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AUTONOMA DE VERACRUZ
(UPAV)
MATERIA
POLÍTICA SOCIAL
CUATRIMESTRE
NOVENO
DOCENTE
FILOSOFO AMADOR JUAREZ VALENCIA
TRABAJO
ANTOLOGÍA
ESTUDIANTE
PAMELA PONCE SALAS
15 DE AGOSTO DE 2015
ÍNDICE
UNIDAD I.......................................................................................................................4
HISTORIA DE LA POLÍTICA SOCIAL EN MÉXICO...............................................4
1.1 GÉNESIS Y EVOLUCIÓN DE LA POLÍTICA SOCIAL EN EL MÉXICO
POSREVOLUCIONARIO............................................................................................4
1.2 LA POLÍTICA SOCIAL PREVIA A LA CRISIS...................................................8
1.2.1 POLÍTICA LABORAL.........................................................................................8
1.2.2 POLÍTICA DE SALUD........................................................................................9
1.2.3 POLÍTICA DE VIVIENDA................................................................................12
1.2.4 POLÍTICA EDUCATIVA...................................................................................13
1.2.5 ATENCIÓN A GRUPOS MARGINADOS......................................................14
1.3 LA ADMINISTRACIÓN DE LA POBREZA EN MÉXICO................................17
UNIDAD II....................................................................................................................21
LA POLÍTICA SOCIAL EN EL MÉXICO DE HOY.................................................21
2.1 CARACTERÍSTICAS DE LA POLÍTICA SOCIAL EN MÉXICO....................21
2.2 OBJETIVOS DE LA POLÍTICA SOCIAL MEXICANA....................................23
2.3 MÉTODOS DE FOCALIZACIÓN EN LA POLÍTICA SOCIAL EN MÉXICO 24
2.4 INSTITUCIONALIZACIÓN DE LA POLÍTICA SOCIAL EN MÉXICO...........26
2.5 LEY GENERAL DE DESARROLLO SOCIAL..................................................29
UNIDAD III...................................................................................................................31
LA POLÍTICA SOCIAL DE MÉXICO 1995-2000: EVALUACIÓN DE
RESULTADOS............................................................................................................31
3.1 LOS AVANCES RECIENTES.............................................................................31
3.2 EVALUACIÓN DE PROGRAMAS SOCIALES: UNA PRIMERA
APROXIMACIÓN........................................................................................................33
3.3 EL MODELO PROPUESTO...............................................................................34
3.4 EL CONTEXTO DE LAS EVALUACIONES.....................................................36
3.5 LA EVALUACIÓN DEL PROGRESA................................................................39
3.7 RESULTADOS.....................................................................................................45
UNIDAD IV..................................................................................................................49
EVALUACIÓN DE LA POLÍTICA SOCIAL DE 2000-HASTA NUESTROS DÍAS
.......................................................................................................................................49
4.1 OPORTUNIDADES.............................................................................................49
4.2 EL IMPACTO DE OPORTUNIDADES EN LAS FAMILIAS BENEFICIARAS
.......................................................................................................................................50
4.3 VULNERABILIDAD Y POBREZA DE LAS FAMILIAS BENEFICIARIAS....59
ANEXOS......................................................................................................................63
INTRODUCCIÓN
En esta antología nos inmiscuiremos en la política social de nuestro país, desde sus
inicios y como es actualmente, sabemos que hoy en día el gobierno está dividido en 3
poderes, el Poder Ejecutivo reside en el Presidente; el Poder Judicial en la Suprema Corte
de Justicia de la Nación y el Poder Legislativo en el Congreso de la Unión, conformado
por Senadores y Diputados que representan a cada estado de la federación.
Sin embargo, se repite la historia de lo que venía siendo hasta hace unos años y que el
escenario actual es considerado por muchos como una utopía, pues el país se encuentra
sumido en lo que Mario Vargas Llosa, uno de los más grandes escritores
latinoamericanos, refirió como la “dictadura perfecta”; ya que el PRI mantuvo el poder
durante 76 años consecutivos y ahora lo retoma por 6 años más, claro siempre y cuando
los mexicanos lo permitamos.
Este partido nació en 1910 proclamando ser el partido que enarbolaba los ideales de la
Revolución Mexicana y quien a partir de 1929 ofrece al país paz social y estabilidad
política en las manos de distinto representantes que nunca se reeligieron. Sin embargo
con el paso de los años y bajo el mandato del presidente Carlos Salinas de Gortari, se
convierte en un partido neoliberalista, bajo el cual México se inicia en la apertura
comercial y la firma de tratados internacionales, siendo el primero y el más grande de
todos el firmado con sus países del norte, EUA y Canadá en el Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés).
Hoy, el pueblo mexicano elije de nuevo al representante del PRI, Enrique Peña Nieto,
quien tiene la gran responsabilidad de continuar la labor de su antecesor en la lucha por
hacer de México el lugar que los mexicanos desean tener, pero en sus 3 años de gobierno
no ha logrado y nos está perjudicando aún más.
