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289-301
DOSSIER
Sergi VALERA*
RESUMEN
A pesar de que los ámbitos de la gestión ambiental y de la intervención social estén,
aparentemente, situados en órbitas de actuación distintas y diferenciadas, existe un estre -
cho nexo de unión entre ambos, nexo que puede formularse de la siguiente forma: toda
intervención social se realiza dentro de un contexto donde los parámetros ambientales ejer -
cen una importante influencia, mientras que toda acción enmarcada dentro de la gestión
ambiental implica la consideración de las variables sociales y psicosociales, pues tal
actuación implicará un impacto sobre los grupos o las comunidades vinculadas a la cues -
tión ambiental que se pretenda gestionar. En el presente artículo se abordará más deteni -
damente esta segunda cuestión. A través de aportaciones provenientes de la psicología
ambiental y de la sociología del medio ambiente se discutirán las implicaciones sociales de
los temas comúnmente situados en la perspectiva de la gestión ambiental.
PALABRAS CLAVE
Gestión ambiental, Enfoque sistémico, Intervención ambiental, Evaluación de impacto
social.
ABSTRACT
Usually, environmental management and social intervention are view as separate fields.
Despite this, important connections can be defined in order to analyse mutual implications.
The underlying assumption is that any social intervention must be located in a socio-envi -
ronmental context, and any action defined in an environmental management strategy has
a social impact on the groups or communities involved. In this paper the social implications
of the environmental management will be discussed, both from environmental psychology
and environmental sociology.
KEY WORDS
Environmental management, Systemic approach, Environmental intervention, Social
impact assessment.
ción de algún tipo de gestión ambiental 55), concluiremos que una de las princi-
(gestión de espacios o de recursos pales disciplinas implicadas en la gestión
ambientales). Conviene, pues, dejar claro ambiental sea aquella que analiza preci-
este punto de partida aunque el presente samente el por qué del comportamiento y
trabajo se centre prioritariamente en una las acciones humanas sobre el entorno. Y
de las dos direcciones apuntadas, las esa no es otra que la psicología ambien-
implicaciones psicosociales de la gestión tal, cuyo objetivo es el análisis de las rela-
ambiental y no tanto las implicaciones ciones que, a nivel psicológico, se estable-
ambientales de la intervención psicoso- cen entre las personas y sus entornos
cial, aunque podemos recurrir a recien- (Valera, 1996) en tanto que aspectos co-
tes e interesantes trabajos en esta línea implicados en la definición de una reali-
(Corraliza, 1999). dad psico-socio-ambiental (Wiesenfeld,
2001).
Vaya por delante una afirmación que
puede servir a su vez de conclusión: si Y es importante destacar esto porque,
alguna ciencia es fundamental e impres- en la práctica, no es ésta la tendencia
cindible a la hora de abordar cuestiones habitual. Hasta el momento, la gestión
relacionadas con la gestión ambiental, ambiental ha recaído en manos mera-
esta es sin duda la psicología, y más con- mente técnicas: dictámenes ingenieriles,
cretamente la psicología ambiental. Voy a indicadores biológicos, informes geotécni-
tratar de explicar por qué. cos o programas políticos. Poco o nulo
papel ha tenido quien cree que es impor-
Si entendemos que el desarrollo huma- tante analizar por qué nos comportamos
no se ha basado históricamente en la de una manera u otra en relación con las
implantación de tecnología sobre el terri- cuestiones ambientales, cómo interpreta-
torio –agricultura, minería, urbanismo, mos y dimensionamos psicológicamente
industria, infraestructuras viarias, etc.- los problemas ambientales, y qué estrate-
entonces podemos hablar de la historia gias comportamentales estamos dispues-
del ser humano como la historia de un tos a activar ante un impacto ambiental
continuo, y quizás estaríamos de acuerdo que percibimos como negativo.
que excesivo, impacto ambiental por pre-
sión antrópica. Sin embargo, no es hasta Sin embargo, ello no quiere decir que
tiempos muy recientes que se ha tomado la psicología ambiental haya estado ajena
conciencia de las consecuencias catastró- a estas cuestiones. Desde un contexto
ficas de ese impacto. Numerosos autores socioambiental marcado por los paráme-
sitúan un punto de inflexión en este sen- tros de la globalización y el desarrollo
tido en 1987 con la publicación del traba- sostenible -como han puesto de manifies-
jo Nuestro Futuro Común o también lla- to, entre otros Pol (1998, 2002a) Corrali-
mado "Informe Brundtland" por parte de za (1997; 1998), Aragonés, Raposo e Izu-
la Comisión Mundial sobre el Medio rieta (2001), Moser (2002), Bauman
Ambiente y Desarrollo, informe en el que (1998), McKenzie-Mohr y Oskamp (1995),
se acuña "oficialmente" el término Desa- Redclif y Woodgate (2002), Sachs (2002)-,
rrollo Sostenible (Aragonés, Raposo y Izu- en los últimos años empieza a haber una
rieta, 2001; Pol, 2002a; 2002b). Sea como aportación empírica y conceptual cre-
sea, si adoptamos la definición de Pol ciente. Muestra de ello es la aparición de
según la cual "la gestión ambiental inclu- articulos y números monográficos en dis-
ye actualmente acciones preventivas y/o tintas revistas internacionales como
paliativas orientadas a minimizar los efec- Environment and Behavior, Journal of
tos negativos del impacto de la actividad Environmental Psychology y muy espe-
humana sobre el entorno" (Pol 2002a, p. cialmente Journal of Social Issues. con
sociales del impacto ecológico: las dimen- recursos disponibles; bien sea de los
siones meramente ecológicas de un efectos de los residuos que se generen.
