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“La lucha por el Derecho” de Rudolf

Von Ihering
(Parte de la exposición del abg. Rogelio Cano el 11/Jun/14)

La Lucha por el derecho es un libro editado en el año 1872 por uno de los Juristas alemanes
más célebres de la historia, Rudolf Von Ihering, logrando convertirse en un clásico de la
materia, como lo demuestran las miles de traducciones de las que fue objeto. En el
mencionado libro el autor plasma sus ideas que fueron expuestas frente a la Sociedad Jurídica
de Viena, forjando una empatía en los oyentes que posteriormente se traslado a la sociedad
de la época a través de la edición del libro.
En esta obra puede verse una construcción lógica de lo que es el derecho, para que sirve el
derecho, y cuando existe el derecho en realidad; cuestiones que nunca dejan de tener
importancia en una sociedad, ya que no puede existir grupo social que no conozca o sienta lo
que es el derecho.

Breve biografía del autor

uni-giessen.de. Disponible bajo la licencia Public domain vía Wikimedia Commons

Caspar Rudolf von Ihering (Nacido en Aurich, el 22 de agosto de 1818 y fallecido en


Gotinga, el 17 de septiembre de 1892), mejor conocido como Rudolf Von Ihering, fue un
destacado jurista alemán que ejerció notable influencia en la transformación de la concepción
del derecho durante el siglo XIX. Es conocido como uno de los juristas y filósofos del
Derecho más importantes de la historia.
Fue criado en el seno de una familia de juristas y funcionarios de justicia procedente de Frisia
oriental, al norte de Alemania. Recibió una educación de corte aristocrático. Tempranamente
se percibió en él un interés hacia la Historia y el Derecho.

Se graduó en Derecho en 1842. Se formó en el seno de la escuela filosófica pandectística,


estudiando en las universidades de Heidelberg, Múnich, Göttingen y Berlín, para luego
dedicarse a difundir la idea un derecho separado del rigor conceptual y abstracto del derecho.
Dedico su vida al estudio y la enseñanza del derecho, dejando su sello en la juventud alemana
de la época, traspasando la frontera alemana y marcando un hito en la forma de pensar
europea, junto con otros juristas y filósofos de la época que concebían al derecho como
producto de la sociedad más que como consecuencia de una racionalidad alejada del quehacer
social humano.

Fue uno de los creadores de la Sociología del Derecho. Elaboró una teoría del derecho
utilizando principios de otras ramas científicas (como la economía, sociología, etc.) Sus
teorías tuvieron gran trascendencia e influencia en el desarrollo de la doctrina jurídica
moderna, especialmente en los campos del Derecho Civil, Constitucional y Penal.

En el año 1892 fallece en el pueblo de Gotinga a la edad de 74 años, dejando un legado que
ayudó a la Ciencia Jurídica a desarrollarse, y promocionar su constante evolución.

En el año 1892 fallece en el pueblo de Gotinga a la edad de 74 años, dejando un legado que
ayudó a la Ciencia Jurídica a desarrollarse, y promocionar su constante evolución.

Datos del Libro

Autor: Ihering, Rudolf Von

Título original: Der Kampf ums Recht (La lucha por el derecho)

Traducción: Posada y Biesca, Adolfo

Año: 2004
Editorial: Valletta Ediciones S.R.L.

Páginas: 124

Precio: 81.900 Gs (Ediciones técnicas paraguayas) – En internet de fuente libre

Contenido

Tema Central del libro

El Derecho es producto de la lucha de personas que desean proteger su interés. Este interés
es la esencia del Derecho, pero no todo interés es puramente justo, solo las personas que
están alejadas de la avaricia pueden conocer y sentir lo que es el Derecho en puridad. Esta
lucha por el Derecho es una obligación moral de toda persona para formar parte de la obra
Nacional de formar un equilibrio justo en la sociedad.

Aspectos más resaltantes

Como expresa Ihering en una de las ediciones de la “Lucha por el derecho”, el objetivo de
su obra fue más con propósitos etico-prácticos que teóricos, para estimular la convicción de
actuación valerosa y firme del sentimiento del derecho. En razón de su visión de que el
derecho debía avanzar y no quedar estático, como era en ese momento. Para eso estructuró
su pensamiento en 5 capítulos,

Capítulo primero: Introducción – en este capítulo Ihering nos introduce en forma general
a su idea, al mencionar que “el fin del derecho es la paz, y el medio para lograrlo es la
lucha”, una lucha en la cual deben estar involucrados los pueblos, el poder del Estado, los
estamentos o clases y los individuos.