UNIDAD II
Para los doctores sería difícil obtener siempre un buen diagnóstico si únicamente
midieran la presión sanguínea de su paciente. Lo mismo sucede con cualquier problema
social, incluyendo el de pobreza: si por simplicidad sólo usáramos un indicador, por
ejemplo, el ingreso, podríamos tener un panorama engañoso de la situación social del
país.
Para resolver este problema, la Ley General de Desarrollo Social (LGDS),
promulgada en México en 2004, creó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social (CONEVAL), el cual tiene dos funciones principales: medir la pobreza en
forma multidimensional y evaluar las políticas y programas sociales.
La LGDS establece que la medición de pobreza debe tener varias características:
debe vincular de manera sencilla los programas sociales con la pobreza con el objetivo de
guiar las decisiones de política pública; se tiene que definir en el espacio de derechos
sociales así como del ingreso, y debe incluir las siguientes dimensiones: ingreso, rezago
educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y
espacios de la vivienda, acceso a los servicios básicos en la vivienda, acceso a la
alimentación y grado de cohesión social.
Como se puede ver, para el CONEVAL el reto metodológico de elaborar esta
medición de pobreza multidimensional era enorme. ¿Cómo le hicimos? Como se puede
ver en la figura, primero identificamos a toda la población dentro del espacio de los
derechos sociales: a aquéllos que no tienen ninguna carencia social y a quienes cuentan
con al menos una carencia social. Posteriormente identificamos a la población dentro del
espacio del ingreso. Tal como lo hicimos en el espacio de derechos sociales, dividimos a
aquéllos con un ingreso mayor o menor a valor de la canasta alimentaria y no alimentaria
usando una línea de pobreza por ingresos a la cual nombramos Línea de Bienestar
Económico (LBE).
Para propósitos de identificación, la población en pobreza multidimensional son las
personas que no cuentan con ingreso bajo Y ADEMÁS cuentan con al menos una
carencia social. Pero dado que toda la población es relevante para propósitos de política
pública, no basta con sólo identificar a la población pobre. Esta metodología también
permite identificar a los hogares vulnerables, tal como se muestra en la figura. Primero
están aquellos con un ingreso relativamente alto, pero que padecen al menos una
carencia social. Por ejemplo, una persona que trabaja por su cuenta y tiene un ingreso
mensual de 20,000 pesos, pero no tiene derecho a acceder a los servicios de salud o a la
seguridad social. Esta persona es vulnerable en el espacio de los derechos sociales.
También están los que no tienen ninguna carencia social pero cuentan con un ingreso
bajo. Una persona en esta situación es aquella que acaba de entrar a una etapa
económica difícil, pero sí tiene acceso a todos los derechos sociales. Ésta es vulnerable
en el espacio de bienestar económico porque en el futuro puede carecer de alguno de sus
derechos sociales. Finalmente, la metodología identifica a la población con ingreso
suficiente para satisfacer sus necesidades básicas y que no cuenta con ninguna carencia
social. El objetivo principal del desarrollo social y de política pública debe ser que toda la
población se encuentre en esta situación.
Esta forma de múltiples dimensiones de medir los problemas sociales puede guiar
la política pública, no sólo para disminuir la pobreza sino también para reducir la
vulnerabilidad a través de mejores mecanismos económicos y sociales. Los beneficios de
la población deben ser tanto en el espacio de los derechos sociales como del ingreso.
Al usar el enfoque de derechos sociales para medir la pobreza, no sólo se alinea la
medición de pobreza con el mandato de la Constitución Mexicana y de la LGDS, también
ayuda a solucionar algunas cuestiones metodológicas. En particular, se resuelve el
problema de los ponderadores y los umbrales. Al ser todos los derechos sociales igual de
importantes, la ponderación es la misma para todas las dimensiones sociales. Asimismo,
las regulaciones mexicanas han seleccionado diversos umbrales. Por ejemplo, en la
Constitución se indica que el nivel mínimo de educación en México debe ser educación
básica; por lo tanto, este es precisamente el umbral que usamos para esta dimensión.
UNIDAD III
A. ¿Qué es el PROGRESA?
El Programa de Educación, Salud y Alimentación (PROGRESA) es el principal
instrumento que ha diseñado el Gobierno de México para revertir las condiciones de
pobreza y marginación que enfrenta la población de las zonas rurales del país.
Su concepción, parte de la premisa de que las precarias capacidades básicas de
la población pobre, representan el principal condicionante que limitan su desarrollo e
inserción social.
En este sentido, la interacción positiva que se genera entre la educación, la salud y
la alimentación, se concibe como un instrumento eficaz para potenciar las capacidades de
las personas y ampliar sus oportunidades para alcanzar mayores niveles de bienestar en
el futuro.
El diseño y la operación del (PROGRESA) surge en un contexto atípico. Para su
diseño, se partió de un diagnóstico acerca de la situación de pobreza extrema de las
comunidades rurales del país, al tiempo que a los distintos componentes del programa se
les definieron objetivos medibles muy precisos. Esta situación permitió que se definiera
un grupo bajo tratamiento y otro de control, así como un esquema de generación de
datos, que ha significado la recopilación periódica de información bajo un modelo de
panel, que genera evidencia longitudinal sobre la evolución del grupo con tratamiento y el
de control.
