. Niega, aborrece y repugna la cultura nativa prehispánica. Dussel por otro lado
afirma que la empresa Europea es una empresa colonizadora, de donde se comprende
que América da sentido al proyecto europeo. ¡Hubo que cristianizar al nativo! Desde ahí
comienza la imposición.

Descubrir la imposición eurocentrista nos señala indirectamente el olvido de esta


imposición. Olvidarnos de la imposición fue olvidarnos de nuestro “ser otro”. Es decir,
perdimos o extraviamos nuestra propia dignidad de ser diferentes. Se extinguió el valor
primordial y fundamental que aporta el sentirse siendo. Al no tener un proyecto propio, se
pierde valor en uno mismo y se comienza imitar o copiar lo que Europa hace. Engañados,
alegremente buscamos reproducir modelos ajenos que guíen nuestro actuar.
Compartimos el mismo proyecto del progreso Eurocentrista, exigiéndolo para nosotros
también. Sin embargo, el hecho esta dado, somos “otros” encubiertos, pero somos, en
las sombras, escondidos y apenados de ser, vamos limitados y mutilados mal copiando
a los otros. Pero ¡somos otros!

Nuestras circunstancias nos disponen de modo diferente que a los europeos,


africanos o asiáticos. Son éstas las que nos exigen pensar los problemas desde nosotros
mismos. Pero tal parece que vamos muy felices compartiendo los mismos valores
eurocentristas reproduciendo esta actitud impositiva con los pueblos indígenas.
Confundidos por la visión del mundo europea, nos creemos o aspiramos a ser
eurocentristas. Parece que nos aferramos, es como si sabiéndonos ahora como “otros”
no queremos retomarnos como “otro” parece que nos negamos a nuestra condición de
“otredad”.

A todo esto, el punto importante es que O gorman da la pauta para recuperarnos


como eso “otro” encubierto. No es práctico ni eficiente guiarnos por modelos de otros
países con circunstancias disímiles a las nuestras. Es más, el imitar es hasta violento
para con nosotros mismos. La bronca es: ¿Cómo te liberas de la imposición de valores,
de un mundo, un orden y un sentido que compartimos, añoramos y reproducimos
alegremente aspirando a ser como el modelo eurocentrista? Es decir, hemos fingido tan
bien, o hemos aparentado excelentemente ser lo mismo que Europa que se nos olvidó la
imposición, se nos olvidó la mutilación de nuestro ser. Pero aquí viene lo interesante, es
un hecho que debemos atender nuestra circunstancia, pero ¿qué hay de quién quiera
seguir fingiendo o aparentando su ser? ¿Qué hay de los que quieran seguir
reproduciendo el modelo eurocentrista aunque sea violento y poco práctico? ¿Cómo los
convences a los reacios a comprenderse en su circunstancia de un modo en que no se
caiga en el mismo pecado de imponer ideas?

CONCLUSIÓN

La apuesta está hecha. La pauta la dio Edmundo O Gorman al revelarnos a los


americanos como un “otro” que fue encubierto, inventado y mutilado por la cultura
eurocentrista. Qué hacer con nosotros es la cuestión que se desprende de la
investigación histórica de este autor. Dos posibilidades se barajean. Seguimos fingiendo
y copiando modelos que no nos convienen o nos liberamos de toda determinación política
y económica que nos impide construirnos originariamente. Por mi parte soy de la idea
de indagar cuáles son los valores pilares que sostienen la cultura occidental eurocentrista
y valorar desde nosotros mismos qué de éstos valores queremos conservar y cuáles son
perjudiciales para nuestra circunstancia. Para esto O Gorma muestra el camino y nos
ínsita a hacer una reconstrucción de nuestra historia El punto es retomar lo mejor de
occidente y despreciar los vicios, se trata de no negar esa tradición que nos mantiene
encubiertos, más bien agradecer, olvidar y proyectarse un modo de vida más allá de toda
imposición externa y que mejor sea una autodeterminación. El modelo eurocentrista
determina casi todas las áreas de la vida y como dice Clara Valverde2 administra hasta
la muerte, pues cualquier persona que no sea útil económicamente hablando se le
excluye. Hacer un balance de nuestra vida y de cómo quisiéramos vivirla es un buen
comienzo que nos ayudará a construirnos como una nación original.

Bibliografía: Dussel Enrique “El encubrimiento del otro” ed. Abya-yala, p.p.219

O`Gorman Edmundo, La invención de América, Temixco 1976,


disponible en web:

Valverde, Clara. “De la necropolítica neoliberal a la empatía radical”,


icara editorial,2015.p.p 135

2
Cfr: Valverde clara, “De la necropolítica neoliberal a la empatía radical”, icaria editorial, 2015. P 19,20.

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