El medio, que es la lucha, debe ir siempre en contra de la injusticia, si no fuera así el


derecho se negaría a sí mismo; y esta lucha dura lo que la existencia de la humanidad lo
hace, ya que está en la naturaleza misma de su estructuración (ej. En estado de paz la lucha
está en defenderla).

También menciona Ihering que todo Derecho alguna vez tuvo que ser conquistado por la
fuerza, y utiliza como ejemplo a la diosa Astrea, personificación de la Justicia, ella sostiene
en una mano la balanza y en la otra una espada, y sin esta espada, que es la fuerza, la
balanza no tendría ningún valor.

Pero acota que el Derecho tiene dos caras, como el Dios Jano, a algunos se le muestra como
lucha y a otros como paz, ya que a estos le precedieron los luchadores que forjaron el
derecho que hoy se le muestra como paz, pero llegará el momento de volver a luchar por el
mantenimiento del derecho.
La lucha también se da en el ámbito objetivo, del Estado contra la injusticia, pero su
embrión se encuentra en el ámbito subjetivo, la lucha del individuo por el interés genuino,
aferrarnos a lo que conseguimos con nuestra lucha.

Capítulo Segundo: El interés en la lucha por el derecho – Ihering establece que el motor
que enciende el conflicto es la lesión o perturbación de un derecho sostenido por un interés
preexistente. Este interés no puede medirse muchas veces con caracteres cuantitativos
definidos, es decir, la cantidad de perturbación cuantificable puede ser inferior al daño
percibido por la victima, ya que dentro de este daño puede incluirse a la moral y al honor.
Esto hace a la lucha por el derecho escapar de una regla de cálculo definida, y esto puede
verse día a día, cuando el valor del litigio es muy inferior al sacrificio que se hace por
defender el derecho perturbado en esa ocasión.

En caso de que se opte por no defender ese derecho lesionado, se estaría condenando a sí
mismo a desaparecer, y si este comportamiento se va expandiendo acarrearía la
desaparición del derecho mismo, porque implica la fuga ante la injusticia, y el derecho solo
existe si se lucha contra la injusticia.

Entonces, Ihering concluye en este capítulo que en la defensa de su derecho, una persona
encuentra un deber para consigo mismo, porque es un requisito para la existencia propia y
existencia moral. Por otro lado, también es un deber para con la sociedad, porque sin la
defensa del derecho la sociedad perdería uno de sus pilares para la existencia.

Capítulo Tercero: La Lucha por el derecho en la esfera individual – En este capítulo el


autor vuelve a hacer hincapié en el carácter obligatorio de la defensa del derecho, es más,
que es una condición para la existencia misma, si no se lo defiende sería un suicidio moral.
Renunciar a un derecho particular, sería renunciar a EL Derecho en general. Si alguien
ataca mi derecho está combatiendo a mi sentimiento de derecho, mi carácter o
personalidad.

Con respecto a lo que es el derecho, y su conocimiento, Ihering menciona que el pueblo no


necesariamente tiene que conocer la definición de obligaciones, del derecho de propiedad,
etc. Sino que solamente debe sentirlo. Asimila a la situación del enfermo, este no sabe lo
que es el riñón, hígado o pulmones, pero perfectamente siente el dolor en esos órganos.

Hay ciertas cualidades que poseen las personas o clases sociales, que determinan el interés
siendo al mismo tiempo la condición esencial de su existencia. En esta cualidad relacionada
con sus principios rectores es en donde se expresa el sentimiento del derecho en su más alto
grado de sensibilidad, y de esto se desprende perfectamente que el sentimiento legal no se
basa en pasiones ordinarias sino en una causa moral, que nace de una necesidad absoluta
para el fin particular de la vida de ese individuo o clase social.

Capítulo Cuarto: La lucha por el derecho en la esfera social – El autor menciona que la
lucha por el derecho es una obligación para con la sociedad. Establece previamente la
relación que existe entre el derecho subjetivo y el objetivo, es decir el que plasma el Estado
en las normas jurídicas. El derecho objetivo es consecuencia de los intereses privados, y
esta característica estaba muy bien expresada por el desuetudo romano, que eliminaba toda
norma que no era usada en mucho tiempo.