Este programa inició en 1997, y tiene los siguientes objetivos:
a. Mejorar las condiciones de educación, salud y alimentación de las
familias en pobreza extrema, particularmente de los niños, niñas y
madres
b. Mediante una concepción integral, garantizar que el rendimiento
escolar no se vea afectado por la falta de salud, la presencia de
desnutrición o debido a la necesidad de realizar actividades laborales
de parte de los niños y jóvenes
c. Procurar que las familias dispongan de medios y recursos para que
sus hijos completen la educación básica
d. Fomentar la corresponsabilidad y participación activa de los padres
en beneficio de sus familias
e. Promover la participación de las comunidades en las acciones de
política social.
Las reglas de operación del programa, prevén una activa participación de las
familias y las comunidades, bajo un esquema de corresponsabilidad (véase la figura 4 en
el anexo 7) que premia la constancia y el interés de las familias para revertir su situación
de extrema pobreza.
El compromiso se manifiesta en la voluntad de que los hijos permanezcan en los
centros educativos y todos los miembros del hogar acudan a revisiones periódicas a las
unidades de salud. Además, se insta a las madres para que participen en las pláticas
comunitarias en donde se les capacita en acciones de educación para la salud,
saneamiento ambiental y convivencia comunitaria.
Fomentar una actitud responsable, basada en el respeto por las decisiones
familiares y con la plena participación de las comunidades, representa uno de los activos
más importantes del programa.
Al incorporarse al PROGRESA, las familias asumen ante ellas mismas y sus
comunidades, el compromiso de cumplir estrictamente con las responsabilidades que se
les asignan como parte de su participación en el programa.
Así, la entrega de los apoyos está condicionada a la asistencia regular de los niños
a los planteles educativos, así como a las visitas periódicas de todos los miembros del
hogar a los centros de salud en las comunidades.
El incumplimiento de los compromisos contraídos en materia de salud y educación,
conlleva a la cancelación automática de los apoyos conforme a los siguientes criterios que
son del conocimiento de las familias y están plasmados en las reglas de operación:
1. Educación:
Suspensión Temporal: La beca educativa se suspenderá cuando un
beneficiario registre más del 15% de inasistencias no justificadas. La
suspensión del pago de la beca corresponderá al mes en que se
hayan registrado las faltas.
Suspensión Definitiva: La beca educativa y el monto destinado a la
reposición de útiles escolares, se suspenderán durante todo el
periodo restante del ciclo escolar, al momento de que el alumno
acumule más del 15% de inasistencias injustificadas respecto al total
de días hábiles del calendario escolar.
2. Alimentación:
Los apoyos alimentarios se suspenderán cuando los integrantes de la familia
beneficiaria no cumplan con las visitas periódicas a los centros de salud o cuando la
madre de familia no acuda a la plática mensual de educación para la salud.
Por otra parte, los apoyos del programa se suspenderán por tiempo indefinido en
las siguientes situaciones:
Cuando en tres ocasiones consecutivas la titular no asista a recibir
los apoyos
Cuando en tres bimestres consecutivos la familia no cumpla con sus
obligaciones en materia de salud
Una característica muy importante que le ha ganado adeptos al programa, es la
manera en que se revalora el papel de la mujer en la sociedad, y en particular en lo que
se refiere a su rol como madre de familia y su participación en las decisiones del hogar.
Por cuestiones de carácter cultural, tradicionalmente las mujeres han sido
marginadas de las decisiones familiares y de manera más marcada en lo que se refiere a
la toma de decisiones con relación al manejo del presupuesto del hogar.
Por ello, reconociendo su gran capacidad para la administración de los recursos,
su gran sentido de responsabilidad con relación a la crianza y educación de los hijos, su
espíritu de sacrificio para anteponer los intereses del grupo familiar a los propios, los
mecanismos de operación del PROGRESA reconocen su labor y le han conferido un
papel protagónico a las madres de familia en el programa. De esta manera, los apoyos
monetarios en efectivo, que se proporcionan cada dos meses, les son entregados
directamente a ellas.
3. Modelo de Evaluación
La etapa de evaluación es una de la más importante de toda acción de política
pública. Precisar los propósitos de la evaluación, identificar la información apropiada, así
como definir criterios y seleccionar los procedimientos metodológicos adecuados, resulta
fundamental para responder a preguntas relacionadas con la efectividad de las acciones y
a la pertinencia de los programas.
En el proceso de evaluación, se reconoce que la mayoría de las veces resulta muy
complejo identificar con precisión los cambios atribuibles a la acción de los programas, ya
que es muy común que en los fenómenos asociados al comportamiento de poblaciones
humanas interactúen distintas variables que no permitan aislar, en forma perfecta, los
cambios que se manifiestan como respuesta a las intervenciones realizadas, de aquellos
que se presentan por causas exógenas que no pueden ser atribuidas al programa y que
no siempre son fáciles de identificar.
