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208 AÑOS DESPUÉS, EL

PUEBLO ARGENTINO SIGUE


QUERIENDO SABER DE QUÉ
SE TRATA
RUBÉN ARMENDÁRIZ

28/05/2018

Hace 208 años, frente al Cabildo de Buenos Aires, el pueblo argentino rompía
sus lazos con la corona española. La Revolución de Mayo fue una serie de
acontecimientos revolucionarios ocurridos ese mes de mayo de 1810 en la
capital del Virreinato del Río de la Plata, dependiente del rey de España, y que
tuvieron como consecuencia la destitución del virrey Cisneros y su reemplazo
por la Primera Junta de gobierno.

La Revolución de Mayo inició el proceso de surgimiento del Estado Argentino


sin proclamación de la independencia formal, ya que la Primera Junta no
reconocía la autoridad del Consejo de Regencia de España e Indias, pero aún
gobernaba nominalmente en nombre del rey de España Fernando VII, quien
había sido depuesto por las Abdicaciones de Bayona y su lugar ocupado por el
francés José Bonaparte.

El hecho de que la burguesía se lo haya apropiado, que distintas dictaduras


militares y gobiernos antipopulares, hayan tratado de justificar sus fechorías
invocando “el espíritu de Mayo”, no replegó la reivindicación política desde una
perspectiva popular .En el estallido social, la rebelión popular de 2001, fue
importante la consigna de cambio social, y años después el macrismo retomó
la idea del cambio y la convirtió en el centro de su plataforma de propaganda
política del neoliberalismo más crudo y antipopular.

Ya en 1810 existían dos tendencias irreconciliables. Una expresaba los


intereses de la burguesía comercial porteña vinculada a la exportación de
cueros y otras materias primas y a la importación de productos manufacturados
desde la metrópoli española y veían en ese cambio la posibilidad de “abrirse al
mundo”, ampliando su negocio de intermediación a las nuevas potencias
emergentes (Inglaterra, Holanda, Francia), ampliación de negocios que ya
habían iniciado ilegalmente mediante el contrabando.
La otra tendencia política, a quienes los servicios de inteligencia reales
denominaban “tupamaros” (reconocían en su proyecto el antecedente de la
sublevación de Túpac Amaru y porque sus principales dirigentes Moreno,
Belgrano, Castelli eran propensos a reivindicar derechos de los pueblos
originarios, se planteaba un proyecto popular de independencia y Patria
Grande,

Este proyecto se mantuvo vigente en la existencia de la Liga Federal liderada


por el caudillo oriental (uruguayo) José Gervasio Artigas e incluso se radicalizó
apoyándose en el sujeto de los pueblos libres (gauchos, negros cimarrones y
originarios) con propuestas concretas como el reparto de tierras, la libertad de
cultos y el federalismo.

También sobrevivió ese espíritu en el ejército de los Andes al mando de José


de San Martín, con hazañas comparables con las del ejército de Simón Bolívar,
y también en las guerrillas de gauchos y originarios lideradas por Martín Miguel
de Guemes y Juana Azurduy, epopeyas que se financiaron con expropiaciones
y fuertes impuestos a las oligarquías locales.

La Patria en peligro

208 años más tarde el pueblo de Buenos Aires se concentró en el Obelisco del
centro porteño para denunciar que la “Patria está en peligro” por las políticas de
ajuste y los condicionamientos del Fondo Monetario Internacional. Señalaron
que la soberanía de la nación, los derechos de sus habitantes y las
posibilidades de ésta y las generaciones futuras están siendo comprometidas
por las medidas adoptadas por el gobierno neoliberal de Mauricio Macri. “Todo
está permitido menos no defender la Patria”.

La vuelta a las políticas dictadas por el FMI no hace sino confirmar el camino
trazado por el gobierno desde hace dos años y profundiza los padecimientos
de las mayorías populares. Trabajadores, jubilados, mujeres, jóvenes,
estudiantes, científicos, niños, madres, docentes, desocupados, farmacéuticos,
emprendedores, extranjeros, pequeños empresarios, productores rurales,
comerciantes, médicos, castigados, perdiendo derechos. Y todos en la calle
para torcer el camino del macrismo y sus mandantes.

Por otro lado, banqueros, especuladores, empresas multinacionales, amigos


del poder, CEOs de trasnacionales, multimedios, funcionarios, se benefician y
realizan los mejores negocios jamás imaginados, licuando sus pingües
ganancias en paraísos fiscales.

Nuevamente, como hace 208 años, el pueblo -en la calle- quiere saber de qué
se trata, porque este gobierno ha apelado al secretismo (como en la insistencia
en suscribir un tratado de libre comercio con la Unión Europea cuyos términos
y condicionalidades no conocen ni los congresistas), a las noticias falsas, a la
creación de un imaginario colectivo de la necesidad de “abrirse al mundo” para
entregar las riquezas nacionales y las empresas públicas a las grandes
corporaciones.

Rodeado de vallas y fuerzas de seguridad y tras compartir un chocolate con


funcionarios e integrantes de otros poderes del Estado en la Casa Rosada, el
Presidente caminó a media mañana desde allí hasta la Catedral para participar
del Tedeum. Lo hizo en el marco de un fuerte operativo de custodia y,
obviamente, sin contacto con la gente.

Poco más tarde, miles y miles de argentinas y argentinos salieron otra vez a la
calle, quizá ya sabiendo de qué se trata. “Reafirmamos la necesidad de integrar
nuestro destino con el de los pueblos de nuestra Patria Grande. Nuestra Patria
es América, gritamos los que supimos enfrentar al colonialismo y al Plan
Cóndor (…) Nos enfrentamos al gobierno de Macri, por el camino de la
democracia, en las calles y los haremos también en las urnas", prometieron.

RUBÉN ARMENDÁRIZ
PERIODISTA Y POLITÓLOGO URUGUAYO, ASOCIADO AL CENTRO
LATINOAMERICANO DE ANÁLISIS ESTRATÉGICO
(CLAE, www.estrategia.la )

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