“UNA POLICÍA SIN VOCACIÓN”

La adolescencia es un período de cambios, tanto físicos como psicológicos,

donde se afianzan como personas y establecen sus relaciones con los demás y con su
familia. Este detalle se muestra en el interés del menor por pertenecer a un grupo
determinado.

Las características básicas que se dan en el desarrollo del adolescente podemos

resumirlas en:

- Notables cambios corporales.

- Autoafirmación de la personalidad.
- Deseo de intimidad.
- Descubrimiento del yo y del otro sexo.
- Aparición del espíritu crítico.
- Cambios intelectuales.
- Oposición a los padres.
- Notable emotividad.

En el artículo podemos observar como el adolescente hace sus propias hipótesis

sobre cómo se puede ver en un futuro como batería de un grupo musical o lanza
hipótesis sobre lo que sería ser un niño vestido de facha tocando en un grupo de rock.
Este aspecto cognitivo en el desarrollo del adolescente es muy importante, ya que se
desarrolla la capacidad de razonamiento, de formulación de hipótesis, comprobación
sistemática de las mismas, argumentación, reflexión, análisis y exploración de las
variables que intervienen en los fenómenos. A lo largo de todo el artículo el menor
realiza todas estas actividades de análisis de sus circunstancias y que le han llevado a
querer tener una cresta, así como hablar sobre cosas que aún no han sucedido y que son
posibles situaciones en las que puede verse inmerso en un futuro. Es una etapa donde se
habla de las cosas y se actúa sobre ellas, siendo el lenguaje un canal muy importante
como medio de formular “lo posible”, la representación verbal.

En cuanto afectividad, se produce una integración social muy fuerte en el grupo

de iguales, comenzando el proceso de emancipación. El motivo de querer raparse la
cabeza es por un sentimiento de pertenencia a un grupo donde el resto también está
pelado de la misma forma. Se trata de una nueva configuración de estilo personal del
adolescente, empezando a tener ideas propias y actitudes personales, como el hecho de
querer ser músico. Todo esto es una construcción del autoconcepto que va ligado a la
propia imagen y la imagen que da ante los demás. Así como se ve un chico que está en
un grupo musical, y los profesores lo ven como un niño muy maduro, son detalles de la
construcción que el adolescente realiza de sí mismo, además de crear su propia
intimidad personal.

Con toda la experiencia el adolescente crea su memoria biográfica,

interpretando las experiencias pasadas y aprovechando las mismas para afrontar los
desafíos del presente y las perspectivas de futuro.

1
 El curso de las relaciones sociales durante la adolescencia está muy vinculado a
otros procesos evolutivos, que se producen de manera conjunta y, por lo general,
integrada. Durante la adolescencia los espacios donde son posibles los intercambios e
interacciones sociales se expanden de manera extraordinaria, debilitándose la referencia
de la familia. Esto se refleja en la importancia que el adolescente da a la pertenencia al
grupo de amigos sobre lo que opina su madre sobre el hecho de hacerse una cresta o
incluso estudiar o dedicarse a la música.

En este proceso el adolescente se da cuenta que ya no es un niño, como refleja

fielmente el artículo “yo no soy un crío como los demás, soy muy maduro..” Quiere ser
un adulto, tomando decisiones como la de cortarse el pelo “Pues me la pago, con mi
dinero!”, pero aún no lo es. Es por ello por lo que intenta de algún modo compensar ese
sentimiento de inferioridad afirmando el “yo”, es decir, adoptando actitudes ante los
demás y ante sí mismo dando apariencia de seguridad. Y esto lo consigue con la
oposición a los padres, en este caso a su madre: oposición al querer pelarse, al no querer
estudiar, etc. Esto hace que el comportamiento del adolescente se muestre: negativa a
obedecer, espíritu de contradicción, crítica, crítica de los defectos que observan en ellos,
rechazo de doctrinas que le infiltraron, intentos de independizarse, afán de decidir por sí
mismo lo que le atañe, etc. Esto hace que las relaciones con los padres se hacen un poco
tirantes, los que educan al adolescente se duelen de sus actitudes, etc.

En este caso el modo de compensar su sentimiento de inferioridad ofrece la

vertiente de identificación con un grupo de amigos que tienen cresta y les gusta la
música.

La relación con la familia, que se refleja en la madre, juega un papel

fundamental, siendo en este caso que ejerce un papel de control y, a la vez, quiere que
su hijo sea más independiente.

La relación con los iguales se establece como más estrecha, teniendo intereses
comunes como la música y, algo tan significativo como la imagen personal. Siendo
conscientes que en este caso estamos hablando sólo del grupo de amigos, iguales y del
mismo sexo.