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La ofrenda para los santos

La doctrina apostólica de la ofrenda para los santos, es una de las doctrinas más polémica y discutidas a
través de los tiempos, desde el surgimiento de las iglesias apostatas hasta el día de hoy. Tal vez este
estudio, no concluya esta discusión, pero si que pueda arrojar luz a los que buscan la verdad y la sana
doctrina entregada una vez a los santos.

Al igual que muchas otras doctrinas del nuevo testamento de nuestro Señor Jesucristo, la ofrenda para
los santos ha sido tergiversada, mal interpretada y en muchos casos ignorada. Muchos cristianos,
participan de este acto, simplemente porque es parte del culto de adoración a Dios, pero no entienden su
propósito, alcance y privilegio. En muchas congregaciones podemos observar como hermanos, por falta
de conocimiento, en el momento de recoger las ofrendas, sacan sus voluminosas carteras, a vista de
todos, seleccionan un billete y lo depositan, algunos con dolor en su corazón, otros con aires de grandeza
y superioridad. Algunos otros, son tan descarados, que piden cambios al que recoge la ofrenda antes de
entregar la suya. ¿Qué nos dice la Escritura al respecto? En la carta a los Corintios el apóstol nos enseña:

 1Co 16:1 En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené
en las iglesias de Galacia.

 1Co 16:2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya
prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.

Por causa de una hambruna que azotaba a Jerusalén, Pablo ordena a las iglesias (Galacia, Corito, etc.) a
solidarizarse con una ofrenda y que se realice antes de que él llegue. No se puede ordenar algo sin
autorizarlo. Por lo tanto, al apóstol ordenar esta colecta, estaba autorizando que se podía recoger
ofrendas cada primer día de la semana para los santos, en este caso para los de Jerusalén. Este pasaje es
el único texto que explica cómo la iglesia junta dinero.

También nos enseña que este mandato es individual a cada uno de los creyentes. Muchas veces piensan,
que porque el jefe de la familia (papa) ofrendó, lo hizo por todos los demás miembros. Recuerden que la
palabra dice “cada uno de vosotros”. El apóstol nos explica la forma en la que debemos ofrendar, y nos
dice que debemos “poner aparte algo… guardándolo”, esto es “separar algo y guardarlo”. Nosotros no
multiplicamos nuestro dinero en la iglesia, ni sacamos cuentas y dividamos el presupuesto, más bien, lo
hacemos en nuestras casas. Es en nuestras casas donde tenemos que apartar algo y guardarlo y no en la
iglesia.

Si separamos nuestra ofrenda en la casa, según hayamos prosperado, no tendremos necesidad de sacar la
cartera en medio del culto para seleccionar un billete o buscar cambio en medio del servicio. Y lo más
importante de todo, es que obedecemos tal cual no explica el apóstol. El que prosperó poco, pues aparta
de lo poco que tiene según dispone para los santos, pero el que prosperó mucho, también debe aparta
mucho según dispone para los santos.

El único problema que tiene esta regla es que la aplicamos cuando prosperamos poco y nos sentimos muy
bien porque obedecemos, pero cuando prosperamos mucho seguimos dando poco, que les parece? El
cristiano debe ofrendar generosamente. Nuestra ofrenda no debe salir después de realizado los gastos, es
decir, sobre lo que nos sobra. Sino que es en base a como prosperamos en total. ¿Prosperamos mucho?
Pues así debemos dar. Si prosperamos poco, así también debemos dar.

En la Iglesia de Cristo, no se recogen diezmos, por obediencia a la palabra revelada a los apóstoles, pero
muchos de sus miembros, abusan de la gracia de Dios y ofrendan mezquinamente, olvidando o ignorando
que Dios conoce los corazones. En nuestras congregaciones hay muchas obras que faltan por hacer,
dentro del mismo local o en la comunidad, pero no se pueden hacer por la tacañería de sus miembros.
Realicemos un ejercicio, si el estimado lector, se cuestionase con sinceridad y se preguntase que, si es
posible ofrendar más de lo que actualmente da, estoy seguro que responderías que sí. La pregunta
es, ¿por qué no lo haces?
Aunque parezca dura, la respuesta está en que no todos tienen el gozo de Dios ni confían en Dios. La
realidad es que no es fácil desprenderse de su sustento económico para depender completamente de un
Dios al cual no podemos ver. En el cual muchos, no están plenamente seguros si realmente existe. Por eso
es que gastamos más dinero en un día en el cine, salón de belleza, juegos, deportes, shopping o cualquier
otro deleite personal, que el que ofrendamos en todo un mes en la iglesia.