Por ello, desde su concepción, el PROGRESA tuvo muy claro que disponer de un
sistema ágil y moderno de monitoreo y evaluación, representaba un aspecto fundamental
en la instrumentación y operación del programa, así como para determinar la viabilidad de
las acciones para cumplir su propósito y contribuir a revertir la situación de marginación
de las familias beneficiadas.
La aplicación de un programa como el PROGRESA representaba un hecho inédito
en el caso de México. Asimismo, tampoco se registran experiencias exitosas que
documenten la manera en que evoluciona el nivel de bienestar de los beneficiarios, como
consecuencia de las intervenciones realizadas por el Estado a partir de la aplicación de un
programa de política pública con carácter integral y en el que interactúan varias
dependencias del gobierno federal.
A) Diagnóstico. En este contexto, para el programa resultaba fundamental partir
de un diagnóstico preciso del volumen de población en situación de extrema pobreza, de
los factores estructurales que la condicionan, así como de las características
sociodemográficas de las familias y su ubicación geográfica.
De esta forma, era necesario conocer cuántos y quiénes eran los pobres, en el
entendido de que de la respuesta a estas interrogantes, depende del concepto de
privación que se aplique para estudiar la pobreza.
La estrategia utilizada para identificar a los pobres extremos parte de un enfoque que
busca relacionar la situación económica de los hogares, medida a partir de su ingreso
corriente, con las capacidades de los miembros del hogar y sus correspondientes
funcionamientos.
Para enfrentar esta situación, se decidió realizar un levantamiento de información
inicial en aquellas localidades del país que se identificaron con mayores niveles de
marginación. Así, se puso en marcha la Encuesta de Caracterización Socioeconómica
(ENCASEH) que significó visitar más de 4 millones de hogares de las zonas rurales del
país, recabando datos sobre las características económicas, sociales y demográficas de
las familias, así como de la situación de sus viviendas y la tenencia de enseres
domésticos en el hogar.
Así, la evaluación del impacto del programa consiste en establecer contrastes entre la
situación que guardaban las familias en ausencia del programa (to) y aquella que
presentan toda vez que ya han sido durante algún tiempo beneficiarios.
Para lograr este propósito, se recolecta periódicamente información individual familiar y de
las comunidades, con el fin de disponer de elementos informativos que le permitan
precisar si los cambios favorables observados en la población de referencia (los
beneficiarios), se deben asociar con las intervenciones generadas por el programa.
En este contexto, se dispone de la Encuesta Continua de Evaluación (ENCEL), que
registra información sobre las familias y personas que actualmente se encuentran
beneficiadas por el programa y que para fines del modelo de evaluación se considera
como el grupo con tratamiento. Por otra parte, también se realiza una selección de
localidades que tienen hogares con características de marginación similares a la de los
hogares beneficiarios, pero que no está considerado en el padrón. A este conjunto de
hogares se le denomina grupo de control (véase figura 6 en el anexo 9 de esta antología).
La ENCEL contiene una gran variedad de temas que se corresponden con los
investigados en la encuesta inicial de caracterización socioeconómica de los hogares. El
contenido de los cuestionarios que se aplican se presenta en la tabla 2.
Además de la información que se utilizó como línea de base, a la fecha se han realizado
cinco rondas de la encuesta de evaluación, de modo que se dispone de un panel de
observaciones que permiten conocer la evolución de los hogares y sus miembros, con
relación a los efectos que las intervenciones han tenido en los diferentes componentes
que maneja el programa.
Tabla 2
Contenido temático de la Encuesta de Evaluación (ENCEL)
Migración
Migrantes definitivos
Cambios en la estructura familiar
3.7 RESULTADOS
A la fecha, se han efectuado diversas evaluaciones de los efectos del PROGRESA en los
niveles de bienestar de la población. Hasta ahora los resultados obtenidos son
alentadores y muestran un efecto positivo del programa en la salud, la educación y la
alimentación de la población beneficiaria.
A. Educación
Es de todos conocidos que los factores asociados al rezago educativo en las áreas
rurales están asociados fundamentalmente al menos a tres aspectos estructurales:
En las familias en extrema pobreza, sólo el 85% de los niños de 12 años de edad
permanece inscrito, en tanto que para las mujeres de la misma edad el porcentaje se
ubica alrededor del 80%. Esto refleja que la falta de continuidad escolar representa uno
de los problemas más importantes para incrementar el nivel educativo de la población.
B. Trabajo Infantil
Uno de los aspectos centrales en el diseño del componente educativo del PROGRESA,
está orientado a desalentar el trabajo infantil a partir enfatizar que la inversión en capital
humano es un factor fundamental para salir de la pobreza en el largo plazo.
Era de esperarse, que la condición de entrega de los estímulos a las familias, genere un
incremento en las tasas de matriculación y por cierto contribuya a disminuir la presencia
de menores en actividades económicas que contribuyan al ingreso familiar o ayuden al
manejo de algún negocio propiedad de los hogares.