impacto ambiental tienen -o pueden
tener- efectos directos sobre las personas Como consecuencia de todo lo ante-
y la organización social: es decir, compor- rior, cualquier estrategia metodológica
tan en si un impacto social. A su vez, orientada a la evaluación del impacto
habrá que considerar los impactos ecoló - ambiental ha de contemplar forzosamen-
gicos de los impactos sociales: todo cam- te los aspectos relacionados con el
bio en la estructura social, en las relacio- impacto social (Valera, 1993; Moreno y
nes sociales, en las formas de produc- Pol, 1994) y ello de be pues contemplarse
ción, en los estilos de vida, en los hábitos en el propio diseño de los instrumentos
de consumo, en los valores y las prefe- destinados a este fin (Moreno y Pol,
rencias de las personas, etc. comporta 2002).
impactos ecológicos. Impactos que se Por otra parte, si atendemos al proceso
derivan bien sea de la transformación del que suele guiar, de una manea compre-
medio, de la utilización de los recursos hensiva, las distintas fases de la Interven-
naturales, de los usos de espacios y de ción Psicosocial (Hernández y Valera,
las prácticas de vida cotidiana, bien sea 2001), también podemos contemplar el
del cambio de las relaciones sociales y de mismo proceso en el ámbito de la inter-
las representaciones sociales, de la valo- vención ambiental. Así, en otras ocasiones
ración y apreciación que se hace de los (Valera, Íñiguez, Pol y Llueca, 1996)
Por lo tanto, la única forma que tene- percibida como excesiva. Por ello, en
mos de hacer visibles, de poner de mani- lugar de centrar la gestión del tema como
fiesto y de "gestionar" buena parte de los habitualmente ha venido haciéndose, es
riesgos actuales es hablar de ellos. Esto decir, gestionar el conflicto generado o lo
supone, en el contexto de las recientes que es lo mismo, atendiendo a las conse-
teorías de las ciencias sociales, elaborar cuencias, la propuesta de Pol (2000) se
una construcción social del riesgo, un centra en el análisis de las causas y la
discurso sobre él (Slovic, 1999; Valera, previsión del potencial impacto social.
2001). A pesar de que existen importan-
tes esfuerzos en la definición psicosocial
del riesgo, sus parámetros cognitivos y los GESTIÓN DE RECURSOS, GESTIÓN DE
efectos asociados a su percepción (Puy y ENTORNOS
Cortés, 1998; Slovic, 1991; Jones y
Uzzell, 1996; Pigdeon et.al., 1992; Renn, Para hablar específicamente de la
1992; Valera, 2000), así como los aspec- perspectiva psicosocial en la gestión
tos afectivos o emocionales (Rundmo, ambiental es imprescindible tomar como
2001; Lerner y Keltner, 2000, 2001) exis- punto de referencia el capítulo que Enric
te poca investigación sobre cual es la Pol ha escrito sobre el tema en la recien-
valoración social de los principales ries- temente publicada segunda edición del
gos percibidos por una determinada Handbook of Environmental Psychology
población. En este aspecto cabe mencio- (Bechtel y Churchman, 2002). En él, el
nar muy recientes abordajes desde el autor revisa los principales instrumentos
paradigma de las representaciones socia- de gestión ambiental y sus implicaciones
les (Breackwell, 2001), o desde la teoría psicológicas. Así la promoción de las nor-
cultural (Steg y Sievers, 2000; Rippl, mativas ISO 14000 (1996) han resultado
2002), así como percepción de ámbitos de instrumentos clave para lo que se ha
riesgo concretos como el medioambiental venido a denominar Sistemas de Gestión
(Weber, Hair, y Fowler, 2000; Walsh- Ambiental (EMS), de tal forma que todos
Daneshmandi, y MacLachlan, 2000). los miembros de una organización adop-
ten y se identifiquen con los valores de la
Un tema estrechamente relacionado sostenibilidad preconizados por las dife-
con la percepción del riesgo es el denomi- rentes políticas ambientales. Las audito-
nado Efecto NIMBY ("no en mi patio tra- rías ambientales, el Análisis del Ciclo de
sero"), descrito como el rechazo de la vida y la gestión del ecoequitecaje y el
población a ciertas instalaciones, equipa- desarrollo de las Agendas 21 Locales son
mientos o infraestructuras que, percibi- otros ámbitos de la gestión ambiental
dos como necesarios en términos genera- entendida como gestión de recursos en
les, son valorados en términos negativos contextos socioambientales específicos,
en relación a riesgos de un tipo u otro y, además de los ya comentados estudios
por lo tanto, no deseable su ubicación en de impacto ambiental.
entornos próximos. El miedo a los efectos
sobre la salud y la desconfianza en la Por último, existirían otro grupo de
gestión son las razones más frecuentes temáticas que, aunque con desarrollos
expresadas en los estudios sobre el tema relevantes y en ocasiones muy consolida-
(Hunter y Leyden, 1995) . En cualquier dos, no suelen relacionarse directamente
caso, la dimensión psicosocial del tema con la gestión ambiental. Sin embargo, si
podría centrarse en la percepción de ine- retomamos las consideraciones realiza-
quidad que experimentan determinados das al principio de este texto, convendre-
grupos sociales ubicados en determina- mos en que si la psicología ambiental
dos territorios con una carga ambiental debe tomar mayor protagonismo en la
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