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es se,
1rsc1na iza
Frente a la cantidad de preguntas
que me han sido hechas durante
esos 2 últimos mes es a raíz de la
publicación del «Cuaderno Vital
Personalizado•, tengo que precisar
ciertos datos:
En primer lugar la diferencia fun -
damental entre las técnicas terapéu-
ticas habituales y la noción de «plan
vital• que propongo es la misma
que la que existe entre medicina
académica, llamémosla medicina de
enfermedades o terapia de síntomas
y la medicina de salud, )lamérnosla
terapia preventiva de terreno. Si, en
general, la noción de tratamiento
implica la existencia .de uno o más
, el sitio para contestar a todas y cada
puntos de discrepancia entre como
es el paciente y cómo piensa que
tendría que ser, la terapía de te-
rreno busca, a través de una total
identificación de la persona y de su
modelo individual, el impedir de
que se produzcan estas alter,aci?nes
de su ser, tan físico como ps1qu1co o
espiritual que, tarde o temprano ne-
cesitarían 1a utilización de una tera·
pia sintomática. De otra parte, el
mero hecho de proteger, mantener,
o devolver la conformidad de la per-
sona, y de su modelo individual pro-
voca prácticamente siempre, la de·
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,re
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saparición de estas molestias indi-
cativas que justificaban la visita a
un terapeuta y por consecuencia di-
recta, la abolición de estas señales
de diferencia sin, muchas veces , ha-
ber tocado de verdad s u orígen y
significado.
En segundo lugar, muchos de
Uds se han extrañado de la cantidad
y diversidad de preguntas a las cua-
les hay que contestar para estable-
cer un plan vital, preguntándose de
qué sirven datos aparentemente tan
carentes de interés como saber si
las uñas se rompen y cómo, si hay
un color que más guste, si hay anto·
jos y de qu.é, etc., etc ... No es aquí
una de estas interrogantes expli-
cando a cada vez el porqué , sin em-
bargo creo muy importanre aclarar
los principios fundamentales de es·
tre cuestionario: Las peculiaridades
de cada ser, su huella individual, se
manifiesta primero: en la disconfor-
midad de este modelo estadístico
académico, al cual nadie finalmente
se parece. Por ejemplo, el
hecho de saber que una persona pa-
dece de fragilidad de faneras (uñas,
cabellos , dientes) , de una piel seca
y frágil, de unas ganas repentinas
de unos sabores ácidos, induce a
pensar que Je falta asimilar silico,
calcio y fósforo y que probablemen-
te tiene una gran tendencia antago-
nista a preparar un terreno favora-
ble a una osteoporosis al mismo
tiempo que está fabricando osteofi-
tos (picos de loro) a nivel vertebral y
articular. Estos datos vienen des-
pués confirmados o excl uídos por
otras preguntas. al mismo tiempo
que . paso a paso. se va aclarando
cuál es la alteración somática que
está en la raíz de esos síntomas. Es-
ta técnica permite, con mucho tiem-
po de adelanto, prevenir la apari-
ción de síndromes que, una vez ins-
talados, resultan mucho más difíci-
les de erradicar . Desde este punto
de vista existe una anécdota histó-
rica que merece ser recordada: hu -
bo un tiempo en Ch ina en el cual a
cada médico le eran asignadas unas
cuantas personas : mientras ellas
iban bien, el Estado pagaba al mé-
dico, el cual veía su sueldo dismi-
nuido el proporción a la cantidad de
enfermos que apar ecían entre las
personas confiadas . De esta época,
data la tradición tan elaborada de la
medicina preventiva y de la tipifi-
cación clínica china, q ue nació en
est~ ti_e mp~ ,precisamente, porque
la Justificac1on del acto médico era
la salud y no la enfermedad. Ojalá
que vuelva a darse hoy en día tan fe -
nomenal situación.
Sin mas , y dejando un sueño y
una esperanza en el aire hasta el
mes próximo .
ANDRI:: MALBY.
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