Era lógico suponer que la entrega de becas a los hogares desalentara el trabajo infantil,
dado que las reglas de operación del programa establecen que es obligatoria la asistencia
regular de los niños a los planteles educativos como condición fundamental para recibir
este apoyo. Sin embargo, lo importante era valorar si los incentivos entregados por el
programa eran superiores a los costos de oportunidad que representa para las familias
mantener a sus hijos realizando actividades económicas.
C. Salud
La salud de la población se identifica como una condición básica para lograr un mejor
aprovechamiento y rendimiento escolar, así como adecuados niveles de productividad y
eficiencia laboral. Por ello, a través del PROGRESA se condiciona la entrega de los
beneficios a la asistencia periódica de todos los integrantes de las familias a los centros y
unidades de salud.
En este sentido, y al igual que en el caso del componente educativo, se esperaba que la
entrada en operación del programa fuera suficiente para lograr un incremento en la
asistencia de las familias a las unidades de salud. A partir de los resultados que se
presentan en la figura 13, se puede observar que existen diferencias significativas en el
promedio de consultas otorgadas mensualmente para atender a la población menor de 5
años, entre las submuestras que se comparan.
Existen situaciones en donde a pesar de que existen centros de salud, la población de las
comunidades no asiste a solicitar el servicio. De hecho, en la figura 14 se observa que el
nivel de escolaridad de la madre es una variable que incide en la concurrencia de las
familias para la atención de la salud.
Esto confirma que el nivel de educación de la madre es una variable que se debe
controlar cuando se analiza el efecto del programa con relación al cuidado de la salud de
los miembros del hogar. El no considerar la correlación positiva entre estas dos variables
puede conducir a sesgos de especificación en el modelo y por supuesto a errores de
interpretación en los resultados.
D. Alimentación
A cada una de las familias beneficiarias del PROGRESA, se les entrega un monto de 135
pesos mensuales con la intención de que estos recursos contribuyan a formar el
presupuesto familiar, buscando que esto se traduzca en una mayor compra de alimentos y
por supuesto en un mejor estado nutricional de las personas.
Asimismo, dentro del gasto alimentario, se observa las diferencias que se han
manifestado en la estructura de la demanda en los hogares que participan en el
PROGRESA. Se ha manifestado un incremento del 33% en el presupuesto que los
hogares destinan para la compra de leche y sus derivados, en tanto que los recursos
destinados a la compra de carne han aumentado en 24%. Desde el punto de vista
nutricional, esta estructura del gasto alimentario se considera adecuada ya que la
proteína que proporciona este tipo de alimentos es de alta calidad biológica, lo cual
contribuye al adecuado desarrollo físico e intelectual de las personas.
Este tipo de resultados, combinados con la atención de las madres a los programas de
vigilancia nutricional, hacen pensar que a través del PROGRESA se está contribuyendo a
atender los problemas de desnutrición crónica y aguda que aquejan a la población infantil.
UNIDAD IV
4.1 OPORTUNIDADES
Las mujeres – madres son las titulares del programa y quienes reciben los apoyos.
Tanto el dinero de las becas educativas como el que corresponde al apoyo alimentario es
enviado bimensualmente a las mujeres titulares a través de transferencias electrónicas.
Aunque hay varias dimensiones posibles para el análisis del impacto del programa en el
nivel de vida de los hogares, se han privilegiado dos áreas: el impacto que se puede
observar en el consumo y el gasto de los hogares y el que se ha dado en la vivienda
(aunque el tratamiento de estas dos áreas necesariamente lleva a considerar la
escolaridad y la capacidad doméstica de generar ingresos, entre otros factores).
Posteriormente, se plantean algunos factores de cambio –en un nivel de reflexión distinto-
en la vulnerabilidad y la pobreza de los grupos domésticos.
El consumo es una práctica moldeada por patrones culturales, por las condiciones
económicas del grupo doméstico familiar y, en particular, por los ingresos monetarios de
los que se dispone. A pesar de que los resultados de este estudio coinciden con
Hernández y Pérez (2003) cuando afirman que el gasto de los hogares urbanos y rurales
en México es eminentemente monetario, las familias entrevistadas han logrado mantener
cierto nivel de ‘auto-provisionamiento’, especialmente a través de maíz cultivado para el
consumo familiar y de frutas de huertos familiares o verduras recolectadas en el campo.
Sin embargo, el maíz alcanza para muy pocos meses y casi siempre se tiene que
completar con maíz que se adquiere en el mercado. En muchas ocasiones, los hombres
que anteriormente se dedicaban a dicho cultivo han decidido dejar el campo para
emplearse como asalariados en otros sectores, ante la creciente caída en la productividad
agrícola y el aumento en el costo de los fertilizantes y herbicidas. Además, las frutas y
verduras que se cultivan en las huertas o patios familiares o se recolectan en el campo
son estacionales y su disponibilidad depende de condiciones climáticas favorables.
