z {dolos al paso .,
N 0 sé c6mo comenzé6 la invasién, pe-
ro cuando me di cuenta ya era tarde y no habia
escapatoria, Por todos lados estaban ellos tratan-
do de apoderarse de nuestras mentes, de nues-
tras ideas, de nuestros més oscuros secretos.
Impotente, vi caer bajo su poder a mis
seres queridos. Por eso estoy sola, tan sola.
Entonces no pude més y decidf arrojar-
me al vacfo.
Dispuesta al sacrificio, en el subte entré
4 un negocio con un cartel enorme que decia:
IDOLOS AL PASO
En cuanto mis ojos se acostumbraron a
la penumbra del lugar, comencé a interesarme
por lo que vefa: péster de futbolistas famosos,
libros sobre actores muertos y remeras con el
rostro de miisicos desafinados.
Detras del mostrador estaba Dario. No
era un fdolo més, era el duefio. Me dejé vagar
por las estanterias sin preguntarme nada.