Menciona además que el lesionado que no lucha por su interés también recibe los malos
frutos como consecuencia, es decir, que si se vuelve regla de conducta el renunciar a luchar
por el derecho podría derrumbarse el orden social que se sostiene en el derecho. Toma
como ejemplo el soldado que huye de la batalla, puede que no se note, pero cuando se va
convirtiendo en una regla de conducta y miles renuncian, la posición de los fieles será más
crítica, y la situación se tornará inaguantable.

Entonces, establece que esta lucha se da en el derecho privado, esta lucha contra la
injusticia, es un combate común de toda la Nación en la que todos deben estar íntimamente
unidos, desertar es vender la causa común.

Platea una situación de, si el Estado te puede obligar a lucha contra un enemigo exterior y
dar tu vida, a arriesgarla por cuestiones de salud pública, debería poder obligar a las
personas a luchar contra este enemigo interno, porque amenaza su existencia.

Capítulo Cinco: El Derecho alemán y la lucha por el derecho – En el último capítulo del
libro, el autor establece una comparación entre el Derecho romano antiguo (fuente
primigenia del derecho continental) y el Derecho alemán del momento en que se edita la
obra, haciendo constar que lo que antes era aplicable, ahora ya no lo es, pero que se debía
estudiar detalladamente el derecho romano y el contexto social de la época.

En el Derecho romano antiguo el autor veía una exacta correlación del sentir de los
romanos y el derecho reconocido por el Estado, ya que la ley era fruto de la expresión
social (como en esencia debe ser el derecho). En la Alemania del momento, las
instituciones y los principios antiguos no eran bien recibidos por los ciudadanos, ya que
precisamente no fue fruto de la sociedad alemana contemporánea.

Pero también acota el autor que la efectividad del Derecho Romano, se basó en que los
principios no eran impuestos por el Estado sino recibidos de la sociedad. Uno de esos
principios que mantuvieron la efectividad del derecho fue el de la “satisfacción del
sentimiento legal”, que los tribunales actuales no pueden entender, es decir, la lesión más
que percibida en su forma material, se proyectaba en el sentimiento del derecho, por eso,
por más que el ladrón devolvía lo robado, la victima solicitaba un castigo, por haber dañado
el Derecho en sí, no solo el suyo.

Por último, y luego de hacer una crítica a la legislación contemporánea alemana, sentencia
Ihering que el Derecho debe estar concebido de acuerdo a lo que dicta la moral, más que la
estética (haciendo referencia al formalismo alemán) y que todo Derecho debe ser ganado
por la lucha, porque dejar de luchar es ceder ante lo antíjurídico y sacrificar el derecho. Así
como “ganarás el pan con el sudor de tu frente” podría decirse que solamente luchando
tendrás derecho.

Reflexión Final
Puede verse en Ihering un sentimiento ideal del derecho que hoy pocos demuestran, y eso
nos deja una lección para los que tenemos al Derecho como profesión como así también
para todo ciudadano, que el Derecho se piensa tanto como se siente, si dejamos de luchar
por el Derecho, nuestro derecho, o el Derecho de la Nación, solamente estamos dando paso
a la antijuridicidad y reinará el caos. Ese sentimiento ideal del derecho lo tenemos todos,
pero es aplacado por la realidad, esa realidad injusta a la que todos dimos paso cuando
dejamos de luchar por lo que nos pertenecía justamente o a nuestro semejante.

Hay que tener bien en claro que la justicia no se va a dar solo por que el Estado lo imponga,
ya que el Estado al fin y al cabo es solo reflejo de lo que somos nosotros como individuos.
Si nosotros perturbamos el derecho ajeno y no lo reparamos, o si vemos que otra persona
está siendo víctima de dicha perturbación y lo justificamos, no esperemos que el Estado
como entelequia que es, sea justo. El cambio viene de la esfera individual y se proyecta de
manera objetiva.

Una consecuencia directa de nuestra falta de lucha por el derecho, aparte de la


autodestrucción como bien lo expresa Ihering, es la destrucción por factores foráneos,
téngase en mente invasores o evasores, que lo único que hacen es mandar la señal
internacional de que en esta Nación todo es válido, y solo debes conocer a las personas
indicadas para evadir el derecho. El país de todo lo vale, se vuelve el país poco serio en el
cual no vendrán inversores sino que se escaparán los justos.

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