Igualmente, se observa que una parte relevante de los artículos electrodomésticos y de
vestir de nuestros informantes y sus familias provienen en forma de regalos de sistemas
informales de intercambio. Es frecuente que los hijos casados (o solteros que trabajan a
cambio de un salario) obsequien algunas prendas a sus progenitores, un radio o una
lavadora, especialmente para celebrar los días del padre y de la madre, pero aún sin
fechas específicas de celebración. No obstante lo anterior, la mayor parte del consumo de
las familias estudiadas depende de ingresos monetarios.
Dadas las condiciones de escasez (ingresos monetarios muy reducidos) que caracterizan
a la mayoría de las familias de las comunidades estudiadas, el consumo es una práctica
restringida. En casi todos los casos, las mujeres entrevistadas declararon contar con
aproximadamente la mitad de los ingresos necesarios para cubrir los gastos ‘deseados’ de
alimentación. Como sabemos, los patrones de consumo son histórica y culturalmente
moldeados, de manera que los cálculos que estas mujeres hacen corresponden a un ideal
de consumo que ellas consideran adecuado para las necesidades, sus costumbres y
gustos familiares. Nuestras informantes, en casi todos los casos, refirieron cantidades
ideales de por lo menos el doble de lo que en realidad disponen para la compra de
alimentos. Se trata, entonces, de una realidad marcada por las restricciones en el campo
del consumo. Aunque las restricciones son más agudas en algunos rubros del consumo
que en otros y en general las mujeres (especialmente cuando son madres) tienden a
proteger la alimentación por encima de otras prácticas, es claro que la gente consume
mucho menos de lo que le gustaría o cree necesario consumir.
Relacionado con el consumo y el gasto, pero también de forma directa con la educación
de los hijos, el apoyo de Oportunidades ha tenido un impacto en la escolaridad de los
jóvenes y niños e, igualmente, en las condiciones en las que realizan sus estudios. Estos
asisten más regularmente a la escuela, van mejor equipados a tomar sus clases, con
materiales educativos más completos, mejor vestidos y mejor alimentados.
Más aún, contamos con evidencias de que el programa ha logrado postergar la entrada
definitiva de muchos jóvenes al trabajo productivo (agrícola por su cuenta o asalariado en
otros sectores económicos) y prolongar su periodo de exposición a la escuela (tal es el
caso de muchos jóvenes en El Capricho, en Cuechod y en otras localidades estudiadas).
Sin embargo, los gastos relacionados con la asistencia a la escuela compiten con otras
áreas del consumo, como la alimentación o el cuidado de la salud. Se llega en algunos
casos al punto en el que estos servicios y el consumo alimenticio tienen que ser
severamente restringidos. Los conocidos trade-offs de los pobres no desaparecen sino
que se invierten o se trasladan a otros niveles, con tal de cumplir con el compromiso o
corresponsabilidad con el programa y con el sueño tantas veces postergado de brindar
escolaridad a los hijos. Muchos son los testimonios que indican que los apoyos en forma
de becas educativas tienen un impacto menor en el nivel de primaria (aunque el dinero es
siempre necesario), que en secundaria y preparatoria, cuando las familias tienen que
desembolsar cantidades fuertes en el transporte de los hijos a la escuela (debido a que,
en muchos casos, las escuelas secundarias y preparatorias sólo se encuentran en las
cabeceras municipales). Así, abundan las opiniones de mujeres titulares del programa de
que el nivel primario es fácilmente alcanzable, aún sin las becas, pero que sin los apoyos
de Oportunidades los jóvenes difícilmente accederían a niveles educativos más elevados.
Cambios en la vivienda
En Costa Azul, por ejemplo, las inversiones que las familias titulares han realizado en sus
viviendas se explican, más bien, como el resultado del arduo trabajo femenino en las
tareas del ‘descabece’ del camarón. Así, familias que en los años previos a su
incorporación vivían en un solo cuarto, cuentan ahora con dos habitaciones. En otros
casos, las inversiones en la vivienda son el producto de estrategias femeninas y
domésticas que nada tienen que ver con el programa (como el de una mujer de Costa
Azul que declara que ha hecho mejoras a su casa con el dinero que le quitaba a su
marido antes de que éste se lo gastara en alcohol).
En todo caso, contar con el acceso a ese patrimonio ha sido para algunas familias una
ayuda sumamente importante para autoconstruir una vivienda. Muchos son los casos de
individuos y familias en los que en el proceso de exposición al programa Oportunidades
lograron contar con casa propia gracias, precisamente, a que el padre, un tío o algún otro
pariente les heredó la casa o permitió que construyeran su propio cuarto en un terreno de
su propiedad.
Dicho organismo proporcionaba los materiales de construcción a las familias que contaran
con un lote para la edificación de sus viviendas. Así, quienes resultaron beneficiarios
fueron aquellos que lograban combinar varios de los factores aquí señalados: el acceso al
patrimonio familiar (heredar un lote) y contaban con mano de obra y conocimientos en la
construcción (ver abajo).