Nuestro Señor Jesucristo exalta la ofrenda de la viuda

 Mar 12:41 Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba
dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho.

 Mar 12:42 Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante.

 Mar 12:43 Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre
echó más que todos los que han echado en el arca;

 Mar 12:44 porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que
tenía, todo su sustento.

Cuando muchos leen estas palabras, protestan diciendo: “Dios le gusta la calidad y no la cantidad”, y yo
les pregunto: en primer lugar, ¿Cuál es la calidad de su ofrenda? Porque sé que a veces prosperan mucho,
¿cuál es la calidad de su ofrenda cuando prosperan mucho? La ofrenda para los santos, no es una propina
que damos en la iglesia.

 2Co 9:6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que
siembra generosamente, generosamente también segará.

 2Co 9:7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios
ama al dador alegre.

Otra de las razones por la que no ofrendamos con orden, es porque no tenemos la intención de dar.
Cuando esto sucede, llegamos a la iglesia y sacamos lo primero que nos venga a la mente. Todos los que
son empleados bajo un salario fijo, deberíamos ofrendar con orden y consistencia, de la misma forma que
apartamos el dinero para el alquiler de la casa o del carro, o de la compra. Los que no tienen ingresos
fijos, bien pueden variar en la cantidad según hayan prosperado, pero de igual forma apartándolo con la
intención de ofrendarlo.

Lo segundo es que las ofrendas son para los santos y no para Dios. “Los santos”, no quiere decir, al pastor,
sino a todos los miembros de la iglesia, es decir, eso lo incluye a usted también estimado lector.

 1Co_1:2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser
santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor
de ellos y nuestro:

Todo el que ha sido santificado en Cristo Jesús es llamado a ser santo. En otras palabras, estas ofrendas
son para suplir las escaseces de los mismos miembros de la iglesia, como también para sustentar obras
evangelistas, ya sea local, es decir, la propia iglesia o misiones en otros lugares. Por ejemplo, de estas
ofrendas la iglesia de Filipos envió ayuda a Pablo:

 Flp 4:15 Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio,
cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino
vosotros solos;

 Flp 4:16 pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades.

Para ayudar otros hermanos en necesidad:

 Hch 11:29 Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar
socorro a los hermanos que habitaban en Judea;
Pablo recibió salario de iglesias:

 2Co 11:8 He despojado a otras iglesias, recibiendo salario para serviros a vosotros.

En cada una de nuestras congregaciones hay muchas necesidades, que con la sabia utilización de las
ofrendas pueden ser cubiertas. De acuerdo con la capacidad económica de cada congregación, se puede
planificar para apoyar la evangelización local o remota, el cuidado de sus viudas, visitas a los
encarcelados, los enfermos, mejoras en el local de reunión, adquisición de biblias, himnarios, transporte y
muchas otras necesidades.

No obstante, los ministradores de estas ofrendas deben ser hermanos de un alto testimonio y confianza
entre los miembros de la iglesia.

 2Co 8:20 evitando que nadie nos censure en cuanto a esta ofrenda abundante que
administramos,

 2Co 8:21 procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sino también
delante de los hombres

Estos hermanos (pluralidad), maduros espirituales, deben cuidar toda censura respecto a dicha
administración, procurando hacer todas las cosas con honestidad delante de Dios y delante de los
hombres. En otras palabras, sabiendo que las ofrendas no les pertenecen y que no pueden hacer lo que
mejor les parezca con ellas, puestos en consenso con la iglesia y de acuerdo a lo planificado con
anticipación, ejecutar sin perder el tiempo. La temprana planificación de los gastos de la iglesia ahorra
mucho dinero. Y finalmente, hacer del conocimiento público, a toda la congregación, un reporte de los
gastos.

Estimado lector, ofrendar para los santos, es todo un privilegio y una gracia otorgada por Dios a la Iglesia
de los santos. Cuando en la vida del cristiano abunda el gozo del Señor, con ese mismo agrado, abundan
las ofrendas.

 2Co 8:1 Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de
Macedonia;

 2Co 8:2 que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza
abundaron en riquezas de su generosidad.

 2Co 8:3 Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más
allá de sus fuerzas,

 2Co 8:4 pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este
servicio para los santos.

Que Dios aumente el gozo del Señor en tu vida hasta que sobre abunde!

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