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5 diferencias entre Discapacidad

Intelectual y autismo
Estos dos fenómenos pueden solaparse, pero se vinculan con
diferentes capacidades mentales.
por Grecia Guzmán Martínez

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Ambas condiciones afectan a diferentes áreas de la vida. Unsplash.









Dentro de la categoría de los Trastornos de Neurodesarrollo sugerida por el


DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales-Quinta
Versión), encontramos dos subcategorías que son especialmente populares y en
ocasiones confusas: la Discapacidad Intelectual (DI) y el Trastorno del
Espectro del Autismo (TEA).
En tanto que pertenecen a la misma categoría, el TDA y la DI comparten algunas
características. Por ejemplo, su origen es la infancia temprana y presentan
limitaciones en áreas específicas o globales de la conducta adaptativa. Es decir,
en ambos casos la persona que tiene el diagnóstico tiene dificultades para
desarrollarse en el ámbito personal, social, académico y ocupacional de la forma
en la que se espera para su edad cronológica. No obstante, tanto su diagnóstico
como su intervención guardan algunas diferencias importantes.

En este artículo repasaremos las diferencias entre la Discapacidad Intelectual


y el autismo (o, mejor dicho, el constructo de Trastornos del Espectro Autista).

 Quizás te interese: "Trastornos del Espectro Autista: 10 síntomas y


diagnóstico"

5 diferencias entre TDA y Discapacidad


Intelectual
La Discapacidad Intelectual y el TEA frecuentemente coexisten, es decir, que
después de hacer las evaluaciones correspondientes pueden diagnosticarse
ambas cosas al mismo tiempo (en este caso se habla de una comorbilidad entre
TDA y DI). En otras palabras, es muy común que las personas con TEA
presenten también algunas manifestaciones de Discapacidad Intelectual, y
viceversa.

Sin embargo, una y otra son experiencias que difieren en algunas cuestiones, lo
que es necesario conocer para acceder a una intervención oportuna.

1. Habilidades intelectuales vs Comunicación social


La Discapacidad Intelectual se manifiesta en tareas como el razonamiento, la
solución de problemas, la planificación, el pensamiento abstracto, la toma de
decisiones, el aprendizaje académico o el aprendizaje por la propia experiencia.
Todo esto se observa en el día a día, pero también puede ser evaluado mediante
escalas estandarizadas.

En el caso del Trastorno de Espectro del Autismo, el gran criterio diagnóstico no


es el área intelectual, sino el área de la comunicación social y de la
interacción; lo que se manifiesta de la siguiente manera: poca reciprocidad
socio-emocional; poca disposición para compartir intereses, emociones o afectos;
la presencia de una alteración cualitativa de la comunicación (por ejemplo, falta
comunicación verbal o no verbal, o estereotipias en el lenguaje); y una dificultad
para adaptar la conducta a las normas de distintos contextos.

 Quizás te interese: "¿Qué es el Cociente Intelectual (CI)?"

2. El comportamiento adaptativo
En el caso de la Discapacidad Intelectual, es notoria la dificultad para alcanzar el
nivel de independencia personal que se espera según la edad cronológica. Es
decir, que sin los apoyos necesarios, la persona tiene algunas dificultades para
participar en tareas de la vida diaria, por ejemplo en la escuela, el trabajo y la
comunidad.

Esto no ocurre por una falta de interés, sino porque la persona con DI puede
necesitar una repetición constante de los códigos y de las normas
sociales para poder adquirirlas y actuar conforme a estas.

Por su parte, el comportamiento adaptativo del TEA se manifiesta a través


del poco interés por compartir el juego imaginativo o por una poca
disposición hacia el juego imitativo. También se refleja en el poco interés por
hacer amigos (por la poca intención de relacionarse con sus pares).

Este poco interés se origina porque muchas de las cosas que están en sus entornos
próximos les pueden causar niveles altos de estrés y ansiedad, lo que alivian
mediante los patrones o los intereses y las actividades restrictivas, repetitivas o
estereotipadas.

 Artículo relacionado: "Tipos de discapacidad intelectual (y características)"

3. Seguimiento de normas
En relación con lo anterior, el seguimiento de normas sociales en el caso del TEA
se puede ver obstaculizado por la presencia de los intereses restringidos, que
pueden ir desde estereotipias motoras simples, hasta la insistencia en mantener
las cosas de una forma que no varíe, es decir, una inflexibilidad hacia el cambio
de rutinas. Los niños con TEA suelen sentirse en conflicto cuando sus rutinas se
modifican.

Por otro lado, en la Discapacidad Intelectual, el seguimiento de instrucciones o


normas se puede ser dificultado por la forma en la que funciona el procesamiento
lógico, la planificación o el aprendizaje por propia experiencia (por ejemplo,
puede haber una dificultad importante para reconocer conductas o situaciones de
riesgo sin los apoyos necesarios).

4. La experiencia sensorial
Algo que también es importante en el diagnóstico de TEA es la presencia de
hiporreactividad o hiperreactividad sensorial. Por ejemplo, puede haber
respuestas negativas a algunos sonidos o texturas, o conductas de fascinación
excesiva por oler o tocar objetos, o por observar con mucha atención y fijación
objetos con luces o movimientos repetitivos.

En el caso de la Discapacidad Intelectual, la experiencia sensorial no


necesariamente se presenta de una manera exacerbada, ya que es la experiencia
intelectual la que se manifiesta con mayor fuerza.

5. La evaluacion
Para diagnosticar Discapacidad Intelectual, anteriormente se utilizaban escalas
cuantitativas que medían el Cociente Intelectual. No obstante, la aplicación de
estas pruebas como criterio diagnóstico está descartada por el mismo DSM.

Actualmente se recomienda evaluar las habilidades intelectuales por medio de


pruebas que puedan ofrecer una visión amplia sobre cómo funcionan, por
ejemplo, la memoria y la atención, la percepción visoespacial o el razonamiento
lógico; todo esto en relación con el funcionamiento adaptativo, de manera que el
fin último de la evaluación es determinar la necesidad de apoyos (que según el
DSM, puede ser una necesidad leve, moderada, grave o profunda).

Cuando el niño o niña es demasiado pequeña como para evaluar a través de


escalas estandarizadas, pero su funcionamiento es notoriamente distinto al que se
espera para su edad, se realizan evaluaciones clínicas y puede determinarse un
diagnóstico de Retraso Global del Desarrollo (si es antes de los 5 años).

En el caso del TEA, el diagnóstico ocurre principalmente por medio de la


observación y el criterio clínico del profesional. Para estandarizar esto se han
desarrollado varias pruebas diagnósticas que requieren una formación profesional
específica y que pueden empezar a aplicarse desde que el niño ha cumplido los 2
años.
Actualmente son muy populares, por ejemplo, la Entrevista para el Diagnóstico
del Autismo-Revisada (ADI-R, por sus siglas en inglés) o la Escala de
Observación para el Diagnóstico de Autismo (ADOS, también por sus siglas en
inglés).

Referencias bibliográficas:

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