Los regalos de los hijos: En casi todos los casos encontramos que buena parte de
los muebles y los aparatos del hogar (refrigerador, estufa, radios, modulares, televisión)
provienen en forma de regalos que los hijos casados o solteros que trabajan les hacen a
sus padres. Así, aunque muchas familias han adquirido este tipo de aparatos en los
últimos siete años, el periodo de exposición al Programa Oportunidades, no podemos
concluir que se deba a un impacto del programa. La gran mayoría de los casos hablan de
obsequios y regalos que los hijos que viven y trabajan fuera de la comunidad hacen a su
grupo doméstico de origen.
Por lo dicho anteriormente, es claro que existen factores -no directamente vinculados con
Oportunidades- que han formado parte de los procesos analizados en la investigación.
Por un lado, el ciclo doméstico y su influencia en las condiciones doméstico-familiares que
inhiben o facilitan el bienestar. Es extremadamente importante resaltar el tránsito hacia la
etapa de consolidación del ciclo doméstico -caracterizada por menores presiones
económicas y por el aumento del número de miembros capaces de generar ingresos- que
muchos de los hogares que fueron incorporados al programa en 1997 han experimentado
en los últimos años. Por otro lado, es menester tomar en cuenta el paso a la jefatura
femenina, de jure o de facto, que se observa en algunos hogares como un evento
reciente, sucedido o largo de los últimos siete años, a causa de separaciones y divorcios.
Las formas en las que el programa Oportunidades está operando –apoyo a familias con
hijos pequeños en edad escolar y paso a las “puertas de salida” (EDA y PJO) unos años
después- parecen responder apropiadamente a por lo menos una de las principales
etapas del ciclo que son más críticas (con más presiones económicas) que otras. Como
se ha discutido en otros textos, el ciclo doméstico es una herramienta analítica relevante
para el estudio procesual de las familias y los hogares, en donde se privilegian los
cambios a lo largo del tiempo en la organización social y la composición de dichas
unidades sociales.
Se ha planteado que las etapas del ciclo son construcciones analíticas del tiempo familiar
que corresponden a situaciones temporales observables en la realidad que son
cualitativamente distintas entre sí. Estas construcciones analíticas poseen un alto valor
heurístico en tanto permiten captar variaciones en la organización social y económica a
lo largo del tiempo familiar, antes que secuencias normativas (González de la Rocha
1994, Ariza, González de la Rocha y Oliveira 1994). Así, es posible observar distintos
arreglos domésticos y etapas del ciclo que tienen consecuencias importantes para el
bienestar de los miembros. Según estas ideas, hay dos etapas críticas o caracterizadas
por la mayor vulnerabilidad y pobreza de los miembros del hogar: la expansión, cuando la
descendencia aumenta y la relación de dependencia es muy alta, y la de dispersión
avanzada, cuando los hijos se han ido y los viejos (o alguno de los dos progenitores)
quedan solos con muy mermadas capacidades para la generación de ingresos. En medio
de estos dos extremos se ubica la etapa de consolidación o equilibrio en la que los
miembros del grupo doméstico pueden gozar de mayor holgura y bienestar, dadas las
mayores posibilidades de generar ingresos con la participación de los hijos en el mercado
de trabajo (González de la Rocha 1994).
En esos casos, los emigrados siguen formando parte del grupo doméstico y, aunque su
ausencia genera dinámicas distintas, sus ingresos siguen alimentando la economía de los
hogares y su pertenencia al hogar no es por nadie cuestionada. Más bien, estamos
hablando de los cambios en la jefatura del hogar, de masculina a femenina, como
resultado de separaciones y rupturas de las uniones, que en la mayor parte de los casos
no están asociadas al programa Oportunidades, aunque algunas mujeres pueden decidir
abandonar a un marido golpeador cuando tiene la certeza de un ingreso seguro. El
cambio de jefatura masculina a femenina no es en sí mismo positivo o negativo y,
tampoco, es en sí mismo un factor que aumente el impacto del programa Oportunidades o
lo inhiba. Más bien, el paso a la jefatura femenina como un factor positivo o como uno que
inhibe los impactos del programa depende del tipo de relaciones sociales dentro del hogar
y del grado hasta el cual los hombres juegan, o no, el papel de proveedores económicos
(tanto antes como después de la ruptura).
Sobresalen los casos de las mujeres que por su propia decisión abandonaron a sus
maridos golpeadores (y que, además de ser violentos no eran proveedores responsables
y pretendían controlar los magros ingresos familiares). En esos casos, el progreso
experimentado a lo largo de los últimos seis o siete años no es solamente el producto de
la incorporación de la familia al programa Oportunidades sino, también, al hecho de que
estas mujeres controlan sus ingresos desde que dejaron al marido, pueden privilegiar
ciertas áreas del consumo (como la alimentación y la educación de los hijos) y viven, en
general, en ambientes domésticos mucho más relajados y relativamente armoniosos.
Cuando en las entrevistas se les pedía que nos dieran indicios de su bienestar pasado y
actual (a partir de su inserción al programa) referían cambios muy positivos pero siempre
vinculados a su nueva situación de mujeres solas con sus hijos (o nietos).
Estas mujeres perciben cambios importantes en sus vidas: mejores dietas, presupuestos
más holgados, y en general, mayor bienestar asociado al hecho de que –como un logro
personal- tomaron la correcta decisión de dejar al marido.
El hombre, en este caso, era un buen proveedor económico y llevaba a casa, “arrimaba”,
todo un conjunto de productos para el consumo de la familia. Quizás por ello su
abandonada esposa no ha visto cambios drásticos en la dieta familiar, pues el dinero de
Oportunidades –en la práctica- sustituyó algunas de las aportaciones perdidas.
En todo caso, aún en los escenarios domésticos en los que el paso de la jefatura
masculina a la femenina se ha vivido como un aspecto positivo en el bienestar de las
mujeres y sus hijos (porque experimentan menor violencia y mayor participación en la
toma de decisiones y en el control de los ingresos domésticos), es un hecho que las
separaciones (sean por decisión femenina o por abandono masculino) están asociadas a
la pérdida de un generador de ingresos. En ese sentido, la separación puede interpretarse
como un factor de crisis familiar, en la que súbitamente se carece de una proporción de
los ingresos (aunque las contribuciones masculinas sean muchas veces erráticas,
magras, y “costosas” para las mujeres). Por ello, y no porque consideremos que los
escenarios domésticos de jefatura femenina sean casos patológicos y desviados de un
ideal tradicional (véase Chant y Craske 2003, González de la Rocha 1999), el paso a la
jefatura femenina es un evento a tomarse en cuenta en esta reflexión en el sentido
siguiente:
En este texto abordamos únicamente los dos primeros recursos (fuerza de trabajo y
vivienda) y dejamos los otros dos para análisis posteriores.
Incluso en los casos en los que las mujeres salen de sus espacios domésticos para
realizar actividades remuneradas, lo hacen en mercados de trabajo que ofrecen muy
bajos salarios y nulas prestaciones a las trabajadoras. En esas circunstancias, entonces,
el proceso de feminización de las economías domésticas es un factor asociado a la
vulnerabilidad. Ello no quiere decir, sin embargo, que neguemos la importancia de los
ingresos de las mujeres. Millones de familias mexicanas sobreviven gracias a esos
magros ingresos y, sin ellos, el problema de la pobreza sería mucho más profundo. Pero
el hecho de que los ingresos –precarios e irregulares- de las mujeres se han convertido
en los únicos ingresos de un cada vez mayor número de hogares, o en los ingresos más
importantes, constituye un factor que debilita las capacidades de los grupos domésticos
para satisfacer las necesidades colectivas y afrontar los riesgos.
Los hogares en donde hay diversas fuentes de ingresos gracias a la participación de los
miembros en las estructuras de empleo locales o no (incluso como migrantes a los
Estados Unidos) son escenarios mucho más capaces de afrontar riesgos (tales como un
mal temporal agrícola, la pérdida del empleo de alguno de los miembros, una enfermedad,
etc.). Ello, como hemos visto, depende de las condiciones locales y regionales del
mercado de trabajo y del desarrollo del ciclo doméstico. El trabajo femenino, cuando
coexiste con la participación masculina en los procesos de generación de ingresos, es un
factor de bienestar familiar a través de la inversión de los ingresos femeninos en artículos
de consumo que las mujeres privilegian o consideran de primera necesidad (alimentos,
medicinas, artículos escolares). Las viviendas sólidas, seguras y con servicios básicos
son también un factor que aumenta las capacidades de las familias a través de mejores
condiciones para el estudio, el trabajo, el reposo y la generación de ingresos a través de
actividades productivas realizadas en casa. Los impactos positivos del programa
Oportunidades señalados anteriormente son, sin duda alguna, un impulso hacia delante
en la lucha de las familias y los individuos de superar las condiciones de pobreza en las
que han vivido por generaciones, pero no han sido suficientes para sacar a las familias de
la pobreza (debido sobre todo a que el programa no opera sobre las estructuras de
empleo y ellas son escasas y sumamente precarizadas) y no se sabe aún si el programa
puede “graduar” familias con la certeza de que lograrán mantener un nivel de bienestar a
mediano y largo plazo.
CONCLUSIÓN
Hay que mirar lo que pasa en México. La expresión ciudadana ahora está por
doquier, en una práctica que ofrece muchas tentativas para hablar de las cosas
nunca antes tratadas.
Porque por una cosa o por la otra, este ánimo estaba reprimido y acaso por el
prurito de la globalización los temas de todas partes se vuelcan sobre el intento de
los mejores proyectos de sociedad que cada quien imagina.
Lo que queda es una intensa actividad que discute todos los temas en un nivel
político. Los propios cimientos de la Carta Magna son incluso discutidos con
ahínco y si no, que se le pregunté al Subcomandante Marcos acerca de lo que
apelaba cuando lideró el movimiento rebelde en 1994.
CUESTIONARIO UNIDAD IV